Lex Talionis

roman74

Pajillero
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La hija de JoaquÃ*n, Sabrina, estaba desesperada. SabÃ*a que el sexo entre su padre y su mejor amiga, YazmÃ*n, habÃ*a sido consentido pero, una vez descubierto, no habÃ*a forma de que su amiga lo aceptara por temor a sus padres y lo que dijera la sociedad.

Como sea, Sabrina sabÃ*a que lo único que podÃ*a salvar a su padre, quien estaba siendo juzgado por violación, era la confesión de YazmÃ*n pues, la corte de justicia, jamás creerÃ*a en la palabra de su padre, un hombre maduro de 44 años de edad y con amplia fama de mujeriego entre la sociedad.

Bajo este telón de fondo, fue que Sabrina llegó una mañana a la oficina del papá de su mejor amiga, sin que ésta lo supiera, a pedirle, mejor dicho, rogarle, que retiraran los cargos en contra de su papá.

Y asÃ* fue que sentada frente a él, comenzó a relatarle la verdad de los hechos.

-Mi papá nunca violó a YasmÃ*n señor… se lo juro! Fue ella quien lo sedujo hasta enamorarlo.

El papá de su mejor amiga, cuyo nombre era Ezequiel, atendÃ*a con paciencia a lo que la bella joven tenÃ*a por decir.

Sin embargo, las palabras de Sabrina no tenÃ*an por motivo convencer a Ezequiel de la inocencia de su padre -pues estaba segura de que éste sabÃ*a perfectamente que era inocente- sino que el fin de sus palabras era tratar de crear un poco de conciencia en la persona de Ezequiel, vamos, remorderle el corazón!

Y es que, a decir verdad, Ezequiel sabÃ*a perfectamente que su hija habÃ*a seducido a JoaquÃ*n pues, aunque no le constaban los hechos, bastaba con ver esa actitud provocadora y sensual en la que basaba su hija sus actos desde que habÃ*a comenzado a tener aquella figura de infarto para darse cuenta de lo que era capaz. Pero bueno, él preferÃ*a seguir culpándolo a que se descubriera la verdad y su hija terminara siendo tachada como puta por la sociedad.

-Pobre chica…- pensaba Ezequiel al ver a Sabrina envuelta en lágrimas relatarle la verdad de los hechos…- en fin, bien se lo tiene merecido su padre por andar clavando el ancla en mar virgen y prohibido.

En la mente retorcida de Ezequiel, JoaquÃ*n debÃ*a pagar la consecuencia de sus actos por andar metiendo la verga en una gruta virgen y prohibida:

"Si a mÃ*, que tantas veces me pasó por la mente metérsela sin importar que fuera mi hija y me contuve… porque ese viejo inepto no pudo? Que pague por lo que ha hecho el infeliz!- se decÃ*a a sÃ* mismo mientras Sabrina continuaba hablando y suplicando.

-Su hija no le ha dicho la verdad por miedo a su reacción señor… créame que…- continuaba diciendo Sabrina.

Ezequiel, en cuanto tuvo noción de lo que estaba tratando de insinuar Sabrina, osease que le inspirase confianza a su hija para que les dijera la verdad a él y a su esposa, se dijo a sÃ* mismo:

-De ninguna manera dejaré que mi hija hable… JoaquÃ*n debe pagar la consecuencia de sus actos…

-Mira niña…- habló por primera vez Ezequiel y, mientras lo hacÃ*a, lentamente comenzó a recorrer con la vista a Sabrina, admirando la belleza de la joven mujer.

Estaba impresionado. Por un momento se preguntó como es que no la habÃ*a notado antes. Aquél dÃ*a, Sabrina lucÃ*a unos jeans apretados y una blusa roja que se ajustaba a su torso. Es de piel trigueña, rubia, ojos negros, 1,73 m de estatura, bonitas piernas, tetas medianas y un culo precioso, redondo y bien formado, tÃ*pico de una joven de su edad.

-Después de todo creo que no ganarÃ*a nada dejando que su padre sea procesado…- pensó mientras Sabrina le rogaba por última vez.

-Por favor señor! Mi padre no merece ir a prisión… es inocente!

Ezequiel se recargó en el respaldo de su enorme silla, cerró los ojos y guardó silencio por unos segundos.

