Maria mi Esposa 1

heroher

Virgen
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Jul 31, 2012
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Lo que voy a relataros comenzó en verano en Empuriabrava donde pasamos las vacaciones. A mí me gusta que mi mujer vista un poco provocativa y siempre sin ropa interior, además en verano lleva el coño completamente depilado.
Pues bien, todas las noches íbamos a un pub que hay en la zona de marcha de dicha urbanización, a mi mujer María, cuando entrábamos siempre la miraban, pues aunque no es muy alta tiene un buen cuerpo y en verano con la poca ropa que se pone esta para mojar pan, allí un día conocimos a Juan, un chico agradable, simpático y algo atlético, enseguida congeniamos los tres, aunque nosotros nos hicimos pasar por amigos que veraneábamos juntos..
A los pocos días cuando ya había más confianza comencé a notar que cada vez que nos despedíamos al besar a mi mujer en la mejilla ponía su mano en el culo de ella acercándola para sí. Como vio que ni María ni yo decíamos nada se fue haciendo cada vez más osado.
Un día, para matar el aburrimiento, mientras tomábamos copas en una mesa que estaba al fondo del bar Juan propuso jugar a prendas para divertirnos. Nadie se opuso. Pronto las pruebas inocentes pasaron a ser pruebas menos inocentes, cuando a ella le toco besarlo la primera vez lo hizo con un breve beso en los labios, pero la siguiente ya fue un largo beso en la boca. Yo no dije nada pues me excitaba ver hasta donde mi mujer era capaz de llegar en ese juego.
Llevábamos rato jugando cuando fui al lavabo, al volver me quede de piedra, Juan y María estaban besándose frenéticamente al tiempo que él tenia su mano debajo de la corta falda de mi mujer. Al verme se separaron y ella intenta balbucear alguna excusa sin éxito.
"Va Pedro - me dijo Juan - María había perdido y estaba pagando su prenda", en mi interior, aquella escena me había excitado pues más de una vez habíamos fantaseado mi mujer y yo con realizar un trío.
Me senté, pero en lugar de continuar con el juego, Juan se puso a besar a mi esposa mientras le metía mano, ella le correspondía con efusión, palpando su paquete, mientras yo le tocaba sus magníficos pechos. Pronto Juan y yo besábamos a mi mujer al tiempo que metíamos nuestros dedos en su chorreante coño.
María estaba fuera de sí, nos besaba a ambos mientras con sus manos buscaba nuestras pollas, ella estaba tan caliente que no tardo en musitar
"¿Porque no vamos a otro sitio más discreto?", Juan dijo "vamos a mi apartamento que esta aquí cerca". Nos levantamos y fuimos a su casa. Por el camino mi esposa iba en medio agarrada a nosotros dos mientras iba intercambiando besos.
Nada más entrar en el apartamento Juan agarro a María por la cintura y comenzó a besarla en la boca, el cuello, mientras su mano le levantaba la falda y la sujetaba por las nalgas, ella le correspondió sobándole el paquete que ya se entreveía a través del pantalón.
No tardo María en quedar completamente desnuda, Juan le besaba los pechos y ella le iba desabrochando el pantalón, en cuanto tuvo el pene en su mano se agacho y comenzó a mamárselo. Mientras yo miraba atónito como mi mujer le mamaba la polla a un tío delante de mí. Y he de confesar que me gustaba lo que estaba sucediendo.
Juan tumba a María en el sofá y comenzó a meterle la lengua en el coño, yo que no aguantaba más me desnude y le puse mi polla en su boca. Ella gemía de placer pues le encanta que le coman el chocho. Luego pusimos a cuatro patas a María así yo la follaba por el coño mientras Juan se la follaba por la boca, nos intercambiamos varias veces hasta que Juan se sentó en el sofá y mi esposa encima de su verga. Comenzó a cabalgar como una experta amazona mientras me gritaba "¡follame por el culo, cabron, follame!", me acerque por detrás y lentamente la empale. Ella se puso a jadear, gritar mientras nos insultaba "¿folladme cabrones, soy vuestra puta, quiero que me folleis toda la noche, hasta reventar, más, más!".
