Manuela hace Honor a su Nombre - Capitulo 001
he de decir que vivo sola con él en nuestro piso, tengo 46 años y trabajo como médico en un centro de salud. Mi trabajo consiste sobre todo en hacer revisiones médicas laborales. Las empresas o fabricas hacen pasar a sus empleados revisiones médicas anuales y yo me ocupo de hacerlas en el gabinete.
Una mañana mi hijo me llamó desde su cama: —¡Mama!!! ¡¿Puedes venir?!
—¿Qué pasa hijo?
—Mamá me duele mucho ahí abajo y creo que está hinchado, —dijo mi hijo señalándose su entrepierna.
—Déjame ver, —dije yo apartando las sábanas.
Sus testículos estaban muy hinchados, él ya los tiene grandes de por sí, pero esta vez bastante más de lo normal, se veían rojos.
—Pues sí que están hinchados, ¿desde cuando te duelen?
—No sé, llevo ya unos días aguantando el dolor.
—¿Y por qué no lo has dicho antes?
—No sé, no quería asustarte.
—Bueno pues, después de desayunar te vienes conmigo al hospital y pasas por la consulta de mi amiga Marta que es uróloga y sabe de esto mucho más que yo.
—Vale.
Después de desayunar fuimos a mi trabajo, al hospital y lo llevé a la uróloga del hospital, Marta. Marta tiene 57 años y bastante experiencia en el tema por lo que estaba segura de que ella lo podría solucionar.
—Hola Marta
—Hola guapa ¿qué tal?
—Bien, veras mi hijo dice que le duelen mucho los testículos y se los he visto y los tiene muy hinchados.
—Vale, bueno pues si quieres déjamelo y le haré unas pruebas y cuando acabe lo llevaré a tu cabina.
—No hace falta, él ya sabe el camino. Muchas gracias y por favor cuando acabes avísame y dime que es lo que tiene vale
—De acuerdo.
Me fui a mi puesto de trabajo y le hice el chequeo médico a toda una fabrica.
Cuando acabé entró mi hijo.
—¿Y bien? ¿te sientes mejor?
—Un poco mejor, dice la doctora Marta que la vayas a ver.
Fui a la seccion de urología y entré en el despacho de Marta.
—¿Ya sabes lo que tiene mi hijo?
—Si, lo primero es que tiene un pene descomunal.
—Si eso ya lo sé, al principio tuvo problemas con eso, pero ahora ya está todo solucionado. ¿Cuál es el problema?
—Tu hijo tiene hyperspermia. Sus testículos producen unas grandes cantidades de semen y si no se evacuan producen que los testículos se hinchen hasta el punto de doler. Es como si llenas demasiado un globo, al mínimo golpe puede explotar. Tranquilízate porque los testículos de tu hijo no van a explotar, pero sí que necesitan ser evacuados de ese semen. Lo único que puedo darle a tu hijo son unos calmantes para que el dolor de los testículos disminuya, pero el semen se tiene que evacuar manualmente. Lo puede hacer él, pero lo más seguro es que con tanto dolor no tenga muchas ganas ni fuerzas. Si consigue hacerlo él solo, cosa poco probable por culpa del dolor, perfecto y si no lo consigue hacer solo puedes traerlo aquí y yo se lo evacuaré sin problemas.
—Vaya… ¿Pero la hyperspermia es hereditaria o algo? Además, antes no la tenía.
—Es normal, es algo que puede pasar a una cierta edad. Tiene que evacuar el semen cada vez que sienta el más mínimo dolor así ataca el problema desde la base, si mantiene el tratamiento durante 3 o 4 semanas aproximadamente se le irá definitivamente. No es hereditaria, son cosas que pasan y no es nada grave pues se irá en unas semanas.
—Menos mal, estoy mucho más tranquila ahora que me has explicado todo, gracias Marta eres la mejor.
—De nada guapa, bueno, como ya te he dicho, si no consigue hacerlo solo lo puedo hacer yo sin problemas.
