Matrimonio Sumiso BDSM

heranlu

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Yo vivo en una ciudad donde de una forma u otra nos conocemos todos, o tenemos amistades en común, por lo que la discreción es algo que se valora mucho, más por el miedo al que dirán que por otra cosa.

En mis relatos siempre pongo mi correo para quien me quiera escribir sea para comentar o para conocer más de mi, y por supuesto para sumisas o quien desee serlo.

Y el dos de Enero y tras la publicación de mi ultimo relato “La sumisión de Raquel hija de Ana III” recibí un escueto correo

“Hola me llamo Cristina y me gustaría hablar contigo respecto a tus relatos, mi Messenger es ………………@hotmail.es, suelo estar conectada sobre todo por las noches, pero si me mandas un correo y me dices a que hora puedes tú, intentaría estar yo también.”



Yo le respondí con el siguiente correo:

“Hola Cristina por poder, puedo casi a cualquier hora, y por la noche seguro, pero antes de aceptarte en mi messenger, me gustaría saber un poco más, me gustaría que te presentaras, como eres, que edad tienes y que deseas de mí, una vez que lo hayas hecho solo tienes que agregarme a tu messenger, pues como habrás leído mi correo y mi messenger son el mismo”.



Tardo dos días en contestar, yo pensé que había pasado de mí, pero no fue así. Al abrir mi messenger recibí una invitación desde el de Cristina, así como también vi un correo de ella en mi correo, así que antes de aceptarla leí su correo.

“Hola de nuevo, como sabes mi nombre es Cristina tengo 50 años aunque me conservo muy bien y aparento menos, casada y con tres hijos, pero que ya hacen su vida por otro lado, y el motivo de escribirte es porque desde que me hice fans de xxxxxxxxx, solo me atraen los relatos de sumisión y esclavitud pero de las parejas, me mojo solo con imaginar a mi marido y a mí a los pies de un Amo, pero solo fantaseaba con eso, o mejor dicho fantaseábamos, pues todo esto es con consentimiento de mi marido, y al leer este ultimo relato tuyo donde dejas entrever que vas a someter al marido de Raquel, me he decidido a escribirte, pues nosotros llevamos sin mantener relaciones plenas hace como cinco años o más, tan soloconsigo llegar al orgasmo masturbándome, además de que me da asco que me toque mi marido, pero sin embargo aunque parezca contradictorio lo quiero. Me he decidido a escribirte porque veo o más bien supongo que eres discreto, por lo que narras en tus relatos de inicios de un Amo.

Me gustaría hablar contigo llegar a conocerte y ver si puedo o podemos ser tus sumisos o más bien aprendices de sumisos, pues aunque me excita solo con pensarlo, es más mientras te escribo estas líneas estoy súper excitada.

Espero haberme explicado bien y haber satisfecho tu curiosidad y que me aceptes en tu messenger y podamos hablar.”




Cuando termine de leerlo la acepte como amiga en el messenger, pero ella no estaba conectada, así que le escribí un correo directo muy directo, pues la verdad es que por muchos motivos que no vienen al caso, mis ánimos no están ahora muy bien que digamos, pero sigo siendo Amo y eso no se puede evitar por pocos ánimos que tenga uno, y esperaba una respuesta negativa pos su parte.

“Hola perra, para empezar si has leído mis relatos sabrás de mis gustos y si deseas o deseáis, pues aun no tengo muy claro el papel que juega el puto de tu marido en esta historia, conocerme, lo primero que tenias que haber hecho es hablarme con respeto y no tuteándome cosa que no me gusta y menos con una perra que desea conocerme para ponerse a mi servicio.

Así que si deseas conocerme será mañana a las 17 horas en …… y espero que sepas como has de ir, pues yo no te voy a indicar nada perra. Me da igual que vayas con tu marido, pero el trato será el mismo, para mí en principio solo seréis alguien que se quiere iniciar, depende de vuestro comportamiento os aceptare o solamente tendremos una charla entre un Amo y unos perros mentirosos y si veo que no sois quien decís, simplemente me levantare e iré, no volviendo a tener jamás contacto ni por correo, messenger, y menos en persona.

Nada es negociable, ni el sitio, ni el día, ni la hora, espero tu o vuestra respuesta mañana antes de las doce de mediodía, así como tu móvil para ponerme en contacto con vosotros cuando llegue.”




La verdad es que no esperaba contestación, esperaba que pasara o pasaran de mí, pero no podía estar más equivocado, a la mañana siguiente nada más encender el ordenador y ver mi correo allí estaba la respuesta.

“Hola Señor, ante todo pedirle disculpas por haberle tuteado, pues aunque lo pensé en su momento no lo puse en practica, cosa que ahora lamento Señor. Después de haber leído su correo aun estoy más segura de lo que deseo pues no pude pegar ojo en toda la noche pensando en todo esto, y reconozco que con solo rozarme me he corrido, y no lo pienso más, acepto todo lo que Ud., me pida, y allí estaré, lo que no se, es si iré sola o con mi marido, espero que eso no le moleste, aunque ya he leído que le da igual, pero hoy es la noche de reyes y esta bastante liado, mí móvil personal es 6……..”



A pesar de no esperarlo allí estaba el correo, y pensándolo bien hasta me gusto, así que me fui a la calle a terminar las compras de reyes y a visitar a mi puta, esta lleva siendo digamos que poco tiempo mi esclava, no mi sumisa, sino mi esclava, pero es alguien muy especial para mí y voy despacio con ella, aunque a veces demasiado despacio pues se le olvida muy pronto su condición, que es puta, esclava, zorra, persona y amiga, por este orden, pero bueno me estoy saliendo del motivo de este relato, ya hablare sobre esta puta esclava en otro momento.

A las cinco en punto entre en la cafetería y por ser las fechas que eran estaba a reventar, así que me di un paseo por la cafetería para ver si estaba o estaban y tratar de adivinar quienes eran.

Al final de la barra había una pareja más o menos de la edad que decían tener, por lo menos ella, pues la de él no la sabia, así que metiéndome la mano en el bolsillo la llame con número oculto, ya tenia premarcado el número así que me fue fácil hacerlo sin sacar el móvil del bolsillo, y no me equivoque eran ellos, pues ella cogió el móvil y contesto, pero no recibió respuesta pues yo colgué en el mismo momento que ella contestaba.

Siguiendo con mi planteamiento de tratarlos chulescamente desde el principio me acerque a ellos y sorpresa, cuando se dio la vuelta el marido se quedo bueno nos quedamos cortados pues nos conocemos bastante, por medio de sus hijos, pues son conocidos míos de hace ya unos años y entonces me fije en ella, y efectivamente también la conocía, solo que nos habíamos visto en contadas ocasiones y de refilón como se suele decir.

Pero yo me repuse rápidamente, pues ya tengo experiencia y bastante en estos encuentros, así que me acerque y les salude.

-Hola perros, esto va a ser más fácil de lo que esperaba pues nos conocemos así que tenéis un minuto para iros o quedaros, pero si os quedáis es con todas las consecuencias.

-Manolo.-Bu bu bueno es que no…

-Cristina.-Nos quedamos mi marido y yo nos quedamos a que si Manolo?

-Manolo.-Si

-Si os vais no pasa nada eh, todo seguirá igual y nadie sabrá nada, además de que tampoco es que seamos amigos, solo nos vemos de año en año y en el mismo sitio.

-Cristina.-Señor yo me quedo y el creo que también

-Manolo.-Yo también me quedo.

Me acerque a Cristina y ciertamente no aparenta la edad que tiene, pelo negro a los hombros, 1.65, delgada, pecho normal, ni pequeño ni grande y un culo bonito y bien puesto, iba con unos zapatos de tacón de diez centímetros, una falda por las rodillas, medias beige, y un chaquetón de piel.

Me puse entre los dos y acercándome a ella le dije quitate el abrigo perra y dárselo al cornudo de tu marido, pues a partir de ahora su nombre es cornudo, cuando lo llames, menos cuando haya alguien presente siempre será cornudo.

Se lo quito y pude comprobar que debajo llevaba una camiseta negra con pedrería en pico.

-Cristina.-Toma cornudo, algo que objetar cornudo?

-Manolo.-No cariño nada.

Yo me fije en Manolo y lo que vi me sorprendió, y me gusto, pues vi que estaba disfrutando con la situación, pues él iba con traje y estaba empalmado y os aseguro que se le notaba y mucho, pues es enorme, sobrepasaba los 20 cm.

-Y tu cornudo a partir de ahora a mi me llamaras Señor siempre, menos cuando estemos entre gente conocida, pero a solas o con otras perras o perros yo soy Señor, y la puta de tu mujer Ama, Dueña, pero no Señora, eso se lo ha de ganar.

Manolo.-Lo que Ud., diga Señor.

-Yo soy hetero que os quede claro, pero lo mismo dejo que me limpies la polla o me lamas los pies si te portas bien.

Manolo.-Yo también soy hetero Señor y no se si podré….

-Tú harás lo que yo te ordene cornudo, habéis aceptado y no hay vuelta atrás, y ten por seguro que la puta de tu mujer te va a follar el culo maricón.

Yo estaba forzando la situación para ver si daban un pasa atrás, pero no, lo tenían decidido y ante todo querían salvar su matrimonio, además a él le gustaba ser humillado, pues el empalme no se le bajaba, a todo esto Cristina observaba y estaba roja, pero no decía nada.

-Tapate el bulto con el abrigo de Mi puta, no me gusta ver a un maricón empalmado en la calle.

Me pedí un café y me puse de cara a Cristina pero dándole la espalda al cornudo, me acerque a ella y le di un beso suave en los labios, a lo que ella respondió con ansia y con temblores, estaba temblando.

-Estas nerviosa?

