Llene de Semen las Tetotas de Mamá 01

heranlu

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En la actualidad tengo 21 años, estoy terminado la carrera de Derecho (iré al último curso ahora), pero los hechos se remontan a cuatro años antes, cuando me disponía a iniciar mis estudios universitarios. De siempre he sido un buen estudiante, así que normalmente los veranos eran largos y en general me lo pasaba bien, con amigos y amigas. No soy un guaperas (1, 78, moreno y más o menos delgado), pero tengo bastante labia, por lo que se puede decir que con las chicas me ha ido bien, aunque todavía, en el momento de esta historia, era virgen, si bien había besado a muchas chicas y les había tocado las tetas y el chicha, pero sin llegar a entrar. Sin embargo desde que tengo uso de razón tengo una obsesión por una persona. Una de esas cosas que en general no puedes decir porque se considera mala. Esa cosa es que la "chica" que más me gustaba…y me gusta es mi propia madre, Ana Lucía (Ana para abreviar). En la actualidad tiene 41 años ya que me tuvo con apenas 20 añitos, cuando todavía estaba en la Universidad, donde conoció a mi padre con el que se casó, poco antes de que ella quedase embarazada. Él es médico y cuando conoció a mi madre ella estaba en la Escuela de Enfermería y él acababa de terminar la carrera. Ahora los dos trabajan en un Hospital de Madrid, si bien mi madre solo trabaja de mañanas y alguna tarde porque está en las consultas externas y mi padre lo hace de mañanas y guardias, cinco o seis al mes, según las necesidades.

Bien, ahora nos iremos a cuatro años atrás. Por razones de trabajo mis padres no pudieron coger las vacaciones al mismo tiempo. A uno le tocó el mes de julio y a mi madre el mes de agosto. Mi padre aprovechó para ir a un par de congresos y descansar el resto del mes. Por su parte cuando mi madre cogió las vacaciones nos fuimos a la playa, a un apartamento que compraron hace unos años en Guardamar del Segura. En el viaje íbamos mi madre, mi hermana Beatriz, un poco más de dos años más pequeña que yo y yo mismo. Llegamos y nos fuimos cada uno a nuestra habitación a deshacer el equipaje. Salimos a comprar cosas de comer y volvimos a preparar la cena. Ese día suele ser agotador por el viaje, así que no muy tarde para ser periodo vacacional estábamos en la cama durmiendo. Lo bueno empezaría el día siguiente. Como habitualmente, nos levantamos, fui a buscar el pan para el desayuno y tras éste nos bajamos a la playa, que estaba muy cerca de nuestra urbanización, no en primera línea, pero si en segunda.

Ahora me quiero recrear un poco en por qué mi madre ha sido la mujer que más me ha gustado y me gusta, la musa de mis pajas y se puede decir que la persona que más quiero de este mundo. Mamá es unos cinco o seis cm. más baja que yo, rubia con ojos color miel, mirada dulce y unos labios muy sugerentes. Mantiene una bonita figura y tiene unas tetas que fueron el primer recuerdo claro que tengo de mi niñez, las tetas de mi madre en la playa. Es una mujer que siempre ha hecho topless, le pesara a quien le pesara (al principio a mi padre le parecía no mal, fatal que lo hiciera, pero digamos que se fue acostumbrando). Tanto es así, que si alguna vez venía algún familiar, su hermana con su marido, o mis abuelos, vamos, quien fuese, ella siempre se quitaba la parte superior de su bikini. Y la verdad es que era una alegría que lo hiciera, ya que tiene unas tetas que da gusto verlas. Tamaño grande, sin exagerar, pezones que destacan sobre el resto, oscuros…ideales. Ahora ya no tiene tanto mérito, porque muchas de las amigas de mi madre se ponen igual que ella, pero hace 20 años era de las pioneras. Ahora incluso mi hermana deja ver sus incipientes tetas, ya que se educó en una cultura diferente a la de mi madre, donde Bea ve el topless como algo natural, no pecaminoso ni inmoral.

En fin, para no enrollarme más, bajamos los tres a la playa, bastante temprano, ya que queríamos evitar las horas centrales del día. Nos pusimos protector solar y nos tumbamos en las toallas. Como es norma, mi madre y hermana, en topless. Al rato empezaron a llegar las personas que conocemos. Muchos están todo el verano porque las madre o no trabajan, o son maestras o profesoras con más vacaciones. Casi todos estaban morenos comparados con nosotros, que apenas habíamos ido un par de días a la piscina en Madrid. Nos saludamos efusivamente con algunos, los más conocidos y tanto es así que mi hermana quedó con una amiga para irse a un parque temático en Tarragona (con su amiga y los padres, claro). Iban a ir tres días. Hasta entonces seguimos con nuestra rutina. La primera noche que mi hermana no estaba yo me desperté porque tenía sed. Al pasar por delante de la habitación de mi madre pude oír unos ruidos, que inmediatamente identifiqué como sexuales (era algo como ummm, siii, ooooh). Quería ver a mi madre, así que golpeé la puerta y le pregunté si estaba bien.