—¿Y no podría hacerlo él solo?
—Poder puede, pero querer es diferente, como tendrá el dolor no creo que tenga muchas ganas de tocarse ahí, es normal.
—¿Y si le quiero ayudar yo tendría que hacerlo de alguna forma especial o seguir algunas pautas?
—Para nada, solo lo tienes que hacer normal, como si masturbaras a cualquier persona solo que no hagas movimientos muy fuertes o bruscos porque le pueden lastimar. Si ves que te da corte o algo ya sabes que puedes contar conmigo.
—Lo intentaré y si no funciona te lo traigo.
—Perfecto.
—Muchas gracias Marta hasta mañana.
—Hasta mañana Manuela.
Sali de su cabina mucho más tranquila sabiendo que mi hijo pronto irá bien y que tenemos suficiente confianza como para hablar de este tema sin problemas. Cuando llegué a mi cabina mi hijo estaba estudiando y a mí me quedaban solo 15 pacientes por revisar ese día y habré acabado mi jornada y podré irme a casa. Le dije a mi hijo que se fuera al despacho de al lado así podía hacer mis chequeos sin que estuviera presente y él podría estudiar más tranquilo.
Cuando acabé fui a buscar a mi hijo, pasé por el despacho de Marta para recoger los medicamentos que tenía que tomar mi hijo y nos fuimos a casa. Al llegar a casa le expliqué a mi hijo todo lo que Marta me había explicado horas antes.
—Así que para que ya no te duela tendrás que masturbarte cada vez que te duela y en unas semanas ya no habrá ningún dolor. También tienes que tomarte estas pastillas para que te duela menos. Cuando quieras puedes empezar y si ves que no puedes o te duele mucho o algo me llamas y tú decides si te ayudo yo o te ayuda Marta si quieres.
—Vale si me duele te lo diré.
Sali de la habitación de mi hijo, me quité la ropa y me dispuse a ir a la ducha. Estaba duchándome cuando oí a mi hijo hablar por la puerta.
—¡Mamá! me duele mucho y no consigo hacerlo.
—Ven hijo entra ¡entra!
Entró mi hijo a la ducha le dije de quitarse la ropa y de meterse a la ducha conmigo. El agua caliente le ayudó a calmar el dolor entonces fue cuando cogí la gran polla de mi hijo que media unos 21 cm en ese momento y empecé a masajearla poco a poco, cuando la sentí bien dura me arrodillé y le masturbé lentamente, aun no recuerdo como, pero me metí la polla de mi hijo en la boca, bueno hasta donde me entraba pues además de larga es bastante gruesa y empecé una mamada lenta y sabrosa, mi hijo cerraba los ojos y disfrutaba de aquel placer exquisito.
Sentí a mi hijo muy cercano al clímax así que la saqué de mi boca y con unos meneos rápidos empecé a sentir como se arqueaba y empezó a soltar semen sin parar, nunca había visto algo así, con tanta fuerza ni tanta cantidad, me llenó la cara entera y parte de mis operados pechos. Cuando acabó me ayudó a limpiarme y acabamos la ducha entre risas.
—¿Te sientes mejor?
—¡Mucho mejor! Creo incluso que se me ha curado completamente.
—Jajaja no seas iluso cielo es solamente ahora, desgraciadamente más tarde te dolerá también y tendrás que volver a hacerlo y así unas semanas como ya te dije antes.
—Bueno pues cuando me duela lo volveré a intentar y si no lo consigo te aviso.
—Vale muy bien. El problema es que tengo un viaje la semana que viene y tendré que estar fuera de casa 2 días así que estoy pensando en cómo vamos a hacer para ayudarte si no estoy. Me gustaría quedarme para estar tranquila, pero este viaje es muy muy importante.
—No te preocupes mamá ya encontraremos alguna solución.