-Cristina.-Mas excitada que nerviosa Señor

Me pegue aun más a ella y con la mano que estaba entre la barra y yo, se la metí en la falda llevando mi mano al coño y tocándolo por encima de las bragas pude notar que las bragas eran todo liquido, a ella se le escapo un suspiro o un gemido, y tuvo que apoyar su cabeza sobre mi hombro. Saque la mano totalmente empapada y sin ningún disimulo, la limpie en su camiseta a la altura de sus tetas, la verdad es que con tanta gente nadie se dio cuenta de lo que hice, o eso creo.

Ella estaba roja como un tomate, y con la mirada baja, me pidió permiso para hablar, cosa que me gusto y que me hizo entender que aunque nunca había tenido ninguna experiencia como sumisa, si que se había informado muy bien sobre el tema, además de haberlo asumido, y que lo deseaba sin importarle las consecuencias.

-Puedes hablar perra, ahora estas a tiempo de decir lo que desee.

-Cristina.-Es que llevo desde que leí su correo excitada y con ganas de correrme, pero no me he atrevido a hacerlo por miedo a que a Ud., no le gustara, y ahora al tocarme, o mejor dicho al rozarme me he corrido, tanto que noto mis fluidos bajar por el interior de mis mulos. Lo siento espero que no se enfade

-Para nada perra, me gusta que te hayas corrido, y más me gusta que me lo hayas hecho saber, pero que sea la ultima vez que lo haces sin mi permiso, pues a partir de ahora tus orgasmos me pertenecen, y jamás podrás ni tocarte si yo no lo autorizo antes.

Y volviéndome al marido

-Y tu cornudo veo que estas disfrutando con todo esto, pues tu puta polla sigue tiesa, ya corregiremos eso, pues aprenderás a empalmarte solo cuando yo te lo diga maricon, así que ni se te ocurra masturbarte, aunque de eso se encargara la zorra de tu mujer, ya iremos a comprar unos cepos para que te acostumbres.

Me volví hacia la barra y me tome el café, y una vez que termine, le pregunte al cornudo que donde tenia el coche, diciéndome que lo tenia al final de la calle, por lo que le dije que fuese a por el que no tenia ganas de andar, y sin mas explicación se dio la vuelta y salió de la cafetería llevándose el abrigo de su mujer sobre los brazos para tapar la erección que tenia.

Cristina ya un poco más recuperada y con mejor color, me miraba y sonreía, supongo que más pensando en el apuro de su marido que en otra cosa.

-Paga esto ve al baño y quítate las bragas perra y tráelas en la mano.

-Cristina.- Si Señor.

Sin mirar atrás se dirigió al baño, no tardando en volver, y aunque no lo podía ver muy bien, pues la cafetería estaba llena si que se apreciaba que llevaba las bragas en la mano.

-Cristina.-Aquí las tiene Señor, aunque no creo que sirvan de mucho pues están súper mojadas, y yo si me permite mi Señor le diré que si no llega a ser por el filo de las medias iría goteando líquidos por todos lados.

Cogí las bragas, que eran puro líquido y llevándomelas en la mano, pues no estaban como para guardarlas, le dije que saliéramos fuera que ya estaría el cornudo de su marido esperándonos.

Al salir fuera ya estaba el cornudo esperándonos en doble fila, así que nos fuimos directamente hacia el coche, llevándola yo del brazo nos montamos directamente en los asientos traseros, y al ser un Q7, este era amplio y muy cómodo.

Nada más sentarnos le di las bragas al cornudo y le dije que las chupara y lamiera, pues eso es lo más cerca que iba a estar del coño de mi Puta.

Este las cogió y empezó a lamerlas hasta con desesperación, y al minuto empezó a gruñir y a suspirar, el cabron se estaba corriendo.

Como el que ha cometido una falta grave se volvió hacia nosotros y con lágrimas en los ojos empezó a pedir disculpas y perdón, que no lo había podido evitar, pero que jamás se había sentido así.

-No importa perro, ya pensare un castigo para ti, pero ahora no se te ocurra ni limpiarte y arranca, sal a la autovía y tira como para Málaga, mientras la puta de tu mujer me la chupa, y tú puta, quítate la falda quiere verte el coño.

Sin decir nada más Manolo arranco y tiro para la autovía mientras Cristina tardo un segundo en quitarse la falda, a la vez que yo me desabroche los pantalones y bajándolos lo justo para que saliera mi polla, la cogí del pelo y se la metí en la boca, marcándole el ritmo rápido, brusco y metiéndosela hasta el final, a ella de vez en cuando le venían arcadas pero no decía nada, tampoco podía claro, como yo no me quería correr, se la saque y me quede mirándola un rato, la cara de viciosa que tenia y lo feliz que se le veía, asi que la incorpore y le dije a Manolo que se aparcara donde pudiese, que me iba a follar a mi puta, y mientras el cornudo buscaba salirse de la autovía para poder aparcar, yo le arranque a tirones la camiseta, llenando el coche de un montón de pequeñas piezas de la pedrería de la camiseta, y me quede admirando sus tetas, normales, nada grandes, pero para sus 50 años estaban muy bien puestas, enfundadas en un sujetador blanco, de seda, muy suave al tacto, así que se lo subí por encima de los pechos y empecé a chupárselos y mordérselos, mientras Cristina no hacia nada más que chillar y volviéndose al cornudo de su marido de vez en cuando, que así es como se trata una perra y no como tu lo hacías, una de las veces le dijo que todo lo que tenia de polla lo tenia de maricon.

En un momento dado me dijo si se podía correr que no aguantaba, permiso que le di, y si mientras gemía chillaba, cuando se corrió parecía que le iba a dar un infarto, y no había terminado de correrse cuando su marido aparco en un lateral de una vía de servicio, y yo sin más miramientos la puse en el asiento a cuatro patas y se la metí de golpe, porque yo también estaba a punto de correrme, pero la muy puta al sentir mi polla empezó a correrse otra vez, gritando que llevaba cinco años sin recibir una polla en su puto coño, y yo tarde nada en correrme.

Me incorpore un poco y vi que el maricon ya estaba otra vez empalmado, le gustaba ser humillado. Le dije que arrancara y me acercara a mi casa, y mirando a Cristina le pedí que ni se le ocurriera arreglarse, hasta que llegase a casa, lo más que podía hacer era ponerse el abrigo para ir del coche a casa.

Mientras íbamos camino a mi casa y como teníamos poco tiempo por ser el día que era, les dije que esta noche cada uno me tenia que enviar un correo, con sus conclusiones, sus deseos, que habían sentido, y sobre todo si querían continuar, que esto solo era el principio y no había sido nada pues si deseaban continuar iban a ser usados y humillados por mi y por quien yo decidiera, Cristina iba hablar, pero yo sabiendo lo que iba a decir, le dije que se esperara, y que prefería su contestación cuando estuviese más tranquila, que tenían que pensar, que sus vidas iban a cambiar para siempre, pasando a mis manos.

Y ya no hubo más palabras me dejaron en casa y solo les dije adiós, ni más palabras ni más actos.

Al día siguiente entre unas cosas y otras hasta las ocho de la tarde no abrí

mi correo, pero cuando lo hice allí estaban los dos correos.

Primero decidí abrir el del maricon y……….

Correo de Manolo:

"Buenas noches Señor, la verdad no se que decirle, pero sobretodo gracias, aun estoy un poco aturdido por todo lo sucedido, y muy excitado, pero seguro que era lo que necesitamos, y particularmente yo estoy deseando seguir adelante, convertirme en su perro y criado, por mi trabajo y como nos conocemos, ya sabe Ud., que yo suelo salir mucho de viaje, pero el resto de mi tiempo se lo entrego para que Ud., decida sobre el.

También le quería decir si me lo permite, que a Cristina la veo rara, no hemos cruzado palabra desde que Ud., se bajo del coche, y cuando hemos llegado a casa se ha ido directamente a su habitación, supongo que a ducharse y cambiarse, yo he entrado directamente a escribirle pues desde que salí por la puerta a buscar el coche ya había tomado la decisión de dejarme guiar por Ud., pero como sabe somos dos y estoy enamorado de mi mujer, y por eso hemos dado este paso, para darle vida a nuestro matrimonio, que estaba hastío y aburrido, y si ella no quisiera seguir yo tampoco lo haría, y me dolería mucho, pues al igual que ella llevaba cinco años sin recibir una polla en su coño, yo llevaba cinco años si tener una erección y menos llegar a correrme sin tocarme.

Espero que entienda todo lo que le he expuesto.

A los pies de MI Señor

Su perro más fiel.

PD. Espero ansioso su respuesta"




Correo de Cristina:

"Buenas noches Señor, Amo, Dios, o como desee que le llame, una vez, en solo una vez ha sabido Ud., solucionar todo lo que nos tenia amargados, cuando he llegado a casa he tenido que ir al baño a masturbarme, pero no me ha dado tiempo ni a tocarme, al ir a bajarme las medias he tenido otro orgasmo, gracias. Ahora mientras le escribo desde mi portátil y tumbada en la cama, después de darme un baño para relajarme e intentar tranquilizarme, le puedo asegurar que aun estoy terriblemente húmeda, pero feliz y muy tranquila.

Por la miradas que me echaba Manolo en el camino sé que él también ha disfrutado mucho con la situación vivida y yo he de confesarle que han existido momentos que creía que iba a cortar la situación, hasta que vi que el muy maricon se había corrido sin tocarse, jajaja, aunque si llega a intentar pararlo lo hubiese mandado a la mierda.

Esta noche no se si hablaremos del tema, pues vienen mis hijos y se quedan aquí a dormir los tres con sus respectivas parejas, pero en el momento que nos quedemos solos le prometo que hablaremos y espero que sea para bien, porque yo no seria capaz de volver a vivir como antes.

Por lo que me gustaría me aceptase como una perra más de las que ya posee, me utilice y use a su antojo, espero que respetando unos limites me haga Ud., de su propiedad.

Atentamente

Cristina."




Estos dos son los correos que ellos me enviaron, (copia literal y exacta de ellos).

