Luis sabía muy bien lo que quería hacer.Su madre de 41 años estaba divorciada de su padre desde hacía diez y los dos vivían solos desde entonces, disfrutando de una economía bastante saneada gracias al trabajo de su madre en una oficina del centro.
Luis era un adolescente de 18 años algo obsesionado con el sexo.No era muy atractivo, pero tampoco podía decirse que fuera un esperpento.Aun así no había tenido ninguna experiencia sexual o de cualquier otro tipo con ninguna chica, y eso estaba empezando a afectarle la mente, calentándosela hasta niveles que él no había creído posibles.
Su madre era la típica mujer madurita, de cuerpo relleno y muy de su casa, aunque su trabajo le exigía estar fuera de ella ocho horas al día.Le gustaba permanecer en casa la mayor parte del tiempo, viendo la tele, leyendo o cuidando de sus plantas.No se plateaba salir con otros hombres, y no es que no le faltaran ganas de sexo.Su problema era que no quería tener que aguantarlos después, pero tampoco quería parecer una guarra a la que le gustan los rollos de una noche.
Para solucionar el problema de sus necesidades, Lucía, que así se llamaba, utilizaba un pene de plástico que una amiga soltera suya le había conseguido.Solía metérselo en su hambrienta vagina casi todos los días antes de dormir, y lo sacaba de ésta totalmente mojado con sus abundantes jugos vaginales.Parecía ser suficiente, pero en el fondo no lo era, necesitaba un hombre.
Luis era consciente del estado de sobreexcitación sexual de su madre y pensaba a partir de ese momento aprovecharse de él.Se le ocurrió que, cuando saliera de la ducha, lo haría desnudo e iría a su habitación a vestirse.Otra de las cosas que tenía en mente era masturbarse en momentos en los que supiera que ella iba a aparecer repentinamente soprendiéndole.Otras cosas se le ocurrieron, pero de momento pensaba poner en práctica esas dos para ver qué pasaba.
Dos días después de pensar su plan, Luis salió de la ducha consciente de que su madre andaba por el pasillo.Con su pene en estado de semierección (unos 14 cm) salió del baño y se encontró a su madre de frente.Ésta se quedó paralizada un momento y luego se dio la vuelta y le preguntó algo irritada que qué hacía andando por la casa desnudo, a lo que él respondió que sólo iba a su cuarto rápidamente.
Luis sabía que su irritación se debía a que en realidad le gustaba verle desnudo y que no quería admitirlo.Ahora tenía que poner en práctica su plan número 2, que estaba seguro la irritaría aún más.
Por la noche, mientras su madre se duchaba, Luis se puso a ver una peli porno que tenía grabada.La puso a un volumen que se podía escuchar y, cuando su madre pasó por el pasillo y oyó el ruido se asomó y lo vio empalmado y masturbándose delante de la tele.No dijo nada, pero Luis la escuchó y sabía que estaría derritiéndose por dentro.
Al día siguiente, Luis y su madre siguieron como si nada con la rutina de cada día.Cuando Lucía volvió del trabajo, durante el cual no había parado de pensar en lo que había visto el día anterior, se fue directa a su dormitorio y se tumbó en la cama pensando en que cogería en ese momento el pene de plástico.Miró en el cajón de su mesilla, pero no estaba.Se quedó helada, siempre lo guardaba ahí, y no se explicaba cómo no estaba.
Salió de su dormitorio y se dirigió al salón, donde Luis la esperaba con una sorpresa.Cuando entró en el salón, Luis la miró sonriendo y le preguntó enseñándole el dildo que qué significaba aquello.Lucía se puso completamente roja de vergüenza e ira.
-¿De verdad te metes esto, mamá? -le preguntó Luis.
-¡Luis! ¡Dame eso ahora mismo y vete a tu habitación!
-Venga ya, mamá...Sé de lo que tienes ganas -dijo Luis bajándose los calzoncillos largos que llevaba puestos y enseñándole su pene erecto de 18 cm.
-¡Luis! ¿Cómo te atreves?
