Los Cuidados del Hijo - Capítulos 04 al 06

heranlu

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Los Cuidados del Hijo - Capítulo 04

Empecé a abrir los ojos mientras notaba el contacto de los labios de mi hijo en mi cuello y su mano acariciando mis tetas. Ya hacía varios días que David empezó a dormir conmigo. Cada noche dormíamos desnudos abrazados el uno al otro. Cada mañana desde entonces me follaba nada más despertar.

- Mmm, buenos días cielo.

- Buenos dias.- Me besó en los labios.- ¿Estás contenta?¡Hoy te quitan las vendas!

- ¡Si! Muy contenta. ¿Qué hora es? ¿Nos vamos preparando?

- Tenemos tiempo aún.

Empezó a acomodarse sobre mi cuerpo y mis pezones se pusieron duros al instante. Mi hijo empezó a agarrármelos y después mamó mis tetas con ansia mientras mi coño se iba humedeciendo. David siguió bajando por mi cuerpo y abrí instintivamente mis piernas cuando noté su aliento sobre mi entrepierna. Temblé cuando sus dedos empezaron a acariciar mi coñito mientras recibía sus besos entre mis muslos acercándose lentamente. Cuando su lengua entró en contacto con mi raja solté un buen gemido y miré hacia abajo para ver a mi hijo tumbado boca abajo entre mis piernas y pasando su lengua una y otra vez por mi clítoris. Me mordí el labio admirando su culo en aquella posición y volví a dejar caer mi cabeza sobre la almohada y dejarme llevar por el placer. Poco después, David me sujetó los muslos con sus manos y me abrió las piernas todo lo que pudo para empezar a enterrar su lengua en mi coño. Empezó un mete y saca muy placentero para después enterrar su lengua lo más profundo que pudo y moverla dentro de mi provocándome cada vez gemidos más audibles hasta que empecé a gritar y a correrme mientras mi hijo me lamía el coño.

David se levantó de la cama ante mi sorpresa y me ayudó a levantar.

- Venga vamos a prepararnos que tienes que tener ganas de librarte de esos vendajes.

- La verdad es que si, vamos.

Me quedé un tanto extrañada de que mi hijo no me hubiera follado aquella mañana, a saber sus intenciones.

La ducha fue una ducha normal. Yo restregaba mi culo contra su empalmada polla mientras me enjabonaba pero nada. Luego me vistió con unos vaqueros y una camiseta, me dio de desayunar y pidió un taxi para ir al hospital.

Cuando me retiraron las vendas casi me echo a llorar al vermelas tan rojas pero el médico me dijo que era algo normal. Luego me hizo unas serie de pruebas de sensibilidad y me dijo que estaban perfectas, que podía hacer vida normal y que con las manos al aire libre pronto recuperarían el color. Le dí las gracias y salí al encuentro de mi hijo.

Le conté a David todo lo que el doctor me había dicho mientras él me tocaba las manos con cuidado, luego me las besó y me dio un abrazo mientras me decía lo contento que estaba por mi.

- Bueno, ¿volvemos a casa?.- Le dije ansiosa ya que estaba deseando follármelo como Dios manda.

- Pues... La verdad es que había pensado que podríamos bajar a nuestro rincón.

Le sonreí mientras le miraba. La verdad es que tenía un buen recuerdo de ese sitio.

- Vale...¿y qué vamos a hacer ahí?

- Quiero que me hagas una buena paja.- Me contestó acercándose a mi y susurrándome al oido.

¡Así que por eso no me había follado! Se ve que llevaba tiempo esperando este día para que le pajeara y quería estar bien cargado.

- Me parece bien. Vamos.

Cuando llegamos a la escalera del garaje hundí mi lengua en la boca de mi hijo. Empezamos a enrollarnos mientras yo le iba desabrochando los vaqueros. Era una gozada poder volver a usar las manos para el sexo. Cuando lo abrí introduje mi mano dentro de sus calzoncillos y agarré por primera vez su polla. David no pudo más y se liberó del beso para bajarse los pantalones hasta las rodillas.

- Quitatelos.

- ¿Qué?

- Quítate los pantalones y los calzoncillos del todo.

- Pero mamá, vaya a ser que entre alguien...

Estábamos en una escalera de emergencia que daba a la calle, era raro que alguien entrara allí pero podía pasar. Este pensamiento sólo me calentaba más.

- Así puedo hacerte una paja para que te corras. Si haces lo que te digo vas a descubrir lo que es hacer una paja de verdad, tu decides.

Por supuesto hizo lo que le dije. Se desnudó completamente de cintura para abajo mientras yo reía y me sentaba en los escalones. Se giró hacia mi y me puso la polla delante de la cara. Se me hizo la boca agua, pero mi hijo quería una paja y eso iba a tener.

- Muy bien, coloca tus manos detrás de tu espalda y déjame hacer a mi.

Cuando estuvo en posición empecé a acariciar su polla con una mano y sus huevos con la otra. Le miraba a los ojos mientras lo iba preparando y sonreí al ver lo que estaba disfrutando de algo que no había podido tener este tiempo. Al poco, agarré bien su polla y empecé a meneársela lentamente, disfrutando de cómo su capullo se iba poniendo brillante y de los gemidos ahogados de mi hijo. Me escupí copiosamente en la mano y la froté por su tronco y seguí con la paja. David parecía a punto de explotar así que paré de masturbarle. Le miré a los ojos mientras pasaba la lengua por la mano con la que le estaba masturbando.

- ¿Preparado? Ya sabes, no puedes moverte de como estás.

- ¿Cómo que preparado?

Sin darle tiempo a más agarré su polla apuntándola directamente a mi cara y empecé a masturbarlo todo lo rápido que me era posible.

- Oh. Joder, mamá... si, si...

Vi como se elevaba sobre las puntas de los dedos de los pies y como los músculos de las piernas se tensaban cuando mi hijo llegaba a la corrida. Entonces le solté la polla y le agarré los huevos apretándolos suavemente.

- ¿Pero qué...?- Empezó a decir David.

Volví a agarrar su polla y volví a menear mi brazo con rapidez pajeando a mi hijo mientras observaba su polla goteando líquido preseminal. Estuve atenta a las señales y volví a soltar su polla y a agarrar rápidamente sus huevos.

- Oohh, joder mamá, no puedo más...

- Claro que puedes amor.

Repetí el proceso tres veces más. Mi hijo sudaba por el esfuerzo y el placer y su polla estaba durísima. cada vez que la soltaba rebotaba arriba y abajo. Volví a cogerle la polla por última vez y volví a pajearle con maestría. Mi hijo estaba que reventaba, un par de minutos después ya empezaron las señales de que iba a correrse, seguí masturbándolo mientras le miraba el cipote. Escuché como resoplaba y se tensaba muchísimo, le sacudí la polla un par de veces más y la solté. Pero esta vez no le agarré los huevos y me quedé inmóvil delante de su rabo. Su polla dio un par de sacudidas delante de mi cara arriba y abajo al habérsela soltado de golpe y un trallazo impresionante de semen impactó en mi mejilla y mi cuello. Sonreí mientras seguía mirando la polla de mi hijo y poco después un segundo impacto de leche caliente me dio directamente en la cara. Los chorros de semen no paraban de salir, otro más me dio en la boca, otro en el pelo,otro cayó en mi camiseta sobre una teta y otro más sobre la manga del brazo con el que le pajeaba. Me lamí el semen de mis labios mientras miraba a mi hijo que se había dejado caer de espaldas sobre la pared.

- Guau, mamá, eso ha sido... ha sido...

