MERODEANDO
Javier merodeaba alrededor de la entrada de los grandes almacenes. Con su uniforme de segurata y su porra al cinto miraba a las señoras que pasaban por la puerta en época de rebajas...La Gran vÃ*a estaba atestada de gente a esas horas de la tarde que iba y venia.
Muchas veces tendÃ*a a soñar con pasar por los probadores a fisgonear un poco a través de las cortinillas y descubrir a alguna adolescente universitaria probándose la ropa interior de la sección de lencerÃ*a, pero no podÃ*a moverse de aquel puesto que tan pocas satisfacciones le daba salvo ver pasar alguna vez a algún grupo de guiris en busca del buen precio de la ropa en las tiendas de España.
Aquella tarde estaba francamente salido, su porra de carne se le salÃ*a de los pantalones y no podÃ*a ir al baño a aliviar un poco el calentón que tenia. Aquella tarde además habÃ*an pasado muchas chicas de bonitas piernas y seños realmente apetecibles, lo cual habÃ*a disparado su imaginación mas allá del limite habitual.
En aquel momento paso por la puerta una chica de las que habitualmente iba por los grandes almacenes a comprarse trapitos y con la que a menudo fantaseaba. Ella solÃ*a ir a comprar allÃ* sobre todo los top´s y las minifaldas y alguna que otra vez algo de lencerÃ*a, tangas y demás. Aquella tarde paso con una faldita corta con algo de vuelo de color negro, un top ajustado rojo con la inscripción "SEX" que le apretaba las impresionantes tetas, una chaqueta vaquera, medias negras y botines con un poco de tacón. Su pelo moreno y rizado desprendió un olor siempre peculiar al pasar, como de frutas del bosque. Los labios pintados de suave rosa y su cara casi sin maquillar, que era de ángel.
Javier estaba un poco obsesionado con ella...asÃ* que decidió merodear un poco por la tienda mientras ella estuviera por allÃ* y dejo a su otro compañero en la puerta un rato. La miraba mientras recorrÃ*a las distintas secciones y pasillos mirando los trapitos. Al final acabo en la sección de lencerÃ*a buscando un conjunto de tanga y sujetador, y al final decidió coger varios modelos de color rojo y dirigirse a los probadores. Finalmente compro uno con encajes y con liguero a juego y medias en el mismo color y se marcho.
Javier no podÃ*a mas, tenia la polla que le iba a reventar el pantalón, asÃ* que le dijo a su compañero que iba a ir al baño. Y mientras subÃ*a las escaleras ya iba pensando y soñando.
Se sentó en el baño, por suerte era el de empleados y pocos hombres trabajaban allÃ*. Cerro los ojos y se saco su herramienta poniéndola entre sus manos, casi erecta ya, listo para masturbarse, mientras soñaba con aquella morena.
Soñó que entraba en el probador y el estaba en un punto estratégico desde el que veÃ*a lo que pasaba dentro. Ella se quitaba la cazadora, y después el top que le ajustaba, dejando a la vista su sujetador negro, de raso. Se lo quitaba y dejaba a la vista unos impresionantes senos, con los pezones pequeños y listos para ser lamidos. Ella se los estrujo un poco y después paso la mano sobre ellos. después se quito la falda dejando a la vista el tanga color negro, vio sus curvas, su piel tan tersa, y su culito duro y redondeado. se quito el tanga dejando a la vista su rasurado sexo. Paso la mano por el mientras separaba un poco las piernas y Javier noto que se le habÃ*an mojado los dedos al hacerlo, LA CHICA VENIA EXCITADA, cosa que a Javier me puso mas cachondo de lo que ya estaba de por si.
Se sentó sobre la sillita del probador, abriendo un poco las piernas y abriendo su raja se pasaba la mano de abajo a arriba. Con sus medias negras puestas se estaba poniendo las botas. A Javier le entraron ganas de ir hasta allÃ* y fallársela salvajemente. La observo un rato...se masajeo los pecho, se mordió los labios...le estaba poniendo francamente malo aquella imagen.
Cuando ella decidió empezar a probarse la lencerÃ*a roja se levanto y justo vio a javier, en la otra punta mirándola con los ojos abierto y un paquete descomunal entre las piernas. Ella ya sabia porque era. Al principio, cerro mas la cortinilla, cosa que dejo a Javier con cierta desazón...pero al rato ella volvÃ*a o abrirla un poco sacando la mano y haciendo un ademán a Javier para que se acercara. Javier cruzo ansioso la sección de lencerÃ*a camino de los probadores y fijándose que ninguna persona se fijaba en el.
Entro rápidamente en el probador y la encontró con el conjunto de lencerÃ*a rojo puesto.