Con algunos descansos, estuvimos hasta el amanecer follandonos a mi esposa, cuando regresamos a nuestro hotel María y yo apenas hablamos de lo sucedido.
Estuvimos varios días sin ir por el pub, pues aunque María había visitado otras camas cuando éramos novios, o sea me había puesto los cuernos, es más, entonces descubrí que lo que más la excitaba era que la obligaran sexualmente, de hecho más de una vez me había confesado, ya casados, que una fantasía suya era que la violase un grupo de depravados.
Lo que comenzó a levantar mis sospechas, de que algo estaba cambiando en ella, fue un día que estábamos en una cala de Cadaques, ella se puso a tomar el sol desnuda y como a mí no me gusta tomar el sol me fui de excursión por las rocas del cabo de Creus.
Estaba lejos cuando mire hacia donde estaba mi mujer con los prismáticos y cual no fue mi sorpresa la ver que un individuo de aspecto nórdico le estaba poniendo crema en la espalda, o eso me pareció en un primer momento pues enseguida vi que su mano estaba en la entrepierna de ella, el culo de María subía y bajaba cada vez mas deprisa debido al masaje que le estaban dando en el clítoris.
Vi como la mano de María acariciaba, por encima del bañador, el aparato del tipo ese, ella se gira y se besaron para irse al poco hacia una zona de rocas que quedaba más discreto.
Yo, más mosqueado que nunca, me dirigí hacia una zona desde donde ver que pasaba, cuando llegue ella ya estaba cabalgando encima de ese tipo y vi como un segundo individuo la estaba besando mientras con la mano le tocaba los pechos. Ella le mamaba la polla.
Me puse a correr hacia allí, pero dada la orografía del terreno cuando llegue ya solo estaba ella. Le dije lo que había visto y ella solo me respondió "No sé lo que me ha pasado, pero me puso tan caliente que no pude reprimirme, además el otro día lo hice con Juan y no dijiste nada".
Pasados unos días, cuando volvimos Juan nos pregunto de inmediato si estábamos molestos por lo sucedido días atrás, mi mujer y yo le respondimos al unísono que no. Él estaba con un grupo de amigos a los que nos presento. Nos sentamos y pedimos unas bebidas, al rato uno de los amigos de Juan me dijo de ir a jugar al sótano al billar. Cuando acabamos la partida y volví a la mesa cual fue mi sorpresa al ver que no había nadie, estuve esperando durante más de una hora y harto y cabreado de esperar me fui al hotel.
María llego al amanecer y al verme despierto y con cara de pocos amigos me dijo "¿Cómo es que no has venido?"
"Eso digo yo, ¿cómo es que no me esperasteis?" Respondí.
"Es que Juan me dijo que luego vendrías".
"Y bien ¿dónde has estado?" Pregunte en tono cabreado.
"En casa de Juan con todos sus amigos".
"¿Y que es lo que hiciste?" Insistí.
"Nada" respondió ella, "nada seguro que no, puesto que estuviste toda la noche, te lo repito por última vez ¿qué paso?"
"Pues nada más llegar - comenzó ella - Juan y otro, que se llama Carlos, me desnudaron mientras llenaban mi cuerpo con sus besos, mientras los otros miraban al tiempo que gritaban - cómele el chocho - Carlos se agacho y poniendo una de mis piernas encima de su hombro introdujo su lengua en mí chorreante clítoris mientras Juan y yo nos besábamos enroscando nuestras lenguas. Pronto note como unas manos separaban mis nalgas y una lengua me hurgaba en mi culo, era otro de los muchachos que se había unido a la fiesta."
Yo estaba cada vez más cabreado, pero también más excitado al oír el relato de mi mujer, así que le dije "Sigue, ¿qué más paso?"
