Leoncio tras su divorcio con su primera mujer, y ya a la edad de cincuenta y tres años, y transcurrido unos años sin pareja, por fin encontró a Camila. Esta era una mujer mucho más joven que él, que poseía 36 años, que sin ser bonita tenía un cuerpo bastante elegante. Tras unos meses de conocimiento, ambos decidieron ponerse a convivir, trasladándose Leoncio a la casa de aquella.
Cuando Leoncio encontró a Camila, la misma era viuda y con una hija llamada Rita que por aquel entonces solo era una cría de unos doce años. Desde los primeros momentos la chica mostró una total confianza con la nueva pareja de su madre hasta el punto de que le obedecía más a que a su propia madre. La chica fue creciendo, convirtiéndose pronto en una joven muy bella, con un cuerpo que sin ser grueso tampoco se puede decir que fuera delgado. Tenía unos grandes ojos azules, larga melena negra, piel morena, con 1.75 de estatura, aunque sus pechos resultaban algo pequeños. Pese a todo, siempre se portaba como una niña mimada y en cierto modo con pensamientos demasiado infantiles para su edad.
Pese haber superado la adolescencia la joven seguía manteniendo una estrecha relación de afecto con Leoncio. Desde los primeros años de su adolescencia Rita no tenía reparos en mostrarse casi desnuda ante la pareja de su madre, extremo que cambió cuando alcanzó los dieciséis años, quizás por el pudor, y por las reprimendas de su madre, por lo que comenzó a guardar cierta distancia, no mostrando su intimidad como antes. No obstante haber crecido, ella le seguía consultando cualquier problema, incluso las tareas del colegio e instituto.
Pronto Rita alcanzó la mayoría de edad. Aunque inicialmente no noto ningún cambio de comportamiento, Leoncio se dio cuenta en que la chica comenzó a interesarse más las relaciones con chicos y con sus amigas. Hacía preguntas algo comprometedoras, que el intentaba no responder y que le decía que le preguntara a su madre. Al propio tiempo, se percató que en varias ocasiones cuando había entrado en el cuarto de la joven por algún motivo la había sorprendido visualizando algún contenido erótico en páginas de internet, pero que ella al momento eliminó de su vista.
Leoncio nunca le hizo comentario alguno, toda vez que era evidente que a esa edad tuviera sus inquietudes sexuales y quisiera experimentar sus relaciones con chicos de su edad. Ella, pese a su edad, no dejaba de consultarle cualquier cuestión relacionada con la materia de su educación, ya que ella le costaba bastante, algunas materias como los problemas de lengua y matemáticas. Leoncio, como buen padrastro siempre estaba solicito a ayudarla.
Estando así las cosas, un buen día, mientras Leoncio se encontraba en el baño de su dormitorio, acabante de salir de la dicha, se puso a darse unos masajes en la cara. Ante su sorpresa, en ese momento hizo su aparición en el dormitorio Rita, la cual había llegado del instituto y preguntaba por su madre. La joven entró hasta el mismo baño y pillo a la pareja de su madre en cueros. Pese a que en los primeros años había llegado a verlo desnudo, tras la adolescencia jamás Leoncio lo había permitido. Por ello, la impresión de la joven resulto notoria, al contemplar a su padrastro en aquella lid, totalmente en pelotas en el baño dándose unos masajes.
Leoncio también se percató de la impresión que causó en la joven, viendo como la misma enrojeció al contemplar su cuerpo, y al visualizar sus genitales. No es que fueron los genitales de una mandingo, pero Leoncio calzaba una buena daga, especialmente larga aunque no tan gruesa. Aún en reposo, aquella daga impresionó a la joven ya que colgaba majestuosa entre la entrepierna del hombre.
Leoncio trato de aparentar cierta tranquilidad, por lo que se digirió a la joven diciéndole: -Hola Rita.. ¿Preguntas por tu madre?-
-Sí. Pensé que era ella la que estaba en el baño. Le respondió la joven sin apartar la vista de la macana de su padrastro.
-Pues Rita…creo que salió bastante temprano a visitar a tu abuela, que parece que esta algo enferma- le contestó el hombre sin inmutarse, intentado guardar la calma ante aquella escena.
Evidentemente Leoncio se quede algo nervioso, ya que su hijastra no hacia intentos de salir de la habitación y tampoco dejaba de contemplar su daga, lo que motivo que sin poder evitarlo, su tranca comenzara endurecerse adquiriendo una incipiente erección, que no paso desapercibida para la joven. Al instante los colores afloraron a la cara de Rita, quien rápidamente, pero sin dejar de mirar su nabo, le dijo: -vale papi.. Te dejo vale…
El hombre se quedo inquieto ante lo sucedido. Y no era para menos. Su hijastra se había interesado esa tarde por sus genitales, y le había visto desnudo después de muchos años. Y claro, ahora Rita no era una adolescente, era toda una señorita que había adquirido la mayoría de edad. Sin poder evitarlo, percibió cierta excitación que trato de superar cuanto antes.
Leoncio pese a su edad sexagenaria, aún conservaba una buena salud sexual. No obstante no le quiso dar mayor importancia al hecho, pero comprobó que a partir de ese día, su hijastra le bombardeaba con preguntas sobre la sexualidad, hablada del comportamiento con sus amigos, etc. Conversación, que por supuesto, no mantenía con su madre.
Pese a todo ello, jamás hubo ningún intento obsceno por parte de Leoncio hacia la misma, ni tampoco por parte de ella, aunque el hombre fue percibiendo como Rita se acicalaba bastante y se ponía en unas posiciones algo comprometedoras ante su padrastro, que evidentemente se daba cuenta que lo quería poner nervioso. ¡Joder Leoncio, que es tu hijastra! Se decía el mismo al contemplar como aquella joven se quedaba mirando por la ventana de la sala, dejando a la vista todo su trasero y con una minifalda que dejaba gran parte de sus muslos a la vista.
Rita por su parte, tras la visualización del cuerpo desnudo de su padrastro, comenzó a interesarse por el mismo. Su sexualidad estaba en una efervescencia manifiesta. Había tenido algún encuentro con algunos de sus compañeros de clase, pero no paso de ciertos manuseos, algunos besos, y hasta llegó a tocar los genitales de alguno de ellos. En esos encuentros había comprobado que los genitales de sus amigos nada tenían que ver con el que había visto a su padrastro en el baño. Para colmo, algunas compañeras de clase, especialmente aquellas más liberales, relataban hazañas sobre encuentros sexuales que a ella le parecían de película. Y entre esos relatos, alguna dejó caer que mantenía relaciones con su propio progenitor.
Aquella agitaba a la joven, y ya en internet comenzó a devorar toda clase de artículos sobre el sexo entre familiares, constatando que solo pensar en su padrastro mojaba su braguita. Tras algún tiempo, comenzó a soñar con hacer el amor con la pareja de su madre, hasta el punto, que pronto comenzó a masturbarse con la fantasía de ver el cuerpo desnudo de su padrastro.
Pero todo se trastocó, cuando cierto día, tuvieron una fiesta en un restaurante por el cumpleaños de un familiar de su madre, donde acudieron bastantes invitados. Bebieron y comieron opíparamente, hasta el punto de que algunos comensales ingirieron tal cantidad de bebidas y mezclas, que terminaron beodos. Rita, igualmente había acudido y también había tomado alguna copita de más con los jóvenes que acudieron. Pese a todo, durante la comida, ella no dejaba de contemplar a su padrastro, el cual parecía el más cuerdo y el que mejor se contenía. Por otro lado, le gustaba contemplar aquel hombre, que pese a su edad, aún mantenía un cuerpo excelente, con algunas canas en el pelo, pero que para ella era un verdadero seductor.
Evidentemente, Leoncio se dio cuenta de esas miradas de su hijastra, pero se limitó a sonreírle, aunque no dejaba de intranquilizarlo. Para colmo esa noche la hijastra se había colocado un vestido precioso que le quedaba como un guante. Ya no era la chiquilla con la que jugaba en sus primeros años, era toda una señorita.
Ya algo tarde, los comensales comenzaron a marcharse, verificando Leoncio que su propia pareja Camila se encontraba bastante mareada por el alcohol ingerido. Decidieron que era hora de retirarse y como pudo logró meterla dentro de su coche. Rita se sonreía al ver la tremenda borrachera que había cogido su madre. Al llegar a casa, como pudieron la llevaron hasta su dormitorio y para terminar dejándola sobre la cama. Ambos se percataron que Camila, se había dejado orinar:- Te has dado cuenta papi…. Mama la ha cogido esta noche. …¡se ha dejado orinar en sus bragas!. j aja…
-ya lo veo. Tendré que lavarla un poco. No podemos acostarla de esa forma ¿me ayudas?. Le preguntó él.
Ante su incrédula mirada, Leoncio desnudo a su pareja, dejándola solo con el sostén y tiró de sus bragas bajándolas por sus piernas, quitándoselas completamente. Rita miraba a su madre, totalmente despatarrada sobre la cama, contemplando el coño bien arreglado que siempre llevaba y, donde se vislumbraba igualmente los labios de su coño, que siempre los tenía bastante pronunciados. Leoncio ni corto ni perezoso, tomo una toalla con agua caliente, y comenzó a frotar sus muslos y pasándolo por todo el coño de su pareja con el fin de asearla.
Acción que realizó a la vista de su hija, a la que le dijo:- anda sujétale bien las piernas, para poder limpiarla mejor.
Rita observaba la escena, y comenzó a notar cierto cosquilleo en sus partes al contemplar a su madre completamente desnuda de medio abajo, con todo su coño al aire, mientras su padrastro la limpiaba los labios de su vagina con la toalla. Más nerviosa se puso al contemplar como aquel se atrevió a separar los labios del coño de su madre, dejando a la vista el clítoris y la raja de Camila.
-Oh…. ohhhhs ooo- exclamo Camila, casi inconscientemente. Pese a su estado de tremenda borrachera, no fue inmune al toqueteo de coño que le estaba dando su propia pareja.
-tranquila Camila. Solo te estoy limpiando.- le dijo algo nervioso Leoncio al ver la reacción instintiva de su pareja.
Rita le miró a los ojos al ver como su madre respondía y el le contesto:- Es que tu madre es muy sensible ahí. En cuanto le toco un poco… ya sabes..
-ya veo papi- le dice ella sonriendo, pero enrojeciendo.
