Narrativa del proceso que he vivido desde mis 22 años a los 36, que ha desencadenado mi preferencia por las relaciones interraciales.
Mi nombre es Tamara, mujer europea de 36 años en la actualidad, 1'60 cm, pecho grande y curvas, soy azafata de vuelo en la actualidad trabajando en la zona de tierra para una multinacional aérea.
Mi madurez como mujer no llegó de una forma muy rápida, yo perdí mí virginidad a los 22 años... Había realizado mamadas y tocamientos con mi novio de instituto, pero no fué hasta mi segunda pareja que pude desvirgarme, el típico malo reformado, buen follador y por aquel entonces con una polla que yo creía enorme. Con los años mí vagina fue creciendo y ahora necesita otras cosas. Tuve una relación maravillosa de sexo y amor durante 8 años, pero gracias a él descubrí mi tendencia sexual actual. Yo soy una mujer europea, y en su momento a mis 22 años considero que era racista, cada oveja con su pareja y las mezclas me daban asco... Pero a mí novio no, y empecé a notar que a él le gustaba el porno interracial, mujeres blancas con hombres de raza negra. Al principio lo vi raro pero luego vi que eso lo ponía cachondo, y el duraba mucho en la cama, y yo descubrí el truco para hacerle correrse, que era hablarle. Era un hombre presumido que le gustaba que halagaran su polla. Entonces diciéndole que la tenía grande o cómo la de un negro, se corría rápido. Empezó a pedírmelo cada vez que follábamos, y ya eso lo utilice en casa una de mis relaciones con blancos y negros. De eso pasamos a ver porno interracial, la típica BBC con esposas infieles mientras el marido los graba con cámara. Era en inglés y mi novio no sabía entonces yo que si sé, traducía en simultáneo el vídeo, eso empezó a cambiarme, y ya dejé de ser racista, ya me gustaban los hombres negros, con tendencia además a los músculosos y agresivos en la cama. La perdición llegó cuando mi novio compró un consolador realista de color negro, de 25 cm. Recuerdo la primera noche que lo utilizó, dolor, sentí no querer repetir y discutimos. De madrugada me hizo un dedo en insistió con la polla negra realista, mí coño fue más receptivo esta vez y sentí que me follaba alguien distinto a mí novio, tuve dos orgasmos. Con el paso de las semanas desarrollé una mejor manera, poner la polla en la cama y yo sentarme encima de ella, controlar yo la penetración a modo sentadilla, mí novio mejor de espectador seré sincera. Poco a poco mí coño fue creciendo hasta que rompí la barrera, fué un sonido seco, casi sin ruido !clock!, y los 25 cm entraron en mí sin oposición, jamás pensé lograrlo. El fin de la relación llegaría pocos meses después. Me apunté a un gimnasio y conocí a mi primer hombre negro, me dió un sexo desconocido y me enseñó posturas que desconocía y sensaciones nuevas. Descubrí que me corro muchísimo viendo el contraste de la piel de nuestros cuerpos mientras estoy encima o debajo de un negro, es muy difícil en España (encontrar hombres negros) pero yo comencé a moverme por sitios que sabía que los encontraría (internet, locutorios) y después del rollo con el instructor de fitness he tenido siete relaciones y todas con hombres negros. Hoy día tengo 36 años y estoy embarazada de Assane, un chico camerunés que conocí en un semáforo de Sevilla, tras mucha lucha conseguimos que saliera de esa vida, y ahora es temporero agricultor, dedicado a la siembra y recogida de frutos de temporada. Sembró su semilla en mí hace cuatro meses, y mi planteamiento es casarnos en breve, creo que es mí hombre definitivo y el marido que necesito. Vengo de una familia que no entiende las relaciones interraciales, he luchado sola por esta relación, mí intención es orientar a las mujeres que como yo en su día empiezan a tener curiosidad. Iré colgando mis encuentros interraciales a lo largo de estos 6 años a la actualidad. Son hombres que saben follar, que tienen miembros descomunales, pero no siempre han sido buenas parejas... La excepción hasta el momento es el padre del bebé que tengo en mí vientre en la actualidad. Anteriormente tuve un aborto de otro chico negro, me alegré con el tiempo porque resultó un hombre muy infiel y violento en la cama. Pero eso es otra historia.