- Jajaja, ¿que te parecen mis pajas?

- Joder, ha sido genial.

- Pues venga, vístete que ya hemos tentado mucho a la suerte.

David empezó a vestirse mientras yo sacaba unos pañuelos de mi bolso y limpiaba el estropicio como podía. Lo peor fue el pelo y la camiseta, que era roja y blanca y se veían muchísimo las manchas de semen. Lo dejé por imposible y pensé en la vergüenza de salir a la calle y subirme en el taxi. Pero no lo había podido evitar. Una amiga me habló de este estilo de paja y me pasó unos videos y desde entonces me fascina ver la cantidad de semen que logro sacar.

Volvimos a entrar al hospital y fuimos rápido a la salida. Mientras esperábamos al taxi ya vi las primeras miradas sobre mi ropa. No sabía si ellos imaginaban lo que era pero en mi mente estaba segura de que todos sabían que era semen. También vi al taxista mirarme demasiadas veces por el retrovisor pero yo ya hacía como que no me daba cuenta. Total, nadie se iba a atrever a preguntar.

- Al fin en casa.- Dije cuando entramos.- Voy a quitarme esta ropa y darme una ducha.

- Pero mamá- Dijo David agarrándome de la cintura y pegándose a mi espalda.- Ese es mi trabajo.

Empezamos a besarnos mientras mi hijo me iba desnudando allí mismo. Fuimos a la ducha y volvimos a ducharnos juntos mientras nos tocábamos y besábamos. Durante la paja no lo había hecho, pero allí en la ducha agarré bien el culo de mi hijo con las dos manos mientras metía mi lengua en su boca. Estaba deseando hacerlo.

Al salir de la ducha le agarré de la mano y lo llevé a mi dormitorio. Esto es lo que yo quería desde que el médico me había quitado las vendas, follarme a David con todas mis armas.

Se tumbó en la cama y yo gateé por ella con las tetas meneándose ante su mirada y le agarré la polla. Bajé la cabeza y empecé a lamer y besar su cipote mientras le pajeaba suavemente. Después empecé a hacerle una mamada profunda mientras le escuchaba gemir de puro placer. Entonces decidí probar algo que me vuelve loca, me encantan los hombres que me dejan que juegue con su culo. Metí los brazos bajo sus piernas y se las abrí y levanté. Me saqué su polla de mi boca y le miré. Mi hijo me estaba mirando fijamente, seguramente sabiendo lo que iba a hacer. Empecé pasando mi lengua y mamando sus huevos mientras le seguía mirando a la cara y luego, lentamente, fui bajando pasando mi lengua por su perineo hasta la entrada de su ano. Pasé la lengua tímidamente un par de veces viendo su reacción. Estaba con los ojos como platos deseando que siguiera. Coloqué mi boca en su culo ye empecé a chupar con ansia y a meter mi lengua en su ano todo lo que podía. Después de un rato me separé y sonreí al ver su culo y la zona de la sábana llena de babas. Agarré su polla y empecé a masturbarlo lentamente mientras dejaba caer saliva sobre mis pechos. Me metí un dedo de mi mano libre en la boca y empecé a acariciarle el ano con él. Mi hijo se tensó un poco pero me dejaba hacer. Yo dibujaba círculos con mi dedo en la entrada de su culo mientras meneaba su polla hasta que empecé a meterlo poco a poco. Mi hijo volvió a echar la cabeza hacia atrá dejándome hacer. Empecé a penetrar su culo con mi dedo sin dejar de pajearle. Pronto lo tuve entero dentro y empecé a jugar con un segundo dedo.

Mi coño estaba ya encharcado ye staba deseando empalarme en aquella polla incestuosa. Pero seguí jugando con su culo un poco más. Mi hijo se dejaba, sólo soltaba algún gruñido cuando le molestaba a lo que yo administraba más saliva. Pronto tuve los dos dedos dentro y sonreí pensando en todo lo que iba a hacer con el culo de mi hijo. Empecéa poco a poco, pero luego aceleré el ritmo de la paja y de la follada de su culo. Sólo unos cuantos envites a ver como reaccionaba. Quedé sumamente satisfecha y saqué los dedos dejando ese culo delgado para otra ocasión. Me subí a horcajadas encima suya y sujeté su polla pegándola con su abdomen para frotar mi coño empapado sobre ella adelante y atrás mientras mi hijo me sobaba las tetas y me pellizcaba los pezones.

Después de un rato, me levanté un poco, agarré su lubricada polla, la coloqué en la entrada de mi coño y me dejé caer empalándome en ella mientras soltaba un buen gemido.

- Joder David, que gusto. Que ganas tenía de montarte.

Desde que empezamos a follar, siempre lo hacíamos en misionero y unas pocas de veces en perrito. Yo no me fiaba de subirme encima con las manos así, pero ahora iba a gozarlo.

Empecé a moverme sobre su polla mientras pasaba mis manos por su cuerpo. Me apoyé en su torso y empecé a mover el culo dándole a mi hijo una buena follada con la que me corrí en cuestión de minutos. Poco después me incorporé y empecé a cabalgar sobre él mientras veía como hacía esfuerzos por no correrse y dejarme sin un segundo orgasmo. No tendría que aguantar mucho más, yo estaba sobreexcitada como nunca lo había estado. Seguí clavándome su polla con fuerza mientras gemía sin parar y miraba mis tetas rebotando una y otra vez.

-Joder, mamá, joder...

- Espera David, aguanta un poco cariño.- Le dije mientras le daba una pequeña bofetada por hacer algo para evitar que se corriera.- Dios, David que polla tienes, voy a correrme. Aguanta cariño, déjame correrme.

Mi hijo se portó y yo empecé a gritar mientras me dejaba caer con fuerza y me clavaba hasta el fondo su polla y me dejaba caer sobre su pecho mientras notaba los chorros de semen llenar mi interior. Yo jadeaba sobre su pecho bien satisfecha mientras él me acariciaba y suspiraba profundamente.

Cuando me moví y su polla salió de mi noté como el semen caliente corría entre mis muslos. Estaba claro que estimulando a mi hijo durante mucho rato conseguía unas corridas espectaculares.

- Guau mamá, vaya día...joder...

- Tranquilo campeón, que sólo son las dos. Y yo estoy sumamente cachonda...

Se metió una teta en la boca y empezó a mamar con ansia mientras yo sonreía y me preparaba para lo que quedaba de día.

Continuará


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heranlu

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Los Cuidados del Hijo - Capítulo 05

Ya ha pasado bastante tiempo desde que me retiraron las vendas. David y yo nos pasábamos el día juntos. El amor familiar había alcanzado otro nivel. Cuando se estubo preparando para la selectividad volví a quedar con algunos de mis "amigos" para poder dejarle la casa solo y que se centrara en lo suyo. Al volver siempre me hacía que le contara lo que había hecho, lo que había mamado y cómo me habían follado mientras él me penetraba totalmente excitado. Además, desde que le había comido y follado el culito el día que volvimos del hospital, mi hijo se había enganchado a que su mamá jugara con su culo. Continuamente me pedía que le metiera los dedos en el culo mientras le mamaba la polla.

La selectividad pasó y mi hijo consiguió entrar en la Universidad de Málaga para estudiar informática de sistemas. Ya estábamos en noviembre y se acercaba su cumpleaños. Me dijo que había invitado a unos amigos de la facultad a pasar la tarde en casa y yo pensaba un buen regalo para él.

La mañana de su cumpleaños, lo primero que vió al abrir los ojos fue a su madre pasando la lengua por su polla.

- Felicidades mi amor.

- Mmm que bien empieza el día.