- Mami… ¿te encuentras bien?- le dije con picardía. Ya sabía que estaba bien

- ¡¿Eh?!...si, hijo, si…creo que tenía una pesadilla

- ¿Puedo pasar?

- Esto…si, claro que si- dijo, mientras supongo recogía algo. Al entrar me encontré a mi madre sudorosa, tapada con la sábana de cintura para abajo y con las tetas al aire. La verdad es que hacía calor.

- Iba a beber un poco de agua y me pareció que no te encontrabas bien

- Si…si estoy bien. Creo que tuve una pesadilla. ¡Uf! Que calor

- ¿Quieres un poco de agua?

- Si, por favor- dijo mi madre. Fui a la cocina y volví con agua bien fresquita

- Toma, mami

- Gracias mi vida- me dijo mientras le daba el vaso con agua. Al acercarme a la cama de mi madre pisé algo que estaba justo debajo de la misma, justo debajo del borde de la cama

- Espera, creo que pisé algo

- No te preocupes

- No, no pasa nada- me agaché y recogí un consolador del suelo- toma, mami…creo que es tuyo- le dije con la mayor de las naturalidades

- Si…gracias- dijo mi madre un poco cortada

- Buenas noches, mami- le dije

- Buenas noches, hijo

A la mañana siguiente me levanté como si nada. Fui a buscar el pan sin que mi madre se hubiese levantado todavía. Al regresar ella estaba en la cocina.

- Buenos días mamá- le dije mientras ponía el pan en la encimera

- Buenos días- dijo evitando mirarme a los ojos- esto…Javi, respecto a lo de anoche, bueno supongo que sabrás que no estaba teniendo una pesadilla…

- Ya…me imagino que te estabas haciendo una paja- le dije en un intento de ser lo más natural posible, si es que se puede ser natural hablando de eso con tu madre

- Si…claro. Verás, es que yo, bueno las mujeres tenemos nuestras necesidades y a veces recurrimos a hacer estas cosas…

- Ya lo se…me parece genial. Es normal, todos tenemos nuestras necesidades y nos aliviamos como podemos.

- Bueno, vamos a desayunar. -Mi madre no se encontraba cómoda hablando de ese tema

Terminamos el desayuno, fregué las cosas y nos fuimos a la playa. Pasamos el día normal, como cualquier otro, pero no podía quitarme de la cabeza lo de la noche anterior… ¡como me hubiese gustado que la puerta hubiese estado un poco abierta! Por la noche cenamos y hacía un calor insoportable. Nos sentamos en la terraza a tomar algo fresco, mi madre un poco de vino blanco y yo una cerveza. Mi madre solo hablaba de cosas triviales, estaba como ausente, creo que por lo ocurrido la noche anterior. Cunado mi madre se había tomado tres o cuatro vinos y yo otras tantas cervezas me atreví a decírselo (estábamos los dos bastante desinhibidos por el alcohol)

- Mami…me parece que estás un poco incómoda por lo de anoche…y creo que no es para tanto

- Ya…pero reconocerás que tampoco es normal que un hijo sea el que descubra que su madre se está haciendo…- mi madre hablaba muy baja, como si temiese que la oyesen

- Una paja…-completé la frase, también en voz baja.

- Si, eso…un paja

- Pues te digo en serio que no creo que sea para tanto

- Ya… ¿Cómo te sentirías si entro en tu habitación y te encuentro con el aparato en la mano masturbándote?

- Hombre, no debe ser agradable…pero tampoco creo que fueses la primera madre que sorprende a su hijo haciéndolo. Además, como te dije…eres joven, estamos en verano y tu cuerpo tiene sus necesidades

- Ya…

- Bueno…tu, yo, todos tenemos nuestras necesidades, que cubrimos como podemos, ¿no?

- ¿Si? Y tu ¿Cómo las cubres?- mi madre pasaba al contraataque

- Bueno…supongo que más o menos como tu…sin aparatos

- ¿Cómo?

- Hombre, mami…solo con la mano- intentaba ser lo más natural posible, pero no se si lo conseguía

- Y como reaccionarías si te pillo haciéndolo

- La verdad es que no lo se- ¡¿Cómo iba a saberlo?!

- Pues…para estar empatados…podemos hacer que te pillo haciéndolo en tu habitación, a ver como reaccionas

- Hombre…eso no sería pillarme por sorpresa

- Tienes razón…creo que es mejor que entre y lo hagas…por eso del empate- insistió mi madre

- Hombre…empate, empate…yo solo te oí y pensaba que estabas mala…

- Si, claro…que me chupo el dedo- dijo mi madre

- Vale…suponía lo que estabas haciendo

- ¿suponías?

