BromoPesa2
Virgen
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Las vacaciones VIII - Final
Después de comer nos fuimos a dormir la siesta. Al poco de estar, cesaron los ruidos y me pasé a la cama de Luis.
Nadas más meterme me puse de espaldas a él, que me abrazó y me dijo quedito a la oreja. ¡Quería estar contigo! y se pegó a mí y ya tenía el pito duro, lo sentía pegado a mi culete.
Me decía: ¡solo con esto, ya siento rico! Y mientras me besaba detrás de la oreja notaba su respiración en los pelillos y yo también sentía muy rico.
Le dije que me siguiera besando ahí y que además me pasara la punta de la lengua por el cuello y la oreja, que me gustaba.
Le dije que me lo había estado haciendo mi mamá en la playa y que le había contado todo lo que hicimos anoche.
Y que ella me había dicho que teníamos que hablar todos sobre lo de hacer sexo, porque me podía quedar embarazada si me echabas el semen dentro del chocho.
Me agarró suave una teta y me la acariciaba. Cada vez que me rozaba el pezón sentía más rico.
Pase la mano para atrás y la metí en su calzoncillo y le cogí el pito. Me culeaba en la mano. Y me gustaba y ya quería tenerlo cerca del chochete. Él se bajó un poco el calzoncillo y yo que estaba sin bragas puse el pito entre mis piernas muy cerca de mi chochete.
Empecé a tocarme. Me metía el dedo entre las piernas y notaba la punta de su pito mientras rozaba mi pipa para darme gusto. Al poco el me mojó toda y yo tuve mi gusto. Me giré y le dije. Ven que quiero sentirte. Se subió encima de mí y me metió el pito hasta dentro. Esta vez entró solo, sin rascar nada y al metérmelo todo me entró el gusto nada más entrar.
Estábamos quietitos besándonos y acariciándonos, cuando sentí la voz de mi madre, que susurrando decía: “¡Niños!. ¡Niños!. Qué pasa, ¿no dormís la siesta?. Hay que ver, lo que habéis aprendido y lo que os gusta practicar.”
Y bajito dijo: ¿ya habéis follado?.
Si, le contesté y nos separó un poco y le cogió el pito a Luis.
¡Vaya!, que grande se te pone. Tienes una picha bien rica. ¿Os habéis corrido ya?.
Si, los dos nos hemos corrido, contesté . Yo tres veces y Luis solo una.
A ver, déjamelo un momento. Y tú, acaríciale y bésale las tetitas, que a ellos también les gusta mucho.
Y empezó a movérselo con toda la mano. Mientras yo le pellizcaba un pezón y le mamaba del otro.
Al poco, Luis se puso muy tieso y culeaba y me cogía la cabeza y yo le mordisqueaba el pezón suavecito
Y mamá lo sintió, cuando estaba para gozar y se le movía el cuerpo solo y le decía con voz muy melosa; así, así, mi niño, dámelo todo, que lo vea y te sienta el gustito que te está llegando. Y seguía moviéndolo y decía: dámelo todo mi niñito bueno, dánoslo que lo veamos.
Y le salió el semen y mamá lo cogió y lo miró y se puso a besarlo en la cara y los morritos y siguió moviéndole un poco la picha hasta dejarlo tranquilo.
Después nos dijo que durmiéramos un rato para pasar el calor y nos quedamos fritos.
Después de la siesta nos fuimos a la playa y estuvimos hasta tarde. Mi madre y mi tía no dejaron de cuchichear y si nos acercábamos Luis o yo, se ponían a hacer otra cosa, lo estuvimos comprobando yendo a las toallas donde estaban unas cuantas veces.
Luego fuimos a cenar pizza y a las 11 volvimos a casa. Luis se fue a la cama porque estaba “cansado” y yo me quedé en el salón y me hice la dormida viendo la tele. Al poco se pusieron a hablar los cuatro. Mi madre dijo que teníamos relaciones sexuales completas, que aunque yo estaba al inicio de mi desarrollo, Luis parecía no haber empezado aún, si bien ya tenía orgasmos con eyaculación, que a ella le parecía que aún no era fértil, pero que tampoco era cuestión de darnos cuenta tarde.
Que ahora que lo habíamos descubierto iba a ser duro cortarlo y también les dijo que los habíamos visto tener relaciones juntos y por separado.