Como ya les dije a mi hijo le detectaron hyperspermia, su cuerpo produce cantidades enormes de semen y tiene que evacuar todo eso, en el caso contrario le produce dolor y una inflamación en la zona genital, vamos que se le hinchan los testículos. Como ya les expliqué en el relato anterior, ayudé a mi hijo el primer día de tratamiento, pero la doctora, amiga mía del hospital donde yo trabajo me dijo que la situación puede durar unas semanas. El problema es que en 3 días tenía que irme de viaje.
―Pero profesor mi hijo está enfermo y no puedo dejarlo solo mucho tiempo.
―Lo siento mucho Manuela, pero la conferencia va a durar más de lo previsto, serán 6 días más el viaje un total de 7 días. ¿No puedes llamar a ningún familiar o amiga para que se ocupe de tu hijo? El viaje es realmente importante y como yo no podré ir necesito que vayas tu y consigas la mayor información posible.
―Está bien profesor, iré.
―No sabes cuanto te lo agradezco Manuela.
Tenía un problema por delante, el viaje que en teoría iba a durar 2 días finalmente durara 7. Es mucho tiempo, no sabía a quién dejarle mi hijo sabiendo que tendrá que masturbarle cada día pues el solo no puede. Tenía 4 opciones por delante:
Mi madre, la abuela de mi hijo. Ella es viuda pues mi padre falleció hace 9 años y desde entonces no me ha vuelto a hablar de ningún otro hombre, dice que con su edad ya no necesita a nadie más y que nadie podrá sustituir a mi padre. La relación de mi madre con mi hijo es muy buena puesto que es el único nieto que tiene, las demás son nietas, las dos hijas de mi hermana, y por lo tanto siempre le ha tenido un afecto especial.
Mi propia hermana. El único problema con mi hermana son sus hijas, mis dos sobrinas. Son muy buenas chicas y se llevan muy bien con mi hijo pues siendo jóvenes pasaron mucho tiempo juntos, pero visto que mi hermana tendría que masturbar a mi hijo no sé muy bien como se lo tomarían mis sobrinas y no quería causarles ningún tipo de trauma. Bien es verdad que en nuestra familia no hay tabús como en otras, somos una familia más abierta, pero aun así esa opción me tenía un poco asustada.
Mi vecina Carmen. Con Carmen tengo muchísima confianza, ya me ha pedido favores muy grandes y yo a ella y siempre hemos estado ahí la una para la otra así que sé que nunca me diría que no sea la situación que sea. Carmen tiene 50 años, siempre ha sido una hermana mayor para mí, nos llevamos solo 4 años de diferencia. Vive en frente de mi casa por lo que si necesitara cualquier cosa de casa ella lo podría coger sin problemas.
Mi compañera de trabajo Marta, la doctora que diagnosticó a mi hijo. Es una mujer divorciada y sin hijos por lo que estaría sola en casa con mi hijo y no habría ningún problema. Además, confío mucho en ella por eso le dejé examinar a mi hijo y como es uróloga sabría perfectamente como resolver cualquier empeoramiento de la enfermedad y sabría muy bien qué medidas tomar exactamente.
Por eso finalmente decidí que Marta se ocuparía de mi hijo el fin de semana y mi madre el resto de la semana visto que Marta tiene que ir a trabajar al hospital.
―No te preocupes querida tu hijo estará en buenas manos, sabes que lo cuidaría también el resto de la semana, pero tengo que estar en el hospital así que sería difícil, lo siento.
―No tienes por qué sentirlo, es normal que tengas que ir a trabajar y lo entiendo perfectamente por eso solo necesito que le cuides el fin de semana y mi madre hará el resto.
―¿Tu madre? ¿Sabrá lo que tiene que hacer?
―Supongo que sí, le explicaré todo y si no es capaz de hacerlo también están mi hermana y mi vecina así que no hay ningún problema.
―Bueno pues ya sabes que en cualquier caso de emergencia pueden llamarme.
―Gracias, te debo una.
―No digas eso, es un placer poder ayudar, y más si es algo así que me puede ayudar a mi también a liberar tensiones y cambiarme las ideas.
―Jaja ya sé que hace mucho que no… Así que supongo que te vendría ver algo así de vez en cuando.
