Matando un Bicho

heranlu

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Leoncio tras su divorcio con su primera mujer, y ya a la edad de cincuenta y tres años, y transcurrido unos años sin pareja, por fin encontró a Camila. Esta era una mujer mucho más joven que él, que poseía 36 años, que sin ser bonita tenía un cuerpo bastante elegante. Tras unos meses de conocimiento, ambos decidieron ponerse a convivir, trasladándose Leoncio a la casa de aquella.

Cuando Leoncio encontró a Camila, la misma era viuda y con una hija llamada Rita que por aquel entonces solo era una cría de unos doce años. Desde los primeros momentos la chica mostró una total confianza con la nueva pareja de su madre hasta el punto de que le obedecía más a que a su propia madre. La chica fue creciendo, convirtiéndose pronto en una joven muy bella, con un cuerpo que sin ser grueso tampoco se puede decir que fuera delgado. Tenía unos grandes ojos azules, larga melena negra, piel morena, con 1.75 de estatura, aunque sus pechos resultaban algo pequeños. Pese a todo, siempre se portaba como una niña mimada y en cierto modo con pensamientos demasiado infantiles para su edad.

Pese haber superado la adolescencia la joven seguía manteniendo una estrecha relación de afecto con Leoncio. Desde los primeros años de su adolescencia Rita no tenía reparos en mostrarse casi desnuda ante la pareja de su madre, extremo que cambió cuando alcanzó los dieciséis años, quizás por el pudor, y por las reprimendas de su madre, por lo que comenzó a guardar cierta distancia, no mostrando su intimidad como antes. No obstante haber crecido, ella le seguía consultando cualquier problema, incluso las tareas del colegio e instituto.

Pronto Rita alcanzó la mayoría de edad. Aunque inicialmente no noto ningún cambio de comportamiento, Leoncio se dio cuenta en que la chica comenzó a interesarse más las relaciones con chicos y con sus amigas. Hacía preguntas algo comprometedoras, que el intentaba no responder y que le decía que le preguntara a su madre. Al propio tiempo, se percató que en varias ocasiones cuando había entrado en el cuarto de la joven por algún motivo la había sorprendido visualizando algún contenido erótico en páginas de internet, pero que ella al momento eliminó de su vista.

Leoncio nunca le hizo comentario alguno, toda vez que era evidente que a esa edad tuviera sus inquietudes sexuales y quisiera experimentar sus relaciones con chicos de su edad. Ella, pese a su edad, no dejaba de consultarle cualquier cuestión relacionada con la materia de su educación, ya que ella le costaba bastante, algunas materias como los problemas de lengua y matemáticas. Leoncio, como buen padrastro siempre estaba solicito a ayudarla.

Estando así las cosas, un buen día, mientras Leoncio se encontraba en el baño de su dormitorio, acabante de salir de la dicha, se puso a darse unos masajes en la cara. Ante su sorpresa, en ese momento hizo su aparición en el dormitorio Rita, la cual había llegado del instituto y preguntaba por su madre. La joven entró hasta el mismo baño y pillo a la pareja de su madre en cueros. Pese a que en los primeros años había llegado a verlo desnudo, tras la adolescencia jamás Leoncio lo había permitido. Por ello, la impresión de la joven resulto notoria, al contemplar a su padrastro en aquella lid, totalmente en pelotas en el baño dándose unos masajes.

Leoncio también se percató de la impresión que causó en la joven, viendo como la misma enrojeció al contemplar su cuerpo, y al visualizar sus genitales. No es que fueron los genitales de una mandingo, pero Leoncio calzaba una buena daga, especialmente larga aunque no tan gruesa. Aún en reposo, aquella daga impresionó a la joven ya que colgaba majestuosa entre la entrepierna del hombre.

Leoncio trato de aparentar cierta tranquilidad, por lo que se digirió a la joven diciéndole: -Hola Rita.. ¿Preguntas por tu madre?-

-Sí. Pensé que era ella la que estaba en el baño. Le respondió la joven sin apartar la vista de la macana de su padrastro.

-Pues Rita…creo que salió bastante temprano a visitar a tu abuela, que parece que esta algo enferma- le contestó el hombre sin inmutarse, intentado guardar la calma ante aquella escena.

Evidentemente Leoncio se quede algo nervioso, ya que su hijastra no hacia intentos de salir de la habitación y tampoco dejaba de contemplar su daga, lo que motivo que sin poder evitarlo, su tranca comenzara endurecerse adquiriendo una incipiente erección, que no paso desapercibida para la joven. Al instante los colores afloraron a la cara de Rita, quien rápidamente, pero sin dejar de mirar su nabo, le dijo: -vale papi.. Te dejo vale

El hombre se quedo inquieto ante lo sucedido. Y no era para menos. Su hijastra se había interesado esa tarde por sus genitales, y le había visto desnudo después de muchos años. Y claro, ahora Rita no era una adolescente, era toda una señorita que había adquirido la mayoría de edad. Sin poder evitarlo, percibió cierta excitación que trato de superar cuanto antes.

Leoncio pese a su edad sexagenaria, aún conservaba una buena salud sexual. No obstante no le quiso dar mayor importancia al hecho, pero comprobó que a partir de ese día, su hijastra le bombardeaba con preguntas sobre la sexualidad, hablada del comportamiento con sus amigos, etc. Conversación, que por supuesto, no mantenía con su madre.

Pese a todo ello, jamás hubo ningún intento obsceno por parte de Leoncio hacia la misma, ni tampoco por parte de ella, aunque el hombre fue percibiendo como Rita se acicalaba bastante y se ponía en unas posiciones algo comprometedoras ante su padrastro, que evidentemente se daba cuenta que lo quería poner nervioso. ¡Joder Leoncio, que es tu hijastra! Se decía el mismo al contemplar como aquella joven se quedaba mirando por la ventana de la sala, dejando a la vista todo su trasero y con una minifalda que dejaba gran parte de sus muslos a la vista.

Rita por su parte, tras la visualización del cuerpo desnudo de su padrastro, comenzó a interesarse por el mismo. Su sexualidad estaba en una efervescencia manifiesta. Había tenido algún encuentro con algunos de sus compañeros de clase, pero no paso de ciertos manuseos, algunos besos, y hasta llegó a tocar los genitales de alguno de ellos. En esos encuentros había comprobado que los genitales de sus amigos nada tenían que ver con el que había visto a su padrastro en el baño. Para colmo, algunas compañeras de clase, especialmente aquellas más liberales, relataban hazañas sobre encuentros sexuales que a ella le parecían de película. Y entre esos relatos, alguna dejó caer que mantenía relaciones con su propio progenitor.

Aquella agitaba a la joven, y ya en internet comenzó a devorar toda clase de artículos sobre el sexo entre familiares, constatando que solo pensar en su padrastro mojaba su braguita. Tras algún tiempo, comenzó a soñar con hacer el amor con la pareja de su madre, hasta el punto, que pronto comenzó a masturbarse con la fantasía de ver el cuerpo desnudo de su padrastro.

Pero todo se trastocó, cuando cierto día, tuvieron una fiesta en un restaurante por el cumpleaños de un familiar de su madre, donde acudieron bastantes invitados. Bebieron y comieron opíparamente, hasta el punto de que algunos comensales ingirieron tal cantidad de bebidas y mezclas, que terminaron beodos. Rita, igualmente había acudido y también había tomado alguna copita de más con los jóvenes que acudieron. Pese a todo, durante la comida, ella no dejaba de contemplar a su padrastro, el cual parecía el más cuerdo y el que mejor se contenía. Por otro lado, le gustaba contemplar aquel hombre, que pese a su edad, aún mantenía un cuerpo excelente, con algunas canas en el pelo, pero que para ella era un verdadero seductor.

Evidentemente, Leoncio se dio cuenta de esas miradas de su hijastra, pero se limitó a sonreírle, aunque no dejaba de intranquilizarlo. Para colmo esa noche la hijastra se había colocado un vestido precioso que le quedaba como un guante. Ya no era la chiquilla con la que jugaba en sus primeros años, era toda una señorita.

Ya algo tarde, los comensales comenzaron a marcharse, verificando Leoncio que su propia pareja Camila se encontraba bastante mareada por el alcohol ingerido. Decidieron que era hora de retirarse y como pudo logró meterla dentro de su coche. Rita se sonreía al ver la tremenda borrachera que había cogido su madre. Al llegar a casa, como pudieron la llevaron hasta su dormitorio y para terminar dejándola sobre la cama. Ambos se percataron que Camila, se había dejado orinar:- Te has dado cuenta papi. Mama la ha cogido esta noche. …¡se ha dejado orinar en sus bragas!. j aja…

-ya lo veo. Tendré que lavarla un poco. No podemos acostarla de esa forma ¿me ayudas?
. Le preguntó él.

Ante su incrédula mirada, Leoncio desnudo a su pareja, dejándola solo con el sostén y tiró de sus bragas bajándolas por sus piernas, quitándoselas completamente. Rita miraba a su madre, totalmente despatarrada sobre la cama, contemplando el coño bien arreglado que siempre llevaba y, donde se vislumbraba igualmente los labios de su coño, que siempre los tenía bastante pronunciados. Leoncio ni corto ni perezoso, tomo una toalla con agua caliente, y comenzó a frotar sus muslos y pasándolo por todo el coño de su pareja con el fin de asearla.

Acción que realizó a la vista de su hija, a la que le dijo:- anda sujétale bien las piernas, para poder limpiarla mejor.

Rita observaba la escena, y comenzó a notar cierto cosquilleo en sus partes al contemplar a su madre completamente desnuda de medio abajo, con todo su coño al aire, mientras su padrastro la limpiaba los labios de su vagina con la toalla. Más nerviosa se puso al contemplar como aquel se atrevió a separar los labios del coño de su madre, dejando a la vista el clítoris y la raja de Camila.

-Oh…. ohhhhs ooo- exclamo Camila, casi inconscientemente. Pese a su estado de tremenda borrachera, no fue inmune al toqueteo de coño que le estaba dando su propia pareja.

-tranquila Camila. Solo te estoy limpiando.- le dijo algo nervioso Leoncio al ver la reacción instintiva de su pareja.

Rita le miró a los ojos al ver como su madre respondía y el le contesto:- Es que tu madre es muy sensible ahí. En cuanto le toco un poco… ya sabes..

-ya veo papi- le dice ella sonriendo, pero enrojeciendo.

Luego la dejaron dormir, tapándola con la sabana y una manta y salieron fuera.

Rita había tomado igualmente alguna que otra copa, por lo que se notaba bastante acalorada. Por otro lado, la escena vivida con su madre la había excitado y notaba como sus braguitas se habían mojado. Tampoco a Leoncio le paso desapercibido la cara enrojecida de su hijastra, pero optó por decirle: - Bueno Rita me voy a duchar. Buenas noches.

-si claro papi… Yo también voy hacer lo mismo, buenas noches- le contesto ella.

Leoncio marcho a ducharse. Al acabar se colocó una bata de levantar y con solo un slip, ya que estaba algo acalorado, y se hecho en la cama al lado de su mujer.

Rita por su parte, ya en su dormitorio recordó nuevamente la escena y tras quedarse completamente desnuda en su dormitorio, se miró al espejo, se toco sus pechos, y fue bajando su mano hasta alcanzar su conejito. Al tocarse los labios de su chochito contempló que estaban todos mojados: ¡se encontraba sumamente excitada!. Mientras de duchaba, se dijo que necesitaba calentar a su padrastro. En el fondo quería coger con él. Era virgen, pero no le importaría que fuera el primero en entrar en ella. Mientras se secaba se dijo: ¡esta noche es la ideal, mama esta tan borracha que ni se enterará!. En ese momento sitió que alguien se dirigía a la cocina. Abrió un poco la rendija de la puerta de su dormitorio y contemplo que era su padrastro el cual solo estaba con un slip.

Tremendamente excitada se colocó una blusa y una pequeña minifalda, y decide ir al encuentro de su padrastro en la cocina.

Leoncio se encontraba tomando un vaso de agua, cuando observa venir hacia la cocina a su hijastra. Le notó con cara de preocupación, y terminó por preguntarle:- ¿Te ocurre algo Rita?

Ella, adoptando la actitud de chica preocupada, se muestra como turbada, y le contesta: ¡Ay papi me da cosa decírtelo!.

-¿de qué se trata?- le pregunto Leoncio intrigado. Sabes que tienes confianza conmigo. ¿Vamos dime que te ocurre?.

Entonces la chica, tremendamente excitada se toca en la parte de la entrepierna de su minifalda y le contesta:-es que… ¡Me pica abajo, papi!. “Creo que se me ha metido una garrapata o un bicho”.

