Marianita y su hermana ( amor filial)

pelusaalt

Virgen
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Ene 13, 2008
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(sigue del relato “Sexo con Marianita 1�)

Después de un baño en el que la Marianita me lavó la pija y yo el culito a ella, volvimos a la cama a chuponearnos. Después me tiró otra vez la goma y cuando estuvo dura se le sentó encima. Tuve un lapsus de cordura y pensé en ponerme un forro.

Pero esa concha maravillosa era para disfrutarla. Y a ella parecÃ*a no importarle y se la metÃ*a toda. Se frotaba el clÃ*toris contra los pendejos de mi pija y yo le chupaba las tetas.
-Mordémelos!

Me di cuenta que a la nena le gustaba el sexo medio duro. Le agarre el culo, aceleré el ritmo del bombeo y le chupé y mordÃ* los pezones. Acabó otra vez, y yo supe que se venÃ*a el mÃ*o. Además mi pija ya estaba cansada y si no acababa ahÃ* sabÃ*a que después me quedaba con las ganas.

-Te quiero acabar en esa boquita
-Daleee

Me paré sobre la cama. Ella estaba en cuclillas. Abrió la boca y le mandé la pija que brillaba con la acabada de ella. Se le comió toda. Después le hice chuparme los huevos y me pajié hasta acabar.
-AbrÃ* la boca y sacá la lenguita.

Obedeció. Le mandé dos chorros de leche y algunas gotitas. En vez de correr a escupir al baño como otras, se las tragó y siguió chupándome la pija.
-Ayy que lindoooo
-¿Te gustó?, preguntó ella con la boca empastada.
-Me encantó pendeja, sos divina
-Entonces en la semana venÃ*s a casa y lo repetimos.

Esto fue un jueves, en la semana nos cruzamos en el trabajo, hubo roces querendones. Estábamos los dos calientes, asÃ* que el miércoles me invitó a que fuera a la casa. Hasta entonces no sabÃ*a que la pendeja vivÃ*a con la hermana.

Cuando me abrió la puerta del depto (viven en un tres ambientes en Barrio Norte), vi que habÃ*a otra mina. Supuse que era una amiga y me dije “hoy no garchoâ€�. La pendeja pareció leer mi expresión y se apuró a decir que era la hermana y que estaba por salir.

-Ya me querés rajar pendeja,- protestó la hermana y se presentó.
-Hola, Caro.
-Maxi-, solté yo.
-Te conciné,- intervino Mariana para recaptar mi atención. En realidad no hacÃ*a falta. La hermana está buena, pero no tanto como ella.

Caro tiene 24 años (se llevan 6), la misma estatura, las tetas un poco más chicas, el culo un poco más grande y no tan paradito (igual es un buen culo), y no está tan linda de cara. Pero cualquiera le entrarÃ*a sin pensarlo.

-Comés con nosotros?, le pregunté a la hermana, haciéndome el caballero.
-No-, contestó,-ya me pasa a buscar mi novio y salimos.
Me senté en el ****** y charlamos un rato los tres. Como a los 15 minutos sonó el timbre, Caro se despidió y me quedé solo con Mariana.

La cena ya estaba lista pero yo preferÃ* ir de una al postre. Como habÃ*a pasado antes de los besos de lengua pasamos a la apretada de una.

Ella no llevaba corpiño y se le notaban los timbres parados. AsÃ* que le levanté la remera y le empecé a comer las tetas. Se las agarraba con las dos manos, las juntaba y pasaba de un pezón a otro con la lengua. Le encantó.

-Mirá como me pusiste-, me dijo mientras guiaba una mano mÃ*a por debajo de su calza negra hasta la conchita.
Estaba empapada.
-Dejame comerme esa argollita, le dije.

Me arrodille en el piso (ella sentada en el sillón), le bajé las calzas y tanguita negra, y le lamÃ* la concha. Estuve dando lengua un rato pero estaba incómodo, porque ella con las calzas todavÃ*a puestas no podÃ*a abrir mucho las piernas.

Entonces le pedÃ* que se pusiera en cuatro sobre el sillón y seguÃ* con lo mÃ*o. De paso le langüetié la cola. Cuando ya la tenÃ*a entregada pelé pija, jugué un rato yendo y viniendo por la raja de esa conchita depilada, y finalmente se la hundÃ* en la cachucha.

Su argolla parecÃ*a que me escupÃ*a la pija de lo mojada que estaba y pronto me habÃ*a empapado hasta los huevos. Ella habÃ*a dejado la cabeza apoyada en el respaldo del sofá y metÃ*a una mano entre sus piernas para tocarse y tocarme los huevos.

-Qué bien que me garchás!!!
El elogio sirvió para que siguiera dándole con ganas.
-Esa pija me vuelve loca!!!!
-Tu culo me vuelve loco, bebé,- mandé yo. Y le jugué con un dedo en el ojete.
-Dame, dame más por la concha, no me la saques.
-Te la voy a dejar hasta que me acabes toda.
-Un poquito más, dame, dame fuerte.

Le agarré fuerte ese culo divino y le dÃ*. Cinco minutos de pijazos y acabó a los gritos.
Se la saqué y le besé los cachetes. Me encantaban. Después me senté en el sillón y ella me besó.

-Vos no acabaste. Quiero que acabes.
Y se puso a chupármela. Me encantaba. Yo le acariciaba el culo y jugaba con un dedo en ese ojete.
-VenÃ*, sentate encima.

Se paró y amagó a sacarse las botinetas que llevaba todavÃ*a puestas y las calzas. Pero la giré y la senté asÃ* como venÃ*a, de espaldas a mi y con la ropa puesta, sobre mi pija. Se sentÃ*a bien apretadito. Su culo rebotaba sobre mi vientre y yo le amasaba las tetas.

