Lo Que Fue Una Gran Experiencia

MAY

Virgen
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Dic 15, 2008
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[FONT=&quot] Yo aún no era muy consciente de algunos fenómenos que estaban teniendo lugar en mi cuerpo. TenÃ*a por aquel entonces doce años recién cumplidos y no hacÃ*a mucho que habÃ*a despertado a la sexualidad. En realidad, ese despertar se reducÃ*a a la actividad más recurrente en los adolescentes (y no sólo en los adolescentes), que se realiza con una mano generalmente. En mÃ* era bastante recurrente esta actividad, que desarrollaba en la más estricta intimidad. [/FONT]
[FONT=&quot] VivÃ*a entonces con mi madre solo, ya que mis padres se habÃ*an divorciado cuando yo era más pequeño y mi padre habÃ*a pasado de mÃ* completamente, viniendo a verme sólo en contadas ocasiones. Con mi madre la vida era bastante agradable, sobre todo después de una curiosa herencia (y lo de curiosa es porque nadie esperaba que fuéramos a heredarla nosotros) de una tÃ*a de mi madre, que nos dejó casi trescientos millones de euros y nos resolvió la vida en un momento. [/FONT]
[FONT=&quot] Mi madre se dedicó desde entonces a disfrutar de la vida a su manera, leyendo y cuidando de sus plantas. VivÃ*amos en un piso en la última planta de un moderno edificio de Madrid. En realidad, el piso era un dúplex, con una planta abajo y un ático arriba con una amplia azotea. En ella era donde mi madre tenÃ*a su gran colección de plantas y desde allÃ* disfrutábamos de unas buenas vistas de la ciudad. [/FONT]
[FONT=&quot] A mÃ* me encantaba nuestra nueva vida de millonarios, pero no dejé de estudiar, porque la adquisición de conocimientos, me decÃ*a mi madre, es siempre necesaria y es la sal de la vida. Ella siempre procuraba aleccionarme lo más sabiamente posible y yo se lo agradezco ahora mucho, porque gracias a ella y a su aliento conseguÃ* sacar una carrera y labrarme un provechoso porvenir. [/FONT]
[FONT=&quot] Mi madre y yo convivÃ*amos, como he dicho, muy bien. Los dos tenÃ*amos intereses más o menos parecidos, aunque yo me inclinaba claramente hacia mi ordenador y la música. SolÃ*amos pasar largos ratos charlando sobre cualquier cosa, ya fuera para que yo aprendiera algo o simplemente por pasar el rato. Los dos éramos bastante solitarios y tenÃ*amos pocos amigos. Yo salÃ*a sólo de vez en cuando con algunos compañeros del colegio, pero lo pasaba mejor en casa con mi madre por raro que parezca. [/FONT]
[FONT=&quot] El súbito despertar de mis hormonas trajo consigo algo en lo que yo no habÃ*a pensado y que me alarmó bastante al principio. SucedÃ*a que cada vez que veÃ*a a mi madre pasearse por delante de mÃ* en camisón o con otra prenda cualquiera que dejara poco a la imaginación no podÃ*a evitar tener una erección. No es que mi madre fuera desnuda por la casa, pero sus curvas (como se podrá apreciar en la siguiente descripción) eran difÃ*ciles de disimular casi con cualquier prenda. [/FONT]
[FONT=&quot] Mi madre era de estatura media (un metro sesenta y algo), pelo castaño oscuro y piel blanca. A los 36 años tenÃ*a la complexión de una tÃ*pica ama de casa, rellena y con un amplio culo. TenÃ*a anchas caderas, grandes pechos y piernas no muy largas y robustas. Sus medidas, según una vez le oÃ* decir a alguien, eran 98-72-104, lo cual demostraba que estaba algo rellena. [/FONT]
[FONT=&quot] Como aquellas erecciones no hacÃ*an más que ir en aumento, al final me hicieron dar un paso del que me avergonzaba, pero que no podÃ*a evitar: espiar a mi madre. Esto era tarea sumamente fácil, ya que nuestro cuarto de baño principal tenÃ*a una ventana que daba a un pasillo desde el que se podÃ*a mirar dentro con poco riesgo de ser descubierto. El cuarto de baño era muy grande y la ventana estaba a unos cinco metros de la zona donde uno se desvestÃ*a y de la bañera. Además, para mayor seguridad, habÃ*a varias plantas delante de la ventana en la zona interior que reducÃ*an la vista considerablemente. [/FONT]