"Luego me llevaron al sofá donde se sentaron dos de ellos obligándome a chuparles la polla, mientras los otros me metían sus lenguas en el culo y el clítoris. Luego me senté encima de la polla de Juan mientras Carlos me enculaba y los demás me daban sus penes para que se los chupara. Cuando ambos se corrieron uno que se llama Pedro me agarro por los pelos y poniéndome de rodillas me obligo a limpiarles los penes a Juan y Carlos, cuando estuvieron sin una gota de semen me puso en pie y levantando unas de mis piernas me penetro mientras unos de sus compañeros hacia lo mismo por mi culo"
"O sea, puta, que te estuvieron follando toda la noche ¿verdad?" Le pregunte, ella me dijo que si, que había sido satisfecha sexualmente como nunca jamás antes y que si no me gustaba pues que me jodiera.
Después de eso estuvimos varios días sin apenas hablarnos y sin salir por las noches, pero lo cierto es que cada vez que pensaba en lo sucedido e imaginarme a mi esposa follando y disfrutando me ponía el pene duro como una piedra.
Al llegar el fin de semana nos encontramos a Juan en la playa, nos pidió disculpas por lo pasado y nos invito esa noche a cenar en un buen restaurante de la zona.
A las nueve y media llegamos al sitio donde Juan nos esperaba, se besaron mi mujer y él, lo cual aprovecho para susurrarle al oído, y que yo oí, que como lo había pasado en su casa, ella con un gesto cariñoso le dijo: maravilloso.

La cena transcurrió de lo más normal, al finalizar y salir al parking Juan pregunto "¿Dónde vamos?", "Di tu algún sitio, puesto que eres de aquí" contesto mi mujer.
"¿Qué os parece ir a un showgirls que hay cerca?"
"Oh sí, que no he estado nunca" exclamó mi mujer.
Así que nos dirigimos hacia el local en cuestión. Nada más entrar me di cuenta que Juan era cliente habitual del local pues no paraba de saludar a porteros y camareras.
En eso que se acerco una señora de unos 45 años de muy buen ver, iba vestida con una falda corta y un body apretado que le marcaba unos magníficos pechos, Juan nos presento a Ana como la encargada del local, nos besamos a modo de saludo y nos llevo a un sofá cercano a la barra donde nos invito a tomar algo.
En la barra había dos chicas estupendas bailando a los sones de la música, Juan le pregunto a mi mujer "¿Qué te parece María?", Ella respondió "no esta mal, subir ahí y menearse es fácil, eso hasta lo hago yo".
"¿Bien quieres ser tú la protagonista del próximo espectáculo?, ¿No te rajaras?" "No, claro que no, si ellas pueden yo también" respondió ella. María, cuando se la picaba era más chula que nadie.
Juan llama a la encargada y le contó su propuesta, Ana miro a mi mujer y le dijo "¿estas segura que quieres salir tu? Y sin consultarme se fue con Ana y yo me quede atónito, no podía creer lo que ella iba a realizar.
Mientras Ana, Juan y yo tomábamos una copa esperando pronto salió a la barra, he de confesar que estaba buenísima, iba con una tanga y un tops minúsculos, calzaba unas botas de lycra por encima de las rodillas. El espectáculo comenzó, al son de la música iba contoneándose alrededor de la barra mientras iba tentando al personal. Sus manos se acariciaban las tetas, el coño. Lentamente iba deshaciéndose de la poca ropa que llevaba, primero el top, más tarde el tanga y como colofón se puso a jugar con un consolador que fue introduciéndose en su vagina y su boca, luego lo pasaba al publico para que fuera este el que se lo introducía.
Cuando finalizo su espectáculo Juan me dejo con una excusa, al ver la tardanza de mi esposa me dirigí a la encargada para preguntarle por María, ella me sonrío y me dijo ven.
Me llevo a una habitación medio oscura llena de pantallas de televisión, cerro la puerta y me dijo "¿quieres saber donde esta tu amiga?"