Y eso fué lo más reseñable de las vacaciones en la playa.
Después de comer nos fuimos a dormir la siesta. Al poco de estar, cesaron los ruidos y me pasé a la cama de Luis.
Nadas más meterme me puse de espaldas a él, que me abrazó y me dijo quedito a la oreja. ¡Quería estar contigo! y se pegó a mí y ya tenía el pito duro, lo sentía pegado a mi culete.
Me decía: ¡solo con esto, ya siento rico! Y mientras me besaba detrás de la oreja notaba su respiración en los pelillos y yo también sentía muy rico.
Le dije que me siguiera besando ahí y que además me pasara la punta de la lengua por el cuello y la oreja, que me gustaba.
Le dije que me lo había estado haciendo mi mamá en la playa y que le había contado todo lo que hicimos anoche.
Y que ella me había dicho que teníamos que hablar todos sobre lo de hacer sexo, porque me podía quedar embarazada si me echabas el semen dentro del chocho.
Me agarró suave una teta y me la acariciaba. Cada vez que me rozaba el pezón sentía más rico.
Pase la mano para atrás y la metí en su calzoncillo y le cogí el pito. Me culeaba en la mano. Y me gustaba y ya quería tenerlo cerca del chochete. Él se bajó un poco el calzoncillo y yo que estaba sin bragas puse el pito entre mis piernas muy cerca de mi chochete.
Empecé a tocarme. Me metía el dedo entre las piernas y notaba la punta de su pito mientras rozaba mi pipa para darme gusto. Al poco el me mojó toda y yo tuve mi gusto. Me giré y le dije. Ven que quiero sentirte. Se subió encima de mí y me metió el pito hasta dentro. Esta vez entró solo, sin rascar nada y al metérmelo todo me entró el gusto nada más entrar.
Estábamos quietitos besándonos y acariciándonos, cuando sentí la voz de mi madre, que susurrando decía: “¡Niños!. ¡Niños!. Qué pasa, ¿no dormís la siesta?. Hay que ver, lo que habéis aprendido y lo que os gusta practicar.”
Y bajito dijo: ¿ya habéis follado?.
Si, le contesté y nos separó un poco y le cogió el pito a Luis.
¡Vaya!, que grande se te pone. Tienes una picha bien rica. ¿Os habéis corrido ya?.
Si, los dos nos hemos corrido, contesté . Yo tres veces y Luis solo una.
A ver, déjamelo un momento. Y tú, acaríciale y bésale las tetitas, que a ellos también les gusta mucho.
Y empezó a movérselo con toda la mano. Mientras yo le pellizcaba un pezón y le mamaba del otro.
Al poco, Luis se puso muy tieso y culeaba y me cogía la cabeza y yo le mordisqueaba el pezón suavecito
Y mamá lo sintió, cuando estaba para gozar y se le movía el cuerpo solo y le decía con voz muy melosa; así, así, mi niño, dámelo todo, que lo vea y te sienta el gustito que te está llegando. Y seguía moviéndolo y decía: dámelo todo mi niñito bueno, dánoslo que lo veamos.
Y le salió el semen y mamá lo cogió y lo miró y se puso a besarlo en la cara y los morritos y siguió moviéndole un poco la picha hasta dejarlo tranquilo.
Después nos dijo que durmiéramos un rato para pasar el calor y nos quedamos fritos.
Después de la siesta nos fuimos a la playa y estuvimos hasta tarde. Mi madre y mi tía no dejaron de cuchichear y si nos acercábamos Luis o yo, se ponían a hacer otra cosa, lo estuvimos comprobando yendo a las toallas donde estaban unas cuantas veces.
Luego fuimos a cenar pizza y a las 11 volvimos a casa. Luis se fue a la cama porque estaba “cansado” y yo me quedé en el salón y me hice la dormida viendo la tele. Al poco se pusieron a hablar los cuatro. Mi madre dijo que teníamos relaciones sexuales completas, que aunque yo estaba al inicio de mi desarrollo, Luis parecía no haber empezado aún, si bien ya tenía orgasmos con eyaculación, que a ella le parecía que aún no era fértil, pero que tampoco era cuestión de darnos cuenta tarde.
Que ahora que lo habíamos descubierto iba a ser duro cortarlo y también les dijo que los habíamos visto tener relaciones juntos y por separado.
Y eso fué lo más reseñable de las vacaciones en la playa.