- Me lo imaginaba

- Eso está mejor

- De todas formas…si quieres que sea empate lo que tendrías que hacer es oírme desde el otro lado de la puerta.

- Ya…pero eso es, no se, como no hacer nada. Creo que lo mejor es que lo hagas delante de mí- erre que erre.

- Entonces te propongo que yo lo hago…mientras tú terminas lo de anoche

- ¿¿¿¿Queeeeeeé????- dijo mamá abriendo mucho los ojos

- Creo que es el trato más justo

- Hombre…visto así…trato hecho- me dijo tendiéndome la mano

- Trato hecho- intentaba aparentar calma…pero mi cerebro iba a mil por hora y mi polla más rápido que la velocidad de la luz

- Vamos a mi dormitorio- dijo mi madre- y unas reglas. La primera nada de tocar

- Vale. ¿La segunda?

- No se…de momento esa

- Lo que digas- mi madre se quitó la camiseta que llevaba, sin sujetador y dejó que admirase sus magnificas tetas (no me cansaba de verlas). Yo me quité la mía

- Ahora, los dos a la de tres- contó y nos quitamos la falda y los pantalones, respectivamente- otra vez a la de tres- ya nos quedaba lo último, que desapareció. Estábamos en pelotas uno delante de otra. Como es lógico pensar mi polla estaba en su máximo esplendor, la notaba a punto de reventar

- ¿Y ahora?- pregunté

- Bueno…yo seguiré con lo que hacía anoche y tú harás…lo tuyo. Por cierto…buen aparato- dijo mirándome la polla

- Gracias- mi madre abrió su mesita de noche y sacó el consolador. Ahora me fijé mejor y era rosa con un doble sistema de placer, para la vagina y para el clítoris. Mi madre abrió las piernas y encaminó el artilugio a la entrada de su cueva, mientras yo estaba justo enfrente de ese espectáculo.

- ¡Vamos!- dijo mientras empezaba la tarea de entrarlo y sacarlo de su agujero

- ¡Vamos!- repliqué. Poco a poco la cosa se fue caldeando

- ¡Ummm….que bueno!- decía mi madre

- ¡Siii!- respondía

- ¡Ohhh, diossssshhh, que bueno….si, si, si!- cada vez se movía más rápido, como mi mano

- ¡Mami…que buena estás!- me salió del alma

- ¿Siii?

- ¡Siii!...muy buena…adoro tus tetas

- ¡¡¡Ohhh!!! A mi nene le gustan las tetas de mamá

- ¡Siii! Las adoro

- ¿Las adoras?- dijo mientras con una mano seguía usando el consolador, con la otra cogió una teta que se llevó a la boca, chupando su delicioso pezón

- ¡Siiii, las adoro!!!...mamá, ya estoy

- Échamela en las tetas, mi vida

- Si….tómala…toda- le dije mientras empezaron a salir chorros de mi leche en dirección a las tetas de mi madre…bueno y a su abdomen, su barbilla y cara. Fue un apoteósico final. La mayor de mis corridas. Mi madre había aumentado su ritmo para terminar medio minuto después de mi descarga. Inmediatamente cogió un dedo de su mano derecha y lo pasó por una de las zonas con más leche. Tomó un poco y se lo llevó a la boca. Me guiñó un ojo mientras se chupaba el dedo

- ¡Ummm, deliciosa!

- Ha sido increíble…gracias mami- le dije mientras le daba un beso en la mejilla (la que no tenía restos)

- Si que ha sido genial- dijo mi madre- ven- me acerqué y me dio un beso en los labios, suave, pero lleno de amor, que poco a poco se convirtió en un beso de pasión. Mi polla reaccionó de inmediato
La primera vez que mamá y yo tuvimos "contacto" fue indescriptible. La mayor corrida de mi vida (hasta ese momento, claro está). La verdad es que desde hacía mucho tiempo lo deseaba, pero bien es cierto que jamás pensé que se pudiera cumplir ese secreto deseo. Ese deseo se materializó en ver como mi madre se masturbaba mientras ella me veía a mí y como al final derramaba mi viscoso producto sobre sus magníficas tetas, una de mis grandes pasiones de siempre, y como dije en la primera parte de este relato, desde que tengo uso de razón mi madre es la musa de mis deseos, acrecentado al verla semidesnuda en la playa.

Pues bien, tras decir mi madre, supongo que en un acto marcado por la calentura del momento en que nos viésemos masturbar mutuamente, que puso como primera, y en principio única norma que no nos podíamos tocar, pero al besarme…pues me dejó un poco descolocado. No era mi primer beso, ni mucho menos, pero desde luego fue el que más me excitó, tanto que mi polla, que estaba empezando a bajar de tamaño, lo aumentó hasta el máximo, cosa que a mi madre no le pasó desapercibida.