Leoncio se quedó tan parado que casi se le cae el vaso de agua al suelo. Tan sorprendido se quedó que apenas pudo reaccionar. No obstante logro sobreponerse y le dijo: -¿Estás segura?. Será mejor que te des una ducha e intentes orinar. Verás que si es cierto, quizás con eso te salga.

-Ay no se Papi. Pero te voy a hacer caso. Pero es que mi pica mucho. le contesto ella sin dejar de tocarse su entrepierna. No obstante opta por marcharse a su dormitorio.

Mientras la joven se retiraba, Leoncio se quedo preocupado con lo que le había dicho su hijastra. Le parecía algo extraño que tuviera un bicho en sus partes, pero tampoco era descartable. Sabía que la misma mantenía ciertos comportamientos aún algo adolescente, pero no le dio mayor importancia. Pero ello no evitó que su pene se envarara ante las palabras de su hijastra, y al ver como se tocaba sus partes.

Tras dejar el vaso de agua en el fregadero, decide regresar a su dormitorio. Al pasar por el cuarto de su hijastra, observa que esta le llama. El apresuró a ver que le ocurría, abriendo la puerta del dormitorio de la joven. Nada más entrar, su sorpresa fue mayúscula: allí estaba Rita, en medio de la cama, la cual se encontraba con una bata de dormir casi semitransparente, donde se percibía que debajo estaba totalmente desnuda. ¡Vamos que su hijastra no lleva sostén ni bragas!.

Le preguntó bastante apurado y sumamente nervioso:- ¿Qué te ocurre?

-Ay papi. He hecho lo que me dijiste. Me he lavado incluso e orinado. Pero….”es que me sique picando” y “me pica mucho ahí”.

-¿Te has bañado como te dije? Le volvió a preguntar agitado Leoncio.

-sí. Lo hice, pero aún me pica. ¡Creo que el bicho sigue dentro!.

No se Rita. ¿Quieres que te lleve a un hospital para ver de qué se trata?. Creo que será lo mejor. Le dice ante su preocupación.

-¿Al hospital?. Ay papi. Me da vergüenza. No quiero que los médicos me vean ahí. Le contesta ella señalando sus partes.

- ¿Y entonces como lo vas a solucionar? Tu madre ahora está bastante ebria para mirarte.

Ella sonrojada, le mira a la cara y le contesta: Ay papi ¿Por qué no lo haces tú?

Aquello le dejo totalmente trastornado. Joder ¡su propia hijastra quería que le mirara en su coñito para ver si se le había metido una garrapata o algún bicho!. No se lo podía creer. Al momento, sin poder contenerse, su pene se endureció alcanzando una erección importante bajo su slip. No sabía que contestarle.

-¿pero Rita?. ¿Sabes lo que me estas pidiendo?…No creo que eso sea correcto. Si tu madre se entera…¡Me echará una buena reprimenda! Y… no quiero problemas.

-Vamos papi. Te juro que nunca sabrá nada…... Pero anda,… es que me sigue picando. “No me puedo aguantar!.. le dijo, mientras se tocaba su coñito con los dedos metiéndolos bajo la única prenda que llevaba puesta.

Chica… esto no es correcto. El no sabía cómo actuar.

Lo piensa, sabe que es una locura, pero en el fondo la posibilidad de ver el coñito de su hijastra puede más que sus convicciones. Por ello tras meditarlo un poco le contesta: ”Vale te examinare”. Pero de esto nada a nadie. Vale…Abre las piernas a ver si veo de que se trata.

Rita entonces abrió sus piernas para que su padrastro pudiera examinarla. Ante el hombre apareció el coñito de la joven, contemplando que la misma conservaba bastante mata de vello. En medio de aquella gran maraña de vellos, detecto los labios vaginales de la chica, comprobando que se hallaban brillantes. Superando sus primeros nervios, con los dedos, logró separar los labios vaginales de la joven, comprobando como su vagina se abría y aparecía el hueco. En ese propio momento se dio cuenta de que su hijastra seguía siendo virgen, ya que el himen seguía intacto. Aquello más lo envaro.

Notó algo de enrojecimiento dentro de las paredes del inicio de la vagina, que se supuso se debía a que la misma se había rascado o frotado ahí con sus dedos. Entonces, pasó su dedo corazón por toda la ranura, rodeando toda la entrada de su coño, para luego pasar el mismo por la zona del himen. Ella gimió al sentir el dedo de su padrastro en su himen.

-¿te he hecho daño Rita?. Si te he dado me lo dices- le pregunto.

-No papi. Pero es que me dio como un calambre- le contesto ella.

El, aunque nervioso por la situación, localizo su clítoris. Al momento se fijo en la cara de su ahijada, la cual al pasar su dedo por aquella pequeña rugosidad de su vagina, cerró sus ojos. No se lo podía creer. Puede que fuera intencionado, puede que fuera como consecuencia de ser bastante sensible en esa parte de su vagina.

El nuevamente intento entrar su dedo dentro de la vagina de la joven, pero su himen me lo impidió. Vuelve a dedear los alrededores del coñito y le dice:

-Rita, no veo nada raro. Aunque “puede que lo tengas más adentro”. Quizás el bicho esté más profundo. Le dijo, con cierto atrevimiento.

Ella entonces le mira y le contesta: -Pero… ¿no puedes mirar más adentro?.. ¡Ay papi no quiero que ese bicho siga ahí dentro?

Leoncio se quedo más preocupado. Su erección ya era más que evidente. Aquella nena le tenía excitado. No obstante le contesto:- Es que no puedo mirar más adentro hija. Ya sabes… aun eres virgen….Si te comienzo a presionar ahí… te puedo desvirgar…

Ella le mira acalorada y con rojeces en su carita diciéndole:- Lo sé papi. Pero si voy al médico me van a meter cosas por ahí. ¡Va a ser lo mismo!.

-Ya…
El pensó que quizás fuera cierto. Pero introducir su dedo allí sin más. Luego de pensarlo se le ocurrió algo bastante morboso y en cierto modo incestuoso, diciendole: -Podemos intentar que salga, estimulándote.

-¿Cómo es eso papi?-
le pregunta ella.

-Pues… sé que es una locura. Pero quizás si te masturbas y alcanzas un orgasmo. Al excitarte, a lo mejor logras expulsar el bicho, caso de estar dentro.

-¿Estás diciendo que me tengo que masturbar? Le pregunta ella enrojeciendo, pero manteniendo totalmente sus piernas abiertas y con todo su conejito para que pudiera verlo bien su padrastro.

-eso es lo que he dicho. Me supongo que lo abras hecho en alguna ocasión verdad?

-Hay papi alguna vez, pero no sé. ¿Por qué no me ayudas tú? le dice de pronto.

-Pero chica. No se…Eres mi hijastra, eso sería algo pecaminoso. Mejor que no- le contestó el bastante excitando con aquella proposición.

-Ay papi. No puedo quedarme así, con es bicho dentro. Tampoco quiero ir al hospital. Anda por favor, ayúdame…. ¡te juro que mama nunca lo sabrá! Le contesta ella con carita de mimosa.

Entonces el hombre, completamente excitado le dice:-Es una locura. Pero, vale….bien…..sumamente excitado añade: Quizás pasándote mi lengua por la vagina, limpie todo lo malo que exista, y.. Pueda ayudarte a que alcances el orgasmo. .

Ella se agitó ante las palabras de su padrastro. ¡Joder quería lamerse su chochito!. Ella se había percatado de reojo del tremendo bulto que se había formado en la entrepierna de su padrastro, ya que el slip parecía que se iba a romper.

-Uh papi. .. ¡Vamos hazlo!.

Con una excitación mayúscula, Leoncio acerca su cara hasta depositar su boca en el coñito de su ahijada, jugó con su lengua dando unos lametones como brochazos por toda la rajita del coño de la joven, llevando a Rita a los primeros gemidos de autentico gusto. El olor a hembra joven le trastornaba. Comenzó a meter y sacar la lengua de la vagina, colocándola en punta, puyando contra el himen.

-¿sigues bien Rita?- le preguntó.

-Oh papi si… continua asi…ohhh siii

Al rato los gemidos de Rita ya eran de pre orgasmo. Entonces atacó el clítoris con movimientos circulares de su lengua, luego laterales y después de abajo arriba. Rita ya no aguantó más: -¡¡Me corro, papi!! ooo siiii

La joven entonces puso sus manos sobre la cabeza de su padrastro apretándola contra su raja, moviendo la pelvis para que su clítoris se apretara con la lengua de aquel, y entre sensuales gemidos, se corrió como una bendita en la propia boca de Leoncio: – oooo papi oooo siiii

Tras terminar, Leoncio observó la carita de Rita. En ese momento se dio cuenta de la cara de perrita que tenía su hijastra. Aquella mirada era de una autentica “nena un celo”. Miró su coñito, y ella le dijo: -oh papi… que bien lo has hecho..Pero, ¡ Creo que lo he hecho en tu boca!. Le dice algo sonriente.

-No importa. ¿Te sigue picando?. - le dijo sin esperar su respuesta.

Ella le mira, y le contesta: No se papi. Tendré que esperar un poco para ver si ya no me pica.

-Vale. Pues yo me voy al dormitorio. Si te sigue picando me lo dices. Entonces tendremos que idear otra forma. ¡Vale
!. Le contestó el sin mas comentario.

Leoncio se marchó con una calentura de perros. Joder aquella nena le había dejado bien caliente. Tenía unas ganas enormes de tomarla y clavarle su daga hasta los huevos. Pero eso hubiera sido una locura. Se echó en la cama al lado de su mujer, esperado poder dormir.

-----

Leoncio se dio cuenta que su mujer roncaba a pierna suelta por la borrachera. No transcurrió más de media hora, cuando Rita hace de nuevo su aparición en la puerta del dormitorio. Venía con la misma ropa que tenía, o sea, solo el comisión, sin sostén ni bragas. Se queda en la puerta, y el observo que se está tocando el coño con su mano. No se lo podía creer, su hijastra se estaba pasando el dedo por toda su raja. ¡Joder se estaba masturbando ante su presencia y ante su propia madre!.

Ante aquella visión, la traca comenzó a recobrar vida, y comenzó a levantarse sin remedio. Estaba boca arriba por lo que su hijastra pudo contemplar como su mandarria iba creciendo dentro de su minúscula prenda. No sabía cómo actuar. Se quedó perplejo y sin saber qué hacer. Era evidente que aquella nena estaba en celo y le estaba provocando. Ya no sabía si realmente la estaba picando el coño o, solo le quería calentar.

Ante ello, optó por incorporarse de la cama, poniéndose en pie. Ella pudo contemplar con nitidez el tremendo bulto que formaba su tranca bajo el slip. Se acercó hasta la misma, y ella le susurra al oído: -papi. Creo que sigue todavía dentro. Me sigue picando.

Lo decía sin dejar de pasarse los dedos por su rajita, viendo el hombre como abría los labios vaginales con sus dedos. La calentura de Leoncio era de mil demonios. Por eso le dijo:- bueno, pues será mejor que pongamos en práctica otro medio más eficaz. Al tiempo que cerraba la puerta del dormitorio y la llevaba hasta el dormitorio de la joven. Ya dentro del mismo, ella se sube a la cama, le dijo:

-a ver Rita. Enséñame ese coñito para ver como lo tienes. ¿Seguro que el bicho no ha salido? Le pregunto excitado y con ganas de contemplar de nuevo el chochito aún virgen de su hijastra.

-seguro papi. Me pica por dentro. ¡Te lo juro!

-siendo así. ¡Habrá que sacarlo!. ¿No puedes quedarte con un bicho dentro de tu vagina? ahora el tenía una doble intención. Fuera cierto o no, el ahora quería llegar algo más lejos.

Ella le mira, y enrojecida le pregunta: ¿y cómo vas hacerlo papi?

Leoncio observa aquel coñito aún virgen, y le dice:- Si el bicho está metido dentro, habrá que sacarlo, y para ello hay que localizarlo dentro. No quiero hacerte daño con ningún instrumento. Creo que lo mejor será que utilice….. ya sabes….. “mi instrumento”.- le dijo señalando su tremendo bulto. Era una temeridad, pero estaba tan caliente que no tuvo reparos en su osadía.

-Papi…uyyy.. ¿Cómo estás?....¿Me quieres meter todo eso….?. Pero, no se papi…. ¡parece que la debes de tener bien grande!.- escucha que le contesta la joven agitada.

-Bueno nenasi no probamos no lo sabremos. Pero ¿si no quieres lo dejamos?. Quizás lo mejor sea que acudamos al hospital- le dijo el sabiendo que aquella no quería acudir al citado centro.

Rita, ahora estaba nerviosa. Había contemplado el tremendo bulto de su padrastro. Antes estaba decidida a coger con él, pero ahora tenía sus dudas. Pero no obstante continuo y le dijo: -No al hospital no…. Jo papi. Mejor lo haces tú…¡pero parece tan grande!….¡.Anda déjame ver como la tienes papi!.