"Si" respondí.
"Siéntate aquí" al tiempo que encendía una de las pantallas. Cual fue mi sorpresa al ver a mi mujer en una habitación con dos hombres, ella iba vestida solo con unas botas altas por encima de la rodilla, ella se contorneaba alrededor de los dos machos, al tiempo que acariciaba sus penes, uno de los hombre cogió a mi mujer por la cintura y la beso al tiempo que le acariciaba los senos, el otro le había levantado una pierna y apartando la tanga le lamía el clítoris, ella cerraba los ojos de placer. El macho que la besaba saco su pene y se lo introdujo en la boca, mi esposa se trago la descomunal verga hasta el fondo, comenzando un vaivén lento al principio, pero cada vez más rápido como si su boca fuera su clítoris.
Yo estaba atónito, estaba viendo a mi mujer con dos desconocidos y estaba claro que se la iban a follar. Aquella escena me había puesto a mil, mi polla estaba dura como una piedra. Ana me la toco y sin darme tiempo a reaccionar ya estaba en su boca. Su lenta mamada y el morbo de ver a mi esposa como era montada en ese momento era mas de lo que podía aguantar, pronto me corrí en la boca de Ana. Mientras mi mujer era follada y sodomizada en ese momento, Ana me miro y sonriendo me dijo:
"Esa no es amiga tuya cabron, ¡es tu mujer!, Pero que cabron que eres, así que te gusta ver como se follan a tu mujer ¿eh?". Ana se puso a reír y se fue.
Por la pantalla vi como en ese momento los dos tipos se corrían en la boca de mi mujer y ella no desperdiciaba ni una gota de semen.
Cuando regreso a la mesa, ella no dijo nada, solamente pregunto si nos había gustado el espectáculo. Como era tarde nos fuimos.
Al día siguiente ella me insistió en volver al local argumentando que había quedado allí con Ana y Juan, no sospechaba yo que lo sucedido la noche anterior era el principio de una situación que no iba a poder controlar y que para mi desgracia yo mismo había propiciado.
Como os imaginareis aquella noche se lo monto con más de un tipo. Al poco de llegar la perdí de vista, así que me puse a buscarla, pues el local estaba bastante lleno, al cabo de un rato la vi en la barra besándose con un apuesto joven el cual le metía mano por debajo de la falda, que era bastante corta, me sentí confuso al verla con otro en publico así que volví a la mesa.
Pronto apareció Ana la cual me pregunto, con recochineo, por mi amiga, pues ella ya sabia que María era mi mujer. Le dije que la última vez que la vi estaba en la barra (omití los detalles). Ella me mira y me dijo ven que veras donde esta.
Ana me llevo a la sala que ya conocía, allí en el monitor estaba mi mujer con el tipo de la barra, Ana pulsa una tecla y del techo bajo una pantalla gigante, ahora podía ver a la puta de mi mujer en "cinemascope y estéreo". Ana se fue, no sin decirme al oído "disfruta mamón, mira bien como se follan a la zorra de tu amiga", remarcando lo de amiga.
María le estaba mamando la verga al hombre, este la cogía por los pelos al tiempo que le decía "chupa, chupa zorra", cuando tuvo el pene duro la tumbo en la cama, se puso un preservativo y le dijo a mi mujer "enséñame tu culo, putita, vas a saber lo que encular" le echo saliva en el ano y la enculo. María soltó un grito de dolor que pronto cambio por gemidos de placer.
El hombre la estuvo enculando en esa posición un buen rato, luego se sentó al borde de la cama y ella hizo lo mismo encima de su pene. Vi como la polla salía y entraba con fuerza del culo de mi esposa, ella gritaba "más, mas fuerte, más, necesito otra polla", cuando pareció que se iba a correr cogió a María la puso de rodillas en el suelo y le metió su verga en la boca de mi esposa y sujetándole la cabeza para que no pudiera zafarse hizo varios movimientos como si la boca de María fuera su clítoris. Se corrió completamente dentro de la misma, de las comisuras le salía el semen. Saco su polla y le dijo "límpiala bien con tu lengua".
