BromoPesa2
Virgen
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Las vacaciones II
Después del siestazo yo no tenía mucho sueño. Salí al patio por la ventana y me puse a mirar las estrellas para ver las fugaces. En esto estaba cuando se encendió la luz de la habitación de mis tíos. Quedaba una rendija en la cortina. Y se les veía desde los pies de la cama. Los dos estaban desnudos y mi tío besaba a mi tía y le tocaba las tetas. Y luego le besaba las tetas. La tía se agarraba las tetas y se las ofrecía y mi tío las besaba y las chupaba.
Muerde un poco. Le decía. Chupa y muerde cariño. Así. Así. ¡Que rico!.
Me acorde de lo que me dijo mi madre. Se iban a masturbar.
Mi tío bajo la mano al chocho y se lo acariciaba a la tía. Y la tía le dice: ¡Chúpame Amor!. Yo me acordé de Goliat y sentía raro en mi chocho. Me puse una mano cubriéndolo y lo apretaba haciendo como que cerraba y abría la mano. Me gustaba.
Mi tío se incorporó, la tía separó más las piernas y él metió la cabeza entre las piernas de la tía. Al poco la tía le dijo sube y se puso encima. Tenía el pito grande, mas grande que Luis, pero no apuntaba para arriba, y la tía le dijo: no está muy duro amor; y se lo metió en la boca y hacía para dentro y para afuera. Luego se volvió y de un cajón de la mesilla cogió un tubo del que sacó un pito gordo de plástico y también cogió un espray del que se puso en el chocho y luego se metió el pito grande de plástico en el chocho y se puso mirando para el tío, que le volvió a meter el pito en la boca y ahora era el tío el que se movía para adelante y para atrás. Y la tía empujaba y sacaba el pito de plástico.
Yo tenía comezón en el chocho, me calmaba y me excitaba tocarme. Puse la mano sobre el chocho y apretaba y soltaba y me gustaba y me animaba a hacerlo más seguido.
Luego el tío se quitó y cogió un cinturón de la mesilla, se lo ató y se puso el pito de plástico. La tía se puso de caballito en el borde de la cama y el tío se arrimó y le puso el pito de plástico entre las piernas y culeaba como cuando le había metido el pito en la boca a la tía.
Después de un rato lo dejó. La tía se tumbó en la cama y el se quitó el cinturón y la tía le cogió su pito y se lo movía rápido, estaba masturbándolo. Al poco la tía se subió sobre el tío, pero yo ya no veía nada.
Yo empecé a tocarme el chocho como había visto que el tío se lo hizo a la tía. Sentía rico hasta que se abrieron los labios y metí uno de los dedos rozando la pipa, que estaba gorda, entonces sentí muy fuerte y no me gustó mucho y lo dejé.
Me volví a la habitación. Como no me dormía volví a tocarme con mas cuidadito. Me seguía el gustito, mejor en la parte de arriba de la pipa. Como estaba seco, me chupe dos dedos y los moje de saliva. Mucho mejor. Si se secaba, ponía más y era más rico. Despacito y poco a poco me masturbé, me volvió el gusto que había tenido con Goliat, y sentía como que me hacía pis y me vino el telele y sentí rico, rico, riquísimo.
Después del siestazo yo no tenía mucho sueño. Salí al patio por la ventana y me puse a mirar las estrellas para ver las fugaces. En esto estaba cuando se encendió la luz de la habitación de mis tíos. Quedaba una rendija en la cortina. Y se les veía desde los pies de la cama. Los dos estaban desnudos y mi tío besaba a mi tía y le tocaba las tetas. Y luego le besaba las tetas. La tía se agarraba las tetas y se las ofrecía y mi tío las besaba y las chupaba.
Muerde un poco. Le decía. Chupa y muerde cariño. Así. Así. ¡Que rico!.
Me acorde de lo que me dijo mi madre. Se iban a masturbar.
Mi tío bajo la mano al chocho y se lo acariciaba a la tía. Y la tía le dice: ¡Chúpame Amor!. Yo me acordé de Goliat y sentía raro en mi chocho. Me puse una mano cubriéndolo y lo apretaba haciendo como que cerraba y abría la mano. Me gustaba.
Mi tío se incorporó, la tía separó más las piernas y él metió la cabeza entre las piernas de la tía. Al poco la tía le dijo sube y se puso encima. Tenía el pito grande, mas grande que Luis, pero no apuntaba para arriba, y la tía le dijo: no está muy duro amor; y se lo metió en la boca y hacía para dentro y para afuera. Luego se volvió y de un cajón de la mesilla cogió un tubo del que sacó un pito gordo de plástico y también cogió un espray del que se puso en el chocho y luego se metió el pito grande de plástico en el chocho y se puso mirando para el tío, que le volvió a meter el pito en la boca y ahora era el tío el que se movía para adelante y para atrás. Y la tía empujaba y sacaba el pito de plástico.
Yo tenía comezón en el chocho, me calmaba y me excitaba tocarme. Puse la mano sobre el chocho y apretaba y soltaba y me gustaba y me animaba a hacerlo más seguido.
Luego el tío se quitó y cogió un cinturón de la mesilla, se lo ató y se puso el pito de plástico. La tía se puso de caballito en el borde de la cama y el tío se arrimó y le puso el pito de plástico entre las piernas y culeaba como cuando le había metido el pito en la boca a la tía.
Después de un rato lo dejó. La tía se tumbó en la cama y el se quitó el cinturón y la tía le cogió su pito y se lo movía rápido, estaba masturbándolo. Al poco la tía se subió sobre el tío, pero yo ya no veía nada.
Yo empecé a tocarme el chocho como había visto que el tío se lo hizo a la tía. Sentía rico hasta que se abrieron los labios y metí uno de los dedos rozando la pipa, que estaba gorda, entonces sentí muy fuerte y no me gustó mucho y lo dejé.
Me volví a la habitación. Como no me dormía volví a tocarme con mas cuidadito. Me seguía el gustito, mejor en la parte de arriba de la pipa. Como estaba seco, me chupe dos dedos y los moje de saliva. Mucho mejor. Si se secaba, ponía más y era más rico. Despacito y poco a poco me masturbé, me volvió el gusto que había tenido con Goliat, y sentía como que me hacía pis y me vino el telele y sentí rico, rico, riquísimo.