Le sonreí con adoración mientras mi mano subía y bajaba por su polla que ya estaba totalmente erecta. Bajé la mirada y fui engulléndola poco a poco en mi garganta hasta que mi nariz tocó con su piel. Luego empecé a mamársela más rápido mientras la saliva caía de mi boca y mi garganta soltaba esos sonidos que sabía que ponían muy cachondo a mi hijo.

Poco después, mi hijo empezó a abrir y levantar las piernas. Sonreí con su polla en la boca. La saqué poco a poco dejando caer una buena cantidad de saliva que cayó sobre sus huevos, le sonreí y bajé con mi lengua fuera para que la viera bien en busca de su culo. Empecé a darle los lametones en su entrada, que sabía que tanto le gustaban, y agarré su polla para pajearlo mientras le lamía bien. Pronto tuvo el culo brillante de saliva y la polla como una maldita roca. Era increible cómo se le ponía cuando le hacía aquello.

- Joder mamá, joder me corro...

Volví a subir rápidamente y me metí su polla en la boca. Empecé a mamarla con ansia y segundos después noté como mi hijo se corría dentro mientras yo tragaba lo que podía y parte se me escurría por la comisura de los labios. Cuando terminó me guardé en la boca una buena cantidad, saqué su polla de mi boca y le enseñé su semen dentro de mi boca, sonreí y me lo tragué. Subí por su cuerpo y le besé en los labios. Era otra cosa que a mi hijo no le importaba, que le besara en la boca aún con pequeños restos de semen en los labios. Me dejé caer a su lado y le abracé.

- ¿A qué hora venían tus amigos?

- Sobre las cinco.

- ¿Sólo chicos o alguna chica?

- Pues la verdad es que vienen algunas chicas de la clase, hay una que me gusta bastante.

- ¿Ah si? Pues ya me dirás quién es.

Me levanté de la cama y empecé a vestirme.

- ¿Vas a algún lado?- Me preguntó David poniéndose de lado y con la polla semidura en la mano.

Me mordí el labio deseando volver a la cama pero tenía un plan para su cumpleaños.

- Si, tengo que ir de compras. Estaré aquí para las dos y comer contigo.

- Vale, yo prepararé la comida.- Me dijo mientras se levantaba y salía desnudo de la habitación.

Me puse uno vaqueros, un jersey y el abrigo y salí a la calle. Cogí el coche y me dirigí al centro. Otra cosa que disfrutaba más desde el accidente, conducir. Consulté el navegador con la dirección que había buscado el día anterior, encontré el sitio y aparqué. Quedé alucinada cuando entré al sex-shop. Me pregunté porqué nunca había visitado alguno durante tantos años y empecé a curiosearlo todo. Empecé a sentirme excitada por los objetos que iba cogiendo a la vez que imaginaba su uso, y además por las miradas nada disimuladas de un cuarentón que estaba también curioseando y el chaval que llevaba la tienda.

Miré la hora en el móvil con las mejillas encendidas y pensé que tenía tiempo. Abrí el whatsapp.



" Pedro estoy en el centro. ¿Estás en casa? Estoy muy cachonda y quiero verte"

Si, así hablaba yo con mis amantes. Directa y al grano. A ellos les encantaba.

" Aquí estoy nena. ¿Voy preparando la cámara?"

Uff, la cámara. Joder cómo me ponía este hombre. Volví a mirar la hora.

" Prepárala, pero hoy no tengo tanto tiempo"

" Ok. Date prisa nena"


Dejé el dildo descomunal que tenía en las manos y cogí rápidamente lo que había ido a buscar. Fui al mostrador, pagué y volví al coche.

Llegué al bloque de pisos de Pedro y llamé. Nada más entrar me echó las manos al culo y empezó a comerme la boca. Pedro es el mayor de mis amantes, un hombre de cuarenta años guapísimo, con un cuerpo algo fofo pero bonito y además era un morboso de cuidado y me ponía muy cachonda.

- ¿Que tal nena? Que bonita sorpresa.

- Venga guapo, vamos al lío que tengo prisa.

- Oh, me ofende que sólo me quieras para una cosa.- Me dijo con una sonrisa que me derretía mientras metía su mano bajo mi jersey y me agarraba una teta.

- Jajaja, si , si. Te veo muy ofendido.

Volvió a besarme.

- Venga vamos a prepararnos.

Pedro era el hombre con el que a veces emitía por webcam. La primera vez que acepté hacerlo me dio mucha vergüenza, pero pronto los comentarios de los chicos me hicieron relajarme. Casi siempre que quedaba con él poníamos la cam.

Fuimos a su habitación y sacó mis cosas. Una falda roja muy corta, una camisa blanca y una máscara que cubría desde la nariz hacia arriba para tapar la mitad de mi rostro. Volvimos al salón y nos sentamos en el sofá donde ya tenía la cámara y el ordenador preparados. Empezó la emisión.

Poco a poco empezaron a llegar los mirones. Yo sonreía y saludaba a los que me saludaban mientras Pedro sobaba mis tetas por encima de la camisa. El primer día me había dicho que sólo podían escribir los usuarios con fichas para gastar y que debía ser buena con ellos. En cuestión de minutos el chat estaba lleno de gente, Pedro me levantó la falda dejando ver mi coño y me introdujo un lush, un dispositivo conectado para que cuando los mirones dieran monedas vibrara en mi interior. Nada más meterlo empezaron a llegar las aportaciones y yo empecé a gemir mientras aquel maravilloso aparato me follaba y tuve que recostarme en el sofa y llevarme una mano a mi entrepierna cuando alguien dio una buena cantidad de monedas y el aparato empezó a vibrar muy fuerte y durante bastante tiempo.

Pedro, ami lado, charlaba con los mirones y se había sacado la polla que masajeaba mientras acariciaba mis tetas ocultas. Cuando él consideró que las "donaciones" fueron suficientes me abrió los botones de mi camisa liberando mis tetas y las agarró para mostrárselas a nuestro público. Yo tenía el coño chorreando, el aparato no paraba de vibrar. Pedro siempre lo ponía para que la más mínima donación lo activara para que estuviera siempre funcionando. Se puso de pie y me acercó la polla a la cara.

No tardé ni dos segundos en abrir la boca para que empezara a follársela a su antojo. Ante el espectáculo los mirones siguieron dando dinero. Ya no pude más y me levanté la falda para acariciarme el coño y sacar y meter el lush de mi interior mientras gemía con la polla de Pedro en la boca y la saliva se me escapaba cayendo sobre mis tetas y la camisa.

Después de un buen rato sacó su polla de mi garganta y se colocó detrás del sofá. Me agarró los brazos y mantuvo sujetos detrás de mi cabeza mientras instaba a los mirones a torturarme. Las donaciones no tardaron en empezar a llegar. Primero fueron flojitas hasta que dos pajilleros se picaron y empezarón a donar grandes cantidades. Yo me retorcía en el sofá intentando no cerrar las piernas por el bien del show y Pedro se reía y me sujetaba mis manos que intentaban liberarse para meter los dedos en mi coño.

- ¡Ahhhh, jodeeer! ¡Hijos de puta que gusto, joder! ¡Cabrones!

