Mama se Descubre

roman74

Pajillero
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Ene 9, 2008
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La historia que voy a relatar es real, y fue el comienzo de una serie de sucesos que transformaron la vida de mi madre, asÃ* como la mÃ*a. Todo comenzó en la casa de Doña Adriana. Esa noche dieron una fiesta para celebrar su cumpleaños, por lo que invito a varias personas, entre ellos mi Mamá. Mi Mamá llegó como a las nueve de la noche. Al entrar en la sala se escucho un murmullo de admiración. Claudia, mi mamá, es una mujer de cuarenta y un años (auque realmente parece de 32), morena, de cabello negro ondulado hasta media espalda., ojos negros, largas pestañas, nariz respingada y una boca con unos labios rojos y carnosos. Posee un cuerpo de maravilla. Sus medidas son 95-58-96. Llevaba puesta una blusita ombliguera azul pastel cruzada con un generoso escote, que dejaba ver buena parte de los redondos y turgentes pechos, que se balanceaban libremente bajo la blusa. Ya que ella no llevaba puesto brassiere, sus pezones se marcaban claramente bajo la delgada tela de la blusa. TenÃ*a puesta además una minifalda azul marino holgada de tablitas muy, muy corta, tanto que mostraba gran parte de sus hermosas y torneadas piernas. Sus zapatos eran negros de plataforma de madera muy alta, abiertos de la punta y sin talón. Su largo cabello caÃ*a suelto sobre su espalda y los labios los llevaba pintados de color carmÃ*n muy sensual. Lógicamente, llamó poderosamente la atención de la concurrencia masculina.
Ella saludó a un grupo de amigas y se sentó justo enfrente de donde se encontraba Don Pedro, el esposo de Doña Adriana, con un grupo de amigos. Don Pedro es un hombre de unos 45 años, alto, moreno, de complexión robusta y recia musculatura, como son los hombres de la costa, ya que el es tabasqueño. Junto a el estaba ElÃ*as, un viejo amigo y vecino de Don Pedro; Roberto, un amigo de la universidad de Don Pedro, y también estaba Don Esteban, un tabasqueño gordo de corta estatura, quien además es concuño de Don Pedro. Don Pedro y sus amigos no le quitaban la vista de encima a mi Mamá.
Doña Adriana entró, por lo que mi Mamá se levanto para darle un abrazo un tanto efusivo. Siguió la fiesta. Mi mamá comenzó a bailar con un empleado de Doña Adriana, de nombre Luis. Ella se veÃ*a muy entretenida bailando con el, y de vez en cuando se daban un descansito para charlar. Conforme pasaba el tiempo, mi Mamá empezó a notar que Don Pedro la miraba fijamente, y hasta ese momento reparó en que no lo habÃ*a saludado. Cuando acabo la música, ella fue hacia donde estaba Don Pedro con sus amigos.
Mi Mamá ¿Hola Pedro, por que no me has saludado? Don Pedro Pues tu, que llegas y ni siquiera te acercas. Mira, te presento a unos amigos: ElÃ*as, Esteban y Roberto.
Los tres (Al mismo tiempo) Mucho gusto.
Mi Mamá ¡Que tal, chicos!. ¿Se están divirtiendo? ElÃ*as Más o menos Mi Mamá ¿Por que, si esta muy buena la fiesta? Don Esteban Eso si, y no nada mas la fiesta….
Todos rieron al mismo tiempo de la ocurrencia de Don Esteban.
Mi Mamá ¿A que se dedican? Don Esteban Yo vivo en tabasco y estoy jubilado desde hace tres años.
ElÃ*as Yo tengo un taller de rectificación de motores.
Mi Mamá ¿Y tú, Roberto? Roberto Soy dentista. De hecho fui compañero de Pedro en la universidad.
Mi Mamá se sentó y cruzó sus piernas sensualmente, la vista de los cuatro se clavó en las piernas de ella.
Mi Mamá ¿Y ejerces? Roberto Si, tengo mi consultorio.
Mi Mamá ¿En serio? ¿De casualidad no te hace falta una enfermera? Yo soy enfermera, nada más que tiene unos meses que me salÃ* del hospital donde trabajaba, y me he dedicado a otras cosas, pero si me gustarÃ*a volver a ejercer . .
Roberto ¿Tu que haces? Mi Mamá Pues de todo un poco. Doy clases de aerobic’s en las mañanas y en las tardes, de vez en cuando modelo y en ocasiones trabajo como edecán.
Roberto Precisamente estoy buscando alguien que me ayude en el consultorio. Te doy mi tarjeta y luego hablamos.
Mi Mamá Ok. Me encantarÃ*a trabajar contigo.
ElÃ*as Salud. Todos (Chocando sus copas) Salud.
Don Pedro ¿Y tu cómo has estado? Mi Mamá Bien, muy bien.
Don Pedro Si ya lo veo que muy bien, pero yo decÃ*a de salud…
Mi Mamá ¡! Ja Ja Ja. ¡! Como eres, pues a eso me referÃ*a.
Don Pedro No en serio, te vez muy bien.
Mi Mamá ¡!
Como crees ¡!. Siento que he engordado. ElÃ*as ¡Que vanidosa eres! Pero para nada estas gorda.
Mi Mamá Ya me voy, son unos aduladores, y si sigo aquÃ* me lo voy a creer. Ahorita los veo.
Y se alejo contoneándose hacia donde estaba Luis. Ellos siguieron con la mirada el cadencioso vaivén de sus nalgas.
Mi Mamá siguió platicando y bailando con Luis. Ella siguió notando la mirada de Don Pedro sobre su cuerpo, sobre todo cuando al bailar música tropical y dar una vuelta, la falda se ondeaba y subÃ*a un poquito más. En un pequeño descanso, mi mamá fue a sentarse. Volteó a ver a Don Pedro, quien se encontraba mirándola. Le sonrió, levantó su copa y brindó con él. El correspondió a la sonrisa y al brindis, y al beber su copa, fijó la vista en las hermosas piernas de mi Mamá. Ella, al darse cuenta, las cruzó. Esto permitió que la faldita se subiera bastante, dejando ver todas las piernas de mi Mamá. Ella, fingiendo no darse cuenta que Don Pedro la miraba, rascó con la mano una nalga, lo que permitió que la falda se subiera mucho más, dejando ver incluso la mitad de su nalga. Don Pedro involuntariamente llevó la mano a su entrepierna, donde ya se notaba un gran bulto producto de la erección que estaba experimentando debido a la hermosa visión que tenÃ*a al frente. Mi Mamá, más que rascarse, se acariciaba la nalga, y bajo la mano por su pierna, lentamente hasta la rodilla, dejó su copa en la mesa y con la otra mano tomo uno de sus pechos, y levantándolo, metió la mano aparentando acomodarse el brassiere (cosa que no llevaba puesto), puso la mano otra vez en la rodilla, y lentamente comenzó a acariciarse las piernas. Don Pedro se acariciaba su bulto, tremendamente excitado con lo que estaba viendo. Mi Mamá se acomodó la falda, y volteo a ver sonriente a Don Pedro, y brindo con el, solo que esta vez su miradas estaban cargadas con un mensaje especial. Mi mamá se paró y fue hacia la cocina. Paso enfrente de Don Pedro contoneándose. El discretamente se paró y la siguió. Ella se encontraba junto a la mesa sirviéndose una copa, de espaldas a el. El se detuvo en el quicio de la puerta, clavando la vista en las nalgas de ella. Mi Mamá volteó de repente, e inmediatamente fijo la vista en el bulto que se le notaba a Don Pedro en la entrepierna. Le sonrió.
Mi Mamá Hola, ¿vienes por una copa? Don Pedro S – Si, por favor.
Mi Mamá Pues te vas a quedar con las ganas, porque esta era la última botella y ya me la terminé. ¡! Ja Ja Ja ¡! Don Pedro En la alacena hay más.
Mi Mamá se sentó en cuclillas para buscar la botella. Al momento de levantarse, tiró sin querer una cuchara que estaba en la alacena, y se agachó por ella. Don Pedro pudo ver como se marcaba el portentoso trasero amenazando con romper la breve tela de la faldita. Al ver esto Don Pedro apretó los labios, y llevó la mano a la entrepierna, donde se veÃ*a claramente que tenia una erección.
Don Pedro ¿Te ayudo?
Mirándole fijamente el escote.
Mi Mamá Por favor
Contestó ella, mirando la entrepierna de Don Pedro donde se marcaba claramente un bulto enorme. Don Pedro sirvió una cuba y se la tendió a mi Mamá.
Don Pedro ¿Te enojaste conmigo? Mi Mamá No, para nada. ¿Por qué dices eso? Salud
Y apuraron el contenido de sus copas. Don Pedro sirvió otra copa.
Don Pedro Por como te cotorrearon mis amigos. Mi Mamá Lo que pasa es que …, la verdad… Don Pedro ¿Qué? Mi Mamá La verdad no me gustó como me miraban. ParecÃ*a que me desnudaban con la vista.
Don Pedro Pero sÃ* hasta te sentaste al lado de Roberto. Mi Mamá Pues si, pero creo que es el único decente. Don Pedro ¿El único? Mi Mamá Bueno, claro que tú también eres decente. Tú nunca me faltarÃ*as al respeto, ¿O sÃ*? Don Pedro No, no lo harÃ*a.
Mi Mamá ¿Qué te dijeron de mÃ*? La verdad es que también me di cuenta de que estaban comentando cosas sobre mÃ* cuando me pare. Salud.
Nuevamente bebieron sus copas. Don Pedro sirvió una tercera y se sentaron.