- ¡Vaya…como estamos!- dijo mi madre mirándome a los ojos

- Ya…no puedo evitarlo- le respondí

- Ni yo querría que lo evitaras, cariño- me guiñó un ojo.

- Con lo buena que estás…cualquiera no se pone así

- ¡Dios mío, vaya piropo!...el mejor de mi vida- sonrió mi madre al decirlo.

- La verdad es la verdad.

- Pues entonces…doblemente agradecida

- ¿Por?

- Que digas esas cosas con la edad que tengo… como te digo, no me puedes decir un mejor cumplido.

- Si te digo es porque lo pienso…sinceramente y no solo de ahora, hace mucho que lo hago

- ¿En serio?

- Totalmente en serio…tú has sido…mí

- ¿Tu que?

- Digamos que mi musa

- ¿Tu musa?... ¿te refieres a que te pajeabas pensando en mi?

- Todos los días

- Pues si lo llego a saber

- ¿Qué habrías hecho?

- No lo se…a lo mejor dejarte ver algo más

- Ya me consideraba un afortunado cuando te veía en la playa en topless…

- Pues si lo llego a saber, a lo mejor te dejaría verme igual en casa y no tener que esperar al verano para ello- dijo mi madre cogiendo sus tetas llenas de mi leche con sus manos y apretándolas una junto a la otra.

- Pues ojalá te hubieses dado cuenta antes, pero como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena…y la dicha no puede ser mejor

- Eso dicen- fue lo que dijo antes de levantarse e ir al baño, a asearse, regresando en un par de minutos, con una toalla, secándose la cara- ya estoy aquí. Por cierto…vaya cantidad que me has echado encima

- Si…nunca había sido tanto

- Pues aunque lo mío es, digamos, más interno, también te puedo jurar que me he corrido como hace mucho que no lo hacía, pero mucho, mucho…

A todas estas estábamos los dos sentados al borde de la cama de mi madre, los dos desnudos, separados por diez centímetros. En ese momento yo miraba a mi madre, pero ella miraba al infinito. De repente nuestras miradas se cruzaron y con ese mínimo gesto mi polla, que de nuevo comenzaba a volver a la situación de reposo, creció otra vez al máximo. Mi madre tragó saliva mientras me seguía mirando a los ojos. Me acarició la cara…

- Cariño…- dijo mi madre

- ¿Si?- estaba completamente perdido

- Bésame- dijo mi madre mientras empezaba a besarme al tiempo que me tiraba sobre la cama

- ¡Mami!- estaba extasiado

- Bésame, cariño…bésame- mi madre se puso justo encima de mi cuerpo, con su coñito encima de mi polla. Notaba sus pelillos recortados rozando mi polla, lo cual me excitaba aún más, si eso fuera posible.

- Mami…no sabes cuanto te quiero

- Y yo a ti, mi vida… y yo a ti- dijo mientras me besaba de nuevo. Cuando se levantó, sus tetas quedaron a la altura de mi cara

- Mami…como me gustan- le dije mientras la besaba de nuevo, pero en este caso una de sus tetas, la izquierda

- Si, mi vida…si, que bueno- decía mi madre entrecerrando los ojos, mientras yo le mordisqueaba suavemente el pezón. Mi madre pedía que le siguiese haciendo eso, y yo, como buen hijo, lo hacía, alternando la teta izquierda con la derecha. Mi mayor sueño…hecho realidad, comerme las tetas de mi madre, para mí la mayor maravilla del mundo…bueno, maravillas, ya que son dos

- Mami…las mejores del mundo…las mejores- decía cada vez que salía a coger aire. A todas estas, mi madre buscó mi polla con su mano derecha, pero luego ir a abrir la entrada de su chochito. Centrado en sus tetas no me di cuenta de lo que hacía mi madre hasta que noté que algo húmedo tocaba mi polla- ¿Mami?

- Dime mi amor…

- ¿Mamá?

- Si, mi amor…si

- ¿Estás…?

- Si, mi vida…estoy…empuja un poco mi amor, empuja

- Mami…te quiero

- Y yo a ti, mi vida…te quiero- le di un beso en la boca- hasta el fondo, Javi, empuja hasta el fondo

- ¿Así?- mi ignorancia era importante en estos temas

- ¡Ohhh, siii, mi vida!...fóllame ahora cariño

- Estoy en la gloria, mamá

- Yo si que lo estoy, cariño…yo si lo estoy- decía mami con la voz cada vez más entrecortada. Por mi parte cogí con mis manos cada uno de los cachetes del culo de mi madre, los agarré y empecé a aumentar el ritmo, hasta que en un abrir y cerrar de ojos estábamos disfrutando los dos de un polvo salvaje…mi primer polvo, que duró poco más de dos minutos.