―Bueno pues el sábado por la mañana lo puedes traer a mi casa antes de irte de viaje.
―Gracias guapa, hasta luego.
Luego llamé a mi madre para explicarle lo que le ocurre a mi hijo y preguntarle si podría ayudarme:
―Ay hija ¿y desde cuando tiene eso? ¿Le duele mucho?
―Pues desde hace unos días mamá y le duele bastante porque no puede masturbarse solo y le tengo que ayudar yo. Por eso te quería preguntar si te molesta cuidarlo a ti porque lo más importante es eso, masturbarle, ya es mayor y cuida de sí mismo el solo, pero no puede masturbarse solo y la doctora dijo que si no se masturba le creará muchos más dolores.
―Claro que no me molesta hija, además ya he visto a tu hijo desnudo desde que era un crío.
―Ya mamá, pero te lo advierto, ya no es un «crío», ha crecido y mucho, sobre todo allí abajo.
―Bueno no creo que sea nada grave, ya he visto algún que otro pene en mi vida no te preocupes.
―Yo solo te aviso de que es bastante más grande que lo normal así no te llevas ninguna sorpresa. El lunes por la mañana la doctora Marta lo dejará en casa y te dejará también su número de teléfono, en caso de cualquier problema llámame primero a mí que soy su madre y luego directamente a la doctora y te dirá que hacer ¿vale?
―Jaja ¿hija me vas a enseñar a cuidar de un chico? Si te he tenido que cuidar a ti y a tu hermana toda la vida hija no es nada nuevo para mí.
―Ya lo sé mamá, pero es que no me voy tranquila sabiendo que mi hijo está enfermo.
―No te preocupes que soy su abuela y le ayudaré en todo.
―Gracias mamá te quiero mucho, un beso y recuerda que el lunes cuando vayas a casa me llamas para saber cómo esta ¿vale?
―Vale hija un beso.
No estaba del todo tranquila, pero dejaba a mi hijo en manos de una uróloga y de su abuela así que me sentía un poquito más aliviada.
Llegó el viernes por la noche y después de masturbarle le dije:
―Bueno hijo ¿cómo te sientes?
―Pues mejor cada vez que me ayudas, pero a veces durante el día me duele bastante y los siento muy hinchados, intento hacerlo yo solo, pero no puedo.
―Como ya sabes tengo que irme de viaje una semana y te cuidaran la doctora Marta y la abuela ¿vale?
―Vale
―Si tienes cualquier tipo de dolor o lo que sea se lo puedes decir porque son las personas en las que más confío para cuidarte mientras no esté así que no tengas miedo ni vergüenza hijo. La doctora Marta ya te vio cuando te examinó y la abuela ya te ha visto desnudo cuando eras pequeño así que no tiene que asustarte ni nada.
―Vale mamá.
―Por último, no te olvides de avisar a tu abuela de que cuando te corres tu semen va lejos, como tienes tanto acumulado sale muy fuerte y va lejos, se me olvidó decírselo por teléfono así que encárgate de decírselo tu.
―Vale
―Bueno hijo pues duerme y mañana por la mañana después del desayuno te llevo a casa de Marta y me voy de viaje a la conferencia. Buenas noches y si tienes algún problema por la noche avísame.
―Vale mamá buenas noches y gracias.
Me fui a dormir tremendamente excitada por muchas cosas. Primero acababa de masturbar a mi hijo una vez más y por muchas veces que lo haga no consigo acostumbrarme al tamaño de su aparato, es muy grande y alucinante. Segundo porque sabía que iba a dejar a mi hijo con Marta todo el fin de semana y que hacía mucho que ella no tenía un pene en casa y mucho menos de ese tamaño. Y por último me fui a dormir intrigada por saber cuál sería la reacción de mi madre al ver el pene de mi hijo. No lo ve desnudo desde que mi hijo tenía 6 años y ha crecido mucho ahí abajo así que me gustaría ver cómo reacciona mi madre y si esa situación provoca que mi hijo se excite.
he de decir que vivo sola con él en nuestro piso, tengo 46 años y trabajo como médico en un centro de salud. Mi trabajo consiste sobre todo en hacer revisiones médicas laborales. Las empresas o fabricas hacen pasar a sus empleados revisiones médicas anuales y yo me ocupo de hacerlas en el gabinete.