Sabrina mientras tanto lo miraba atenta y en silencio, rezando porque se le remordiera la consciencia a aquél hombre a quien habÃ*a visto desde que era pequeña pero que jamás habÃ*a llegado a conocer a fondo.

Finalmente, Don Ezequiel rompió el silencio:

-Ojo por ojo… eso es lo que la biblia nos dice…

Sabrina movió las manos en señal de desesperación y dijo:

-Pero mi padre no ha hecho nada señor! En dado caso, fue… su hija y él… ambos tienen la culpa…

Ezequiel no respondió enseguida. Dejó pasar unos segundos y luego dijo:

-Mira Sabrina, te conozco desde que eras pequeña, eres la mejor amiga de mi hija o eras quizás, pero, aunque me gustarÃ*a ayudarte, no creo que sea lo mejor para nosotros. Me refiero a que aún cuando lo que me estés diciendo sea verdad pues no serÃ*a justo que tu papá se fuera sin pagar ningún tipo de consecuencia sabes? Como te he dicho, soy un hombre que lee la biblia y en la misma se estipula el ojo por ojo como la ley más justa. Si logró hacer que mi hija le diga al juez que tu papá nunca la forzó creo que tu padre se librarÃ*a de muchos años de prisión pero soy su papá y sé lo que acarrearÃ*a un problema como éste a la reputación de mi hija. PerderÃ*amos mucho y ganarÃ*amos nada! Es que acaso no lo que quieres es justicia?

Sabrina se desplomó en su silla tratando de buscar en su mente algún argumento convincente. Estaba convencida que dentro de todo lo que decÃ*a aquél hombre habÃ*a algo de verdad. Miró a Don Ezequiel y en seguida se percató de cómo éste recorrÃ*a su cuerpo entero con la mirada.

-Como podrÃ*amos lograr un ojo por ojo Sabrina? Tu padre tuvo sexo con mi hija pero por las condiciones como éste se dio, se podrÃ*a decir que prácticamente violó a mi hija…

-No fue violación… solo fue sexo…

-Sexo, llamémosle sexo… aún asÃ*, tu padre tuvo sexo con mi hija Sabrina!! A ella la conocerán como una puta a la que le gusta acostarse con hombres mayores y yo que ganó a cambio?

-Por algo como eso no deberÃ*a ir a la cárcel mi padre…

-Pues tú dime como podemos arreglarlo entonces de manera que sea equitativo?

-Tal vez si…- Sabrina habló nerviosa y sin mirarle a los ojos.- si usted le hiciera a su hija… lo que él a la suya… tal vez si…

La verga de Don Ezequiel enseguida comenzó a reaccionar ante las palabras de Sabrina y su mirada se enfocó en su lindo rostro.

Finalmente Sabrina levantó la mirada del suelo y lo miró a los ojos sosteniéndole la mirada.

Sus corazones latÃ*an con fuerza. El de ella al saberse encerrada, sin ninguna otra salida y, el de él, por estar a punto de hacer algo tan criminal como lo que habÃ*a hecho JoaquÃ*n.

-El acaba de tener sexo con mi hija y yo nunca he llegado a tocar la suya… eso no es equidad para mÃ*.- dijo Don Ezequiel.- Lo más justo en este caso serÃ*a la cárcel…

-Ojo por ojo señor…- repitió Sabrina mirando al suelo nuevamente.- hija por hija…

El pene de Don Ezequiel se retorció dentro de su pantalón. Nunca habÃ*a tenido sexo con una mujer tan joven y tierna aún cuando siempre lo habÃ*a deseado.

-Bueno pues, después de todo, creo que podrÃ*a hablar con mi hija supongo…- le dijo y después se acomodó en su asiento y en voz baja le indicó a la bella joven.- cierra la puerta con seguro cariño…

Sabrina se puso de pie e hizo lo que Don Ezequiel le pedÃ*a. Luego volvió a sentarse.

-Ahora dime, porque crees que tu padre no deberÃ*a ir a prisión?

Sabrina lo miraba tÃ*midamente.

-Porque usted puede tener a su hija como él tuvo la suya…?

-Es eso lo que tú quieres Sabrina?

Sabrina sabÃ*a que después de todo ella ya no era virgen y, si esto iba lograr sacar a su padre de la cárcel pues, que mejor…

-Si señor…- dijo quedito.