- Mami… ¡me corro!

- Si…tesoro…córrete, mi vida- mi madre casi no podía articular dos palabras seguidas.

- ¡Ahhh!- fue lo único que pude exclamar en el momento que derramé mi segunda corrida en el cuerpo de mi madre, esta vez en el interior de su húmedo coño

- Ha sido…¡¡¡increíble!!!- dijo mi madre, con un rápido beso

- ¿En serio? Es que no se…

- Pues si que sabes- dijo mi madre, no se si para subirme el ego o que, pero desde luego su cara mostraba felicidad- ¡Uff! Necesito algo de beber- dijo mientras se levantaba de la cama rumbo a la cocina, volviendo en menos de 30 segundos con dos botellines cervezas en la mano- Toma, cariño, te lo has merecido de sobra

- No te quedes conmigo

- Ni mucho menos…ni mucho menos- dijo mientras me ofrecía su botella para brindar

- De verdad que ha sido el mejor momento de mi vida

- Si…ha sido genial

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Claro, cariño- dijo mi madre mirándome a los ojos un poco extrañada

- Bueno…lo mío es lógico, pero tu…quiero decir…como estabas- no sabía como salir de ese jardín

- ¿Qué como estaba tan caliente?

- Si…eso

- Pues verás en principio podrías pensar que es por no haber echado un polvo en los días que llevamos aquí en la playa…pero la cosa viene de más atrás

- No te entiendo

- Pues que entre tu padre y yo digamos que ya no hay "química"… ¿me entiendes?

- Vamos…que no lo hacéis a menudo

- Ni a menudo ni a frecuente…hace bastante que no lo hacemos

- ¿Y eso?

- Bueno…pues supongo que en primer lugar porque él tiene una amante

- ¿Segura?

- Si…completamente segura. Es una residente de su servicio, con la que casualmente hace la mayoría de sus guardias…y con la que acude a congresos

- Y lo dices así…tan tranquila

- Hombre…al principio me jodió bastante, pero no podía luchar contra una mujer más joven y guapa que yo…

- Más joven puede ser, pero más guapa… ¡imposible!

- Gracias, amor…pero tengo que asumir los hechos. De momento seguimos como estamos, pero no se por cuanto tiempo

- ¿Y como lo aguantas?

- Son muchos años…y por otro lado, en el aspecto digamos más físico, pues como pudiste comprobar el otro día…con estos artilugios- dijo mi madre, abriendo el cajón de su mesita de noche y mostrándome dos consoladores, aparte del rosa que estaba fuera, cuando mi madre lo usó para masturbarse antes.

- Pues sabes que "me puedes usar a mi" cuando quieras- le dije guiñándole un ojo

- Claro que si…mi amor- me dio otro beso- te juro que muchas veces pensé en ponerle los cuernos yo también, pero en el último momento me rajaba…hasta hoy- otro beso

- Pues me alegro haber sido el elegido

- Y yo…mucho más

- No lo creo

- Anda…tigre, vamos a dormir- dijo mi madre, abriendo la cama

- ¿Te refieres…contigo?

- ¿No quieres?

- ¡Siii….claro que si!

- Venga, mi amor…buenas noches

- Buenas noches, mami

La verdad es que me costó mucho poder dormir, pero al final lo conseguí, después de admirar a mi madre, como dormía placidamente a mi lado. Por la mañana nos despertamos un poco más tarde de lo habitual. Cuando me vestí para ir a comprar el pan, mi madre dijo que trajese un poco más, que se le había ocurrido que nos podíamos ir a la playa de La Marina a pasar el día, que no le apetecía hoy estar con la gente conocida y así cambiábamos un poco. Me pareció genial. Al llegar mi madre había hecho un par de tortillas, que las metió en pan, cogimos la nevera de playa, le pusimos hielo y bebidas y nos fuimos al coche, tras haber desayunado rápidamente. Al llegar a la playa aparcamos el coche entre los pinos y tras coger nevera, sombrilla, palas de la playa, toallas y demás artilugios nos fuimos tumbarnos al sol. Justo al entrar en la playa vemos un cartel que pone "Playa Nudista a 100 metros"

- Bueno… ¿Qué te parece, Javi, nos vamos a despelotar?