La putita de su hijastra ahora quería ver su tranca. Aquello era buena señal. Leoncio al escuchar aquellas palabras, se dio cuenta que su tranca creció sin remedio, y, al bajarse el slip para mostrársela, esta salió disparada como un resorte. Su pene estaba como un mástil y bien duro.

-pero papi…. joder… ¡es enorme!.. ay papi eso no me entrará en mi coñito… ¡que va es…imposible.. Exclamo la joven al contemplar la tremenda mandarria de su padrastro. Ahora estaba viendo a su padrastro con su pene al aire, empalmado y bien duro.

-Veras que si te entrara. Pero dime: ¿te parece grande la polla de tu padrastro?... ¿Has visto otras antes? Le contesto Leoncio tremendamente excitado.

-Bueno… solo la de algún amigo, pero…joder papi “esa es enorme.”.

El hombre se encontraba fuera de sí, por lo que decidió ser más agresivo. Por ello, decidió agacharse colocándose entre las piernas de la joven y comenzar de nuevo a lamer el chochito de su hijastra, contemplando que aún permanecían restos de jugos de su anterior corrida. Tras unas cuantas lamidas más, la chica estaba otra vez chorreando, pero Leoncio no tenía intención de dejarla que alcanzara el orgasmo. ¡Tenía intención de clavarla!. Se correría, claro que sí, pero con su polla dentro. Le había encelado y ahora tenía tal excitación que “solo pensaba en ensartar a su hijastra”.

Ante ello se retiro un poco, y le colocó la polla delante de la carita de su hijastra diciéndole: -vamos bebita. Cógela… mira lo dura que la tengo. Rita, estaba asombrada. Su padrastro quería que le tocara su pene. Excitada, nerviosa e indecisa alarga su mano y la tomo por primera vez. La muy putita, tras ver el enorme nabo de su padrastro, se sonrió. No solo la toco, sino que comenzó a manosearla de arriba abajo. Llegó hasta el prepucio, y mirando la cara de su padrastro, echa el capullo hacia detrás, dejando todo el glande de aquel sable fuera. Al comprobar que esta todo el glande fuera le dice:- uy papi….que cabezona la tienes… ¿de verdad crees que me entrará todo eso?

-Claro que si preciosa. ¿Acaso no quieres que te mate ese bicho?
Exclamó aquel sin poder contenerse más.

-¿crees que si te dejo meterla, me matarás de verdad el bicho?- le pregunta de nuevo ella. Quería seguir aparentando ante su padrastro que su intención era que le matara el bicho, pero también ansiaba fallárselo. Había soñado con aquella tranca y ahora la tenía en sus propias manos.

. Uy no se papi. Me tendrá que doler mucho.

-Te dolerá un poquito, pero veras que solo un poquito. Te aseguro que cuando te la meta, no habrá bicho que se resista..

Ella se excita ante la palabrería de su padrastro, y tras pensarlo, con una carita de angelita, le comenta:- Papi solo lo haremos para que me mates el bicho. Ya sabes, ¡Solo por eso!. ¡De acuerdo!

El hombre no se podía creer lo que estaba oyendo. Está comprobando que su hijastra se estaba comportando como una autentica putita. Volvía a dudar si realmente tenía un bicho dentro, o intentaba seducirlo. No obstante, le contesta:-por supuesto bebita. Solo para matar el bicho.

El hombre ya decidido, indica a la joven: -Bueno ahora vamos a intentar meterla dentro de tu cuquita. Así podremos acabar de una vez con ese bicho. No te preocupes, te dolerá un poquito al principio pero pasara rápido.

Uy papi tengo miedo!. La tienes tan enorme… ¿seguro que no me romperás? Exclama nuevamente ella con preocupación.

-claro que no. Lo haremos despacio. Si te duele mucho la saco. Vale.

Tras esto el hombre se unta con un poco de gel su tranca, e igualmente pasa un poco del mismo gel por los labios vaginales de la hijastra. Acto seguido blandiendo su enorme tranca en la mano, se coloca entra las piernas de su hijastra, separando la mismas hasta acercar el nabo a la vagina de aquella. Antes de empujar embadurnó la punta de su pene con los jugos vaginales de la joven, para luego comenzar a empujar suavemente. La chica al sentir el pene abriendo sus pequeños labios vaginales, gimió, hasta que por fin el hombre tropezó con su himen. Allí el hombre de detiene un poco y comienza a sacar y meter su pene entre los labios vaginales de la hijastra, comenzando a puyar la telita, para tranquilizarla y prepararla para el golpe final.

-oh papi… me vas a reventar. ¡Parece tan grande! – le decía entre excitada y nerviosa, al ver como el glande abría desmesuradamente los labios de su cuquita.

-tranquila preciosa. Veras que solo te dolerá un momento.

Tras unos momentos realizando la misma acción, Leoncio se dio cuenta de que la joven continuaba con mucha tensión, e intentaba cerrar sus piernas. Si se la metía en esas circunstancias le iba a doler bastante, tenía que relajarla. Entonces decidió adoptar otra estrategia, y comenzó a pasar sus manos por las tetitas de la joven. Ella no se lo esperaba, y al ver su acción se comenzó a reír.

-ay papi… je je..¿Que haces?.

-tienes unas tetitas muy bonitas. Déjeme que te quite el camisón para vértelas bien. Seguro que son preciosas-le dijo totalmente excitado.

-pero papi ¡me vas a dejar desnuda!- le contesto ella medio agitada, medio sonriendo.

Sin contestarle, tiró de su comisión por la cabeza, quedando su hijastra en cueros. Joder con la nena. Ahora tenía a la hija de su actual pareja totalmente en pelotas. Constató que ya tenía bien formados sus pechos, acabados en unos pezones rosados, que pronto, sin poder contenerse, llevó a mi boca, logrando sacar suspiros a la joven.

-oh papi… ooo siiii…..pero que me haces oooo

Continuó con esa labor durante un rato, pero sin dejar de puyar el himen de la joven con su daga. ¡Se había percatado, que su hijastra tenía como punto débil, sus pechos, ya que cuando se los chupaba, notaba como que abría sus piernas, se relajaba y su pene entraba sin problemas hasta su himen. En ese momento se di cuenta de que había llegado la hora: ¡iba a desvirgar a mi hijastra!.

Sabía que su pene era enorme comparado con su vagina, pero la joven ya tenía edad para hacer el amor, por lo que pensó que aunque solo fuera meter una parte de su tranca, le resultaría suficiente para bajar su tremenda calentura. Excitación que el no había buscado, pero que la propia hijastra le la había propiciado.

Ante ello, chupó con esmero los pechos de la joven, al tiempo que tomó sus piernas con sus manos levantando éstas en alto, para luego flexionarlas y doblarlas sobre el propio cuerpo de la joven. Con esta acción todo el coñito de su hijastra quedó ahora expuesto y desprotegido, abierto al máximo. Al abrirle un poco las piernas la raja quedó completamente abierta. La joven se dio cuenta de que todo su coñito estaba ahora abierto y a punto de ser clavado por la polla de su padrastro.

Leoncio miró hacia abajo, observó su enorme nabo ya enfilado hacia la cuquita de su joven hijastra. Era el momento. Tomó un poco de impulso, presionó empujando con fuerza, comprobando al instante como su pene, supera el primer tropiezo y se introduce rápidamente dentro de la cuevita de si hijastra, tras romper el himen. Ella al instante pronunció un grito de dolor que se pudo oír en casi toda la casa. La rotura de su himen estaba sentenciada, y Leoncio comprobó que su nabo ingresaba libre dentro de aquella estrecha cuevita.

.ohh nooo papi… sacala..oooo me duele ohhhhh- le decía lloriqueando. Oh….me rompes papiiii

Pero el hombre no estaba dispuesto ahora a sacarla. No había llegado hasta allí para ahora sacarla. Sin contestarle, presionó un poco más, viendo como las paredes vaginales de la joven se abrían para permitir el paso de su tremenda verga. Ya había introducido más de la mitad de su nabo. Se quedó quieto dentro de ella un momento para que se fuera acostumbrado a las dimensiones de su nabo.

Rita se encontraba totalmente abierta, con tremendo dolor en su coñito, e intentaba hacer esfuerzos para expulsar el miembro de su padrastro. Apretaba las paredes de su vagina, pero lo único que hacía era apretar mas la polla de su padrastro la cual mas se endurecía.- oh papi sácala…,me duele—le decía murándole a la cara con algunas lagrimas en los ojos.

-tranquila nenita. Ya la tienes dentro. Espera un poco, verás que pronto se te pasa el dolor. ¿Acaso no quieres que matemos ese bicho?- le dijo con doble intención.

-si… pero me duele

Leoncio decidí que era hora de continuar, así que comenzó nuevamente a empujar, sacándola un poco para volver a entrar en ella. Repitió esta acción varias veces. Notaba como la vagina de la joven se iba dilatando y cada vez era más fácil su entrada en ella. Sus propios jugos estaban facilitando la entrada de su nabo.

Leoncio no se lo podía aún creer, miro hacia abajo, y observó su enorme cipote metido más de dos terceras partes dentro del coñito de la joven. Sus bolas colgaban, y aquella visión más le enceló. Comenzó a bombear a la joven con fuerza, con sus caderas, notando como ella pronto fue dejando de lloriquear y comenzó a gemir. Era manifiesto que la joven estaba percibiendo el avance constante de su pene dentro de su vagina. Las paredes de su vagina de la joven abrazaban su tranca, mientras la metía y sacaba suevamente, pero con firmeza.

-oh papi… me tienes toda abierta. ¿Me la has metido toda?- le pregunta de pronto, viendo que ahora estaba más relajada.

-aun queda un poco.

-Oh papi. No la metas más. Me vas a reventar- le dijo agitada.

El hombre se dio cuenta que la vagina de Rita se había acostumbrado perfectamente a grosor de su verga, por lo que continuó bombeándola, aunque procuraba no meterla toda. Tenía miedo de hacerle daño. Sus estocadas fueron cada vez más fuertes y constantes. Ya entraba y salía de ella sin mucho problema, viendo que la chica comenzaba a disfrutar con la cogida que le estaba dando. La nena estaba comenzado a sentir el placer de un buen polvo.

-te gusta preciosa. ¿Verdad que te gusta tener mi polla dentro?… te gusta cómo te la meto- le decía sin dejar de penetrarla una y otra vez, al tiempo que impulsaba su cuerpo dejándolo caer sobre el de ella, lo que motivaba que su tranca se incrustara más y mejor en la cuevita de Rita, abierta al máximo.

-oh si papi …oo siiii oooooo

Sus gemidos aumentaron. Pronto verifico en el rostro de la chica que estaba llegando al límite. Rita estaba a punto de alcanzar su orgasmo. Lo percibía, sentía como la joven comenzaba a presionar las paredes de su vagina apretando al máximo la tranca del mismo. La excitación de la joven fue en aumento y casi al instante se comenzó a convulsionar. –oh papi… oh que me pasa oooo … siiiii. ooooo.

-Vamos preciosa córrete. Dame ese orgasmo… vamos hazlo…
le decía Leoncio, sin parar de darle verga, abriendo una y otra vez la concha de la joven con su instrumento.

Ella le miró a la cara mientras alcanzaba su orgasmo. Luego Rita se dio cuenta que se le nublaba la vista, un calor intenso en su cuerpo al tiempo que terminaba de convulsionarse, apretando con su vagina el pene de su padrastro como si pretendiera estrangularlo.

Leoncio contemplo aquella escena, observando las expresiones de la cara de la joven mientras alcanzaba su primer clímax. Era una visión inenarrable. Ver la cara de placer de la joven, y como se agitaba buscando su orgasmo, era algo mucho más que excitante.

Al instante Leoncio escuchó como la chica gimió soltando un aullido, para acabar explotando. Sentía como se apretaba contra sus piernas al tiempo que se dejaba ir. Era un autentico placer contemplar aquella carita de placer mientras alcanzaba su primer orgasmo con la polla de un hombre dentro de ella.

Leoncio, la dejó que satisficiera sus ansias, hasta que por fin acabó, viendo como el cuerpo de la joven quedaba como desvanecido. Entonces le miró a la cara sonriendo.

-¿te sientes bien ahora? Le preguntó.

Ella no le contesto, sino que se sonrojo, con una sonrisa de autentica putita satisfecha. Entonces tras dejarla recuperarse un poco decidió continuar. Ella le mira y le pregunta: -ay papi….¿pero tu aún sigues con todo tu pene duro dentro de mi cosita?.

-Bueno. Creo que llegó la hora de matar ese bicho que tienes dentro.
Le dijo con cara de autentico sádico depredador.

-pero, ¿me la vas a meter más?... ay papi más adentro no.- exclamo preocupada.