Yo los leí y releí, para darle sentido a todo lo que ellos me habían querido expresar, y entenderlos un poco más, pues lo habían tomado con muchas ganas, y a veces lo mucho es tan malo como lo poco.

Y no les conteste hasta el día siguiente cuando me levante, aunque solo escribí uno que remití a los dos.

"Hola perros, me ha complacido leer vuestros correos, y ver que ambos disfrutasteis, eso ya lo sabia con solo ver vuestras caras la otra tarde, y que queréis continuar.

Aunque he de decir que el más educado y acorde con vuestra nueva condición ha sido Manolo, pues en todo momento se ha portado como el perro que es, y no Cristina, que no sabe aun como ha de despedirse, pero bueno eso lo iremos corrigiendo, respecto a los limites, te diré que solo acepto los familiares y los del trabajo, y sobre todo la discreción, pero serás o seréis usados cuando como donde y por quien yo quiera, pero tened la seguridad de que si sois entregados a otras, no suelo entregar a mis perros a personas del sexo masculino, estas será aun más discretos que yo, aunque eso no es lo normal, pues lo hago muy de tarde en tarde.

Eso si, conviviréis con Raquel y su cornudo, y os usare a menudo juntos o por separado e incluso intercambiándoos.

Esto se me acaba de ocurrir, pues es la primera vez que poseo dos matrimonios a mi servicio.

Si aceptáis al cabo de un pequeño periodo de prueba por ambas partes, pues aunque la primera vez haya ido bien, no quiere decir que luego todo vaya sobre ruedas, pasare a ser propietario totalmente de vuestras vidas y posesiones, casas, vehículos y vosotros, pues series más un objeto de valor que otra cosa.

Antes de que pongáis pegas a esto ultimo, os diré que no se trata de poner nada a mi nombre ni nada parecido y menos económico, jamás he aceptado dinero por ser Amo, eso si jamás pago con vosotros, los gastos generados en nuestros encuentros correrán por vuestra cuenta al igual que le ocurre a Raquel, pero si me daréis copia de las llaves de la casa o casas para poder entrar y salir yo cuando a mi me plazca, sin previo aviso.

En cuanto pueda iré a vuestra casa y seleccionare la ropa que Cristina podrá usar, el resto la tirare o la regalare.

Si aceptáis mandadme un mensaje al móvil, haciéndomelo saber.

Saludos

Sire Leo

PD.- En caso de aceptación, el maricon dejara de dormir con mi perra, solo lo hará cuando estén vuestros hijos, el resto del tiempo que se busque otro sitio, esa cama solo pasara a ser usada por MI, por lo que el día que el maricon duerma en esa cama, las sabanas deberán de ser cambiadas rápidamente."




Esto también es copia literal y exacta del que yo les envié.

A la media hora más o menos de haberles remitido el correo, recibí, primero la aceptación de Cristina, y a los cinco minutos del de Cristina recibí el de Manolo, que aunque no me había dado su número, al leer el mensaje comprendí que ese era su móvil, también aceptando.

Le envié un mensaje a Cristina, preguntándole que cuando se quedaban solos en la casa, a lo que ella me respondió que al día siguiente, que era domingo, a media mañana ya estarían solos, pues como sus hijos residen fuera de Granada, se iban temprano.

La llame al móvil, y lo cogió rápidamente, y un poco asustada, pues no esperaba que la llamase.

-Hola perra, mañana en cuanto os quedéis solos me envías un mensaje al móvil, para ir a veros, y ya de paso ver mi nueva casa.

-Cristina.-Si Señor, lo estoy deseando y Manolo también, si le parece bien, y si como tienen previsto mis hijos se van a media mañana, se puede Ud., quedar a comer.

-Es mi casa perra, yo decidiré si me quedo o no, y si solo, como yo o también os dejo que comáis vosotros puta.

-Cristina.-Si Señor lo que Ud., diga y perdone mi torpeza.

-Hasta mañana perra.

Y colgué el móvil sin más frases y más palabras.

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El domingo me levante tarde, pues el día anterior como es costumbre en esas fechas habíamos tenido reunión familiar, menos mal que ya se acababan las fiestas, serian las diez largas, mire el móvil y vi un mensaje de Cristina;” Señor mis hijos se acaban de ir, cuando Ud., desee puede pasar por su casa, que estos perros le están esperando.”

El mensaje me lo habían mandado a las nueve de la mañana.

A las doce de la mañana me fui para su casa, bastante excitado, pues desde la víspera de reyes no había tenido relación alguna, ni me había masturbado.

Una vez en su casa toque al portero y me contesto Cristina, preguntando quien es, y al decirle quien era, me dijo que un momento que iba Manolo a abrirme la cancela, viven en Granada en un Carmen, con buenas vistas, no es muy grande, pero si es muy bonito y da gusto vivir allí.

Apareció Manolo en chándal, y me abrió, y sin mirarlo si quiera a la cara, le dije; maricon, mete tu el coche, que yo voy a ver a la perra de tu mujer. Ella estaba asomada al porche, no se le veía nada mas que de cintura para arriba, y solo se le apreciaba un abrigo, pues la verdad es que hacia frío, así que me acerque hacia donde estaba ella, y subiendo la escaleras entre en el porche, acercándome a ella, que se había vuelto hacia mí, llevaba el abrigo, mejor dicho era tipo chaqueta ya que se le quedaba en la cintura, falda por las rodillas y medias negras, acompañadas de un tacón de unos diez centímetros. Me pegue a ella y cogiendola del pelo, le di un morreo, mordiéndole los labios, y desabrochándole la chaqueta metí mi mano y me sorprendió pues debajo no llevaba ni blusa ni sujetador, por lo que la cogi del pezón y lo retorcí y aplaste hasta que vi una lagrima en sus ojos, pero ella no protesto y aguanto estoicamente el dolor, cosa que me agrado bastante.

-Llévame dentro perra y enséñame la que es MI casa.

-Cristina.- Si Señor ahora mismo.

Entramos en su casa, y aunque yo ya había estado allí, la verdad es que del salón no había pasado. Ella conforme entro se quito el abrigo y la falda, quedándose solo con las medias y los zapatos, y pidiéndome que la siguiera me guio a través de la casa. En la planta baja tenían el salón, era amplio y dividido en dos ambientes, una habitación que era el despacho de Manolo, y otra que estaba lleno de cachivaches y que usaba como cuarto de plancha, también había un baño, y la cocina, con unas escaleras que bajaban a un sótano, este me gusto, pues pillaba toda la planta de abajo y estaba vacío, solo unos muebles viejos, tenia un par de ventanas que daban al suelo del patio, pero no tenia mas puerta que la de la cocina, cosa que me extraño, pues normalmente se usan como cocheras o como almacén, pero con entrada por la calle, pero según me dijo, ya estaba así cuando compraron el Carmen, y que como los coches los tenían en un pequeño garaje, pues que nunca les había dado por usarlo para nada, y luego subimos a la planta de arriba, donde estaban los dormitorios, estos los acababa de reformar, y había hecho cuatro dormitorios con sus respectivos baños, de los cuales tres eran de sus hijos y el cuarto por ahora era de los nietos, y por ultimo subimos otra planta más que era una pasada, pues es un mirador, donde han hecho su dormitorio, con una terraza cerrada, que lo usan como salita, con todas las comodidades, música, tele, una pequeña nevera y un microondas, un baño, bastante grande, con ducha, no tenían bañera, y un vestidor con toda la ropa de ambos, a la derecha la de Cristina y a la izquierda la de Manolo.

-Bonita casa perra, y esta habitación es una pasada, me gusta, para empezar el cornudo no podrá pisarla nunca, salvo que estén tus hijos, así que su ropa la ha de pasar a una de las habitaciones de abajo, que se lleve la que use normalmente, y deje aquí el resto, y solo podrá pisar esto para coger ropa, solo y exclusivamente.

-Manolo.- Lo que Ud., diga Señor.

Me sorprendió esa respuesta, pues no sabia que estaba allí, había llegado sin casi hacer ruido.

-Quítate el chándal maricón, a partir de ahora cuando yo este aquí solo llevaras unas bragas de tu mujer que ahora te daré, siempre las mismas, y solo las lavaras cuando yo te lo diga, y jamás volverás a usar eslip, eso es solo cosa de hombres no de maricones.

Se desnudo rápidamente, y no llevaba ropa interior, por lo que me acerque a él, y le solté un bofetón que hasta me dolió la mano.

-Perro quien te ha dado permiso para no ponerte ropa interior.

-Manolo.- Lo siento Señor, no volverá a suceder.

Esto lo dijo con lagrimas en los ojos, pero con un empalme de cojones, pues el muy cabron gasta una buena polla.

Mientras tanto Cristina solo miraba, tenia la cara entre excitada y sorprendida de ver a su marido así.

-Vamos a ver que bragas le damos al maricón de tú marido perra

Cristina me acerco a una cajonera y me indico que en los dos primeros estaba toda su ropa interior, al abrir el primero vi varias bragas mas usadas, y de diversos colores, pero me agrado no ver ninguna de color beige, así que cogi varias y se las lleve al maricón, tirándoselas a la cara le dije que se pusiera una ahora mismo y las otras para cambiarse de vez en cuando.

Yo ya estaba empalmado y si seguía así casi me iba a correr sin necesidad de tocarme.

-Maricón vete a los pies de la cama y ponte de rodillas, vas a ver como me follo a mi perra.

Me acerque a Cristina y cogiéndola del pelo la lleve a la cama, y sin más le solté un bofetón, que le deje la cara marcada.

Me miro con cara rara como no comprendiendo porque le había pegado.

-Eres mi perra, y yo no te he dado permiso para recibirme sin ropa interior perra, que sea la última vez que tú decides algo por ti misma.

En eso Manolo llamo mi atención, pero como intentando no molestarme, así que lo mire y lo que vi casi me hace llorar de risa, pues las bragas de su mejer no la pasaban de las rodillas.

-Déjatelas así perro, ya lo solucionaremos.