-Sabes Sabrina, ahora que estamos hablando con la verdad, YasmÃ*n me confesó la otra noche que no solo fue sexo lo que tuvo con tu padre… me dijo que a tu padre le gustaba hacer otras cositas también…

Los ojos de Sabrina se abrieron sospechosos.

-Como que?

-Bueno, me dijo que a tu papi le gustaba darle duro por el culito también… asÃ* como en su boquita y en su vagina.

El cuerpo de Sabrina tembló. Si bien no era virgen, su experiencia sexual era tan escasa como para jamás haber probado otra cosa que no fuera por la vagina.

Don Ezequiel permaneció en silencio esperando ansioso la respuesta de la joven. Lo que acababa de decirle para nada era verdad pues su hija jamás le habÃ*a confesado aquello pero dada las ganas que le tenÃ*a a Sabrina pues…

Después de un minuto, que pareció una eternidad para Don Ezequiel, finalmente Sabrina habló:

-En verdad hará que YasmÃ*n hable con la verdad?

-Yo mismo me encargaré de que tu padre no pise la cárcel…

-Entonces esta bien…

Don Ezequiel miró el reloj de su oficina: 4:30 PM.

-Abre la puerta cariño y dime cuando, como y a que hora…

Después de abrir la puerta, Sabrina permaneció de pie mientras decÃ*a:

-Me estoy quedando sola en casa desde que mi padre esta en prisión. Mi madre… desde que se enteró se ha ido a vivir con mis abuelos fuera de la ciudad y no quiere saber nada de mi papá…

-Que te parece esta noche??

Sabrina asintió con la cabeza al tiempo en que la mente de Don Ezequiel era una maquina a toda velocidad. Como demonios iba a hacer para salir de su casa toda la noche sin que su familia mal interpretara? Aunque la idea de follarse a Sabrina en su propia casa, incluso en la cama de sus padres, le excitaba a mil, sabÃ*a que no debÃ*a acercarse para nada a ese vecindario a menos que quisiera tener testigos de su actuar criminal. AsÃ* que, donde la recogerÃ*a? A donde la llevarÃ*a sin ser vistos?

-PodrÃ*as ir a la plaza comercial donde solÃ*as ir con mi hija a las 9 de la noche?

-Si señor…

-Conoces la tienda de música que esta afuera? AhÃ* te quiero a las 9…

-Si señor… pero… me promete que hará lo imposible porque mi padre no entre a la cárcel?

-Una promesa es una promesa…

-Esta bien…- dijo Sabrina y dándose media vuelta se marcho.

Mientras se retiraba, Don Ezequiel clavó su mirada en aquél par de glúteos firmes y redondos.

-Todo eso me voy a comer esta noche…- se dijo a sÃ* mismo aún sin creer en su buena suerte.

Pronto llamó a su casa y le dijo a su esposa Marta que harÃ*a un viaje de emergencia motivo de sus tantos negocios. Dejó la oficina alrededor de las 6:30 de la tarde e hizo una parada en la farmacia más cercana. Luego siguió su trayecto y tomó la autopista hasta encontrar el primer motel de lujo en el camino donde reservó la mejor habitación y obtuvo su llave. AhÃ* mismo ceno y casi a las 9:05 salió rumbo al centro comercial.

Llegó poco antes de la hora pactada pero ahÃ*, en la oscuridad de la noche, se dibujaba a lo lejos la silueta de una encantadora jovencita que se acercaba a su auto. Pronto se abrió la puerta del copiloto y entró Sabrina luciendo simple y sencillamente encantadora!

-Hola señor…- dijo Sabrina tratando de aparentar calma cuando por dentro estaba que se morÃ*a del miedo. Previamente habÃ*a estado peleando en consigo misma en contra de sus sentimientos. Después de todo, tenÃ*a que hacerlo si querÃ*a salvar a su padre…

Sin querer ser visto por alguien, Don Ezequiel inmediatamente dio marcha al auto y arrancó a toda prisa. No fue sino hasta llegar a la autopista que se tranquilizó un poco y comenzó a hablar con la chica.

-Aún estas segura Sabrina?

-S… si…

Don Ezequiel miraba de reojo a la chica de vez en cuando. No podÃ*a creer el calibre de mujer que traÃ*a consigo y más aún a donde la llevaba! Sus ojos iban del bello rostro al precioso pecho de la chica en cuestión de milésimas de segundos.