-No finjas más, mamá...Sé que tienes ganas de esto...
-Pero, Luis...¿Cómo me estás diciendo esto?
-Pues porque es verdad...
-Pero ¿te parece bonito estar desnudo delante de tu madre?
-Sé que tienes ganas de follar, así que te estoy ofreciendo una oportunidad...
-¡Luis!, por el amor de Dios...no sigas -dijo al ver a su hijo empezar a acariciarse el pene.
-Muy bien, perdona, creía que querías hacerlo...Lo siento.
-Vete a tu habitación y que no te vea en un buen rato.Ya hablaremos tú y yo...
Luis se fue a su dormitorio y se puso a jugar en el ordenador mientras su madre se masturbaba pensando en lo que acababa de ver.Su clítoris estaba tan erecto que le dolía y sus bragas estaban completamente empapadas.Tenía deseos carnales hacia su hijo y no podía hacer nada para remediarlo.Su chocho caliente y abierto necesitaba un pene de verdad y quería que fuese el de su hijo.
Con la mente nublada por la excitación, Lucía se dirigió a su habitación y cogió un condón.Entró en la habitación de Luis y le enseñó en condón sonriéndole.
-Vamos a follar.
Luis sonrió y se desnudó mientras su madre hacia lo propio.Tenia un poco de barriga, unas tetas de la talla 100 y unas caderas anchas que hacían que tuviera un amplio culo.El pelo lo tenía cortado por la mitad del cuello y era castaño rojizo.Dos gordos pezones y amplias areolas rojas adornaban sus algo caídas tetas y un poblado triángulo de pelo negro se situaba entre sus piernas.
-Ven a que te ponga el condón, cariño -dijo después de tumbarse en la cama de su hijo.
Luis se acercó y su madre le puso el condón amarillento en el erecto miembro.
-¿Has follado ya con alguna chica? -quiso saber Lucía.
-No...
-Bueno, me va a encantar entonces que pierdas la virginidad conmigo.Tengo ganas de que me la metas...
Luis se colocó entre las abiertas piernas de su madre y se puso aún más excitado al ver su húmeda raja hambrienta de sexo.Se acercó y colocó su pene en la entrada de la vagina de su madre, donde ésta le había indicado que estaba.
-Venga, métemela ya, que estoy muy cachonda, cariño...
Luis introdujo su bálano dentro del orificio de su madre.Luego lo sacó y lo volvió a meter varias veces sin penetrarla totalmente.Recorrió su raja de arriba abajo varias veces concentrándose en su erecto clítoris.Lucía se corrió sin poder evitarlo al sentir el pene recorrer su excitada vulva.Entonces Luis la penetró hasta el fondo, deslizándose con suma facilidad dentro de su agujero de placer.
Era maravilloso estar follando con su madre, sintiendo su maternal vagina rodeando su pene como una funda cálida y húmeda.Lucía colocó sus piernas alrededor de los costados de Luis rodeándolo.Éste se la metía y sacaba con rapidez mientras tocaba sus grandes tetas y pellizcaba sus pezones.Era de nuevo una única cosa con su madre, y gozaba cometiendo aquella aberración llamada incesto.
Cuando se corrió, Luis sacó su pene de la vagina de su madre, a la cual había vuelto después de 17 años.Se quitó el condón y lo tiró al suelo.Su madre lo empujó hacia ella y empezó a besarlo en la boca mientras sus pene descansaba sobre los pelos de su vulva satisfecha.
-Mmm, me ha encantado, cariño -le dijo a su hijo.
-A mí también...
-Ahora voy a tener que ir a la farmacia a comprar más condones para esta noche.Compraré dos o tres cajas, porque me parece que las vamos a necesitar en los próximos días...
-¿Vas a querer follar más conmigo, mamá?
-Puf, vaya que sí...Tengo el chocho demasiado cachondo todo el día y quiero que me la metas dos o tres veces al día...
-Genial, porque me pones muy caliente y tenía muchas ganas de follar contigo, mamá...