Luego la dejaron dormir, tapándola con la sabana y una manta y salieron fuera.
Rita había tomado igualmente alguna que otra copa, por lo que se notaba bastante acalorada. Por otro lado, la escena vivida con su madre la había excitado y notaba como sus braguitas se habían mojado. Tampoco a Leoncio le paso desapercibido la cara enrojecida de su hijastra, pero optó por decirle: - Bueno Rita me voy a duchar. Buenas noches.
-si claro papi… Yo también voy hacer lo mismo, buenas noches- le contesto ella.
Leoncio marcho a ducharse. Al acabar se colocó una bata de levantar y con solo un slip, ya que estaba algo acalorado, y se hecho en la cama al lado de su mujer.
Rita por su parte, ya en su dormitorio recordó nuevamente la escena y tras quedarse completamente desnuda en su dormitorio, se miró al espejo, se toco sus pechos, y fue bajando su mano hasta alcanzar su conejito. Al tocarse los labios de su chochito contempló que estaban todos mojados: ¡se encontraba sumamente excitada!. Mientras de duchaba, se dijo que necesitaba calentar a su padrastro. En el fondo quería coger con él. Era virgen, pero no le importaría que fuera el primero en entrar en ella. Mientras se secaba se dijo: ¡esta noche es la ideal, mama esta tan borracha que ni se enterará!. En ese momento sitió que alguien se dirigía a la cocina. Abrió un poco la rendija de la puerta de su dormitorio y contemplo que era su padrastro el cual solo estaba con un slip.
Tremendamente excitada se colocó una blusa y una pequeña minifalda, y decide ir al encuentro de su padrastro en la cocina.
Leoncio se encontraba tomando un vaso de agua, cuando observa venir hacia la cocina a su hijastra. Le notó con cara de preocupación, y terminó por preguntarle:- ¿Te ocurre algo Rita?
Ella, adoptando la actitud de chica preocupada, se muestra como turbada, y le contesta: ¡Ay papi me da cosa decírtelo!.
-¿de qué se trata?- le pregunto Leoncio intrigado. Sabes que tienes confianza conmigo. ¿Vamos dime que te ocurre?.
Entonces la chica, tremendamente excitada se toca en la parte de la entrepierna de su minifalda y le contesta:-es que… ¡Me pica abajo, papi!. “Creo que se me ha metido una garrapata o un bicho”.
Leoncio se quedó tan parado que casi se le cae el vaso de agua al suelo. Tan sorprendido se quedó que apenas pudo reaccionar. No obstante logro sobreponerse y le dijo: -¿Estás segura?. Será mejor que te des una ducha e intentes orinar. Verás que si es cierto, quizás con eso te salga.
-Ay no se Papi. Pero te voy a hacer caso. Pero es que mi pica mucho. le contesto ella sin dejar de tocarse su entrepierna. No obstante opta por marcharse a su dormitorio.
Mientras la joven se retiraba, Leoncio se quedo preocupado con lo que le había dicho su hijastra. Le parecía algo extraño que tuviera un bicho en sus partes, pero tampoco era descartable. Sabía que la misma mantenía ciertos comportamientos aún algo adolescente, pero no le dio mayor importancia. Pero ello no evitó que su pene se envarara ante las palabras de su hijastra, y al ver como se tocaba sus partes.
Tras dejar el vaso de agua en el fregadero, decide regresar a su dormitorio. Al pasar por el cuarto de su hijastra, observa que esta le llama. El apresuró a ver que le ocurría, abriendo la puerta del dormitorio de la joven. Nada más entrar, su sorpresa fue mayúscula: allí estaba Rita, en medio de la cama, la cual se encontraba con una bata de dormir casi semitransparente, donde se percibía que debajo estaba totalmente desnuda. ¡Vamos que su hijastra no lleva sostén ni bragas!.
Le preguntó bastante apurado y sumamente nervioso:- ¿Qué te ocurre?
-Ay papi. He hecho lo que me dijiste. Me he lavado incluso e orinado. Pero….”es que me sique picando” y “me pica mucho ahí”.
-¿Te has bañado como te dije? Le volvió a preguntar agitado Leoncio.
-sí. Lo hice, pero aún me pica. ¡Creo que el bicho sigue dentro!.
No se Rita. ¿Quieres que te lleve a un hospital para ver de qué se trata?. Creo que será lo mejor. Le dice ante su preocupación.
-¿Al hospital?. Ay papi. Me da vergüenza. No quiero que los médicos me vean ahí. Le contesta ella señalando sus partes.
- ¿Y entonces como lo vas a solucionar? Tu madre ahora está bastante ebria para mirarte.
Ella sonrojada, le mira a la cara y le contesta: Ay papi ¿Por qué no lo haces tú?
Aquello le dejo totalmente trastornado. Joder ¡su propia hijastra quería que le mirara en su coñito para ver si se le había metido una garrapata o algún bicho!. No se lo podía creer. Al momento, sin poder contenerse, su pene se endureció alcanzando una erección importante bajo su slip. No sabía que contestarle.
-¿pero Rita?. ¿Sabes lo que me estas pidiendo?…No creo que eso sea correcto. Si tu madre se entera…¡Me echará una buena reprimenda! Y… no quiero problemas.
-Vamos papi. Te juro que nunca sabrá nada…... Pero anda,… es que me sigue picando. “No me puedo aguantar!.. le dijo, mientras se tocaba su coñito con los dedos metiéndolos bajo la única prenda que llevaba puesta.
Chica… esto no es correcto. El no sabía cómo actuar.
Lo piensa, sabe que es una locura, pero en el fondo la posibilidad de ver el coñito de su hijastra puede más que sus convicciones. Por ello tras meditarlo un poco le contesta: ”Vale te examinare”. Pero de esto nada a nadie. Vale…Abre las piernas a ver si veo de que se trata.
Rita entonces abrió sus piernas para que su padrastro pudiera examinarla. Ante el hombre apareció el coñito de la joven, contemplando que la misma conservaba bastante mata de vello. En medio de aquella gran maraña de vellos, detecto los labios vaginales de la chica, comprobando que se hallaban brillantes. Superando sus primeros nervios, con los dedos, logró separar los labios vaginales de la joven, comprobando como su vagina se abría y aparecía el hueco. En ese propio momento se dio cuenta de que su hijastra seguía siendo virgen, ya que el himen seguía intacto. Aquello más lo envaro.
Notó algo de enrojecimiento dentro de las paredes del inicio de la vagina, que se supuso se debía a que la misma se había rascado o frotado ahí con sus dedos. Entonces, pasó su dedo corazón por toda la ranura, rodeando toda la entrada de su coño, para luego pasar el mismo por la zona del himen. Ella gimió al sentir el dedo de su padrastro en su himen.
-¿te he hecho daño Rita?. Si te he dado me lo dices- le pregunto.
-No papi. Pero es que me dio como un calambre- le contesto ella.
El, aunque nervioso por la situación, localizo su clítoris. Al momento se fijo en la cara de su ahijada, la cual al pasar su dedo por aquella pequeña rugosidad de su vagina, cerró sus ojos. No se lo podía creer. Puede que fuera intencionado, puede que fuera como consecuencia de ser bastante sensible en esa parte de su vagina.
El nuevamente intento entrar su dedo dentro de la vagina de la joven, pero su himen me lo impidió. Vuelve a dedear los alrededores del coñito y le dice:
-Rita, no veo nada raro. Aunque “puede que lo tengas más adentro”. Quizás el bicho esté más profundo. Le dijo, con cierto atrevimiento.
Ella entonces le mira y le contesta: -Pero… ¿no puedes mirar más adentro?.. ¡Ay papi no quiero que ese bicho siga ahí dentro?
Leoncio se quedo más preocupado. Su erección ya era más que evidente. Aquella nena le tenía excitado. No obstante le contesto:- Es que no puedo mirar más adentro hija. Ya sabes… aun eres virgen….Si te comienzo a presionar ahí… te puedo desvirgar…
Ella le mira acalorada y con rojeces en su carita diciéndole:- Lo sé papi. Pero si voy al médico me van a meter cosas por ahí. ¡Va a ser lo mismo!.
-Ya…El pensó que quizás fuera cierto. Pero introducir su dedo allí sin más. Luego de pensarlo se le ocurrió algo bastante morboso y en cierto modo incestuoso, diciendole: -Podemos intentar que salga, estimulándote.
-¿Cómo es eso papi?- le pregunta ella.
-Pues… sé que es una locura. Pero quizás si te masturbas y alcanzas un orgasmo. Al excitarte, a lo mejor logras expulsar el bicho, caso de estar dentro.
-¿Estás diciendo que me tengo que masturbar? Le pregunta ella enrojeciendo, pero manteniendo totalmente sus piernas abiertas y con todo su conejito para que pudiera verlo bien su padrastro.
-eso es lo que he dicho. Me supongo que lo abras hecho en alguna ocasión verdad?
-Hay papi alguna vez, pero no sé. ¿Por qué no me ayudas tú? le dice de pronto.
-Pero chica. No se…Eres mi hijastra, eso sería algo pecaminoso. Mejor que no- le contestó el bastante excitando con aquella proposición.
-Ay papi. No puedo quedarme así, con es bicho dentro. Tampoco quiero ir al hospital. Anda por favor, ayúdame…. ¡te juro que mama nunca lo sabrá! Le contesta ella con carita de mimosa.
Entonces el hombre, completamente excitado le dice:-Es una locura. Pero, vale….bien…..sumamente excitado añade: Quizás pasándote mi lengua por la vagina, limpie todo lo malo que exista, y.. Pueda ayudarte a que alcances el orgasmo. .
Ella se agitó ante las palabras de su padrastro. ¡Joder quería lamerse su chochito!. Ella se había percatado de reojo del tremendo bulto que se había formado en la entrepierna de su padrastro, ya que el slip parecía que se iba a romper.
-Uh papi. .. ¡Vamos hazlo!.
Con una excitación mayúscula, Leoncio acerca su cara hasta depositar su boca en el coñito de su ahijada, jugó con su lengua dando unos lametones como brochazos por toda la rajita del coño de la joven, llevando a Rita a los primeros gemidos de autentico gusto. El olor a hembra joven le trastornaba. Comenzó a meter y sacar la lengua de la vagina, colocándola en punta, puyando contra el himen.