Pedro volvió frente al sofá, me cogió de la cintura y me dio la vuelta. No se ni cuántas veces me había corrido ya y era prácticamente una muñeca para su disfrute. Apoyé los brazos en el respaldo del sofá y Pedro me levantó el culo y empezó a escupir y a pasar su dedo por mi entrada. Después se puso de pie sobre mi para que todos vieran y empezó a meterme la polla por el culo. Empezó poco a poco mientras yo temblaba por el lush cada vez que algún mirón donaba. Pronto la tuvo dentro y empezó a follarme con fuerza. Ante aquella visión, las vibraciones volvieron con fuerza. Las piernas me temblaban sin control y yo mordía el respaldo del sofá, gritando, gimiendo e insultando mientras Pedro me sodomizaba con una potencia brutal. El placer que sentía en mi culo por parte de su polla y en el coño por parte de los mirones me tenía casi desvanecida. Volví a correrme entre gritos y Pedro sacó la polla de mi culo a lo que aproveché para acariciarme mi maltratado agujero y mi coñito.

Me dejé caer en el sofá totalmente destrozada. Con la camisa abierta y la falda arremangada por mi cintura. Desde antes del accidente no había visitado a Pedro, pero es que las sesiones con aquel macho no las agauntaba tan seguidas.

Empecé a escuchar cómo Pedro agradecía al que más había donado y le preguntaba dónde quería que se corriera. El tipo dijo que en la cara. Siempre elegían la cara. Pedro me agarró del brazo y me hizo poner de rodillas en el suelo, agarró la cámara del trípode y empezó a grabarme desde arriba mientras me metía la polla en la boca para que terminara el show. Le mamé la polla mientras gemía por el lush, estaba agotada y empezaba a dolerme el coño de tanta vibración. Poco después se agarró la polla, la sacó de mi boca y empezó a correrse sobre mis labios, sobre la máscara y dentro de mi boca.

Volvió a colocar la cámara, apagó la aplicación del lush y me ayudó a levantarme del suelo. Me sentó en el sofá y me sacó el lush del coño. Estaba completamente empapado de mis corridas. Me lo acercó a la boca y lo introdujo en ella para que lo saboreara. Luego nos despedimos de los mirones. Algunos preguntaban cuando íbamos a emitir de nuevo. Él les contestó que no teníamos fechas fijas y les dio su cuenta de twitter para avisar de los shows. Luego apagó la transmisión y se echó encima de mi besándome con ansia.

- Te he echado de menos Elena.

- Yo también. A ti y a los pajilleros jajaja.

- ¿Te quedás a comer?

- No puedo, es el cumpleaños de mi hijo y he quedo para comer con él a las dos.

- Cariño si ya son más de las dos.

- ¡Joder!

Salí corriendo a la habitación entre las risas de Pedro. Me vestí a toda prisa, le besé y prometí que vendría a verlo pronto.

- ¡Hola cariño, perdona ahora voy a comer!- Dije cuando entré en casa corriendo.

Fui a mi habitación, metí las bolsas del sex shop en el armario y fui al encuentro de David.

- ¿Dónde has estado?- Me preguntó cuando llegué al salón.

- Pues he ido a comprar tu regalo...y luego he ido a ver a un amigo.- Nunca le mentía a mi hijo.

- ¿Ah si?¿Qué amigo?

- A Pedro.

- ¿Pedro? Ese no me suena.

- Hacía mucho que no lo veía.

- ¿Y qué habéis estado haciendo tú y Pedro?.

- Me preguntó mientras llevaba mi mano hacia su polla por encima del pantalón.

- Te lo cuento pero a mi manera.- Le dije apretándole el paquete

- No es justo. ¡En mi cumpleaños! Pero de acuerdo.

Le desabroché y bajé el pantalón y los calzoncillos, yo me desnudé entera y me senté en el sofá bien abierta.

- Empieza a masturbarte.

Sonreí al verle obedeerme y empecé a relatar la historia mientras acariciaba mi cuerpo. No me penetré porque notaba el coño un poco irritado. Mi hijo literalmente babeaba mientras le contaba la historia.

- Córrete delante de mi en el suelo que ya llega el final.

Seguí mi historia y me lamí los labios al ver los chorros de semen caer en el suelo mientras mi hijo gemía y se levantaba sobre las puntas de los pies. Me preguntó por su regalo mientras me sobaba las tetas y le prometí que después de la fiesta lo tendría.

Engullí mi comida rápidamente mientras David limpiaba el semen del suelo y me fui corriendo a ducharme y ponerme presentable antes de que llegaran los amigos y amigas de mi hijo. Cuando me contó lo de la fiesta me sorprendió que me quisiera allí pero no podía decirle que no.

El timbre sonó cuando me retocaba el maquillaje. Fui a la cocina y empecé a llevar al salón las bebidas y los aperitivos que mi hijo había ido preparando. Desde luego alcohol no iba a faltar en casa en varios días. Los invitados fueron llegando. David me presentó a Paula cuando llegó, una chica muy mona con las tetas algo pequeñas pero un culo envidiable. Era la chica que le gustaba a David y por cómo me preguntaba por él y lo que se esforzaba en caerme bien deduje que a ella también le gustaba.

La fiesta fue avanzando. Yo disfrutaba con las historias de los chicos que, debido al alcohol, cada vez eran más subidas de tono. Me lo estaba pasando genial e hice caso omiso en varias ocasiones cuando dos de ellos se quedaban embobados con mi escote o cuando uno me puso la mano en la pierna aprovechando que mi hijo había ido al baño.

Fui a la cocina a por más hielo y Paula me siguió.

- ¿Te ayudo en algo Elena?

- Gracias, cielo. Coge unos cuantos vasos más de ahí arriba y ese bol verde.

Me fijo más de la cuenta en su culo cuando se estiró para coger los vasos. Era algo bajita. Al cogerlos me miró y las dos sonreimos.

- ¿Algo más?- Me dijo antes de salir.

- No, nada. Muchas gracias.

Acompañé el "muchas gracias" con un buen apretón en su nalga cuando se dio la vuelta para irse. En mi mente iba a darle una palmada pero en el fondo estaba deseando coger ese culo. La chica dio un respingo y me miró un poco sorprendida y extrañada. Yo le sonreí y me di la vuelta para seguir echando hielo en la cubitera. Esperaba que no le dijera nada a David.

Sobre las ocho anuncié que me iba a mi habitación. Hubo algunas palabras de protesta, sobre todos de los mirones, les sonreí a todos y me fui a mi habitación.

Cerré, me desnudé, abrí el armario y saqué el regalo de mi hijo.

Empecé poniéndome el arnés. Me lo ajusté sobre el coñito y apreté bien las correas. La polla de goma se balanceaba con mis movimientos. Una bonita polla de látex, bastante larga pero no muy gruesa. Esta noche si que iba a disfrutar mi hijo cuando jugara con su culo.

Después me puse las botas largas de cuero y unas tiras también de cuero sobre el pecho que se cruzaban sobre él dejando mis tetas entre medias. Todo el conjunto era de cuero negro excepto la polla que era color carne.

Me tumbé en la cama y me puse sin sonido en el móvil agunos videos de mujeres con arnés para entretenerme y aprender algo mientras mi hijo despachaba a los amigos.

La fiesta que debía terminar a las nueve se alargó hasta las diez. Escuchaba las palabras de despedida, los choques de manos, los besos en las mejillas y por fin el mejor sonido de todos, la puerta cerrándose y el silencio. Agarré mi polla con la mano y adopté la pose más sexy que pude. A los pocos segundo se abrió la puerta.

- !Mamá!

- Hola cielo, ¿te gusta tú regalo?

- Joder mamá estás increible...¿pero y esa polla? No se yo si...

- ¿No te gusta que mamá juegue con tu culo?- Le pregunté haciendo pucheros.

- Si me gusta...

- Perfecto.

Me levanté y fui hacia él. Le eché los brazos al cuello y empecé a comerle la boca con ansia. Le agarré una mano y la lleve a mi polla.