Una mañana mi hijo me llamó desde su cama: —¡Mama!!! ¡¿Puedes venir?!
—¿Qué pasa hijo?
—Mamá me duele mucho ahí abajo y creo que está hinchado, —dijo mi hijo señalándose su entrepierna.
—Déjame ver, —dije yo apartando las sábanas.
Sus testículos estaban muy hinchados, él ya los tiene grandes de por sí, pero esta vez bastante más de lo normal, se veían rojos.
—Pues sí que están hinchados, ¿desde cuando te duelen?
—No sé, llevo ya unos días aguantando el dolor.
—¿Y por qué no lo has dicho antes?
—No sé, no quería asustarte.
—Bueno pues, después de desayunar te vienes conmigo al hospital y pasas por la consulta de mi amiga Marta que es uróloga y sabe de esto mucho más que yo.
—Vale.
Después de desayunar fuimos a mi trabajo, al hospital y lo llevé a la uróloga del hospital, Marta. Marta tiene 57 años y bastante experiencia en el tema por lo que estaba segura de que ella lo podría solucionar.
—Hola Marta
—Hola guapa ¿qué tal?
—Bien, veras mi hijo dice que le duelen mucho los testículos y se los he visto y los tiene muy hinchados.
—Vale, bueno pues si quieres déjamelo y le haré unas pruebas y cuando acabe lo llevaré a tu cabina.
—No hace falta, él ya sabe el camino. Muchas gracias y por favor cuando acabes avísame y dime que es lo que tiene vale
—De acuerdo.
Me fui a mi puesto de trabajo y le hice el chequeo médico a toda una fabrica.
Cuando acabé entró mi hijo.
—¿Y bien? ¿te sientes mejor?
—Un poco mejor, dice la doctora Marta que la vayas a ver.
Fui a la seccion de urología y entré en el despacho de Marta.
—¿Ya sabes lo que tiene mi hijo?
—Si, lo primero es que tiene un pene descomunal.
—Si eso ya lo sé, al principio tuvo problemas con eso, pero ahora ya está todo solucionado. ¿Cuál es el problema?
—Tu hijo tiene hyperspermia. Sus testículos producen unas grandes cantidades de semen y si no se evacuan producen que los testículos se hinchen hasta el punto de doler. Es como si llenas demasiado un globo, al mínimo golpe puede explotar. Tranquilízate porque los testículos de tu hijo no van a explotar, pero sí que necesitan ser evacuados de ese semen. Lo único que puedo darle a tu hijo son unos calmantes para que el dolor de los testículos disminuya, pero el semen se tiene que evacuar manualmente. Lo puede hacer él, pero lo más seguro es que con tanto dolor no tenga muchas ganas ni fuerzas. Si consigue hacerlo él solo, cosa poco probable por culpa del dolor, perfecto y si no lo consigue hacer solo puedes traerlo aquí y yo se lo evacuaré sin problemas.
—Vaya… ¿Pero la hyperspermia es hereditaria o algo? Además, antes no la tenía.
—Es normal, es algo que puede pasar a una cierta edad. Tiene que evacuar el semen cada vez que sienta el más mínimo dolor así ataca el problema desde la base, si mantiene el tratamiento durante 3 o 4 semanas aproximadamente se le irá definitivamente. No es hereditaria, son cosas que pasan y no es nada grave pues se irá en unas semanas.
—Menos mal, estoy mucho más tranquila ahora que me has explicado todo, gracias Marta eres la mejor.
—De nada guapa, bueno, como ya te he dicho, si no consigue hacerlo solo lo puedo hacer yo sin problemas.
—¿Y no podría hacerlo él solo?