Don Pedro Nada en especial. Lo que pasa es que todos coincidimos en que tienes un cuerpo precioso, sobre todo tus piernas. De verdad tienes unas piernas hermosas, y con esa faldita tan corta lucen mucho más. Mi Mamá ¿En serio crees que esta muy corta? Don Pedro Def
initivamente esta muy corta. Mi Mamá Y tengo otras mucho mas cortas. Lo que pasa es que ya me acostumbré a usar faldas o vestidos cortitos. Casi nunca me pongo pantalón.
Don Pedro La verdad es que luces bellÃ*sima. Pocas mujeres lucen las minifaldas como tu. Tienes unas piernas muy lindas. Mi Mamá Y no me has visto con medias y liguero. De hecho, me iba a traer una falda mas cortita abierta de los lados, medias negras y liguero, nada más que compre unas medias, y no me preguntes porque, pero me aprietan un poco. De hecho, ya venia para acá, pero como me sentÃ*a un poco incomoda me regrese a quitármelas. De hecho todavÃ*a tengo una marquita, mira.
Mi mama levanto un poco su faldita y le mostró a Don Pedro unas pequeñas marcas de resorte en sus piernas. El acerco su mano y le acaricio suavemente la pierna, sintiendo la suave y tibia piel morena de mi mama. Ella entrecerró los ojos. Como no traÃ*a brassiere, el notó de inmediato que se hincharon sus pezones.
Don Pedro Pobrecita. ¿Te duele? Mi Mamá ¡! MMM, que rico ¡! Se ve que eres experto dando masaje. A ver cuando me das uno … pero con aceite y toda la cosa… y en todo el cuerpo … Don Pedro Claro, cuando quieras.
Mi Mamá Gracias, eres un amor.
Y mi Mamá se acercó a Don Pedro para besarlo en la mejilla, pegando su turgente cuerpo al de el. Al besarlo, sus labios rozaron ligeramente los de Don Pedro. Tomó su copa y salió contoneándose, Don Pedro veÃ*a extasiado el vaivén de esas deliciosas nalgas. Fue a unirse con su grupo de amigas. Y bailó todavÃ*a como hora y media más con Luis. Luego de un rato, Roberto se animo a sacarla a bailar. Ella aceptó. Al bailar, Roberto sé repegaba mucho a ella, que en lugar de molestarse correspondÃ*a con una sonrisa. Además se notaba que Roberto le habÃ*a caÃ*do muy bien. Don Pedro veÃ*a esto con mucha envidia, ya que era obvio que a mi Mamá la habÃ*a interesado Roberto. Al bailar, Roberto se acerco al oÃ*do de mi Mamá.
Roberto ¿A qué hora te vas a ir? Mi Mamá Ya. De hecho ya se me hizo tarde.
Roberto ¿Vives lejos? ¿Quieres que te acompañe? Mi Mamá No gracias.
Roberto �ndale, te llevo a tu casa. Es mas, si quieres vamos a algún otro lado a seguir la fiesta tú y yo. La verdad es que me agradaste mucho.
Mi Mamá Tú también me caes muy bien. Pero…
Roberto ¿Eres casada? Mi Mamá SÃ*, pero mi marido se encuentra de viaje.
Roberto Por eso mismo, vamos a aprovechar y nos vamos de parranda.
Mi Mamá No se …
Roberto Ya no lo pienses y vamonos.
Mi Mamá Ya se. La verdad es que no tengo muchas ganas de salir. Mejor te invito a tomar una copa en mi casa. ¿Quieres venir? Roberto Me encantarÃ*a. Mi Mamá Pero primero me voy yo. Como soy casada creo que no esta bien que me vean salir contigo. Pedro y Adriana son mis amigos y conocen a mi esposo, y no quiero que vayan a pensar otra cosa.
Roberto Esta bien, como tu quieras.
Mi Mamá Vivo en la otra calle en el numero 6. Es casa color durazno con puerta negra.
La música cesó en ese momento. Se despidieron.
Roberto Entonces nos vemos en 15 minutos.
Mi Mamá ¿Como crees? En media hora. Pero no me vayas a dejar plantada ¿eh? Roberto Nadie se atreverÃ*a a dejar plantada a una mujer tan bella como tu.
Esto último alcanzó a escucharlo Don Pedro. Mi Mamá se despidió de todo el mundo y se fue, sin siquiera voltear a ver a Don Pedro. La fiesta continuó normalmente para todos, bueno, no para todos. Roberto estaba muerto de excitación y se notaba un poco ansioso, ya que veÃ*a el reloj constantemente. Mientras que Don Pedro no podÃ*a apartar de su mente el recuerdo del contacto con las piernas de mi Mamá, y de solo pensar de qué estuviera poniéndose bonita para Roberto le daban muchÃ*simos celos. En eso, tuvo una idea. Fue a su recamara por una pastilla para dormir, y hábilmente la diluyó en una cuba que estaba sirviendo sin que nadie se diera cuenta. Le ofreció la cuba a Roberto.
Don Pedro Salud, salud.
Roberto Ya no, gracias. Ya me tengo que ir.
Don Pedro ¿Cómo que ya te vas? Roberto Es que mañana me tengo que levantar temprano.
Don Pedro ¿Vas a abrir el consultorio? Roberto Pues si, algo asÃ*.
Don Pedro Tomate la última y te vas.
Roberto Bueno. Salud.
Roberto se tomo su cuba y se despidió de todos. Don Pedro lo acompaño a su coche. Roberto comenzó a experimentar el efecto de la pastilla. Don Pedro lo ayudo a meters
e al coche, e inmediatamente Roberto se quedo dormido. Don Pedro sonrió para si mismo y camino hacia mi casa. Sintió el aire cálido de la noche. Era una noche de esas que invitan a la pasión. Toco suavemente en la puerta de la casa. Mi Mamá abrió y no pudo evitar un gesto de sorpresa al ver a Don Pedro.
Mi Mamá Hola Pedro. ¿Pasa algo? Don Pedro Nada. Solo querÃ*a saber si habÃ*as llegado bien.
Mi Mamá Si, no hay problema. Me asustaste.
Don Pedro ¿Me invitas a pasar? Mi Mamá Cla… Claro.
Y Don Pedro entró a la casa, cerrando la puerta. Siguió a mi Mamá. Ella se habÃ*a cambiado y llevaba puesta una faldita azul pastel cortita abierta de los lados, holgada, demasiado corta, que se levantaba a cada paso que daba. Llevaba una blusa blanca de tela muy delgada, ombliguera sin brassiere, bastante floja que apenas cubrÃ*a sus enormes senos. De hecho estaba tan floja que en cualquier momento podÃ*a salir alguno de ellos. Además sus lindos pies calzaban unos zapatos abiertos tejidos y grandes plataformas de madera. Lo que hacia que se viera más alta y su figura se resaltara. Entraron a la recamara. Todo lucia en excelente orden. La cama estaba impecablemente arreglada. En la cabecera de esta habÃ*a un gran espejo. Al lado de la cama estaba una sillita en cuyo respaldo descansaban la faldita y la blusa que mi Mamá llevaba puestas en la fiesta. En el tocador habÃ*a unos frascos con cremas, aceites y algunos perfumes, además de dos copas, una botella de vodka, varias botellas de agua quina y un recipiente con hielos. Sobre la cama se encontraba un baby doll blanco de encaje transparente.
Don Pedro ¿Esperas a alguien? Mi Mamá Si, invite a un amigo a tomar una copa.
Mi Mamá se sentó en la cama, cruzando sus hermosas piernas.
Don Pedro Y ¿Cómo has estado? Mi Mamá Bien, he tenido muchas cosas que hacer, pero no me quejo, la mayorÃ*a del tiempo estoy ocupada. ¿y tu? Don Pedro Pues en el trabajo estoy muy bien. Aunque últimamente estoy algo preocupado…
Mi Mamá ¿Por qué? ¿te pasa algo? Don Pedro No se, de hecho por eso vine a hablar contigo, porque tengo ganas de que alguien me escuche. Y tu siendo amiga de Adriana a lo mejor sabes algo que yo no se.
Mi Mamá ¿Algo? Don Pedro No se si Adriana te comento, pero ya tiene varios meses que no tenemos relaciones sexuales. No se porque razón, pero siempre que quiero hacerle el amor me pone algún pretexto para no hacerlo.
Mi Mamá ¿En serio? No, a mi no me ha platicado nada, de hecho la última vez que platique con ella de eso, me comento que sus relaciones eran muy ….. satisfactorias. Tanto que hasta me dio un poco de envidia …..
Don Pedro ¿Pues qué te comento? Mi Mamá Pues… cosas… Cosas de mujeres que no se puede platicar con los hombres. Pero no te preocupes. No eres el único que pasa por algo asÃ*. También tiene como medio año que mi marido no me toca. Cuando llega de trabajar siempre llega cansado, cena y se duerme. No se que le pasa.
Mi Mamá se paro y fue hacia un pequeño buró y se inclino a buscar algo con los pies muy juntos. Al hacer esto, su faldita se levantó lo suficiente para poder ver la mitad de su redondo y hermoso trasero. Don Pedro se agacho un poco para poder apreciar mejor el estupendo panorama que el portentoso culo de mi Mamá le estaba dando. Mi Mamá se dio cuenta de esto, y sonrió para si misma. Saco unos cigarros de un cajón y encendió uno, invitándole uno a Don Pedro.
Don Pedro ¿No se te hace que es muy tarde para recibir a un amigo? ¿A poco no se enoja tu esposo? Mi Mamá No, además estoy sola. Mi marido anda de viaje. Y de todas maneras no tendrÃ*a por que saberlo. Yo no lo voy a decir. ¿Tu si? Don Pedro Claro que no, pero… bueno … a mi no me gustarÃ*a que mi mujer recibiera a un amigo tan noche, con una micro-minifalda, en mi recamara y menos para tomar una copa. Este amigo tuyo. ¿Lo conozco? Mi Mamá Pero si no pienso hacer nada malo. Además la persona que invite es Roberto, tu compañero de Universidad, el que me presentaste hace rato. De veras, ya deberÃ*a haber llegado.