No sabia que hacer, yo estaba muy caliente de verla follar como una puta, pero no podía soportar él sentirme engañado así. Por suerte era él ultimo día de vacaciones puesto que al día siguiente volvíamos a Barcelona. Lo que no sospechaba era que en Barcelona la cosa iba a ir a más, mucho más. Nunca creí que su pasión por el sexo llegara a esos extremos.

Ya en Barcelona, las primeras semanas transcurrieron de lo más normal, quizás la excepción era que mi mujer iba más caliente.
Puesto que no teníamos problemas económicos María quería salir todas las noches a cenar y evidentemente después tenia que haber sexo, pues sino para ella la noche no era completa.
A las pocas semanas ya no deseaba salir tanto, alegaba que estaba cansada, yo a este cambio de comportamiento no le di importancia hasta que fuimos a una importante fiesta en una finca cercana a Barcelona.
Para la fiesta, María vestía un vestido largo con un generoso escote, realmente estaba para comérsela. Después de la cena hubo baile, María se fue a bailar y yo me quede en la mesa charlando con otros invitados. Eran cerca de las dos de la madrugada cuando me puse a buscar a mi mujer para irnos a casa pues yo estaba cansado.
Como no la encontraba le pregunte a la anfitriona si había visto a María, me dijo que si, que la había visto con un grupo de invitados cerca de la piscina.
Al llegar allí vi que no había nadie e iba a marcharme cuando oí unas voces que venían de una parte del jardín muy tupida y oscura. Me acerque sigilosamente, casi me desmayo de la impresión. Allí estaba mi mujer con tres invitados, habían cogido una tumbona de la piscina, María estaba siendo penetrada por todos sus agujeros, uno de los hombre estaba echado sobre la tumbona, mi mujer cabalgaba encima de su polla mientras un segundo por detrás la enculaba vigorosamente y el tercero le metía y sacaba su polla por la boca como si fuera una segunda vagina.
Me tuve que apoyar en un árbol para no desfallecer, ver a mi María jadeando como una posesa era más de lo que podía soportar, cuando los cuatro acabaron por correrse ella les tomo una a una sus pollas y les limpio hasta la ultima gota de semen, luego se vistieron y volvieron a la fiesta como si nada hubiera sucedido.
Cuándo me encontré con mi mujer le pregunte "¿Que tal lo has pasado?"
"Bien, muy bien" me respondió. Evidentemente no me dijo nada de lo sucedido ni yo le comente lo que había visto.
Al llegar a casa yo iba tan caliente, la escena que presencia me había puesto a mil, que nada más cerrar la puerta le arranque el vestido la apoye en el sofá y sin darle tiempo a nada se la metí por el culo, se la estuve metiendo un buen rato y cuando estuve a punto de correrme la agarre por los pelos y me corrí es su cara.
Al día siguiente decidí seguir a mi mujer, pues como comprenderéis comencé a sospechar y cual fue mi sorpresa cuando la vi entrar en una conocida sauna de la parte alta de Barcelona. Espere fuera a que saliera lo cual no sucedió hasta casi cinco horas después.
Al llegar a casa le dije a mi mujer todo lo que había visto en las ultimas 48 horas y que quería una explicación convincente.
María comenzó su relato
"Veras, tu te acuerdas de Ana la que conocimos en Empuriabrava" "si, me acuerdo" respondí yo.
"Pues grabo en vídeo todo lo que allí paso y hace unos meses me llamo a casa con una excusa y quedamos en un piso que tiene en la calle Enrique Granados. Una vez llegue estuvo muy amable, pero en un momento dado me puso un trozo de la cinta, yo me quede atónita de ver lo que Ana había hecho. A continuación, entra palabras agradables de lo estupenda que yo era, me chantajeo, me dijo que si no trabajaba para ella como chica de compañía haría correr la cinta por toda Barcelona. Como compraderas me asuste y acabe cediendo pensando que podría librarme de ella."