- Como quieras- no estaba seguro de cual sería la reacción de mi polla

- Pues vamos…y si te preocupa que se te ponga dura…pues no te preocupes, el que no quiera mirar, pues que no mire

- Vamos- le dije esbozando una sonrisa

Llegamos a una zona en la que todavía había poca gente (a pesar de habernos levantado más tarde de lo habitual para nosotros, todavía era bastante temprano) y tras poner las cosas sobre la arena clavé la sombrilla, la abrí y coloqué las cosas a la sombra. Nos quitamos la ropa y nos tumbamos en las toallas. Como a la media hora de estar al sol oímos que alguien venía en nuestra dirección (ya era mala suerte con lo vacía que estaba la playa), pero seguimos a lo nuestro, hasta que llamaron a mi madre

- Hola, Ana- dijo Lola, una de las amigas de mi madre, de su grupillo habitual, pero que como mi madre, tampoco hoy había ido a la playa habitual

- ¡Ahhh, hola Lola!- dijo mi madre con un poco de cara de asombro

- No sabía yo que también venías a estas playas- dijo la amiga de mamá, que venía acompañada de su hija, un año menor que yo.

- Bueno…pues ya ves, es la primera vez.

- Pues nosotras si que venimos con cierta asiduidad. ¿Os importa que nos pongamos con vosotros?

- No claro que no- dijo mi madre y yo, para mis adentros me cagué en todo lo cagable.

- Pues nada, aquí nos quedamos- dijo soltando las cosas. La cara de su hija también era un poema, si bien, como en mi caso, no decía nada. Lola se quitó la ropa en seguida, quedando desnuda, con unas tetas que le hacían bueno el nombre, ya que si bien era delgada tenía unas mamas bastante grandes, un coño frondoso. Pero bien arreglado y todo el resto del cuerpo bien bronceado, pero su hija, que se llama Vanesa era un poco más reacia, hasta que una mirada de su madre le indicó que nada de tonterías y se despojó primero de su camiseta, dejando al aire unos senos breves, turgentes que apuntaban muy arriba y luego tras quitarse la falda y la parte de debajo de un bikini pudimos ver un chochito completamente rasurado y al igual que el de su madre, moreno, a diferencia de la mía que mostraba la marca del bikini. En ningún momento dejó de mirar, eso si de reojo, a mi polla. Estuvimos un buen rato tomando el sol, mi madre y Lola si que hablaban, pero Vanesa y yo no abríamos la boca. Decidimos o mejor, decidieron ir al agua, lo cual era una bendición para mí, que estaba calentándome demasiado

- Pues la verdad es que es bastante raro que vengas con tu hijo…ya sabes los chicos son más reacios a venir a estos sitios

- Ya…pero Javi es un sol…y además Bea no está, se fue con Carolina y sus padres a Tarragona al parque ese

- Ah…es verdad. Nosotras venimos cuando mi marido no está, porque él no quiere venir y si lo hace no se quita el bañador, lo cual no me gusta nada…a una playa nudista se viene en bolas… ¿no crees, Javi?

- ¿Eh?...si claro. Es lo normal

- Hombre…un chico normal. Cada vez son más raros- dijo Lola al tiempo que me miraba de arriba abajo.

Volvimos a las toallas, bebimos unos refrescos, Lola se fumó un pitillo, nos ofreció, pero ni mi madre ni yo fumamos, ni su hija. La verdad es que yo estaba un poco tenso. En primer lugar porque quería estar solo con mi madre y luego, que me mirasen como lo hacían Lola y Vanesa, pues no me gustaba.

- ¿Alguien quiere jugar a las palas?- pregunté con la esperanza que mi madre, que le encanta este juego, se animase, pero…

- La verdad es que no me apetece mucho- dijo mi madre, completamente relajada sobre la sombrilla

- Yo si que me animo- dijo Lola. A mi mente se vino enseguida ese par de lolas moviéndose mientras jugábamos. Tuve que controlar mis pensamientos para no dar el cante. Empezamos a jugar y como había supuesto era todo un espectáculo ver como subían y bajaban las tetas de Lola- La verdad es que me cuesta un poco…por el tamaño de las tetas

- ¡Ah!- intentaba abstraer mi mente. Estuvimos jugando un rato y cuando nos cansamos fuimos a remojarnos un poco. En el momento en que Lola se metió en la parte que cubría se sumergió, dejándome ver su coño y su culo. Como es lógico mi polla reaccionó de forma automática

- ¡Vaya…como se te pone, incluso en el agua!- dijo Lola cuando salió a la superficie y me vio a través de las cristalina aguas.

- Bueno…son cosas que pasan- intentaba ser lo más natural posible.

- Pues…buen tamaño, si señor- dijo al tiempo que me cogió la polla con la mano

- ¡Lola!- me salió un grito ahogado

- Tranquilo…no pasa nada. Solo quería asegurarme del tamaño. Si que es buena, una pena no tener unos años menos- dijo con un guiño de ojos.

Ella volvió a la arena, pero yo tuve que esperar un poco más, para que todo estuviese en orden. Tras volver estuvimos un rato más, comimos, nos bañamos, jugamos a las palas los cuatro y bien entrada la tarde volvimos al apartamento. Tras cenar, nos sentamos un rato a ver la tele. Yo le pasaba un brazo por encima a mi madre. No sabía si decirle lo que me dijo Lola. Al final decidí hacerlo

- ¿Mami?