Don Pedro La verdad no creo que venga. Se emborracho bastante y se quedó dormido. Yo mismo lo acosté en su coche.
Mi Mamá ¿En serio? ¡Que lástima! Me habÃ*a caÃ*do muy bien. Es muy simpático.
Don Pedro ¿Y que es lo que tenÃ*an planeado hacer? Mi Mamá Nada en especial. Tomar una copa, platicar… ¿Quieres una copa? Don Pedro Por favor.
Mi Mamá destapo la botella y sirvió dos tonics.
Le ofreció una a Don Pedro. Brindaron y bebieron el contenido de sus copas.
Mi Mamá ¿Crees que soy fea? Don Pedro Pero para nada. Eres una mujer muy hermosa, que cualquier hombre desearÃ*a tener ¿Por qué la pregunta? Mi Mamá No se, pero tengo la impresión de que ya no le gusto a mi esposo. ¿Me veo vieja? ¿Tengo feo cuerpo? Don Pedro ¿Acaso no te has dado cuenta? Estas mucho, pero mucho mejor que muchas jovencitas.
Y Don Pedro clavo la vista en los senos de ella, ya que la blusita estaba muy abajo y dejaba ver la mitad de uno de sus pechos y la areola del pezón.
Mi Mama ¿En serio piensas que esta muy corta mi falda? Don Pedro CortÃ*sima. Apenas si te cubre las pompas. ¿Te la pones para salir a la calle? Mi Mama Si, ¿que tiene de malo? Don Pedro No, nada, pero no inventes. Con tantito que te agaches se te ven los calzones.
Mi Mama Por eso no me pongo ¡! Ja Ja Ja ¡! Don Pedro Pero ya, en serio. ¿A poco no molestan en la calle cuando sales? Mi Mamá Si, pero como siempre lo que me gritan son vulgaridades o corrientadas… Don Pedro ¿Pues que te gritan? Mi Mamá Ya sabes, cosas como ¡Mamacita, que buena estas! o ¡Que nalgotas! Corrientadas como esas. Pero bueno, al menos ellos me dicen algo, no que mi esposo tiene mucho que no me dice siquiera que se me ve bien un vestido, o algo asÃ*.
Dos lágrimas escurrieron por las mejillas de mi Mamá. Don Pedro se acercó a ella y la abrazó, reconfortándola. Puso la mano en su pierna, acariciándola suavemente. Mientras con la otra limpiaba sus lágrimas y las bebÃ*a.
Don Pedro No llores. De veras que no vale la pena. Vete en el espejo. Eres muy hermosa. Mi Mamá ¡Es que a veces hace tanta falta que te lo digan! Pero bueno. Gracias por tus palabras. De veras me has hecho sentir muy bien.
Don Pedro No me lo agradezcas, lo que me importa es que te sientas bien.
Mi Mamá Cambiemos de tema. Hace mucho calor. ¿No? Voy a ponerme algo más cómodo. Sirve mientras otras dos por favor.
Mi Mamá tomo el baby doll que estaba en la cama, y se metió al baño. Don Pedro sirvió dos tragos más. Luego de unos minutos mi Mamá salió del baño. Don Pedro contuvo el aliento al verla.
Mi Mamá ¿Cómo se me ve?
Dijo mi Mamá coquetamente, dándose una vuelta para enseñarle su baby doll a Don Pedro.
Don Pedro ¡Te vez preciosa!
Mi Mamá lucia hermosa, y más que llevaba puesto el baby doll sin brassiere, por lo que bajo la transparente tela se adivinaban los firmes y turgentes pechos, asÃ* como su diminuto bikini de encaje transparente.
Mi Mamá ¿Por qué no te pones cómodo tú también? ¿No tienes calor? Don Pedro Claro que si, y más viéndote vestida asÃ*.
Don Pedro se quito los zapatos, los calcetines, el pantalón y la camisa, quedando solamente con una camiseta sin mangas y un ajustado bóxer. Mi Mamá clavó la vista inmediatamente en el enorme bulto en la entrepierna de Don Pedro, donde se marcaba perfectamente el pene erecto apuntando hacia arriba, amenazando con romper la tela del bóxer. Mi Mamá lo invito a sentarse en la cama, y tomando unas sandalias de mi papa, se sentó en cuclillas para ponérselas, sin despegar la vista del tremendo paquete. Se paro y cambiaron de lugar, sentándose mi Mamá en la cama y Don Pedro en la silla. Continuaron tomando y platicando, hasta que a mi Mamá se le ocurrió ir por mi grabadora para poner música. AsÃ* lo hicieron y continuaron bailando música muy tranquila. El ambiente estaba cargado de erotismo, ya que con el calor de las copas Don Pedro agarraba a mi Mamá de la cintura, pero por abajo del baby doll. Con las manos abiertas, rozaba con las puntas de los dedos las nalgas de mi Mamá, sin atreverse a agarrarlas del todo. A lo más que se atrevÃ*a era a introducir un poco las puntas de los dedos entre el calzoncito y la piel de mi Mamá, para juguetear con el resorte de encaje. A su vez, mi Mamá se repegaba a el, sintiendo su paquete rozar deliciosamente su monte de Venus por encima del calzoncito. También rozaba con sus pechos el fuerte pecho de Don Pedro, lo que ocasiono que los pezones se endurecieran. Al terminar una de las piezas, mi Mamá se dirigió al tocador, para servir la otra ronda. Don Pedro se le acercó por atrás, y la abrazó de la cintura, pegándole el paquete en las nalgas. En ese momento comenzó a sonar música un poco mas movida, y ella, parando las nalgas y pegándose a Don Pedro, comenzó a moverse al ritmo de l
a música. Don Pedro la acariciaba cada vez más atrevidamente, ya que la tomaba de la cintura y subÃ*a sus manos por su vientre plano, hasta llegar al nacimiento de los ricos senos. Le beso los hombros despacio, al tiempo que sus manos se atrevieron a tomarla de los senos. Ella suavemente le retiro las manos. El volvió a intentarlo, subiendo sus manos despacio. Esta vez ella consintió, no haciendo ningún esfuerzo por retirarle las manos.
Mi Mamá ¿Y tú esposa? ¿No crees que ya notó tu ausencia? Don Pedro No creo, antes de salirme se fue a acostar porque según se sentÃ*a mal.
Mi Mamá ¿No crees que estarÃ*a celosa si supiera que estas conmigo? Don Pedro No creo, no estamos haciendo nada malo… Mi Mamá Pero un hombre y una mujer solos, es de pensarse ….
Eso si, pero … , ya no hablemos de ella, estamos muy a gusto.
Siguieron moviéndose. Don Pedro no la soltaba de los senos. Sin querer, mi mama movió un poco el tocador, lo que ocasiono que una de las copas se derramara, manchándole su panty y las piernas.
Mi Mamá ¡! Pero que tonta, ya me moje toda ¡!
Don Pedro tomo un kleenex de la caja que estaba en el tocador, y se hinco con una rodilla en el piso, y comenzó a limpiar el lÃ*quido de sus piernas. La panty estaba completamente mojada del frente, por lo que se pegaba al monte de Venus de ella, marcándose perfectamente la mancha negra de los vellos de su sexo. Don Pedro pasó el kleenex por esta parte, tratando de secarla. Acerco su boca y beso suavemente el monte de Venus por encima de la panty.
Don Pedro ¡! MMM ¡! Sabes a vodka. Ya esta, solo hay que esperar a que se seque tu panty.
Mi Mamá Mejor me la voy a cambiar.
Abrió un cajón del tocador y saco varios bikinis y tangas. Tomo dos y se los mostró a Don Pedro.
Mi Mamá ¿Cual te pondrÃ*as? Don Pedro Yo ninguna, pero creo que esta se te verÃ*a muy bien.
Mi Mamá OK. ¿Me esperas? Voy a cambiármela.
Don Pedro Mejor no te pongas nada ….
Mi Mamá ¡Como crees! Me verÃ*as desnuda …. Y me da un poco de pena … Don Pedro ¿Pena? Pero si estamos en confianza…. Además, no serias la primer mujer que verÃ*a desnuda ….
Pues si pero …. Ok …Pero no es justo que nada mas yo quede desnuda … Tu también tendrÃ*as que quitarte el boxer. Sirve que salgo de una duda que tengo desde hace tiempo …… Don Pedro ¿Duda? ¿Acerca de que? No se si preguntarte o no … Bueno … Es que … ¿Apoco lo tienes asÃ* de grande? Esta a punto de reventar tu boxer.
Dijo mi Mamá, señalando con el dedo la entrepierna de Don Pedro.
Don Pedro ¿Por qué la pregunta? ¿Se ve muy raro? Mi Mamá Más que raro, se ve enorme. Desde hace rato en tu casa lo note, y creo que te pusiste algo para impresionarme… Don Pedro ¿Y por qué tendrÃ*a que hacer eso? Mi Mamá No se, a todos los hombres les gusta mucho presumir su pene, y creen que cuanto más grande mejor.
Don Pedro ¿Y eso no es cierto? Mi Mamá No siempre… Aunque… Bueno, si, tienes razón, entre más grande mejor.
Don Pedro ¿Quieres comprobar si es real? Mi Mamá No se… Si me gustarÃ*a, pero solo para salir de dudas… Don Pedro Ven, acércate un poco y tócalo suavemente.
Don Pedro se puso de pie frente a ella. Ella lo miró a los ojos y acerco su mano a la entrepierna de el. Suavemente apretó el tronco por encima del bóxer de Don Pedro. Pudo sentir su dureza y no pudo evitar apretar los labios con ansiedad.