- Señorita, sabe que no se puede probar los artÃ*culos de lencerÃ*a desnuda, por higiene, tendrá que comprarlo
- Si lo se, pero no sabia como me quedarÃ*a puesto...me puede usted decir como me queda- mientras se mordisqueaba los dedos.
Javier trago saliva y balbuceo un "muy bien" como pudo, mientras noto que ella bajaba su otra mano desde el cuello hasta su paquete en plena erección. La morena del pelo rizado se acerco mas a el y le puso su boca en su oreja.
- ¿¿Te gusto lo que viste?? podrÃ*a haber mas si te portas bien- y le paso la lengua por el lóbulo de la oreja a Javier.
Javier cerro los ojos y perdió el sentido mientras pasaba las manos sobre sus caderas y llegando al borde del tanga rojo que tenia puesto. Ella mientras le masajeaba la polla por encima del pantalón y empezaba a besarle alocadamente. Javier metió sus manos por debajo del borde del tanga, estirándolo un poco.
Cerraron lo mas posible la cortinilla y se dieron al placer. Ella le bajo la bragueta del pantalón y metió su mano debajo del boxer, masajeando sus pelotas, la base del pena y explorando la longitud del mismo con su mano. Le pareció extraordinaria la porra de Javier, por su longitud y grosor. Se la sacó, y se agacho para admirarla mucho mejor. Empezó a besársela, despacito y al final se introdujo en la boca el capullo y jugueteo con su lengua por el. Con la mano a la vez empezó a subir y bajar la mano haciéndole una buena paja.
Después de un rato poniéndola bien dura se levanto.
- ¿Y dice que me tengo que quitar esto?- señalando la ropa interior.
Javier le desabrocho el sujetador, dejando a la vista esos pezoncillos juguetones. Los empezó a lamer despacio, al principio, humedeciéndolos, jugando con la lengua alrededor de ellos mientras con las manos le bajaba el tanga. después siguió chapándole por debajo de las tetas y poniéndose de rodillas llego hasta el ombligo y hasta el coño, abierto para el. Separo con los dedos los labios buscando la entrada para que su lengua pudiera saborear aquellos jugos que salÃ*an de ella. Le introdujo la lengua todo lo que pudo y después empezó a pasarla por su rajita de abajo hacia arriba, siempre en la misma dirección. Después separo sus labios dejando el clÃ*toris fuera. Poso su lengua sobre el, húmeda, y empezó a moverla con ganas mientras ella empezó a respirar con fuerza, evitando gemir y retorciéndose de placer pegada a la pared.
después de un brutal orgasmo Javier subió para volver a besarla. ella se dejo apoyar aun mas en la pared y abriendo las piernas y subiéndolas quedo expuesta a la polla de Javier. Entro sin problemas, la lubricación era perfecta después de aquella comida de coño. Javier, de pie, y apoyando a la morena en la pared, empezó a follarla, a empujar hasta el fondo, primero despacio la sacaba toda entera y la volvÃ*a a meter de golpe. después empezó a hacerlo con mas fuerza, obligando a cerrar la boca a la chica con una mano para que no gimiera. La cortina se movÃ*a rÃ*tmicamente a cada empuje de Javier.
El se sentó en la silla, y ella se sentó sobre su pene erecto y de espaldas a el. Se la introdujo todo lo que le cabÃ*a y empezó a subir y bajar mientras Javier le masajeaba los pechos y le pasaba la lengua por el cuello y la oreja. Apoyo sus pies sobre las rodillas de Javier y empezó con fuerza y velocidad, provocando un placer en ambos increÃ*ble y gozoso. Ya no podÃ*a evitar el gemir y su respiración ya podÃ*a oÃ*rse mas allá del las paredes y la cortinilla.
Después de un buen rato, javier la levanto y la puso apoyada en la silla y empezó a follarla por detrás con fuerza, entera la metÃ*a con un gran ritmo, notando la humedad de su coño y las palpitaciones que tenia, los orgasmos que le venÃ*an cada dos minutos...
...Y Javier se corrió con fuerza sobre la puerta del baño dejando su reguero de semen.
Que a gusto se habÃ*a quedado, y que tranquilo...Limpió el lugar y volvió a bajar para seguir con el trabajo. Su compañero ya lo esperaba con impaciencia. La morena habÃ*a vuelto por lo visto la habÃ*an cobrado mal el conjunto de lencerÃ*a que habÃ*a comprado. Al salir ella le miro sonriendo, le guiño un ojo y le dio las gracias...¿Porqué si el solo habÃ*a imaginado en el baño aquel increÃ*ble polvo?
