Las Fantasías de un Hijo con su Madre - Capítulo 06

heranlu

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-Las Fantasías de un Hijo con su Madre - Capítulo 06-

Las cosas seguían su curso. Raquel seguía cumpliéndole las fantasías a su hijo poco a poco, mientras que Manuel se iba soltando un poco más cada día para hacerle peticiones. Cómo cada mañana desde que empezó a cumplirle fantasías a su hijo, Raquel y Roberto se encontraban en la cocina, hablando mientras desayunaban.

Raquel: ¿Qué tienes que hacer hoy, mi amor? – dijo curiosa.

Roberto: Pues lo de siempre, mi amor, tengo que atender a varios clientes y luego una reunión con el jefe para resolver unos problemas con la obra. ¿Y tú? – dijo para sacarle información sobre lo que haría con su hijo.

Raquel: Hacer las labores del hogar y seguir con el tratamiento de tu hijo – dijo sabedora de lo que su marido quería escuchar.

Roberto: ¿Cómo va el tratamiento? – dijo entre curioso y celoso.

Raquel: Pues bien, pero de momento solo me pide pajas y mamadas y él también me masturba y me come el coño - confesó.

En ese momento, Manuel hacía acto de presencia en la cocina, para desayunar.

Raquel: Manuel, cariño, buenos días – dijo besando a su hijo en la boca como algo normal - ¿Qué quieres hacer hoy?

Manuel miró asustado a su padre.

Roberto: No te preocupes campeón, mamá me lo cuenta todo, incluido vuestra diversión, tranquilo - dijo abrazando a su hijo, tranquilizándolo – espero que todo esto sirva para que todo mejore, campeón, yo también quiero recuperar a ese muchacho que eras hace un tiempo para seguir saliendo a pescar, cazar o a ver algún partido.

Manuel: Gracias papá – dijo conmovido – prometo mejorar como hijo y como persona.

Roberto: Y dime campeón, ¿te gusta lo que te hace tu madre? – dijo algo travieso.

Manuel: Sí – dijo sonriendo – es muy buena – dijo mirándola con lascivia.

Roberto: Sí, es muy buena en el sexo y muy puta – dijo azotándola divertido mientras la besaba apasionadamente.

Raquel: Me alegro de que os guste a los dos – dijo halagada y cariñosa – pero tú – dijo a su marido – vas a llegar tarde a trabajar – dijo besándolo de nuevo.

Roberto: ¿Ya me quieres echar? Bueno me voy si me prometes que esta noche serás mía – dijo travieso.

Raquel: Lo prometo, mi amor – dijo besándolo de nuevo.

Roberto: Hasta luego, mi amor – dijo tocando su culo – y tú campeón, da mucho placer a tu madre y tú – dijo girándose a su mujer – demuestra lo buena puta que eres – dijo morboso.

Raquel: Sí, mi amor – dijo morbosa.

Manuel: Claro, papá, no lo dudes – dijo contento por cómo se lo tomaba su padre, no quería ser el causante de discusiones ni nada parecido.

La mañana pasó normal para todos. Manuel llegó para comer y después se encerró en su habitación para estudiar, hasta que, después de no poder concentrarse, se decidió a pedirle a su madre que la dejara follarla. Raquel estaba en sus quehaceres hasta que sintió a su hijo en la puerta de su habitación mirándola.

Raquel: Hola cielo, ¿necesitas algo? – dijo traviesa, sabiendo sus intenciones.

Manuel: La verdad es que sí, pero no me atrevo a pedírtelo – dijo indeciso.

Raquel: ¿El qué? – dijo curiosa y morbosa.

Manuel: Quiero follarte, mamá – dijo mirándola a los ojos.

Raquel: ¿Eso quieres? – dijo volteándose para mirar a su hijo con una sonrisa morbosa y gratamente sorprendida – Me preguntaba cuanto tardarías en pedírmelo.

Manuel: Sí mamá, es lo que más deseo – le confesó - ¿Lo estabas esperando?

Raquel: La verdad, pensé que era lo primero que me pedirías cuando empezamos el “tratamiento”, pero me sorprendiste al no hacerlo, y desde que empezamos me preguntaba cuando lo harías – confesó - ¿Quieres hacerlo ya? – le dijo sugerente.