[FONT=&quot] La primera vez que decidÃ* espiarla esperé a que se encerrara en el baño y ya no saliera a coger toallas o ropa limpia. Me fui sigilosamente al pasillo y abrÃ* un poco la ventana, sólo una raja. Miré dentro y vi a mi madre manipulando los grifos de la bañera, supongo que para graduar la temperatura del agua. Aún lo llevaba todo puesto (unos pantalones vaqueros, una camiseta y un chaleco), pero eso cambiarÃ*a pronto. [/FONT]
[FONT=&quot] Una vez graduada el agua, mi madre se quitó el chaleco y luego se desabrochó los pantalones. Hecho esto, se sacó la camiseta de manga corta que llevaba puesta y pude ver que llevaba puesto un sujetador blanco y pequeño debajo, que con dificultad contenÃ*a sus grandes tetas. Después se desenganchó el sujetador y sus grandes melones quedaron libres. Pude entonces apreciar (aunque no sin cierta dificultad, debido a la distancia) que sus pezones eran gordos y sus areolas amplias y rojas, con un diámetro que yo calculé en 8 ó 10 centÃ*metros. [/FONT]
[FONT=&quot] Cuando se hubo resarcido de toda la parte superior, empezó a bajarse los pantalones y yo descubrÃ* que llevaba puestas unas pequeñas braguitas blancas tipo biquini que no lograban cubrir su vello púbico totalmente. Una vez el pantalón estuvo quitado, mi madre se bajó las bragas y me dejó ver sin ningún tipo de obstáculos su negra y poblada vulva de forma triangular. [/FONT]
[FONT=&quot] Como es lógico pensar, la erección bajo mis pantalones era tal que me dolÃ*a y mi necesidad de liberarla era tan acuciante que no tuve más remedio que bajarme los pantalones y comenzar a acariciarme el pene mientras veÃ*a a mi madre meterse en la bañera. El único problema con el que me encontré fue que mi madre tenÃ*a la mala costumbre de sentarse en nuestra gran bañera, asÃ* que no pude verla hasta que terminó y fue a secarse. Entonces fue cuando seguÃ* masturbándome hasta que un potente chorro de esperma se estrelló contra la pared del pasillo que quedaba bajo la ventana. Como vi que mi madre se empezaba a vestir y estaba a punto de salir, me fui de allÃ* corriendo y me metÃ* en mi cuarto aún con los pantalones bajados. [/FONT]
[FONT=&quot] Aquella práctica espiatoria se fue convirtiendo poco a poco en una práctica y al cabo de tres meses era ya una cita ineludible. Mi único error fue que no me preocupaba del esperma que caÃ*a sobre la pared y me iba de allÃ* sin limpiarlo, algunas veces incluso cerrando la raja de la ventana con dedos pringosos, lo cual serÃ*a "fatÃ*dico" para mÃ*. [/FONT]
[FONT=&quot] Una tarde invernal, cuando ya hacÃ*a bastante frÃ*o en la azotea, mi madre y yo nos fuimos al salón del piso de abajo a ver la tele, que he de decir que era un placer, ya que la pantalla gigante y el sonido dolby surround que tenÃ*amos habrÃ*a hecho las delicias de cualquier aficionado al cine. Mi madre se sentó en su sillón habitual pero, en lugar de encender la tele, se quedó mirándome con una expresión seria, pero no a causa de un enfado. [/FONT]
[FONT=&quot]-Un dÃ*a de estos a ver si me dejas que te vea sin ropa, nene -me dijo rompiendo el silencio. [/FONT]
[FONT=&quot] Yo me quedé de piedra; me habrÃ*a esperado antes un maremoto en Madrid que aquella pregunta. [/FONT]
[FONT=&quot]-¿Có. . . cómo? -fue lo único que acerté a decir. [/FONT]
[FONT=&quot]-Que como tú me ves desnuda cada vez que me ducho serÃ*a justo que tú también me dejaras que te viera sin nada encima, ¿no?[/FONT]
[FONT=&quot]-Que yo. . . ¿qué?[/FONT]
[FONT=&quot]-Cielo, no seas tonto, que sé que me espias cuando me voy a duchar. . . He visto cómo has manchado la pared de debajo de la ventana del pasillo y que también has pringado un poco el aluminio de la ventana. El olor era inconfundible. . . [/FONT]
[FONT=&quot] Yo no salÃ*a de mi asombro; jamás habÃ*a supuesto que mi madre fuera tan observadora y no sabÃ*a qué decir. [/FONT]
[FONT=&quot]-Mamá, yo. . . no. . . [/FONT]