-Si quieres puedes darme por el culo ahora...Como no tengo condones no me puedes dar por el coño, pero sí tengo vaselina y a lo mejor te gusta metérmela por detrás.
Luis era un adolescente de 18 años algo obsesionado con el sexo.No era muy atractivo, pero tampoco podía decirse que fuera un esperpento.Aun así no había tenido ninguna experiencia sexual o de cualquier otro tipo con ninguna chica, y eso estaba empezando a afectarle la mente, calentándosela hasta niveles que él no había creído posibles.
Su madre era la típica mujer madurita, de cuerpo relleno y muy de su casa, aunque su trabajo le exigía estar fuera de ella ocho horas al día.Le gustaba permanecer en casa la mayor parte del tiempo, viendo la tele, leyendo o cuidando de sus plantas.No se plateaba salir con otros hombres, y no es que no le faltaran ganas de sexo.Su problema era que no quería tener que aguantarlos después, pero tampoco quería parecer una guarra a la que le gustan los rollos de una noche.
Para solucionar el problema de sus necesidades, Lucía, que así se llamaba, utilizaba un pene de plástico que una amiga soltera suya le había conseguido.Solía metérselo en su hambrienta vagina casi todos los días antes de dormir, y lo sacaba de ésta totalmente mojado con sus abundantes jugos vaginales.Parecía ser suficiente, pero en el fondo no lo era, necesitaba un hombre.
Luis era consciente del estado de sobreexcitación sexual de su madre y pensaba a partir de ese momento aprovecharse de él.Se le ocurrió que, cuando saliera de la ducha, lo haría desnudo e iría a su habitación a vestirse.Otra de las cosas que tenía en mente era masturbarse en momentos en los que supiera que ella iba a aparecer repentinamente soprendiéndole.Otras cosas se le ocurrieron, pero de momento pensaba poner en práctica esas dos para ver qué pasaba.
Dos días después de pensar su plan, Luis salió de la ducha consciente de que su madre andaba por el pasillo.Con su pene en estado de semierección (unos 14 cm) salió del baño y se encontró a su madre de frente.Ésta se quedó paralizada un momento y luego se dio la vuelta y le preguntó algo irritada que qué hacía andando por la casa desnudo, a lo que él respondió que sólo iba a su cuarto rápidamente.
Luis sabía que su irritación se debía a que en realidad le gustaba verle desnudo y que no quería admitirlo.Ahora tenía que poner en práctica su plan número 2, que estaba seguro la irritaría aún más.
Por la noche, mientras su madre se duchaba, Luis se puso a ver una peli porno que tenía grabada.La puso a un volumen que se podía escuchar y, cuando su madre pasó por el pasillo y oyó el ruido se asomó y lo vio empalmado y masturbándose delante de la tele.No dijo nada, pero Luis la escuchó y sabía que estaría derritiéndose por dentro.
Al día siguiente, Luis y su madre siguieron como si nada con la rutina de cada día.Cuando Lucía volvió del trabajo, durante el cual no había parado de pensar en lo que había visto el día anterior, se fue directa a su dormitorio y se tumbó en la cama pensando en que cogería en ese momento el pene de plástico.Miró en el cajón de su mesilla, pero no estaba.Se quedó helada, siempre lo guardaba ahí, y no se explicaba cómo no estaba.
Salió de su dormitorio y se dirigió al salón, donde Luis la esperaba con una sorpresa.Cuando entró en el salón, Luis la miró sonriendo y le preguntó enseñándole el dildo que qué significaba aquello.Lucía se puso completamente roja de vergüenza e ira.
-¿De verdad te metes esto, mamá? -le preguntó Luis.
-¡Luis! ¡Dame eso ahora mismo y vete a tu habitación!
-Venga ya, mamá...Sé de lo que tienes ganas -dijo Luis bajándose los calzoncillos largos que llevaba puestos y enseñándole su pene erecto de 18 cm.
-¡Luis! ¿Cómo te atreves?
-No finjas más, mamá...Sé que tienes ganas de esto...
-Pero, Luis...¿Cómo me estás diciendo esto?
