Marisa.

Illyasviel

Virgen
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Marisa. (respuesta a la dinámica de Octubre

Todos los años en noche brujas en una casa frente de un parque de una ciudad cualquiera, un hombre pone una calabaza de cerámica acorde a para la celebración.

El hombre a lo mucho tenía sesenta años, pero todos los años el hombre pone esa calabaza junto a una veladora que le da ese toque espectral para la noche del diablo.

El hombre solo ponía esa decoración y los niños del vecindario siempre inician su recorrido en esa casa, pues el hombre siempre recibía a los niños felizmente usando el mismo disfraz de Fredy Kruger con su garra de plástico, el solía entregarles a los niños chocolates a los niños todos los años.

El hombre era reconocido por ser alguien muy respetado por el vecindario, un amable señor que se dedica a la venta y reparación de automóviles usados.

Como se mencionó, los niños siempre inician su recorrido en su casa y en poco tiempo deja de recibir visitas en esa noche, ya para las nueve o diez de la noche ya nadie lo visitaba.
El parque enfrente y a los alrededores de la casa se mantenían callados y lo lejos se escuchaban las fiestas de los que tenían su fiesta de Halloween.

Aunque… una figura de una mujer pasaba por el parque caminando con calma.

Se trataba de una joven de vestido negro con un delantal blanco, llevaba un sombrero en grande y una escoba, una chica disfrazada de bruja, no se le podía ver bien el rostro por el sombrero a lo lejos, pero lo que si se notaba era su largo cabello rubio.

De repente el cielo se ennegreció, la humedad en el ambiente aumento sintiéndose un frio otoñal seguido una lluvia.

La bruja corrió hasta la casa y toco la puerta de forma desesperada, estaba empapada y fue recibida por el hombre con una gran sonrisa.

-Estas empapada Marisa, pasa de una vez.-

La mujer disfraza de bruja pasa mientras el hombre le da unas toallas para que se tome un baño.

-No querrás tener un resfriado. -

Dice amablemente el hombre mientras Marisa toma las toallas.

El hombre se queda solo en la sala en la sala mientras lleva colgar en su cuarto de lavado el disfraz de bruja.

La lluvia no parecía ceder ni un momento, el sonido de la precipitación no parecía tener fin y la calabaza aún tenía su vela encendida afuera, como si no quisiera ceder ante el frio ni el agua.

Marisa sale del baño desnuda secándose con una toalla blanca.

Marisa era una mujer rubia de piel clara, era muy bajita, sus pechos eran pequeños y cualquiera pensaría que es una niña que acababa de entrar a la secundaria si no fuera por esa mirada tan peculiar, que te dice que no estas enfrente de una niña.

El hombre la mira con una ternura a la chica de ojos miel, ella responde igual con una sonrisa al hombre, una sonrisa dulce y amable.
Marisa se acerca al hombre y lo toma de la mano para guiarlo a una habitación.

El hombre al pasar el umbral de la puerta la cierra y se sienta junta a Marisa en cama, él se quita el guante de Fredy y el sombrero, no usaba mascara el hombre, por lo que solo era el disfraz era la indumentaria.

El hombre ya era mayor y era alguien medianamente alto y delgado, de su cabello negro se notaban muchas canas imposibles de esconder, el cual sonreía como Marisa le habría la bragueta del pantalón para sacar el pene del hombre.

Era un falo bastante grueso, venoso y de un tamaño generoso. Marisa se arrodilla ante el hombre y empieza lamer el pene con su pequeña lengua.
El hombre empieza soltar gemidos de placer cuando siente la cálida lengua de la rubia de ojos color miel.

Luego de mucho de usar su lengua Marisa engulle el glande del hombre mayor en esa boquita tan pequeña, chupando la cabecita mientras con sus manos pequeñas y delicadas sostenía ese pene grueso.

El hombre toné su mano en la cabeza de Marisa y empieza acariciar su cabeza con amor.

-Siempre es lindo verte usar esa linda boquita tuya cuando me la chupas. -

Marisa solo responde una ligera risita, ella sigue succionando, el hombre lanza un pequeño quejido, viniéndose en la boca de la rubia, está en respuesta chupa y se traga el semen felizmente.

El hombre sonríe satisfactoriamente y levanta a la chica para poder chupar sus pezonsitos de esas pequeñas tetas, los pechos de Marisa eran pequeños y bonitos.
La chica empezó a gemir al sentir como eran chupados sus pezones rosados por aquella lengua, de repente suelta un gemido más grande al sentir como los dedos de aquel hombre exploraban su vagina.

El hombre deja de los pechos y mira la parte de la joven y bajita mujer, tenía un adorable vello púbico rubio.

La mujer se doblaba mientras esos dedos la exploraban cuidadosamente en el interior de su rajita, se notaba que ella estaba muy mojada, por lo que el hombre la toma.

