María su hijo y yo

Andaveidile1

Virgen
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Sep 7, 2012
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Después de que María me contara lo que pasaba con su hijo, decidí hacer algo. Quedé en el bar por la mañana del sábado con ellos dos, el muchacho no se imaginaba lo que le iba a pasar. Los sábados por lo general no tengo mucho trabajo, me dedico casi exclusivamente al mantenimiento y limpieza del bar, podíamos charlar tranquilamente los tres. Entraron y María destacaba como siempre, su hijo era calcado a su madre, sus ojos y su físico. Se sentaron y yo salí para atenderlos, ella me lo presentó.
-J. Este es mi hijo David, el señorito del que te he hablado en alguna ocasión –sonreía mientras él y yo estrechábamos la mano- ¿guapo verdad?
-Mamá no seas pesada –comentó riendo- siempre dice lo mismo.
-La verdad es que te pareces a ella en los ojos y casi en el físico, tu madre dice la verdad.
-Bueno muchas gracias, al final me lo voy a creer –rió.
-¿Queréis café?
-Dos, por favor, ya sabes como lo tomo yo, igual mi hijo.
No sabía si surtiría efecto el tocar a un hombre, de momento nada, esperaré un rato y haber que pasa. Serví los cafés en la mesa y entonces el muchacho me dijo:
-Pídeme lo que quieras y cuando quieras, como a mi madre –los dos asentaron con la cabeza.
-Ya lo doy por hecho David.
En ese momento entró mi ayudante, creía que no le tocaba este sábado trabajar, recordé que lo había cambiado por el siguiente, bajó al despacho para cambiarse de ropa, mientras tanto me acerqué a la mesa y en voz baja les dije:
-Tomaros el café tranquilamente, esta noche quiero veros en vuestra casa a los dos vestiditos de putas, quiero que seáis muy putas y si tenéis que comprar algo de ropa para la ocasión hacerlo, vamos a disfrutar los tres como nunca.
-Así estaremos esperándote.
Llegó la noche, durante todo el día había estado imaginando lo que haríamos. Entré en su casa y los dos estaban preparados, vestían de negro y casi seguro que María había maquillado a su hijo para que pareciera más mujer y más putita, zapatos de tacón alto, medias y ligueros, todo un alarde de lencería. En el sofá nos sentamos María y yo, delante de nosotros y de pie estaba David, se movía rítmicamente y con mucho morbo, notamos como debajo de esa braquita empezaba a asomar su polla, miré a María y con sus labios quería tocarla y metérsela en la boca, ella me miró y entonces…
-David ven y ponte enfrente de tu madre –dije con descaro- creo que tu madre te va a comer un poco esa polla que tienes.
Sin decir nada el muchacho se colocó delante de su madre y ésta agarró la polla de su hijo sin dejar de mirarlo, empezó muy despacio a tragársela, le agarraba de los huevos, la mamada subía de nivel, el chico embestía con la polla la boca de su madre y ella casi no la podía tragar…
-David fóllate a tu madre ahora mismo, rómpela el coño, enséñala quien manda ahora en la casa.
Sacó la polla de la boca de su madre y la dio un par de pollazos bien dados en la cara antes de ponerla a cuatro patas y dejar todos sus agujeros húmedos y calientes, yo mientras saqué mi polla para ver a quien me follaba primero, los dos miraban cuando empecé a meneármela, los tres estábamos excitadísimos.
-Mamá te estoy follando como a una puta, que culo mas sexi tienes, sigue así ahhhhhh, como me estás poniendo puta –María se movió hacia mi para hacerme una mamada, y ahora yo tenía la cabeza de María entre mis huevos y a ese chaval o mujercita dando por el culo a la puta de su madre- J. quiero chupártela como mi madre, quiero que me folles la boca como a esa puta, estoy muy caliente –sacaba su lengua para que viera como me la iba a comer.
-Los dos a la vez, María deja espacio a tu hijo y a chuparla los dos, venga…
Se pusieron los dos manos a la obra, primero uno y luego el otro, se miraban, se lamían sus labios…
-Mamá saca lo que hemos comprado.
Sin decir nada maría se levanto dejando a su hijo chuparme la polla, cogí su cabeza con fuerza y empecé a dominarle follando su boca, con una mano se masturbaba, no cabe duda de que le gustaba. De repente salió su madre de la habitación con un consolador colocado en la cintura y fue directamente a metérselo en el culo a su querido hijo, esto es lo que siempre habían querido y no se atrevían.