-¿sigues bien Rita?- le preguntó.
-Oh papi si… continua asi…ohhh siii
Al rato los gemidos de Rita ya eran de pre orgasmo. Entonces atacó el clítoris con movimientos circulares de su lengua, luego laterales y después de abajo arriba. Rita ya no aguantó más: -¡¡Me corro, papi!! ooo siiii
La joven entonces puso sus manos sobre la cabeza de su padrastro apretándola contra su raja, moviendo la pelvis para que su clítoris se apretara con la lengua de aquel, y entre sensuales gemidos, se corrió como una bendita en la propia boca de Leoncio: – oooo papi oooo siiii
Tras terminar, Leoncio observó la carita de Rita. En ese momento se dio cuenta de la cara de perrita que tenía su hijastra. Aquella mirada era de una autentica “nena un celo”. Miró su coñito, y ella le dijo: -oh papi… que bien lo has hecho..Pero, ¡ Creo que lo he hecho en tu boca!. Le dice algo sonriente.
-No importa. ¿Te sigue picando?. - le dijo sin esperar su respuesta.
Ella le mira, y le contesta: No se papi. Tendré que esperar un poco para ver si ya no me pica.
-Vale. Pues yo me voy al dormitorio. Si te sigue picando me lo dices. Entonces tendremos que idear otra forma. ¡Vale!. Le contestó el sin mas comentario.
Leoncio se marchó con una calentura de perros. Joder aquella nena le había dejado bien caliente. Tenía unas ganas enormes de tomarla y clavarle su daga hasta los huevos. Pero eso hubiera sido una locura. Se echó en la cama al lado de su mujer, esperado poder dormir.
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Leoncio se dio cuenta que su mujer roncaba a pierna suelta por la borrachera. No transcurrió más de media hora, cuando Rita hace de nuevo su aparición en la puerta del dormitorio. Venía con la misma ropa que tenía, o sea, solo el comisión, sin sostén ni bragas. Se queda en la puerta, y el observo que se está tocando el coño con su mano. No se lo podía creer, su hijastra se estaba pasando el dedo por toda su raja. ¡Joder se estaba masturbando ante su presencia y ante su propia madre!.
Ante aquella visión, la traca comenzó a recobrar vida, y comenzó a levantarse sin remedio. Estaba boca arriba por lo que su hijastra pudo contemplar como su mandarria iba creciendo dentro de su minúscula prenda. No sabía cómo actuar. Se quedó perplejo y sin saber qué hacer. Era evidente que aquella nena estaba en celo y le estaba provocando. Ya no sabía si realmente la estaba picando el coño o, solo le quería calentar.
Ante ello, optó por incorporarse de la cama, poniéndose en pie. Ella pudo contemplar con nitidez el tremendo bulto que formaba su tranca bajo el slip. Se acercó hasta la misma, y ella le susurra al oído: -papi. Creo que sigue todavía dentro. Me sigue picando.
Lo decía sin dejar de pasarse los dedos por su rajita, viendo el hombre como abría los labios vaginales con sus dedos. La calentura de Leoncio era de mil demonios. Por eso le dijo:- bueno, pues será mejor que pongamos en práctica otro medio más eficaz. Al tiempo que cerraba la puerta del dormitorio y la llevaba hasta el dormitorio de la joven. Ya dentro del mismo, ella se sube a la cama, le dijo:
-a ver Rita. Enséñame ese coñito para ver como lo tienes. ¿Seguro que el bicho no ha salido? Le pregunto excitado y con ganas de contemplar de nuevo el chochito aún virgen de su hijastra.
-seguro papi. Me pica por dentro. ¡Te lo juro!
-siendo así. ¡Habrá que sacarlo!. ¿No puedes quedarte con un bicho dentro de tu vagina? ahora el tenía una doble intención. Fuera cierto o no, el ahora quería llegar algo más lejos.
Ella le mira, y enrojecida le pregunta: ¿y cómo vas hacerlo papi?
Leoncio observa aquel coñito aún virgen, y le dice:- Si el bicho está metido dentro, habrá que sacarlo, y para ello hay que localizarlo dentro. No quiero hacerte daño con ningún instrumento. Creo que lo mejor será que utilice….. ya sabes….. “mi instrumento”.- le dijo señalando su tremendo bulto. Era una temeridad, pero estaba tan caliente que no tuvo reparos en su osadía.
-Papi…uyyy.. ¿Cómo estás?....¿Me quieres meter todo eso….?. Pero, no se papi…. ¡parece que la debes de tener bien grande!.- escucha que le contesta la joven agitada.
-Bueno nena…si no probamos no lo sabremos. Pero ¿si no quieres lo dejamos?. Quizás lo mejor sea que acudamos al hospital- le dijo el sabiendo que aquella no quería acudir al citado centro.
Rita, ahora estaba nerviosa. Había contemplado el tremendo bulto de su padrastro. Antes estaba decidida a coger con él, pero ahora tenía sus dudas. Pero no obstante continuo y le dijo: -No al hospital no…. Jo papi. Mejor lo haces tú…¡pero parece tan grande!….¡.Anda déjame ver como la tienes papi!.
La putita de su hijastra ahora quería ver su tranca. Aquello era buena señal. Leoncio al escuchar aquellas palabras, se dio cuenta que su tranca creció sin remedio, y, al bajarse el slip para mostrársela, esta salió disparada como un resorte. Su pene estaba como un mástil y bien duro.
-pero papi…. joder… ¡es enorme!.. ay papi eso no me entrará en mi coñito… ¡que va es…imposible.. Exclamo la joven al contemplar la tremenda mandarria de su padrastro. Ahora estaba viendo a su padrastro con su pene al aire, empalmado y bien duro.
-Veras que si te entrara. Pero dime: ¿te parece grande la polla de tu padrastro?... ¿Has visto otras antes? Le contesto Leoncio tremendamente excitado.
-Bueno… solo la de algún amigo, pero…joder papi “esa es enorme.”.
El hombre se encontraba fuera de sí, por lo que decidió ser más agresivo. Por ello, decidió agacharse colocándose entre las piernas de la joven y comenzar de nuevo a lamer el chochito de su hijastra, contemplando que aún permanecían restos de jugos de su anterior corrida. Tras unas cuantas lamidas más, la chica estaba otra vez chorreando, pero Leoncio no tenía intención de dejarla que alcanzara el orgasmo. ¡Tenía intención de clavarla!. Se correría, claro que sí, pero con su polla dentro. Le había encelado y ahora tenía tal excitación que “solo pensaba en ensartar a su hijastra”.
Ante ello se retiro un poco, y le colocó la polla delante de la carita de su hijastra diciéndole: -vamos bebita. Cógela… mira lo dura que la tengo. Rita, estaba asombrada. Su padrastro quería que le tocara su pene. Excitada, nerviosa e indecisa alarga su mano y la tomo por primera vez. La muy putita, tras ver el enorme nabo de su padrastro, se sonrió. No solo la toco, sino que comenzó a manosearla de arriba abajo. Llegó hasta el prepucio, y mirando la cara de su padrastro, echa el capullo hacia detrás, dejando todo el glande de aquel sable fuera. Al comprobar que esta todo el glande fuera le dice:- uy papi….que cabezona la tienes… ¿de verdad crees que me entrará todo eso?
-Claro que si preciosa. ¿Acaso no quieres que te mate ese bicho? Exclamó aquel sin poder contenerse más.
-¿crees que si te dejo meterla, me matarás de verdad el bicho?- le pregunta de nuevo ella. Quería seguir aparentando ante su padrastro que su intención era que le matara el bicho, pero también ansiaba fallárselo. Había soñado con aquella tranca y ahora la tenía en sus propias manos.
. Uy no se papi. Me tendrá que doler mucho.
-Te dolerá un poquito, pero veras que solo un poquito. Te aseguro que cuando te la meta, no habrá bicho que se resista..
Ella se excita ante la palabrería de su padrastro, y tras pensarlo, con una carita de angelita, le comenta:- Papi solo lo haremos para que me mates el bicho. Ya sabes, ¡Solo por eso!. ¡De acuerdo!
El hombre no se podía creer lo que estaba oyendo. Está comprobando que su hijastra se estaba comportando como una autentica putita. Volvía a dudar si realmente tenía un bicho dentro, o intentaba seducirlo. No obstante, le contesta:-por supuesto bebita. Solo para matar el bicho.
El hombre ya decidido, indica a la joven: -Bueno ahora vamos a intentar meterla dentro de tu cuquita. Así podremos acabar de una vez con ese bicho. No te preocupes, te dolerá un poquito al principio pero pasara rápido.
-¡Uy papi tengo miedo!. La tienes tan enorme… ¿seguro que no me romperás? Exclama nuevamente ella con preocupación.
-claro que no. Lo haremos despacio. Si te duele mucho la saco. Vale.
Tras esto el hombre se unta con un poco de gel su tranca, e igualmente pasa un poco del mismo gel por los labios vaginales de la hijastra. Acto seguido blandiendo su enorme tranca en la mano, se coloca entra las piernas de su hijastra, separando la mismas hasta acercar el nabo a la vagina de aquella. Antes de empujar embadurnó la punta de su pene con los jugos vaginales de la joven, para luego comenzar a empujar suavemente. La chica al sentir el pene abriendo sus pequeños labios vaginales, gimió, hasta que por fin el hombre tropezó con su himen. Allí el hombre de detiene un poco y comienza a sacar y meter su pene entre los labios vaginales de la hijastra, comenzando a puyar la telita, para tranquilizarla y prepararla para el golpe final.
-oh papi… me vas a reventar. ¡Parece tan grande! – le decía entre excitada y nerviosa, al ver como el glande abría desmesuradamente los labios de su cuquita.
-tranquila preciosa. Veras que solo te dolerá un momento.
Tras unos momentos realizando la misma acción, Leoncio se dio cuenta de que la joven continuaba con mucha tensión, e intentaba cerrar sus piernas. Si se la metía en esas circunstancias le iba a doler bastante, tenía que relajarla. Entonces decidió adoptar otra estrategia, y comenzó a pasar sus manos por las tetitas de la joven. Ella no se lo esperaba, y al ver su acción se comenzó a reír.
-ay papi… je je..¿Que haces?.
-tienes unas tetitas muy bonitas. Déjeme que te quite el camisón para vértelas bien. Seguro que son preciosas-le dijo totalmente excitado.
