lima

remixpipo

Virgen
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Sep 14, 2010
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Tuve que ir por un asunto de negocios a Lima, era septiembre y el clima y la ciudad no estaban tan mal como me los habían descrito de antemano, sin mayor compromiso había logrado quedarme el fin de semana para recorrer la capital peruana. Nunca antes había estado allí. Tras terminar las actividades laborales decidí ir a uno de los antros de moda, allá por el barrio de San Isidro, el mejor de la metrópolis.
Tras de que me dejó el taxi en la entrada me fue muy difícil entrar, tras unos quince minutos un grupo, en el que sobraba una mujer se apiadó de mí y, supongo que tenía influencias en el local por que entramos rápido ya que me habían incluido entre ellos por mi acento extranjero, al parecer los mexicanos les caemos en gracia. Para corresponder a su gesto decidí invitar la primera botella. Fue bienvenida. Al parecer no había pareja predeterminadas pero con el transcurso de la noche cada oveja fue encontrando a su media naranja, a mí me correspondió una chica del montón, ni fea ni guapa, ni muy buena ni muy gorda, más bien tirando a flaca, ni alta ni pequeña, pero era de sonrisa fácil y parecía encantada de haber encontrado galán para la velada.
Cerca de la una de la mañana me sugirió que porque no nos íbamos a un sitio más tranquilo. Acepté. Se despidió de sus acompañantes y decidimos ir al bar de mi hotel. Hizo unas llamadas por su celular. Al bajarnos del taxi propuso que para que no perdiéramos más tiempo nos fuéramos directamente a mi habitación, lo que me pareció sensato.
Se excusó para ir al baño. Yo me quité los zapatos, me tendí en la cama y puse el televisor para matar el tiempo. Tras un buen rato salió envuelta en una toalla, se acomodó junto a mí y me comenzó a desvestir a besos. Nos besamos tanto y con tanta vehemencia, que mientras la dedeaba alcanzó su primer orgasmo. Era de tez clara, cabello negro, senos pequeños pero deliciosos y poca nalga, pero era aventurera, tenía el coño completamente rasurado. Tras ponerme calato, como dicen por allá, me comenzó a chupar el pene con mucha pericia. Cuando la tenía muy dura fue por su bolsa y extrajo un condón que me colocó de una forma muy placentera, hizo que se la metiera de inicio armas al hombro, después me montó de vaquerita, la puse de perrito, pero me desplomé sobre ella para venirme rico.
Nos dormimos.
Cuando eran las ocho de la mañana se metió a duchar, me introduje al baño y le pregunté que por que se iba tan pronto, me comentó que tenía un compromiso familiar y que se tenía que retirar, le pedí permiso para bañarme con ella, accedió. Bajo la regadera comenzamos a excitarnos de nueva cuenta. Nos medio secamos, recuperó un nuevo condón y la penetré con violencia. Me pidió que fuera más despacio, lo hice hasta que grito de placer. terminé muy satisfecho y le lenguetié el clítoris.
Descansó un minuto, se dio de nueva cuenta un duchazo rápido, se vistió y se fue.
Me masturbé la noche sabatina en su recuerdo y su aroma porque no intentó contactarme. Ni siquiera me dijo su nombre. Pero fue lo mejor que me sucedió en ese viaje a la ciudad de los Reyes
 
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