María y su hijo

Andaveidile1

Virgen
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Sep 7, 2012
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Después de varias semanas decidí en mi día libre quedar con María en un parque cerca del bar, me lo estaba pasando muy bien con ella y con todas las demás, pero María me parecía especial por algún motivo que no sabía. Como siempre María venía elegantísima y creando morbo por donde fuera, era mirarla y ponerme a mil por hora. Dentro del parque había una zona con bares y algunas terrazas, decidimos sentarnos en la terraza para disfrutar del día que hacía. El camarero vino y como todo el mundo no quitaba los ojos de María, se colocó a su lado para mirar por el escote y dijo:
-Buenos días señores, ¿qué van a tomar ustedes? –a mi no me miraba.
-María, ¿tú que quieres?
-Un café con leche y sacarina, por favor –miró al camarero fijamente y este se puso colorado.
-Pues yo otro café con leche, gracias –el camarero ni me miró, dio media vuelta y se fue.
Mientras nos servían los cafés, por cierto otro camarero, mirábamos los alrededores de la terraza, hacíamos tiempo para que nos dejaran solos. No quería que nadie escuchara nuestra conversación.
-Bueno María, me gustaría saber algo más de ti, tus sueños eróticos, lo que te gustaría hacer… no se, dime algo –bebí un poco de café mientras ella miraba por si había monos a la costa.
-Mira J. tengo un hijo de 19 años, aunque soy su madre tengo que decir que es guapo inteligente y educado, ha sido muy difícil para mi educarle por que su padre murió siendo él un bebé, no lo conoció. Desde hacía tiempo noté que David, así se llama mi hijo, era un poco femenino, te explico –la voz de María era cálida y su tono de voz relajado, bebía un poco de café y miraba alrededor- una noche salí con una amiga al cine y a cenar por ahí, le dije que llegaría algo tarde esa misma noche, mi amiga había conocido a un señor de muy buen ver y nos lo queríamos follar las dos, y así fue, cuando llegué a casa eran más de las 4 de la madrugada. Como muchas veces entré en la habitación de Daniel para verle, entré con la iluminación de la luz del pasillo, al principio no me di cuenta, sería por que estaba pensando en la polla del tío ese y en los pechos de mi amiga, me había corrido tres veces y aún estaba caliente pero cuando mi vista se graduó a la luz ambiente vi que mi hijo estaba vestido con algo negro en los pies y que no eran calcetines, sus pies sobresalían un poco por fuera de la cama, levanté la sábana y vi que llevaba puestas unas medias de liguero mías, se que cuando está dormido no hay narices a despertarlo así que levanté la sábana del todo y vi que estaba vestido con un corpiño a juego, toda esta lencería es mía. Me dieron ganas de despertarlo y castigarle pero no pude, le tapé y salí de la habitación. Estuve en la cama sin poder dormir pensando en mi hijo, no me lo podía creer, decidí ir de nuevo y verlo con algo más de luz. Quité la sábana y en ese momento se dio media vuelta, quedaba boca arriba. Llevaba también unas braguitas con la apertura delantera y de ahí salía su polla, su padre no tenía ni la mitad que él, también observé que parte del corpiño estaba manchado de color blanquecino, mejor dicho, estaba muy manchado, tenía varias corridas… al verlo así me puse cachonda perdida, me imaginaba a mi amiga follándome por el culo con esa pedazo de polla –con sus palabras mi pantalón empezaba a ser una tienda de campaña- pero era mi hijo y eso no estaba bien, le tapé y me fui a mi habitación.
-¿Qué pasó? –pregunté mientras ella bebía un poco de su café dejando un rastro de carmín en el vaso.
-Me quedé dormida. Serían casi las once cuando desperté. Desayuné he hice las labores de casa, David se levantaba temprano para ir a estudiar al instituto. Entré en su cuarto y como siempre su cama hecha, su cesto de la ropa sucia detrás de la puerta, miré y no vi las prendas de anoche, ¿dónde estarán? Al pasar por su ordenador vi que estaba encendida una luz, al tocar el ratón la pantalla se encendió. Era una peli, suponía que era una de esas que se bajaba y luego algún día veíamos en el salón los dos solos, me equivoqué, salían unos travestis con unas enormes pollas follándose a unas tías cachondísimas, todas vestidas con lencería de lo más sexy que puedas