Mariella

heranlu

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Cuando aún era adolescente e inexperto siempre imaginaba como sería mi debut sexual; ese esperado gran momento con el que todo hombre sueña, y me la pasaba fantaseando con multitud de jóvenes mujeres que se prestaban complacientes a todos mis deseos.

Ya rondaba los 16 años de edad, y para ser sincero, mi única experiencia en el tema además de unos cuantos besuqueos y un poco de franela con alguna jovencita, eran mil formas distintas en el arte de la masturbación, tenía un verdadero doctorado en pajas.

Las más comunes eran las pajas que me hacía en el baño, y pajas en la cama, cuyas consecuencias recibían la ropa interior y las sábanas de mi cuarto, improvisado en el pequeño desván de la parte superior de mi casa.​


Éramos una familia de clase media normal y no vivíamos en una mansión precisamente. Había dos habitaciones más en la planta baja, una era de mis padres, y la restante la de mi hermana Mariella, la reina de la casa.

Sí, mi hermana, bella y arrogante, acababa de terminar el secundario y se preparaba para ir a la universidad, y estaba en el centro de todas las charlas familiares. La suerte había querido que naciera dos años antes que yo y ejercía su dominio con despotismo, ella era la mayor, la hermosa princesa con experiencia de vida y merecedora de todas las atenciones, y quien les habla el pajero adolescente en la edad del pavo.

Siempre discutíamos por todo y yo a veces sentía que no la soportaba. Hasta en la escuela recibía el yugo de su fama, yo era el desconocido hermano de... Mariella, la más linda, la de mejores y más deseadas curvas, su afamado nombre estaba escrito en los baños y corría de boca en boca con lujurioso deseo en los vestidores de varones, más de una vez habían llegado a mis oídos los comentarios de sus aventuras nocturnas y de lo bien que la había pasado tal o cual de un curso superior disfrutando de mi hermanita en el reservado de una disco, decían que con un par de tragos encima se transformaba en una perra fácil de llevar al asiento trasero de un auto donde se dejaba hacer lo que quisieras... Sus habilidades para la succión oral eran legendarias y todos deseaban sentir el placer prometido de sus labios carnosos exprimiéndote la verga hasta dejarte seco, y poder contarse entre la elite del puñado de afortunados que la habían probado y catalogado como una verdadera hembra desbocada en la cama... y en cualquier lugar... Hasta en el pasillo detrás del escenario del salón de actos, un chico de sexto había alcanzado la categoría de verdadero héroe en el colegio rumoreando que en medio de una fiesta había gozado en ese rincón oscuro del desenfreno sexual y de los favores del culo de mi hermana!! Y había más todavía...

En el final de las clases me había llegado la versión de que en el viaje de egresados mi adorada hermanita habría terminado por aprobar las materias que adeudaba de forma muy especial... dando examen oral... pasándose una noche en la habitación con los dos profesores que los acompañaban...

Sí, Mariella era la más famosa puta y come hombres de la escuela y esas historias me enfermaban, me daban mucha bronca... y también debo reconocer me calentaban en grado extremo.

Porque mi hermana era odiosa, altanera e insoportable,... pero también una hembra terrible capaz de enloquecerte con su cuerpo tremendo, privilegiado, una "s" perfecta con piernas largas y torneadas coronadas por un culo espectacular, echado hacia atrás, redondo y paradito, siempre enfundado en minifaldas o jeans terriblemente ajustados; contrapesado arriba por un par de tetas soberbias, magníficas, provista a manos llenas por la naturaleza como buena descendiente de sangre italiana, dos auténticos melones que casi siempre le gustaba dejar sin sujetador y andar mostrando provocativamente como se le bamboleaban... Y hermoso cabello castaño suelto hasta la cintura y ojos verdes para enamorarte con una carita de muñeca inocente... que en un parpadeo podía transformarse en la de una gata seductora capaz de devorarte cuando se le antojara.

Yo le había robado una foto de ella haciendo topless en la playa y verla era mi locura, también solía espiarla desde mi ventana cuando tomaba sol junto a una pequeña pileta que teníamos en el patio con diminutas bikinis que se mojaban y traslucían, dejando adivinar la forma circular de sus pezones pegados como medallones en esos melones invitando a mordisquearlos, y la forma ensanchada de sus labios vaginales prometiendo placeres inimaginables...

La miraba y deseaba lamer cada gota de agua que corría por su cuerpo... me mataba a pajas contemplándola, y cuando se tendía boca abajo y desataba su sostén, con las nalgas brillantes de aceite bronceador apuntándome directo a la cara... me sentía morir deseándola.



Mis manos trabajaban frenéticas esperando el instante oportuno, que era cuando ella se incorporaba... por un momento se ponía en cuatro patas como una perra, no sé si por casualidad o sabiendo que la veía lo hacía a propósito pero esa imagen me deleitaba y despierto soñaba con tenerla así, toda para mí, en esa posición... entregada, poseyéndola como a una esclava con mi miembro enterrado hasta el fondo de su culo... sií ahhh!!! Haciéndola gritar... sí, más, más!! Y haciendo que se tragara su altanería... y mi semen!! Ahhh!!Que delirios!!! Eran deliciosas fantasías que me excitaban a más no poder hasta acabar, ahhhh!!! Mis chorros de leche salpicaban la ventana y luego de mis momentos de éxtasis debía limpiar todos mis excesos...



Todo cambiaría en esas vacaciones cuando los abuelos vinieron a pasar el año nuevo y se quedaron quince días en casa.

La noticia no agradó mucho a mi hermana, que los consideraba un par de viejos demasiado pesados, más aún cuando mis padres decidieron que los acomodarían en su habitación, y ella debería mudarse por uno días a mi suite del desván, donde pondrían otra cama.

Con éste no!!!!!! Fue su exclamación, más tuvo que resignarse porque en nuestra casa no había otro lugar disponible, a no ser un sillón en el comedor, que no estaba a su real altura.

Su malhumor era evidente, y a mí la idea de verme privado de mi intimidad al principio tampoco me atraía.

Luego reconocería que estaba equivocado...

Así que después de reacomodarnos llegamos a la primera noche juntos y el clima en la habitación estaba bastante tenso.

Cuando llegué al cuarto ella ya estaba acostada en su cama dándome la espalda y ni me dirigió la palabra.

Por mi parte estaba bien, después de todo ella era la intrusa.

Más al despertarme en la mañana pude ver que ella aún dormía y había cambiado su posición, ahora estaba de frente, sólo que sus sábanas caídas a un costado de la cama me brindaban una imagen de ensueño: un manojo de cabellos lacios y revueltos salvajemente caían en cascada sobre sus labios carnosos; la corta y escotada musculosa que tenía puesta con el bretel caído de su hombro dejaba ver sus pechos más de la cuenta, casi hasta el borde donde asomaba el color chocolate de los pezones, y también descubría la suave piel desnuda de su cintura... y bajo su ombligo la doble tirita de unas bragas rojas se perdían hacia zonas más tentadoras... casi podía distinguir tras el triangulito de tela otro de vello más oscuro, y un pequeño lunar al borde como decorando ese postre que deleitaba mi vista y aceleraba mis palpitaciones.

Mi erección matinal ese día fue tremenda, y ni me atrevía a moverme por miedo a que despertara y me encontrara fisgoneando, pero ¡que diablos! Si con la calentura que tenía podía explotar en cualquier momento, tomé coraje y me levanté en silencio, me fui con la ropa a vestirme al baño... previo aliviarme a dos manos como se merecía ese espectáculo!!

Esa noche con el pretexto del cansancio me acosté primero, y esperé que llegara con la luz apagada.

Cuando escuché sus pasos acercarse el corazón me latió fuerte y ansioso, quería verla mientras se desvestía. La luz de la calle iluminaba sutilmente el cuarto y mis ojos ya estaban acostumbrados a la penumbra, así que podría distinguir claramente su cuerpo sin que ella se diera cuenta.