La mire a los ojos y le dije "¿desde cuando trabajas de chica de compañía? Y ¿con cuantos hombres has estado? ¿eh?" mi tono era de cabreo.
Ella continuo con su relato "Hace cinco meses que trabajo para ella voy de lunes a viernes por las tardes, alguna mañana y alguna que otra noche en las que te decía que salía a trabajar con los del despacho".
"Bien ¿y con cuantos has estado?" Insistí.
"Pues no lo se" continuo ella "pero vamos cada día un promedio de cuatro o cinco.
Yo la mire y le dije en tono brusco " tu lo que eres es una puta".
"¿Y los tres que te estaban follando en la fiesta quienes eran?" le pregunte
"Eran clientes que por mala suerte me habían reconocido y que para que no organizaran ningún escándalo tuve que ceder a sus amenazas" me dijo.
Yo le pregunte "¿A quienes tienes de clientes conocidos?" se hizo el silencio, volví a repetirle la pregunta y al ver ella que yo me estaba poniendo nervioso me dijo "no te enfadaras, me lo juras"
"Te lo juro", la verdad es que no debía que haber jurado nada, pues lo que me contó me dejo helado.
María prosiguió con su relato después de jurarle varias veces que no me enfadaría.
"Veras" comenzó suave y pausada, como pensando cada una de las palabras que salían de su boca, "me acuesto con dos tipos de personas, mejor con tres. El primer grupo son a los que se lo hago gratis, el segundo son los clientes que pagan bien en la sauna, en el piso o con salidas de hotel, y el tercer grupo, que también pagan, son las despedidas de soltero o las convenciones y ferias".
Yo estaba atónito. "Bien, dime quienes son los del primer grupo, dame un ejemplo con pelos y señales" le dije.
"Bueno, si no te importa comenzare por el segundo grupo. Estos son básicamente gente que viene de negocios a Barcelona, uno de ellos es directivo de una importante empresa de Madrid, los hay también extranjeros. Del segundo grupo pues hay de todo, en las despedidas de soltero son todo chicos jóvenes y en las ferias y congresos son gente de mediana edad"
"¿Y en las despedidas lo haces con el novio?" Pregunte ingenuo de mí.
"A veces si, a veces no" respondió. "¿Qué quieres decir con ello?" Pregunte.
"Pues eso, que a veces solo follo con el novio y a veces con todos, según va"
¿Y en las ferias que también te lo montas con todos?"
"Pues a veces si, sobre todo si están bien dotados" me contesto ella cada vez más segura de sí.
"¿Y que pasa con el grupo que no paga?"
"Pues esos por un motivo u otro no pagan" me dijo. Yo insistí "¿Y porque no pagan?"
Volví a insistir al ver que no quería responder. Al fin dijo "Pues por que saben que me dedico a esto y me chantajean. O se lo hago gratis siempre que ellos quieran o bien se lo cuentan a todas mis amistades y familia"
"¿Y bien quienes son estos?"
"Déjalo ya" contesto. "No, ¿quiénes son?" Insistí.
"No te va a gustar"
"Me es igual, quiero saber quienes son los que te chantajean" le dije.
"Mi ginecólogo, cada vez que voy a la consulta me folla por el culo".
"¿Quiénes más? Vamos".
"Pedro, el marido de mi hermana, una vez me tope con él a la salida de la sauna y como no es tonto enseguida comprendió a lo que me dedicaba. Dos o tres veces a la semana voy a su despacho donde follamos como locos puesto que conmigo hace todo lo que no puede con mi hermana. Y en las reuniones familiares me hace sentar a su lado y me obliga a quitarme las bragas para meterme mano por debajo de la mesa, le excita hacerlo delante de todos". Hizo una pausa.
"También me folla mi jefe todas las mañanas, aunque lo que más le gusta es que se la mame y luego correrse en mi boca, obligándome a tragarme su semen".