Sabrina se veÃ*a preciosa, linda y sensual. Lucia una cortÃ*sima mini falda azul. Sus deportivas piernas, cruzadas, saltaban de inmediato a la vista; más femeninas que nunca. TraÃ*a puesta una blusa blanca que dejaba ver la transparencia de sus tetas adolescentes.

Jamás habÃ*a tenido Don Ezequiel una acompañante tan espectacular. Su verga ya estaba tiesa como nunca. No podÃ*a creer que esa belleza estaba a punto de ser suya.

Llegaron al motel y de inmediato estacionó el auto frente a la habitación marcada con el número correcto. Era de noche por lo que estaba muy oscuro todo y no hubo problemas para salir del auto sin ser vistos.

Don Ezequiel de inmediato tomó la mano de Sabrina y la guió hasta la habitación. Abrió la puerta y justo cuando entraron la cerró con llave.

Los corazones de ambos latÃ*an con fuerza mientras Sabrina sentÃ*a como sus piernas le temblaban de nervios. Estaba más nerviosa que en su primera vez.

Don Ezequiel, gentilmente, la tomó del codo y la guió a la cama. Luego permanecieron de pie, a la orilla de esta, durante unos segundos, viéndose cara a cara.

-Espera un segundo linda…- le susurró al oÃ*do mientras él se alejaba.

Lo primero que hizo Ezequiel fue prender la lámpara que estaba a un costado de la cama la cual tenÃ*a distintos grados de brillo. La puso en lo más bajo que se podÃ*a y después corrió a apagar la luz de la habitación.

Ahora la habitación estaba semi oscura, justo como él la querÃ*a.

Regresó a toda prisa con Sabrina y tras admirar unos segundos su belleza, la tomó de los hombros con ambas manos y sintió como temblaba.

En ese momento Sabrina pensó que la besarÃ*a pero se sorprendió al ver como Don Ezequiel se acomodaba detrás de ella.

Ahora Don Ezequiel admiraba el culo de la joven que lucÃ*a más parado que nunca.

-Solo habÃ*a visto un culo asÃ*, el de mi hija YasmÃ*n! Tierno y firme…! Que pieza tan asombrosa…!- pensó.

Se acercó más a Sabrina y posando sus manos en la cintura de esta, comenzó a besar su cuello. La besó con la boca abierta y el cuerpo de Sabrina comenzó a temblar enseguida con más fuerza.

-Sabrina… cariño…- le susurró al oÃ*do.- estas deliciosa!

Las manos de Don Ezequiel se habÃ*an movido ya de su cintura hasta su culo y le manoseaban firmemente los glúteos.

-Hmmmm…- gimió Sabrina al sentir como le apretaba Don Ezequiel con fuerza las nalgas.

Don Ezequiel estaba seguro de que Sabrina no llevaba sujetador puesto y lo confirmó cuando pasó sus manos por debajo de la blusa de esta y agarró sus tetas desnudas. Se sentÃ*an maravillosas!

Continuó besando su cuello, saciándose de aquél tierno sabor a joven.

Sabrina gemÃ*a ante las emociones contradictorios que provocaba aquél hombre maduro en su cuerpo.

-Hmmmm…

Segundos después levantó sus brazos para facilitarle la tarea de despojarla de su blusa. Luego le desabotonó la blusa e igualmente la despojo de ella.

Don Ezequiel se apresuró a desabrocharse el pantalón mientras Sabrina con los ojos cerrados sentÃ*a como el corazón le retumbaba fuertemente en el pecho.

Don Ezequiel dio un paso atrás y admiró la desnudez de Sabrina. Que maravilla! Pechos duritos y divinos; un abdomen plano; cinturita pequeñÃ*sima, pero unas caderas anchas y un trasero paradito. TenÃ*a cuerpo de modelo la condenada escuincla. Era una mujer en todo se esplendor, eso no cabe duda.

-QuÃ*tate las zapatillas amor…

Sabrina, automáticamente, siguió las instrucciones al pie de la letra.

Don Ezequiel, sin perder más tiempo, terminó de desnudarse y se pegó al cuerpo de la bella joven que también estaba ya desnudo del todo.

Sabrina sintió como la verga de Don Ezequiel le punzaba entre las nalgas y las apretó por instinto atrapándola entre ellas.

Sabrina ya para ese entonces estaba completamente mojadita y brillante con los flujos de la excitación. Don Ezequiel llevó su mano a la vagina de la joven y tocó su clÃ*toris con un dedo, ella soltó un leve gritito.