Manuel: Sí, por favor – le dijo suplicante mientras se lanzaba a besarla.

Raquel: Pero antes cielo, quiero hacer algo, para tranquilizar tus ansias – dijo morbosa y traviesa – Sé que eres virgen y quiero enseñarte para cuando estés con otras chicas.

Manuel: ¿El qué? – dijo excitado.

Raquel: Tú sígueme el juego, pero no me la metas, ¿de acuerdo? – dijo traviesa.

Manuel no contestó, solo se lanzó a besar apasionadamente a su madre. Ambos cayeron en la cama mientras se desnudaban entre besos apasionados. Raquel dejó caer su pantaloncito corto y su camiseta de estar por casa junto con el tanga, no llevaba sujetador, al suelo dejando ver su cuerpo desnudo a su hijo de manera muy provocativa, mientras que su hijo se quitó a toda prisa los pantalones, la camiseta y los calzoncillos, sin mirar dónde los mandaba. Raquel, que sonrió al notar el ansia en su hijo, agarró la verga de su desesperado retoño, que ya estaba tiesa como un mástil, y sin dejar de mirarle mientras le masturbaba, la fue lamiendo de arriba abajo. Manuel gemía mientras Raquel comenzó a meterse en la boca la verga de su hijo sin dejar de mirarle a los ojos, tocándole los testículos.

Manuel: ¡Oh sí, mamá, me encanta que me la comas! – gemía agarrando sus pechos - ¡Cómemela!

Mientras Raquel seguía a lo suyo metiéndose poco a poco la verga de su hijo entera en la boca, morbosa. S los pocos segundos, Raquel se metía la verga entera, haciéndole una buena garganta profunda y llevando a su hijo a la gloria. Aumentó el ritmo de la mamada. Cuando notó que su hijo se iba a correr, Raquel se apartó de él, se tumbó en la cama mientras su hijo se colocaba encima suya. Manuel, miró a su madre y empezó a besarla, al principio besos pequeños y poco a poco subiendo de tono hasta que su madre le dijo que quería más. Raquel besaba como una loba a su hijo, le metía la lengua hasta la campanilla y guiaba a su hijo, que poco a poco empezaba a soltarse y a tener iniciativa. Manuel comenzó a devorarle la boca a su madre mientras la acariciaba sus pechos y le pellizcaba los duros pezones. Manuel empezó a besarle el cuello a su madre arrancándole suspiros y gemidos, se volvió más osado y bajo su mano para tocarle el encharcado coño a su madre.

Raquel: ¡Oh sí, cariño, sigue, no pares! – gemía.

Manuel bajó a los pechos de su madre para lamerlos, comerlos y morderlos, mientras no dejaba de tocar y acariciar el húmedo coño de su madre, de arriba abajo y de forma circular. Manuel, muy caliente, bajó desde los pechos de su madre hasta el coño sin dejar de mirarla, mientras Raquel se abría de piernas y sonreía de forma sexy a su hijo. Cuando llegó a su coño comenzó a lamerlo de arriba abajo, hasta el culo, disfrutando de los gemidos de su madre. Raquel gemía de placer, estaba muy caliente. Manuel le comía el coño con gula, con ímpetu, llevando a su madre al límite. Raquel, a punto de correrse, paró a su hijo, lo empujó tumbándolo en la cama de espaldas y se colocó a horcajadas encima de él.

Raquel: Ahora agárrate que vienen curvas, cariño – dijo empezando a moverse frotando sus sexos para notar como su hijo, desesperado, también se movía con ella - ¡Oh sí, cariño, me gusta sentir tu polla frotando el coño de mami! – gemía - ¡Tienes una buena polla! ¡Me tienes mojadita!

Manuel: ¡Estás buenísima, mamá! ¡Me encantan tus tetas! – gemía, mordiendo sus pezones.

Raquel: ¡Lléname las tetas de leche! ¡Léfame las tetas! – gemía corriéndose, morbosa.

Manuel: ¡Oh sí, mami, te vas a llevar mi leche en tus tetazas, sí, toma leche, puta, sí! – gemía levantándose y colocándose frente a los pechos de su madre.