Mi hermana entró a tientas y miró hacia mi cama tratando de verme. Yo estaba inmóvil y tenso... ni pestañeaba, cerré los ojos un momento para que el brillo en mis pupilas no me delatara. Solo que mi respiración se agitaba... y mi mano se movía imperceptiblemente... acariciándome la verga endurecida, masturbándome lenta y disimuladamente estimulado por la visión de Mariella comenzando su involuntario streep tease.

Su figura silenciosa se movía a tientas hasta llegar al borde de la cama...

Ya se estaba desvistiendo...

Primero fue dejando sobre la alfombra sus botitas y un par de medias.

...la ansiedad me mataba...

Mi corazón galopaba y para ese momento ya tenía que sujetarme con fuerza la pija que estaba como un barrote caliente amenazando sobresalir como un mástil entre las sábanas... imaginando lo que seguía...

Ahora se bajaría el jean que llevaba puesto...

Pero no, giró hacia el extremo de la cama y levantó su remera sobre la cabeza mientras se la quitaba, sus cabellos quedaron sobre su espalda desnuda casi hasta la cintura, cubriendo en parte los breteles de un sujetador con encajes...

Gira... Gira un poquito... solo un poco...

Pensaba mientras las pupilas de mis ojos se dilataban al máximo tratando de no perder detalles. Quería ver su delantera, sus tetas hinchadas y apretadas por el corpiño.

Pero Mariella no escuchaba mis pensamientos, y seguía de espaldas... sólo que ahora desprendiendo el sujetador...

¡¡ Por Dios, se lo va a sacar!!

Casi me infarto, la muy perra dormiría con esos pechos sueltos... y yo sin poder verlos!!

Ahyy!! ¡¡ Pero que idiota soy!!

Me dije a mí mismo. Si la oportuna solución estaba allí, era tan simple y yo lo estaba dejando pasar...!! Hipnotizado en directo por la figura de mi hermana no miraba hacia el costado de la habitación... donde el espejo del armario me devolvía la visión de su tremendo cuerpo apoyado en la cama, con los soberbios pechos al aire, un par de deliciosos globos nacarados con pezones oscuros de color chocolate dignos de saborear, chupar y amasar con deleite, que se bamboleaban suavemente al vaivén de sus movimientos.​


Esa imagen bien valía quedarse despierto toda la noche, solo que fue demasiado efímera para mi gusto... Enseguida ella se colocó la remera rosa que usaba para dormir y se cubrió los gemelos.

Me sentí frustrado... por un momento... hasta sentir el sonido de la hebilla del cinturón que sostenía su pantalón desprendiéndose...

Ahora sí, a no perderse detalles!! Mis pupilas se dilataron nuevamente...

Tragué saliva y... casi me ahogo al verla dejar caer el jean sobre la alfombra, y tener ante mis ojos el espectáculo de su vista trasera, unas caderas y un culo espectacular, con unas curvas perfectas que brillaban etéreas a la luz azulina, y contrastaban con el precipicio oscuro que se formaba al centro donde una tanga diminuta se hundía marcando el camino capaz de llevarme a la locura.

Mis ojos se pegaron a esa visión celestial mientras ella se tendía boca abajo en la cama y se cubría con la sábana... solo que antes de dormirse se irguió para acomodar su almohada...

Y la muy perra se puso en cuatro patas!!! Mis venas se sintieron explotar, tenerla en esa posición a mi lado!! de seguro lo hace a propósito!!

Tenerla así a mi lado... tenerla para mí solo...

Solamente una sábana se interponía entre su cuerpo y mi calentura.

Y el ardor se apoderaba de mi mente... la excitación me llenaba, estaba empapado en sudor, afiebrado de deseo.

Me estaba enloqueciendo, hasta parecía que el cuarto se había llenado de su aroma, del perfume de mi hermana...

Podía verla, podía olerla... ahora quería tocar su piel, recorrer su cuerpo... tenerla para mí, tenerla toda la noche dando rienda suelta a mis deseos... Si ella lo hacía con otros...por qué no conmigo? Todos la disfrutaban, y por qué yo no?...

Sin pensar lo que estaba haciendo, en un momento me encontré de pie al lado de su cama; completamente desnudo y con la tremenda erección apuntándola directamente, viéndola respirar suavemente inconsciente de lo que estaba por sucederle...

Tomé las medias y el cinturón que ella había dejado sobre la alfombra...

Y dejé de lado una última vacilación.

Después todo fue rápido y furioso.

En un instante estaba sobre su cuerpo aplastándola con mi peso, la tomé por sorpresa e indefensa boca abajo y fue bastante fácil dominarla. Antes de que pudiera gritar la sujeté de los cabellos y tirando hacia mí levanté su cabeza de la almohada al tiempo que le metía en la boca una media enrollada. Trató de tomar aire asustada y aproveché ese momento para con la otra media asegurar la mordaza atándosela atrás del cuello. Ahora la perra se sacudía tratando de librarse y rasguñarme, hasta que pude doblarle los brazos tras la espalda y maniatarla con el cinturón.

Ya estaba hecho.

La tenía silenciada y atada.

Y podía hacerle todo lo que se me antojara, sin perder más tiempo... TODO...

De un tirón saqué la sábana que la cubría, y la contemplé rozándola suavemente mientras decidía por dónde comenzar la fiesta.

Hundí mi cara aspirando el perfume de sus cabellos, de su piel, lamiendo y besando su cuello... Mariella se resistía y gemía sollozando...

Hermanita... esto te va a gustar... no voy a hacerte nada que no ya no hayas probado...

mientras le hablaba al oído lamiendo el lóbulo de la oreja comenzaba a apoyarle mi pija endurecida contra las nalgas, deleitándome con la suavidad de esa piel tersa y tibia..

Ella se sacudió tratando de librarse, oscilando el culo de un lado a otro como una víbora, sólo logrando acrecentar mi excitación y placer con el frote lujurioso... hasta que logré arrancarle la tanga y dejar que mi aparato quedara acomodado en esa zanja caliente entre sus nalgas, sensación por demás gloriosa... tuve que controlarme para no soltar un chorro de leche allí mismo...

Entonces me concentré en la parte superior del tesoro, pasando mi mano por debajo de su remera para aferrarla mejor, subiendo lentamente por su pecho hasta que mis dedos rozaron la base de sus senos, de esas tetas tremendas y lechosas, se las comencé a amasar palpando su dureza, estrujándolas con pasión sintiendo como me llenaban las manos y sus pezones se erguían duros estimulados por el miedo y el roce...

Me apreté contra sus muslos como un perro en celo dejándome llevar por el deseo animal de poseerla, de penetrarla y servirme de ella como hembra, empujando instintivamente a tientas con la verga hacia delante buscando el camino al placer... dando estocadas a ciegas... hasta sentir que la punta se oprimía contra algo húmedo y más caliente... sí, ese era la entrada, seguí con más fuerza... sintiendo como su capullo cubría mi glande... ahh!..y entonces sus labios vaginales cedieron y me recibieron por completo estrechando el miembro rígido... guiándolo al calor meloso de su interior. Se lo metí todo de un golpe, con un solo envión...

Qué locura, conocer esa lujuriosa sensación nunca antes disfrutada!!

Quise contenerme y disfrutar de ese glorioso momento de éxtasis, más mi cuerpo pedía más y ya no me respondía, mi cadera comenzó a oscilar con más fuerza buscando saciarse, enterrando a fondo y luego retrocediendo cada vez con más fuerza mi pijota endurecida y enloquecida por esa sensación sublime... de placer carnal al extremo... me había perdido por completo poseyendo a Mariella con la lujuria animal acumulada por tanto tiempo y ahora descargada con frenesí, tanto que no pensaba lo que estaba haciendo... estaba sometiendo a mi propia hermana...

Y el sólo hecho de esa débil luz de conciencia que brilló en mi cerebro por un instante lejos de detenerme me excitó todavía más,... Sí, era el placer de lo prohibido, de lo siempre negado y jamás alcanzado.

Ahora estaba a mi merced y abierta a mis deseos, podía hundirme una y otra vez entre sus muslos, meciéndoselos al compás de mi verga que la taladraba incansablemente, lejos de detenerme mi ímpetu aumentaba igual que la temperatura y el flujo húmedo en el sexo de mi hermana...