-ahhhhhh, mamá me has roto el culo –Chilló y miró a su madre- hay, sigue así y no pares ahora, fóllame como lo que soy mamá, ahhhhh…
Así estaba la situación, la mamá daba por el culo a su hijo y este se estaba comiendo mi polla, de repente David saco mi polla de su boca y mirando a su madre dijo:
-Mamá no aguanto más me voy a correr…
-María quiero que se corra en tu boca, date prisa –dije rápidamente.
De rodillas su madre mientras el chico metía su polla en la boca de mamá y ésta tragaba y tragaba todo el semen de su querido hijo, yo también estaba a punto de correrme, entonces David al verme a puntito se agachó a mi polla y se la metió en la boca, no pude aguantar más y empecé a correrme, mi semen brotaba en su boca y en la cara, de María y por la comisura de sus labios manaba el semen de su hijo, ahora se colocó ella junto con él y los dos empezaron a limpiarme bien la polla para que no se escapara ninguna gota, después los dos compartieron el semen que cada uno llevaba en su boca besándose y entrelazando sus viperinas lenguas húmedas. Descasamos los tres un rato juntos en el sofá, queríamos reponer fuerzas para seguir con la noche, esto acababa de empezar. Preparé algo de cena mientras ellos se aseaban un poco. Salieron vestidos de señoritas para cenar, creo que David tenía el sexo cambiado, era una mujercita guapa, ahora se encargaba su madre de que estuviese bien maquillada. Cenamos entre cómplices miradas. De postre algo dulce con nata. David se levantó y se colocó de rodillas delante de su madre por debajo de la mesa, yo me incliné un poco para ver mejor, él abrió las piernas de su madre y colocó algo de nata en el coño y empezó a dar lametazos a su clítoris, María echaba hacia atrás la cabeza mordiéndose los labios y gimiendo de placer, vi como se masturbaba David y esto me hizo levantar y sacarme la polla para meterla en la boca de María. Después de un rato el muchacho se levantó y colocó su polla junto a la mía en la boca de su madre, nuestras pollas se rozaban un poco, para mi esta experiencia era nueva, estábabamos muy calientes y excitados los tres, se acercó un poco más y sentí sus labios en los míos, sacó un poco la lengua y yo empecé a chuparla, después nos besamos, mi erección era brutal, aquello me empezaba a gustar, me daba mucho morbo. David se pegó a mi separando sus piernas un poco, sacó mi polla de la boca de su madre y la metió entre sus piernas , su madre se separó un poco con la silla, quería ver el espectáculo en primera fila mientras se tocaba el coño con avidez. El muchacho no paraba de moverse despacio llevando mi polla entre sus piernas, su polla estaba rozando mi vientre cuando en un movimiento las dos pollas se tocaron definitivamente, él suspiró y me abrazó con fuerza diciéndome al oído y mirando a su madre:
-Soy tu esclava, hazme lo que quieras pero dame mucho placer.
-Mira como está tu madre, necesita tu polla dentro y al mismo tiempo te follaré ese culo hasta que no puedas más –miramos los dos a su madre.
Él se colocó encima de su madre y empezó a follarla sin compasión, casi a la vez yo le cogí por las caderas, justo en ese momento me miró con cara de puta sacando lascivamente la lengua, así me invitaba a romperle ese culo estrecho de puta con mi polla, se retorció cuando se la metí pero continuó con el movimiento, teníamos una sincronización perfecta.
María estaba como loca disfrutando, se corrió varias veces y de nuevo nosotros dos, decidí corrernos en la boca de ella, nos colocamos uno a cada lado masturbándonos, María se tocaba los pechos con una mano y con la otra su coño chorreando líquidos maravillosos, fui yo quien se corrió antes, lo descargué todo en la boca y casi seguido el chaval, la dejamos la cara llena de semen, extenuados los tres decidimos descansar, yo me senté en una silla enfrente de ellos, los dos se quedaron tumbados besándose y limpiándose todos los jugos, me miraban con morbo para excitarme de nuevo, me gustaba lo que estaba viendo pero en ese momento no pude tener otra erección, decidí sentarme enfrente de ellos mirándolos, con el tiempo se quedaron dormidos abrazados el uno al otro, el sofá era muy grande así que me coloqué al lado de María, nos quedamos dormidos hasta bien pasada la noche, después nos fuimos a una cama los tres. Estábamos rotos de cansancio pero un polvo mañanero nunca viene mal.
 
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