Lobitas

panzer626

Virgen
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LOBITAS


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Maritza y María José, o mejor dicho, Mary y Cote, son mis niñas favoritas del club scout que dirijo. Ellas son muy lindas, educadas, obedientes y sobretodo muy opuestas entre sí. Mary es toda una señorita, no dice palabrotas, siempre anda muy limpia y tiene los modales de una pequeña princesa. A sus 15 años demuestra una clase y modales que ya quisiera la jovencita más refinada, sin mencionar su cuerpo ya que parece una figura de loza con su forma atlética y bien desarrollada para su edad. Su pelo largo y rubio y sus ojitos claros quedaban perfectos en su cuerpo de ninfa. Cote, por otro lado, era una niña aventurera y desvergonzada, le gustaba hacerse desafíos como trepar rocas o caminar por lugares montañosos. Era una pequeña salvaje a la que podría dejar desnuda en medio de la naturaleza sin que se hiciera mayor problema por ello. Tenía su pelo negro como el carbón y sus ojos delataban la misma llama de este al encenderse. A sus 14 (es unos meses menor que su amiga) ya se notaban esos trazos de hembra sexual en su modo de dirigirse a mí, balanceando sus caderas en un tono tan coqueto como sugerente sin reparar en mi edad.

Por mi parte no hay mucho que decir, sólo que soy el líder de una patrulla de Scout de niñas, treinta y pocos años, soltero y bastante en forma a base de mucho deporte. Me ha tocado ser desde hermano mayor a casi padre de mis chicas en los años que llevo en esto, y a estas dos niñas las conozco desde pequeñas.

Cote y Mary han sido las más fieles al grupo, nunca han dejado de participar en alguna salida, incluso hemos salido sólo los tres en más de una ocasión cuando tenían unos once años y las niñas más grandes decidían a última hora cancelar el viaje a acampar. Esas veces nos íbamos a un camping y nos dedicábamos a pescar o bañarnos en el río. Las chicas a esa edad no eran particularmente pudorosas conmigo, Cote no tenía reparos en sentarse en mis piernas mientras arrojábamos el anzuelo al agua o pedirme que la acompañase a orinar en la noche. Por su parte, Mary gustaba de dormir abrazada a mí mientras me dejaba acariciarle el cabello. Ambas dormían sólo con una camiseta y bragas. Cote con una pantaleta muy ajustada y Mary con una tanga acorde a su edad, que se cambiaba a diario dándome a elegir cual debía usar. Siempre lo vi como algo tierno de su parte y para ella tampoco representaba algo mayormente sexual pese a su edad y contexto.

En una de esas ocasiones cambiamos el itinerario y nos fuimos a una cabaña en medio de unas miles de hectáreas de bosque. Debido a lo casi inaccesible del lugar, llegamos en mi vehículo casi de noche a la cabaña, una casita bastante decente, con electricidad, televisión satelital y un jacuzzi rudimentario. En esa ocasión dormimos los tres en la misma cama por el frio que hacía. La primera noche dormí abrazando a la pequeña Cote por detrás bajo su camiseta, tocando con una mano su pecho plano, levantando la tela para que su piel hiciera contacto con la mía ya que sólo usaba mis bóxers en ese momento. Para abajo sólo usó un short muy holgado sin bragas. Mary me abrazó por la espalda recorriendo su manito pequeña por mi abdomen, explorando hasta llegar a mi ropa interior. Le dije que podía quitarse la camiseta si quería, para que sus tetitas que recién asomaban pudiesen reposar sobre mi espalda. Ella sólo durmió en tanga, una bastante pequeña debo decirlo.

Como era de esperarse tuve una erección tremenda. El traserito infantil de Cote se dejaba presionar mientras hacía un ligero movimiento de arriba abajo contra mi pene. Jugamos de esa manera durante unos minutos que se me hicieron eternos entre los nervios y sobre todo por el morbo de la situación. Mary se durmió y apenas pude comprobar la profundidad de su sueño, hice lo mismo con la entrepierna de mi juguetona amiga. Mi mano bajó hasta su pequeña vagina y comenzó a humedecer de forma circular ese pequeño botoncito inexperto que asomada tímido bajo la tela entre esos suaves y pequeños labios de carne.

Me jugué el todo por el todo en esos movimientos. Para mí, ella tenía al menos 10 años más, aunque su cuerpo dijera lo contrario. Luego de eso nos dormimos profundamente. Primero ella, luego de resoplar como una pequeña puta y de besarme tímidamente a un costado de los labios para darme las buenas noches. Luego yo, minutos después de esto y aprovechando el momento para ver con la poca luz que había a Mary y sus pechitos en el inicio de su desarrollo asomar rosados y hermosos por entre las sábanas y la poca luz que entraba por la ventana. Los toqué suavemente y también ese bultito que hacia deliciosa la vista del sexo de la otra chiquilla. Levanté la tela un poco y pude revelar ante mis ojos un monte de venus completamente vacío y suave, con unos pliegues que finalizaban su sexo directamente contra la tela de su ropita interior. Ella al ser tan propia, debo de decirlo, olía maravillosamente. El perfume que ella usaba era tan dulce como su personalidad. Premio doble sin duda. Las bebé a cada una en la frente y me dormí entre ellas abrazándolas.

Al día siguiente Cote anduvo muy cariñosa conmigo a la vez que se mostraba bastante activa, con ganas de correr y jugar. Mary era ahora la que andaba pegada a mí, muy curiosa y educada, usando sólo unas sandalias y la parte inferior del bikini. Me preguntó si no había problema en andar así, ya que se consideraba una niña todavía y no le veía lo sexual a estar en topless frente a un adulto. Aproveché de sentarla en mis piernas cuantas veces quise y de ponerle bloqueador solar en todo el cuerpo.
Por la noche nos metimos en el jacuzzi. Yo usando un short y ambas nenas en topless. Ellas se sentías divas y fabulosas jugando a ser sexualmente sugerentes mientras yo tengo una cerveza en una mano, un cigarrillo en la otra y más abajo, un mástil de carne que moría de ganas por exprimirse entre las piernas de esas lolitas.

Nos hicimos muy amigos entonces, además que los padres de ambas siempre les daban permiso de juntarse si estaban conmigo.
Han pasado ya tres años desde ese episodio y en esta ocasión hemos vuelto a coincidir los tres en la misma cabaña. Las niñas ya no son tan niñas y oficialmente pasan a ser integrante de la patrulla de lobas exploradoras.
 
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