Enloquecido en mi propio placer no me había percatado de ello, ahora su vagina era un mar de flujo caliente que la lubricaba y bañaba mi miembro, produciendo un acompasado sonido de chop-chop que acompañaba al furibundo mete y saca...

Y Mariella ya no se sacudía resistiéndose como al principio, su cuerpo empapado en sudor parecía haberse doblegado por completo y sus caderas ahora oscilaban entregadas a mis deseos. Sus gritos ahogados habían cesado, sólo se escuchaba su respiración agitada y un débil gemido contenido que la acompañaba y aumentaba siguiendo el ritmo de los bombeos de mi pija. Y si faltaba algo... fue el ver la expresión de su rostro, apoyado de lado contra la almohada con las mejillas afiebradas, con matas de cabellos sueltas sobre su cara que dejaban entrever sus ojos verdes entornados y brillando de gozo, y su boca,... por Dios su boca... abierta, como reclamando más aire y con la lengua moviéndose agitada, humedeciendo con saliva los labios rojos y carnosos, para después morderlos en una mueca desfigurada de placer salvaje.​


Porque sí, mi hermanita la estaba gozando tanto o más que yo... con el movimiento las mordazas se habían aflojado y resbalado de su boca. Podría haber gritado pidiendo auxilio y socorro y que todos en la casa se enteraran... pero no, allí estaba... entregándose mansamente a ser servida, como una yegua ofreciéndome la grupa en alto.

Y su sexo caliente me recibía y disfrutaba, y este descubrimiento me hizo alcanzar el cielo, la gloria y la demencia al mismo tiempo...

Aflojándole el cinturón le solté las manos y entonces ella me miró con esa carita mezcla de nena agradecida y puta provocativa que me enloquecía, y estirando su brazo me aferró de la cintura instándome a que siguiera tomándola...​


No pares... hermanito... no pares...susurró su voz entre gemidos de gata complaciente.

Y tomándola de las caderas arremetí con más bríos, unos... dos, tres bombeos salvajes enterrándole con lascivia la verga hasta el fondo, hasta apretar los testículos contra sus muslos mojados de flujo...

Ahh... Ahhh!...Mariella se conmovió retorciendo todo su cuerpo y dejando escapar un grito de placer mientras llegaba al clímax, tuve que tomarla de los cabellos y tapar su boca... sólo para que la muy perra me mordiera desbocada en plena acabada... por toda respuesta la penetré con más vigor, dejando hasta mis últimas energías en esos bombeos alocados mientras con la otra mano le estrujaba las tetas, apretándole un pezón endurecido entre mis dedos, lo que la hizo viborear y prolongarse en un orgasmo múltiple. La sentía vibrar y acabar jadeando, frotándose, su cuerpo contra mi cuerpo, fundidos en sudor, a punto de desmayarnos...

Yo no resistía más, sentía los espasmos que me brotaban desde el bajo vientre desbordando los testículos hacia la cabezota hinchada de la pija a punto de explotar... Ya me sentía venir cundo escuché la voz débil de mi hermana que me suplicaba... No, adentro nooo... y me paró en seco la acabada...

En ese instante traté de contenerme lo más posible dudando que hacer... saqué la verga apurado y me la oprimí tratando de retener lo imposible, decidiendo en un segundo si acababa entre sus piernas, en el muslo o tiraba el semen a las sábanas... porqué no me habría puesto un preservativo...

Pero por suerte Mariella era más experimentada en estas lides, y volviéndose con un movimiento felino atenazó mi miembro hinchado, sujetándolo entre sus dedos de uñas largas y pintadas... como buena gata... para devorarlo llevándoselo a la boca...​


Sorprendido y extasiado sentí como sus labios carnosos rodearon el glande al tiempo que su lengua pérfida me lamía la cabezota morada, succionando con ardor y llamando ansiosa a mi leche... que no se hizo esperar...​


Los labios de mi hermanita lograron su propósito y mi semen caliente se derramó en su boca y en su carita de nena golosa... borbotones de semen espeso salpicaron su rostro y se chorrearon por sus pechos, mientras que la deliciosa boca de Mariella como una puta hambrienta mamaba la corrida de esperma lechoso saboreándolo y trataba de tragarlo sin que se le escapara una gota, relamiendo los chorreones que corrían por su mejilla y a lo largo del tronco venoso...

Ahh!! Que delicia!! Ver el rostro de mi hermana untado con mi esperma, fregándose la pija por la cara y chupándola enloquecida... tragándose mi leche...​


Deliciosa visión que me extasiaba, me hacía tocar el cielo... sublime, gloriosaaa... ahhhh!!!

Qué acabada maravillosa, digna de película triple x!!!! Digna de prolongarse en el tiempo y no acabar nunca... literalmente... hermosa...

Demasiado hermosa para ser real...

Porque no era la boca de mi hermana la que recibía mi leche, sino... mi mano... una vez más...

Y el semen se me escurría entre los dedos salpicando las sábanas como consecuencia de la tremenda paja que acababa de hacerme... mientras Mariella dormía plácidamente en su cama ajena a mis desvaríos fantasiosos sobre su anatomía...

Sí... Así era realmente...

Y en fin, no tuve más remedio que volver a mi triste realidad y mientras me recuperaba y me calmaba decidí no seguir soñando despierto con las curvas de mi hermana... al menos por el momento.

Es que después de tanta acción estaba realmente agotado, y la modorra del sueño finalmente terminó por vencerme y dominar mi cuerpo. Cerré mis ojos... y envuelto en la nebulosa todavía seguía fantaseando con que algún día podría concretar mis deseos con Mariella.​
 

heranlu

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Se acercaba el Año Nuevo y yo continuaba desvariando y cada día más ojeroso debido a mis crecientes actividades manuales estimuladas por el cuerpo tibio de mi hermanita durmiendo plácidamente a mi lado cada noche... cama de por medio.

De seguir así terminaría internado, completamente enloquecido y con una urgente dosis de vitaminas para reponerme...

Mariella, indiferente a mis deseos secretos se paseaba todo el día distraídamente por la casa contorneándose y yo seguía acechante el movimiento felino de sus curvas casi al alcance de mis manos sin perderme detalles. El calor del verano aumentaba la temperatura y mi candente tortura, las minifaldas y shorts y las ínfimas remeritas que usaba descubrían más de lo que ocultaban y mostraban sugerentes los contornos redondeados y su piel ahora dorada por el sol, untada en cremas y oliendo a aceite bronceador, a esencias paradisíacas... a perfume de hembra en celo.

Me moría por rozarla siquiera... tocarla... arrinconarla contra la pared y manosearla toda dando rienda suelta a mi calentura...

Algo tenía que hacer. Mi mente pensaba afiebrada y elaboraba planes locos de conquista y dominación de todo ese terreno salvaje... y ya explorado por otros adelantados...

Tal vez si consiguiera una de las píldoras que la abuela usaba para dormir... y la durmiera... tendría mi fiesta privada...

Y me empujaba solo a concretar mis ideas... para al final reconocer que no tendría el valor de llevarlas a cabo y terminaba consolándome solo en el baño o espiando por la noche a Mariella entre las sábanas...



Un buen día acabábamos de almorzar en familia cuando sonó el teléfono. Era Alejandra, una amiga y compañera de clases de mi hermana... y también el llamado de la suerte y la lotería de la oportunidad que por primera vez en la vida me guiñaba el ojo y me invitaba a no dejar pasar la gran ocasión de hacer realidad mis sueños...

Fue como un escozor premonitorio, un sentir que debía hacerlo sin saber bien porqué, no sé si sólo por el simple motivo de celar a mi hermana y averiguar tal vez con quién saldría esa noche... y con quién compartiría la cama lo que me hizo levantar con cuidado el otro teléfono y escuchar atento la conversación que mantenían...

- Y qué vas a ponerte?-

Hummm, ... no sé... el mini blanco con botas...-

Y bla, bla... bla...-

Qué divertido! Escuchar a dos mujeres hablando de ropa... estuvieron como media hora con el mismo tema hasta dejarme el oído hastiado. Ya colgaba el auricular aburrido cuando el tono de la conversación tomó inesperadamente un camino mucho más interesante e intenso...