Me volví a Cristina y tumbándome en la cama le dije que me desnudara, y que me follara quería que me follase ella, pues además me iba a correr en seguida, pues estaba excitadísimo.

Tardo un minuto en desnudarme pues ella estaba aun más caliente que yo, y se subió encima de mí metiéndose mi polla de golpe en su coño.

-Cristina.- Mira maricón como me folla mi Señor, mira, porque es lo único que vas hacer a partir de ahora, maricón

-Manolo.- Señor me corro, aggggggggggggg, lo siento no he podido aguantar Señor, lo siento, lo siento.

Esto lo dio con lágrimas en los ojos.

Cuando vi que yo me iba a correr, tire a mi perra de la cama y poniendo de rodillas junto al maricón me corrí, repartiendo mi corrida entre ambos, pues después de tantos días sin hacerlo fu abundante

-Limpiadme perros, limpiadme la polla, que no quede rastro de mi corrida, y cuando acabéis, tu perra al baño conmigo y tú maricón a preparar la comida y no aparezcas hasta que este todo puesto, y ponte unos eslip, para cocinar, mientras solucionamos lo de tus bragas.

-Cristina.- Señor en la habitación de mi Esther tiene que haber bragas de ella y estas, seguro que si le entran al maricón este.

-Buena idea perra, ya has oído a la puta de tu mujer maricón, baja y ponte unas, luego bajare yo y veré cuales elegimos.

El maricón se fue hacia abajo y ya no lo volvimos a ver hasta que nos llamo para comer, pero mientras yo cogi a la perra de su mujer y la lleve a la ducha, y metiéndome en ella, le pedí, que me enjabonara y limpiara, fue a quitarse las medias y le solté otro bofetón.

-Solo los zapatos perra.

Y así se metió y me enjabono y limpio, dedicándole besos y caricias a mi polla, que se puso otra vez tiesa, así que sin miramientos la cogí del pelo y se la metí en la boca, con jabón y todo. Le vinieron unas arcadas pero la muy puta aguanto, y me la estuvo chupando bajo el agua durante diez minutos, y cuando me iba a correr la cogi de la cabeza aguantándole la boca con mi polla dentro, y me corrí gritándole y llamándole de todo, ella hizo por soltarse, pero aun la sujete con más fuerza y me orine dentro.

Cuando termine, me salí de la ducha y la deja allí tumbada en el suelo con las medias chorreando y por los tobillos, y con una mano en el coño.

-Cristina.- Me puedo correr Señor, no puedo más Señor lo necesito.

Pero no me dio tiempo ni a permitírselo ni a negárselo, pues la muy zorra encadeno tres orgasmos seguidos.

-Cristina.- Lo siento Señor, no podía más, aceptare cualquier castigo que Ud., me imponga.

Yo pensé que para ser su segunda vez, estaba más que perdonada, y cerrando el agua la cogí y le di una toalla para que se secase, y se quitase las medias, y que cuando acabase viniese a la cama, que allí la esperaba.

Al cabo de cinco minutos apareció y……..

Al cabo de cinco minutos apareció, totalmente envuelta en una toalla, yo estaba tumbado en la cama mirando hacia la puerta del baño, esperando que apareciera, lo que vi no me gusto, pero deje que se acercara, y cuando se puso a cuatro patas para tumbarse junto a mí, le di un bofetón que hasta a mi me dolió la mano.

Ella se quedo muy parada, mirándome, sabiendo que había cometido una falta, pero no sabía cual.

-Perra que sea la ultima vez que te acercas a mí con una toalla, conforme termines de secarte te pondrás tu uniforme de perra, es decir medias y zapatos de tacón, puta.

Rápidamente y con las lagrimas saltadas se bajo de la cama tiro la toalla y se fue al vestidor, volviendo a los tres minutos, con una medias de color blanco y unos zapatos del mismo color, y sin habérselo pedido, desde la puerta del vestidor hasta la cama se acercó andando a cuatro patas.

-Cristina.- Lo siento Señor, no volverá a ocurrir, perdone a esta perra.

-Me gusta perra, ahora acércate por el lateral y quédate en el suelo con la cabeza apoyada en la cama, me apetece descansar y me gusta acariciar a mi perra.

Y así estuve unos diez minutos que me vinieron muy bien para descansar y recuperarme un poco.

Pasados esos diez minutos, me levante y la vi tumbada tal y como le dije, pero se había quedado dormida, así que le di un pequeño azote y le dije que se levantara que íbamos al vestidor.

-Es que no has descansado perra?

-Cristina.- No Señor, la verdad es que no he dormido nada, el deseo ha podido más que el sueño.

Se levanto y pasando delante de mi, se dirigió al vestidor, abriendo las puertas de los armarios y corriendo las cortinas, me acerque al armario y empecé a hurgar entre la ropa colgada, cogí todos los pantalones y los tire al suelo, así como alguna falda tipo hippy, particularmente no me gustan, y más las que llegan a los tobillos, alguna que otra blusa anticuada, y seguidamente abrí los cajones de la ropa interior, y aunque ya lo había visto por encima, revolví todo lo que había y tire las bragas y sujetadores más viejas y las que no tenían compañero. En el tercer cajón tenia las medias y pantis, aunque pantis tenia muy pocos dos o tres a lo sumo, según me comento ella prefiere las medias pues los pantis se le marcan mucho en la cintura, los cogí y tire, dejándole solo las medias, también tire la retahíla de calcetín media que tenia, agggggg, luego me fije en las estanterías del armario y vi la ropa deportiva y me gusto, así que le alabe el gusto y no tire nada, y para terminar le pregunte por el zapatero, y dándose la vuelta abrió otra puerta donde estaban todos los zapatos muy bien ordenados y limpios, la mayoría tenían tacón más o menos, pero a mi me basta, solo tenia una par de bailarinas y una sandalias, esas también las cogí y las tire con todo el montón de ropa.

-Muy bien perra, me satisface la mayoría de tu vestuario, aunque ya lo sabía perra, porque las pocas veces que nos hemos visto siempre ibas muy elegante.

-Cristina.- Gracias Señor, siempre me ha gustado vestir bien.

-Ahora abre el armario del maricón y saca toda su ropa interior y échala con toda la que hemos tirado al suelo.

Rápidamente abrió dos o tres cajones y saco la ropa apuñados, apilándola junto a la suya.

-Bien perra, ahora mete todo en bolsas, y cuando estéis seguros de que queréis vivir así las tirareis.

-Cristina.- No me hace falta esperar Señor, esto va a la basura ahora mismo, no quiero guardar nada que me recuerde mi anterior vida.

En ese momento subió el maricón.

-Maricón.- Señor ya esta la comida, he puesto la mesa con un servicio nada más a la espera de que Ud., me indique donde comemos nosotros.

-Muy bien maricón, me gusta verte así, por cierto, me gusta las bragas que has escogido, ya iremos a comprarte algunas de tu talla, y tú perra ponte ropa interior, que vamos a comer.

Ella abriendo el cajón cogió unas bragas y un sujetador de seda blancos, a juego con las medias y los zapatos.

-Cristina.- Le gusta a mi Señor?, me hacia ilusión ponerme de blanco para Ud., para que Ud., sea el que me desvirgue como su puta y zorra.

Me gusto y acercándome a ella la bese y morree un rato, y cogiéndola de la cintura nos dirigimos hacia la planta de abajo para comer. Pero mientras empezábamos a bajar las escaleras, se volvió hacia atrás y dijo;

-Cristina.- Tú maricón coge esas bolsas y tíralas a la basura, no hace falta ni que mires lo que hay dentro.

Eso me encendió y me gusto, tenia muy claro que no quería volver atrás.

Llegamos a la mesa y yo me senté, mientras Cristina espero de pie, hasta que entro el maricón y se quito el abrigo que se había puesto para salir a tirar la basura.

-Pon otro plato para mi perra, ella comerá a mi lado mientras no cometa ninguna falta, tú nos servirás y mientras comemos estarás de rodillas esperando que solicitemos tus servicios.

-Maricón.- Si Señor como Ud., diga.

Al maricón le gustaba pues estaba empalmado como un burro, y no sabia como ponérsela, pues las bragas no se la aguantaban mucho.

Había preparado arroz, y la verdad es que el muy maricón cocinaba muy bien, pues estaba muy bueno, también me puso un ribera del que dimos cuenta Cristina y yo, mientras hablábamos de cosas sin importancia, por lo menos en ese momento.

Cuando terminamos de comer y de tomar yo un café, le dije a Cristina que se metiera bajo la mesa y me la chupara, que me apetecía, ella sin decir nada se metió bajo la mesa y sacándomela de los eslips, se puso a chupar como una posesa, la verdad es que yo estaba muy excitado con todo lo que estaba aconteciendo, pero no quería que se tragara mi corrida, tenia pensado otra cosa.

Cuando iba a correrme le di mi copa de vino que estaba vacía y le dije que vaciara allí mi leche. Salió debajo de la mesa con la copa en la mano y relamiéndose la leche que tenia en los labios, a la perra le gustaba.

Cogiendo yo la copa me acerque a donde estaba el arroz que había quedado y llamando al maricón para que viera lo que iba hacer, eche la leche en la comida y la removí, poniendo el cachorro en el suelo.

-Aquí tienes tú comida maricón, quiero el plato limpio.

-Maricón, gracias Señor.

Y poniéndose a cuatro patas y con gran trabajo empezó a comer como un perro. Yo me acerque a la otra parte del salón, donde estaba la tele y los sillones y me senté en el sofá, señalándole a Cristina que se sentara a mi lado.

-Y tú maricón cuando acabes de comer, y de limpiar todo perro, puedes tumbarte donde te apetezca a descansar.

Nos quedamos adormilados los dos viendo la tele, y así estuvimos casi dos horas, abrí los ojos y vi a Cristina totalmente dormida en mi regazo, y al Maricon tumbado junto al sofá viendo la tele, era el único que estaba despierto.