- Pajea a mamá cariño.

- Si mamá.

Mire hacia abajo y me encantó el efecto de ver a mi hijo masajeando mi polla. Notaba como el coño empezaba a humedecerse por el morbo de la escena.

- Ahora agáchate y cómemela.

- ¿Cómo?

- Vamos, hazlo.

David se agachó frente a mi y empezó a lamer la polla. Poco después empezó a mamarla mientras yo le acariciaba la cabeza.

- Retira las manos putita.- Le dije. Sabía que tenía que ir poco a poco con el vocabulario y la dominación con él.

Mi hijo soltó su mano, le agarré de la nuca y empecé a follarme su boca poco a poco mientras pellizcaba uno de mis pezones, muy despacio, sólo para ver hasta donde tragaba. Por lo visto si le fueran los tíos sería un buen mamador. Le ayudé a levantarse y lo desnudé. Su polla saltó cuando bajé sus pantalones.

- Vaya parece que te gusta la polla de mamá.- Le dije acariciando la suya.

Le llevé a la cama de la mano y lo hice ponerse boca abajo. Metí las manos y levanté su culo para tenerlo para mi.

- Mamá, espera...no se...

Se cayó en cuanto mi lengua entró en contacto con su ano. Le hice la comida de culo más sucia que haya hecho nunca. Escupía, lamía, volvía a escupir, hundía mi lengua todo lo que podía. Cuando terminé su culo estaba empapado en mi saliva. Metí la mano entre sus piernas y le agarré la polla. Sonreí al descubrirla como una roca. Empecé a pajearlo lentamente mientras empezaba a jugar con sus dedos en mi culo. Poco después llegó el momento. Me coloqué detrás de él y agarré mi polla con la mano mientras colocaba la otra en su nalga. Reposé aquel cipote de látex en la entrada de su culo y empecé a empujar lentamente. Mi hijo soltaba pequeños gruñidos pero no hacía ademán de querer que aquello acabara. Yo estaba fascinada y cachonda viendo como el culo de mi hijo engullía mi cipote. Cuando entró supe por experiencia que lo peor había terminado. Eché un poco más de saliva en el tronco de mi polla y seguí sodomizando a mi hijo. Pronto tuve mi polla en su interior. Empecé a moverme metiendo y sacando la polla de su culo mientras mi hijo gemía de placer.

Me incliné sobre él y le agarré de la parte de arriba del pelo.

- Prepárate putita.- Le susurré.

Empecé a follármelo con ganas. Mi hijo gritaba mientras yo veía su culo tragarse mi polla una y otra vez. Tenía los pezones tan duros que me dolían al mínimo contacto. Poco después le dije que se diera la vuelta y se tumbara boca arriba.

- ¿Seguimos?

Movió la cabeza arriba y abajo por toda respuesta. Volví a colocar mi polla en la entrada de su culo y esta vez embestí con fuerza. Empecé a follarme el culo de mi hijo con ganas mientras veía su polla menearse de un lado a otro. Poco después decidí que ya era bastante para una primera vez. Empecé a meter y sacar mi polla muy muy lentamente y agarré la suya. Empecé a pajearle mientras me follaba su culo con dulzura. Pronto su polla volvió a ponerse durísima.

- Eso es amor, córrete mientras mamá te folla. Mamá quiere ver tu polla correrse mientras te da por el culo.

Aceleré el ritmo de la paja y sólo un poco el de la follada. Pronto David empezó a jadear y los chorros de semen empezaron a salir de su polla cayendo sobre su abdomen y su pecho. Le masajeé los huevos y saqué mi polla de su culo mientras mi hijo respiraba profundamente con los ojos cerrados. Pero quedaba yo.

Me quité el arnés y lamí y saboreé el semen de su pecho. David abrió los ojos para mirarme y pasé una pierna sobre su cuerpo, subí un poco más y le coloqué el coño en la cara. Mi hijo empezó a darme lametazos en mi rajita mientras yo jugaba con mis tetas. Poco después me dejé caer sobre su cara. Su lengua se enterraba dentro de mi coño mientras yo gemía y lo frotaba por su boca. David me levantaba el culo con sus manos para tomar el aire y lo volvía a dejar caer. Estaba tan cachonda que fue una comida de coño bastante corta. Empecé a gritar y a tirarme de los doloridos pezones mientras me corría sobre cara de mi hijo.

Finalmente me bajé y me acosté a su lado.

- Feliz cumpleaños amor.

- Gracias mamá. Me ha gustado mucho tu regalo.

Le besé en la boca notando el sabor de mi coño.

- Lo imaginaba. En Navidades lo volveré a sacar.

- Me van a gustar mucho las fiestas a partir de ahora. Ah, tienes que pasarme en enlace de la página donde emites con Pedro.

- Jajaja, claro que si amor.

Nos abrazamos hasta quedarnos dormidos mientras pensaba que mi hijo era el mejor de mis amantes. Tenía los vicios y los fetiches de todos en uno.

Continuará
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heranlu

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Los Cuidados del Hijo - Capítulo 06



Me acomodé en el asiento del avión mientras David me cogía la mano. Acababa de empezar diciembre y sorprendí a mi hijo con una semana de vacaciones en Tenerife buscando un clima más cálido. Estaba sobreexcitada ante la perspectiva de pasar una semana entera con David en un lugar donde nadie nos conociera y poder salir con él como una pareja cualquiera.

- Cariño, voy a intentar dormirme un poco que me has levantado muy temprano esta mañana.- Prácticamente era de noche aún cuando mi hijo me despertó para follarme antes de que tuviéramos que prepararnos para el viaje.

- Muy bien Elena, que descanses.- Había empezado a llamarme Elena desde hacía varios días para que no se le escapara un "mamá" en algún momento inoportuno.

Cerré los ojos en cuanto el avión despegó e intenté dormirme. No me gustan demasiado los aviones. Mientras intentaba coger el sueño me vino a la mente el recuerdo del día después del cumpleaños de David.

La mañana después de darle a David su regalo de cumpleaños me despertó el sonido de mi móvil. Lo cogí esperando ver en el contacto el nombre de alguno de mis chicos y me incorporé de golpe al ver que me llamaba mi exmarido. No hablaba con él desde que termianmos de arreglar todo lo del divorcio y con mi hijo Rubén desde que dejó de cogerme el teléfono.

- ¿Diga?- Respondí un poco nerviosa.

- Hola Elena.

- Hola Victor.

- Te llamo para decirte que me gustaría ir a mi casa a ver a David. Ayer cumplió 18 años.

"Hijo de puta. ¿Cómo que tu casa?"

- Claro, ¿cuándo quieres venir? David llega de la universidad a las tres.

- Pues a las tres. Adios.

Me quedé mirando el teléfono como una estúpida. Cuando me descubrió, empezó a tratarme fatal y yo me decía que me lo merecía. Pero ya había pasado mucho tiempo y aunque estuviera mal que le engañara en lugar de decirle que no quería estar con él tampoco me merecía aquel trato de por vida.

Me levanté de la cama y cogí unas bragas para ponérmelas y empezar a limpiar la casa. Estaba bastante mal después de la fiesta de David.

Sobre las dos llegó Victor. Cabrón. Esperaba tener a mi hijo conmigo, que hablara con él de lo que fuera y se largara sin quedarme a solas con él.

- Hola Elena.- Me dijo mientras entraba en casa sin que yo le invitara haciendo que me apartara.

- Hola Victor, llegas pronto...

- Si, quería estar aquí cuando el niño llegara.

"El niño..." Pensé mientras sonreía para mi.