Don Pedro ¿Qué te parece? ¿Ya estas convencida? Mi Mamá Pues parece real, pero aún tengo mis dudas. ¿Que calor hace. no?
Al decir esto, mi Mamá dejo que el baby doll resbalara como agua por su cuerpo, quedando solamente con su bikini transparente, manchado aun de vodka. Se acostó a la orilla de la cama.
Don Pedro Pues solo queda una forma de que lo compruebes.
Mi Mamá ¿Cuál? Don Pedro Que lo veas.
Diciendo esto, le dio la espalda para despojarse de la playera, descubriendo lentamente el musculoso torso. Continuó quitándose también el bóxer lentamente. Mi Mamá veÃ*a detenidamente las nalgas de él. Don Pedro se dio la vuelta lentamente, y asÃ* mi Mamá pudo contemplar en toda su extensión el enorme pene. Abrió los ojos desmesuradamente, no podÃ*a creer lo que sus ojos veÃ*an. El pene de Don Pedro medÃ*a aproximadamente treinta centÃ*metros de largo, y como siete u ocho centÃ*metros de ancho. Bajo el enorme mástil pendÃ*an dos bolas tan grandes
como huevos de gallina. Don Pedro se acercó a ella, de manera que el erecto pene quedo a centÃ*metros del rostro de mi Mamá.
Mi Mamá ¡! No puedo creerlo, está enorme ¡! ¡! Es el más grande que he visto en mi vida !!
Don Pedro tomó la mano de ella, y la puso sobre su pene. Mi Mamá trató de abarcar el enorme pene con su mano, sin conseguirlo. Ella respiraba con dificultad, y mas aún al ver ese delicioso y gigantesco pene tan cerca de su cara. Don Pedro se dio cuenta de la excitación de ella, que jugueteaba lenta y nerviosamente con la piel que cubrÃ*a su pene. Tanto jugueteo ocasionó que se descubriera la cabeza, que lucia amoratada y dejaba escapar una gota cristalina por la pequeña hendidura. Don Pedro se acerco aun más a ella, y comenzó a acariciarle el cabello. Mi Mamá podÃ*a aspirar el picante aroma que surgÃ*a del sexo de Don Pedro, y podÃ*a verlo a menos de siete centÃ*metros de su boca. Mi Mamá pregunto:
Mi Mamá ¿Qué pretendes? Don Pedro ¿Tu que crees, chiquita? Mi Mamá No se, por eso te pregunto.
Don Pedro ¿Segura que no sabes? Mi Mamá No, de veras no se… Don Pedro Yo creo que si sabes… ¿Te gusta como huele? Mi Mamá ¡! MMM ¡! Si, tiene un olor muy especial… Rico… Don Pedro ¿Ves como late? DeberÃ*as sentirte orgullosa de provocar esto… Mi Mamá Esta bien grandote… Y huele muy rico… Me pregunto a que sabrá… Don Pedro ¿Quieres probarlo? Anda… Chúpalo poco a poco ….. Mi Mamá No se… Me gusta mucho… Pero… No … Me encantarÃ*a, pero … Don Pedro No te quedes con las ganas. Tómalo, es tuyo. Mámalo despacito… Saboréalo lentamente….
Al decir esto, Don Pedro pasó delicadamente la base de la cabeza del pene por los carnosos labios de mi Mamá. Ella estaba entre la espada y la pared, no tenia escape. Por un lado estaba la cabecera de la cama, y por otro estaba ese enorme y delicioso trozo de carne. Agacho la cabeza. SabÃ*a que debÃ*a tomar una decisión. Luego de unos instantes, volteó a ver a Don Pedro a los ojos, y el pudo leer en los de ella la respuesta. Ella jaló hacia atrás el prepucio, descubriendo completamente la enorme cabeza. La visión era impresionante, ya que la ancha verga surgÃ*a poderosa, con las venas a punto de reventar. Sin dejar de mirarlo a los ojos, ella acerco su lengua hacia el pequeño orificio de la punta, que aun conservaba la gotita cristalina en la punta. Se separo de el, mirando como se formaba un hilo viscoso entre su lengua y la punta del enorme pene. Don Pedro acariciaba con una mano su cabello, y con otra los turgentes y enormes pechos de ella, pellizcando los pezones haciendo que estos se pusieran duros. Mi Mamá abrió su boca y devoró la mitad del pene. Don Pedro solo cerró los ojos y gimió placenteramente. Mi Mamá comenzó a mamarle la verga en una forma de verdad deliciosa. Hacia cÃ*rculos con la lengua cuando la tenÃ*a adentro, lengüeteaba la cabeza y la succionaba deliciosamente. Don Pedro llevó una de sus manos a la entrepierna de ella, y le separó las piernas. Pudo ver como el bikini estaba empapado no solo de vodka, sino que ahora estaba completamente mojado de los jugos de ella, por lo que se dio cuenta de lo caliente que se encontraba. Comenzó a frotarle la vulva por encima del bikini, lo que hizo que mi Mamá se cimbrara de pies a cabeza al sentir esto. Ella interrumpió por un momento la suave succión que le estaba dando al pene de Don Pedro, y viéndolo a los ojos sin soltarle el pene le dijo:
Mi Mamá Pero… ¿qué estamos haciendo? Don Pedro ¿Qué pasa? ¿Acaso no te gusta? Mi Mamá No es de qué me guste o no, hemos perdido la cabeza, y eso no esta bien… Don Pedro ¿Qué es lo que no esta bien? Mi Mamá Tu y yo somos casados, además, tu esposa es mi amiga…
Don Pedro … y tu esposo es mi amigo también, pero eso no cambia el deseo que sentimos el uno por el otro.
Mi Mamá Tú también me gustas mucho, no puedo negarlo, pero no es posible, no podemos pensar en nada más.
Don Pedro la tomo suave pero firmemente de la cabeza, y se empujo hacia delante al tiempo que la atraÃ*a hacia si, obligándola a devorar el pito nuevamente. Ella se separo un poco y preguntó:
Mi Mamá ¿Por qué me haces hacerte esto? Don Pedro Porque eres toda mujer, una real hembra … Además, estas buenÃ*sima y se que deseas ardientemente una macho que te haga gritar de placer. Te estabas muriendo de ganas de mamármela desde que hace rato. No puedes negarlo.
Mi Mam&aac
ute; Pero me estas tratando como a una puta, y eso no me gusta.
Don Pedro ¿Por qué? Solo velo de esta forma: Eres una mujer muy hermosa, pero abandonada desde hace tiempo por tu esposo, y no puedes ir contra tus deseos, estas deseosa de macho, y aquÃ* estoy yo para satisfacerte. Solo disfruta el momento. ¿Te gusta como acaricio tu panocha ? Mi Mamá ¡! Ohh ¡! ¡! Si ¡! ¡!Mucho ¡! ¡! AsÃ* ¡! ¡! Que rico ¡! Don Pedro ¡! Estas empapada ¡! ¡! Me encanta sentirte asÃ* ¡! ¡! Debes saber delicioso ¡!
Diciendo esto, Don Pedro se acomodó de forma que su rostro quedara frente al monte de venus de ella, permitiendo que ella siguiera chupando y lamiendo su pene. Don Pedro tiro hacia abajo el bikini de ella, despacio. Ella cooperó encogiendo un poco sus piernas, para que el pudiera sacarlo solo de una pierna, quedando enredado en la otra. Ella separó las piernas sin ningún pudor, lo que le permitió a Don Pedro admirar en todo su esplendor la deliciosa raja. Era una maravilla de panocha. Estaba cubierta de unos vellos negros rizados, húmedos por las calientes y deliciosas secreciones de mi Mamá. Lengüeteó delicadamente la vulva de ella por encima, y veÃ*a excitado como el rosado clÃ*toris emergÃ*a duro, partiendo por si solo los delicados labios. Con los dedos los separó, lo que le dio la oportunidad de ver sin tapujos la delicada intimidad de mi Mamá. Acercó lentamente la lengua a los rosados labios de ella, y la caliente vagina devoró inmediatamente el húmedo e inquieto apéndice. Ella gritó al sentir esto. El movÃ*a la cadera suavemente, empujándose lentamente hacia abajo, como si la penetrara por la boca, invitándola a seguir disfrutando de su enorme pene. Ella a su vez se empujaba suavemente hacia arriba, incitando a Don Pedro a meter aún más la lengua dentro de ella. Don Pedro la hizo girar en la cama, pero quedando él siempre encima de ella. El sesenta y nueve le daba la oportunidad a uno de disfrutar del sexo del otro. Mi Mamá solo soltaba el pene de Don Pedro para gemir de placer, pero inmediatamente lo volvÃ*a a tomar, para seguir mamándoselo. Apretaba las nalgas de el, clavándole las uñas, incitándolo para que siguiera metiéndole su enorme verga por la boca. Del pene de Don Pedro brotaba muchÃ*simo lÃ*quido lubricante, tanto que comenzaba a escurrir por las comisuras de los labios de mi Mamá, aún y cuando ella trataba por todos los medios de saborear esa deliciosa miel masculina.