-Hmmm…

-Recuéstate cariño…- le ordenó a Sabrina.

Sabrina se recostó y de inmediato Don Ezequiel se acomodó entre sus piernas dispuesto a devorar aquél manjar.

Primero se dedicó a besárselo, luego se lo chupó hasta que sintió su primer orgasmo.

-AAAHHHHHHHHHHH HMMMMMMM

Don Ezequiel la soltó un poco y luego se incorporó sobre ella.

Sabrina podÃ*a sentir la verga de don Ezequiel en la entrada de su deliciosa vagina. Que grande estaba! Y mirando hacia abajo se podÃ*a ver a través de la semi luz.

-Es muy gruesa y grande…- se dijo Sabrina al tiempo en que se mordÃ*a los labios y cerraba los ojos dispuesta a aguantársela todita.

Comenzó a penetrarla muy despacio, para no hacerle daño aunque ella ya estaba preparada para el contacto, lisa y húmeda.

De inmediato, don Ezequiel sintió la estrechez de sus paredes conforme avanzaba; esa estrechez que solo se siente en las vaginas tiernas y jóvenes.

-Aauuuurghhh…- Le dijo que le dolÃ*a y don Ezequiel la calmó diciéndole que solo serÃ*a un segundo.

Ella se quejo un poco más, pero luego comenzó a moverse más y más fuerte.

-AAAHHHH HMMMM…

Estaba a punto de hacerle venir a Don Ezequiel quien, en lugar de parar sus embestidas, lo hacÃ*a más rápido cada vez.

De un movimiento brusco se la sacó y la obligó a colocarse a 4 patitas sobre la cama. Sabrina sentÃ*a que la entrepierna le cosquilleaba con fuerza y a duras penas lograba mantenerse a 4 patas.

Don Ezequiel beso el precioso culo en popa de la joven y luego llevó uno de sus dedos hasta la entrada del culito de Sabrina.

-Ayyyy…- gritó la joven dando un brinquito que levantó más su culito en el aire.

-Relájate cariño que no pasa nada… será mucho más fácil si te relajas…

Sabrina suspiraba agitada. Estaba muy asustada. Nunca antes se la habÃ*an metido por ahÃ* y viendo el tamaño de la verga de Don Ezequiel vaya que le asustaba. Con enormes esfuerzos de su parte y gracias al lubricador que Don Ezequiel habÃ*a comprado en la farmacia, pronto logró tener un dedo adentro del culo.

Don Ezequiel estaba excitadÃ*simo. No podÃ*a creer lo apretada que estaba.

-Que apretado tienes el ojete linda…al parecer seré el primero…

Don Ezequiel se subió en la cama y se fue acomodando de tal manera que su pene poco a poco fuera reemplazando su dedo en el culo de Sabrina.

El corazón de Sabrina brincaba al sentir como la verga de Don Ezequiel la penetraba por el culo lentamente.

-Relájate cariño… relájate ya casi entra toda la cabeza… Hmmm

-AAAARRRGGGHHHH…. HMMM…- GemÃ*a Sabrina.

Desafortunadamente para Sabrina, luego de haber entrado la cabeza de la verga de Don Ezequiel, seguÃ*an aproximadamente 19 cm’s más. Sintió desmayarse cuando de un solo golpe se la hundió todita.

-AAAAHHHHHHHH DIVINNNAAAA!!!- Bufó don Ezequiel mientras Sabrina pegaba tremendos gritos de dolor.

Los resortes de la cama rechinaban con fuerza pero los gemidos de ambos opacaban su sonido.

Don Ezequiel la embestÃ*a con tanta furia que Sabrina sentÃ*a que en cualquier momento se partirÃ*a en 2.

-AAAAHHHHHHHH HMMMMM

-AAAAUUUUUHHHH AAYYYYYY Espere por favor!! AAAHHHH…- GemÃ*a desesperada Sabrina a quien el culo ya no le dolÃ*a, le ardÃ*a!!

Completamente fuera de sÃ*, al fin Don Ezequiel se colapsó sobre su espalda al tiempo en que soltaba chorros y chorros de leche dentro de su culo.

-AAAHHHHHHHHHHHHHHHH

Cuando finalmente su verga se suavizó un poco, Sabrina pudo sacársela del culo y cayó rendida boca abajo.