[FONT=&quot]-Tranquilo, cielo, yo no estoy enfadada -dijo con una expresión más sonriente-, me parece bastante natural que tengas a tu edad ciertas curiosidades y necesidades, pero me parece un poco injusto que tú me veas a mÃ* desnuda y yo no pueda verte a ti desnudo. [/FONT]
[FONT=&quot]-Pero. . . ¿tú tienes ganas de verme a mÃ* desnudo?[/FONT]
[FONT=&quot]-Claro, ¿es que crees que yo no tengo curiosidad también? Tengo muchas ganas de verte la colita, sobre todo si está dura. . . Hace mucho tiempo que no veo una. . . [/FONT]
[FONT=&quot]-¿De verdad?[/FONT]
[FONT=&quot]-SÃ*, en realidad sólo he visto la del imbécil de tu padre y la tuya cuando tú eras más pequeño, y tengo ganas de vérsela a mi niño otra vez. . . [/FONT]
[FONT=&quot]-Bu. . . bueno, vale -dije yo, nervioso ante tan extraña petición. [/FONT]
[FONT=&quot] Llevaba puestos unos vaqueros y me los bajé delante de ella quedándome sólo con mis pequeños calzoncillos, abultados por la erección que habÃ*a tenido al hablar con ella de esas cosas. Después me quité el chaleco y la camisa que llevaba puestos y finalmente me bajé los calzoncillos, enseñándole a mi madre mi erección de 14 cm de largo y 3 cm de ancho, unas medidad bastante buenas para un chico de mi edad. Mi madre se quedó mirándome seria y luego dijo:[/FONT]
[FONT=&quot]-La tienes de un tamaño muy bueno para tu edad, nene. [/FONT]
[FONT=&quot]-¿De. . . de verdad?[/FONT]
[FONT=&quot]-SÃ*, porque tu padre la tenÃ*a asÃ* siendo ya un adulto. . . [/FONT]
[FONT=&quot] Yo me limité a asentir y dejar que las cosas siguieras como mi madre deseara. [/FONT]
[FONT=&quot]-¿Quieres que me quite la ropa yo ahora? -me preguntó para mi asombro. [/FONT]
[FONT=&quot]-SÃ* -respondÃ* firmemente después de pensarme la respuesta durante unos segundos. [/FONT]
[FONT=&quot]-Pues venga. [/FONT]
[FONT=&quot] Mi madre se puso de pie y dejó caer su camisón al suelo, haciéndome descubrir que no llevaba nada puesto debajo. Sus grandes tetas y su poblada vulva hicieron que la excitación hiciera hervir mi sangre. [/FONT]
[FONT=&quot]-¿Te gusta mi cuerpo, cariño? ¿Te gusta el chochito y las tetas de mamá?[/FONT]
[FONT=&quot]-Mucho. . . -dije yo. [/FONT]
[FONT=&quot]-A mÃ* también me gusta mucho tu colita, nene. ¿Te gustarÃ*a que mamá te la tocara?[/FONT]
[FONT=&quot]-S. . . sÃ*, vale. [/FONT]
[FONT=&quot] Mi madre me indicó que me acercara a ella y con una mano comenzó a acariciarme el pene despacio. Mi glande estaba ya rojo y relucÃ*a con los fluidos que rezumaban de dentro debido a la excitación. Yo miraba el cuerpo de mi madre mientras permanecÃ*a allÃ* inmóvil. Ella se percató de esto y me dijo:[/FONT]
[FONT=&quot]-¿Por qué no te sientas aquÃ* a mi lado y me tocas mientras yo te toco?[/FONT]
[FONT=&quot] No dije nada, me limité a hacer lo que me sugirió y me senté a su derecha mientras pasaba una mano suavemente por mi erecto miembro. Yo llevé una mano a uno de sus pechos y comencé a estrujarlo y acariciarlo. Después llegué a su vulva, donde pasé mi mano para sentir el suave cosquilleo de su vello. [/FONT]
[FONT=&quot]-¿Te gusta tocar a mamá ahÃ*? -me preguntó sonriendo. [/FONT]
[FONT=&quot]-SÃ*. [/FONT]
[FONT=&quot]-A mÃ* también me gusta tocarte. [/FONT]
[FONT=&quot]-Mamá. . . [/FONT]
[FONT=&quot]-¿Qué, cielo?[/FONT]
[FONT=&quot]-¿No me vas a dejar que te meta la colita ahÃ* entre los pelitos?[/FONT]
[FONT=&quot]-Mmm, ¿tienes ganas de darte gustirrinÃ*n en el chochito de mamá. . . ?[/FONT]
[FONT=&quot]-SÃ*, muchas. . . ¿me vas a dejar, mamá, por favor. . . ?[/FONT]
[FONT=&quot]-Claro que sÃ*, cariño, a mamá le gusta que le metan la colita en el chocho. . . Ven, ponte aquÃ* entre mis piernas. . . [/FONT]
[FONT=&quot] Yo me levanté y mi madre separó las piernas flexionando las rodillas y apoyando sus pies en el filo del sofá mientras se echaba hacia atrás acomodándose sobre el respaldo del mismo. Me puse entre sus piernas con mi erecto pene a pocos centÃ*metros de la ahora visible raja de mi madre. Estaba rodeada de pelos, pero el lugar donde sus dos labios se unÃ*an se podÃ*a ver perfectamente. Ambos estaban bien unidos, no dejando ver casi la piel sonrosada que habÃ*an tras ellos. [/FONT]