-Bueno. Pues lo único que podemos hacer es ahogarlo. Le comentó el hombre.

-¿Ahogarlo?.. ¿Cómo papi?

-Bueno. Te echare mi lechita dentro. Seguro que con ello asfixiare al bicho. No creo que se resista. Mi leche lo ahogara.
Le comentó Leoncio, sin poder creerse lo que le estaba diciendo a su hijastra. Sabía que era un loco, pero estaba dispuesto a correrme dentro de ella. Era una temeridad, pero necesitaba descargar.

-Oh papi. ¿Me vas a echar tu leche dentro?.. Pero ¿y si me dejas embarazada?. Ay, no creo que sea buena idea- le contesto ella sumamente preocupada. La joven se dio cuenta de que su padrastro tenía la intención de venirse dentro de ella. Pero no tenían condón. Era una locura. ¿Y si la embarazaba?.

-Y cómo quieres que matemos el bicho. ¡Quieres que te la meta toda! exclamó el.

-noooo… toda no… Pero,… ¿de verdad me vas echar tu leche?..¿Crees de de verdad que se morirá el bicho? Le contesta ella sin saber que hacer.

-¡Seguro que así lo asfixiaré!. Si no lo hago, y continua dentro, te volverá a seguir picando. ¿Quieres eso?

- Ay papi. No se… a lo mejor ya se murió. – Le contesto Rita, nerviosa y no convencida. En ese momento Leoncio se da cuenta que su hijastra no quería que se corriera dentro. Era obvio que no quería que lo hiciera.

Tras pensarlo detenidamente, recapacitó y se dije que era lo mejor. Correrse dentro era una locura. Por ello comenzó a bombearla con fuerza pero sin introducírsela toda, hasta que se dio cuenta que se venía. A la vista de su inminente eyaculación salió a toda del coñito de Rita, tomando la polla en su mano con una erección tremenda, al tiempo que comenzó a correrse sobre el pecho y abdomen de su hijastra: oh nena oooo siiiiii.. oh nena que ganas tenía oooo me vengo..oo

Rita quedo sorprendida de la cantidad de leche con la que su padrastro regó su cuerpo, a la cual pringó por todos lados. Ella observó la tranca de Leoncio y se dio cuenta que aun resumía restos de sus jugos y de sangre, producto de su desvirgamiento. Entonces le dice:- oh papi… cuanta leche… ¡me has pringado toda!..al tiempo que sonríe.

Luego observa su coñito, con restos sangre y de sus propios jugos. Lo más sorprendente era el tremendo boquete de su coñito. Era enorme, y con todos los labios vaginales enrojecidos por la inflamación. –mira papi como me has dejado el coñito. Esta muy abierto ¿crees que se me cerrara?.

-claro preciosa. Ya verás que sí. Pero, te echare un poco de crema para que se baje la inflamación. Vale.


Leoncio salió fuera y regreso con un poco crema antiinflamatoria y le untó los labios del coño con la misma. Me seguía sorprendiendo el boquete que había dejado al coñito de la joven. Aún permanecía con esa abertura.

CONTINUARA
 

heranlu

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Tras lo ocurrido Leoncio se fue a su dormitorio y se dejó dormir profundamente. Su mujer seguía sumamente dormida, evidenciando que la había cogió bien esa noche. Aunque preocupado por lo ocurrido, estaba tremendamente satisfecho de haberse cogió a su hijastra.

Rita por su parte, notaba como le escocía su coñito. Aun recordaba la tremenda polla de su padrastro entrando en ella. Se sonrió y de dejo dormir.

Ya en la mañana, Leoncio se levantó, observando que su pareja seguía aún durmiendo. Intentó despertarla, pero aquella le dijo:- oh no.. Déjame dormir. Me duele mucho la cabeza…

Era manifiesto que tenía una resaca bastante aguda. No quería comer nada, y se quedó nuevamente durmiendo. El se dirigió a la cocina. Era domingo, y serían las nueve de la mañana. Se preparó el desayuno, y al rato hace su aparición en la cocina su hijastra:- hola Rita. ¿Te has despertado?.

-Hola papi… si también tengo ganas de comer-
le contesta acercándose hasta el y dándole un beso en su cara.

Le preparó también su desayuno. Y ella mientras comía le preguntó: -¿Cómo sigue mama? ¿Aun duerme?.

-Tu madre no creo que se levante hoy. Al menos hasta después de medio día. Tiene una resaca de las buenas.


Leoncio noto que a la joven se le iluminó la cara. Aquello le dejo intrigado. ¿Era posible que aquella gatita estuviera pensando en algo morboso nuevamente?. Sin poder evitarlo, su daga volvió a crecer dentro de su pantalón. Mientras terminaba de desayunar le preguntó:- ¿Te ha vuelto a picar?

Ella le sonríe, se pone algo colorada, y le contesta:- Creo que sí. Papi Yo creo que el bicho sigue ahí dentro. Durante la noche dormí bien. Pero “hace un ratito me comenzó a picar de nuevo”.

El hombre casi se corre de nuevo. Joder con la nena. Era evidente que aquella nenita quería volver a jugar nuevamente. Y claro, que el no me iba a quedar atrás.

-¿Quieres que te lleve al hospital?.- le contestó pícaramente.

No papi… ahí no quiero ir… me da mucha vergüenza, ya lo sabes. Le contesta ella con carita cabizbaja y casi sonriente.

-Y ¿cómo vas a hacer para matar ese bicho? Le preguntó nuevamente con mucha excitación.

-No se papi.. ¡Pero no quiero ir al hospital!.. Calla unos instantes, termina de desayunar, deja la taza de la leche en el poyo de la cocina. Luego se acerca hasta donde me encontraba sentado en la mesa, y le pregunta:- ¿No la metiste toda verdad?

Joder con la nena. La putita estaba nuevamente caliente. Vaya pregunta le acababa de hacer aquella nena.-No…claro. No quise hacerte daño.

-Pero…. Papi…. ¡Necesito que sacar ese bicho de ahí!. Si no mañana no podré ir al estudiar. Si me pica en el instituto … me tendré que salir del aula… y me daría mucha vergüenza.
Le manifiesta.

Leoncio con una empalmadura de mil demonios, le dice tomándola por la cintura y sentándola sobre una de sus piernas:- quieres que volvamos a intentarlo. ¡Quizás no fue suficiente con lo de anoche!

La joven se sonríe, y esta vez le besa cerca de sus labios. Y acto seguido le dice: ¿crees que mama se despertará?

-Tranquila. Como te dije. Esa no se despierta hasta bien entrada la tarde. Le contestó, al tiempo que excitado metía su mano bajo su faldita, y alcanzaba las braguitas de la joven, tocando con sus dedos la panocha de ella, apartando la tela de su braguita. Leoncio se dio cuenta que aquella putita estaba bien mojada de nuevo.

Ella entonces le tomo de la mano y lee llevó de nuevo hasta su dormitorio. Leoncio contempla como ella se comenzó a desnudar ante el, quedando completamente desnuda. ¡Joder su polla creció sin remedio! Por su parte hizó lo mismo, y se quedó en cueros ante ella.

Cuando Rita contemplo el pene de su padrastro exclamo:-¡Uy papi como la tienes otra vez! ¡parece que la tuvieras más grande!

-Es que está deseosa de matar ese bicho de una vez.
Le contestó pícaramente y con una excitación de caballo.

Ella, sin más, se echa sobre la cama boca arriba, y se abre de piernas. Leoncio verifica que el coñito de su hijastra aún continúa rojizo producto de sus penetraciones. Sin poder contenerse más, se coloca entre ellas. Al igual que la noche anterior levantó sus piernas y las volvió a doblar sobre ella misma, quedando expuesto su coño a su plena disposición. Ya se le había cerrado el boquete de la noche anterior, pero sus labios vaginales aún permanecían inflamados. Con su mano guió su cipote hasta la entrada de su vagina, siento sus labios vaginales mojados, metió el glande y empujo hacia adentro. Rita gimió de nuevo cuando se sientió penetrada.

Oh papi que grande…ooo.

La tomo por cintura y comienzo a presionar su verga bien adentro, su vagina nuevamente se iba dilatando. La putita estaba bien lubricada, lo que facilito el paso de la daga de Leoncio. Notó que ella esta vez comienza a mover su cintura, haciendo que su pene se endurezca mucho más. Ya la tenía metida como la noche anterior. Entonces volvió a mamar sus senos haciéndola gemir. Su verga no dejaba de entrar y salir de la cueva de su hijastra. Después de un rato de estar cogiendo en esa posición, verificó que su hijastra alcanzaba su primer orgasmo de la mañana: oh si papi ooooo

Tras acabar, Leoncio decidió hacer algo diferente. Se salió de ella y se colocó de espaldas en la cama, y la insto a subirse sobre él. –anda preciosa. Vamos a probar de esta manera. Seguro que esta vez el bicho no se escapa.

Ella le mira, observa la tranca enfilada hacia el cielo como un mástil de su padrastro y le dice: -ay papi. Es que la tienes bien parada. Pero así… ¡me va entrar toda!

-tranquila yo te ayudare. Solo hasta donde puedas.


Era evidente que ella se dio cuenta de en aquella posición la polla del padrastro podría entrar en su totalidad. No obstante sus reticencias, opta por colocarse sobre el, abre sus piernitas y se va posicionando hasta llegar a la altura de su pene. Una vez a la altura de su cipote poco a poco, ella misma se va dejando caer, viendo como su coñito se va tragando todo el pedazo de carne. Leoncio la detiene cuando tenía más de dos terceras parte de su tranca en ella. Tomó a la hijastra por sus desnudas nalgas y la comenzó a impulsar hacia arriba y hacia abajo. Observó que en esta posición su nabo entraba como un pistón en aquella cuevita. ¡Joder tenía ganas de clavarla totalmente! ¡Meterle sus 22 cm de polla hasta la misma base!. Era una locura, tenía miedo de romperla.

No obstante comienzo a bombearla al tiempo que ella subía y bajaba sobre su nabo. La nena estaba nuevamente a punto de venirse. ¡Oh papi me tienes bien abierta….!...me está entrando mucho ..ooo

-si nenita. Esta vez te aseguro que mataremos es bicho de una vez.


Al ser de día, la luz de la ventana permitió ver reflejado sus cuerpos en un espejo que existía en al armario del dormitorio de la hijastra. Leoncio contemplo como tenía a su hijastra empalada en su polla. Era algo sumamente excitante, y sin poder contenerse, al tenerla tan cerca, dirigió su boca hacia la de la joven y le di un beso. Ella también respondió abriendo la boca y sus lenguas comenzaron a juagar entremezclando sus jugos. Esto encelo a la nena hasta el punto de comenzar a bajar y subir sobre la tranca a gran ritmo. Era como si quisiera metérsela toda. Leoncio cupo las tetitas de la joven, lamiendo con la punta de la lengua sus pezones rosaditos. Y, todo ello mientras, su manos recorrían las nalguitas duras, ¡apretándolas, estrujándolas y haciéndola que subiera y bajara, calvada siempre en su cipote!.

-oh preciosa que nalguitas tienes. Uh te está entrando muy bien. ¿Te gusta cabalgar sobre la polla de tu padrastro? –le susurró al oído al tenerla tan cerca.

-oh si papi. Me la estas metiendo bien adentro. Y al ver qué pasaba sus manos por sus nalguitas desnudas, ella comento:- ¿te gustan las nalguitas de tu hijastra?...

-Eres una delicia. Es que también tienes un buen trasero.

-¿no me digas que también pretendes cogerte a tu hijastra por detrás?
Le susurra ella al oído.

-sabes que me encantaría. Pero eso será más adelante. Hoy vamos a terminar de matar ese bicho. ¡Te parece!.

-oh si papi. Mátalo… no dejes que me siga picando ..-
Le contesta excitada y totalmente entregada.

La joven ya no pudo más, viendo que sus palabras aceleraron su nuevo orgasmo. Leoncio se percató de ello al ver como las paredes de la vagina de su hijastra se contrarían estrujando entre ellas su nabo, hasta que por fin se vino en una soberana corrida. El no dejaba de hacerla subir y bajar sobre su tranca mientras la joven no paraba de venirse.

Con el orgasmo, la misma se relajó. Leoncio de percató de ella. El tenía ganas de terminar de alojarle en su totalidad su pene en el coñito de su hijastra. Quería terminar ensartando completamente aquella putita. Por ello, aprovechó una de aquellas subidas y bajadas, empujó hacia arriba al tiempo que tiraba de la nalguitas de la joven hacia abajo, viendo como su tranca se inserta aún mas hasta tocar fondo: ohh papi ooooo.. oh me ha entrado todaaaa Leoncio no lo podía creer. El coñito de su hijastra se había tragado en su integridad su enorme falo.