Mi Mamá ¡! Mmm ¡! ¡! Mmm ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! qué rico me lo haces ¡! ¡!mueve más tu lengua!! ¡! que rico ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! no pares que me vuelves loca, papito ¡! ¡! Ohh ¡! ¡! Mmm ¡! ¡! Mmm ¡! ¡! ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! me gusta mucho ¡! ¡! Mas ¡! ¡! Ahh ¡! ¡¡Ohh!! ¡¡AsÃ*!! ¡¡Ohh!! ¡¡Rico!! ¡¡Mas!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Mete más tu lengua!! Don Pedro ¡! lamb ¡! ¡! que rica panochita tienes ¡! ¡! Lamb ¡! ¡! no crei que supieras tan rico ¡! ¡! Ohh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! y mamas la verga delicioso ¡! ¡! que bueno que te guste ¡! ¡! mmm ¡! ¡! lamb ¡! ¡! slurp ¡! ¡! Slurp ¡! : ¡¡Que rico sabes, mamacita!! ¡¡Que panochon!! ¡¡mmm!! ¡¡slurp!! ¡¡slurp!! ¡¡slurp!! ¡¡Te gusta!! ¡¡lamb!! ¡¡como te la!! ¡lamb!! ¡¡mamo, ricura!! Mi Mamá ¡! Que verga tan rica tienes, papito ¡! ¡! Lamb ¡! ¡! Me gusta mucho su sabor ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Que rico ¡! ¡! Que huevotes tienes ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Lamb ¡! ¡! Lamb ¡! ¡! Peluditos ¡! ¡! Mmm ¡! ¡! Rico ¡! ¡! Me encanta ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Mamá mas mi panocha ¡! ¡! Cómetela ¡! ¡! Méteme toda tu lengua ¡! ¡! Ahh ¡! ¡¡AsÃ*, papito!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Me gusta mucho como lo haces!! ¡¡ohh!! ¡¡Es divino!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Me viene!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡asÃ*!! ¡¡mmm!! ¡! Me vengo ¡! ¡! Me vengo ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahhhhh ¡!
Don Pedro sintió como la miel del sexo de mi Mamá inundaba su boca, y un grito de ella acompañado con un espasmo le indicó que ella se estaba viniendo. Se apresuro a devorar esa miel saboreando su femenino sabor, y sintio que también estaba por terminar y decidió separarse de ella. El se paro a la orilla de la cama, y contempló a mi Mamá que estaba en la cama inmóvil, con los ojos en blanco y con su panocha chorreando jugo abundante. Su cuerpo todavÃ*a se estremecÃ*a por el orgasmo recién vivido.
Lentamente mi Mamá volvió en sÃ* y abrió los ojos. Don Pedro apretaba su enorme verga, exprimiendo el lubricante que quedaba todavÃ*a. En la punta se formo una gran gota que amenazaba con caer. Se acercó a ella y dejo que la gota cayera en
su boca, formándose nuevamente un hilito de lÃ*quido viscoso entre la punta de su verga y la boca de mi Mamá. Ella limpió con la lengua el residuo de lubricante que escurrÃ*a por las comisuras de sus labios. Se enderezó y lengüeteó la verga de Don Pedro para limpiar la humedad restante. Ella lo miró fijamente a los ojos:
Don Pedro ¿ Te esta gustando ? Mi Mamá Mucho, pero creo que está mal lo que estamos haciendo… Don Pedro ¿ Por qué ? Mi Mamá Porque somos casados, y lo que es peor: tu esposa es mi amiga, y mi esposo es tu amigo. Don Pedro No empieces de nuevo. ¿Sabes de que tengo ganas? De hacerte mÃ*a, de meterte mi verga en tu panocha y hacerte sentir mujer ….
Mi Mamá Pero entiéndeme. Sabes que no esta bien…
Don Pedro se acostó junto a ella, y poco a poco fue encimándosele, callando con besos las débiles protestas de mi Mamá. Las manos de el recorrÃ*an a placer el curvilÃ*neo cuerpo de mi Mamá. Ella se resistÃ*a un poco, tratando de contener las cachondas caricias que Don Pedro le prodigaba, pero la insistencia de él poco a poco fue venciendo la resistencia de ella. Sobre todo cuando Don Pedro deslizó un dedo por en medio de las nalgas de ella, y comenzó a toquetear el orificio posterior de ella.
Don Pedro Por favor, quiero cogerte…
Mi Mamá Pero lo tienes muy grande y no me va a caber.
Don Pedro Claro que si. Solo que tendrás que cooperar un poco para que no te lastime. Por favor deja meterte mi verga. Te lo suplico.
Mi Mamá hundió su lengua en la boca de Don Pedro, besándolo de la manera mas cachonda, chupando la lengua de el y dejando que el chupara la suya. El disfrutaba con el dulce néctar de la boca de mi Mamá, y mordisqueaba los carnosos labios. Ella le susurro al oÃ*do:
Mi Mamá ¡! Ya me tienes bien caliente ¡! ¡! Esta bien, cojéme papacito, te lo suplico ¡!
Mi Mamá se dio la vuelta sensualmente, poniéndose de a perrito en la cama. Don Pedro se hincó por detrás de ella, y acabo de quitarle el bikini. Aspiro el aroma de este, y lo aventó al piso. Con una mano sujetó firmemente la verga, la frotó, estimulándola un poco más. Lentamente comenzó a bajar el prepucio, asegurándose que quedara toda la cabeza descubierta. El enorme pene lucia imponente en todo su esplendor, húmedo, con las venas a punto de reventar, coronado por la enorme y amoratada cabeza que dejaba escapar de nuevo ese lÃ*quido cristalino por la pequeña hendidura. El pito de el cabeceaba y la panocha de ella latÃ*a, impacientes ya de unirse. Don Pedro acerco la punta a los labios vaginales de ella, y comenzó a frotarlos suavemente, calentándola aún más. Con la punta los separaba lo suficiente para frotar el pequeño clÃ*toris de ella, que lucia hinchado.
Mi Mamá ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Por favor ya metémela ¡! ¡! Ya no aguanto mas ¡! ¡! Mmm ¡! ¡! Cabrón ¡! ¡! Cojéme ya ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Que rico ¡! ¡! Ya nene, por favor ¡! ¡! Cojeme ¡!
Don Pedro acariciaba suavemente su espalda, y tomándola de la cintura, se empujo suavemente hacia delante, introduciendo lentamente su enorme verga en la panocha de ella. No sin cierto trabajo, los delicados pliegues de la deliciosa pucha se abrieron para dar paso al enorme invasor.
Mi Mamá ¡¡Ay!! ¡¡Me duele!! ¡! Sácamela ¡! ¡! Sácamela por favor ¡! ¡! No la aguanto ¡! ¡! Es demasiado grande ¡! Don Pedro ¡! Esperate tantito, putita ¡! ¡! Solo es cuestión de que te acostumbres un poco a el ¡! ¡¡ Que apretadita estas, mamacita!! ¡¡Hasta pareces virgen!! ¡¡ Claro que te cabe ¡! ¡¡ Esa panochita es capas de devorar esto y más !!
Al decir esto, Don Pedro dejó que la mitad de su tremenda verga se alojara en la delicada panocha de mi Mamá. Ella lanzó un grito, y casi se desmaya, sintiendo que el enorme ariete partÃ*a en dos su intimidad. Don Pedro cerró los ojos, deleitándose con la húmeda sensación y calidez de la pucha de mi Mamá, disfrutando al máximo los apretones que la panocha de la hembra daba a su pito. Esperó un instante, viendo como mi Mamá tenia los ojos cerrados y se mordÃ*a los labios, aguantando el dolor que le ocasionaba el ser penetrada en su intimidad por un instrumento tan grande. El suspiraba al sentirla tan apretadita, y se volvÃ*a loco al sentir la deliciosa vagina contraerse y apretarle el pene.
Don Pedro ¡! Ohh ¡! ¡! Que rico me aprietas con tu panocha ¡! ¡! Sabrosa ¡! ¡! Mmmm ¡! ¡! Por fin te estoy co
giendo ¡!
Mi Mamá no decÃ*a nada, permanecÃ*a inmóvil mientras Don Pedro la tenia ahÃ*, empalada. Poco a poco la sensación de dolor fue desapareciendo para dar paso a otra mucho más placentera. Lentamente abrió los ojos, volteó a ver a Don Pedro. El supo que era el momento. Suavemente, inició un movimiento de entrada y salida. Sacaba la verga hasta ver la ancha y ahora roja cabeza de su pito junto a la abultada labia de la panocha de mi Mamá, para luego de nuevo meter su enhiesta reata hasta la mitad. Mi Mamá comenzó a gemir, pero ahora sus gemidos eran de placer.
Mi Mamá ¡! Eso, papi ¡! ¡! AsÃ* ¡! ¡! Me encanta ¡! ¡! Mas ¡! ¡! Mas duro ¡! ¡! Cojéme mas ¡! ¡! AsÃ* papacito ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Mas ¡! ¡! Eso machote ¡! ¡! Mas, cabrón ¡! ¡! Me encanta como me coges ¡! ¡! No hay nadie como tu ¡! ¡! Mas mi cielo ¡! ¡! Mas papito ¡! ¡! Quiero Mas ¡! ¡! Métemelo ¡! ¡! AsÃ* ¡! ¡! Me está encantando ¡! ¡! Ahhhh ¡! Don Pedro ¡! Que rico coges, mamita ¡! ¡! Eso, asÃ* ¡! ¡! Oh, Dios ¡! ¡! Esto es un sueño ¡! ¡! Mmm ¡! ¡! Ohh ¡! ¡! Delicioso ¡! ¡! Eso, zorra ¡! ¡! AsÃ* ¡! ¡! Muévete mas, puta ¡! ¡! Eso ¡! ¡! Que rico aprietas ¡!
Don Pedro se agacho para sujetarla de las tetas, pellizcandole los pezones
Mi Mamá ¡¡Asi!! ¡¡Eso!! ¡¡Mas!! ¡¡Mas!! ¡¡Mas!! ¡¡Ohh!! ¡¡Ohh!! ¡¡Que rico!! ¡¡Nene!! ¡¡Mas!! ¡¡Damelo mas!! ¡¡Mas rápido!! ¡¡Asi!! ¡¡Ohh!! ¡¡Que verga!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Mas!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Eso Pedro!! ¡¡Asi!! ¡¡Duro!! ¡¡Mas!! ¡¡Damelo todo!! ¡¡Ohh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡mmm!! ¡¡Que rico!! ¡¡Ohh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Papito!! ¡¡Asi!! ¡¡Cojéme asi!! ¡¡Ahh!! ¡¡Me gusta como me cojes!! ¡¡Ohh!! ¡¡Eso!! ¡¡Ohh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Mas!! ¡¡Mas!! ¡¡Mas!! ¡¡Ohh!! ¡¡Metemelo mas!! ¡¡ohh!! ¡¡Mas!! ¡¡¿No eres Hombre o que?!! ¡¡Mas!! ¡¡asi!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ay!! ¡¡Ay!! ¡¡Que rico!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!!
