La Reina de las mamadas

roman74

Pajillero
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Que tal, siempre he querido narrarles mis historias de solteron... sobre todo de lo que llamamos "sexo con maduras", ahÃ* les va!

Me encontraba trabajando como jefe de un área equis, y a decir verdad me creÃ*a todo un experto en los temas sexuales, pues anteriormente ya me habÃ*a cojido a algunas señoronas entre los 35 y los 40 años, que para mi es la mejor edad de una mujer.

Iniciamos una campaña promocional para la empresa, entro al equipo una mujer de 35 años, casada con tres hijas, pero con unas sabrosas nalgas y enormes tetas que se veÃ*an tan ricas como después les contaré.

Se fue dando el trato, ella no dejaba de quejarse de su marido, de su falta de atención, etc. pues era una mujer inteligente, con buen gusto por la música y la lectura, a medida que la conocÃ*a se me antojaba mas, en la vida creÃ* que le darÃ*a lo que ella deseaba tanto... una verga joven y un amigo tierno y cariñoso que la tratara como lo que era "una reyna" y que la hiciera gritar como puta y llenar su culo virgen y rosado de semen.

Un buen dÃ*a decidÃ* tirarme a matar, le dije que su marido no sabia lo que tenÃ*a en casa, me imagino que esas palabras la levantaron; pero aún no me atrevÃ*a.... y me anime! le dije que tenÃ*a un culo riquÃ*simo que me encantarÃ*a acariciarlo, comérmelo y todo lo que se imaginen, por el momento me quede quieto y asustado, esperando respuesta.... Me dijo que estaba súper caliente pues tenia varios dÃ*as sin cojer, pero tenia miedo, pues jamás habÃ*a sido infiel, eso me excitaba aun mas, sabia que estaba jugando una vez mas ese juego excitante y prohibido.

Para nuestra suerte ese dÃ*a nos quedamos solos en la oficina, le pedÃ* que fuera a la sala de juntas y comencé a manosearla de arriba a abajo, pasando lenta y suavemente mi verga caliente sobre sus muslos, sus nalgas, rozando con mi lengua sus pezones duros aun con la blusa puesta; en eso algo nos distrajo y nos tuvimos que reincorporar a nuestras actividades; a los tres dÃ*as le pedÃ* que fuéramos a un hotel y accedió, pues ya no podÃ*amos aguantar mas las ganas de coger, nos vimos en un café de la zona ella quedo de esperarme ahÃ*.. completamente nerviosa me esperaba como una puta a su dueño, me llevaba unos 10 años, pero en la cama me salÃ*a debiendo, y yo se lo cobraba con suculentas mamadas cajetosas que por varios meses me aplico mi putita.

Al llegar al hotel mi reyna de las mamadas se agacho para que no le reconocieran, entramos al cuarto y como locos nos desvestimos en segundos, Ã*bamos super calientes, nos besamos como estúpidos, nuestras lenguas se trenzaron, se fundÃ*an en calor, mi verga erecta brillaba de la calentura y los lÃ*quidos que ya hacÃ*an su aparición en la escena erótica de nuestra habitación, ella sacó de su bolsa un poco de cajeta que habÃ*a comprado mientras me esperaba, la untó en mi convirtiéndome en su rico postre sexual, dulce y pegajoso como la miel pero excitante y tieso como su gran colección de aparatos sexuales.

Ya entrados en calor y después de enpalagarse del postre vendrÃ*a a la inversa el rico plato principal, anunciado con un fuerte grito: cooogeeme yaaa!!! La orden no daba para revelarme, tome mi miembro y se lo clave de una sola acción hasta el fondo, sentÃ* como nunca a una mujer mojada hasta las rodillas en sus jugos, empecé el mete y saca su calor me ponÃ*a mas caliente, ella solo cerraba los ojos y se limitaba a hacer sus movimientos como una perra en brama... luego de besarla y hacerla sentir mi reyna le dije que podÃ*a gritar si asÃ* lo sentÃ*a, pues en su casa no podÃ*a hacerlo, ni tarde ni perezosa, previa lubricación a cuerdas bucales, soltó su garganta con gemidos y gritos, aaassiiiiiiiii, dame maaaassss, soy tuuu ppuuuuutaaaaa, solo de acordarme.

ImagÃ*nense me estaba cogiendo a la señorona de la oficina, la tenÃ*a gritando como puta tuvo varios orgasmos antes de que yo me viniera, estaba como loca fuera de si.... cuando sintió que iniciaba mi bajada de ese rico y sabroso paseo que nos dábamos se detuvo para pedirme que la cojiera por el culo, que era su máxima fantasÃ*a aun no cumplida y mi garrote venudo era el elegido; me la acomode en cuatro, ella se untó crema que sacó de esa bolsa mágica que cada vez daba la impresión de que iba lo suficientemente preparada, yo de rodillas me acerque con la verga en la mano guiándola a su pequeño orificio dilatado por si solo, con un poco de crema se la deje ir, penetrándola lentamente sentÃ* como se tragaba mi verga hasta que sus nalgas tocaron mis huevos, pues sus consoladores ya habÃ*an realizado trabajo previo; no tarde ni cinco minutos en venirme le eche todo mi semen en su culo que por todo lo que les he contado deberán imaginarse cuanto semen recibió mi putita mercenaria.

A partir de esa tarde comenzamos una constante rutina de cojidas, me encantaba su forma tan especial de mamar la verga, debo confesarles que el peligro es un perfecto afrodisÃ*aco, pues la dejaba en la puerta de su casa como toda una dama, pero llena de leche por dentro, asÃ* nos despedÃ*amos en el carro con un rico beso de lengua, ella se iba a cumplir con sus obligaciones de esposa después de gozar de nuestras sesiones de sexo, como verdaderos amantes.
 
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