-pero papi ¡me vas a dejar desnuda!- le contesto ella medio agitada, medio sonriendo.
Sin contestarle, tiró de su comisión por la cabeza, quedando su hijastra en cueros. Joder con la nena. Ahora tenía a la hija de su actual pareja totalmente en pelotas. Constató que ya tenía bien formados sus pechos, acabados en unos pezones rosados, que pronto, sin poder contenerse, llevó a mi boca, logrando sacar suspiros a la joven.
-oh papi… ooo siiii…..pero que me haces oooo
Continuó con esa labor durante un rato, pero sin dejar de puyar el himen de la joven con su daga. ¡Se había percatado, que su hijastra tenía como punto débil, sus pechos, ya que cuando se los chupaba, notaba como que abría sus piernas, se relajaba y su pene entraba sin problemas hasta su himen. En ese momento se di cuenta de que había llegado la hora: ¡iba a desvirgar a mi hijastra!.
Sabía que su pene era enorme comparado con su vagina, pero la joven ya tenía edad para hacer el amor, por lo que pensó que aunque solo fuera meter una parte de su tranca, le resultaría suficiente para bajar su tremenda calentura. Excitación que el no había buscado, pero que la propia hijastra le la había propiciado.
Ante ello, chupó con esmero los pechos de la joven, al tiempo que tomó sus piernas con sus manos levantando éstas en alto, para luego flexionarlas y doblarlas sobre el propio cuerpo de la joven. Con esta acción todo el coñito de su hijastra quedó ahora expuesto y desprotegido, abierto al máximo. Al abrirle un poco las piernas la raja quedó completamente abierta. La joven se dio cuenta de que todo su coñito estaba ahora abierto y a punto de ser clavado por la polla de su padrastro.
Leoncio miró hacia abajo, observó su enorme nabo ya enfilado hacia la cuquita de su joven hijastra. Era el momento. Tomó un poco de impulso, presionó empujando con fuerza, comprobando al instante como su pene, supera el primer tropiezo y se introduce rápidamente dentro de la cuevita de si hijastra, tras romper el himen. Ella al instante pronunció un grito de dolor que se pudo oír en casi toda la casa. La rotura de su himen estaba sentenciada, y Leoncio comprobó que su nabo ingresaba libre dentro de aquella estrecha cuevita.
.ohh nooo papi… sacala..oooo me duele ohhhhh- le decía lloriqueando. Oh….me rompes papiiii
Pero el hombre no estaba dispuesto ahora a sacarla. No había llegado hasta allí para ahora sacarla. Sin contestarle, presionó un poco más, viendo como las paredes vaginales de la joven se abrían para permitir el paso de su tremenda verga. Ya había introducido más de la mitad de su nabo. Se quedó quieto dentro de ella un momento para que se fuera acostumbrado a las dimensiones de su nabo.
Rita se encontraba totalmente abierta, con tremendo dolor en su coñito, e intentaba hacer esfuerzos para expulsar el miembro de su padrastro. Apretaba las paredes de su vagina, pero lo único que hacía era apretar mas la polla de su padrastro la cual mas se endurecía.- oh papi sácala…,me duele—le decía murándole a la cara con algunas lagrimas en los ojos.
-tranquila nenita. Ya la tienes dentro. Espera un poco, verás que pronto se te pasa el dolor. ¿Acaso no quieres que matemos ese bicho?- le dijo con doble intención.
-si… pero me duele…
Leoncio decidí que era hora de continuar, así que comenzó nuevamente a empujar, sacándola un poco para volver a entrar en ella. Repitió esta acción varias veces. Notaba como la vagina de la joven se iba dilatando y cada vez era más fácil su entrada en ella. Sus propios jugos estaban facilitando la entrada de su nabo.
Leoncio no se lo podía aún creer, miro hacia abajo, y observó su enorme cipote metido más de dos terceras partes dentro del coñito de la joven. Sus bolas colgaban, y aquella visión más le enceló. Comenzó a bombear a la joven con fuerza, con sus caderas, notando como ella pronto fue dejando de lloriquear y comenzó a gemir. Era manifiesto que la joven estaba percibiendo el avance constante de su pene dentro de su vagina. Las paredes de su vagina de la joven abrazaban su tranca, mientras la metía y sacaba suevamente, pero con firmeza.
-oh papi… me tienes toda abierta. ¿Me la has metido toda?- le pregunta de pronto, viendo que ahora estaba más relajada.
-aun queda un poco.
-Oh papi. No la metas más. Me vas a reventar- le dijo agitada.
El hombre se dio cuenta que la vagina de Rita se había acostumbrado perfectamente a grosor de su verga, por lo que continuó bombeándola, aunque procuraba no meterla toda. Tenía miedo de hacerle daño. Sus estocadas fueron cada vez más fuertes y constantes. Ya entraba y salía de ella sin mucho problema, viendo que la chica comenzaba a disfrutar con la cogida que le estaba dando. La nena estaba comenzado a sentir el placer de un buen polvo.
-te gusta preciosa. ¿Verdad que te gusta tener mi polla dentro?… te gusta cómo te la meto- le decía sin dejar de penetrarla una y otra vez, al tiempo que impulsaba su cuerpo dejándolo caer sobre el de ella, lo que motivaba que su tranca se incrustara más y mejor en la cuevita de Rita, abierta al máximo.
-oh si papi …oo siiii oooooo
Sus gemidos aumentaron. Pronto verifico en el rostro de la chica que estaba llegando al límite. Rita estaba a punto de alcanzar su orgasmo. Lo percibía, sentía como la joven comenzaba a presionar las paredes de su vagina apretando al máximo la tranca del mismo. La excitación de la joven fue en aumento y casi al instante se comenzó a convulsionar. –oh papi… oh que me pasa oooo … siiiii. ooooo.
-Vamos preciosa córrete. Dame ese orgasmo… vamos hazlo… le decía Leoncio, sin parar de darle verga, abriendo una y otra vez la concha de la joven con su instrumento.
Ella le miró a la cara mientras alcanzaba su orgasmo. Luego Rita se dio cuenta que se le nublaba la vista, un calor intenso en su cuerpo al tiempo que terminaba de convulsionarse, apretando con su vagina el pene de su padrastro como si pretendiera estrangularlo.
Leoncio contemplo aquella escena, observando las expresiones de la cara de la joven mientras alcanzaba su primer clímax. Era una visión inenarrable. Ver la cara de placer de la joven, y como se agitaba buscando su orgasmo, era algo mucho más que excitante.
Al instante Leoncio escuchó como la chica gimió soltando un aullido, para acabar explotando. Sentía como se apretaba contra sus piernas al tiempo que se dejaba ir. Era un autentico placer contemplar aquella carita de placer mientras alcanzaba su primer orgasmo con la polla de un hombre dentro de ella.
Leoncio, la dejó que satisficiera sus ansias, hasta que por fin acabó, viendo como el cuerpo de la joven quedaba como desvanecido. Entonces le miró a la cara sonriendo.
-¿te sientes bien ahora? Le preguntó.
Ella no le contesto, sino que se sonrojo, con una sonrisa de autentica putita satisfecha. Entonces tras dejarla recuperarse un poco decidió continuar. Ella le mira y le pregunta: -ay papi….¿pero tu aún sigues con todo tu pene duro dentro de mi cosita?.
-Bueno. Creo que llegó la hora de matar ese bicho que tienes dentro. Le dijo con cara de autentico sádico depredador.
-pero, ¿me la vas a meter más?... ay papi más adentro no.- exclamo preocupada.
-Bueno. Pues lo único que podemos hacer es ahogarlo. Le comentó el hombre.
-¿Ahogarlo?.. ¿Cómo papi?
-Bueno. Te echare mi lechita dentro. Seguro que con ello asfixiare al bicho. No creo que se resista. Mi leche lo ahogara. Le comentó Leoncio, sin poder creerse lo que le estaba diciendo a su hijastra. Sabía que era un loco, pero estaba dispuesto a correrme dentro de ella. Era una temeridad, pero necesitaba descargar.
-Oh papi. ¿Me vas a echar tu leche dentro?.. Pero ¿y si me dejas embarazada?. Ay, no creo que sea buena idea- le contesto ella sumamente preocupada. La joven se dio cuenta de que su padrastro tenía la intención de venirse dentro de ella. Pero no tenían condón. Era una locura. ¿Y si la embarazaba?.
-Y cómo quieres que matemos el bicho. ¡Quieres que te la meta toda! exclamó el.
-noooo… toda no… Pero,… ¿de verdad me vas echar tu leche?..¿Crees de de verdad que se morirá el bicho? Le contesta ella sin saber que hacer.
-¡Seguro que así lo asfixiaré!. Si no lo hago, y continua dentro, te volverá a seguir picando. ¿Quieres eso?
- Ay papi. No se… a lo mejor ya se murió. – Le contesto Rita, nerviosa y no convencida. En ese momento Leoncio se da cuenta que su hijastra no quería que se corriera dentro. Era obvio que no quería que lo hiciera.
Tras pensarlo detenidamente, recapacitó y se dije que era lo mejor. Correrse dentro era una locura. Por ello comenzó a bombearla con fuerza pero sin introducírsela toda, hasta que se dio cuenta que se venía. A la vista de su inminente eyaculación salió a toda del coñito de Rita, tomando la polla en su mano con una erección tremenda, al tiempo que comenzó a correrse sobre el pecho y abdomen de su hijastra: oh nena oooo siiiiii.. oh nena que ganas tenía oooo me vengo..oo
Rita quedo sorprendida de la cantidad de leche con la que su padrastro regó su cuerpo, a la cual pringó por todos lados. Ella observó la tranca de Leoncio y se dio cuenta que aun resumía restos de sus jugos y de sangre, producto de su desvirgamiento. Entonces le dice:- oh papi… cuanta leche… ¡me has pringado toda!..al tiempo que sonríe.
Luego observa su coñito, con restos sangre y de sus propios jugos. Lo más sorprendente era el tremendo boquete de su coñito. Era enorme, y con todos los labios vaginales enrojecidos por la inflamación. –mira papi como me has dejado el coñito. Esta muy abierto ¿crees que se me cerrara?.
-claro preciosa. Ya verás que sí. Pero, te echare un poco de crema para que se baje la inflamación. Vale.