Y tengo que aprovechar estos días porque después voy a estar estudiando para rendir... -

Le comentaba Alejandra a mi hermana con evidente tono fastidiado.

Matemáticas y química?? Eso no es problema, dile a los profes que eres mi amiga y listo... te aprueban seguro... Sií, no estoy bromeando... los conozco bien... muy bien... –

Ese tono del "muy bien" en la voz de Mariella me hizo acelerar el pulso de un golpe, ahora era la gata bien putita la que hablaba... y también su actitud, apoyándose mimosa contra el marco de la puerta mientras jugaba con el cable del teléfono enrollándolo en sus dedos, como si recordara haber tenido juguetes más interesantes y placenteros entre manos...

Y si se ponen en duros... solo recuérdales de mi parte lo lindo que están en las fotos... –

Fotos... Fotos...FOTOS...FOTOS!!!!

Palabra mágica que retumbó en mi mente mientras mi corazón galopaba excitado casi tanto que no me dejaba escuchar ¡

Sí, claro que las tengo bien guardadas... y no les convendría que se vieran haciéndole esas cositas a una inocente alumnita como yo... ja!

Por qué crees que me aprobaron??... Porque me probaron!!... sí, la verdad que si

quieres me sacrifico de nuevo... hummm... la idea me tienta..ja! -

Qué perra y linda hermanita que tengo!!! Entonces era verdad, la muy puta se había acostado con ellos para no rendir!!!

Y dónde habría puesto esas fotos?? Si yo las consiguiera... Mariella no iba a querer que mis padres se enteraran de lo que era capaz su linda princesita... la tendría en mis manos, a mis pies, yo rey.. y ella mi esclava! Y le haría lo que se me antojara!!

Esa sola idea me excitó tanto que se me puso dura ahí mismo, disimuladamente enfilé para el baño para aliviar mis ideas... y de pasada por el comedor hundí mis ojos en el escote provocativo que mostraba las tremendas tetas de mi hermana húmedas de sudor... Pronto se las podría chupar, estrujar... hacerme una paja con ellas si se me antojaba...

Deleitándome con esa perspectiva me encerré apurado y me di rienda suelta a dos manos para bajar mi presión láctea...

Dónde estarían??

Durante dos días busqué entre las ropas y cosas que mi hermana había llevado a mi habitación.

No estaban allí.

Tal vez un archivo en la computadora?

No, Mariella no se inclinaba por la informática precisamente.

Pero dónde? Donde diablos las guardó!!

Aprovechando que mis padres y los abuelos conversaban en el patio y mi hermana había salido entré a su habitación dispuesto a hallar el gran tesoro. Revolví todo apurado y temeroso de que me descubrieran, y al mismo tiempo tratando de dejar los cajones ordenados de la misma forma para no despertar sospechas.

Nada. Ni rastros. Ni en el ropero, ni en la cómoda, tampoco en el armario...

Sólo quedaba un estante contra la pared que Mariella usaba como biblioteca, con libros de poemas que nunca leía y juntaban polvo y... EUREKA. Se hizo la luz. Allí estaban, mirándome cómplices y esperando ser abiertos: Matemática y Química de sexto. Los dos únicos libros del colegio que se veían, casi nuevos, impecables, sin uso... claro! no eran necesarios!

Temblando abrí el primero, lo hojeé y nada, estaba vacío... tomé el restante, apostando todo a Química... igual de vacío! Maldición!!

Desesperado volví a las Matemáticas entre imprecaciones, lo sacudí para confirmar que no tenía nada!! Y furioso lo arrojé al piso, estuve a punto de patearlo de bronca dándome a todos los diablos...

Más al levantarlo resignado para volver a acomodarlo en el estante, el forro de la cubierta sujeto con una cinta se desprendió... dejando caer de su interior una cascada de colores, que se desparramaron sobre la alfombra... imágenes impactantes que me enmudecieron y maravillaron al mismo tiempo... no podía dar crédito a mis ojos! Y casi me infarto allí mismo contemplándolas!!

Verdaderamente no podía creer lo que veía.

Eran fotos pequeñas como las de una cámara instantánea...

Y Mariella estaba en ellas... mi hermanita...

Yo sabía que le gustaba tener sexo... pero aquello sobrepasaba todo lo que podía imaginarme!!

Se la veía en poses que ni sabía que existían, entregándose a dos tipos... no!... eran tres, otro debió tomar las fotos!!

Los cuerpos de los hombres se entremezclaban alrededor de mi hermana como si fueran una jauría de machos alzados... y la muy perra se dejaba servir con gusto, se le notaba en la cara... incitándolos a tomarla... atragantada chupando con ardor las pijotas... mientras otros se la metían... poniéndose en cuatro... completamente abierta ofreciéndose como en mis sueños! Solo que estas vergas eran reales y bien gruesas y se las estaban enterrando sin compasión... le daban por adelante y... por el culo y a ella le encantaba... y pedía más... En otra foto dos la penetraban al mismo tiempo... tenía dos hombres adentro... no podía ser! Y ella se la mamaba al tercero!​


Y en otras la leche le chorreaba entre las nalgas brotando de su ano dilatado... y por la vagina... y por la boca...y por la cara... y la zorra se la tragaba relamiéndose... saboreando el semen... completamente ida y desbocada por la fiesta de sexo... que tremenda puta que era mi Mariella!​


Y contra más puta... mejor.

Mejor serían mis cartas en esta mano que estaba por jugar.

El premio valía la pena.

Esa noche mi hermana salió con su amiga, enfundada en el vestido mini de color blanco... podía apostar que debajo no tenía nada, bastaba ver como se le translucían sus pezones y el triángulo oscuro bajo el pubis... apenas le cubría las nalgas... a la perra le gustaba mostrar bien la mercadería. Yo la había estado mirado absorto todo el día... veía sus labios moviéndose mientras hablaba y gesticulaba y se me superponían las imágenes de las fotos con la leche escurriéndosele de la boca... esa carita de nena inocente bañada en semen... pidiendo más con los ojitos de puta... Me producía un estado de erección y excitación permanente que me volvía loco.​


Me quedé toda la noche esperando que regresara, contemplando sus fotos con el miembro rígido que me pedía a gritos descargarse... Pero no, quería conservar todas mis fuerzas y cada gota de leche para dársela a mi hermanita... de todas las formas posibles.

Esperé y esperé...

Y esperé tanto que al final me quedé dormido y no sentí cuando llegó.

Al despertarme a la mañana Mariella estaba tendida en su cama, completamente rendida tras la noche de juerga y ni siquiera se había quitado la ropa.

Estaba extenuada de tener sexo seguramente...

Entonces mi madre me llamó a desayunar y tuve que levantarme y posponer mis planes momentáneamente.

Mi hermana siguió durmiendo, y yo no hallaba la hora de estar a solas con ella para comenzar con mi planificada y placentera extorsión.

Más tarde volví ansioso a mi habitación, Mariella estaba despertando y se desperezaba todavía somnolienta, y protestó cuando abrí la persiana y la luz detonó su resaca.

- Que haces, idiota!! –

Se retorció en la cama cubriéndose con la almohada, y yo aproveché para clavar mis ojos entre sus muslos, donde el corto vestidito se había levantado regalándome la visión de ese culo deseado... y haciendo que comenzara a ponerse rígido mi miembro...

- Tuviste una mala noche hermanita?-

- Eso es problema mío!!-

Me contentó con enfado... mientras yo pensaba como encarar el tema hacia lo único que me importaba: tenerla a mi servicio... y dije lo único que se ocurrió en ese momento:

- Con uno ó con dos?-

- Con uno ó dos que?? – preguntó extrañada

- Digo... que con cuántos lo hiciste... anoche... -

Estaba tan nervioso que tartamudeaba tratando de sonar seguro en mis palabras.

- Estás loco ó qué ¿? Que estupidez estás preguntando?!! – ahora estaba furiosa...

Tragué saliva... ya no podía echarme atrás...