Sin moverme del sillón, le dije al maricón que fuera a mi coche y me trajera una bolsa que había en el asiento del conductor, que le iba a gustar. Este se levanto, y aunque le costó trabajo pues de tanto rato en la misma postura tenia el cuerpo entumecido, se puso el abrigo y salió fuera a por lo que yo le había pedido.

Mientras me acerque a Cristina y cogiéndola por los pezones la termine de espabilar, ella me miraba con dolor pero a la vez con cara de vicio, además no gritaba ni se quejaba, a la muy zorra le gustaba, y una vez de pie le metí mano en el coño, que ya lo tenia mojado y empecé a pellizcarle el clítoris con fuerza, pero aun así no se quejaba.

-Cristina.- Me puedo correr Señor

-No puta, ahora te vas a follar al maricón, quiero que lo desvirgues, quiero que se la metas todo lo profundo que puedas.

-Cristina.- Como Señor como me lo he de follar?

-Ahora lo veras perra, ahora veras como lo vas hacer.

En eso entro el maricón con la bolsa que yo le había indicado, me la acerco y se quito el abrigo, poniéndose en seguida a cuatro patas.

Yo saque una regla de cuero de unos veinte centímetros, y un dildo doble con correas.

-Acércate maricón, ponte de pie e inclínate sobre el sofá con el culo hacia fuera.

Rápidamente lo hizo y cogiendo la regla me acerque a él y le dije que iba a recibir 20 azotes por las pequeñas faltas que había cometido, aunque la verdad es que no había cometido errores, pero me apetecía azotarlo.

-Iras contándolos y me darás la gracias, y si me convences recibirás un premio maricón.

Empecé a azotarlo y el a contarlos y dar las gracias, y pude comprobar que le gustaba, pues el empalme era bestial, además de que iba aumentando el grado de fuerza que le imprimía a los azotes, cuando iba más o menos por el quince me fije en Cristina y vi que la muy puta estaba echada en uno de los sillones tocándose el coño y a punto de reventar, así que dejando de darle azotes al maricón me fui hacia Cristina y le solté un bofetón.

-Perra que sea la última vez que te tocas sin mi consentimiento, si no te ordeno nada tu posición será de rodillas con el culo apoyado en los talones puta.

-Cristina.- Si mi Señor (esto lo decía con las lágrimas saltadas), no volverá a pasar.

-Lo se puta sé que no volverá a pasar, ahora vete a buscar una crema para que le cures el culo a la maricona de tu marido perra.

Me dirigí hacia el maricón que no se había movido de la postura en que lo deje y termine de darle los azotes que le faltaban.

Cuando termine le dije que no se moviera que mi perra lo iba a cuidar y a hidratar.

Cristina llego en seguida con la crema y yo indicándole con el dedo que no hablara, le di el dildo para que se lo metiera y se lo asegurase con las correas, y acercándola al maricón, le dije que le diera crema por las nalgas y le lubricara el culo, esto ultimo se lo dije bajo, pero creo que no tanto porque vi que la caraba le cambiaba.

Esta se acercó a él y empezó a aplicarle la crema y cuando empezó a darle crema en el culo este se volvió y al ver lo que tenia su mujer puesto puso cara de miedo, pero no dijo nada.

-Cristina.- Señor si no me lo follo ya me voy a correr, con lo que tengo dentro no voy a poder aguantar mucho.

-Perra como te corras sin mi permiso vas a recibir unos cuantos azotes.

-Cristina.- Lo intentare

Hacia verdaderos esfuerzos para no correrse la muy perra.

Cuando vi que ya había lubricado bastante el interior del culo le dije que se lo follara, le pedí al maricón que pegara la cabeza al sofá a fin de que mi perra llegase, pero aun así no llegaba, por lo que le dije al maricon que se pusiera a cuatro patas, y fue perfecto aunque ella tenia que flexionar bastante.

Cristina se puso detrás y sin más miramientos se lo metió de golpe y era un dildo de cinco centímetros de diámetro por veintidós de largo, y el chillido que dio él, se tuvo que escuchar a mucha distancia, pero enseguida empezó a resoplar y a gemir el muy maricón.

-Cristina.- Te gusta maricón, te gusta perro, eres una mierda de hombre, uffff, que gusto follarte mierdecilla, gracias Señor, pero no aguanto más me puedo…. agggggggggggggggggg, me corro, me corro, lo siento Señor, lo siento.

Le ordene que siguiera follándose al maricón y mientras lo hacia se corrió otras dos veces más, hasta que;

-Maricón.- Señor me puedo correr, no voy a aguantar más Señor.

Le di una jarra de porcelana o de barro que había en una estantería del mueble.

-Si te puedes correr, te lo has ganado, pero dentro de esta jarra

-Maricón.- Gracias uffffffffffffffffff, agggggggggggggggggg, me corro

La verdad es que fue una bestialidad, jamás había yo tenido una corrida como esa.

Le ordene a Cristina que se saliese de culo de su marido, y que se quitara el arnés, y cogiéndola del pelo la lleve al sofá y la hice poner en la misma postura que antes había puesto a su marido, por lo que pensó que la iba a azotar, por eso cuando sintió que le metía mano en la cintura para sacarle más el culo y sobretodo cuando sintió mi polla entrar sin miramientos en el culo, pego un grito como de terror, pues se la metí sin lubricante y sin nada, y tras dos o tres embestidas me corrí, pues yo también estaba muy excitado.

Me salí de ella y tenía un poco de sangre, así que cogiéndola del pelo le escupí en la cara y le dije que me limpiara la polla.

Agacho la cabeza y se puso a limpiármela, tenía el pelo revuelto y la cara llena de lágrimas, pero se le veía feliz.

Cuando termino le indique al maricón que se acercase a por un plato a la cocina, que echase lo de la copa en el plato y que se lo pusiera a la perra de su mujer para que se lo bebiera como lo que es, una puta perra.

Este fue a la cocina y no tardo nada en traer el plato y hacer lo que yo le pedí, poniendo el plato con la leche delante de Cristina.

-Perra bébete la leche de tu marido, y deja el plato limpio, luego os quiero a los dos en posición, y delante de mí, os tengo que indicar unas cosas.

En tres minutos los tenía a ambos en la posición.

-Bien perros, como habéis visto esto es como vas a vivir a partir a ahora, con las condiciones que ya os dije, y que poco a poco iréis viendo, sabéis que no cedo, pero también sabéis porque es la causa de que estéis aquí, que poseo otro matrimonio, la relación con ellos ya no es tan continuada, pero si que nos seguimos viendo de vez en cuando, aunque siempre son míos, pues ellos así lo desean, por lo que en cualquier momento os voy a reunir a los cuatro y ya veremos que pasa, pero me apetece hacer este experimento.

Existe algún problema.

-Cristina.- No Señor, confiamos en su saber hacer y discreción, y si ellos son también sus perros, haremos lo que Ud. Nos pida.

-Maricón.- Señor yo soy su propiedad así que no opino solo acatare con alegría lo que Ud., me pida.

Cada vez me gustaba más el tipo este, nada que ver con el maricón de Luis.

-Esta Bien perros, ya hablaremos, ahora os diré lo que tenéis que comprar para tener siempre a mano, aquí en Granada existe pero la calidad de lo que venden aun deja que desear, o intentan clavarte, así que como tu maricón vas mucho a Málaga y hasta Madrid, allí te será más fácil.

Le di una lista con diverso material y di por terminado el día, así que me levante y le dije a la perra que me acompañara arriba que iba a ducharme y a irme, esta me siguió y abrió la ducha y me la puso a una temperatura muy agradable.

-Cristina.- Ya la tiene preparada Señor.

Me metí en ella y detrás de mí lo hizo cristina, solo con la medias puestas, había aprendido bien. Me enjabono y aseo con esmero, y cuando estaba terminando y como mearse en la ducha es de guarros, la puse de rodillas le pedí que abriese la boca y me mee dentro de ella.

Continuara......
 

heranlu

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íbamos camino a mi casa y como teníamos poco tiempo por ser el día que era, les dije que esta noche cada uno me tenia que enviar un correo, con sus conclusiones, sus deseos, que habían sentido, y sobre todo si querían continuar, que esto solo era el principio y no había sido nada pues si deseaban continuar iban a ser usados y humillados por mi y por quien yo decidiera, Cristina iba hablar, pero yo sabiendo lo que iba a decir, le dije que se esperara, y que prefería su contestación cuando estuviese más tranquila, que tenían que pensar, que sus vidas iban a cambiar para siempre, pasando a mis manos.

Y ya no hubo más palabras me dejaron en casa y solo les dije adiós, ni más palabras ni más actos.

Al día siguiente entre unas cosas y otras hasta las ocho de la tarde no abrí mí correo, pero cuando lo hice allí estaban los dos correos.

Primero decidí abrir el del maricón y…

Correo de Manolo:

Buenas noches Señor, la verdad no se que decirle, pero sobre todo gracias, aun estoy un poco aturdido por todo lo sucedido, y muy excitado, pero seguro que era lo que necesitamos, y particularmente yo estoy deseando seguir adelante, convertirme en su perro y criado, por mi trabajo y como nos conocemos, ya sabe Ud., que yo suelo salir mucho de viaje, pero el resto de mi tiempo se lo entrego para que Ud., decida sobre el.

También le quería decir si me lo permite, que a Cristina la veo rara, no hemos cruzado palabra desde que Ud., se bajo del coche, y cuando hemos llegado a casa se ha ido directamente a su habitación, supongo que a ducharse y cambiarse, yo he entrado directamente a escribirle pues desde que salí por la puerta a buscar el coche ya había tomado la decisión de dejarme guiar por Ud., pero como sabe somos dos y estoy enamorado de mi mujer, y por eso hemos dado este paso, para darle vida a nuestro matrimonio, que estaba hastío y aburrido, y si ella no quisiera seguir yo tampoco lo haría, y me dolería mucho, pues al igual que ella llevaba cinco años sin recibir una polla en su coño, yo llevaba cinco años si tener una erección y menos llegar a correrme sin tocarme.