Leoncio salió fuera y regreso con un poco crema antiinflamatoria y le untó los labios del coño con la misma. Me seguía sorprendiendo el boquete que había dejado al coñito de la joven. Aún permanecía con esa abertura.
CONTINUARA
Cuando Leoncio encontró a Camila, la misma era viuda y con una hija llamada Rita que por aquel entonces solo era una cría de unos doce años. Desde los primeros momentos la chica mostró una total confianza con la nueva pareja de su madre hasta el punto de que le obedecía más a que a su propia madre. La chica fue creciendo, convirtiéndose pronto en una joven muy bella, con un cuerpo que sin ser grueso tampoco se puede decir que fuera delgado. Tenía unos grandes ojos azules, larga melena negra, piel morena, con 1.75 de estatura, aunque sus pechos resultaban algo pequeños. Pese a todo, siempre se portaba como una niña mimada y en cierto modo con pensamientos demasiado infantiles para su edad.
Pese haber superado la adolescencia la joven seguía manteniendo una estrecha relación de afecto con Leoncio. Desde los primeros años de su adolescencia Rita no tenía reparos en mostrarse casi desnuda ante la pareja de su madre, extremo que cambió cuando alcanzó los dieciséis años, quizás por el pudor, y por las reprimendas de su madre, por lo que comenzó a guardar cierta distancia, no mostrando su intimidad como antes. No obstante haber crecido, ella le seguía consultando cualquier problema, incluso las tareas del colegio e instituto.
Pronto Rita alcanzó la mayoría de edad. Aunque inicialmente no noto ningún cambio de comportamiento, Leoncio se dio cuenta en que la chica comenzó a interesarse más las relaciones con chicos y con sus amigas. Hacía preguntas algo comprometedoras, que el intentaba no responder y que le decía que le preguntara a su madre. Al propio tiempo, se percató que en varias ocasiones cuando había entrado en el cuarto de la joven por algún motivo la había sorprendido visualizando algún contenido erótico en páginas de internet, pero que ella al momento eliminó de su vista.
Leoncio nunca le hizo comentario alguno, toda vez que era evidente que a esa edad tuviera sus inquietudes sexuales y quisiera experimentar sus relaciones con chicos de su edad. Ella, pese a su edad, no dejaba de consultarle cualquier cuestión relacionada con la materia de su educación, ya que ella le costaba bastante, algunas materias como los problemas de lengua y matemáticas. Leoncio, como buen padrastro siempre estaba solicito a ayudarla.
Estando así las cosas, un buen día, mientras Leoncio se encontraba en el baño de su dormitorio, acabante de salir de la dicha, se puso a darse unos masajes en la cara. Ante su sorpresa, en ese momento hizo su aparición en el dormitorio Rita, la cual había llegado del instituto y preguntaba por su madre. La joven entró hasta el mismo baño y pillo a la pareja de su madre en cueros. Pese a que en los primeros años había llegado a verlo desnudo, tras la adolescencia jamás Leoncio lo había permitido. Por ello, la impresión de la joven resulto notoria, al contemplar a su padrastro en aquella lid, totalmente en pelotas en el baño dándose unos masajes.
Leoncio también se percató de la impresión que causó en la joven, viendo como la misma enrojeció al contemplar su cuerpo, y al visualizar sus genitales. No es que fueron los genitales de una mandingo, pero Leoncio calzaba una buena daga, especialmente larga aunque no tan gruesa. Aún en reposo, aquella daga impresionó a la joven ya que colgaba majestuosa entre la entrepierna del hombre.
Leoncio trato de aparentar cierta tranquilidad, por lo que se digirió a la joven diciéndole: -Hola Rita.. ¿Preguntas por tu madre?-
-Sí. Pensé que era ella la que estaba en el baño. Le respondió la joven sin apartar la vista de la macana de su padrastro.
-Pues Rita…creo que salió bastante temprano a visitar a tu abuela, que parece que esta algo enferma- le contestó el hombre sin inmutarse, intentado guardar la calma ante aquella escena.
Evidentemente Leoncio se quede algo nervioso, ya que su hijastra no hacia intentos de salir de la habitación y tampoco dejaba de contemplar su daga, lo que motivo que sin poder evitarlo, su tranca comenzara endurecerse adquiriendo una incipiente erección, que no paso desapercibida para la joven. Al instante los colores afloraron a la cara de Rita, quien rápidamente, pero sin dejar de mirar su nabo, le dijo: -vale papi.. Te dejo vale…
El hombre se quedo inquieto ante lo sucedido. Y no era para menos. Su hijastra se había interesado esa tarde por sus genitales, y le había visto desnudo después de muchos años. Y claro, ahora Rita no era una adolescente, era toda una señorita que había adquirido la mayoría de edad. Sin poder evitarlo, percibió cierta excitación que trato de superar cuanto antes.
Leoncio pese a su edad sexagenaria, aún conservaba una buena salud sexual. No obstante no le quiso dar mayor importancia al hecho, pero comprobó que a partir de ese día, su hijastra le bombardeaba con preguntas sobre la sexualidad, hablada del comportamiento con sus amigos, etc. Conversación, que por supuesto, no mantenía con su madre.
Pese a todo ello, jamás hubo ningún intento obsceno por parte de Leoncio hacia la misma, ni tampoco por parte de ella, aunque el hombre fue percibiendo como Rita se acicalaba bastante y se ponía en unas posiciones algo comprometedoras ante su padrastro, que evidentemente se daba cuenta que lo quería poner nervioso. ¡Joder Leoncio, que es tu hijastra! Se decía el mismo al contemplar como aquella joven se quedaba mirando por la ventana de la sala, dejando a la vista todo su trasero y con una minifalda que dejaba gran parte de sus muslos a la vista.
Rita por su parte, tras la visualización del cuerpo desnudo de su padrastro, comenzó a interesarse por el mismo. Su sexualidad estaba en una efervescencia manifiesta. Había tenido algún encuentro con algunos de sus compañeros de clase, pero no paso de ciertos manuseos, algunos besos, y hasta llegó a tocar los genitales de alguno de ellos. En esos encuentros había comprobado que los genitales de sus amigos nada tenían que ver con el que había visto a su padrastro en el baño. Para colmo, algunas compañeras de clase, especialmente aquellas más liberales, relataban hazañas sobre encuentros sexuales que a ella le parecían de película. Y entre esos relatos, alguna dejó caer que mantenía relaciones con su propio progenitor.
Aquella agitaba a la joven, y ya en internet comenzó a devorar toda clase de artículos sobre el sexo entre familiares, constatando que solo pensar en su padrastro mojaba su braguita. Tras algún tiempo, comenzó a soñar con hacer el amor con la pareja de su madre, hasta el punto, que pronto comenzó a masturbarse con la fantasía de ver el cuerpo desnudo de su padrastro.
Pero todo se trastocó, cuando cierto día, tuvieron una fiesta en un restaurante por el cumpleaños de un familiar de su madre, donde acudieron bastantes invitados. Bebieron y comieron opíparamente, hasta el punto de que algunos comensales ingirieron tal cantidad de bebidas y mezclas, que terminaron beodos. Rita, igualmente había acudido y también había tomado alguna copita de más con los jóvenes que acudieron. Pese a todo, durante la comida, ella no dejaba de contemplar a su padrastro, el cual parecía el más cuerdo y el que mejor se contenía. Por otro lado, le gustaba contemplar aquel hombre, que pese a su edad, aún mantenía un cuerpo excelente, con algunas canas en el pelo, pero que para ella era un verdadero seductor.
Evidentemente, Leoncio se dio cuenta de esas miradas de su hijastra, pero se limitó a sonreírle, aunque no dejaba de intranquilizarlo. Para colmo esa noche la hijastra se había colocado un vestido precioso que le quedaba como un guante. Ya no era la chiquilla con la que jugaba en sus primeros años, era toda una señorita.
Ya algo tarde, los comensales comenzaron a marcharse, verificando Leoncio que su propia pareja Camila se encontraba bastante mareada por el alcohol ingerido. Decidieron que era hora de retirarse y como pudo logró meterla dentro de su coche. Rita se sonreía al ver la tremenda borrachera que había cogido su madre. Al llegar a casa, como pudieron la llevaron hasta su dormitorio y para terminar dejándola sobre la cama. Ambos se percataron que Camila, se había dejado orinar:- Te has dado cuenta papi…. Mama la ha cogido esta noche. …¡se ha dejado orinar en sus bragas!. j aja…
-ya lo veo. Tendré que lavarla un poco. No podemos acostarla de esa forma ¿me ayudas?. Le preguntó él.
Ante su incrédula mirada, Leoncio desnudo a su pareja, dejándola solo con el sostén y tiró de sus bragas bajándolas por sus piernas, quitándoselas completamente. Rita miraba a su madre, totalmente despatarrada sobre la cama, contemplando el coño bien arreglado que siempre llevaba y, donde se vislumbraba igualmente los labios de su coño, que siempre los tenía bastante pronunciados. Leoncio ni corto ni perezoso, tomo una toalla con agua caliente, y comenzó a frotar sus muslos y pasándolo por todo el coño de su pareja con el fin de asearla.
Acción que realizó a la vista de su hija, a la que le dijo:- anda sujétale bien las piernas, para poder limpiarla mejor.
Rita observaba la escena, y comenzó a notar cierto cosquilleo en sus partes al contemplar a su madre completamente desnuda de medio abajo, con todo su coño al aire, mientras su padrastro la limpiaba los labios de su vagina con la toalla. Más nerviosa se puso al contemplar como aquel se atrevió a separar los labios del coño de su madre, dejando a la vista el clítoris y la raja de Camila.
-Oh…. ohhhhs ooo- exclamo Camila, casi inconscientemente. Pese a su estado de tremenda borrachera, no fue inmune al toqueteo de coño que le estaba dando su propia pareja.
-tranquila Camila. Solo te estoy limpiando.- le dijo algo nervioso Leoncio al ver la reacción instintiva de su pareja.
Rita le miró a los ojos al ver como su madre respondía y el le contesto:- Es que tu madre es muy sensible ahí. En cuanto le toco un poco… ya sabes..
-ya veo papi- le dice ella sonriendo, pero enrojeciendo.
Luego la dejaron dormir, tapándola con la sabana y una manta y salieron fuera.