-oh papi la has metido toda ooooo
le repitio, deteniéndose.

-relájate preciosa. Ya por fin la tienes toda. ¡Ahora vamos a matar el bicho de una vez!

La sensación que le produjo tener su enorme vara dentro del chochito de la joven, fue más de lo que pudo soportar. En ese momento compró como emergía sin remedio como un volcán en erupción, su semen a una velocidad endemoniada por la uretra buscando una rápida salida. Se dio cuenta que si no salía rápido iba hacerlo dentro de la chica. El peligro era inminente.

La joven también se dio cuenta, y le dijo:- dentro no papi…. me vas a embarazar …

Entrando en un momento de lucidez, dando cuenta de su error, sacó a tiempo su nabo de la misma lanzando torrentes de espeso semen contra el abdomen de la nena, que se vertió en las sabanas de la cama.

-ohh siii oh nenita me vengo ooo siiiiiiiii

Cuando terminron. Ella le dice:- uy papi. Esta vez creo que has matado el bicho. ¡Me la metiste toda!.

-espero que si nenita. De no ser así… solo quedará un único remedio.
Le comentó.

-¿a cual remedio te refieres papi? No me digas que ….¡no me digas que quieres correrte dentro!.- le pregunto ella, aunque creo que lo intuía.

- Es la mejor forma de asfixiar al bicho.

-Pero papi… eso es muy peligroso. ¡Podrías embarazarme!

-esperemos que no sea necesario.

Leoncio se volvió a retirar, no sin antes propinarle una palmada en su precioso trasero. Se fijó que Rita tenía un anito perfectamente diseñado, virgen, y unas nalguitas, que apetecía empalar a la chica por ahí también. Se contuvo y se fue de nuevo a duchar. Se echó sobre la cama y más tarde se levantó mi pareja.

Ya en la cocina ella se pregunto a Rita, al contemplar que su hija caminaba con cierta dificultad: - que te ocurre Rita. ¿Te duele algo?

-no nada mami. ¡Es que tengo algo irritada mi cosita!, creo que me pico un bicho, y se me quedó un poco de inflamación. Pero ya me he echado una crema para que se me vaya.

- Pues vaya sitio para que te picara un bicho- contesto la madre algo extrañada.

Rita sonrió a su padrastro a espaldas de ella, merándole a la cara.

No estaba claro que iba a ocurrir a partir de ese momento. Pero Leoncio sabía que aquellas escenas se iban a prodigar.
 

heranlu

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Después de lo ocurrido esa noche, pasó más de una semana sin que ocurriera nada digno de contar. A los diez días aproximadamente, Leoncio observó desde la azotea a su casa la llegada de Rita del Instituto. Le extrañó que llegara tan pronto. Recordó al momento lo acecido aquel día, y noto como, sin querer su pene se endureció dentro del pantalón. Llevaba varios días de abstinencia sexual con su esposa, ya que esta por problemas de regla no podía hacerlo.

Pese a saber que era una indecencia lo que había hecho, en el fondo le excitaba tremendamente, y anhelada volver a tener a la hija de su actual pareja. Pese a sus prejuicios, no dejaba de pensar en el cuerpo tan bien diseñado de su hijastra. Sabía que era difícil de que volviera a ocurrir, pero, no por ello dejaba de pensarlo en ello.

Rita por su parte, tras lo ocurrido y la pérdida de su virginidad a manos de la pareja de su madre, en el fondo, añoraba tener un nuevo encuentro con su padrastro. Cada vez que pensaba lo ocurrido, sentía un escozor en su vagina. Sabía que si se enteraba su madre de lo ocurrido, el castigo sería ejemplar, pero, pese a todo, anhelaba volver a sentir el pene de su padrastro entrar en su cuevita.

La noche anterior estuvo pensando en ello, y hasta se masturbó en varias ocasiones. Excitada, ideó un nuevo un plan para volver a tener a su padrastro, cuando escucho que su madre le decía que iba a salir tarde del trabajo, ya que luego acudiría a una conferencia, y que no la esperaran para cenar. Sabía que Leoncio estaría temprano en casa, por ello se las ingenio para obtener de la profesora una pase y salir antes del colegio, aduciendo que le dolía el estomago.

Ahora, a medida que se acercaba a la casa, se sentía intranquila. Desde lejos divisó la figura de Leoncio en l azotea de la vivienda, y un nuevo cosquilleo le entro en sus partes. Por la mañana su madre le había comentado que al salir del trabajo iría a una conferencia, y que esperaba volver bastante tarde a casa, instándoles a que no le esperara para cenar. Dicha circunstancia iluminó la cabeza de la joven, y busco una excusa para salir temprano del instituto.

Ahora había visto a su padrastro en la azotea de la casa, por lo que al llegar a la misma, dejó la maleta en su dormitorio y subió al encuentro del mismo.

-Hola papi. –le dijo saludándole con beso muy cerca de la boca, que hasta sorprendió al hombre.

-Hola Rita. ¿Qué temprano has vuelto hoy?...¿ha ocurrido algo? Le pregunto aquel mirando el cuerpo de su hijastra, con aquella falda de colegiala, que incitaba al pecado.

-Bueno, es que me tuve que marchar antes. Le contesto.

-¿Y eso? Le pregunto extrañado Luciano.

Ella entonces comenzó a poner en marcha su plan, y poniendo cara de chica mimada preocupada, encogiéndose de hombros, le contesta: ay papi. ¿Es que,… mira ¿no sé como decírtelo?

-Venga Rita. Sabes que entre nosotros no hay secretos. ¿Cuéntame que te paso?-
Le contesta el pensado que de verdad ocurría algo.

La joven la mira, levantando la cabecita de nuevo, con carita de niña buena le manifiesta: ¿Es que me sigue picando ahí abajo?. Leoncio, casi le da un soponcio al escuchar las palabras de su hijastra. Ella añada: Estaba en el instituto y me picaba tanto, que tuve que pedirle permio a profesora.

Ante estas palabras Leoncio, se da cuenta que lo que realmente aquella mocosita quería era volver a sentir su polla. Al instante sintió varias puntadas en su tranca que la hicieron endurecer bajo el pantalón. ¡No se lo podía creer!. ¡vaya con la putita de la hijastra!. Pero, pese a todo, aquello no le desagradaba: ¡el también añoraba tener a la joven!, por ello le siguió el juego:

-Rita. ¿Aún te sigue picando después de tanto tiempo?. ¿Quizás los mejor sería acudir a un médico? ¿O, al Hospital, para que te miren a ver si tienes algo dentro?. Le contestó el mismo adoptando cara de padrastro preocupado y responsable.

Ella le miró y le dijo:- Ay papi. Ya te dije que no quiero médicos. Sabes que me da mucha vergüenza contarles esto a ellos. Se detiene y continúa: ¡Tú ya me has visto!. Anda… ¿por qué no vuelves a mirarme a ver si ves algo?.

Leoncio, casi se corre al oir aquellas palabras de la joven. ¡Joder con la nena!. Reponiéndose le contesta: Pero, ¿Rita?. No si debo hacerlo. Además….. ¿Y si llega tu madre mientras? ¿Cómo se lo explicamos?

La chica ya estaba preparada y le contesta:-Papi, sabes que mama no vendrá hasta bien entrada la noche.

El hombre se queda pensativo. Sabía que debía negarse, pero la erección que ya tenía en el pantalón, hacia que pensara más con la de abajo que con la propia cabeza. Al final termina diciéndole: -Vale, como quieras. Mejor bajamos a tu dormitorio. Allí volveré a examinarte, “si así es tu deseo”.- le contesto Leoncio.

Mientras bajaban las escaleras Leoncio iba pensando en aquel cuerpito de la joven, y sus ansias de atravesar de nuevo el coñito de la misma. Ella se dirigió a su dormitorio y el hombre la siguió. Ella se detiene y le dice:- ¿ay papi? No me he duchado. ¿Mejor, me ducho antes?.

-No importa Rita. ¡De esta forma existen más probabilidades de detectar el bicho!.
Le contesta el hombre ya excitado. Además, le gustaba el olor de la chica, y seguro que si no se había lavado, el olor a hembrita en celo se notaria claramente.

-Ay papi. ¡Es que tengo mi vagina sin lavar!. ¡Tiene que oler mal!. Le dijo ella con cara enrojecida.

-No importa. Y el hombre con decisión le indica: Anda, colócate sobre la cama y bájate las braguitas para ver si logro detectar de una vez por todas, ese dichoso bicho.

La joven, igualmente excitada, se comenzó a quitar la falda que llevaba, y la blusa quedando solo con un sostén y una tanguita bastante pequeña. Leoncio se la comió con la mirada. Ella, algo agitada se desprendió de esta última prenda, quedando con todo su coñito nuevamente al aire, echándose sobre la cama, y abriéndose se piernas, le mostró a la pareja de su madre, toda su vagina. El hombre contempló con todo detalle la acción y al ver el coñito nuevamente de su hijastra, no pudo por menos que endurecerse aun más su nabo bajo el pantalón, hasta el punto que pensó que se iba a romper la tela.

Leoncio, tremendamente excitado, se agachó y se coloca entre las piernas de la joven. Acto seguido, acerca su cara hasta poca distancia del coñito de la joven. Esta vez aspiró con fuerza el olor que desprendía dicha vagina, constatando que pese a oler a restos de orine, también podía apreciarse el olía a hembra en celo. Se percató de que la chica tenía inflamada parte de sus labios vaginales, quizás de tanto tocarse o rasparse. Sin más demora, abrió lo más que pudo las piernas de la joven, dejando que toda la vagina de la joven se abriera al máximo como los pétalos de una flor.

Admiró aquel joven coñito, el cual había desvirgado unas semas antes, e intento observar el interior de la vagina. Tras un rato, le comenta: -Rita. Desde aquí no veo mucho. No puede ver bien el interior. Creo que lo mejor será que ¡vuelva a meter mi herramienta de nuevo!

Pese a que la chica era lo que realmente buscaba, se hizo la remolona, diciéndole con carita inocente: -Pero papi…. ¿Vas a meterme de nuevo tu pene?

-Bueno Rita. Ya sabes. No tengo otra forma de llegar tan adentro sin hacerte daño. Pero, …..¿si no quieres lo dejamos?. Quizás lo mejor es que se lo digas a tu madre. Le vuelve a decirle el mismo, para verificar si la chica dudaba o no.

-No papi. Sabes que mama no lo entendería. Mejor hazlo tu. Le dijo ella con prontitud.

El hombre entonces, procede a desprender se sus pantalones los cuales deja sobre la cama. La joven observó claramente el enorme bulto que aparecía en el slip del hombre. Se alteró. Y mucho más, cuando Leoncio por fin procede a retirarse también el slip. Anta la vista de la joven aparece un pene de unas dimensiones que le parecieron colosales, y el falo estaba mirando hacia arriba como un autentico misil. El se toco un poco su nabo, y luego ante la atenta mira de la joven se la descapulló. Apareció glande del hombre, totalmente humedecido y soltando ya algunos jugos.

-Uy papy…¡Uyyy ….¡hoy si la tienes enorme!- le dijo ella asombrada y nerviosa ante la visión de tremendo vástago.

-Bueno nena. Es que, para entrar en ese coñito hace falta que este a pleno rendimiento. Así localizaremos mejor al bicho. ¿No te parece?- le dice el con total caradura, sin dejar de masturbarse el nabo con su mano, ante la visión del coño de su hijastra, dejando que la joven observara las venas que se formaban en la tranca del hombre dando la sensación de más grandiosidad, y dejando a la vista los enormes testículos, que nada tenían que envidiar al mejor semental.

La chica observaba las acciones masturbatorias del padrastro, y no quitaba la vista de aquellas dos bolas que colgaban al mismo.

- Uy papi,.…pero,…. tendrás que hacerlo…... ¡Me parece que la tienes más grande que el otro día!- le contesto ella por fin, algo atemorizada ante la visión de tremenda verga. El falo de su padrastro, estaba mucho más grande y grueso que la visión que ella había tenido de la misma la otra vez. Si bien era verdad que la otra vez, el recinto era algo oscuro.

-Tranquila. La otra vez ya te entro. Además, sabes que te trataré bien.

Y sin más preámbulo, Leoncio, se coloca entre las piernas de la joven, colocando su pene rozando los labios del coñito de la joven. Lo paso por a de arriba abajo como si fuera una brocha. Noto como afloraron los colores a la carita de la joven. Volvió a realizar la misma acción varias veces, notando como la chica se excitaba. Nuevamente tomo las piernas de la joven y las volvió a doblar sobre el cuerpo de la misma, con lo que una vez más el chochete de la nena, quedo completamente expuesto a disposición de su falo. Recordó que la joven era algo estrecha, aunque ya no era virgen. Volvió a masturbarse el pene para prepararlo, volviendo a descapullarlo y lo enfiló hacia la raja de Rita. Una vez depositó de nuevo el glande entre los labios carnosos de la vagina juvenil, esta se abrió, dejando paso hacia el interior. –Oh papi despacio… oh papi….. la tienes bien grande- le contestó ella al ver como el nabo de su padrastro comenzaba de nuevo a ingresar en ella.