Espero que entienda todo lo que le he expuesto.

A los pies de MI Señor

Su perro más fiel.

PD. Espero ansioso su respuesta

Correo de Cristina:

Buenas noches Señor, Amo, Dios, o como desee que le llame, una vez, en solo una vez ha sabido Ud., solucionar todo lo que nos tenia amargados, cuando he llegado a casa he tenido que ir al baño a masturbarme, pero no me ha dado tiempo ni a tocarme, al ir a bajarme las medias he tenido otro orgasmo, gracias. Ahora mientras le escribo desde mi portátil y tumbada en la cama, después de darme un baño para relajarme e intentar tranquilizarme, le puedo asegurar que aun estoy terriblemente húmeda, pero feliz y muy tranquila.

Por la miradas que me echaba Manolo en el camino sé que él también ha disfrutado mucho con la situación vivida y yo he de confesarle que han existido momentos que creía que iba a cortar la situación, hasta que vi que el muy maricon se había corrido sin tocarse, jajaja, aunque si llega a intentar pararlo lo hubiese mandado a la mierda.

Esta noche no se si hablaremos del tema, pues vienen mis hijos y se quedan aquí a dormir los tres con sus respectivas parejas, pero en el momento que nos quedemos solos le prometo que hablaremos y espero que sea para bien, porque yo no seria capaz de volver a vivir como antes.

Por lo que me gustaría me aceptase como una perra más de las que ya posee, me utilice y use a su antojo, espero que respetando unos limites me haga Ud., de su propiedad.

Atentamente

Cristina.

Estos dos son los correos que ellos me enviaron, (copia literal y exacta de ellos).

Yo los leí y releí, para darle sentido a todo lo que ellos me habían querido expresar, y entenderlos un poco más, pues lo habían tomado con muchas ganas, y a veces lo mucho es tan malo como lo poco.

Y no les conteste hasta el día siguiente cuando me levante, aunque solo escribí uno que remití a los dos.

Hola perros, me ha complacido leer vuestros correos, y ver que ambos disfrutasteis, eso ya lo sabia con solo ver vuestras caras la otra tarde, y que queréis continuar.

Aunque he de decir que el más educado y acorde con vuestra nueva condición ha sido Manolo, pues en todo momento se ha portado como el perro que es, y no Cristina, que no sabe aun como ha de despedirse, pero bueno eso lo iremos corrigiendo, respecto a los limites, te diré que solo acepto los familiares y los del trabajo, y sobre todo la discreción, pero serás o seréis usados cuando como donde y por quien yo quiera, pero tened la seguridad de que si sois entregados a otras, no suelo entregar a mis perros a personas del sexo masculino, estas será aun más discretos que yo, aunque eso no es lo normal, pues lo hago muy de tarde en tarde.

Eso si, conviviréis con Raquel y su cornudo, y os usare a menudo juntos o por separado e incluso intercambiándoos.

Esto se me acaba de ocurrir, pues es la primera vez que poseo dos matrimonios a mi servicio.

Si aceptáis al cabo de un pequeño periodo de prueba por ambas partes, pues aunque la primera vez haya ido bien, no quiere decir que luego todo vaya sobre ruedas, pasare a ser propietario totalmente de vuestras vidas y posesiones, casas, vehículos y vosotros, pues series más un objeto de valor que otra cosa.

Antes de que pongáis pegas a esto ultimo, os diré que no se trata de poner nada a mi nombre ni nada parecido y menos económico, jamás he aceptado dinero por ser Amo, eso si jamás pago con vosotros, los gastos generados en nuestros encuentros correrán por vuestra cuenta al igual que le ocurre a Raquel, pero si me daréis copia de las llaves de la casa o casas para poder entrar y salir yo cuando a mi me plazca, sin previo aviso.

En cuanto pueda iré a vuestra casa y seleccionare la ropa que Cristina podrá usar, el resto la tirare o la regalare.

Si aceptáis mandadme un mensaje al móvil, haciéndomelo saber.

Saludos

Sire Leo

PD.- En caso de aceptación, el maricon dejara de dormir con mi perra, solo lo hará cuando estén vuestros hijos, el resto del tiempo que se busque otro sitio, esa cama solo pasara a ser usada por MI, por lo que el día que el maricon duerma en esa cama, las sabanas deberán de ser cambiadas rápidamente.

Esto también es copia literal y exacta del que yo les envié.

A la media hora más o menos de haberles remitido el correo, recibí, primero la aceptación de Cristina, y a los cinco minutos del de Cristina recibí el de Manolo, que aunque no me había dado su número, al leer el mensaje comprendí que ese era su móvil, también aceptando.

Le envié un mensaje a Cristina, preguntándole que cuando se quedaban solos en la casa, a lo que ella me respondió que al día siguiente, que era domingo, a media mañana ya estarían solos, pues como sus hijos residen fuera de Granada, se iban temprano.

La llame al móvil, y lo cogió rápidamente, y un poco asustada, pues no esperaba que la llamase.

-Hola perra, mañana en cuanto os quedéis solos me envías un mensaje al móvil, para ir a veros, y ya de paso ver mi nueva casa.

-Cristina.-Si Señor, lo estoy deseando y Manolo también, si le parece bien, y si como tienen previsto mis hijos se van a media mañana, se puede Ud., quedar a comer.

-Es mi casa perra, yo decidiré si me quedo o no, y si solo, como yo o también os dejo que comáis vosotros puta.

-Cristina.-Si Señor lo que Ud., diga y perdone mi torpeza.

-Hasta mañana perra.

Y colgué el móvil sin más frases y más palabras.

El domingo me levante tarde, pues el día anterior como es costumbre en esas fechas habíamos tenido reunión familiar, menos mal que ya se acababan las fiestas, serian las diez largas, mire el móvil y vi un mensaje de Cristina;” Señor mis hijos se acaban de ir, cuando Ud., desee puede pasar por su casa, que estos perros le están esperando.”

El mensaje me lo habían mandado a las nueve de la mañana.

A las doce de la mañana me fui para su casa, bastante excitado, pues desde la víspera de reyes no había tenido relación alguna, ni me había masturbado.

Una vez en su casa toque al portero y me contesto Cristina, preguntando quien es, y al decirle quien era, me dijo que un momento que iba Manolo a abrirme la cancela, viven en Granada en un Carmen, con buenas vistas, no es muy grande, pero si es muy bonito y da gusto vivir allí.

Apareció Manolo en chándal, y me abrió, y sin mirarlo si quiera a la cara, le dije; maricon, mete tu el coche, que yo voy a ver a la perra de tu mujer. Ella estaba asomada al porche, no se le veía nada mas que de cintura para arriba, y solo se le apreciaba un abrigo, pues la verdad es que hacia frío, así que me acerque hacia donde estaba ella, y subiendo la escaleras entre en el porche, acercándome a ella, que se había vuelto hacia mí, llevaba el abrigo, mejor dicho era tipo chaqueta ya que se le quedaba en la cintura, falda por las rodillas y medias negras, acompañadas de un tacón de unos diez centímetros. Me pegue a ella y cogiendola del pelo, le di un morreo, mordiéndole los labios, y desabrochándole la chaqueta metí mi mano y me sorprendió pues debajo no llevaba ni blusa ni sujetador, por lo que la cogi del pezón y lo retorcí y aplaste hasta que vi una lagrima en sus ojos, pero ella no protesto y aguanto estoicamente el dolor, cosa que me agrado bastante.

-Llevame dentro perra y enséñame la que es MI casa.

-Cristina.- Si Señor ahora mismo.

Entramos en su casa, y aunque yo ya había estado allí, la verdad es que del salón no había pasado. Ella conforme entro se quito el abrigo y la falda, quedándose solo con las medias y los zapatos, y pidiéndome que la siguiera me guió a través de la casa. En la planta baja tenían el salón, era amplio y dividido en dos ambientes, una habitación que era el despacho de Manolo, y otra que estaba lleno de cachivaches y que usaba como cuarto de plancha, también había un baño, y la cocina, con unas escaleras que bajaban a un sótano, este me gusto, pues pillaba toda la planta de abajo y estaba vacío, solo unos muebles viejos, tenia un par de ventanas que daban al suelo del patio, pero no tenia mas puerta que la de la cocina, cosa que me extraño, pues normalmente se usan como cocheras o como almacén, pero con entrada por la calle, pero según me dijo, ya estaba así cuando compraron el carmen, y que como los coches los tenían en un pequeño garaje, pues que nunca les había dado por usarlo para nada, y luego subimos a la planta de arriba, donde estaban los dormitorios, estos los acababa de reformar, y había hecho cuatro dormitorios con sus respectivos baños, de los cuales tres eran de sus hijos y el cuarto por ahora era de los nietos, y por ultimo subimos otra planta más que era una pasada, pues es un mirador, donde han hecho su dormitorio, con una terraza cerrada, que lo usan como salita, con todas las comodidades, música, tele, una pequeña nevera y un microondas, un baño, bastante grande, con ducha, no tenían bañera, y un vestidor con toda la ropa de ambos, a la derecha la de Cristina y a la izquierda la de Manolo.

-Bonita casa perra, y esta habitación es una pasada, me gusta, para empezar el cornudo no podrá pisarla nunca, salvo que estén tus hijos, así que su ropa la ha de pasar a una de las habitaciones de abajo, que se lleve la que use normalmente, y deje aquí el resto, y solo podrá pisar esto para coger ropa, solo y exclusivamente.

-Manolo.- Lo que Ud., diga Señor.

Me sorprendió esa respuesta, pues no sabia que estaba allí, había llegado sin casi hacer ruido.

-Quitate el chándal maricón, a partir de ahora cuando yo este aquí solo llevaras unas bragas de tu mujer que ahora te daré, siempre las mismas, y solo las lavaras cuando yo te lo diga, y jamás volverás a usar slip, eso es solo cosa de hombres no de maricones.