-Pues porque es verdad...
-Pero ¿te parece bonito estar desnudo delante de tu madre?
-Sé que tienes ganas de follar, así que te estoy ofreciendo una oportunidad...
-¡Luis!, por el amor de Dios...no sigas -dijo al ver a su hijo empezar a acariciarse el pene.
-Muy bien, perdona, creía que querías hacerlo...Lo siento.
-Vete a tu habitación y que no te vea en un buen rato.Ya hablaremos tú y yo...
Luis se fue a su dormitorio y se puso a jugar en el ordenador mientras su madre se masturbaba pensando en lo que acababa de ver.Su clítoris estaba tan erecto que le dolía y sus bragas estaban completamente empapadas.Tenía deseos carnales hacia su hijo y no podía hacer nada para remediarlo.Su chocho caliente y abierto necesitaba un pene de verdad y quería que fuese el de su hijo.
Con la mente nublada por la excitación, Lucía se dirigió a su habitación y cogió un condón.Entró en la habitación de Luis y le enseñó en condón sonriéndole.
-Vamos a follar.
Luis sonrió y se desnudó mientras su madre hacia lo propio.Tenia un poco de barriga, unas tetas de la talla 100 y unas caderas anchas que hacían que tuviera un amplio culo.El pelo lo tenía cortado por la mitad del cuello y era castaño rojizo.Dos gordos pezones y amplias areolas rojas adornaban sus algo caídas tetas y un poblado triángulo de pelo negro se situaba entre sus piernas.
-Ven a que te ponga el condón, cariño -dijo después de tumbarse en la cama de su hijo.
Luis se acercó y su madre le puso el condón amarillento en el erecto miembro.
-¿Has follado ya con alguna chica? -quiso saber Lucía.
-No...
-Bueno, me va a encantar entonces que pierdas la virginidad conmigo.Tengo ganas de que me la metas...
Luis se colocó entre las abiertas piernas de su madre y se puso aún más excitado al ver su húmeda raja hambrienta de sexo.Se acercó y colocó su pene en la entrada de la vagina de su madre, donde ésta le había indicado que estaba.
-Venga, métemela ya, que estoy muy cachonda, cariño...
Luis introdujo su bálano dentro del orificio de su madre.Luego lo sacó y lo volvió a meter varias veces sin penetrarla totalmente.Recorrió su raja de arriba abajo varias veces concentrándose en su erecto clítoris.Lucía se corrió sin poder evitarlo al sentir el pene recorrer su excitada vulva.Entonces Luis la penetró hasta el fondo, deslizándose con suma facilidad dentro de su agujero de placer.
Era maravilloso estar follando con su madre, sintiendo su maternal vagina rodeando su pene como una funda cálida y húmeda.Lucía colocó sus piernas alrededor de los costados de Luis rodeándolo.Éste se la metía y sacaba con rapidez mientras tocaba sus grandes tetas y pellizcaba sus pezones.Era de nuevo una única cosa con su madre, y gozaba cometiendo aquella aberración llamada incesto.
Cuando se corrió, Luis sacó su pene de la vagina de su madre, a la cual había vuelto después de 17 años.Se quitó el condón y lo tiró al suelo.Su madre lo empujó hacia ella y empezó a besarlo en la boca mientras sus pene descansaba sobre los pelos de su vulva satisfecha.
-Mmm, me ha encantado, cariño -le dijo a su hijo.
-A mí también...
-Ahora voy a tener que ir a la farmacia a comprar más condones para esta noche.Compraré dos o tres cajas, porque me parece que las vamos a necesitar en los próximos días...
-¿Vas a querer follar más conmigo, mamá?
-Puf, vaya que sí...Tengo el chocho demasiado cachondo todo el día y quiero que me la metas dos o tres veces al día...
-Genial, porque me pones muy caliente y tenía muchas ganas de follar contigo, mamá...
-Si quieres puedes darme por el culo ahora...Como no tengo condones no me puedes dar por el coño, pero sí tengo vaselina y a lo mejor te gusta metérmela por detrás.