imaginarte, estaba atrapada viendo esa peli y me estaba mojando de nuevo… le di al pause y salió sin querer otra peli, mi sorpresa fue cuando vi que la protagonista era yo en mi cama, estábamos mi amiga y yo pasándolo de miedo, subí el volumen un poco y escuché los gemidos de mi hijo, la cámara se movió en ese momento mostrando a mi hijo vestido de mujer y masturbándose, decía algo así… ven aquí puta, chúpame esta polla con tu boca de puta, mamá luego serás tu la que me la chupe y después te follaré ese coño sensacional que tienes mientras la zorra de tu amiga nos mira y se corre de placer… de su polla salió un chorro de semen manchando sus bragas y casi todo lo que había por el medio, de nuevo colocó la cámara y siguió grabando.
-¡Vaya con el niño! –comente con sarcasmo. ¿Lo pillaste en alguna?
-No, pero los dos sabemos lo que pasa y no pasamos de esa línea, a él le gusta que me lleve a alguien a casa para follar, se que aunque él no esté pone la cámara a grabar, también se que le gusta ponerse mi lencería después de que yo haya follado, le gusta sentir la humedad de los jugos en la ropa, luego la deja en mi cesto de ropa y ya está. Lo que hago desde hace tiempo es comprarme la lencería más sensual que hay para que se pueda vestir con ella, después él sin querer deja el ordenador encendido para que vea la grabación, así llevamos bastante tiempo. La verdad es que nos ponemos muy calientes y cachondos, solo pensamos en eso, por cierto la última grabación era espectacular, te comento –en ese mismo instante el camarero pasaba por ahí y los dos quedamos en silencio.
-¿Van a tomar algo más los señores? –dijo el camarero.
-No, tráigame la cuenta, pago y nos vamos a dar una vuelta, ¿te parece? –María asintió con su cabeza, me miró y dijo.
-En algún lugar te bajo tu tienda de campaña –reí- me gustaría aquí pero no es adecuado.
-Te tomo la palabra, después…
El camarero trajo la cuenta y yo pagué, nos levantamos y empezamos a caminar, afortunadamente no había mucho público y mi erección fue bajando, de nuevo María empezó a relatarme lo siguiente:
-Pues como te decía, en la grabación salía mi hijo desde el principio, llevaba puesto un corsé negro a juego con las últimas medias que compré y unas braguitas de encaje con unos lacitos que le quedaban muy bien, calzaba unos zapatos de tacón alto, míos también, empezaba a insinuarse bailando muy sexy, movió la cámara y vi que en el espejo de la puerta de su armario había colocado un consolador de silicona pegado y encima de la cama tenía otro consolador. Se colocó de rodillas y con su culo en pompa y así se metió esa polla en el culo, a la vez en su boca metió la otra polla, empezó a moverse como una loca y yo estaba como una perra viendo como se lo pasaba. Miraba a la cámara lascivamente, se había maquillado la cara y pintado los labios. Se colocó de pie y subió la polla colocada en el espejo hasta la altura de su polla, la sacó y empezó rozar la polla de silicona mientras se movía como si estuviese follando a alguna puta, su polla era enorme y de repente llegó su corrida, manchó todo el espejo, su ropa y hasta sus zapatos, dio media vuelta para ver la cámara y dijo mientras se seguía meneando su polla erecta, “quiero follarte y que me folles” . Me estaba tocando y sentía la necesidad de meterme una polla grande en mi coño, busqué algo y encontré una de las pollas que usaba en el video, la chupé y besé y después de un golpe la metí en el coño, mi corrida fue espectacular viendo de nuevo el video hasta el final.
- ¿Y qué ha cambiado desde entonces? –en ese momento se agarró de mi brazo.
- Seguimos como siempre, no nos atrevemos, lo sabemos pero ninguno da el paso –bajó la cabeza.
-Creo que tendré que hacer algo al respecto –me miró y sonrió.
Caminamos hasta una zona de poblada vegetación, había un puente, los dos tuvimos la misma idea. Mi erección era tremenda y ella se había colocado para que la diera por detrás, no dije nada, solo la levanté la falda, abrí con cuidado sus piernas y metí mi polla en su coño caliente, los dos aguantamos muy poco, estábamos salidos desde hacía tiempo, antes de correrme se puso de rodillas y se tragó todo mi semen, le gustaba que la diera con la polla en la cara y así hice. Quedamos para vernos otro día.
 
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