- Bueno, ¿quieres tomar algo?

- Una cerveza, si tienes.

Cogí la cerveza y me senté con él. Victor no paraba de mirar la sala esquivando mi mirada.

- Pensaba que estaría viviendo aquí uno de tus...amigos.

- Mis amigos tienen sus propias casas.- Le respondí friamente mientras veía como se le endurecía el rostro.

- Ya. ¿Asi que sigues viéndolos?

No se por qué se empeñaba en hablar de algo que lo enfadaba. Y a mi me enfadaba la forma en que me hablaba y me miraba.

- A algunos de los antiguos y a algunos nuevos.- Le respondí aguántando la risa provocándole.

- Eres una puta. Siempre has sido puta y es lo que serás.- Dijo poniéndose en pie.

- Tú me has preguntado.

Parecía que quería seguir discutiendo. Hasta vi como se debatía por irse de casa. Finalmente se sentó y nos quedamos en silencio.

No me di cuenta de la hora cuando escuché las llaves en la cerradura. ¡Se me había pasado decirle a mi hijo sobre la visita de su padre! Me levanté de la mesa y salí rápido al pasillo para recibirle y que no dijera nada inapropiado.

- Hola mamá.- Me saludó mientras me acariciaba el culo y me daba un beso en los labios.

- Está tu padre aquí.- Le susurré al oido.

Me miró extrañado y me siguió al salón. Su padre lo miró desde su asiento. No parecía que llevara años sin ver a su hijo pequeño.

- Hola papá.

- Hola David, ¿qué tal las clases?

- Bien, ¿ha venido Rubén?

- No, tu hermano está trabajando. Al menos tú preguntas por él.

"Hijo de la gran puta"

- ¿Sigue en el taller?.- Preguntó David mientras se sentaba. Ni besos, ni un abrazo, nada.

- Si. Desde los 18 años, ganándose el pan como hacen los hombres. Vive con su prometida.

"Cabrón de mierda". Victor menospreciaba a David desde que decidió quedarse conmigo.

- Ah, muy bien. Dale un beso de mi parte.

- Si, le diré que su hermano le manda un abrazo. Estás un poco flaco hijo, ¿no has pensado nunca en ponerte más en forma? Así las chicas se fijarían más en ti...aunque claro que más te da lo que pienses las chicas...

- Victor, ¿quieres un café?.- Dije sin poner contenerme y salí a la cocina.

Hijo de puta, que quería verlo por su cumpleaños. El cambiar el beso de mi hijo a su hermano por un abrazo, el ataque a su físico, sugerir que era poco hombre según sus estándares... Cabrón. Saqué las cosas para hacer café mientras temblaba de rabia.

- David, ¿puedes venir a ayudarme?

Mi hijo apareció al instante con ojos tristes en la cocina. le abracé.

- ¿Estás bien mi amor?- Le susurré al oido.

- Si, estoy bien mamá, no te preocupes. Sólo que... pensaba que de verdad venía por mi cumpleaños y que podríamos retomar la relación.- Me dijo mientras se sacaba una lágrima que empezaba a asomar y a mi exmarido encender el televisor.

- Tú padre está demasiado resentido con nosotros cariño.- Le dije mientras ponía el café al fuego.- Y esas insinuaciones de que eres muy hombre. Haz como yo y riete por dentro. Tú y yo sabemos lo macho que eres.

La mano en mi culo hizo que diera un respingo. Me volví y mi hijo me sujetó de la nuca y me emtió la lengua en la boca. Noté como mis pezones se endurecían mientras David me comía la boca y acariciaba mi entrepierna por encima de mi pantalón.

- ¿Qué haces David? Ahora no...- Susurraba mientras mi hijo saboreaba mi cuello.

- Ahora si. Que se joda ese cabrón.

Empezó a desabrocharse el pantalón y vi como su polla salía dura y mi hijo se la agarraba con la mano.

- Ponte de rodillas mamá.

Me mordí el labio mientras miraba su polla y me acariciaba las tetas incoscientemente por encima de la ropa. Me puse de rodillas con el corazón acelerado por el miedo y la excitación y mi hijo se acercó a la puerta de la cocina para vigilar la entrada del salón. Agarré su polla y empecé a mamársela. Sin jugueteos ni nada, agarré aquella polla maravillosa y empecé a tragármela y a mover mi cabeza rápidamente buscando sacar el semen caliente de mi hijo lo más rápido que podía. Él me sujetaba la cabeza y acompañaba el ritmo con movimientos de su pelvis mientras miraba por la puerta.

- ¿Viene ese café? Tengo prisa.- Escuché a lo lejos.

- ¡Un minuto!- respondí sacando la polla de mi hijo de mi boca para responder a su padre.

Entonces David me hizo dar la vuelta con rapidez y fuerza y apoyé los codos en el suelo para no estrellarme.

- David..¡no! Déjame seguir...- Susurraba.

- Quiero que vuelvas con mi padre con mi corrida dentro de ti.- Me dijo al oido mientras tiraba de mis pantalones y mi culo aparecía ante él.

Mi hijo me levantño un poco el culo por la cintura y noté la punta de su cipote en los labios de mi coñito y bajé la cabeza apoyando la boca en uno de mis brazos pegados al suelo. Ahogué un gemido cuando su polla me atravesó con violencia y aguanté sin hacer ruido mientras mi hijo me follaba en el suelo de la cocina. Me corrí con apenas tres o cuatro embestidas y después de un par más noté como el coño se me iba llenando de leche mientras mi hijo enterraba su polla hasta lo más profundo de mi. Había sido un polvo rápido, furioso, sucio, morboso y sumamente placentero a pesar de su corta duración. David me ayudó a ponerme en pie y nos colocamos bien la ropa. Serví el café y volvimos al salón.

No sé cuando me quedé dormida, pero cuando me despertó David ya íbamos a empezar a aterrizar. Le agarré del cuello y le metí la lengua en la boca cachonda aún del sueño.

Cogimos un taxi en el aeropuerto y llegamos al hotel. Hacía una temperatura estupenda y yo fantaseaba con llegar a la habitación y tener dentro de mi a mi hombre.

Apenas dejamos las cosas en la habitación, nos mirábamos sonriendo. Los dos pensábamos lo mismo. Aquella sensación de libertad estaba haciendo que empezara a mojarme. Avancé hacia David y saqué su camiseta. Besé su cara, su labios, su pecho, sus pezones. Me agaché frente a él y desabroché sus pantalones, saqué sus zapatillas y lo desnudé por completo. Su polla estaba ya enorme y sonreí cuando reaccionó ante mis caricias. La llevé a mi boca y empecé a ensalivarla bien para después empezar a mamársela. Mi hijo gemía mientras me acariciaba el pelo, hizo un puño con él y empezó a guiar mis movimientos más rápido para follarme la boca como a él le gustaba. Sacó la polla de mi garganta mientras un reguero de saliva caía sobre mi camisa y en el suelo. Me levanté y me desnudé deprisa mientras mi hijo metía su llengua en mi boca saboreandola. Me tumbé en la cama y me abrí de piernas de forma exagerada y empecé a frotar mi mano por mi coño.

- Vamos David. Fóllame. Estoy que reviento por tenerte dentro de mi.- Le decía mientras le veía mirándome y acariciando su polla.

No me hizo esperar más. Se puso de rodillas sobre la cama y me sujetó una pierna por encima de su hombro. Colocó su cipote en mi entrada y me penetró de una sola embestida hasta el fondo. Mi hijo empezó a follarme con fuerza mientras yo gemía y me agarraba los pezones.