Rita había tomado igualmente alguna que otra copa, por lo que se notaba bastante acalorada. Por otro lado, la escena vivida con su madre la había excitado y notaba como sus braguitas se habían mojado. Tampoco a Leoncio le paso desapercibido la cara enrojecida de su hijastra, pero optó por decirle: - Bueno Rita me voy a duchar. Buenas noches.
-si claro papi… Yo también voy hacer lo mismo, buenas noches- le contesto ella.
Leoncio marcho a ducharse. Al acabar se colocó una bata de levantar y con solo un slip, ya que estaba algo acalorado, y se hecho en la cama al lado de su mujer.
Rita por su parte, ya en su dormitorio recordó nuevamente la escena y tras quedarse completamente desnuda en su dormitorio, se miró al espejo, se toco sus pechos, y fue bajando su mano hasta alcanzar su conejito. Al tocarse los labios de su chochito contempló que estaban todos mojados: ¡se encontraba sumamente excitada!. Mientras de duchaba, se dijo que necesitaba calentar a su padrastro. En el fondo quería coger con él. Era virgen, pero no le importaría que fuera el primero en entrar en ella. Mientras se secaba se dijo: ¡esta noche es la ideal, mama esta tan borracha que ni se enterará!. En ese momento sitió que alguien se dirigía a la cocina. Abrió un poco la rendija de la puerta de su dormitorio y contemplo que era su padrastro el cual solo estaba con un slip.
Tremendamente excitada se colocó una blusa y una pequeña minifalda, y decide ir al encuentro de su padrastro en la cocina.
Leoncio se encontraba tomando un vaso de agua, cuando observa venir hacia la cocina a su hijastra. Le notó con cara de preocupación, y terminó por preguntarle:- ¿Te ocurre algo Rita?
Ella, adoptando la actitud de chica preocupada, se muestra como turbada, y le contesta: ¡Ay papi me da cosa decírtelo!.
-¿de qué se trata?- le pregunto Leoncio intrigado. Sabes que tienes confianza conmigo. ¿Vamos dime que te ocurre?.
Entonces la chica, tremendamente excitada se toca en la parte de la entrepierna de su minifalda y le contesta:-es que… ¡Me pica abajo, papi!. “Creo que se me ha metido una garrapata o un bicho”.
Leoncio se quedó tan parado que casi se le cae el vaso de agua al suelo. Tan sorprendido se quedó que apenas pudo reaccionar. No obstante logro sobreponerse y le dijo: -¿Estás segura?. Será mejor que te des una ducha e intentes orinar. Verás que si es cierto, quizás con eso te salga.
-Ay no se Papi. Pero te voy a hacer caso. Pero es que mi pica mucho. le contesto ella sin dejar de tocarse su entrepierna. No obstante opta por marcharse a su dormitorio.
Mientras la joven se retiraba, Leoncio se quedo preocupado con lo que le había dicho su hijastra. Le parecía algo extraño que tuviera un bicho en sus partes, pero tampoco era descartable. Sabía que la misma mantenía ciertos comportamientos aún algo adolescente, pero no le dio mayor importancia. Pero ello no evitó que su pene se envarara ante las palabras de su hijastra, y al ver como se tocaba sus partes.
Tras dejar el vaso de agua en el fregadero, decide regresar a su dormitorio. Al pasar por el cuarto de su hijastra, observa que esta le llama. El apresuró a ver que le ocurría, abriendo la puerta del dormitorio de la joven. Nada más entrar, su sorpresa fue mayúscula: allí estaba Rita, en medio de la cama, la cual se encontraba con una bata de dormir casi semitransparente, donde se percibía que debajo estaba totalmente desnuda. ¡Vamos que su hijastra no lleva sostén ni bragas!.
Le preguntó bastante apurado y sumamente nervioso:- ¿Qué te ocurre?
-Ay papi. He hecho lo que me dijiste. Me he lavado incluso e orinado. Pero….”es que me sique picando” y “me pica mucho ahí”.
-¿Te has bañado como te dije? Le volvió a preguntar agitado Leoncio.
-sí. Lo hice, pero aún me pica. ¡Creo que el bicho sigue dentro!.
No se Rita. ¿Quieres que te lleve a un hospital para ver de qué se trata?. Creo que será lo mejor. Le dice ante su preocupación.
-¿Al hospital?. Ay papi. Me da vergüenza. No quiero que los médicos me vean ahí. Le contesta ella señalando sus partes.
- ¿Y entonces como lo vas a solucionar? Tu madre ahora está bastante ebria para mirarte.
Ella sonrojada, le mira a la cara y le contesta: Ay papi ¿Por qué no lo haces tú?
Aquello le dejo totalmente trastornado. Joder ¡su propia hijastra quería que le mirara en su coñito para ver si se le había metido una garrapata o algún bicho!. No se lo podía creer. Al momento, sin poder contenerse, su pene se endureció alcanzando una erección importante bajo su slip. No sabía que contestarle.
-¿pero Rita?. ¿Sabes lo que me estas pidiendo?…No creo que eso sea correcto. Si tu madre se entera…¡Me echará una buena reprimenda! Y… no quiero problemas.
-Vamos papi. Te juro que nunca sabrá nada…... Pero anda,… es que me sigue picando. “No me puedo aguantar!.. le dijo, mientras se tocaba su coñito con los dedos metiéndolos bajo la única prenda que llevaba puesta.
Chica… esto no es correcto. El no sabía cómo actuar.
Lo piensa, sabe que es una locura, pero en el fondo la posibilidad de ver el coñito de su hijastra puede más que sus convicciones. Por ello tras meditarlo un poco le contesta: ”Vale te examinare”. Pero de esto nada a nadie. Vale…Abre las piernas a ver si veo de que se trata.
Rita entonces abrió sus piernas para que su padrastro pudiera examinarla. Ante el hombre apareció el coñito de la joven, contemplando que la misma conservaba bastante mata de vello. En medio de aquella gran maraña de vellos, detecto los labios vaginales de la chica, comprobando que se hallaban brillantes. Superando sus primeros nervios, con los dedos, logró separar los labios vaginales de la joven, comprobando como su vagina se abría y aparecía el hueco. En ese propio momento se dio cuenta de que su hijastra seguía siendo virgen, ya que el himen seguía intacto. Aquello más lo envaro.
Notó algo de enrojecimiento dentro de las paredes del inicio de la vagina, que se supuso se debía a que la misma se había rascado o frotado ahí con sus dedos. Entonces, pasó su dedo corazón por toda la ranura, rodeando toda la entrada de su coño, para luego pasar el mismo por la zona del himen. Ella gimió al sentir el dedo de su padrastro en su himen.
-¿te he hecho daño Rita?. Si te he dado me lo dices- le pregunto.
-No papi. Pero es que me dio como un calambre- le contesto ella.
El, aunque nervioso por la situación, localizo su clítoris. Al momento se fijo en la cara de su ahijada, la cual al pasar su dedo por aquella pequeña rugosidad de su vagina, cerró sus ojos. No se lo podía creer. Puede que fuera intencionado, puede que fuera como consecuencia de ser bastante sensible en esa parte de su vagina.
El nuevamente intento entrar su dedo dentro de la vagina de la joven, pero su himen me lo impidió. Vuelve a dedear los alrededores del coñito y le dice:
-Rita, no veo nada raro. Aunque “puede que lo tengas más adentro”. Quizás el bicho esté más profundo. Le dijo, con cierto atrevimiento.
Ella entonces le mira y le contesta: -Pero… ¿no puedes mirar más adentro?.. ¡Ay papi no quiero que ese bicho siga ahí dentro?
Leoncio se quedo más preocupado. Su erección ya era más que evidente. Aquella nena le tenía excitado. No obstante le contesto:- Es que no puedo mirar más adentro hija. Ya sabes… aun eres virgen….Si te comienzo a presionar ahí… te puedo desvirgar…
Ella le mira acalorada y con rojeces en su carita diciéndole:- Lo sé papi. Pero si voy al médico me van a meter cosas por ahí. ¡Va a ser lo mismo!.
-Ya…El pensó que quizás fuera cierto. Pero introducir su dedo allí sin más. Luego de pensarlo se le ocurrió algo bastante morboso y en cierto modo incestuoso, diciendole: -Podemos intentar que salga, estimulándote.
-¿Cómo es eso papi?- le pregunta ella.
-Pues… sé que es una locura. Pero quizás si te masturbas y alcanzas un orgasmo. Al excitarte, a lo mejor logras expulsar el bicho, caso de estar dentro.
-¿Estás diciendo que me tengo que masturbar? Le pregunta ella enrojeciendo, pero manteniendo totalmente sus piernas abiertas y con todo su conejito para que pudiera verlo bien su padrastro.
-eso es lo que he dicho. Me supongo que lo abras hecho en alguna ocasión verdad?
-Hay papi alguna vez, pero no sé. ¿Por qué no me ayudas tú? le dice de pronto.
-Pero chica. No se…Eres mi hijastra, eso sería algo pecaminoso. Mejor que no- le contestó el bastante excitando con aquella proposición.
-Ay papi. No puedo quedarme así, con es bicho dentro. Tampoco quiero ir al hospital. Anda por favor, ayúdame…. ¡te juro que mama nunca lo sabrá! Le contesta ella con carita de mimosa.
Entonces el hombre, completamente excitado le dice:-Es una locura. Pero, vale….bien…..sumamente excitado añade: Quizás pasándote mi lengua por la vagina, limpie todo lo malo que exista, y.. Pueda ayudarte a que alcances el orgasmo. .
Ella se agitó ante las palabras de su padrastro. ¡Joder quería lamerse su chochito!. Ella se había percatado de reojo del tremendo bulto que se había formado en la entrepierna de su padrastro, ya que el slip parecía que se iba a romper.
-Uh papi. .. ¡Vamos hazlo!.
Con una excitación mayúscula, Leoncio acerca su cara hasta depositar su boca en el coñito de su ahijada, jugó con su lengua dando unos lametones como brochazos por toda la rajita del coño de la joven, llevando a Rita a los primeros gemidos de autentico gusto. El olor a hembra joven le trastornaba. Comenzó a meter y sacar la lengua de la vagina, colocándola en punta, puyando contra el himen.
-¿sigues bien Rita?- le preguntó.