Manuel se corría en los pechos de su madre, que recibía con gusto tanto semen de su hijo. Tras la corrida, copiosa y abundante de él, ambos se tumbaron en la cama abrazados, descansando.

Raquel: ¿Te ha gustado? – dijo pícara.

Manuel: Sí mamá – dijo eufórico – me ha encantado – dijo sonriendo mientras la tocaba los pechos y le daba un beso en la boca, que Raquel contestó gustosa.

Raquel: Me alegro cariño. Cuando quieras repetir me avisas – dijo sonriendo traviesa – Me voy a limpiar. Descansa cielo, que cuando vuelva empieza lo bueno – dijo besando a su hijo en la boca y guiñándole un ojo.

Manuel le contestó al beso sonriente. Raquel se fue al baño a asearse y a los pocos minutos volvió a la cama junto con su hijo, que la esperaba con los ojos cerrados. Ella pensó que estaría dormido. Se acercó a despertarlo, pero Manuel la miró sonriente.

Raquel: Pensé que estabas dormido – dijo riendo – Pensé que había cansado al pervertido de mi hijo.

Manuel: No mamá – dijo eufórico – estaba tomando conciencia de lo que acabamos de hacer y lo que vamos a hacer ahora – dijo sonriente.

Raquel: Cuando quieras empezamos – dijo besando a su hijo en la boca.

Manuel no se lo pensó, cogió a su madre y la tumbó en la cama, con las piernas en sus hombros, para, después de mirarla de manera lujuriosa, meterle la verga de una sola estocada en el encharcado coño de su madre, haciéndola gemir de placer, morbo y sorpresa.

Raquel: ¡Oh sí, pervertido, has penetrado a tu madre! – gimió - ¡Has metido tu polla en el coño de mami!

Raquel, entre morbosa y sorprendida por la iniciativa de su retoño, se dejaba hacer hasta que no pudo más de tanta calentura y le pidió más a su hijo. Manuel, con una sonrisa pícara, empezó a comerle los pechos a su madre. Comenzó a lamer los pezones de arriba abajo disfrutando de los gemidos de su madre. Raquel gemía de placer, estaba muy caliente. Manuel le comía los pechos, con ímpetu, sin dejar de penetrar su coño sin descanso, lento, pero profundo, aumentando poco a poco el ritmo de la penetración, por instinto y tal y cómo había leído, llevando a su madre al límite del orgasmo una y otra vez. Manuel, viendo cómo ahora su madre no solo gemía, sino que había cerrado sus piernas alrededor de su culo y le empujaba contra ella, se volvió más descarado y le metió un dedo en el culo a su madre mientras con la otra mano le torturaba el clítoris como cientos de veces había visto hacerlo en las películas porno.

Raquel: ¡Oh sí, cariño, folla a mami, méteme el dedo en el culo, sí, no pares, sí, sí, sí, me encanta! – berreaba - ¡Me corro, la puta de tu mami se corre! ¡Fóllate a tu madre, a tu puta, sí, no pares!

Manuel: ¡Oh sí, mamá, te voy a follar por puta, no voy a parar hasta que no te puedas sentar en una semana, zorra, toma polla, puta! – gemía morboso.

Raquel: ¡No dejes de comerle las tetas a mami, cariño, folla a la puta de tu mami! – berreaba.

Manuel la follaba ya de manera salvaje, penetrando el coño de su madre de manera dura y fuerte mientras le comía los pechos y le pellizcaba los pezones. Luego de unos instantes, Manuel, sin sacarle la verga a su madre del coño, la levantó y la colocó frente a la pared, delante de un espejo. Manuel la follaba lento, pero muy profundo y con estocadas violentas. Manuel la volvió a colocar en la cama, pero Raquel no aguantaba más y giró a su retoño y sin sacar su verga de su coño, comenzó a cabalgarlo a una velocidad endiablada. Manuel seguía comiéndole los pechos a su madre, que caían sobre su cara, y amasándole el culo. Manuel empezó a acompañar los movimientos de su madre, por instinto, haciendo la follada salvaje. Se comían la boca y Manuel los pechos, sin dejar de follar como pervertidos. Luego de unos intensos minutos, Manuel la colocó a cuatro patas sobre la cama y se puso a jugar con su verga en su coño. Cuando empezó a meterle la verga por el coño, Raquel suplicaba más.