[FONT=&quot] Yo me acerqué un poco más a ese mágico lugar de placer y mi glande entró en contacto con la más Ã*ntima carne de mi madre. Sólo mirar su raja llena de pelos hacÃ*a que me entrara hambre. Mi madre agarró mi pene y lo guió hasta la entrada de su húmedo y cálido agujero de placer. Fue entonces cuando cambió sus piernas de posición y las cerró alrededor de mi cintura. Con ellas me apretó desde detrás hasta que mi glande entró dentro de su cuerpo. Después yo mismo empujé hacia dentro y hundÃ* todo mi miembro, haciendo que el acto que habÃ*amos comenzado ya no tuviera vuelta atrás. [/FONT]
[FONT=&quot] La sensación que estaba experimentando era totalmente nueva. La vagina de mi madre era como una mano que se cerrara sobre mi pene y apretara un poco, pero una mano húmeda y cálida. Yo comencé instintivamente a meter y sacar mi miembro del húmedo lugar (en realidad no lo sacaba totalmente, tan sólo hasta la corona del glande). El placer era inmenso, indescriptible. Miraba y veÃ*a cómo mi pene se hundÃ*a y desaparecÃ*a entre sus pelos hasta que mi vello púbico entraba en contacto con el suyo. [/FONT]
[FONT=&quot] Mi madre jadeaba suavemente mientras era penetrada, y eso me excitó aún más. Apretaba con fuerza mi cuerpo con sus suaves piernas mientras sus grandes tetas se movÃ*an de un lado a otro con los pezones erectos. Yo se las acariciaba despacio mientras seguÃ*a uniendo mi carne a la suya, acercándome cada vez más al esperado final. [/FONT]
[FONT=&quot] Mi madre se empezó a revolver sobre el sofá y sus jadeos se hicieron más intensos, siendo ahora acompañados por gemidos ahogados. Un enorme orgasmo recorrió su cuerpo de arriba abajo paralizando su cuerpo durante unos segundos y entonces mi pene se vio "succionado" hacia dentro por los espasmos de su vagina, lo cual hizo que mi propio clÃ*max fuera ya algo inevitable e ineludible. [/FONT]
[FONT=&quot] Sin que pudiera contenerlo, un abundante chorro de semen comenzó a inundar las incestuosas profundidades de la vagina de mi madre, llenando el cuello de su fértil útero. Uno tras otro, los chorros de semen se estrellaban contra el cérvix de mi madre. Nunca me habÃ*a corrido de esa manera, segregando tal cantidad de esperma, y el hecho de que lo estuviera haciendo dentro de mi madre hacÃ*a que la eyaculación se prolongara más y más. [/FONT]
[FONT=&quot] Cuando los espasmos de mi orgasmo remitieron y la última gota de esperma (sorprendentemente abundante para mi edad) fue depositada dentro de mi madre, los dos suspiramos aliviados. Yo mantuve mi miembro dentro de su vagina durante un rato más hasta que se puso flácido y no se mantenÃ*a dentro. HabÃ*a sido mi primer coito, y no podÃ*a haberlo hecho con nadie mejor. Mi madre me habÃ*a dado la vida y ahora me habÃ*a dado el regalo de la sexualidad. [/FONT]
[FONT=&quot] Desde aquel frÃ*o dÃ*a, mi madre y yo no dejamos de practicar el sexo casi a diario. Yo dormÃ*a con ella y me comportaba en muchos aspectos como un marido. Casi nunca utilizábamos preservativos (ella se tomaba pÃ*ldoras poscoitales) y copulábamos de muchas formas. Nos iniciamos en el sexo oral (a mi madre le encantaba que me corriera en su boca) y también en el anal, aunque éste lo practicábamos con menos frecuencia. Fueron muchos años de sexo, que no se detuvieron hasta que cumplÃ* los 26 años y conocÃ* a una chica. Me casé con ella dos años después, pero siempre he continuado haciéndolo de vez en cuando con mi madre, que ahora cuenta 57 años y agradece mucho el placer que le proporciono en su maternal vagina.[/FONT]
 

cyrus666

Pajillero
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excelente, asi debe ser un hijo con su madre!!
 
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