Si lo hiciste... anoche..con uno o con cuántos... como en las fotos... -

Y sacándola del bolsillo dejé que viera una de mis cartas ganadoras...

Su mirada se dilató y el rostro le cambió paulatinamente pasando de la sorpresa y el estupor de saberse descubierta al verde encendido de sus ojos dominados por la furia cegadora...

¡¡Maldito entrometido!! Quién te mandó a hurgar en mis cosas!!! –

Quiso arrancármela de la mano y abofetearme en el mismo movimiento...

Luego se detuvo mirándome con odio. Estaba roja de la furia y respiraba agitada. En ese momento, a pesar de la situación casi fuera de control por su reacción... solo pude ver como subían y bajaban sus pechos inquietos...

¡Cuanto?! – preguntó de golpe – Cuánto va a costarme tu silencio basura !!

Me quedé mudo, con la garganta seca sin que me salieran las palabras... ¡cómo decirle lo que quería? Que mi interés no era dinero precisamente... sino... la quería a ella!!

No me animaba siquiera a sugerirlo... con su mirada fulminándome... lo más probable era que me saltara encima como una leona enfurecida!!

Todavía en silencio bajé la vista sin atreverme a seguir sosteniendo su mirada, sólo para caer nuevamente en la tentación de la delgada tela del vestido que parecía pintado y sus lechosas tetas apenas cubiertas... y los pezones sobresaliendo... y su cintura estrecha marcando la curva de sus caderas...y más abajo su vientre chato guiándome a más profundos placeres...

Creo que balbuceé algo sin sentido, pero mi boca entreabierta solo dejó caer una gota de baba...

- ¡Maldito pajero!! Quién te crees que soy!!!-

No hizo falta que dijera nada, Mariella lo había visto en mi mirada al contemplarla y en el bulto en mi pantalón y ya se había dado cuenta de lo que quería!

- ¡¡ Asqueroso!! Basura!! Maldito degenerado!!!-

Ahora estaba completamente sacada y tuve que cubrirme de sus golpes. Se me vino encima y me fue llevando a empellones hacia la puerta!

- Maldito pajero!! Crees que no te escucho por las noches sacudiéndotela en la cama!! Y mirándome las tetas y el culo todo el día!! Y ahora que quieres?! Que yo te haga una paja!! Dale a la manito solo, y si quieres mostrar las fotos a los papis no me importa!! Ya soy grande para acostarme con cuanto macho se me de la jodida gana!!!!!! -

Y sacándome al pasillo me cerró un portazo en la cara sin dejarme ni siquiera decir algo!

Me quedé parado sin saber que hacer. Inmóvil y petrificado.

¿Y ahora qué hago?



Si le cuento a mis padres lo más probable es que les de un ataque... y a los abuelos... ni pensarlo! Y ella lo sabe bien, sabe que me voy a callar!

Todo mi plan se me vino abajo pulverizado en un instante...

Me envolvió la desazón... y quedé abatido, sin nada en las manos, además mi situación estaba peor que antes: no tenía a Mariella, no tenía como manejarla, ella sabía que era un pajero... y que ella era el motivo de mis pajas! Tierra trágame!!

Nunca más podría volver a mirarla, me moriría de la vergüenza...

Ya podía imaginarme a mi hermana de allí en más... sólo que ahora no sería desnuda, sino riéndose a carcajadas, mirándome con desprecio como a un pedazo de basura con su sonrisa burlona.​
 

heranlu

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Mariella ni me hablaba, no me dirigía la más mínima palabra y simplemente me ignoraba como si yo no existiera. En ocasiones sólo me cruzaba miradas fulminantes, taladrándome con sus ojos de hielo, creía poder ver en su brillo reflejarse el rencor y el desprecio hacia mi persona...

Yo estaba completamente amargado, me sentía una verdadera porquería humana y deseaba que los días pasaran velozmente para que mi hermana partiera de una vez a la capital a comenzar la universidad y así poder respirar tranquilo y retomar la calma. No soportaba más esta situación de agobio.

Esa noche era Año Nuevo y la cena y el brindis en familia fue un acontecimiento de lo más embarazoso que recuerdo en años.

Dieron las doce y todos comenzamos a abrazarnos y saludarnos levantando las copas entre deseos de felicidades con mis padres y los abuelos... y cuando vi a Mariella se me hizo un nudo en la garganta... ¿qué hago ahora??

Más mi hermanita como si leyera la duda en mis pensamientos y supongo que mi cara asustada se me acercó con total desenvoltura... y me dio un beso!

Para los demás fue un inocente saludo entre hermanos... para mí fue un latigazo que me recorrió entero.

...Feliz Año Nuevo hermanito... –

La voz de Mariella sonó muy dulce cuando depositaba un beso suave y por demás sensual en mi mejilla con sus labios carnosos... Me puse rojo al instante! Y luego acercándose aún más y envolviéndome con su perfume casi me susurró al oído... suavemente, con ese tono de gata putita que me enloquecía...

...Que se cumplan TODOS tus deseos... –

Y se me apretujó frotándose juguetona al mismo tiempo asegurándose que yo sintiera contra mi brazo la presión de sus pechos firmes y tibios, dejándome percibir por unos segundos la rugosidad de sus pezones a través de la tela... para luego apartarse bruscamente con una sonrisita burlona en su rostro...

La muy perra me usaba para su propia diversión, jugaba conmigo y disfrutaba humillándome!!



Luego se despidió de todos para irse de juerga con sus amigos... seguramente comenzaría el año enfiestada en la cama y brindando con mucha leche...

Verdaderamente se había arreglado y pintado como para la guerra, con un par de líneas negras delineaba sus ojos verdes de tigresa, el cabello lacio recogido resaltaba más su rostro de bebota fatal... y también supongo que era más práctico para evitar las salpicaduras del semen que de seguro se tragaría... con el pequeño top rosa que apenas le cubría el bamboleo de las tetas sin sostén y el jean calzado a presión en su tremendo culo estaba lista para una buena cosecha de vergas... creo que hasta al abuelo le tembló la mandíbula al ver las curvas de su nietita... y en lo terrible hembra que se había transformado!!​




Esa noche me quedé acostado y solo en la habitación imaginándome lo bien que lo estaría pasando mi hermanita.

Era casi la madrugada cuando pude ver entre sueños la luz de un auto que iluminaba el cuarto y me llamó la atención que estacionaran detrás de la casa, normalmente a Mariella la dejaban en la puerta del frente... pero pensándolo bien en este lugar estaban más discretos y lejos de la mirada de mis padres, tal vez mi hermanita no quería que la vieran acompañada... aunque desde mi ventana el panorama era perfecto...

Me puse a espiar a través de la persiana...

Efectivamente, era ella...

Y estaba con un hombre... podía distinguir bien el interior del automóvil y ver como se besaban con fervor, el tipo enloquecido de calentura la tenía aferrada del rostro mientras le hundía la lengua en la boca y mi hermana se retorcía incitándolo... entonces comenzó a manosearla con lascivia, le sobaba los pechos por sobre la ropa para después levantarle la remera hasta el cuello... Mariella se recostó contra el asiento mientras el tipo se lanzaba sobre sus tetas desnudas chupándoselas hambriento y ella lo tomaba de los cabellos guiándolo de un pezón al otro...

Mi pija ya era un caño endurecida de excitación contemplando el espectáculo... viendo como gozaba la perra de mi hermana jadeando de gusto ante la mamada que le estaban dando... entonces como si ella supiera lo que me estaba provocando... giró su cara hacia la ventana, mirándome directamente con esa sonrisa de burla...

¡Dios!! Sabía bien que la estaba viendo!! Lo estaba haciendo a propósito para enloquecerme!!

Sin dejar de mirarme siguió sonriendo malévola... para después levantar la cabeza del tipo que baboseaba sus senos y echarlo hacia atrás... entonces se arrodilló en el asiento, con la cola parada hacia la puerta y su rostro hundido directamente frente a la bragueta del acompañante...