- Dime tesoro

- Hoy en la playa…no se como decirlo…creo que Lola se me insinuó-

- ¿Crees?- mi madre puso cara de incredulidad

- Veras…estábamos en el agua, tras haber jugado a las palas y…- le conté lo sucedido

- Será putilla la tía- dijo mi madre, soltando una carcajada- anda, vamos a la cama- no se si lo decía con doble intención, que al final fue que si. Esa noche hicimos el amor dos veces antes de dormirnos

Al día siguiente fuimos a la playa habitual. Allí nos encontramos entre otras personas a Lola, que en esa playa nunca hacía topless. Al irnos, vino con nosotros y nos preguntó si queríamos ir con ella a la playa de La Marina al día siguiente, ya que su hija no iba porque había quedado con unas amigas. Mi madre le dijo que si. Yo no estaba seguro si me apetecía o no, pero la decisión estaba tomada. Al día siguiente, tras otra noche genial con mi madre, fui a buscar pan, hielo y algunas cosas que nos hacían falta para el día de playa. Recogimos a Lola y fuimos a La Marina. A diferencia del otro día, tal vez porque no estaba su hija, Lola era mucho más descarada mirándome. Al cabo de un rato me fui al agua, porque hacía bastante calor y según me dijo luego mi madre Lola le comentó que estaba como un tren y que quien pudiese tenerme. Mi madre le dijo, disimulando que yo era un niño a lo que ella le dijo que lo que yo tenía no era de niño y que con eso cualquier mujer estaría más que contenta. Mi madre le dijo, riendo, que era un poco bruta. Fuimos los tres al agua. Ese día la playa estaba prácticamente desierta.

- Ves- dijo Lola cociéndome la polla- con esto cualquier mujer estaría en el paraíso

- Por dios, Lola, que es mi hijo

- Pues quien lo pillara- dijo de nuevo la amiga de mi madre

- ¿Qué harías?- le dije yo, para sorpresa de Lola y de mi madre.

- No se…creo que comerte entero

- Ya…mucha palabrería, pero luego, sois unas cortadas

- ¿Cortada yo?...si no estuviera tu madre delante- empezó a decir Lola

- Mamá ¿nos dejas solos un momento?

- ¡Claro!- dijo mi madre con una gran sonrisa en los labios. Si Lola pensaba que podía pavonearse…habría que comprobarlo. Mi madre se fue a la toalla y se tumbó boca abajo, para "no mirar"

- Bueno…Lola ¿Qué me quieres hacer?- le dije desafiante

- No se…si era hablar…

- Ya, hablar por hablar.

- Yo no hago eso- dijo cociéndome la polla con la mano. Se agachó y se la metió en la boca bajo el agua- ¿Qué…que dices ahora?- dijo Lola cuando salió

- Bueno…que eres una mujer de palabra

- ¿Y tú…que me harías?

- ¿Yo?... ¿Qué querrías que te hiciese?

- ¡Buf!...está claro. Me gustaría tener ese pedazo de polla dentro de mí

- ¿Ahora?

- ¿Ahora…con tu madre ahí?

- ¿Si o no?

- Si…claro que si. Esto no se puede dejar pasar- dijo con cara de vicio Lola

- Ven, vamos a la parte un poco menos profunda- le dije llevándola donde nos pudimos sentar sin que nos cubriese el agua. Le pasé la mano por el coño, con lo que Lola dio un pequeño respingo. Yo miraba hacia la orilla mientras Lola, sentada sobre mi miraba a la inmensidad del mar. Fui buscando su raja y cuando estaba lista se la metí.

- ¡Oh…diossss, que gusto! Esto es mejor de lo que esperaba- decía Lola.

- Eres una calentorra, que me pones como una moto- le decía mientras comenzaba a subir y bajar el cuerpo de Lola

- Si…lo reconozco, pero no pares, por dios, no pares- me pedía mi "nueva" amiga. Yo por mi parte aumentaba poco a poco el ritmo. Lola cada vez se desbocaba más- Pude ver como mi madre venía hacia nosotros con una sonrisa en los labios. Parecía que no le molestaba que me tirase a su amiga- Más…quiero más, por dios, quiero más

- ¿Os lo pasáis bien?- dijo mi madre de repente, claro que yo la había visto.

- ¡Ana…por dios!

- Tranquila…continua, por favor- Lola estaba tan cortada que no sabía como seguir

- No he podido evitar…lo- Lola jadeaba mientras la embestía

- No me extraña. La verdad es que tienes unas tetas impresionantes- le dijo mi madre

- ¿Tú cre….es?