Esto último exclamó mi Mamá al sentir que Don Pedro le metÃ*a toda la verga en la panocha. El no creÃ*a lo que estaba viviendo, ya que debido a su tamaño, no era muy común que cualquier mujer aguantara toda su verga en la panocha. Esta sensación lo enloqueció, y empujo fuerte, poseyendo a mi Mamá de una forma violenta. Don Pedro se la sacaba hasta ver la roja cabeza junto a los rozados labios de la panocha, y luego se empujaba hasta golpear la matriz de ella.
El se empujaba hacia delante buscando penetrarla lo mas hondo posible. Cuando hacia esto, mi Mamá se hacia atrás buscándolo todo también. Mientras Mi Mamá lo tenÃ*a todo adentro, Don Pedro restregaba su pelvis contra las aterciopeladas nalgas. La panocha de mi Mamá se abrÃ*a cuando el se empujaba hacia delante, y se contraÃ*a para no dejarlo salir, cosa que hacia que Don Pedro bufara como toro.
Don Pedro ¡¡Asi!! ¡¡¿Te gusta?!! ¡¡ohh!! ¡¡¿Quieres mas?!! ¡¡Ahh!! ¡¡puff!! ¡¡puff!! ¡¡Pues tenlo todo!! ¡¡asi!! ¡¡¿lo sientes?!! ¡¡ohh!! ¡¡que panocha tan rica!! ¡¡Ahh!! ¡¡estas ardiendo por dentro, nena!! ¡¡ohh!! ¡¡puff!! ¡¡puff!! ¡¡puff!! ¡¡mmm!! ¡¡Ya viste que si soy y muy hombre!! ¡¡mmm ¡¡¿Te gusta?!! ¡¡ohh!! ¡¡que rico coges, puta!! ¡¡Ahh!! ¡¡Apriétame mas, ricura!! ¡¡ohh!! ¡¡que nalgotas!! ¡¡que chichis!! ¡¡mmm!! ¡¡ohh!! ¡¡Ahh!! ¡¡puff!! ¡¡puff!!
Mi Mamá se estremeció al sentir un nuevo orgasmo. Don Pedro se separo de ella. Mi Mamá se tiro de espaldas en la cama, y separó las piernas, levantándolas, mostrando sin recato alguno la babeante panocha que lucia hinchada, mojada, esperando ser penetrada por su macho. Don Pedro se acomodo frente a ella entre sus piernas, la tomo de los tobillos y paso las piernas de ella por los hombros. La vista de mi Mamá iba de los ojos de Don Pedro a su verga, quedándose en esta última la mayor parte del tiempo. Don Pedro centró nuevamente la verga en la entrada de la vagina de ella, y la metió sin ninguna contemplación. Esta nueva posición le permitÃ*a besarla en la boca, asÃ* como chuparle las enormes tetas. De pronto, Don Pedro sintió su boca invadida de un sabor dulce, delicioso. Apretó más el enorme seno, y un chorro de leche viscosa y dulce salio, invadiendo su boca. El se enloqueció con el sabor de la leche que brotaba de esas deliciosas tetas, mientras ella disfrutaba el momento con todos los poros de su piel. Don Pedro la estaba haciendo sentir una mujer completa, una mujer que se estaba entregando sin recato al amigo de su esposo, una mujer que a la que estaban satisfaciendo enormemente. Don Pedro le chupaba los dedos de los pies, y l
os talones, tanto como se lo permitÃ*an los zapatos de ella. Mi Mamá gemia y gritaba de placer, sintiéndose penetrada en toda su intimidad por aquel enorme miembro de macho. El no paraba de mamarle las tetas, llenándose del sabor de su leche.
Don Pedro ¡¡puff!! ¡¡Que rica lechita, mamacita!! ¡¡no pensé que tus chichas estuvieran llenas de leche!! ¡¡ohh!! ¡¡¿Estas embarazada?!! Mi Mamá ¡¡Te gusta mi lechita!! ¡¡Acábatela, papacito!! ¡¡Es toda para ti!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡No estoy embarazada!! ¡¡Solo me sale leche cuando me éxito mucho!! ¡¡ahh!! ¡¡ahh!! ¡¡Ohh Papito!! ¡¡que rico!! ¡¡mas!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡lo siento hasta los ojos!! ¡¡ohh!! ¡¡mmm!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡mmm!! ¡¡rico!! ¡¡ayy!! ¡¡ohh!! ¡¡que rico!! ¡mmm!! ¡¡Cojéme!! ¡¡muévete mas!! ¡¡eso mi macho!! ¡¡asi!! ¡¡mmm!! ¡¡mas!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Eso Machote!! ¡¡mmm!! ¡¡que verga!! ¡¡ohh dios mio, que rico!! ¡¡Ahh!! ¡¡que vergota!! ¡¡Ahh!! ¡¡mas!! ¡¡mas!! ¡¡mas!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡besame!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡ ohh ¡! ¡¡¿te gusta?!! ¡¡ahh ¡¡ahh ¡¡a mi me esta encantando!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! Don Pedro ¡¡puff!! ¡¡puff!! ¡¡puff!! ¡¡ohh!! ¡¡mamacita!! ¡¡eso!! ¡¡asi!! ¡¡que rica estas!! ¡¡mmm!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡eso nena!! ¡¡mmm!! ¡¡que piecitos tan lindos!! ¡¡ohh!! ¡¡que rico!! ¡¡puff!! ¡¡puff!! ¡¡¿te gusta como te cojo?!! ¡¡mmm!! ¡¡puff!! ¡¡puff!!
Mi Mamá se arqueo hacia delante, viviendo con todos sus sentidos la intensidad del nuevo orgasmo. Don Pedro se lo saco y se acostó al lado de ella, por atrás. Con una mano levanto una de las piernas de ella, y le pasó el brazo por la espalda para tomar uno de sus pechos. La mano ella busco la verga, y la chaqueteo por algunos segundos, entendiendo perfectamente lo que el querÃ*a hacer. La acerco hacia la entrada de su panocha, y Don Pedro la alojó sin ningún esfuerzo. La posición de angelito era perfecta. El comenzó a meterla y sacarla de nuevo, mientras sentÃ*a un placer enorme al sentir las nalgotas de mi Mamá en su pubis. Ella volteó la cabeza para poder besarlo, al tiempo que una de las manos de ella frotaba el sensible clÃ*toris. Sus cuerpos sudados empapaban las sabanas, y ella se volvÃ*a loca por el placer que sentÃ*a en ese momento.
Mi Mamá ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡pero que bueno eres cogiendo, papi!! ¡¡asi!! ¡¡destrozame!! ¡¡ohh!! ¡¡parteme en dos!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡mmm!! ¡¡papacito!! ¡¡que rico lo haces!! ¡¡asÃ*!! ¡¡me gusta como haces el amor!! ¡¡eso!! ¡¡nene!! ¡¡asi!! ¡¡mas!! ¡¡mas!! ¡¡mas!! ¡¡ohh!! ¡¡ayy!! ¡¡ayy!! ¡¡mmm!! ¡¡mas!! ¡¡eso mi macho!! ¡¡asi!! ¡¡metemelo mas!! ¡¡ohh!! ¡¡¿te gusto?!! ¡¡asi!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡por favor!! ¡¡mmm!! ¡¡dime que te gusto!! ¡¡ohh!! ¡¡mi amor!! ¡¡mas!! ¡¡mi amor mas!! ¡¡ohh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡rico!! ¡¡que hombre!! ¡¡ohh!! ¡¡nene!! ¡¡matame de placer!! ¡¡asi!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Eso Papacito!! ¡¡asi!! ¡¡mmm!! Don Pedro ¡¡¿te gusta como te estoy cogiendo?!! Mi Mamá ¡¡Mucho!! ¡¡Esto es lo que necesitaba!! Don Pedro ¡¡Dime quien es tu macho!! Mi Mamá ¡¡Tu, mi vida!! ¡¡Eres todo un macho!! ¡¡Mi macho!! ¡¡Ahh!! ¡¡Eres un semental!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! Don Pedro ¡¡¿Tu marido es mejor? !! Mi Mamá ¡¡Nunca, el no se compara contigo. Tu si sabes lo que una mujer necesita!! ¡¡Ahh!! ¡¡que rico estas, papacito!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ya por favor!! ¡¡ahh!! ¡¡damelos todos!! ¡¡quiero toda tu leche!! Don Pedro ¡¡¿Ya los quieres? !! ¡¡¿Quieres que me venga dentro de ti, zorra?!! Mi Mamá ¡¡Si papi, damelos ya!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!!
Don Pedro apretó las tetas de ella, exprimiéndolas. La leche salÃ*a a chorros, de pronto, los dos se estremecieron, y Don Pedro le metió toda la verga en la panocha de mi Mamá, dejando escapar un torrente impresionante de semen.
Don Pedro ¡¡Pues hay te van mamacita!! ¡¡Ahh!! ¡¡Son todos tuyos, puta!! ¡¡Ahh!! ¡¡Tomalos en tu panocha!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! Mi Mamá ¡¡Que rico!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ya los sentÃ* papacito!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Que calientitos estan!! ¡¡Me queman por dentro!¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!!