El hombre se sacudió de gusto y abrió la boca gozando... sintiendo como los labios de mi hermanita se atragantaban saboreando su miembro... yo hasta podía imaginarme lo que sentía el desgraciado afortunado... aunque solo divisaba la cabeza de Mariella subiendo y bajando rítmicamente entre sus piernas... entregada con frenesí a la doble tarea de succión... y humillación a mi persona, mostrándome descaradamente de lo que era capaz y lo que yo nunca tendría.

Sentí tanta frustración y bronca que me aparté de la ventana.

Fue en ese momento que oí un portazo... y unos insultos... me asomé de nuevo sorprendido y encontré a Mariella ingresando a la casa apresurada por el jardín y al tipo fuera del auto, tendido de rodillas en la acera, al parecer había trastabillado con los pantalones bajos... y estaba alcoholizado. A duras penas pudo subir de nuevo al coche y arrancar violentamente haciendo eses...

¿Qué habría pasado??

Me quedé en la cama, esperando un tiempo que se me hizo eterno a que llegara mi hermana y ver que pasaba.

Mariella entró al cuarto y encendió la luz, yo simulaba que dormía y estaba de espaldas expectante sin mover un músculo...

-No te hagas el dormido hermanito... –

Su voz resonó demasiado fuerte y burlona, y con un canturreo algo extraño... como una risita sarcástica... Luego sentí que se acercaba... y mi cama crujió cuando ella se sentó a mi lado y se apretó contra mi cuerpo...

¿Ya te hiciste la pajita?... te la hiciste espiando por la ventanita hermanito?? Ja!!... Te gustó lo que viste... Hummm... me parece que siiii!! –

Me habló al oído riéndose descontrolada... y allí me di cuenta por su aliento... estaba tomada, borracha como una cuba, olía a whisky y tal vez hasta se había fumado algo...

Yo no contestaba, sin saber que hacer luego de mi última mala experiencia cuando Mariella estaba sobria... y si ahora pasada de copas reaccionaba en peor forma y me armaba un escándalo con mis padres y los abuelos en la casa?? Estaba duro y tenso, petrificado...

Hummm... parece que te comieron la lengua los ratones... Y tu ratoncito?? Se te puso duro espiando a tu hermanita?? Hummm... pobrecito... debe haber soltado mucha lechita, no?? Ja!

No era eso lo que querías, verme cogiendo, ver lo bien puta que soy... ja! ja!!

O no? A ver... a ver... Humm... no siento olor a leche... y sí, yo de eso entiendo

bien... Hummm... te estás aguantando pajerito??

O ya no se te para?... debe ser eso. Sí... esta es noche de pajeros!! Todos iguales!

¡¡Hombres!!... son un montón de idiotas impotentes!!... malditos maricones...

montón de pajeros!! -

Se levantó ofuscada protestando y se dejó caer en su cama tirando las botas por el aire...

Creí entender lo que había sucedido. Sería eso? Al parecer su galán automovilista había sufrido un percance de pija caída esa noche dejándola con las ganas! Bien merecido lo tenía por puta, pensé sonriéndome por dentro.

Hermanito... hermanito... hiujuuu! ...no me vas a hablar??-

Seguía insistiendo Mariella entre burlas y vahos del alcohol...

Hermanito... hermanito... mirame... vamos!... me estoy sacando la ropita... toda la

ropita... –

Ahh! Tragué saliva al oírla decir eso... sólo estaba provocándome? Si yo me daba vuelta para mirarla no recibiría un golpe de desprecio por respuesta??

En ese momento recordé lo que decían en el colegio: "con dos tragos se pone como una perra y se deja hacer lo que quieras..." ¿Sería verdad??

Después de todo la tenía allí, a solas, completamente borracha y con la calentura del auto acumulada... sería posible?... la oportunidad estaría al alcance de mi mano??

Vamos hermanito... hermanito... no quieres verme?... –

Respiré profundo, conté hasta tres para darme ánimo... y me quedé quieto... el cuerpo no me respondía para darme vuelta! Tal eran mis nervios!!

La escuché reír nuevamente...

Y tomando coraje desde lo más profundo logré moverme! Giré mi cabeza hacia su lado como si recién me despertara y no me interesara demasiado su propuesta...

Hummm... sinvergüenza... te hacías el dormido, no?...

Se reía mirándome...

Y yo no pude dejar de mirarla también. Estaba borracha y sin embargo hermosa, tentadora y ofreciéndose provocativa como en las fotos, pasándose la lengua por los labios... el alcohol la hacía perder toda inhibición y soltar su naturaleza de hembra encelada, ardiente... deseosa... y esta noche todavía insatisfecha...

No estaba agresiva. Todo lo contrario, se encontraba reclinada sobre la almohada apoyada en el respaldo de la cama... sus ojos de gata fijos en mi cara como jugando con un ratoncillo antes de devorarlo... y con los brazos cruzados sobre sus pechos... levantándoselos aún más... tremendas tetas cuya sola visión me hizo olvidar todo mis temores y dudas...



Que pase lo que tenga que pasar, pensé mientras me sentaba en el borde de mi cama frente a ella.

Ahh!! Te gustó la idea, no?...- y soltó una risotada que temí que la escucharan mis padres

El nene pícaro y sinvergüenza quiere ver a su hermanita... sacándome la ropita... desnudita... ja! –

Se rió de nuevo y por un momento pensé que me dejaría así como un tonto... muriéndome de la ansiedad. Sólo que mi corazón comenzó a golpetear con más fuerza al observar sus manos...

Sus pulgares estaban comenzando a moverse... suavemente... se estaba acariciando sola los pechos... la yema de sus dedos recorría en un movimiento circular lento y sin pausa sus pezones, se tocaba haciéndolos endurecer, se veía asomar sus formas como dos cerezas bajo la tela... se tocaba y me seguía mirando fijo... Me sentí morir.

...Te gusta?...quieres ver más... yo también... -

Estaba azorado y no entendí al principio. Hasta que su vista bajó de mi cara y me indicó el bulto en mi entrepierna... con la excitación de tener a mi hermana enfrente mi slip era ya una carpa con el puntal pidiendo libertad a gritos...

Ahora pajeate... hermanito... quiero ver que lo hagas para mí... –

Su voz sonó imperativa... me estaba incitando a obedecerla... y me estaba dando inspiración... sus manos ya jugaban con sus pechos acariciándoselos por debajo de la remera... levantándola casi hasta el límite donde me mostraba la base firme de sus tremendas tetas y el borde de los oscuros círculos que hacían que mi boca se inundara de saliva imaginando saborearlos...

Tenia que vencer mi natural timidez y darle con el gusto... pero antes de decidirme a mostrar mi pija endurecida... mi miembro solo tomó la iniciativa y decidió actuar motivado por los pechos de Mariella... y escapándose en un sacudón por la abertura de mi ropa interior se irguió libre en toda magnitud, dejando escapar la cabezota morada e hinchada a más no poder como nunca la había visto en una descomunal erección...

Una descarga de adrenalina me recorrió por el cuerpo y acabó en una oleada de calor intenso con los restos de mi pudor. Ahora sí, allí la tenía, exhibiéndome en todo mi deseo... gruesa, venosa, mi pija cabeceaba sacudiéndose mostrando a mi hermana el ardor y la atracción animal que sentía por ella.

Y Mariella miraba fijo el tamaño de mi verga sorprendida y admirada midiéndola con sus ojos, y no pudo evitar morderse de deseo los labios... tenía ese brillo de perra en celo en la mirada... y estaba sorprendida y complacida con lo que había descubierto... se estaba dejando llevar por su propia lujuria... que aumentaba la temperatura de su cuerpo... y el mío al verla. Más aún al contemplar como respiraba excitada... y seguía acariciándose y apretándose los pechos levantando su remera... cada vez más... cada vez más... hasta dejar la tela apretujada a la altura de los hombros... y los senos sólo cubiertos por sus manos... Se los exprimían con lujuria y deleite, apretándolos y amasándolos con placer creciente, juntándolos y formando entre ellos un canal de apetitosa carne tibia cuya visión me llevaba a la locura... Ahh!​


Y por instantes entre sus dedos se asomaban erguidos y desafiantes las formas de sus oscuros pezones... los rozaba con la yema de los dedos... y se los pellizcaba aumentando su placer y suspirando... cada vez más fuerte. Y no dejaba de mirarme... su cara de gata caliente estaba fija en mi verga... entonces mi hermana, mi puta y apetecida hermana, llevada por su propio placer... bajó el cierre de su jean y metiendo la mano entre sus piernas comenzó a tocarse... no llevaba bragas, y casi pude sentir el aroma soñado de su sexo... sus dedos largos se perdían entre la humedad estimulando su placer creciente, aumentando el ardor de sus gemidos... hasta que extasiada por sus manoseos arqueó el lomo como una gata mimosa... y mientras se retorcía de gusto levantó los brazos sobre su cabeza... dejando ante mi ojos la imagen de sus tetas como melones maduros meciéndose al ritmo de su respiración agitada... y su entrepierna casi desnuda...