Se desnudo rápidamente, y no llevaba ropa interior, por lo que me acerque a él, y le solté un bofetón que hasta me dolió la mano.

-Perro quien te ha dado permiso para no ponerte ropa interior.

-Manolo.- Lo siento Señor, no volverá a suceder.

Esto lo dijo con lagrimas en los ojos, pero con un empalme de cojones, pues el muy cabron gasta una buena polla.

Mientras tanto Cristina solo miraba, tenia la cara entre excitada y sorprendida de ver a su marido así.

-Vamos a ver que bragas le damos al maricón de tú marido perra

Cristina me acerco a una cajonera y me indico que en los dos primeros estaba toda su ropa interior, al abrir el primero vi varias bragas mas usadas, y de diversos colores, pero me agrado no ver ninguna de color beige, así que cogi varias y se las lleve al maricón, tirándoselas a la cara le dije que se pusiera una ahora mismo y las otras para cambiarse de vez en cuando.

Yo ya estaba empalmado y si seguía así casi me iba a correr sin necesidad de tocarme.

-Maricón vete a los pies de la cama y ponte de rodillas, vas a ver como me follo a mi perra.

Me acerque a Cristina y cogiendola del pelo la lleve a la cama, y sin más le solté un bofetón, que le deje la cara marcada.

Me miro con cara rara como no comprendiendo porque le había pegado.

-Eres mi perra, y yo no te he dado permiso para recibirme sin ropa interior perra, que sea la última vez que tú decides algo por ti misma.

En eso Manolo llamo mi atención, pero como intentando no molestarme, así que lo mire y lo que vi casi me hace llorar de risa, pues las bragas de su mejer no la pasaban de las rodillas.

-Déjatelas así perro, ya lo solucionaremos.

Me volví a Cristina y tumbándome en la cama le dije que me desnudara, y que me follara quería que me follase ella, pues además me iba a correr en seguida, pues estaba excitadísimo.

Tardo un minuto en desnudarme pues ella estaba aun más caliente que yo, y se subió encima de mí metiéndose mi polla de golpe en su coño.

-Cristina.- Mira maricón como me folla mi Señor, mira, porque es lo único que vas hacer a partir de ahora, maricón

-Manolo.- Señor me corro, aggggggg, lo siento no he podido aguantar Señor, lo siento, lo siento.

Esto lo dio con lágrimas en los ojos.

Cuando vi que yo me iba a correr, tire a mi perra de la cama y poniendo de rodillas junto al maricón me corrí, repartiendo mi corrida entre ambos, pues después de tantos días sin hacerlo fu abundante

-Limpiadme perros, limpiadme la polla, que no quede rastro de mi corrida, y cuando acabéis, tu perra al baño conmigo y tú maricón a preparar la comida y no aparezcas hasta que este todo puesto, y ponte unos slip, para cocinar, mientras solucionamos lo de tus bragas.

-Cristina.- Señor en la habitación de mi Esther tiene que haber bragas de ella y estas, seguro que si le entran al maricón este.

-Buena idea perra, ya has oído a la puta de tu mujer maricón, baja y ponte unas, luego bajare yo y veré cuales elegimos.

El maricón se fue hacia abajo y ya no lo volvimos a ver hasta que nos llamo para comer, pero mientras yo cogi a la perra de su mujer y la lleve a la ducha, y metiéndome en ella, le pedí, que me enjabonara y limpiara, fue a quitarse las medias y le solté otro bofetón.

-Solo los zapatos perra.

Y así se metió y me enjabono y limpio, dedicándole besos y caricias a mi polla, que se puso otra vez tiesa, así que sin miramientos la cogi del pelo y se la metí en la boca, con jabón y todo. Le vinieron unas arcadas pero la muy puta aguanto, y me la estuvo chupando bajo el agua durante diez minutos, y cuando me iba a correr la cogi de la cabeza aguantándole la boca con mi polla dentro, y me corrí gritándole y llamándole de todo, ella hizo por soltarse, pero aun la sujete con más fuerza y me orine dentro.

Cuando termine, me salí de la ducha y la deja allí tumbada en el suelo con las medias chorreando y por los tobillos, y con una mano en el coño.

-Cristina.- Me puedo correr Señor, no puedo más Señor lo necesito.

Pero no me dio tiempo ni a permitírselo ni a negárselo, pues la muy zorra encadeno tres orgasmos seguidos.

-Cristina.- Lo siento Señor, no podía más, aceptare cualquier castigo que Ud., me imponga.

Yo pensé que para ser su segunda vez, estaba más que perdonada, y cerrando el agua la cogi y le di una toalla para que se secase, y se quitase las medias, y que cuando acabase viniese a la cama, que allí la esperaba.

Al cabo de cinco minutos apareció y…

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pensé que para ser su segunda vez, estaba más que perdonada, y cerrando el agua la cogí y le di una toalla para que se secase, y se quitase las medias, y que cuando acabase viniese a la cama, que allí la esperaba.

Al cabo de cinco minutos apareció y…

Así termino el capitulo anterior, os recomiendo leer los dos anteriores.

Al cabo de cinco minutos apareció, totalmente envuelta en una toalla, yo estaba tumbado en la cama mirando hacia la puerta del baño, esperando que apareciera, lo que vi no me gusto, pero deje que se acercara, y cuando se puso a cuatro patas para tumbarse junto a mí, le di un bofetón que hasta a mi me dolió la mano.

Ella se quedo muy parada, mirándome, sabiendo que había cometido una falta, pero no sabía cual.

-Perra que sea la ultima vez que te acercas a mí con una toalla, conforme termines de secarte te pondrás tu uniforme de perra, es decir medias y zapatos de tacón, puta.

Rápidamente y con las lagrimas saltadas se bajo de la cama tiro la toalla y se fue al vestidor, volviendo a los tres minutos, con una medias de color blanco y unos zapatos del mismo color, y sin habérselo pedido, desde la puerta del vestidor hasta la cama se acerco andando a cuatro patas.

-Cristina.- Lo siento Señor, no volverá a ocurrir, perdone a esta perra.

-Me gusta perra, ahora acércate por el lateral y quédate en el suelo con la cabeza apoyada en la cama, me apetece descansar y me gusta acariciar a mi perra.

Y así estuve unos diez minutos que me vinieron muy bien para descansar y recuperarme un poco.

Pasados esos diez minutos, me levante y la vi tumbada tal y como le dije, pero se había quedado dormida, así que le di un pequeño azote y le dije que se levantara que íbamos al vestidor.

-Es que no has descansado perra?

-Cristina.- No Señor, la verdad es que no he dormido nada, el deseo ha podido más que el sueño.

Se levanto y pasando delante de mi, se dirigió al vestidor, abriendo las puertas de los armarios y corriendo las cortinas, me acerque al armario y empecé a hurgar entre la ropa colgada, cogí todos los pantalones y los tire al suelo, así como alguna falda tipo hippy, particularmente no me gustan, y más las que llegan a los tobillos, alguna que otra blusa anticuada, y seguidamente abrí los cajones de la ropa interior, y aunque ya lo había visto por encima, revolví todo lo que había y tire las bragas y sujetadores más viejas y las que no tenían compañero. En el tercer cajón tenia las medias y pantis, aunque pantis tenia muy pocos dos o tres a lo sumo, según me comento ella prefiere las medias pues los pantis se le marcan mucho en la cintura, los cogí y tire, dejándole solo las medias, también tire la retahíla de calcetín media que tenia, agggggg, luego me fije en las estanterías del armario y vi la ropa deportiva y me gusto, así que le alabe el gusto y no tire nada, y para terminar le pregunte por el zapatero, y dándose la vuelta abrió otra puerta donde estaban todos los zapatos muy bien ordenados y limpios, la mayoría tenían tacón más o menos, pero a mi me basta, solo tenia una par de bailarinas y una sandalias, esas también las cogí y las tire con todo el montón de ropa.

¬-Muy bien perra, me satisface la mayoría de tu vestuario, aunque ya lo sabía perra, porque las pocas veces que nos hemos visto siempre ibas muy elegante.

-Cristina.- Gracias Señor, siempre me ha gustado vestir bien.

-Ahora abre el armario del maricón y saca toda su ropa interior y échala con toda la que hemos tirado al suelo.

Rápidamente abrió dos o tres cajones y saco la ropa apuñados, apilándola junto a la suya.

-Bien perra, ahora mete todo en bolsas, y cuando estéis seguros de que queréis vivir así las tirareis.

-Cristina.- No me hace falta esperar Señor, esto va a la basura ahora mismo, no quiero guardar nada que me recuerde mi anterior vida.

En ese momento subió el maricón.

-Maricón.- Señor ya esta la comida, he puesto la mesa con un servicio nada más a la espera de que Ud., me indique donde comemos nosotros.

-Muy bien maricón, me gusta verte así, por cierto, me gusta las bragas que has escogido, ya iremos a comprarte algunas de tu talla, y tú perra ponte ropa interior, que vamos a comer.

Ella abriendo el cajón cogió unas bragas y un sujetador de seda blancos, a juego con las medias y los zapatos.

-Cristina.- Le gusta a mi Señor?, me hacia ilusión ponerme de blanco para Ud., para que Ud., sea el que me desvirgue como su puta y zorra.

Me gusto y acercándome a ella la bese y morree un rato, y cogiéndola de la cintura nos dirigimos hacia la planta de abajo para comer. Pero mientras empezábamos a bajar las escaleras, se volvió hacia atrás y dijo;

-Cristina.- Tú maricón coge esas bolsas y tíralas a la basura, no hace falta ni que mires lo que hay dentro.

Eso me encendió y me gusto, tenia muy claro que no quería volver atrás.

Llegamos a la mesa y yo me senté, mientras Cristina espero de pie, hasta que entro el maricón y se quito el abrigo que se había puesto para salir a tirar la basura.