—Poder puede, pero querer es diferente, como tendrá el dolor no creo que tenga muchas ganas de tocarse ahí, es normal.
—¿Y si le quiero ayudar yo tendría que hacerlo de alguna forma especial o seguir algunas pautas?
—Para nada, solo lo tienes que hacer normal, como si masturbaras a cualquier persona solo que no hagas movimientos muy fuertes o bruscos porque le pueden lastimar. Si ves que te da corte o algo ya sabes que puedes contar conmigo.
—Lo intentaré y si no funciona te lo traigo.
—Perfecto.
—Muchas gracias Marta hasta mañana.
—Hasta mañana Manuela.
Sali de su cabina mucho más tranquila sabiendo que mi hijo pronto irá bien y que tenemos suficiente confianza como para hablar de este tema sin problemas. Cuando llegué a mi cabina mi hijo estaba estudiando y a mí me quedaban solo 15 pacientes por revisar ese día y habré acabado mi jornada y podré irme a casa. Le dije a mi hijo que se fuera al despacho de al lado así podía hacer mis chequeos sin que estuviera presente y él podría estudiar más tranquilo.
Cuando acabé fui a buscar a mi hijo, pasé por el despacho de Marta para recoger los medicamentos que tenía que tomar mi hijo y nos fuimos a casa. Al llegar a casa le expliqué a mi hijo todo lo que Marta me había explicado horas antes.
—Así que para que ya no te duela tendrás que masturbarte cada vez que te duela y en unas semanas ya no habrá ningún dolor. También tienes que tomarte estas pastillas para que te duela menos. Cuando quieras puedes empezar y si ves que no puedes o te duele mucho o algo me llamas y tú decides si te ayudo yo o te ayuda Marta si quieres.
—Vale si me duele te lo diré.
Sali de la habitación de mi hijo, me quité la ropa y me dispuse a ir a la ducha. Estaba duchándome cuando oí a mi hijo hablar por la puerta.
—¡Mamá! me duele mucho y no consigo hacerlo.
—Ven hijo entra ¡entra!
Entró mi hijo a la ducha le dije de quitarse la ropa y de meterse a la ducha conmigo. El agua caliente le ayudó a calmar el dolor entonces fue cuando cogí la gran polla de mi hijo que media unos 21 cm en ese momento y empecé a masajearla poco a poco, cuando la sentí bien dura me arrodillé y le masturbé lentamente, aun no recuerdo como, pero me metí la polla de mi hijo en la boca, bueno hasta donde me entraba pues además de larga es bastante gruesa y empecé una mamada lenta y sabrosa, mi hijo cerraba los ojos y disfrutaba de aquel placer exquisito.
Sentí a mi hijo muy cercano al clímax así que la saqué de mi boca y con unos meneos rápidos empecé a sentir como se arqueaba y empezó a soltar semen sin parar, nunca había visto algo así, con tanta fuerza ni tanta cantidad, me llenó la cara entera y parte de mis operados pechos. Cuando acabó me ayudó a limpiarme y acabamos la ducha entre risas.
—¿Te sientes mejor?
—¡Mucho mejor! Creo incluso que se me ha curado completamente.
—Jajaja no seas iluso cielo es solamente ahora, desgraciadamente más tarde te dolerá también y tendrás que volver a hacerlo y así unas semanas como ya te dije antes.
—Bueno pues cuando me duela lo volveré a intentar y si no lo consigo te aviso.
—Vale muy bien. El problema es que tengo un viaje la semana que viene y tendré que estar fuera de casa 2 días así que estoy pensando en cómo vamos a hacer para ayudarte si no estoy. Me gustaría quedarme para estar tranquila, pero este viaje es muy muy importante.
—No te preocupes mamá ya encontraremos alguna solución.