-Ya todo ha terminado linda… - le dijo Don Ezequiel besándola en los labios. Luego se puso de pie y se fue a lavar el pito al baño mientras dejaba a la bella joven desplomada en la cama.

Al volver, se sentó a un lado de ella y le preguntó:

-estas bien?

La chica no respondÃ*a, parecÃ*a estar desmayada con el culo desnudo puesta arriba.

-Que bárbara! Que cuerpazo se gasta!- se dijo Don Ezequiel admirándola.

Unos cuantos minutos después, Sabrina volvió en sÃ* y sintiendo el culo desgarrado le preguntó a Don Ezequiel:

-Porque me ha lastimado? Es que todo habÃ*a iniciado tan bien que nunca creÃ* que terminara de esta manera… porque lo ha hecho?

-Lo siento cariño. No era mi intención.

-Yo sé que sÃ* lo era… seguramente quiso vengarse de mi padre desgarrándome el culo de esa manera…

-Mira niña, tú padre le rompió el himen a mi hija creo que lo más justo es que si tu ya no eras virgen al menos si te pudiese romper el culo no crees? Pero mira, en verdad siento mucho si te lastime… lo que pasa es que no pude controlarme. Eres muy bella!

Don Ezequiel la miró y su verga reaccionó al instante. Estaba listo para el segundo encuentro!

-Ven acá linda… deja que te alivie un poco el culo…

-No señor espere por favor…- intento luchar Sabrina pero ya era muy tarde. Don Ezequiel logró ponerla boca abajo y, levantándole el culo con una mano, comenzó a lamerle la entrada de la colita por detrás.

-Aaaahhhhh… Nooo señor espere…- decÃ*a Sabrina quien aún seguÃ*a luchando pero pronto comenzó a sentir un intenso alivio en la boca de Don Ezequiel cada vez que le pasaba la lengua por su culo adolorido y en segundos cambio de parecer.- AAAHHH HMMMM AsÃ* señor… béseme más ahÃ* abajo… Hmmm… demuéstreme que no era su intención lastimarme asÃ* de feo…

-Por dios!- pensó Don Ezequiel.- lo que necesita esta niña es que alguien le mame el culo después de darle pinga.

Luego de eso Don Ezequiel le hizo mamarle la verga hasta que descargo su medio litro de leche de nuevo.

Luego de esa noche, Sabrina supo lo que ser amante de un hombre maduro significa. Ningún otro joven de su edad serÃ*a capaz de hacerla experimentar tantas sensaciones a la vez.

Cuando Don Ezequiel no pudo más, cayó desplomado sobre la cama.

Sabrina sabÃ*a que si querÃ*a podÃ*a vestirse y marcharse en ese mismo instante pero no lo hizo. En vez de eso, se puso de pie y fue al baño a asearse, luego volvió y vio a Don Ezequiel aún tendido en la cama. No tenÃ*a un cuerpo musculoso pero si se mantenÃ*a en forma para su edad. Aún asÃ* lo que más le fascinaba a Sabrina era aquella imponente verga que ahora permanecÃ*a suave y dormida.

Sabrina se subió a la cama y ella misma se acomodó entre los brazos de Don Ezequiel para quedarse dormida.

A la mañana siguiente partieron como 2 amantes de vuelta a la ciudad. Don Ezequiel estaba decidido a cumplir con su parte de la promesa pues nunca antes habÃ*a tenido una experiencia tan bella como la de anoche.

-Cuando puedo volver a verte?-le preguntó al dejarla cerca de su casa.

-Nunca… nunca jamás.

-Tengo que hacerlo o moriré…- dijo con voz de pánico.- nunca antes la habÃ*a pasado tan bien como anoche. Debemos volver a vernos… por favor! Tienes que verme de nuevo…

-Porque?

-Bueno pues… porque…- la verdad es que Don Ezequiel no tenÃ*a una respuesta a la pregunta de la bella chica.

-Que tanto quiere volver a verme?

-A este punto creo que estarÃ*a dispuesto a matar si tú asÃ* me lo pidieras con tal de volver a verte…

Antes de bajar del auto, Sabrina le dio un beso en los labios y le dijo:

-Vamos a ver si lo dices en serio… si tanto quieres volver a verme, lo harás después de…

-Después de que Sabrina???- preguntó impaciente Don Ezequiel.

-Después de que le hagas el amor a tu hija YasmÃ*n…
 
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