"¿Cómo es que tu jefe sabe que eres una puta?" Le pregunte.
"Una tarde vino al club con dos clientes y no pude evitar que me viera, así que no sé lo penso dos veces y me escogió a mí, pues como sabes siempre me ha tirado los tejos, lo malo es que los tres quisieron follar conmigo, y ya te imaginaras que llenaron todos mis agujeros de semen. Cuando acabaron mi jefe me obligo a salir a cenar esa noche con él."

Yo no daba crédito a lo que oía. "¿Y cuando paso eso, y que hiciste?". Pregunte.
"Aquella noche que te dije que salía a cenar con los compañeros del despacho y que llegue a las 7 de la mañana".
"Bien ¿Y que paso?". Yo cada vez estaba más caliente, cuanto más me contaba más morbo sentía.
"Me hizo ir sin ropa interior a un restaurante de moda, sin ningún tipo de rubor me metió mano en mis partes durante toda la cena, al principio estaba incomoda pero pronto el morbo de la situación me excito, notaba mi coñó húmedo, de hecho cuando acabamos la cena mis fluidos resbalaban por mi entrepierna. Luego al salir fuimos a un bar musical que esta al lado de un hotel en la parte alta, el cual estaba lleno de chicas de alterne. Allí estuvimos tomando una copa al tiempo que me besaba y me tocaba mi clítoris. Luego se fue a la barra, vi como se ponía a hablar con un señor alto y apuesto al rato vinieron los dos, mi jefe me lo presento como Carlos, este se sentó a mi lado y apenas cinco minutos después me estaba metiendo mano. Yo estaba atónita, mi jefe se trae un desconocido y este no para de meterme mano".
Hizo una pausa y continuo.
"A eso de las dos nos fuimos los tres a un hotel, en ese momento me imaginaba que lo que querían era montar un trío pero lo que sucedió fue mucho más de lo que podía imaginarme. En el coche mi jefe saco una bolsa del maletero y me dijo que me pusiera la ropa que había en ella. Cuando me puse toda la ropa me di cuenta que iba vestida como una puta barata. Botas por encima de la rodilla y con tacón de aguja, minifalda y una blusa prácticamente transparente, evidentemente sin ropa interior".
"¿Pero tu jefe que se piensa? Mañana te despides" le dije.
"Te despides tu, pues mi trabajo me gusta".
"¿Qué trabajo, el de secretaria o el de puta?" Le pregunte irónicamente.
"Ambos, ¿Quieres que continúe o ya tienes bastante morbo?".
"Continua".
"Al entrar en el hotel de esa guisa creí morirme de vergüenza, los pocos empleados me miraban de arriba abajo y cuchicheaban entre ellos. Ya en el ascensor Carlos, que cada vez era más grosero, me levanto la falda por detrás y me metió su dedo en el culo. Cuando llegamos al piso al salir del ascensor mi jefe me quito la falda y tuve que recorrer el pasillo con mi coño al aire. Tenia miedo de que pasase alguien en ese momento.
Ya en la habitación, Carlos me cogió y me esposo las manos a la espalda mientras mi jefe colocaba una cámara de vídeo para grabarlo todo. Me arrodillaron y me obligaron a chuparles sus pollas hasta que ambos se corrieron en mi boca obligándome a tragarlo, la enorme cantidad de semen me salía por las comisuras de los labios. Luego mi jefe me desata y me dijo que les volviera a poner duras sus pollas, lo cual no me costo demasiado. Mi jefe se echo en la cama y me ordeno que montase encima de su verga cuando la tuve dentro de mi Carlos me la metió en la boca y cuando la tuvo lubrificada se puso detrás y me empalo. Me estuvieron follando y enculado durante cerca de dos horas. Luego oí como llamaban al servicio de habitaciones, cuando llamaron a la puerta mi jefe me ato las manos a la espalda mientras Carlos fue a abrir.