Como ya les dije a mi hijo le detectaron hyperspermia, su cuerpo produce cantidades enormes de semen y tiene que evacuar todo eso, en el caso contrario le produce dolor y una inflamación en la zona genital, vamos que se le hinchan los testículos. Como ya les expliqué en el relato anterior, ayudé a mi hijo el primer día de tratamiento, pero la doctora, amiga mía del hospital donde yo trabajo me dijo que la situación puede durar unas semanas. El problema es que en 3 días tenía que irme de viaje.
―Pero profesor mi hijo está enfermo y no puedo dejarlo solo mucho tiempo.
―Lo siento mucho Manuela, pero la conferencia va a durar más de lo previsto, serán 6 días más el viaje un total de 7 días. ¿No puedes llamar a ningún familiar o amiga para que se ocupe de tu hijo? El viaje es realmente importante y como yo no podré ir necesito que vayas tu y consigas la mayor información posible.
―Está bien profesor, iré.
―No sabes cuanto te lo agradezco Manuela.
Tenía un problema por delante, el viaje que en teoría iba a durar 2 días finalmente durara 7. Es mucho tiempo, no sabía a quién dejarle mi hijo sabiendo que tendrá que masturbarle cada día pues el solo no puede. Tenía 4 opciones por delante:
Mi madre, la abuela de mi hijo. Ella es viuda pues mi padre falleció hace 9 años y desde entonces no me ha vuelto a hablar de ningún otro hombre, dice que con su edad ya no necesita a nadie más y que nadie podrá sustituir a mi padre. La relación de mi madre con mi hijo es muy buena puesto que es el único nieto que tiene, las demás son nietas, las dos hijas de mi hermana, y por lo tanto siempre le ha tenido un afecto especial.
Mi propia hermana. El único problema con mi hermana son sus hijas, mis dos sobrinas. Son muy buenas chicas y se llevan muy bien con mi hijo pues siendo jóvenes pasaron mucho tiempo juntos, pero visto que mi hermana tendría que masturbar a mi hijo no sé muy bien como se lo tomarían mis sobrinas y no quería causarles ningún tipo de trauma. Bien es verdad que en nuestra familia no hay tabús como en otras, somos una familia más abierta, pero aun así esa opción me tenía un poco asustada.
Mi vecina Carmen. Con Carmen tengo muchísima confianza, ya me ha pedido favores muy grandes y yo a ella y siempre hemos estado ahí la una para la otra así que sé que nunca me diría que no sea la situación que sea. Carmen tiene 50 años, siempre ha sido una hermana mayor para mí, nos llevamos solo 4 años de diferencia. Vive en frente de mi casa por lo que si necesitara cualquier cosa de casa ella lo podría coger sin problemas.
Mi compañera de trabajo Marta, la doctora que diagnosticó a mi hijo. Es una mujer divorciada y sin hijos por lo que estaría sola en casa con mi hijo y no habría ningún problema. Además, confío mucho en ella por eso le dejé examinar a mi hijo y como es uróloga sabría perfectamente como resolver cualquier empeoramiento de la enfermedad y sabría muy bien qué medidas tomar exactamente.
Por eso finalmente decidí que Marta se ocuparía de mi hijo el fin de semana y mi madre el resto de la semana visto que Marta tiene que ir a trabajar al hospital.
―No te preocupes querida tu hijo estará en buenas manos, sabes que lo cuidaría también el resto de la semana, pero tengo que estar en el hospital así que sería difícil, lo siento.
―No tienes por qué sentirlo, es normal que tengas que ir a trabajar y lo entiendo perfectamente por eso solo necesito que le cuides el fin de semana y mi madre hará el resto.
―¿Tu madre? ¿Sabrá lo que tiene que hacer?
―Supongo que sí, le explicaré todo y si no es capaz de hacerlo también están mi hermana y mi vecina así que no hay ningún problema.
―Bueno pues ya sabes que en cualquier caso de emergencia pueden llamarme.
―Gracias, te debo una.
―No digas eso, es un placer poder ayudar, y más si es algo así que me puede ayudar a mi también a liberar tensiones y cambiarme las ideas.
―Jaja ya sé que hace mucho que no… Así que supongo que te vendría ver algo así de vez en cuando.