Leoncio casi se corre al contemplar el enorme placer que nuevamente le propiciaba el coñito de su hijastra. Las paredes de la vagina de la joven volvían a constreñirse, estrujando su pene, incrementando la sensación de placer. Pronto se dio cuenta que una gran parte de su tranca ya estaba dentro del coño de la chica.

-Ya está dentro preciosa. Vamos a darle un par de puyazos para ver si podemos sacar el bicho. ¿Te parece bien?.

Ella despatarrada, totalmente a merced de aquel hombre, emitió una sonrisa algo forzada, al tiempo que Leoncio comenzó a taladrar aquel joven coñito con verdadero placer. Notaba en la carita de su hijastra que aquella, también lo estaba disfrutando. Totalmente excitado, se desprendió del resto de su ropa “quedando totalmente en cueros”.

Rita, al contemplar el cuerpo de su padrastro totalmente desnudo, se ruborizo. Pero, más se sorprendió, cuando aquel procedió a retirarle la única prenda que aún le quedaba a la nena: “su sostén”, dejándola igualmente en cueros.

Oh papi… ¿pero qué haces? Oooo ..¿Para qué me quitas el sosten?..ooo

Sin responderle Leoncio, comenzó a chupar los pezones de la joven mientras su pene entraba una y otra vez, perforando sin piedad el coño juvenil. Los pechos no era muy grandes, pero sus pezones bien formado fueron un manjar suculento que Leoncio lamio y sorbió con esmero, sacando grandes gemidos a la joven.

-oh papi…ooo ¡que me haces!... oh si cometelos…. Me gusta oooooo

Rita, al ver como su padrastro devoraba sus pechos, y como su tremenda lanza no paraba de penetrarla una y otra vez, no tardó mucho en alcanzar el clímax, comenzando a convulsionarse una y otra vez. La joven comenzó a tener su primera orgasmo del día, sin que su padrastro dejara ni un momento de bombearla con su enorme pistón.

-oh papi.. oh que bueno ooooo siiii ooo otra vez ooooo

Leoncio, estaba a punto e correrse, por lo que se vio obligado a detenerse. En ese momento pensó en cogerse a la joven de otra forma. Ante la sorpresa de la joven se sale de su coño, y el mismo se sienta en la cama boca arriba, y le dice: anda preciosa, colócate sobre mí y ve clavándote mi pene. ¡Esta vez ese bicho se va a enterar!.

Ella contemplo el enorme pene de su padrastro enfilado hacia arriba como un autentico poste. Luego miró su coñito, ahora bien abierto y nuevamente enrojecido por las empaladas de su padrastro, y con nerviosismo, hace lo que le indicaba aquel colocándose a horcajadas sobre el mismo. Luego toma el pene de su padrastro y lo acerca hasta su vagina y mirando al mismo se deja caer clavándose aquella barrena hasta la empuñadura: ¡oh papi…. me entro toda!. ooooooooooooo

Leoncio tremendamente excitado ante aquella visión, comenzó a follarse a la joven haciendo que ella subiera y bajara teniendo por eje su tremendo falo: oh papi me revientas oooooo

Luego la hace salir y le dice: colócate de espaldas a mí, mirando hacia mis pies y ve clavándote.

La chica excitada, obedeció, algo extrañada. En este momento divisó el espejo de su habitación, donde pudo contemplar claramente su cuerpo totalmente desnudo y el de su padrastro. En el espejo quedó reflejada la imagen de cómo se abría su coño al máximo para permitir la entrada el falo del hombre, mientras se dejaba caer engulléndose nuevamente la polla del padrastro. ¡Era glorioso!. Aquella posición le produjo un morbo especial a la joven, que pronto animo, comenzando a cabalgar al hombre. Oh papi… como me entra. ¡Me está entrando toda oooo!

-¿te gusta así nena?. ¿Ha visto como entra mi tranca?. ¡¡Esta vez joderemos de una vez a ese bicho!”!. Uf preciosa como estas.
Le decía mientras observa el subir y bajar de la nena.

La joven siguió cabalgado de esa forma durante un tiempo, al tiempo que se recreaba en el espejo observando su joven y pequeño cuerpo, como saltaba sobre la pieza de aquel enorme semental una y otra vez. Y es que, el cuerpo de la joven parecía el de una muñeca comparada con el de Leoncio. Aquello la enceló mucho más. Pronto las manos de Leoncio se apoderado de los pechos de la joven, mientras ella le cabalgaba, haciéndola suspirar, hasta que no pudo más y se volvió nuevamente a correr entre gemidos y gritos.

-oH papi me viene otra vez ooooooooo siiiiiiiiii ooo si me corro oooo papiiiiiiii

Cuando terminó, Leoncio dejó que la joven se recuperar un poco, teniéndola totalmente atravesada con su tranca. Pero el quería terminar de otra forma, por ello la hace poner en cuatro sobre el borde de la cama, y el se coloca detrás.

La chica volvió a tener toda la visión del espejo ante ella. Observó el enorme cuerpo de su padrastro, totalmente desnudo, con su cipote aún en vertical, y como se colocaba detrás de su joven cuerpo, y al momento siente como el falo de hombre entre de nuevo en ella como una autentica barrena.

-oh papi ooo me abres oooooo

Leoncio tomo a la joven por su estrecha cintura mientras tiraba de ella, cada vez que le inyectaba sus 22 cm de polla en su vagina. Era increíble. La imagen era de lo más sensual que cabía imaginar. El tremendo cuerpo del semental taladraba sin para el coñito de la joven que tenía echada a cuatro patas sobre la cama. La polla entrada con gran maestría. Pese a la estrechez de la vagina de la joven, los dos últimos orgasmos actuaron como le lubricante suficiente para permitir que la penetración fue más placentera. Leoncio tenía bien ensartada a la joven en esa posición.

-oh papi me llega bien dentro oooo me abres oooo

El padrastro, contemplaba también el culito de la joven, y como su tranca ingresaba al completo en el coñito de la joven, y esto lo estaba poniendo al diez. Luego, se hecho un poco sobre el cuerpo de la joven, al tiempo que le besaba las orejas de la joven, sin dejar de ensartarla una y otra vez. ¡Se dio cuenta de que estaba a punto de venirse!. Llevaba días sin correrse y la hija de su pareja estaba llevando al límite. En ese momento sopesó si hacerlo dentro de la hijastra. Era una locura pero, estaba tan encelado “que necesitaba descargar. Quería hacerlo dentro de la joven”: necesitaba llenar con su leche aquella nena”. Pensaba en las consecuencias, pero su excitación nublada su mente.

Leoncio, en sus relaciones con su nueva pareja lo hacían con preservativo, toda vez que aquella no quería pasar por un nuevo embarazo. Pero ahora, lo estaba haciendo con la hijastra “a pelo”, sin ninguna clase de protección, lo que aumentaba el riesgo.

Se estaba comportando como un autentico semental, y comenzó a perforaba con gran precisión y cada vez mas rápido el coño de la joven, haciendo entrar su pene en la vagina de la misma, hasta el punto de que la joven sentía que la verga del hombre la perforaba como un pistón. –ohh papi ooo siii ooooo me rompes oooo

-Te gusta verdad putita. Te gusta mi polla ¿verdad?..
bramaba el hombre sin parar de perforar a la joven, tirando de su cintura hacia él, con la finalidad de que cada entrada resultara más profunda .¡Uf, nena, te aseguro que hoy vamos a acabar con ese bicho de una vez!

-oh si papi ¡mátalo oooo mátalo de una vez! oooo
le decía la joven cada vez más entregada, sintiendo como la tranca del hombre le llegaba hasta al fondo y la llenaba completamente.

Sin embargo, lo que la joven no sabía es que su padrastro quería matar al bicho “ahogándolo en semen”. Leoncio quería terminar descargando dentro del coñito de su hijastra.

La joven se dio cuenta de la intención de su padrastro, cuando noto en su interior como la tranca del hombre se inflaba más dentro de ella. Intuyó que podía ser aquello, intento zafarse, pero el hombre la tenía bien sujeta por las caderas. Ella observó a través del reflejo la cara de su padrastro y le dijo asustada: - oh papi…. ¿te vas a correr dentro? … o nooo ooo oh si….papi te siento… oooo sii lo siento…termino diciendo al sentir los primeros lechazos de semen en el interior de su cuquita.

-si preciosa. ¡Vamos asfixiarlo!. Mi lechita matará el bicho…..ooo me viene si preciosa. Oh…. ¡Pero qué coñito tienes nena!…. le decía totalmente desenfrenado, mientras vertía potentes chorros de espeso y caliente semen dentro de la joven: Te lo voy a llenar …. Siii ya me viene … ooo nenaaa

La joven en la posición en que estaba observó la cara de su padrastro, notando el esfuerzo y el tremendo placer que estaba sintiendo mientras se venía en ella: oh papi te estás corriendo dentro…. ¡me vas a embarazar! Ooo ¡como me llenas!

Pero el hombre no paraba de perforar a la joven una y otra vez, lanzado varias lechadas de su preciado semen. Estaba tan arrecho, que comprobó que aquella estaba siendo una de sus mejores eyaculaciones.

-oh papi…no mas,…. me llenas… oooo te siento ooooo

Tras terminar, Leoncio se quedó en la misma posición durante un rato, abrazando a la joven por detrás, y con todo su nabo ensartado en el coño de la joven. En esa posición se quedaron bastante rato, hasta que ella, le dijo: - oh papi… lo hiciste dentro… “me llenaste mucho”.

-¿No querías que matara el bicho?. ¡Qué mejor forma!.

Ella le miro a través del espejo, diciéndole: ¡oh papi estás loco!

Luego el hombre, muy despacio, casi recreándose en ello, se salió de la joven, contemplando nuevamente el hoyo el culito de la hijastra, y agachándose para observar como había dejado el coñito de la misma. Se excito al verlo: aquel estaba totalmente abierto, con una abertura interior enorme, y con los labios exteriores totalmente enrojecidos, mientras resto de su semen brotaban hacia fuera.

Ella luego se sentó en la cama, viendo la tranca de su padrastro aún endurecida y con resto de semen. Luego miró su coñito, observando que aun brotaba resto de la lecha del hombre. Ella le mira y le dice: ¡mira como me has dejado! …¿Y si me has embarazado?

-¿Cuando te vino la regla? Le pregunto él.

Tras ella indicárselo, verificó que no estaba en fecha de ovulación, por lo que le resto importancia, contestándole:- no tienes peligro. De esta no quedarás embarazada.

Ella picarona, se echa a su lado en la cama y le pregunta: Papi. ¿Tú crees que con tu leche se habrá muerto el bicho?

El miro la joven, y sonriendo le contesto: espero que se haya asfixiado. Pero, en todo caso. Es mejor que volvamos a repetirlo en otro momento para volver a echarle una buena rociada de lechita hasta que acabemos con él.

Ella le miro, y sonriendo, y le dijo: ay papi. ¡Estás loco!.

Pero esto nunca lo debe saber tu madre, ni nadie. ¡Lo prometes!

-claro. Si mama se entera me mata.
Le contesta ella.

Su fueron a duchar y tras salir de la ducha, mientras ella se secaba, observa el cuerpo de su padrastro, y dirige su mirada hacia los genitales del mismo.

El se percató de su mirada, y le dice:- ¿te gusta el pene de tu padrastro?

-Ay papi. je je… ¿De verdad me metiste todo eso?.. No lo puedo creer. ¿Pero si mi chochito es muy estrecho?-le contesta ella.

-Ya eres toda una mujer Rita. ¡Y qué mujer!

Ella le sonrió alagada, viendo como él salía de su dormitorio.

Rita, se volvió a observar su vagina, y se dio cuenta que aún goteaba semen de su padrastro. Se hecho en la cama y se dejó dormir.

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Leoncio y Rita volvieron a tener solo un pequeño encuentro posterior, ya que la hijastra pronto marcho a estudiar fuera con una beca de estudios. Tras cuatro años de estudios donde la joven con venida a las casa de sus padre solo por vacaciones bastante repentinas, ningún encuentro se produjo al respecto.

Al acabar sus estudios, la joven encontró pareja con otro joven universitario, y pronto se pusieron a vivir juntos en una ciudad distinta y alejada de donde residía Leoncio y Camila. Al poco tiempo de esa convivencia, los citados joven contrajeron matrimonio.