Oí como le decía algo al camarero, este entro, se acerco a mi y me manoseo al tiempo que soltaba todo tipo de palabras soeces sobre mi a los otros, que vaya putita tenían y cosas por el estilo. El camarero se quita los pantalones mientras Carlos me agarro por lo pelos y poniéndome de rodillas me hizo chuparle la polla al camarero, cuando este la tuvo dura me pusieron con el pecho apoyado en la cama, entonces note como una polla se metía de golpe en mi culo, era el camarero, este gritaba 'te gusta zorra verdad, te gusta que te enculen', mientras mi jefe y Carlos le decían 'venga más fuerte, que esa puta se entere bien'.
Cuando el camarero se corrió en mi culo se vistió y se fue, Carlos volvió a cogerme y me llevo al baño. Me hicieron entrar en el jacuzzi, me colocaron de rodillas y sin darme tiempo a reaccionar los dos se mearon encima mio, los muy cabrones. Me duche y me dejaron en casa".
Yo no salía de mi asombro, mi mujer había caído en lo más bajo y a punto estuve de darle una torta, pero me contuve, quería saber más, el morbo era más fuerte que mi cabreo.
"Y bien, ¿no hay más conocidos?" Pregunte.
Yo estaba cada vez más cabreado y cornudo. Ella continuo con su relato, pero esta vez algo llorosa
"Mi padre"
"¿Cómo que tu padre?" Pregunte atónito.
"Sí, mi padre. ¿Crees que me resulta divertido?" Respondió medio llorosa.
"A ver, cuéntame" le dije intentando calmarla, aunque en realidad el morbo del incesto era lo que me tentaba.
"Un día Ana me llamo y me dijo que tenia un cliente muy importante y que este quería algo especial. Lo especial para Ana era el sexo anal. Me dijo que dicho cliente iría al piso de Enrique Granados a eso de las seis de la tarde y añadió que no tuviera prisa por terminar, que ya pasaríamos cuentas.
Cuando llego me avisaron y salí al salón a recibirlo al ver que era mi progenitor casi me desmayo, él también se quedo cortado, Puri, la recepcionista, al ver la situación dijo - algún problema, señor -. Mi padre hábilmente le dijo que no, que todo estaba perfecto. Yo no podía imaginarme que él 'todo estaba perfecto' era que mi padre siempre me había deseado y ahora tenia la oportunidad de dar rienda suelta a sus más ocultas perversiones sexuales. Una vez en la habitación me dijo un escueto 'bien guapa, chúpamela', yo me quede quieta sin saber que hacer, al fin al cabo era mi padre.
Él volvió a insistir 'he pagado para que hagas lo que yo quiera, así que empieza o tendré que llamar a Ana' se saco su pene y me ordeno 'chúpala ya, puta' yo la tome y con vergüenza me la metí poco a poco en la boca, cuando estuvo dura me puso contra la pared y me ordeno 'separa tus nalgas, zorra' y en esa posición me dio por el culo hasta que se corrió dentro de mi. Se vistió y cuando se fue me dio un cariñoso beso y me dijo 'adiós, hija'. Yo me quede en la habitación sin entender muy bien lo que había sucedido".

"El muy cabron de tu padre" exclame yo. "Y dime, ¿tu padre te ha vuelto a joder?".
"Si, una vez al mes" .
"¿Sólo una vez al mes?" Pregunte incrédulo.
"Bueno, cuando hacemos reuniones familiares, siempre me obliga a que le haga una mamada, pero nada más".
Yo tenia la polla tan dura que la saque y le dije "anda, mámamela puta de los cojones", cuando estaba a punto de correrme le sujete la cabeza y me corrí de lleno en su boca obligándola a tragarse mi semen, cosa que hasta entonces yo no había hecho por pudor.
 

cyrus666

Pajillero
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43
una mujer que desearia cualquier hombre!!
 

tovaryo

Virgen
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1
Excelente... me encanto. seguire leyendo la 2
 
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