- Si…son un sueño para cualquier hombre…o mujer ¿Puedo?- dijo mi madre acariciándole una teta

- Aho…ra no…puedo decir…no…a nada- y tras decir esto veo como mi madre se lleva a la boca una de las inmensas tetas de Lola.

- ¡Umm, que ricas!- dijo mi madre tras haberle chupado sus dos preciosidades. La miró a los ojos mientras ella cabalgaba sobre mí y la besó. Eso, reconozco que me descolocó bastante. Lola, en vez de rehusar a mi madre, la besó con ganas

- Lola…me voy

- Siii…y yo- dijo casi gritando, mientras mi madre se centraba de nuevo en sus preciosidades. Sin llegar a lo que fue la primera vez con mi madre, la corrida fue bestial.

- Creo que lo mejor sería irnos a casa- dijo mi madre

- Me has leído el pensamiento- confirmó Lola.

En un abrir y cerrar de ojos recogimos todas las cosas y creo que nunca vi a mi madre conducir tan rápido, sin pasarse las normas. Al llegar a casa, nada más cerrar la puerta Lola se abalanzó sobre mí, besándome como una adolescente. Nos dirigimos a la habitación de mi madre. La ropa se iba perdiendo por el camino, de forma que al llegar, Lola y yo ya estábamos completamente desnudos, de nuevo. Mi madre se quitó la ropa al llegar al dormitorio.

- No sabes como me tienes…desde que te vi el otro día…me has puesto caliente como una perra en celo- dijo Lola

- Pues no te digo como me tienes a mí…con esas tetas que son una maravilla…me tienes que hacer una paja con ellas

- Como quieras, encanto…mientras luego cumplas- dijo soltando una carcajada

- Oye…que somos tres- dijo de pronto mi madre, de la cual yo creo que Lola se había olvidado. Lola no sabía que decir. Por supuesto no pensaría jamás que mi madre y yo lo hacíamos

Nos pusimos de forma que yo estaba en la cama, boca arriba y Lola, a cuatro patas me puso las tetas sobre mi polla para hacerme una cubana. Mamá, por su parte metió la cabeza por debajo del cuerpo de Lola, para poner su boca a la altura de su coño. No sabía de esa vena caliente de mi madre con otras mujeres, que según me confesaría luego, ya había probado en su periodo de Universidad. Estuvimos en esa posición, con Lola moviendo sus dos melones sobre mi polla, hasta que ésta no aguanto más y soltó otro gran chorro que fue a parar directamente a las tetas de Lola. Mi madre se apresuró a limpiar los restos con su lengua.

- ¡Guau…no dejas de sorprenderme!- dijo Lola por un lado por mi corrida y por otro al ver que mi madre no dejaba ni gota. Nos recostamos en la cama, con mi madre a un lado y Lola a otro- Por cierto, Ana…esto, no te da cosa ver como tu hijo está con una mujer…ya sabes

- Para nada…si él es feliz…yo también, ¿verdad cariño?- dijo mi madre.

- ¡Claro!- le di un beso a mi madre en la boca

- ¿Y eso?- se asombró Lola.

- Somos así- sonrió mi madre

- ¡Uy u uy!- exclamó Lola. Nosotros nos reímos

- Vale…nosotros también lo hacemos- le dijo mi madre a su amiga

- ¿Cómo?

- Pues una noche Javi me pilló masturbándome…nos pusimos calientes, disimulamos un tiempo, pero al final la carne es débil y supongo que lo mismo que a ti…mi marido ya no me mira, por lo cual… ¡pasó!

- Sois unos viciosillos

- Se hace lo que se puede- hablé yo

- ¿Y lo habéis hecho…me refiero a si habéis follado?

- Como… ¿así?- dije yo poniéndome encima de mi madre y metiéndole la polla en su más que húmedo coño…una cosa rápida, sin terminar.

- ¡Joder…que fuerte!- Lola estaba alucinada

- Bueno…si dejamos de hablar y vamos al lío… ¿Quién va primero?

- Creo que me toca a mi- dijo Lola- estoy más necesitada, porque hace mucho más que no lo hago. Me puse encima del voluptuoso cuerpo de Lola y, eso si, tras ponerme un preservativo (no era mi madre y nunca se sabe) empezamos a movernos. Si bien a mi madre se la oía cuando follaba…lo de Lola era de escándalo público. Gritaba, gemía, suplicaba. Al final su orgasmo fue el más audible de todos, parecía una actriz porno. Después de descansar un poco le tocó el turno a mi madre. Lola seguía alucinada viéndonos follar. Luego llamó a su hija para ver que tal estaba y ésta le preguntó si se podía quedar a dormir en casa de su amiga. Intentó disimular su alegría, para decirle que si aunque al principio parecía que le quería decir lo contrario​
 
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