Mi Mamá tenia los ojos en blanco, al igual que el. La panocha de mi Mamá fue incapaz de contener tanto esperma, y los bordes de esta dejaron escapar un poco mezclado con la miel de ella. Esta esencia de vida resbalo hasta caer en las sabanas. Los dos quedaron ahÃ*, enchufados, unidos sus cuerpos sudorosos por los sexos de ambos. Estuvieron como un minuto todavÃ*a pegados, parecÃ*a que no querÃ*an despegarse nunca. Don Pedro se desenchufo de ella lentamente. Y quedaron abrazados los dos, recuperando el aliento. Luego de un rato, Don Pedro fue el primero que hablo.
Don Pedro ¿Te gustó? Mi Mamá Fue maravillos
o. Nunca nadie me habÃ*a cogido asÃ*. TodavÃ*a siento cosquillitas en mi panocha, como si tus espermas se movieran dentro de mi.
Don Pedro ¿Has cogido con muchos? Mi Mamá No. Hay muchos que quieren andar conmigo, pero la verdad es que no, no me he animado. No te voy a negar que muchos me gustan, pero me he reprimido por mis principios. Pero después de esta noche voy a cambiar, tengo que liberarme sexualmente, y si mi esposo no puede o no quiere satisfacerme, hay muchos otros que si están dispuestos a hacerlo. De hecho pienso coger con cualquiera que me guste y que tenga un pito lo suficientemente largo y grueso para hacerme disfrutar. Aunque la verdad después de gozar una verga como la tuya, se que no va a ser fácil encontrar alguien asÃ*.
Don Pedro ¡¡Eres una puta!! ¿Sabes? Me gustas por eso, por zorra. Cuando te veÃ*a trabajando con mi esposa y te veÃ*a tan recatadita, en el fondo siempre supe que eras una puta y que acabarÃ*amos cogiendo tu y yo como ahora.
Mi Mamá ¿A poco si tan seguro? Pude haberte rechazado, ¿no? Don Pedro Estaba seguro de que en cuanto me vieras la verga, ibas a morirte de ganas por comértela, asÃ* como estoy seguro de que ahora que la probaste se te quitara esa idea tan pendeja de coger con cualquiera.
Mi Mamá no contesto, se limito a chaqueteársela lentamente a Don Pedro.
Mi Mamá La verdad me tienes impresionada. Ya te la mame, ya me cogiste, te veniste y no se te ha bajado. TodavÃ*a está durÃ*sima.
Don Pedro Esta lista para lo que sigue.
Mi Mamá ¿Sabes? Me acabo de enamorar de tu enorme y deliciosa verga. ¿Te gustarÃ*a hacérmelo por atrás? Nunca me lo han hecho asÃ*.
Don Pedro ¿Por atrás? ¿Quieres que te la meta en el culo? Mi Mamá AsÃ* es. Por favor, papi, cojeme por atrás, estoy bien caliente. Méteme la verga en el culito ¿Si? Don Pedro Me encantas, putita. Encantado de estrenar este culito, solo que debemos tener cuidado para que te duela lo menos posible. Acomódate, nena.
Mi Mamá ¡¡Lo que tu digas, papacito!!
Mi Mamá se acomodo de perrito en la cama, separando las redondas nalgas con las manos, ofreciéndole a Don Pedro su delicioso trasero. Don Pedro veÃ*a encantado ese delicioso culo, que se fruncÃ*a como invitando y rechazando al mismo tiempo. Se agachó por atrás de ella, y acerco su nariz al pequeño culito. Aspiro con delicia el aroma tan Ã*ntimo de ella, y loco de excitación sacó la lengua y comenzó a picotear el rico orificio. Poco a poco, la lengua de Don Pedro fue abriéndose paso, introduciéndose lentamente en el caliente agujero posterior de mi Mamá. Ella comenzó a moverse, urgiendo a Don Pedro a meter más la lengua dentro de su culito.
Don Pedro ¡! lamb ¡! ¡! lamb ¡! ¡! lamb ¡! ¡! lamb ¡! ¡! Slurp ¡! ¡! slurp ¡! ¡! Que rico culo ¡! ¡! Peludito ¡! ¡! mmm ¡! ¡! apretadito ¡! ¡! Me encanta como se frunce ¡! ¡! mmm ¡! ¡! lamb ¡! ¡! slurp ¡! ¡! Slurp ¡! ¡¡ que buen culo tienes, zorrita !! ¡¡ te gusta como te lo mamo !! ¡¡mmm!! ¡¡slurp!! ¡¡slurp!! ¡¡slurp!! ¡¡ que rico !! ¡¡lamb!! ¡lamb!! ¡¡ mmm !! ¡! lamb ¡! ¡! lamb ¡! ¡! rico ¡! ¡! slurp ¡! ¡! slurp ¡! ¡! slurp ¡! Mi Mamá ¡! Me encantas, papi ¡! ¡! mmm ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! mas ¡! ¡! Eso !! ¡! AsÃ* ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Mas, papacito, mas ¡! ¡! Ohh ¡! ¡! Rico papito ¡! ¡! Mmm ¡! ¡! Comete mi culito ¡! ¡! Ahh ¡! ¡! Es todo tuyo ¡! ¡! Mas ¡! ¡! Cometelo más ¡! ¡¡ todo !! ¡¡AsÃ*!! ¡¡Ohh!! ¡¡Rico!! ¡¡Mas!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡ Meteme más tu lengua !! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡ Me encantas!! ¡¡Ahh!! ¡¡Ahh!! ¡¡ Mas !! ¡¡mmm!! ¡! Que rico ¡! ¡! Ayyy ¡! ¡! Que rico ¡! ¡! Ahhhhh ¡! ¡! Ahhhhh ¡! ¡! Ahhhhh ¡! ¡! Ahhhhh ¡!
Don Pedro metÃ*a la lengua dentro del culo de mi Mamá tanto como este se lo permitÃ*a, y la movÃ*a volviéndola loca de placer. MetÃ*a y sacaba su lengua, y también mamaba la pequeña separación existente entre la panocha y el culo. Aprovechó para meter un par de dedos dentro de la ardiente panocha de mi Mamá. La dedeaba con maestrÃ*a, arrancándole gemidos de placer. A el le encantaba sentir en su lengua sus propios dedos, solo separados por una pequeña pared. De pronto, un chorro de miel broto del la panocha de mi Mamá, acompañado de un pequeño gritito. La miel escurrió por sus torneados muslos. Mi Mamá se agarró fuerte de la cabecera de la cama, y volteo a verlo, dirigiéndole una mirada cargada de deseo. Don Pedro sabÃ*a que estaba lista para
recibirlo. Se hinco detrás de ella, y se escupió en la mano. Untó su pene con la saliva, acerco la punta hacia el pequeño orificio posterior de mi Mamá, y tomándola de la cintura, empujó suavemente, lo que permitió que la cabeza entrara. Mi Mamá enterró la cabeza en la almohada, y la mordió, aguantando el dolor que le ocasionaba el ser penetrada por atrás por tan grande instrumento. Lentamente Don Pedro deslizó su pene por el estrecho agujero, y cuando consiguió meterlo todo se espero, disfrutando del calor que la calida cueva le comunicaba a su verga.
Don Pedro ¿Te duele? Mi Mamá ¡! Mucho, siento que me partes en dos. Ayy¡! Don Pedro Si quieres te lo saco y te cojo por la panocha otra vez.
Mi Mamá No, no. Quiero darte el placer que ninguna mujer te ha dado. Nada más házmelo despacito. Don Pedro ¡! Que linda putita, y que rico culito tienes ¡! Aprietas delicioso.
Mi Mamá ¡! Que bueno que te guste ¡! A mi también esta empezando a gustarme.
Don Pedro comenzó a moverse lentamente de atrás hacia delante, suavecito, teniendo cuidado de no lastimarla, permitiendo que poco a poco la estrecha funda se acostumbrara al enorme ariete. Poco a poco, mi Mamá comenzó a sentir como la sensación de dolor comenzaba a desaparecer, y una nueva sensación de placer comenzaba a surgir, invadiendo sus sentidos lentamente. Don Pedro advirtió esto, ya que al empujar hacia delante, mi Mamá se empujaba hacia atrás, buscándolo. Poco a poco, los movimientos se hicieron más violentos, a tal grado que Don Pedro se agacho para tomar a mi Mamá de las tetas, exprimiéndolas, sacándoles leche y metÃ*a y sacaba la verga ya sin ningún esfuerzo. El veÃ*a fascinado como las nalgas de mi mamá formaban un corazón perfecto, y el ver como su verga desaparecÃ*a en medio de estas lo calentaba mucho más. Mi mamá comenzó a moverse mas rápido, gimiendo y gritando de placer. Don Pedro la tomó de la cintura, y comenzó a empujarse más fuerte, al tiempo que le daba de nalgadas para que ella también se moviera. Las tetas de mi mamá se balanceaban rÃ*tmicamente, y Don Pedro la veÃ*a por el espejo de la cabecera. Mi mama lo veÃ*a a los ojos por el espejo, y saco la lengua para remojar sus carnosos labios. El estaba terriblemente excitado, pues se restregaba contra las aterciopeladas nalgas cuando lo metÃ*a todo.
Don Pedro ¿Te gusta como te estoy cogiendo por el culo? Mi Mamá ¡! Si papito ¡! ¡! Mas, mas ¡! ¡! AsÃ* ¡! ¡! Se siente super rico ¡! ¡! Mas, dame mas ¡! ¡! Damelo todo ¡! ¡! Eso, asÃ*, cógeme ¡! ¡! Ayy, ahh, ahh, ahh ¡! ¡! Que rica verga ¡! ¡! Me matas, eso mi amor ¡! ¡! Asi ¡! ¡! Ohhh, más más más ¡!