No fue hasta pasado unos tres años del matrimonio, cuando Rita vino durante unos días a casa de su madre ya que esta se encontraba enferma y en cama. Pese a que Leoncio se preocupaba de Camila, la hija quiso estar a su lado durante al menos unas semanas. La pareja de Rita no pudo venir, por lo que acudió ella solamente, quedandose en la casa de su madre durante esos días, utilizando la habitación que había sido la suya desde niña.

Había transcurrido más de ocho años desde aquellos encuentros incestuosos, y Leoncio ya había sobrepasado los sesenta años, aunque pese a ello, aún se encontraba joven y con bastante vitalidad. Por su parte, Rita ya había alcanzado la edad de veintiséis años, y era toda una mujer, con algunos kilos de más, pero sin ser gruesa.

Debido a la enfermedad de su compañera Camila, Leoncio llevaba más de tres semanas sin sexo, y la presencia de la joven Rita nuevamente en su casa excitó su testosterona hasta el punto de que tenía dificultades para mantener tranquilo su instrumento dentro de su pantalón y no advertir a los demás su excitación. Por otro lado, la joven al estar de nuevo en casa comenzó a vestir con unos pantalones malla que trasparentaba claramente la tanguita que llevaba, e incluso podía detectarse el abultado lugar donde se localizaba su vagina. Otra veces usaba unas minifaldas que no dejaban tranquilo al hombre.

Rita, en ningún momento había pensado en volver tener nada con su padrastro durante los días de estancia en su casa. No obstante, el recuerdo de aquellos momentos, la comenzó a excitar. En el fondo le agravaba sentir como la miraba su padrastro, y en ocasiones había visto el abultamiento de su pantalón. Ello la incitaba a mostrarse cada vez más atrevida, usando aquellas mallas casi transparentes que apenas podía cubrir la tanguita que llevaba.

El marido de Rita era un buen chaval, pero no era muy activo sexualmente. La Joven comenzó a recordar el tremendo falo de su padrastro, y recordaba como entraba en su coñito, el cual nada tenía que ver con el pene de su marido, mucho más delgado y menos largo. Estaban intentando tener un hijo, pero hasta la fecha todo había sido en vano. Los médicos le habían indicado que no existía problema alguno en ambos, y que debían esperar. El ginecólogo le había recentado a Rita un fármaco que solo debía tomar en los días previos a su ovulación y durante la misma con la finalidad de incentivar su apetito sexual y favorecer su fertilidad.

Rita mantenía varios encuentros de charla con su madre en la cama de aquella. En uno de esos encuentros, Leoncio escuchó una conversación entre ambas mujeres que le dejó más excitado todavía. Camila le preguntaba a su hija por sus relaciones con su marido y como iba su pretensión de quedar embarazada. El hombre escuchó como Rita le contestaba a su madre: -Ay mama. ¡Lo estamos intentando, pero no me quedo embarazada!. Los médicos me dicen que debemos esperar, pero .. no se… me pongo algo nerviosa. ¿será que tendré algún problema y el ginecólogo no me lo quiere decir?

-tranquila. Veras que ya llegará. Pero … ¡tu espabila a tu marido…! ¡vamos que te coja todas la veces que sean necesarias hasta que quedes
! -le comentaba sonriendo Camila.

-Ya mama. Pero Lito tampoco es muy activo. A veces para que lo haga tengo que pedírselo… ¿te lo puedes creer? - le decía ella riéndose.

-Bueno todos los hombres no son iguales. Tu padre por ejemplo no era muy activo tampoco, y al final te tuvimos. Le contestó Camila.

La joven entonces, a sabiendas de la potencia sexual de su padrastro le pregunta a su madre: ¿Y Leoncio? ¿es como papa?

-Uy niñita. ¡¡Ese hombre es puro fuego! A veces tengo que negarme, ya que si por el fuera me follaría a todas horas del día. ¡Es algo tremendo!

-¿de verdad?.. Uy mama… ¿entonces te tendrá bien satisfecha? - le sonreía la hija.

-Y que lo digas. Se que ahora lo está pasando mal, ya que con mi enfermedad no podemos hacerlo, y para un hombre tan caliente como ese, le debe resultar un calvario. Le comentaba ella algo apenada.

La hija entonces le pregunto: Pero mama., ¿No será para tanto? Leoncio tiene ya sesenta y tantos años. ¿No va a ser como un chico joven?

-Tendrá sesenta años, pero no creo que tenga nada que envidiar a los chicos jóvenes. ¡Eso te lo puedo asegurar! Le dijo con orgullo la mujer.

-coño mama. Ya podía regalarle un poco de su energía a mi marido. jaja

Luego la hija le comentó a su madre que el ginecólogo le había recetado el fármaco para la fertilidad y le decía: - ¡ay mama…! ¡cuando me todo ese fármaco, me pongo como una auténtica salida…! ¡Me entran ganas de coger a todas horas! ¿Puedes creer que hasta Lito cuanto me ve así se asusta?

-ja ja pobrecito…
- le decía su madre.

Aquello dejó tremendamente excitado a Leoncio. Era su hijastra, pero añoraba volver a tener el coñito de aquella joven, saborear el olor y sabor de este, y poder endiñarle su tremendo falo hasta los mismos huevos. Y al saber que estaba buscando quedar embarazada, su morbosidad fue mayor, y se dijo: joder nena. Yo te dejaría embarazada a la primera. Con que ganas de clavaría ahora mismo mi daga en el coñito.

Rita, esa misma noche, al estar cenando ambos en la cocina, comenzó a mirar a Leoncio, y se notaba excitaba. Llevaba días sin sexo, y encima intuía que estaban comenzando sus días fértiles. Por la mañana pensó en no tomar el fármaco, ya que sabía cómo se ponía de excitada, pero también pensaba que debía seguir lo que le prescribía su médico. Tras pensarlo se tomó el fármaco. Ya a media mañana sintió un tremendo sofoco, y una ganas de masturbarse enormes. Tuvo que entrar en el baño y pasarse los dedos por la ranura de su coño. La llamada de su madre la hizo cesar en su masturbación.

Ya en la tarde, su calor aumentaba. Necesitaba a su marido de inmediato. Y se decía:¡ joder estoy necesitaba de un buen polvo!.

En esos momento vio aparecer a Leoncio que llegaba de trabajar. Como sabía que tenía que prepararle la comida, mientras su padrastro iba a visitar a su madre, Rita tremendamente fogosa, se colocó una blusa algo descotada, dejando algún botón suelto y una faldita que a la primera de cambio se le verían la bragas. Me observó en el espejo, y se dijo: ¡joder parezco una putita! ..Pero, su excitación la llevó a salir así y servir a su padrastro con aquella indumentaria.

En cuanto Leoncio la vio se quedó muy nervioso y agitado. Para colmo la joven adoptaba algunas poses en la cocina, hasta el punto de que en varias ocasiones mostró a su padrastro la braguita rosada que llevaba puesta.

Leoncio estaba tan arrecho, que en unas de las veces que la joven se acercó a servirle a la mesa, la miró y le dijo: Por cierto, Rita. ¿Nunca te he preguntado?... ¿qué paso al final con el bicho que tenías ahí abajo?

La joven se quedó petrificada ya que no esperaba que su padrastro fuera tan directo, pero reponiéndose, y tremendamente excitada le contesto: ¿y porque quieres saberlo papi?

-No por nada. Pura curiosidad.
Le conteste el mismo agitado y pensando que había sido una temeridad el comentario.

Sin embargo, la joven estaba tan cachonda que deseo seguirle la corriente y, mirando a su padrastro fijamente y le responde: - ¡Creo que nunca lo mataste del todo!. A veces lo siento picándome dentro…¿A lo mejor es que me entró otro.?.

Leoncio la mira sonriéndole y le pregunta: ¿tu marido no ha sido capaz en estos años de acabar con ese bicho?

Rita tremendamente excitada, se coloca detrás de la silla de su padrastro, y acercándose al oído le susurra: Sabes papi…¡la de mi esposo es bastante delgada y no me llega hasta dentro. Yo creo que ese bicho le tengo bien adentro. ¡!Necesito una polla más grande y gorda!

El hombre casi se atraganta con la comida. Le mira a los ojos y le pregunta: ¿crees que la mía te servirá?

-Uy papi no sea tan atrevido. Que ya estoy casada. ¿Cómo le dices esas cosas a tu hijastra?
Le dijo burlonamente la joven.

-No se…lo decía por ayudar.

La joven se marchóa hacia el poyo de la cocina. En ese momento sabía que si seguía allí con la calentura que tenía terminaría entregándose a su padrastro. Por ello, decidió marcharse a su dormitorio.

Toda la tarde estuvo excitada, estuvo tentada de salir y pedirle a su padrastro que la cogiera, y que le metiera su verga hasta romperla. Pero se contuvo. Y así pasó toda la noche, casi sin poder dormir. A la mañana siguiente vio que su calentura en lugar de bajar se había incrementado. Para colmo, se volvió a tomar nuevamente el fármaco, y aquello la terminó por excitarla más.

Ese día había acudido el médico de cabecera para que le recetara unos medicamentos para su madre. Al comentarle que su madre con los dolores lo pasaba mal y le costaba coger el sueño, el doctor le expidió un somnífero con la finalidad de ayudarla.

Paso todo el día con su madre, hasta que por la noche llegó al padrastro de trabajar, ya que ese día le había hecho horas extra. Ya le había dado de cenar a su madre, y tras el somnífero se quedó totalmente dormida. Al verla así Leoncio le pregunto que le pasaba explicándole aquella lo que había ocurrido.

El hombre terminó de ducharse, y se acercó a la cocina a cenar. Rita le acompaño. Estaba solo con una bata de levantar, y debajo solo llevaba una pequeña tanguita y el sostén, y su calentara en lugar de cesar parecía que había aumentado. Se notaba tan excitada que, en la cocina en alguna ocasión se echo mano al interior de sus muslos, lo que no paso desapercibido para Leoncio quien tremendamente excitado al ver aquella acción de su hijastra, le comento: ¿Rita te ocurre algo? ¿Te veo bastante intranquila?

Ella le mira y le contesta: Uy papi. Creo que tengo de nuevo el bicho dentro. Y me pica mucho.

´Leoncio quedó petrificado. Se dio cuenta que su hijastra estaba excitada y para colmo el tenía unas ganas de follar que le reventaba su polla. Por ello le contesto: Ya hija. ¿quieres que te ayude a matarlo o quieres ir al médico?

-Uy papi. Se que no debo… pero, es que me pica mucho.
La joven se muerde el labio en sentido de excitación, y acercándose a su padrastro le comenta: Si estuviera mi marido aquí se lo decía, pero … ya sabes…Yo no quiero ir al médico.

El hombre tremendamente excitado le dice: a ver hija, déjame que compruebe tu coñito. Así podremos comprobar si tienes algo.

La joven se abre la falda, mostrándose solo en ropa interior ante su padrastro. Pese a su vergüenza inicial, su calentura y excitación era tal que no tuvo reparo en bajarse la tanguita y retirándola por sus pies, para luego mostrar a su padrastro su vagina, abriéndose un poco de piernas. Leoncio, pese a contenerse, toca con sus dedos los labios vaginales de la hijastra, comprobando que nada mas pasar lo dedos, que aquella nena estaba super-mojada.

Leoncio noto como la hijastra gimió al pasar sus dedos por su coñito, por lo que la tomó en peso y la colocó sobre la mesa de la propia cocina. Le apartó la piernas y le abrió de nuevo los labios vaginales comprobando el interior de su coñito. Oh papi…

-relájate preciosa. así estamos más cómodos y puedo comprobar mejor el interior de tu vagina.

Leoncio observó el coñito de la joven, le paso unos cuantos dedos, y acto seguido acerco su boca al mismo y le dio unos cuantos brochazos, haciendo gemir desconsoladamente a Rita: oh papi oh siii oo

Tras lamer durante un rato el coñito de la joven, se incorpora y le dice: Creo que ese bicho tiene que estar bien profundo. Ya sabes necesito utilizar mi herramienta. Y acto seguido se bajó los pantalones, quedando con una erección enorme bajo el boxer que llevaba. Al verlo la hijastra exclama: oh papi. ¿Cómo la tienes?

Leoncio sin contestarle, se baja el bóxer y deja al aire su vástago con una erección casi total. Su pene parecía estar mas grande que nunca y las venas que rodeaban el mismo, estaban hinchadas dando la sensación de un mayor grosor. La joven al verlo exclamo: ¡oh papi… la tienes enorme. ¡ ¡Papi eso no me entrará! ¡Parece que te hubiera crecido!

-Ya la pudimos meter la otra vez. Seguro que esta vez podremos igual.


La joven alcanzo dicha polla con su manita, la rodeo con sus dedos, la paso por todo lo largo y ancho de la misma. Excitada, y mira a su padrastro a la cara y le comenta: ¡oh papi es casi el doble de la de Lito!. ..¿llevas tiempo sin metérsela a mama verdad? ¿por eso la tienes tan gorda, verdad?