Raquel: ¡Oh sí, cariño, joder, Manu, eso es, sigue así, fóllame cabrón! – berreaba - ¡Fóllame, folla a la puta de mami, sí, sí, sí!¡No pares, Manu, dame caña, dale caña a mami, sí, fóllame el coño bien duro, sí, reviéntamelo, sí, me encanta, sí! ¡Me corro!

Manuel: ¡Oh sí, puta sí, no voy a tardar en correrme, sí! – gemía, sacando su verga del coño de su madre - ¡Toma mi leche en tus tetas, puta, sí!

Manuel, colocó a su madre tumbada mientras se ponía encima de ella con la verga entre sus pechos y se corría en ellos, que recibía con gusto tanto semen de su hijo, se corrió simultáneamente, morbosa. Tras la corrida de ambos, se tumbaron en el sofá abrazados.

Raquel: Eres todo un semental – dijo exhausta, restregándose la corrida de su retoño por sus pechos.

Manuel: Gracias, tú eres toda una puta, mamá - dijo mirando lascivamente a su madre.

Luego de un rato descansando, Manuel cogió a su madre de la mano y la llevó al baño. Ella se dejó guiar.

Raquel: ¿Qué quieres hacer cielo? - dijo curiosa.

Manuel: Follarte el culo - dijo mirando lascivamente el culazo de su madre y dándole un azote.

Raquel, exhausta, pero cachonda, solo sonrió lasciva. Manuel comenzó a comerle el coño. Pasados unos minutos, se colocaron en posición de 69 en el suelo del baño y mientras Raquel le comía la verga dejándola bien ensalivada para cuando la follara mientras le tocaba los testículos, Manuel le comía el coño y le metía dos dedos por el culo haciéndola gemir. Él, después de unos minutos, le metía la lengua por el culo, lascivo mientras ella gritaba de placer. Cuando lo creyó conveniente, con el ojete dilatado, Manuel la colocó a cuatro patas sobre el suelo y se puso a jugar con su verga en su culo. Empezó a meterle la verga despacio por el culo. Manuel estaba muy caliente por follar el culo de su madre, ese culo que, junto a sus pechos, tantas pajas le han proporcionado. La penetró despacio, pero de una sola vez. Raquel comenzó a gritar mientras su hijo la follaba despacio al principio para, poco a poco, aumentar el ritmo de la follada a un ritmo vertiginoso, endiablado, salvaje a petición de ella mientras la azotaba el culo y le pellizcaba los pezones.

Raquel: ¡No pares, Manu, fóllame fuerte, destrózame el culo, sí, no pares, dale caña a mami, sí! – berreaba.

Manuel complacía a Raquel mientras la follaba el culo, prácticamente la taladraba el culo con su verga. Sin sacarle el falo del culo, la hizo levantarse para que se colocara encima del lavabo bien abierta de piernas y mientras la cogía del pelo se la empezó a follar de forma más salvaje posible. Raquel se dejaba hacer, cuando sintió que Manuel la rellenaba el culo de semen caliente y espeso, haciéndola correrse de morbo y lujuria y ambos cayeron rendidos en el suelo, Raquel encima de su retoño.

Raquel: Cariño, espero que te haya gustado el día de hoy, me ha encantado que te corrieras tanto, me estas enviciando – dijo morbosa - Me encanta cumplirte tus fantasías – le confesó – al principio no me gustaba, pero le he cogido el gusto – dijo besándolo – me da mucho morbo, me pone muy cachonda y saca a la puta que llevo dentro.

Manuel: Me ha encantado mami, pienso follarte mucho - dijo tocándole los pechos y besándola – Yo me pienso aprovechar mucho de ti.

Así estuvieron hasta que llegó Roberto y cenaron. Se vistieron, asearon y en el caso de Raquel, limpiaron todo, antes de que llegara Roberto. La noche fue normal y Raquel y Roberto volvieron a follar intensamente mientras ambos se contaban lo que habían hecho ese día, sobre todo la follada de Manuel a su madre.


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