-Oh papi si… continua asi…ohhh siii
Al rato los gemidos de Rita ya eran de pre orgasmo. Entonces atacó el clítoris con movimientos circulares de su lengua, luego laterales y después de abajo arriba. Rita ya no aguantó más: -¡¡Me corro, papi!! ooo siiii
La joven entonces puso sus manos sobre la cabeza de su padrastro apretándola contra su raja, moviendo la pelvis para que su clítoris se apretara con la lengua de aquel, y entre sensuales gemidos, se corrió como una bendita en la propia boca de Leoncio: – oooo papi oooo siiii
Tras terminar, Leoncio observó la carita de Rita. En ese momento se dio cuenta de la cara de perrita que tenía su hijastra. Aquella mirada era de una autentica “nena un celo”. Miró su coñito, y ella le dijo: -oh papi… que bien lo has hecho..Pero, ¡ Creo que lo he hecho en tu boca!. Le dice algo sonriente.
-No importa. ¿Te sigue picando?. - le dijo sin esperar su respuesta.
Ella le mira, y le contesta: No se papi. Tendré que esperar un poco para ver si ya no me pica.
-Vale. Pues yo me voy al dormitorio. Si te sigue picando me lo dices. Entonces tendremos que idear otra forma. ¡Vale!. Le contestó el sin mas comentario.
Leoncio se marchó con una calentura de perros. Joder aquella nena le había dejado bien caliente. Tenía unas ganas enormes de tomarla y clavarle su daga hasta los huevos. Pero eso hubiera sido una locura. Se echó en la cama al lado de su mujer, esperado poder dormir.
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Leoncio se dio cuenta que su mujer roncaba a pierna suelta por la borrachera. No transcurrió más de media hora, cuando Rita hace de nuevo su aparición en la puerta del dormitorio. Venía con la misma ropa que tenía, o sea, solo el comisión, sin sostén ni bragas. Se queda en la puerta, y el observo que se está tocando el coño con su mano. No se lo podía creer, su hijastra se estaba pasando el dedo por toda su raja. ¡Joder se estaba masturbando ante su presencia y ante su propia madre!.
Ante aquella visión, la traca comenzó a recobrar vida, y comenzó a levantarse sin remedio. Estaba boca arriba por lo que su hijastra pudo contemplar como su mandarria iba creciendo dentro de su minúscula prenda. No sabía cómo actuar. Se quedó perplejo y sin saber qué hacer. Era evidente que aquella nena estaba en celo y le estaba provocando. Ya no sabía si realmente la estaba picando el coño o, solo le quería calentar.
Ante ello, optó por incorporarse de la cama, poniéndose en pie. Ella pudo contemplar con nitidez el tremendo bulto que formaba su tranca bajo el slip. Se acercó hasta la misma, y ella le susurra al oído: -papi. Creo que sigue todavía dentro. Me sigue picando.
Lo decía sin dejar de pasarse los dedos por su rajita, viendo el hombre como abría los labios vaginales con sus dedos. La calentura de Leoncio era de mil demonios. Por eso le dijo:- bueno, pues será mejor que pongamos en práctica otro medio más eficaz. Al tiempo que cerraba la puerta del dormitorio y la llevaba hasta el dormitorio de la joven. Ya dentro del mismo, ella se sube a la cama, le dijo:
-a ver Rita. Enséñame ese coñito para ver como lo tienes. ¿Seguro que el bicho no ha salido? Le pregunto excitado y con ganas de contemplar de nuevo el chochito aún virgen de su hijastra.
-seguro papi. Me pica por dentro. ¡Te lo juro!
-siendo así. ¡Habrá que sacarlo!. ¿No puedes quedarte con un bicho dentro de tu vagina? ahora el tenía una doble intención. Fuera cierto o no, el ahora quería llegar algo más lejos.
Ella le mira, y enrojecida le pregunta: ¿y cómo vas hacerlo papi?
Leoncio observa aquel coñito aún virgen, y le dice:- Si el bicho está metido dentro, habrá que sacarlo, y para ello hay que localizarlo dentro. No quiero hacerte daño con ningún instrumento. Creo que lo mejor será que utilice….. ya sabes….. “mi instrumento”.- le dijo señalando su tremendo bulto. Era una temeridad, pero estaba tan caliente que no tuvo reparos en su osadía.
-Papi…uyyy.. ¿Cómo estás?....¿Me quieres meter todo eso….?. Pero, no se papi…. ¡parece que la debes de tener bien grande!.- escucha que le contesta la joven agitada.
-Bueno nena…si no probamos no lo sabremos. Pero ¿si no quieres lo dejamos?. Quizás lo mejor sea que acudamos al hospital- le dijo el sabiendo que aquella no quería acudir al citado centro.
Rita, ahora estaba nerviosa. Había contemplado el tremendo bulto de su padrastro. Antes estaba decidida a coger con él, pero ahora tenía sus dudas. Pero no obstante continuo y le dijo: -No al hospital no…. Jo papi. Mejor lo haces tú…¡pero parece tan grande!….¡.Anda déjame ver como la tienes papi!.
La putita de su hijastra ahora quería ver su tranca. Aquello era buena señal. Leoncio al escuchar aquellas palabras, se dio cuenta que su tranca creció sin remedio, y, al bajarse el slip para mostrársela, esta salió disparada como un resorte. Su pene estaba como un mástil y bien duro.
-pero papi…. joder… ¡es enorme!.. ay papi eso no me entrará en mi coñito… ¡que va es…imposible.. Exclamo la joven al contemplar la tremenda mandarria de su padrastro. Ahora estaba viendo a su padrastro con su pene al aire, empalmado y bien duro.
-Veras que si te entrara. Pero dime: ¿te parece grande la polla de tu padrastro?... ¿Has visto otras antes? Le contesto Leoncio tremendamente excitado.
-Bueno… solo la de algún amigo, pero…joder papi “esa es enorme.”.
El hombre se encontraba fuera de sí, por lo que decidió ser más agresivo. Por ello, decidió agacharse colocándose entre las piernas de la joven y comenzar de nuevo a lamer el chochito de su hijastra, contemplando que aún permanecían restos de jugos de su anterior corrida. Tras unas cuantas lamidas más, la chica estaba otra vez chorreando, pero Leoncio no tenía intención de dejarla que alcanzara el orgasmo. ¡Tenía intención de clavarla!. Se correría, claro que sí, pero con su polla dentro. Le había encelado y ahora tenía tal excitación que “solo pensaba en ensartar a su hijastra”.
Ante ello se retiro un poco, y le colocó la polla delante de la carita de su hijastra diciéndole: -vamos bebita. Cógela… mira lo dura que la tengo. Rita, estaba asombrada. Su padrastro quería que le tocara su pene. Excitada, nerviosa e indecisa alarga su mano y la tomo por primera vez. La muy putita, tras ver el enorme nabo de su padrastro, se sonrió. No solo la toco, sino que comenzó a manosearla de arriba abajo. Llegó hasta el prepucio, y mirando la cara de su padrastro, echa el capullo hacia detrás, dejando todo el glande de aquel sable fuera. Al comprobar que esta todo el glande fuera le dice:- uy papi….que cabezona la tienes… ¿de verdad crees que me entrará todo eso?
-Claro que si preciosa. ¿Acaso no quieres que te mate ese bicho? Exclamó aquel sin poder contenerse más.
-¿crees que si te dejo meterla, me matarás de verdad el bicho?- le pregunta de nuevo ella. Quería seguir aparentando ante su padrastro que su intención era que le matara el bicho, pero también ansiaba fallárselo. Había soñado con aquella tranca y ahora la tenía en sus propias manos.
. Uy no se papi. Me tendrá que doler mucho.
-Te dolerá un poquito, pero veras que solo un poquito. Te aseguro que cuando te la meta, no habrá bicho que se resista..
Ella se excita ante la palabrería de su padrastro, y tras pensarlo, con una carita de angelita, le comenta:- Papi solo lo haremos para que me mates el bicho. Ya sabes, ¡Solo por eso!. ¡De acuerdo!
El hombre no se podía creer lo que estaba oyendo. Está comprobando que su hijastra se estaba comportando como una autentica putita. Volvía a dudar si realmente tenía un bicho dentro, o intentaba seducirlo. No obstante, le contesta:-por supuesto bebita. Solo para matar el bicho.
El hombre ya decidido, indica a la joven: -Bueno ahora vamos a intentar meterla dentro de tu cuquita. Así podremos acabar de una vez con ese bicho. No te preocupes, te dolerá un poquito al principio pero pasara rápido.
-¡Uy papi tengo miedo!. La tienes tan enorme… ¿seguro que no me romperás? Exclama nuevamente ella con preocupación.
-claro que no. Lo haremos despacio. Si te duele mucho la saco. Vale.
Tras esto el hombre se unta con un poco de gel su tranca, e igualmente pasa un poco del mismo gel por los labios vaginales de la hijastra. Acto seguido blandiendo su enorme tranca en la mano, se coloca entra las piernas de su hijastra, separando la mismas hasta acercar el nabo a la vagina de aquella. Antes de empujar embadurnó la punta de su pene con los jugos vaginales de la joven, para luego comenzar a empujar suavemente. La chica al sentir el pene abriendo sus pequeños labios vaginales, gimió, hasta que por fin el hombre tropezó con su himen. Allí el hombre de detiene un poco y comienza a sacar y meter su pene entre los labios vaginales de la hijastra, comenzando a puyar la telita, para tranquilizarla y prepararla para el golpe final.
-oh papi… me vas a reventar. ¡Parece tan grande! – le decía entre excitada y nerviosa, al ver como el glande abría desmesuradamente los labios de su cuquita.
-tranquila preciosa. Veras que solo te dolerá un momento.
Tras unos momentos realizando la misma acción, Leoncio se dio cuenta de que la joven continuaba con mucha tensión, e intentaba cerrar sus piernas. Si se la metía en esas circunstancias le iba a doler bastante, tenía que relajarla. Entonces decidió adoptar otra estrategia, y comenzó a pasar sus manos por las tetitas de la joven. Ella no se lo esperaba, y al ver su acción se comenzó a reír.
-ay papi… je je..¿Que haces?.
-tienes unas tetitas muy bonitas. Déjeme que te quite el camisón para vértelas bien. Seguro que son preciosas-le dijo totalmente excitado.
-pero papi ¡me vas a dejar desnuda!- le contesto ella medio agitada, medio sonriendo.