- ¿Que has soñado que te has despertado tan cachonda?

- Oh joder, sigue David, siguee!

- Vamos dímelo o paro de follárte.

- Cabrón... he soñado con el día después de tu cumpleaños.

- ¿Cuando te follé con tu marido en casa? ¿Cuándo te jodí en el suelo de la cocina como a una puta?

- Siii joder, cuando me follaste con tu padre en casa...cuando volví al salón con tu corrida dentro de mi.

David empezó a follarme con más ganas. Yo ya no podía más. Empecé a anunciarle entre jadeos y gritos que me iba a correr y cuando mis piernas estaban aún temblando por el orgasmo, mi hijo sacó su polla de mi interior y empezó a correrse sobre mi coño y mi abdomen para despúes volvérmela a meter hasta el fondo haciendo que yo soltara un largo suspiro. Después nos quedamos abrazados y nos dormimos.

Me desperté de golpe alterada, habían pasado horas y quería salir con David.Abrimos las maletas y empezamos a colocar las cosas mientras pensábamos a donde ir. Los dos estábamos deseando salir como pareja por fin. Cuando todo estuvo colocado nos duchamos juntos. La polla de David ya estaba otra vez lista pero me hice la dura para salir lo antes posible.

Fue una gozada salir de nuevo con vestido corto con falda al vuelo. Me agarré al brazo de mi hijo y no paraba de sonreir mientras caminábamos observando aquella bella ciudad. Después de visitar algunos lugares de una guía que nos dieron en el hotel fuimos a cenar a un restaurante. Mi hijo me hablaba de Paula, de como le iban las cosas con ella, lo que habían hecho y lo que quería hacerle. La conversación empezaba a excitarme un poco mientras recordaba el culito de mi nuera y empecé a hablarle de la última quedada con uno de mis amantes. Mientras le contaba, lo veía mirándome ansioso. A mi hijo le encantaba que le contara mis aventuras sexuales pero no podía darle tantos detalles en un sitio tan público. Terminamos de cenar y salimos a la calle. Habíamos cenado pronto al saltarnos el almuerzo y apenas eran las nueve de la noche.

Dimos un paseo por un parque para dirigirnos a la zona donde estaban los pubs y mi hijo me dijo que nos sentáramos en un banco. Apenas nos sentamos me besó y colocó su mano en la parte interior de mi muslo levantándome un poco la falda.

- Elena, ¿cómo haces para llevarte a la cama a tus "amigos" cuando os conocéis?

- ¿Qué?

- Pues eso, cuéntame.

- Ya te conté lo de Carlos y más o menos es siempre igual. me insinúo bailando con una amiga o sola, o empiezo a hablar con alguno que me guste en la barra y ya.

Mi hijo me miraba fijamente y empezó a recorrer mi muslo arriba y abajo acercándose cada vez más a mi coñito mientras yo miraba que no hubiera nadie cerca.

- ¿Puedes hacerlo esta noche?

- ¿Cómo?

- Elena, ¿tú eres mi mujer?

Mi coño empezó a humedecerse con aquellas palabras y el frote de mi hijo por mi pierna. Sabía donde quería llegar desde el primer día que me hizo contarle mi primera vez con Carlos mientras me follaba.

- Soy tu mujer, mi amor.- Le respondí.

- ¿Y vas a satisfacer los deseos de tu hombre?.- Me preguntó mientras pasaba su dedo sobre mi braguita acariciándome el coño y haciendo que se me pusiera la piel de gallina.

- Si, quiero complacerte.

- Esta noche quiero ser un cornudo Elena. Quiero que seduzcas a algún hombre y lo llevemos con nosotros al hotel. Quiero que se folle a mi mujer mientras yo os miro.

- ¿Eso quieres?.- Dije mientras su dedo entraba por un lado de mi braguita.- Pues vamos.

Terminamos de cruzar el parque y entramos en un pub bastante grande. Empecé a bailar con David de una manera muy exagerada mientras buscaba a algún posible candidato. La verdad era una tarea difícil. No el encontrar a algún hombre para que me folle sino para que dejara que mi novio lo viera y llegar a proponerlo de forma natural. La polla de mi hijo parecía a punto de reventar el pantalón cada vez que deslizaba mi culo por su entrepierna. Ya había varios hombres mirándome pero deduje que no me servirían, tenían pinta de blandos y lo que íbamos a hacer precisaba de un macho.

Nos sentamos un rato y pedimos unas copas. Yo me dejaba hacer por mi hijo, que sobaba mis tetas como si estuvierabamos solos cada vez que me besaba o metía su mano bajo mi falda. Joder a ese ritmo iba a follarme a alguien en los baños.

Habían pasado ya casi dos horas y las copas me iban afectando cuando lo vi. Un estupendo ejemplar de macho. Joven, negro, alto, con buenos músculos y pinta de duro. Le susurré a mi hijo al oido mi descubrimiento y le agarré de la mano para volver a bailar. Nos colocamos cerca de mi presa y volví a zorrear con David mientras bailaba. Restregaba mi culo por su polla, me colocaba los tirantes del vestido tirando de ellos para que se viera un poco más de teta durante unos segundos, me mordía el labio, giraba con rápidez para que la falda se levantara y enseñar el tanga que llevaba debajo. Un buen grupo de tios me miraba ya con descaro, pero yo sólo quería a uno. Sonreí a mi negro al ver que me miraba sin perder detalle. Le eché los brazos a David al cuello y le dije que fuera a sentarse y me dejara. Cuando se fue puse cara de decepcionada y me acerqué a la barra colocándome al lado de mi negro.

- Hola.- Me dijo mientras fingía que esperaba al camarero para pedir.

- Hola.- Le contesté sonriéndole.

- No te había visto antes por aquí.

- Es porque no soy de Tenerife guapo.

- ¿Y de dónde eres?

- ¿Acaso importa?- Sabía que tenía que jugar duro con aquel joven.

- La verdad, no mucho.- Me contestó girándose hacia mi y recorriéndome con la mirada.- ¿Y tu novio?

"Vale, vamos bien"

- Habrá ido a sentarse. Nunca me dura nada.- Le respondí mientras le daba un repaso.

- Vaya, tú te mereces que te duren. ¿Es joven para ti. no?

Sonreí mientras pensaba que aquel joven negro no tendría más de 3 o 4 años que mi hijo.

- Así es como me gustan a mi.

Llegó el camarero y Yerai (así se llamaba) me invitó a una copa que a aquellas alturas yo no necesitaba. Seguimos charlando con indirectas, pasamos a las bromas y cuando llegamos a las bromas subidas de tono su mano estaba ya sobre mi muslo. Cada vez me hablaba más cerca, hacía como que me hablaba más al oido y cada vez sus labios rozaban más los mios. Finalmente atrapé su labio inferior con los mios y abrí la boca para recibir su lengua. Durante aquel beso, su mano se deslizo bajo mi falda y se posó sobre mi húmedo y caliente coño por encima del fino tanga.

- ¡Joder nena! Como estás.

- Hace mucho que no me toca un macho de verdad.- Le respondí volviendo a besarle. Ya era mio.

- ¿No puedes deshacerte de tu novio?

- ¿No eres capaz de follarme con él delante?

- Coño tía. Estás tremenda pero no quiero líos.

- No te preocupes, no vas a ser el primero. Él sabe que no puede satisfacerme y tiene que aguantarse con lo que yo quiera para que no le abandone.

Cogí su mano y la volví a llevar a mi coñito.

- ¿Y él que va a hacer?

- Se sentará a mirar. Es un puto cornudo y tiene que mirar como se jode a una mujer.