-Te dije que me encanta tu pija?
-SÃ*, pero no me canso de escucharlo.
-Me encanta tu pija-, repitó y se reÃ*a.
-A mi me vuelve loco ese culo. Es lo más. Paráte que te lo quiero comer otra vez.
-En serio?, no, seguÃ*me cojiendo.
-Dale, paráte que te lo quiero comer.

Se paró. Le separé las nalgas y que metÃ* una chupada de orto.
-Ayyy, eso me encanta.
-Viste puta
-Si, soy tu puta.
-¿Sos mi puta?
-SÃ*
-Entonces abrÃ*te en culo y sentáte sobre esta chota

La puta ni discutió. Lo hizo despacio. Yo le miraba el culo embobado. Fue una experiencia visual para el oro. Con las dos manos se abrÃ*a el culo y se iba sentando hasta ensartarse la pija en el ojete mojado por mi saliva mientras yo sostenÃ*a la chota con la mano y la guiaba a su culo. Se clavó la cabeza.

-Qué lindo que es sentir la cabecita cuando entra,- le dije.
Entonces se levantó y despacio volvió a bajar hasta clavársela. Y después otra vez lo mismo. AsÃ*, con la pija apenas entrando, empezó a girar el culo. Qué placer!!!!

-Me encanta!!!,- largué yo.
-A mi también

Lentamente la chota iba entrando y los movimientos circulares del culo ayudaban a que el orto se abriera. Además lo tenÃ*a super transpirado y lubricadito por la chorreada de concha.

Cuando ya tenÃ*a media pija adentro y se habÃ*a cansado de danzar sobre mi pija se sentó toda. Arqueó la espalda. Tiró en culo para atrás y se clavó la poronga hasta el fondo. Tiró la cabeza para atrás, apretó las piernas y largó un suspiro.

-Acabaste bebé.
-Seeeeeee
-Entonces cabalgame y sacáme la leche que tengo los huevos que explotan.

Sin moverse demasiado pero con mucha cancha empezó a rebotar despacito sobre mi. Las nalgas me rodeaban la pija y el culo me exprimÃ*a. Duré dos minutos y le acabé con fuerza.

-Que lindoooo
-Seee, me encanta que me llenes la colita de leche.
-En serio?
-See

Mi pija largó otro chorro.
-Ayyy, siiiiii, asÃ*
Se quedó un rato, pero mi pija seguÃ*a dura aprisionada por su culo. Finalmente bajó un poco.
-Mejor voy al baño porque me está chorreando.
-A ver.

Se paró y me mostró el culo abriendo con una sola mano. Se veÃ*a algo de semen. Salté como un resorte, la enlacé con un brazo y dos de mis dedos de la otra mano fueron al ojete. Entraron sin problemas. Mientras le comÃ*a el cuelo, todo en un mismo segundo.

-Qué hijo de puta, como me calentás,- dijo ella.
Mis dedos resbalaban con mi propio semen. Pero lejos del asco lo disfrutaba. Me chupaba todo un huevo y a ella también.

Cuando sentÃ* que no se resistÃ*a bajé mi otra mano por delante hasta la concha y le acaricié los labios. Le fui distribuyendo la chorreada que emanaba de ese agujerito abierto y le empecé a hacer una paja mientras le cojia el culo con los dedos.

-Ya quiero que me la pongas de nuevo
-Vamos al cuarto.
-Vos andá y traé algo para tomar de la heladera.

Fui. Ella marchó al cuarto. Cuando la alcancé, estaba sobre la cama, ya en pelotas y con las patas abiertas, tocándose la concha. Me desnudé, subÃ* a la cama, y arrodillado le puse la pija a la altura de la boca. Entendió el mensaje sin problemas y me empezó a chupar la pija con la boca bien abierta y mucha lengua por todos lados.
Al rato se la sacó.

-Me encantó lo que me hiciste recién.
-Querés más?-, pregunté. No se para qué. La respuesta era obvia.
-Un poquito más.

Entonces se incorporó, y me desorientó que se estiró hasta la mesita de luz. Del cajón sacó un chiche y aceite de bebé. EntendÃ* todo en un segundo.
Ya habÃ*amos hablado de sexo y yo le habÃ*a contado que me encantaban los chiches y ella me habÃ*a confesado que tenÃ*a un vibro chiquito.

Sin decir nada se giró sobre la cama y se puso en cuatro con la cabeza en la almohada y el culo abierto mirándome.
-Metéme los deditos.
-PedÃ*melo de nuevo. DecÃ*me: papi metéme los deditos
-Metéme los deditos papi (y se rió)

Agarré el acite de bebé y le tiré un chorrito en el culo que se deslizó hasta el culo. Lo guié hacia adentro con el anular. Y al ver que el culo abierto pedÃ*a más, le mandé también el Ã*ndice. Ella se mordÃ*o el labio y largó un “mmmmmmâ€�.

Le trabajé el culo despacio, garchándola con los dedos, cuando los nudillos hubieron pasado sin trabajo, y empecé a mover los dedos dentro del culo como escarbando, ella agarró el consolador (era una pijita cilÃ*ndrica celeste de unos 12 centÃ*metros que vibraba) y se lo apoyó en el clÃ*toris. Flor de paja se dedicó la pendeja. Pero se la habÃ*a ganado. Y a mi me encantó verla acabar.

Después aproveché ese culo abierto y me la volvÃ* a empomar, cuando yo ya estaba por acabar ella se dio otra vez con el vibro y tuvo otro orgasmo.

-Me llenaste otra vez la cola.
-Si, mañana vas a cagar leche.
-Son un asqueroso
-Y te encanta
-Si me encanta

Nos dimos terrible chuponazo. Después comimos y vimos tele, y me fui para mi casa

continua...
 
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