Don Pedro se la saco, y comenzó a golpear las nalgas de mi mamá con la verga, usándola como si fuera un fuete hasta dejárselas rojas. El se bajó de la cama, y se sentó en la silla. Mi mamá lo siguió, y se sentó sobre él, dándole la espalda. Don Pedro tomo la verga y la encamino hacia el pequeño orificio trasero de mi mamá, y ella se sentó, recibiéndola toda. Don Pedro la tomo de las tetas, y comenzó a masajearlas, pellizcándole los pezones y apretándolas para que saliera lechita, que escurrÃ*a por el vientre plano de ella, hasta llegar a la hinchada panocha, terminando en su culo, donde Don Pedro seguÃ*a metiéndole y sacándole la verga. Los papeles se invirtieron, ya que ahora era mi mamá la que hacia todo el esfuerzo, dándose de sentones en la verga de Don Pedro, y movÃ*a su culo en forma circular cuando lo tenia todo adentro.
Mi Mamá ¡!Ahh, Ahh, Ahh¡! ¡!Dios mÃ*o¡! ¡!Que rico siento¡! ¡!Ahh, Ahh¡! ¡!Siento que se me salen los ojos¡! ¡!Bésame, soy tuya¡! ¡!Papacito, estas bien rico¡! ¡!Eres todo un hombre¡! ¡!Eso macho, asÃ*¡! ¡!Mátame de placer¡! ¡!Eso¡! ¡!Ahh Ah Ahh¡! Don Pedro ¡!Estas desatada¡! ¡!Me encanta como te mueves¡! ¡!Eso, asÃ* perrita¡! ¡!Muévete más rápido zorra¡! ¡!Mmmm¡! ¡!Que nalgotas tienes¡! ¡!Estas bien buena¡! ¡!Me facinas¡!
Luego de un rato de estar cogiendo en esa posición, ella se separó, y se acostó en la cama, separando las piernas. Don Pedro, se acercó, y levantándole las piernas a mi mamá, metió de nueva cuenta su verga en el ardiente culo de ella. Comenzó a limarla violentamente, mientras ella frotaba su rosado y duro clÃ*toris. Ella se vino, ya que su pa
nocha hizo un ruidito raro, y dejó escapar un mar de miel femenina. Don Pedro tuvo entonces una mejor idea: Juntando los pies de mi mamá, le levantó un poco mas las piernas, lo que permitÃ*a que la raja y el culo quedaran indefensos, a merced del enorme ariete de el. Entonces, el comenzó a alternar las penetraciones, cogiendoselá por la panocha o por el culo como se le daba su gana. Esto arrancó gritos de placer de la poseedora de tan bellos encantos. Luego de unos minutos, se separaron, regresando a la primera posición: Mi mamá de perrito y Don Pedro detrás de ella. El seguÃ*a alternando las metidas, metiéndoselo ya sea en el culo o en la panocha.
Mi Mamá ¡!Que rico, papi!! ¡!Quiero mas!! ¡!Lo haces riquisimo!! ¡!Ahh Ahh Ahh!! ¡!Te amo, papacito!! ¡!Ohh!! ¡!Dime que me quieres!! ¡!Dime que te gusto!! ¡!Ayy!! ¡!Me encanta sentir tus bolas pegando contra mis nalgas!! ¡!¿Por que no tienes dos vergas?!! !¡!Ahh!! ¡!Te quiero!! Don Pedro ¡!Me encantas, puta!! ¡!Yo también te quiero, mi vida!! ¡!Nunca te voy a dejar!! ¡!Me encanta como cojes!! ¡!Ahhh!! ¡!Estas bien sabrosa!! ¡!Eres toda una hembra, te adoro, nena!!
De pronto, los movimientos de Don Pedro se hicieron más rápidos y violentos. Ahora solo la penetraba por el culo, y la mano de mi mamá busco las bolas de él, apretándolas. Su boca dejo salir un grito de desahogo, de placer, y tomó a mi mamá de las tetas apretándolas fuertemente al tiempo que su verga liberaba una fuente abundante de semen, bañando con esto las entrañas de mi mamá. Ella gritaba loca de placer, y al sentir el chorro de semen quemándole por dentro, no pudo más, y comenzó a llorar de placer, al igual que su panocha, ya que esta dejo escapar un chorro abundante de miel que le escurrÃ*a por en medio de las piernas hasta caer en la sabanas. La venida fue impresionante, más impresionante que la primera, ya que luego de arrojar dos grandes chorros de semen dentro del culo de ella, se la sacó, pero solo para arrojar dos grandes chorros en medio de las deliciosas nalgas. El semen escurrió por fuera de la deliciosa raja. Mi Mamá se dejó caer en la cama sin fuerzas. Don Pedro se desplomo al lado de ella, sudoroso. Despues de un rato de reposo, y luego de recuperar el aliento, mi mamá le sonrió a Don Pedro. El la abrazó tiernamente. El empezó a acariciarle las nalgas suavemente, despacio, mientras ella sujeto tiernamente el pene, que seguÃ*a duro a pesar de toda la faena vivida. Mientras hablaban, ella le hacia una chaqueta lentamente.
Mi Mamá Estuviste genial. Realmente lo disfruté mucho. ¿Tu? Don Pedro Me fascinó. Realmente coges bien rico. ¿Te dolió? Mi Mamá Al principio sentÃ* que me partÃ*as en dos, pero poco a poco me fui acostumbrando. La verdad no creÃ* que este monstruo cupiera en un hoyito tan pequeño. Me encantó esa forma de coger alternando mi cosita y mi culito.
Don Pedro ¿De veras te gusto? Mi Mamá MuchÃ*simo.
Don Pedro Me alegró, pero… ¿Por qué dijiste que te gustarÃ*a que tuviera dos penes? Mi Mamá Porque asÃ* podrÃ*as cogerme por los dos lados al mismo tiempo. Debe sentirse muy rico, papi.
Don Pedro ¿Lo has hecho con dos hombres al mismo tiempo? Mi Mamá Nunca. No te digo que nunca me habÃ*an cogido por atrás… Don Pedro ¿Lo harÃ*as? Mi Mamá No se… Tal vez… No, creo que no. Don Pedro Está bien. Creo que ya me voy. Además tú estabas esperando a tu amigo Roberto.
Mi Mamá Pero no dices tu que ya esta perdido de borracho. No te vayas, quédate, por favor, papito, ¿Si? Me da miedo estar sola.
Don Pedro No se… ¿QuerÃ*as coger con Roberto, verdad puta? Mi Mamá No, en serio. Me cayó bien, pero la verdad lo cite porque tú siempre me has gustado, pero nunca me has hecho caso, y querÃ*a ver si te encelabas un poco… Don Pedro ¿En serio? Mi Mamá La verdad, te amo Pedro. Siempre he estado enamorada de ti… ¿Tu no sientes nada por mi? Don Pedro Pues… Siempre me has gustado también. Estas bien buenota y eres hermosa…¿Qué hubiera pasado si no vengo? ¿HabrÃ*as cogido con Roberto, verdad? Mi Mamá No se… Pero ya no pienses en eso. Estoy contigo y me encantó como me cogiste. La verdad al principio me resistÃ*a por mi esposo y por tu esposa, pero ahora que estuve contigo no pienso dejarte nunca. Es más, te voy a demostrar todo lo que te quiero.
Mi mamá se paró de la cama, toman a Don Pedro de la mano, invitándolo también a ponerse de pie. Se acercó a el, y lo beso en los labios de f
orma muy cachonda. El solo la tomó de las nalgas, y comenzó a acariciárselas. Lentamente, mi mamá fue bajando por su cuello, lamiéndolo. Llegó a las tetillas de el y las succionó lentamente, siguió su camino por el abdomen. Se arrodilló enfrente de él, y viéndolo a los ojos, le lanzó una ardiente mirada de puta, de hembra en celo. Ella le bajó el prepucio lo más que pudo y comenzó a frotar con sus chichis el enorme ariete. Don Pedro solo suspiraba de placer. Mi mamá bajo su cabeza, y comenzó a cubrir de tiernos besitos le enorme verga, asÃ* como los huevos. De pronto, sus carnosos labios formaron una “oâ€�, y lentamente devoro la enorme cabezota, para succionarla lentamente. La sensación en Don Pedro era deliciosa, por lo que el la tomó de la cabeza y suavemente comenzó a empujarse para metérsela. Mi mamá devoraba todo aquel delicioso pedazo de carne hasta sentir la punta golpear con las anginas. Ella hacia circulitos con la lengua cuando la tenia adentro, lo que hacia que Don Pedro solo gimiera de placer. Luego de unos minutos de violento accionar lingual de mi mamá, Don Pedro grito, y viviendo un intenso orgasmo, dejó escapar nuevamente un abundante chorro de semen, solo que ahora la descarga fue directamente en la boca de mi mamá. Ella casi fue derribada de espaldas por el enorme chorro. La venida fue tan poderosa que su boca fue incapaz de contenerlo todo, ya que el semen que no alcanzaba a devorar, escurrÃ*a por las comisuras de sus labios. Don Pedro todavÃ*a lanzó varios chorros de semen, bañando con estos la cara y las tetas de mi mamá. Ella limpió todo el semen de la verga de el, exprimiendo hasta la última gota. El semen de las tetas y de la cara lo embarro como si se tratase de crema facial. Se paro, le dio un apasionado beso a Don Pedro, y contoneándose entró al baño. Cuando salió, Don Pedro estaba ya en la cama, acostado a punto de quedarse dormido. Ella se acostó al lado de el, lo abrazó y se dispuso a dormir. En su cara verse un rostro de satisfacción total. Se estaba quedando dormida, cuando sonó el teléfono. Contestó, y eso es otra historia
 

jaku48

Virgen
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rebueno se espera la continuacion gracias
 
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