-Pon otro plato para mi perra, ella comerá a mi lado mientras no cometa ninguna falta, tú nos servirás y mientras comemos estarás de rodillas esperando que solicitemos tus servicios.

-Maricón.- Si Señor como Ud., diga.

Al maricón le gustaba pues estaba empalmado como un burro, y no sabia como ponérsela, pues las bragas no se la aguantaban mucho.

Había preparado arroz, y la verdad es que el muy maricón cocinaba muy bien, pues estaba muy bueno, también me puso un ribera del que dimos cuenta Cristina y yo, mientras hablábamos de cosas sin importancia, por lo menos en ese momento.

Cuando terminamos de comer y de tomar yo un café, le dije a Cristina que se metiera bajo la mesa y me la chupara, que me apetecía, ella sin decir nada se metió bajo la mesa y sacándomela de los eslips, se puso a chupar como una posesa, la verdad es que yo estaba muy excitado con todo lo que estaba aconteciendo, pero no quería que se tragara mi corrida, tenia pensado otra cosa.

Cuando iba a correrme le di mi copa de vino que estaba vacía y le dije que vaciara allí mi leche. Salió debajo de la mesa con la copa en la mano y relamiéndose la leche que tenia en los labios, a la perra le gustaba.

Cogiendo yo la copa me acerque a donde estaba el arroz que había quedado y llamando al maricón para que viera lo que iba hacer, eche la leche en la comida y la removí, poniendo el cachorro en el suelo.

-Aquí tienes tú comida maricón, quiero el plato limpio.

-Maricón, gracias Señor.

Y poniéndose a cuatro patas y con gran trabajo empezó a comer como un perro. Yo me acerque a la otra parte del salón, donde estaba la tele y los sillones y me senté en el sofá, señalándole a Cristina que se sentara a mi lado.

-Y tú maricón cuando acabes de comer, y de limpiar todo perro, puedes tumbarte donde te apetezca a descansar.

Nos quedamos adormilados los dos viendo la tele, y así estuvimos casi dos horas, abrí los ojos y vi a Cristina totalmente dormida en mi regazo, y al Maricon tumbado junto al sofá viendo la tele, era el único que estaba despierto.

Sin moverme del sillón, le dije al maricón que fuera a mi coche y me trajera una bolsa que había en el asiento del conductor, que le iba a gustar. Este se levanto, y aunque le costó trabajo pues de tanto rato en la misma postura tenia el cuerpo entumecido, se puso el abrigo y salió fuera a por lo que yo le había pedido.

Mientras me acerque a Cristina y cogiéndola por los pezones la termine de espabilar, ella me miraba con dolor pero a la vez con cara de vicio, además no gritaba ni se quejaba, a la muy zorra le gustaba, y una vez de pie le metí mano en el coño, que ya lo tenia mojado y empecé a pellizcarle el clítoris con fuerza, pero aun así no se quejaba.

-Cristina.- Me puedo correr Señor

-No puta, ahora te vas a follar al maricón, quiero que lo desvirgues, quiero que se la metas todo lo profundo que puedas.

-Cristina.- Como Señor como me lo he de follar?

-Ahora lo veras perra, ahora veras como lo vas hacer.

En eso entro el maricón con la bolsa que yo le había indicado, me la acerco y se quito el abrigo, poniéndose en seguida a cuatro patas.

Yo saque una regla de cuero de unos veinte centímetros, y un dildo doble con correas.

-Acércate maricón, ponte de pie e inclínate sobre el sofá con el culo hacia fuera.

Rápidamente lo hizo y cogiendo la regla me acerque a él y le dije que iba a recibir 20 azotes por las pequeñas faltas que había cometido, aunque la verdad es que no había cometido errores, pero me apetecía azotarlo.

-Iras contándolos y me darás la gracias, y si me convences recibirás un premio maricón.

Empecé a azotarlo y el a contarlos y dar las gracias, y pude comprobar que le gustaba, pues el empalme era bestial, además de que iba aumentando el grado de fuerza que le imprimía a los azotes, cuando iba más o menos por el quince me fije en Cristina y vi que la muy puta estaba echada en uno de los sillones tocándose el coño y a punto de reventar, así que dejando de darle azotes al maricón me fui hacia Cristina y le solté un bofetón.

-Perra que sea la última vez que te tocas sin mi consentimiento, si no te ordeno nada tu posición será de rodillas con el culo apoyado en los talones puta.

-Cristina.- Si mi Señor (esto lo decía con las lágrimas saltadas), no volverá a pasar.

-Lo se puta sé que no volverá a pasar, ahora vete a buscar una crema para que le cures el culo a la maricona de tu marido perra.

Me dirigí hacia el maricón que no se había movido de la postura en que lo deje y termine de darle los azotes que le faltaban.

Cuando termine le dije que no se moviera que mi perra lo iba a cuidar y a hidratar.

Cristina llego en seguida con la crema y yo indicándole con el dedo que no hablara, le di el dildo para que se lo metiera y se lo asegurase con las correas, y acercándola al maricón, le dije que le diera crema por las nalgas y le lubricara el culo, esto ultimo se lo dije bajo, pero creo que no tanto porque vi que la caraba le cambiaba.

Esta se acercó a él y empezó a aplicarle la crema y cuando empezó a darle crema en el culo este se volvió y al ver lo que tenia su mujer puesto puso cara de miedo, pero no dijo nada.

-Cristina.- Señor si no me lo follo ya me voy a correr, con lo que tengo dentro no voy a poder aguantar mucho.

-Perra como te corras sin mi permiso vas a recibir unos cuantos azotes.

-Cristina.- Lo intentare

Hacia verdaderos esfuerzos para no correrse la muy perra.

Cuando vi que ya había lubricado bastante el interior del culo le dije que se lo follara, le pedí al maricón que pegara la cabeza al sofá a fin de que mi perra llegase, pero aun así no llegaba, por lo que le dije al maricon que se pusiera a cuatro patas, y fue perfecto aunque ella tenia que flexionar bastante.

Cristina se puso detrás y sin más miramientos se lo metió de golpe y era un dildo de cinco centímetros de diámetro por veintidós de largo, y el chillido que dio él, se tuvo que escuchar a mucha distancia, pero enseguida empezó a resoplar y a gemir el muy maricón.

-Cristina.- Te gusta maricón, te gusta perro, eres una mierda de hombre, uffff, que gusto follarte mierdecilla, gracias Señor, pero no aguanto más me puedo… agggggggggg, me corro, me corro, lo siento Señor, lo siento.

Le ordene que siguiera follándose al maricón y mientras lo hacia se corrió otras dos veces más, hasta que;

-Maricón.- Señor me puedo correr, no voy a aguantar más Señor.

Le di una jarra de porcelana o de barro que había en una estantería del mueble.

-Si te puedes correr, te lo has ganado, pero dentro de esta jarra

-Maricón.- Gracias uffffffffffffffffff, agggggggg, me corro

La verdad es que fue una bestialidad, jamás había yo tenido una corrida como esa.

Le ordene a Cristina que se saliese de culo de su marido, y que se quitara el arnés, y cogiéndola del pelo la lleve al sofá y la hice poner en la misma postura que antes había puesto a su marido, por lo que pensó que la iba a azotar, por eso cuando sintió que le metía mano en la cintura para sacarle más el culo y sobretodo cuando sintió mi polla entrar sin miramientos en el culo, pego un grito como de terror, pues se la metí sin lubricante y sin nada, y tras dos o tres embestidas me corrí, pues yo también estaba muy excitado.

Me salí de ella y tenía un poco de sangre, así que cogiéndola del pelo le escupí en la cara y le dije que me limpiara la polla.

Agacho la cabeza y se puso a limpiármela, tenía el pelo revuelto y la cara llena de lágrimas, pero se le veía feliz.

Cuando termino le indique al maricón que se acercase a por un plato a la cocina, que echase lo de la copa en el plato y que se lo pusiera a la perra de su mujer para que se lo bebiera como lo que es, una puta perra.

Este fue a la cocina y no tardo nada en traer el plato y hacer lo que yo le pedí, poniendo el plato con la leche delante de Cristina.

-Perra bébete la leche de tu marido, y deja el plato limpio, luego os quiero a los dos en posición, y delante de mí, os tengo que indicar unas cosas.

En tres minutos los tenía a ambos en la posición.

-Bien perros, como habéis visto esto es como vas a vivir a partir a ahora, con las condiciones que ya os dije, y que poco a poco iréis viendo, sabéis que no cedo, pero también sabéis porque es la causa de que estéis aquí, que poseo otro matrimonio, la relación con ellos ya no es tan continuada, pero si que nos seguimos viendo de vez en cuando, aunque siempre son míos, pues ellos así lo desean, por lo que en cualquier momento os voy a reunir a los cuatro y ya veremos que pasa, pero me apetece hacer este experimento.

Existe algún problema.

-Cristina.- No Señor, confiamos en su saber hacer y discreción, y si ellos son también sus perros, haremos lo que Ud. Nos pida.

-Maricón.- Señor yo soy su propiedad así que no opino solo acatare con alegría lo que Ud., me pida.

Cada vez me gustaba más el tipo este, nada que ver con el maricón de Luis.

-Esta Bien perros, ya hablaremos, ahora os diré lo que tenéis que comprar para tener siempre a mano, aquí en Granada existe pero la calidad de lo que venden aun deja que desear, o intentan clavarte, así que como tu maricón vas mucho a Málaga y hasta Madrid, allí te será más fácil.

Le di una lista con diverso material y di por terminado el día, así que me levante y le dije a la perra que me acompañara arriba que iba a ducharme y a irme, esta me siguió y abrió la ducha y me la puso a una temperatura muy agradable.

-Cristina.- Ya la tiene preparada Señor.

Me metí en ella y detrás de mí lo hizo cristina, solo con la medias puestas, había aprendido bien. Me enjabono y aseo con esmero, y cuando estaba terminando y como mearse en la ducha es de guarros, la puse de rodillas le pedí que abriese la boca y me mee dentro de ella.
 
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