―Bueno pues el sábado por la mañana lo puedes traer a mi casa antes de irte de viaje.
―Gracias guapa, hasta luego.
Luego llamé a mi madre para explicarle lo que le ocurre a mi hijo y preguntarle si podría ayudarme:
―Ay hija ¿y desde cuando tiene eso? ¿Le duele mucho?
―Pues desde hace unos días mamá y le duele bastante porque no puede masturbarse solo y le tengo que ayudar yo. Por eso te quería preguntar si te molesta cuidarlo a ti porque lo más importante es eso, masturbarle, ya es mayor y cuida de sí mismo el solo, pero no puede masturbarse solo y la doctora dijo que si no se masturba le creará muchos más dolores.
―Claro que no me molesta hija, además ya he visto a tu hijo desnudo desde que era un crío.
―Ya mamá, pero te lo advierto, ya no es un «crío», ha crecido y mucho, sobre todo allí abajo.
―Bueno no creo que sea nada grave, ya he visto algún que otro pene en mi vida no te preocupes.
―Yo solo te aviso de que es bastante más grande que lo normal así no te llevas ninguna sorpresa. El lunes por la mañana la doctora Marta lo dejará en casa y te dejará también su número de teléfono, en caso de cualquier problema llámame primero a mí que soy su madre y luego directamente a la doctora y te dirá que hacer ¿vale?
―Jaja ¿hija me vas a enseñar a cuidar de un chico? Si te he tenido que cuidar a ti y a tu hermana toda la vida hija no es nada nuevo para mí.
―Ya lo sé mamá, pero es que no me voy tranquila sabiendo que mi hijo está enfermo.
―No te preocupes que soy su abuela y le ayudaré en todo.
―Gracias mamá te quiero mucho, un beso y recuerda que el lunes cuando vayas a casa me llamas para saber cómo esta ¿vale?
―Vale hija un beso.
No estaba del todo tranquila, pero dejaba a mi hijo en manos de una uróloga y de su abuela así que me sentía un poquito más aliviada.
Llegó el viernes por la noche y después de masturbarle le dije:
―Bueno hijo ¿cómo te sientes?
―Pues mejor cada vez que me ayudas, pero a veces durante el día me duele bastante y los siento muy hinchados, intento hacerlo yo solo, pero no puedo.
―Como ya sabes tengo que irme de viaje una semana y te cuidaran la doctora Marta y la abuela ¿vale?
―Vale
―Si tienes cualquier tipo de dolor o lo que sea se lo puedes decir porque son las personas en las que más confío para cuidarte mientras no esté así que no tengas miedo ni vergüenza hijo. La doctora Marta ya te vio cuando te examinó y la abuela ya te ha visto desnudo cuando eras pequeño así que no tiene que asustarte ni nada.
―Vale mamá.
―Por último, no te olvides de avisar a tu abuela de que cuando te corres tu semen va lejos, como tienes tanto acumulado sale muy fuerte y va lejos, se me olvidó decírselo por teléfono así que encárgate de decírselo tu.
―Vale
―Bueno hijo pues duerme y mañana por la mañana después del desayuno te llevo a casa de Marta y me voy de viaje a la conferencia. Buenas noches y si tienes algún problema por la noche avísame.
―Vale mamá buenas noches y gracias.
Me fui a dormir tremendamente excitada por muchas cosas. Primero acababa de masturbar a mi hijo una vez más y por muchas veces que lo haga no consigo acostumbrarme al tamaño de su aparato, es muy grande y alucinante. Segundo porque sabía que iba a dejar a mi hijo con Marta todo el fin de semana y que hacía mucho que ella no tenía un pene en casa y mucho menos de ese tamaño. Y por último me fui a dormir intrigada por saber cuál sería la reacción de mi madre al ver el pene de mi hijo. No lo ve desnudo desde que mi hijo tenía 6 años y ha crecido mucho ahí abajo así que me gustaría ver cómo reacciona mi madre y si esa situación provoca que mi hijo se excite.