Era un sueño echo realidad... y casi por costumbre comencé a menearme la pija apuntándola directamente a esas mamas lechosas que me enloquecían...

Di un paso hacia ella a punto de perder el control...

Y Mariella todavía jugueteando conmigo me detuvo con sus piernas, apoyándolas en mi pecho... y mientras me miraba con esa carita insinuante de hembra dominadora... levantó las caderas y deslizó el jean hasta las rodillas en un rápido movimiento y elevando aún más los muslos dejó al descubierto los labios inflamados de su sexo húmedo y deseoso. Sentí el deseo de hundir mi cara en esa raja caliente, maravillosamente depilada y que invitaba a lamerla...​


Mi hermana entonces me rodeó con una pierna y me atrajo hacía sí, mimosa y ronroneante... a punto de devorarme.

Puso su mano sobre mi rodilla, subiendo sugestivamente por mi pierna acariciando mis vellos... entonces... Dios! iba a hacerlo! Sus uñas de gata me rozaban apenas siguiendo el camino hacia de mi tremenda erección... La yema de sus dedos me recorrieron suavemente, palpando el calor del miembro desde la base, sintiendo el latido fuerte de la sangre a punto de explotar en las venas inflamadas... hasta llegar a la cabezota amoratada y palpitante de deseo...

Me sentí morir... Ahh! El suave tacto del extremo de sus dedos recorriendo con provocativa suavidad mi glande inflamado era una tortura, deliberadamente jugaba con mis ansias mientras extendía las gotas cristalinas que brotaban de la punta untándome la cabeza de la vergota a punto de estallar... Ahh! Era demasiado para mi calentura acumulada y mi inexperiencia!

En mis sueños yo la poseía durante horas... más ese suave contacto fue suficiente para detonar mis ganas contenidas... y aunque traté de aguantar lo más posible... me corrí en el acto...

Un borbotón de semen saltó de mi miembro salpicando su mano y sus piernas... la cabeza del miembro se sacudía escupiendo leche y yo entre espasmos pensaba que lo había arruinado todo... ahora se burlaría de mí!

Pero evidentemente no conocía del todo a mi hermana.

Lejos de ofenderse por mi chanchada el sentir el semen tibio derramarse en su piel la excitó todavía más, me aferró con fuerza la verga estrujándomela con ansia... pajeándome, ordeñándome con avidez, sacudiéndome la pijota hasta sacarme la última gota de leche...

Mi semen se volcaba inundando la palma de su mano... y corría entre sus dedos, formando un hilo goteante sobre el dorso... Entonces... siempre mirándome con esa cara de puta maravillosa... como haciéndome conocer el inicio a placeres que superarían mis mejores sueños se llevó la mano hacia el rostro y abriendo los labios carnosos recogió con el extremo de su lengua la gota cristalina... probándola, saboreándola golosa... para después lamer como una beba hambrienta los coágulos de semen espeso que llenaban el hueco de su mano... hasta dejarla completamente limpia..

v
Y ya enloquecida y emputecida por completo, descontrolada de lujuria... arrodillándose en el suelo se lanzó contra el bocado principal, atenazando con su boca el extremo de mi verga que aún goteaba leche... chupando, succionando con fervor, bebiendo el néctar espeso hasta dejarme seco... mis piernas literalmente temblaban de goce ante esa placentera y paradisíaca sensación nunca experimentada... estaba metiendo mi miembro en la boca de mi hermana, como en mis sueños, solo que yo no la obligaba, era ella la que deliciosamente me poseía... podía sentir la presión de sus labios sobre el tronco, adentro y afuera, en un compás delicioso, y su lengua lamiendo, sorbiendo, bañándome en saliva caliente y tragando hasta el último resto de mi esperma...​


Era tal efectiva su dedicación y tantas mis ganas de seguir probando que mi miembro siguió duro, erecto y deseoso...

Y ella también lo deseaba

Me atrajo hacia sí tironeando de mi pija hinchada mientras se recostaba en la alfombra atrayéndome contra su piel caliente mientras yo trataba de ubicarme un poco torpemente entre sus piernas para montarla y sentirla mi hembra hundiéndome en su cuerpo... ya tenía su boca... ahora la deseaba toda, cada centímetro de su piel... y cada rincón de su cuerpo debía ser mío



Más ella, como jugando me susurruró... no... todavía no... y guió mi cabeza entre sus pechos para que se los chupara... y yo loco por esas tetas me prendí con deleite a mamarlas, sobarlas, apretarlas llenándome las manos con su masa rebosante y firme, y mi boca se atoraba succionando con febril ansiedad sus pezones, duros y puntiagudos, mordisqueándolos y haciéndola gemir de lujurioso dolor, a la perra eso le gustaba... se retorcía toda cuando mis labios los apretaban saboreando y chupando con fuerza, como hambriento por ver brotar de ellos leche de hembra...

Eso la enardecía y su cuerpo pedía más... más...

Me tomó de los cabellos empujando mi cara hacia abajo... hacia el sur... en busca de mayores placeres... y nuevos sabores para mi lengua. Fui besando suavemente su piel que ardía, recorriendo su ombligo y su vientre chato con mis besos... pero ella quería más... y más... y me guiaba... y yo me dejaba guiar por sus manos y por el aroma creciente de su sexo que afiebrado pedía atención... hasta aplastar mi cara contra esa raja deliciosa empapada en los jugos del deseo, lamiéndola todo a lo largo, separando los pliegues con mi lengua y saboreando su flujo espeso como deliciosa miel...

Sorbía aquí y allá, aprendiendo de las reacciones de mi hermana y obedeciendo a sus gemidos... donde era el lugar exacto que la hacía estremecer y retorcerse... lamí su botón y todo su cuerpo se conmovió en espasmos, me abrazó con las piernas en mi espalda levantando sus caderas y fregándomelas por el rostro... mis manos la sujetaban en alto mientras mi boca la comía por completo... la devoraba extasiándola.

Mariella jadeaba de gusto en alocado ritmo al tiempo que llegaba al orgasmo... intenso... pleno... el estallido de placer se multiplicaba hasta dejarla casi inconsciente de tanto gozo.

Pero aún no satisfecha, todavía quería probar mi verga endurecida...

Y rodando me puso de espaldas sobre la alfombra, supongo que para no llamar la atención con el traqueteo de la cama... y montándose sobre mi cuerpo con sus piernas a cada lado de mi cintura acercó su rostro de gata mimosa a mi cara, su boca contra mi boca, sentí sus labios húmedos, su lengua enroscándose en mi lengua... y su sexo caliente y húmedo bañando mi miembro endurecido con la melosa miel de sus jugos... a medida que Mariella se empalaba en mi erección y su vagina ardiente apresaba y succionaba mi miembro llevándolo al mismísimo interior de su ser...​


Qué delicia! Traté de aferrarme de su cintura para empujar enloquecido con más fuerza, pero ella se soltó de mi abrazo hacia atrás y cerrando los ojos comenzó a cabalgarme, subiendo y bajando entre gemidos sobre mi pija, hundiéndosela hasta el fondo, y volviendo a subir para dejarse caer nuevamente y frotarse en círculos... me montaba como una amazona experta, cogiéndome con mayor fiereza a medida que aumentaba su placer... y yo me retorcía de gusto, estaba extasiado sintiendo el placer del candente interior de mi hermana que me sometía a esa deliciosa violación y debut sexual... tomé sus pechos que subían y bajaban provocándome con su bamboleo frente a mi rostro chupándoselos enloquecido... y Mariella entre suspiros de gozo se inclinó sin dejar de columpiarse apretando más sus tetas contra mi cara.