Alargué la mano y palpé la entrepierna de Yerai. Estaba como una piedra y sabía que iba a venir conmigo y hacer lo que yo quisiera.

- Voy a decirle que nos vamos los tres.

Le di un nuevo apretón en el paquete antes de recibir su respuesta y fui hacia David.

- Ya está cielo. Nos vamos.- Le comuniqué escuetamente a mi hijo.

- Joder, Elena eres la mejor.

Acercó su mano a mi pierna y se la retiré.

- No me toques cornudo, esta noche mi cuerpo es de aquel negro.

Vi como mi hijo se encendía de excitación, se levantño y salió del local mientras yo iba a por Yerai y salía con él. Andamos los tres juntos al hotel. Mi hijo y Yerai no cruzaron palabra. Durante todo el camino la mano de Yerai no se separó de mi culo.

Al entrar en la habitación, mi hijo se sentó en una silla cerca del balcón y abrió las ventanas para que entrara el aire y se quedó allí sin decir nada. Yerai empezó a besarme con ansia mientras metía las manos bajo mi falda para agarrarme el culo desnudo. Le saqué la camiseta y descubrí su cuerpo duro y marcado. Él me quitó los tirantes y mi vestido cayó al suelo, me desabrochó el sujetador y empezó a devorar mis tetas. Yo miré a mi hijo mientras lo hacía sonriéndole y gimiendo para que me viera y me escuchara bien. Después, Yerai me hizo ponerme de rodillas y le ayudé a desnudarse completamente. Una polla negra ligeramente más larga que la de mi hijo pero mucho más gruesa apareció ante mis ojos. Me escupí en la mano y la agarré empezando a pajearle. Cuando su polla brillante alcanzó todo su esplendor la cogí y miré a mi hijo prácticamente babeando.

- Esta es la polla que yo necesito, cornudo.- Le dije mirándole fijamente.

Como mi hijo sólo iba a mirar, Yerai pensaría que tendría una polla pequeña y ya que David quería ser un cornudo iba a humillarle todo lo que pudiera. Acerqué mi boca y empecé a dejar caer saliva sobre aquel pedazo de carne y empecé a tragar todo lo que podía. Era demasiado gruesa para mi boquita pero tragué una buena parte y empecé a hacerle una buena mamada a aquel negro mientras él bufaba sin parar.

- Joder zorra si... eres una zorra muy caliente...sigue nena.

Saqué su polla de mi boca y empecé a lamer y a chupar sus huevos. Los presioné contra mi cara y aspiré su olor a macho mientras movía mi lengua con uno de ellos dentro de mi boca. Luego sacó sus huevos y me empezó a azotarme la cara y la lengua con su gruesa polla. Tras un rato me levantó y me quitó el tanga empapado.

- Toma chaval.- Dijo Yerai lanzándole el tanga a mi hijo que lo cogió y aspiró mi olor.

Me colocó en la cama a cuatro patas y se subió detrás de mi. Escuché como escupía su mano y me la pasaba por los labios del coño y acto seguido tuve su gordo cipote en la entrada de mi coño. Sin delicadezas empezó a follarme con ganas. Yo gemía sin parar e intentaba mirar a mi hijo para que me viera la cara mientras aquel negro me follaba.

- Joder, puta. Tienes el coño chorreando. Estabas deseando tener una buena polla dentro ¿verdad?

- Aaahh, si, deseaba que me follara un hombre de verdad.- Gritaba yo con las tetas meciéndose por las embestidas.- ¿Lo ves bien cornudo?¿Ves bien como me folla?

Yerai me estaba briendo el coño con su gruesa polla como nadie y no tardé en correrme. Sacó su polla bañada en mis flujos y me dio un fuerte azote en el culo. Se tumbó a mi lado.

- Vamos perra, cabalga esta polla que tanto te gusta.

Chupé un poco su polla saboreando mis flujos mientras me recuperaba de la corrida y me subí encima de él de frente a mi hijo. Miraba a David mientras agarraba la polla y me la iba metiendo despacio en mi coño. No se como mi hijo aguantaba las ganas de sacarse la polla y masturbarse o de venir a follarme junto a aquel negro. Me empalé con aquella polla y empecé a cabalgar sobre ella mientras dejaba caer mi saliva sobre mis tetas y la esparcía por mi cuerpo con mis manos.

- Oooh joder, menuda polla. Cómo me follas Yerai, no como el perdedor de mi novio. Joder voy a correrme de nuevo.

Yerai se incorporó un poco y me agarró con fuerzas los pezones. No pude más y volví a correrme sobre su polla. Yo seguía con los efectos de mi orgasmo y aquél semental me levantño el culo con sus fuertes manos y empezó a moverse follándome con fuerza. Después mi tiró sobre la cam, se puso encima de mi y me abrió las piernas con ímpetu. Yo ya sólo me dejaba hacer, sin fuerzas. Echó su cuerpo sudoroso sobre mi y volvió a penetrarme.

- Si, nena,si...Voy a correrme joder, voy a correrme en tu carita de zorra.

- Sii, eso es...fóllame cabrón...lléname de leche la cara delante del cornudo.

Yerai se levantó de improviso de la cama cogiéndome del brazo y arrastrándome al suelo de la habitación. Quedé de rodillas delante suya mientras se pajeaba frente a mi cara. Miré de reojo a mi hijo que se había inclinado en la silla para no perdérselo.

- Oooh toma puta, toma mi leche...

Aquella polla enorme empezó a echar un chorro de semen espeso y caliente detrá de otro sobre mi cara. Abrí la boca y saqué l lengua para que alguno cayera en ella. Cuando terminó de bañarme volvió a meterme la polla en la boca y le limpié todo lo que pude.

- Joder, ha sido brutal.- Decía Yerai mientras se vestía.- ¿Te vas a quedar mucho tiempo?

- No volveremos a vernos guapo.- Le dije sonriéndole con mi cara goteando lefa.

- Ya veremos jajaja. Hasta la próxima.

Y salió de la habitación mientras yo cerraba los ojos y me acariciaba mi hinchado coño.

- Súbete a la cama.

La voz de mi hijo sonó cerca de mi. Abrí los ojos y estaba nte a mi desnudándose. Me subñi a la cama sonriendo y me abrí de piernas con la cara llena de semen. David se subió con la mirada encendida sujetándose la polla y me penetró con fuerza.

- Oohh si David.

- ¿Te ha gustado como te follaba ese negro mamá?¿Te ha gustado que te follara delante de mi?

- Aaaah sii puto cornudo...me ha follado como tu no sabes follarme...- Le respondía siguiendo el juego.

- Joder, como me pone follarte con el semen de otro en la cara mamá.

Dios aquello era tan sucio, tan obsceno que empecé a mojarme de nuevo.

- ¿Te gusta ver la cara de mamá llena de semen?¿por qué no me das un poco?

Mi hijo pasó el pulgar por mi cara sin dejar de follarme con violencia y me lo metió en la boca. Empecé a mamar el dedo de mi hijo saboreando el semen de Yerai y pronto empecé a correrme de nuevo.

- Aahhh jodeeeer.

David sacó su polla de mi interior y se puso de rodillas al lado de mi cara.

- Toma más leche puta.

Se masturbaba furiosamente mientras yo abría la boca para recibir mi premio. Una segunda oleada de lefa caliente cayó sobre mi cara y mi boca mientras yo me acariciaba las tetas.

David cayó exhausto de excitación a mi lado.

- Me ha encantado.

- Lo se...cornudo.




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draco22

Pajillero
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por favor q continue muy bueno y excitante
 
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