Pone en cuatro a Marisa en la cama y aquel enorme pene se va abriendo paso en aquella pequeña y elástica vagina de esa pequeña mujer, se empieza mover lentamente aquel hombre mientras la rubia gime de placer con cada empujón.

-Aun sigues igual de apretada desde que te quite la virginidad cuando tenías quince años. -

Dijo con algo de nostalgia en sus palabras el hombre mayor.

-Y aun disfrutas mi gruesa polla… ah… tu coño es lo mejor Marisa. –

Marisa no puede borrar el éxtasis y la felicidad de su cara, la chica disfrutaba con cada envestida suave de aquel viejo, soltando un grito seguido un orgasmo mientras con sus manos apretaba las sabanas de esa cama donde estaban fornicando.

El viejo hombre saca su miembro flácido y cubierto de los fluidos de ambos, él había eyaculado dentro de ella.

El miraba complacido como jadeaba después de ese orgasmo tan placentero que tuvo su amante.

El hombre se quitó el jersey a rayas de Fredy y el resto de su ropa, ya desnudo el hombre voltea a Marida delicadamente, esta solo se limita sonreír y abre sus piernas y usando sus manos abre su vagina la cual se ve como escurre el semen de la corrida anterior.

Nuevamente el hombre está listo y se pone arriba de Marisa en posición de misionero, la penetra con el mismo cuidado, suave y lentamente.

Marisa lo abrasa con sus brazos y piernas, sin dejar de gemir y disfrutar cada vez que ese grueso pene llega a lo más profundo de ella.

Nunca dijo nada, ni una palabra durante el acto ni cuando entro a la casa, solo rio una vez y gemía nada más Marisa.

Después de un buen tiempo Marisa tiene otro orgasmo y el hombre le sigue, soltando toda su leche, ambos no se separan ni un momento, solo se voltean para que el no este sobre de ella.

Marisa lo besa con dulzura, ambos están rendidos y se disponen a dormir abrasados y unidos.

La lluvia había cesado.

Pasaron los días y la casa del viejo era ocupada por algunas personas, recogiendo sus cosas y guardándolas con cuidado.

Entre las personas se destaca un hombre de más o menos treinta años, rubio y de ojos miel, el cual pide que traten las cosas con cuidado al ser empaquetadas.
Una de las personas ve los números retratos que había en la sala.

-¿Quién es la mujer de los retratos?-

A lo que el hombre rubio responde.

-Ella es mi madre Marisa, mi padre Alfredo y ella se casaron muy jóvenes. -

-¿Don Alfredo estaba casado con una chiquilla?-

-No.-
Respondió el hombre rubio.

-Ellos tenían la misma edad, solo que mi madre no era muy saludable, pertenecía a una familia pobre y para colmo era muda.
Mi papa la protegía en la secundaria de los abusivos y se enamoraron. Ellos casaron cuando aún estaban en la preparatoria ya que mi papa siempre trabajo en el negocio familiar… debido a la frágil salud de mi madre no pudieron tener hijos hasta casi tener treinta.
Mis padres se amaban profundamente, aun me duele pensar que papa haya muerto un día después de Halloween. -

-¿Qué tiene eso de malo?-

-Mi madre murió en la madrugada del primero de noviembre, el día brujas en que murió mama los tres fuimos a pedir dulces, mama se disfrazó de bruja y papa de Fredy Kruger, ese día nos tomó por sorpresa.

Mama ya tenía muchos problemas de salud, solo que esa lluvia lo complico todo y murió de una pulmonía. -
-Qué triste. -

-Sí, fue un duro golpe para ambos perder a Mama. Lo bueno es que ya deben estar juntos. -
El hijo de Marisa y Alfredo entra al cuarto de lavado y ve tendido el disfraz de bruja su madre. Preguntándose porque estaba ahí uno de los recuerdos más queridos de su madre.

Fin

Bien espero que les haya gustado este relato para el reto de “Octubre” de gantz265.

Me inspire en Marisa Kirisame para la protagonista en su apariencia, solo las personas de cultura sabrán quien es ella.

También me inspire en los relatos de tipos que tuvieron relaciones con fantasmas y mueren al poco después.

Esto puede parecer un poco tétrico, aunque sea lindo volver hacer el amor a tu difunta esposa no deja de ser aterrador de alguna forma.

Espero que les haya gustado esta historia aunque algo corta.
 
Última edición:

xan22

Virgen
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Re: Marisa. (respuesta a la dinámica de Octubre

Muy buena historia, empapada de romanticismo, en el sentido más clasico de la palabra.
 

drako22

Pajillero
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es un verdadero clasico de amor y pasion felicitaciones
 
M

Miembro eliminado 189176

Guest
Hermosa historia. Raúl Barón Biza escribe en su libro "Punto Final", que "El amor, como la máxima belleza de la vida, es algo breve, fugaz, y solo es eterno, cuando la muerte se cruza a su paso"
 
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