Entonces aproveché para tomarla de la cintura y bombearla con más fuerza levantando mi pija como un ariete, hundiéndosela sin piedad hasta el fondo... una y otra vez... mis manos recorrían la redondez de sus nalgas, disfrutando de la tersura de esas ancas propias de una yegua en celo que se retorcía de placer... mis dedos recorrieron esa zanja perfecta que les separaba... encontrando al centro el mismo pozo de los deseos... el ano de Mariella que exhalaba calor, ese soñado orificio que me invitaba... no soporté la tentación de tantear la entrada posterior de mi hermana y recorrerla con mis dedos, introduciéndoselos poco a poco... esperando su reacción...

Y lejos de molestarle sólo conseguí aumentar su excitación, claro! Si estaba acostumbrada y hasta se comía dos hombres a un tiempo!!... Se retorció de gusto y entusiasmado por mi descubrimiento separé sus nalgas con aprensión mientras le metía uno... dos..., tres dedos por el culo!

Ahora sí, mi hermana ahogaba grititos de placer mientras oscilaba las caderas acabando salvajemente y yo sentía que me moría... y abrazándola lamía y besaba su cara, su cuello mientras le pedía al oído: dame el culo, dame el culo hermanita... Dame el culo!!

Y Mariella como despertando de su orgasmo me contempló un instante con carita de sorprendida ante mi súplica lujuriosa y pervertida... para después sonreír complaciente con ese gesto en los labios que era mi delirio...

Y me besó despacio, lamiéndome la cara, susurrando apenas: ... Te lo ganaste, Hermanito...

Y desmontando de mi verga se subió a la cama... poniéndose en cuatro... como en mis sueños... ofreciéndose dispuesta a recibirme, la yegua mimosa se me entregaba para que la sirviera...​


Y enloquecido por esa panorámica vista de mi hermana complaciéndome... me puse de pie y allí mismo arremetí con todo llevando la cabezota hinchada y amoratada de mi pija lubricada por sus propios jugos contra la estrecha entrada... estaba tan caliente que parecía que no entraría, me resbalaba contra ese anillo oscuro que se resistía a ser penetrado...

Entonces Mariella estiró su mano y tomándome la pija la apoyó contra su ano y fue guiándome... mejor dicho me hizo quedar quieto mientras era ella la que arqueando el lomo llevaba la cola hacia atrás y se empalaba voluntariamente abriéndome el culo a todos mis deseos...​


Ahhh!! Que locura!! Casi pierdo el sentido sintiendo como su anillo apretaba mi verga mientras la devoraba!! Y luego de un solo envión se la incrustó hasta el fondo!! Que perra deliciosa!! Perdí toda mi compostura y tomándola de las caderas la bombeé como un poseído, penetrándola con todo mi ardor, enloquecido, haciéndola gritar y gritando también de gusto en una alocada carrera que nos llevaba al paroxismo!

Fueron dos o tres enviones, no más.. no soportaba más tanto placer... pero fue la acabada más gloriosa de mi vida y cerrando los ojos en ese instante podía ver las puertas del paraíso abriéndoseme... pero no era Mariella la que se abría a todos mis deseos!! Y al fin y al cabo para mí era lo mismo... me aferré a ella mordiéndola en el hombro completamente sacado mientras me desbordaba en borbotones de leche en su interior... la hacía gritar acabando nuevamente y nuestros gemidos y nuestros cuerpos se hacían uno solo unidos en la total demencia...

Quedé extenuado, sobre ella... mi miembro aún estaba en su interior... y creo que así nos dormimos...



Cuando desperté a la mañana pude sentir las voces de mis padres hablando en el patio.

El sol ya estaba alto.

Y Mariella?

Acaso todo había sido un sueño, otra de mis fantasías nocturnas??

No, Mariella estaba allí, apoyada en mi espalda... hermosa, maravillosa como solo puede verse una mujer luego de hacer el amor. Y con la luz del día se la veía todavía más increíblemente deseable... el solo rozar su piel tibia le provocó a mi miembro una erección que parecía no haberse saciado en toda la noche...

Comencé a recorrerla suavemente, disfrutando la suavidad y calidez de su cuerpo, acariciándola lentamente aprovechándome de su indefensión... parecía una muñeca perfecta creada para el placer, adorablemente dormida, una princesa de cuentos de hadas...

Besé sus pezones, recorriéndolos despacio con la lengua haciéndolos endurecer con el agradable tacto... Y Mi hermana acarició mis cabellos despertando...

Parecía una escena tan irreal, tan increíble de creer tan solo unas horas atrás...

Rodé ubicándome sobre ella, acomodándome entre sus piernas... la deseaba nuevamente, quería tenerla otra vez.

Más Mariella me contuvo...

No... no está bien... no está bien lo que hicimos- susurró en mis oídos mientras yo trataba de besarla.

Somos hermanos... no debimos hacerlo... –

Y hasta había un tono afligido en su voz... parecía que ya sin el efecto del alcohol se arrepentía de lo hecho al recobrar la cordura.

Acaso tendría que subir cada noche con un par de tragos a mi habitación para convencerla de compartir la cama?

No, esa no era mi hermana. Yo prefería la gata mimosa y no a esta niña de despertar consciente y maduro.

Todo era cuestión de llamar a la Mariella que me enloquecía... Y creía saber como invocarla...

Me acurruqué junto a ella como consintiéndola apesadumbrado por nuestro exceso nocturno, abrazándola tiernamente, comprensivo... casi angustiado y dándole la razón...

Solo para apoyarla distraídamente, haciéndole sentir poco a poco toda mi virilidad desatada entre el calor de sus nalgas... frotándosela suavemente... haciéndole recordar la locura de la noche pasada... y el buen uso y abuso que ella le había dado...

Estrujé suavemente su pecho al mismo tiempo... sintiendo acelerarse sus latidos...

- No... No... – gimió mi hermana débilmente y no muy convencida...

Shh... Shhh... no digas nada hermanita... sólo una vez... sólo una vez más... Sí ¿? –

No... nooo... ahhh... – el frote de mi pija la estaba derritiendo...

Me apreté más contra ella, pasando el miembro rígido entre sus piernas y dejando el glande henchido apuntando directamente en la entrada que ya comenzaba a humedecerse...

Mariella liberó un suspiro... sus defensas ya flaqueaban... Entonces se apartó de pronto y dudé que quisiera levantarse y salir corriendo.

Pero no... me sonrió con esa carita de bebota golosa que ya conocía y tendiéndose con las piernas abiertas me invitó a hacerlo...

Y lo hicimos como locos, con todo el fervor desatado... me abrazaba con sus piernas mientras me hundía en ella y nos besábamos lastimándonos los labios con toda la pasión prohibida entre hermanos... e ilimitada entre dos amantes...

Y entre gemidos y humedades, comenzamos el nuevo día despertando a esta nueva relación que nos unía... ahora profundamente...

Y por si fuera necesario ratificarla, mi hermanita como buena gata insaciable que era... viendo en mi cara que estaba a punto de estallar... tomó mi miembro tironeando de mi pijota hasta acomodarlo entre sus tetas, y me hizo una paja deliciosa con ellas, placer nunca superado por todas mis horas de habilidades manuales juntas!

Solo superado por el goce de sentir el cosquilleo de su lengua lamiendo la cabeza de mi verga... y sus ojos verdes, sus ojos de gata, con su mirada provocativa de putita golosa

pidiéndome la leche... que saltó a chorros directo a su cara salpicando sus mejillas y sus labios carnosos, corriendo por la comisura de su boca formando hilos de esperma caliente...​


semen para Mariella, para mi hermana, que ella tragaba relamiéndose y desayunándose con mi leche demostrándome todo lo deliciosamente puta y perra que era​
 
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