-es cierto hija. Sabes que llevó casi un mes sin poder estar con tu madre debido a su enfermedad.

-Jo papi. ¡Parece que se te fuera a reventar! Y masturbando a un poco, comprueba que la misma se descapulla, apareciendo el enorme glande, cabezón y resplandeciente a los ojos de la joven.

Pese a sentir miedo ante la enormidad que aparentaba el pene de su padrastro, la joven ansiaba tenerlo dentro de su vagina ya. Por ello, se baja de la mesa y toma a su padrastro de la mano y lo lleva a su habitación. Al pasar cerca de la habitación de su madre, abre la puerta y comprueba que dormía plácidamente. La misma le dice a su padrastro: mama no se despertará en toda la noche.

Ya dentro de la habitación, tremendamente excitada se retira la bata y se queda solo con su sostén. Luego, se echa boca arriba sobre la cama, y le muestra a su padrastro todo su coñito, abriéndose bien de piernas para que el hombre lo pudiera contemplar. Vamos papi, necesito que me mates ese bicho.

. claro hija. Verás como al final lograremos matarlo. - le contesta el hombre, quien no podía reprimir su excitación ante la visión del coñito de la hija de su pareja. Ver aquel coñito joven, que, aunque casada, aún parecía el de una nena, le incitó a tomar en su mano su potente manubrio, darle un par de movimientos y terminar de acabar por dejarlo en plena forma nuevamente. Luego se mete entre las piernas de la joven y acerca el mismo hasta depositarlo en los labios vaginales de la joven. Al instante percibió la humedad y el intenso calor del chochito de su hijastra, haciendo que un calambrazo recorriera toda su verga y le llegara hasta el celebro. Llevaba bastantes semanas sin sexo, y tener ahora de nuevo a su joven hijastra, a su disposición y abierta de piernas, motivo que aumentara más el tamaño de su vástago.

-Uy papi la tienes enorme ….me vas a reventar…- exclamo Rita nada más sentir como el glande del pene de su padrastro le abría un poco su vagina. Y más agitada se quedó, a medida que fue percibiendo el ingreso del pene de su padrastro, el cual se iba haciendo hueco, despacio, pero sin pausa, abriendo al máximo las paredes interiores de la vagina de la joven.

Oh papi… te siento … me abres mucho …… oh papi la tienes mas grande que la otra vez. terminó por exclamar la joven al ver como un tercio del pene había logrado perforar su coñito.

-¿quieres que me detenga?- le pregunta morbosamente el padrastro.

-No ahora no le contesto excitada la joven.. sigue… oh papi… la siento muy adentro. Se que la tienes enorme, pero necesito que me mates el bicho que tanto me molesta… volvió a exclamar la joven mientras sentía como la polla de su padrastro iba ingresando dentro de su vagina, obligándola abrirse como nunca. Recordaba la polla de Leoncio en su primera ocasión, pero se juraba así misma que para otra, ésta le parecía más grande.

¡Y, la realidad es que no era pare menos! La tremenda excitación que mantenía Leoncio tras tantos días sin sexo, y las ansias de poseer a su joven hijastra, le hacía mantener su pene con una dureza increíble. Por otro lado, la sensación de ser un hombre sexagenario, follando a una joven a la que casi le triplicaba la edad, aumentaba una morbosidad añadida.

Leoncio,percibía a medida que ingresaba en la cueva de la joven, el intenso calor que desprendía aquel joven coño. Ello le hizo recordar la conversación de ésta con su esposa, y se preguntaba si realmente la joven podía estar ovulando. El intenso calor de su coño era bastante significativo, pero tampoco se lo iba a preguntar. Solo pensaba en terminar de perforar a su hijastra, por lo que continuó su avance. Fue entonces cuando cambio de estrategia y tomando las piernas de a joven, las obligo a recogerlas sobre el vientre de la misma, facilitando que todo el coñito y culito de la joven quedó a plena disposición del mismo.

-oh papi que me haces- le preguntó la joven al ver como se veía obligada a recoger sus piernas sobre su cuerpo, elevando su trasero, y dejando a disposición del hombre todo su coñito.

Era un espectáculo digno de ver, contemplar el tremendo cuerpo de Leoncio sobre el Rita. La joven parecía una muñeca en manos de aquel tremendo semental. El padrastro, ahora vio la oportunidad de terminar de clavarle su cipote a la joven, por lo que apoyó un poco su cuerpo sobre el de ella, viendo como la vagina de la joven se terminaba de tragar completamente su nabo. Su daga se abrió camino sin oposición, forzando completamente las paredes de la vagina, hasta llegar al mismo útero de la joven. Leoncio sintió como sus pelotas tocaban ahora las nalgas de la joven. ¡ahora tenía totalmente ensartada a la misma!

Oh papi… me revientas oh… no sácala… o por favor … terminó por exclamar la joven, al comprobar como la herramienta de su padrastro terminaba de perforar su hueco y le llegaba hasta las misma entrañas. Parecía que la polla de su padrastro le fuera a salir por la boca. Se notaba totalmente abierta y llena.

-relájate preciosa. Ya la tienes dentro. Le susurro el hombre, saboreando la sensación que le producía tener ensartada de nuevo a la hija de su pareja.

-¿me las has metido toda? Le pregunto en un momento dado la joven.

-compruébalo tu misma-le contesto el hombre.

Rita, pese a sentirse totalmente abierta, echó una de sus manos hacia el encuentro de su vagina, y pudo palpar la base de la tranca del padrastro. La verga de aquel estaba toda dentro. Además, se dio cuenta que los testículos de este golpeaban contra sus desnudas nalgas. Su tentación le llevó a palpar los testículos del hombre y se sorprendió al ver que los tenía bien cargados. Sin embargo, no le dijo nada respeto a este último extremo. Solo se limitó a decirle:

. Oh si papi me la tienes toda metida.

El hombre entonces comenzó a bombear el coñito de la joven, entrando y saliendo del mismo, primero de forma suave para ir aumentado el ritmo. La joven notaba como la gruesa polla de su padrastro entraba y salía de su vagina, rozando y frotando las paredes de su estrecha vagina, produciéndole un placer inmensurable. El pene de su padrastro era infinitamente mayor que el de su marido. No solo era grueso, sino que parecía de unas dimensiones colosales. Pero lo que más la sorprendía era “la dureza de aquel miembro”.

- Como te sientes preciosa. ¿Notas mi pene dentro? Le comentó aquel.

- Oh si papi. Parece que me fueras a reventar.

- Tengo que metértela bien adentro. Es necesario, si queremos acabar con el bicho. Le contesto lujuriosamente el semental.

- “Oh si papi… tienes que acabar con él”.. ….¡oh me llenas!… Papi mi marido se va a dar cuenta cuando me vea tan abierta- le manifiesto la joven al sentir como su pequeño coño se estaba abriendo totalmente para recibir el poderoso pene de su padrastro.

- -Ya se te cerrara. Uf nena lo tienes bien calentito-

- Lo has notado papi. Me siento muy caliente… ese bicho me pica mucho…Tienes que acabar con él. Le contestó aquella sin reconocerle que podía estar ovulando. Era algo que no quería manifestarle a su padrastro.

El hombre comenzó a acelerar sus entradas y salidas, logrando que tras unos minutos de intensa perforación, la joven comenzara sentir que le venia de su primer orgasmo de la noche. La joven percibía si inminente corrida y la necesitaba. La enorme tranca que abría su coño le producía unas sensaciones y unos calores, que pronto la hicieron alcanzar el clímax. En ese momento su reacción fue apretar el pene del hombre intentando estrangularlo con las paredes de su estrecha vagina. La joven se estaba sorprendiendo ya que pese a la intensa presión que las paredes de su cuquita ejercen sobre la polla de la pareja de su mama, aquel falo permanecía duro como una roca. Nada que ver con el de su marido, que en cuanto ella apretaba su coño, aquel se desvanecía, y en varias ocasiones no podía terminar su orgasmo. Pero ahora, veía emocionada como la gran dureza de aquel miembro la excitaba de tal manera, que terminó convulsionándose de una forma alocada, gritando mientras se agarraba a los potentes brazos de su padrastro, para terminar casi en un sollozo diciendo: oo siii … me vengo … oh.. papiiiii….

Leoncio la dejó que terminara de correrse, y luego se detuvo dejado que la joven se recuperar, pero siempre con su nabo encajado en el coñito de la joven. Cuando vio que aquella volvió a recuperarse, comenzó de nuevo a perforarla. La posición en que se encontraba, le permitía taladrar el coño de la joven y endiñarle, hasta las mismas entrañas, una y otra vez su mandarria.

Oh papi me he corrido… pero ¡tu sigues aún en forma! No se te baja… oh si… me gusta.

-Claro preciosa. Además, tenemos que hacerlo bien para acabar matando el bicho.


Tras varios nuevos bombeos, al joven percibió de nuevo que se venía, alcanzando un nuevo y sonado orgasmo que, en ningún momento reprimió. Terminó agotada. En ese momento observó a su padrastro, el cual aún seguía con todo su pene dentro de su coñito. Al poco tiempo de comenzar un nuevo bombeo por parte de éste, se sorprendió al ver como la tranca del padrastro comenzaba a hinchase dentro de ella. Sabía perfectamente lo que significaba: su padrastro se iba a correr dentro de ella.

La joven enrojeció, y se agito con solo pensarlo. Era consciente de que estaba ovulando y que si su padrastro se corría dentro corría el peligro de resultar embarazada. Sus sentimientos eran encontrados, tenía que evitarlo, pero por otro lado necesitaba sentir la leche de su padre brotando dentro de ella.

Mientras lo pensaba, en un último intento trato de evitarlo, diciéndole: -oh papi… no lo hagas dentro…¡me puedes dejar embarazada!

-¿No quieres que matemos el bicho? Le pregunto el Leoncio. Tenemos que hacerlo como la otra vez. ¡Debemos asfixiarlo! Además, nenita tengo tanta leche acumulada que te juro que estaba vez, seguro que lo ahogamos. – Mientras terminaba de hablar, tremendamente excitado, y sin dejar de taladrar el coño de la joven, Leoncio se percató como ya subía por el interior de su pene el ardiente semen. Estaba tan arrecho que se dijo para sí: “joder esta nena se va a llevar una buena ración de semen

La joven se dio cuenta que su padrastro no iba a salirse. ¡Se iba a correr dentro! Mientras lo pensaba sintió como las primeras lechadas del caliente y espeso semen de la pareja de su mama, comenzaba a verterse dentro de su caliente vagina. Aquello la enloqueció. Joder… iba a resultar preñada por su propio padrastro. Y sabía que estaba en sus momentos fértiles. Sin poder contenerse comenzó a convulsionarse, llevando la igualmente a un nuevo orgasmo mientras sentía las lechadas del semen de Leoncio escupir una y otra vez dentro de su vagina.

Leoncio por su parte, no dejaba de lanzar dentro de aquella joven vagina cantidades ingentes de semen. Parecía un surtidor. Llevaba tanto tiempo su correrse, que el semen acumulado necesitaba expulsarlo, y que mejor que la cuquita de la hija de su pareja. Tal fue la cantidad de semen que depositó en la cuevita de la joven, que quedó bastante preocupado, ya que era consciente de que la joven podía estar ovulando.

Cuando por fin salió del coñito de la joven, se produjo un sonido como el al destapar el corcho de una botella “chop”. Observó entonces, en la posición magnifica en que se encontraba, el enorme boquete dejado en la vagina de su hijastra. No solo el coñito de la joven estaba bastante abierto, sino que los labios vaginales parecían que iban a reventar de lo inflamados que los tenía. Al volver a poder estirar la piernas la joven, lo primero que hizo fuer mirar su vagina y quedo sorprendida: ¿oh papi… has visto como me has dejado el coñito? ¡mi esposo lo va a notar!: ¡esta super abierto! Luego observa el líquido blanco que resumía de su vagina y añade: Uy papi…¡me has llenado! ¡tenías los testículos bien cargados!

- Si preciosa. Llevaba mucho días sin hacerlo.

- Pero, … “me has echado tu semilla dentro”. ¿Y si me has dejado preñada? ..¡De verdad papi…me siento llena de tu leche!.

Leoncio estaba igualmente preocupado, sin embargo, reaccionó y le contesto: pero nena. “Teníamos que matar el bicho”. Por ello necesitaba ahogarlo, como la otra vez.

La joven se echó sobre la cama completamente rendida y Leoncio se recostó tras la misma. Y de esa forma se dejaron dormir, hasta que ya de madrugada, el hombre se despertó, y tras besar el cuerpo de la joven marchó a la habitación de su pareja. La iba a ser difícil olvidar un polvo como el de esa noche.
 
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