Gracias por leer esta introducción, nos leemos.
Mi nombre es Tamara, mujer europea de 36 años en la actualidad, 1'60 cm, pecho grande y curvas, soy azafata de vuelo en la actualidad trabajando en la zona de tierra para una multinacional aérea.
Mi madurez como mujer no llegó de una forma muy rápida, yo perdí mí virginidad a los 22 años... Había realizado mamadas y tocamientos con mi novio de instituto, pero no fué hasta mi segunda pareja que pude desvirgarme, el típico malo reformado, buen follador y por aquel entonces con una polla que yo creía enorme. Con los años mí vagina fue creciendo y ahora necesita otras cosas. Tuve una relación maravillosa de sexo y amor durante 8 años, pero gracias a él descubrí mi tendencia sexual actual. Yo soy una mujer europea, y en su momento a mis 22 años considero que era racista, cada oveja con su pareja y las mezclas me daban asco... Pero a mí novio no, y empecé a notar que a él le gustaba el porno interracial, mujeres blancas con hombres de raza negra. Al principio lo vi raro pero luego vi que eso lo ponía cachondo, y el duraba mucho en la cama, y yo descubrí el truco para hacerle correrse, que era hablarle. Era un hombre presumido que le gustaba que halagaran su polla. Entonces diciéndole que la tenía grande o cómo la de un negro, se corría rápido. Empezó a pedírmelo cada vez que follábamos, y ya eso lo utilice en casa una de mis relaciones con blancos y negros. De eso pasamos a ver porno interracial, la típica BBC con esposas infieles mientras el marido los graba con cámara. Era en inglés y mi novio no sabía entonces yo que si sé, traducía en simultáneo el vídeo, eso empezó a cambiarme, y ya dejé de ser racista, ya me gustaban los hombres negros, con tendencia además a los músculosos y agresivos en la cama. La perdición llegó cuando mi novio compró un consolador realista de color negro, de 25 cm. Recuerdo la primera noche que lo utilizó, dolor, sentí no querer repetir y discutimos. De madrugada me hizo un dedo en insistió con la polla negra realista, mí coño fue más receptivo esta vez y sentí que me follaba alguien distinto a mí novio, tuve dos orgasmos. Con el paso de las semanas desarrollé una mejor manera, poner la polla en la cama y yo sentarme encima de ella, controlar yo la penetración a modo sentadilla, mí novio mejor de espectador seré sincera. Poco a poco mí coño fue creciendo hasta que rompí la barrera, fué un sonido seco, casi sin ruido !clock!, y los 25 cm entraron en mí sin oposición, jamás pensé lograrlo. El fin de la relación llegaría pocos meses después. Me apunté a un gimnasio y conocí a mi primer hombre negro, me dió un sexo desconocido y me enseñó posturas que desconocía y sensaciones nuevas. Descubrí que me corro muchísimo viendo el contraste de la piel de nuestros cuerpos mientras estoy encima o debajo de un negro, es muy difícil en España (encontrar hombres negros) pero yo comencé a moverme por sitios que sabía que los encontraría (internet, locutorios) y después del rollo con el instructor de fitness he tenido siete relaciones y todas con hombres negros. Hoy día tengo 36 años y estoy embarazada de Assane, un chico camerunés que conocí en un semáforo de Sevilla, tras mucha lucha conseguimos que saliera de esa vida, y ahora es temporero agricultor, dedicado a la siembra y recogida de frutos de temporada. Sembró su semilla en mí hace cuatro meses, y mi planteamiento es casarnos en breve, creo que es mí hombre definitivo y el marido que necesito. Vengo de una familia que no entiende las relaciones interraciales, he luchado sola por esta relación, mí intención es orientar a las mujeres que como yo en su día empiezan a tener curiosidad. Iré colgando mis encuentros interraciales a lo largo de estos 6 años a la actualidad. Son hombres que saben follar, que tienen miembros descomunales, pero no siempre han sido buenas parejas... La excepción hasta el momento es el padre del bebé que tengo en mí vientre en la actualidad. Anteriormente tuve un aborto de otro chico negro, me alegré con el tiempo porque resultó un hombre muy infiel y violento en la cama. Pero eso es otra historia.
Gracias por leer esta introducción, nos leemos.