Sin contestarle, tiró de su comisión por la cabeza, quedando su hijastra en cueros. Joder con la nena. Ahora tenía a la hija de su actual pareja totalmente en pelotas. Constató que ya tenía bien formados sus pechos, acabados en unos pezones rosados, que pronto, sin poder contenerse, llevó a mi boca, logrando sacar suspiros a la joven.
-oh papi… ooo siiii…..pero que me haces oooo
Continuó con esa labor durante un rato, pero sin dejar de puyar el himen de la joven con su daga. ¡Se había percatado, que su hijastra tenía como punto débil, sus pechos, ya que cuando se los chupaba, notaba como que abría sus piernas, se relajaba y su pene entraba sin problemas hasta su himen. En ese momento se di cuenta de que había llegado la hora: ¡iba a desvirgar a mi hijastra!.
Sabía que su pene era enorme comparado con su vagina, pero la joven ya tenía edad para hacer el amor, por lo que pensó que aunque solo fuera meter una parte de su tranca, le resultaría suficiente para bajar su tremenda calentura. Excitación que el no había buscado, pero que la propia hijastra le la había propiciado.
Ante ello, chupó con esmero los pechos de la joven, al tiempo que tomó sus piernas con sus manos levantando éstas en alto, para luego flexionarlas y doblarlas sobre el propio cuerpo de la joven. Con esta acción todo el coñito de su hijastra quedó ahora expuesto y desprotegido, abierto al máximo. Al abrirle un poco las piernas la raja quedó completamente abierta. La joven se dio cuenta de que todo su coñito estaba ahora abierto y a punto de ser clavado por la polla de su padrastro.
Leoncio miró hacia abajo, observó su enorme nabo ya enfilado hacia la cuquita de su joven hijastra. Era el momento. Tomó un poco de impulso, presionó empujando con fuerza, comprobando al instante como su pene, supera el primer tropiezo y se introduce rápidamente dentro de la cuevita de si hijastra, tras romper el himen. Ella al instante pronunció un grito de dolor que se pudo oír en casi toda la casa. La rotura de su himen estaba sentenciada, y Leoncio comprobó que su nabo ingresaba libre dentro de aquella estrecha cuevita.
.ohh nooo papi… sacala..oooo me duele ohhhhh- le decía lloriqueando. Oh….me rompes papiiii
Pero el hombre no estaba dispuesto ahora a sacarla. No había llegado hasta allí para ahora sacarla. Sin contestarle, presionó un poco más, viendo como las paredes vaginales de la joven se abrían para permitir el paso de su tremenda verga. Ya había introducido más de la mitad de su nabo. Se quedó quieto dentro de ella un momento para que se fuera acostumbrado a las dimensiones de su nabo.
Rita se encontraba totalmente abierta, con tremendo dolor en su coñito, e intentaba hacer esfuerzos para expulsar el miembro de su padrastro. Apretaba las paredes de su vagina, pero lo único que hacía era apretar mas la polla de su padrastro la cual mas se endurecía.- oh papi sácala…,me duele—le decía murándole a la cara con algunas lagrimas en los ojos.
-tranquila nenita. Ya la tienes dentro. Espera un poco, verás que pronto se te pasa el dolor. ¿Acaso no quieres que matemos ese bicho?- le dijo con doble intención.
-si… pero me duele…
Leoncio decidí que era hora de continuar, así que comenzó nuevamente a empujar, sacándola un poco para volver a entrar en ella. Repitió esta acción varias veces. Notaba como la vagina de la joven se iba dilatando y cada vez era más fácil su entrada en ella. Sus propios jugos estaban facilitando la entrada de su nabo.
Leoncio no se lo podía aún creer, miro hacia abajo, y observó su enorme cipote metido más de dos terceras partes dentro del coñito de la joven. Sus bolas colgaban, y aquella visión más le enceló. Comenzó a bombear a la joven con fuerza, con sus caderas, notando como ella pronto fue dejando de lloriquear y comenzó a gemir. Era manifiesto que la joven estaba percibiendo el avance constante de su pene dentro de su vagina. Las paredes de su vagina de la joven abrazaban su tranca, mientras la metía y sacaba suevamente, pero con firmeza.
-oh papi… me tienes toda abierta. ¿Me la has metido toda?- le pregunta de pronto, viendo que ahora estaba más relajada.
-aun queda un poco.
-Oh papi. No la metas más. Me vas a reventar- le dijo agitada.
El hombre se dio cuenta que la vagina de Rita se había acostumbrado perfectamente a grosor de su verga, por lo que continuó bombeándola, aunque procuraba no meterla toda. Tenía miedo de hacerle daño. Sus estocadas fueron cada vez más fuertes y constantes. Ya entraba y salía de ella sin mucho problema, viendo que la chica comenzaba a disfrutar con la cogida que le estaba dando. La nena estaba comenzado a sentir el placer de un buen polvo.
-te gusta preciosa. ¿Verdad que te gusta tener mi polla dentro?… te gusta cómo te la meto- le decía sin dejar de penetrarla una y otra vez, al tiempo que impulsaba su cuerpo dejándolo caer sobre el de ella, lo que motivaba que su tranca se incrustara más y mejor en la cuevita de Rita, abierta al máximo.
-oh si papi …oo siiii oooooo
Sus gemidos aumentaron. Pronto verifico en el rostro de la chica que estaba llegando al límite. Rita estaba a punto de alcanzar su orgasmo. Lo percibía, sentía como la joven comenzaba a presionar las paredes de su vagina apretando al máximo la tranca del mismo. La excitación de la joven fue en aumento y casi al instante se comenzó a convulsionar. –oh papi… oh que me pasa oooo … siiiii. ooooo.
-Vamos preciosa córrete. Dame ese orgasmo… vamos hazlo… le decía Leoncio, sin parar de darle verga, abriendo una y otra vez la concha de la joven con su instrumento.
Ella le miró a la cara mientras alcanzaba su orgasmo. Luego Rita se dio cuenta que se le nublaba la vista, un calor intenso en su cuerpo al tiempo que terminaba de convulsionarse, apretando con su vagina el pene de su padrastro como si pretendiera estrangularlo.
Leoncio contemplo aquella escena, observando las expresiones de la cara de la joven mientras alcanzaba su primer clímax. Era una visión inenarrable. Ver la cara de placer de la joven, y como se agitaba buscando su orgasmo, era algo mucho más que excitante.
Al instante Leoncio escuchó como la chica gimió soltando un aullido, para acabar explotando. Sentía como se apretaba contra sus piernas al tiempo que se dejaba ir. Era un autentico placer contemplar aquella carita de placer mientras alcanzaba su primer orgasmo con la polla de un hombre dentro de ella.
Leoncio, la dejó que satisficiera sus ansias, hasta que por fin acabó, viendo como el cuerpo de la joven quedaba como desvanecido. Entonces le miró a la cara sonriendo.
-¿te sientes bien ahora? Le preguntó.
Ella no le contesto, sino que se sonrojo, con una sonrisa de autentica putita satisfecha. Entonces tras dejarla recuperarse un poco decidió continuar. Ella le mira y le pregunta: -ay papi….¿pero tu aún sigues con todo tu pene duro dentro de mi cosita?.
-Bueno. Creo que llegó la hora de matar ese bicho que tienes dentro. Le dijo con cara de autentico sádico depredador.
-pero, ¿me la vas a meter más?... ay papi más adentro no.- exclamo preocupada.
-Bueno. Pues lo único que podemos hacer es ahogarlo. Le comentó el hombre.
-¿Ahogarlo?.. ¿Cómo papi?
-Bueno. Te echare mi lechita dentro. Seguro que con ello asfixiare al bicho. No creo que se resista. Mi leche lo ahogara. Le comentó Leoncio, sin poder creerse lo que le estaba diciendo a su hijastra. Sabía que era un loco, pero estaba dispuesto a correrme dentro de ella. Era una temeridad, pero necesitaba descargar.
-Oh papi. ¿Me vas a echar tu leche dentro?.. Pero ¿y si me dejas embarazada?. Ay, no creo que sea buena idea- le contesto ella sumamente preocupada. La joven se dio cuenta de que su padrastro tenía la intención de venirse dentro de ella. Pero no tenían condón. Era una locura. ¿Y si la embarazaba?.
-Y cómo quieres que matemos el bicho. ¡Quieres que te la meta toda! exclamó el.
-noooo… toda no… Pero,… ¿de verdad me vas echar tu leche?..¿Crees de de verdad que se morirá el bicho? Le contesta ella sin saber que hacer.
-¡Seguro que así lo asfixiaré!. Si no lo hago, y continua dentro, te volverá a seguir picando. ¿Quieres eso?
- Ay papi. No se… a lo mejor ya se murió. – Le contesto Rita, nerviosa y no convencida. En ese momento Leoncio se da cuenta que su hijastra no quería que se corriera dentro. Era obvio que no quería que lo hiciera.
Tras pensarlo detenidamente, recapacitó y se dije que era lo mejor. Correrse dentro era una locura. Por ello comenzó a bombearla con fuerza pero sin introducírsela toda, hasta que se dio cuenta que se venía. A la vista de su inminente eyaculación salió a toda del coñito de Rita, tomando la polla en su mano con una erección tremenda, al tiempo que comenzó a correrse sobre el pecho y abdomen de su hijastra: oh nena oooo siiiiii.. oh nena que ganas tenía oooo me vengo..oo
Rita quedo sorprendida de la cantidad de leche con la que su padrastro regó su cuerpo, a la cual pringó por todos lados. Ella observó la tranca de Leoncio y se dio cuenta que aun resumía restos de sus jugos y de sangre, producto de su desvirgamiento. Entonces le dice:- oh papi… cuanta leche… ¡me has pringado toda!..al tiempo que sonríe.
Luego observa su coñito, con restos sangre y de sus propios jugos. Lo más sorprendente era el tremendo boquete de su coñito. Era enorme, y con todos los labios vaginales enrojecidos por la inflamación. –mira papi como me has dejado el coñito. Esta muy abierto ¿crees que se me cerrara?.
-claro preciosa. Ya verás que sí. Pero, te echare un poco de crema para que se baje la inflamación. Vale.
Leoncio salió fuera y regreso con un poco crema antiinflamatoria y le untó los labios del coño con la misma. Me seguía sorprendiendo el boquete que había dejado al coñito de la joven. Aún permanecía con esa abertura.
CONTINUARA