La Puta y sus Hijitas 001

heranlu

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Soy un hombre soltero de 47 años, y constantemente enfría chats de sexo para concordar con alguna puta necesitada de verga, llevarmela a un callejón o motel y vaciar mis huevos. Nunca me interesó nada formal, hasta que llegó Claudita, una soltera con problemas de inseguridad que necesitaba a un macho.

Primera vez que hable con ella super que tenía 22 años, me mandaba fotos y yo igual, era bastante delgada, pero me llamaban la atención sus tetas, hasta que supe que era madre de dos pequeñas, una de dos y la otra de cinco. Se me hizo agua la boca solo de imaginarmela siendo menor de edad y ya preñada, la cabeza de mi polla estaba a reventar y me terminé corriendo con una foto suya de cuando estaba de perra preñada y quedamos de juntarnos.

Imaginaran la impresión de cuando llegó a la dirección del hotel con las niñas a cuestas, y debo ser sincero la verga se me paró solo de ver a esa chiquita de cinco años tan blanquita como su mami.

-Hola Clau, ¿Viniste con las niñas?

-Si… No tengo con quien dejarlas.

– Jaja no hay problema vamos.

La tomé de la cintura y aproveché de manosearle el culo. Claudia era la típica joven que parecía perdida en la vida y yo sería su papi salvador.

En el hotel nos miraron como una pareja y entramos. Claudia dejó a la niña de cinco frente al televisor y a la bebé en la cama.

-¿No te importa que mire? O quizás ya está acostumbrada de escucharte ¿No es así perra?

Claudia negó con su cabeza y yo la tomé de los cabellos para darle un beso y tirarla a la cama junto a su bebé. Me daba un morbo tremendo ver a su hija de cinco tan cerca y la otra bebé junto a nosotros.



Me desvesti y le ordené que lo hiciera. Me sorprendí al ver que no se preocupaba de sus hijas y sin espera le abrí las piernas como la puta que era para penetrarla sin preparación mientras le comía las tetas.

-gime fuerte perra.

-amor espera… Ah… Deja hacer dormir a la niña.

-No, tu las trajiste aquí ahora las tres aguantan.

Se la metí más duro, y ella estaba mojadisima, la estaba reventando al lado de su bebé, que comenzó a llorar por el sonido de la cama.



– hazla callar o te reviento el culo.



La amenace pero sin soltarla, me la seguía follando sin parar, y ella como pudo estiró sus brazos para tomar a la bebé y darle tetita mientras recibía verga.

El morbo se apoderó de mí y comencé a correrle mano al pañalito de su hijita mientras que Clau me miraba con su rostro rojo.

-a la nena no… Por favor…

– ¿Me estás negando algo puta?

-no… No… Lo que quieras pero no me dejes.



Justo como pensé Claudita me daría todo con tal de no ser abandonada y fue cuando le saque el pañal a la bebé, le separé las piernas gorditas y le comencé a meter dedo despacito, la nena se removía mientras se pegaba al pezón de su puta madre y yo estaba vuelto un loco, tanto así que le metí el dedo todo lo profundo que pude hasta que la bebé comenzó a llorar.

-¡Que se calle!



Le grité y saqué mi verga de su vagina para apuntarle al culo y romperselo de una embestida.



-Nooooo mi culoooo ahhhh sacala por favor

-Aguanta cerda

Seguí metiéndole dedos a la bebé hasta que pude meterle un segundo mientras veía un hilo de sangre salir de su pequeña vulva y su mirada ida, mientras la puta de su mami le hacía cariños para que complaciera calladita a su macho.

-desde ahora las tres serán mis putas, las mantendré y harán lo que yo les diga.

Claudia asintió, yo sabía que necesitaba dinero y que nadie le ayudaba, le convenía el trato y escupi en su cara antes de sacar mi verga del interior de su culo y masturbarme en sus tetas corriéndome y llenándola de leche hasta que obligue a la bebé a chupar del mismo pezón con semen.
Luego de haberle metido los dedos a la bebé mientras me follaba a su madre, decidí llevarlas a vivir conmigo. Claudia parecía feliz de tener a Emily (dos años) y a Paulita (cinco) en buenas condiciones económicas por primera vez.

Y el precio a pagar no era muy caro, solo tenían que complacerme.

-No sé que hubiéramos hecho sin ti, amor.

-Es porque las amo que haría todo por ustedes, ahora pásame a la niña.

Claudia estaba haciendo dormir a Emily, y yo había tenido un día muy tenso en el trabajo, era hora de desquitarme.

Claudia sin cuestionarme me pasó a la bebé desnuda, porque así habíamos acordado que debían estar en la casa, y yo puse a esa linda bebé de dos añitos sobre mi verga.

Emily comenzaba a hacer soniditos de molestia, pobre aún no se acostumbraba a su papi, y yo le abría las piernitas para hacerle un caballito mientras toda mi gorda y venosa verga pasaba por la suaves labios vaginales de la inocente nena.

-Clau, tráeme una cerveza.

Claudia acarició la cabecita de su bebé y fue a la cocina a traerme justo lo que le pedí. Y yo morboseaba con la pequeña, quien tenía esa típica cara de disgusto de cuando los bebés están a punto de llorar, y es que le estaba apretando sus casi invisibles pezones de putita. Y fue cuando llegó mi cerveza la cual tomé al seco y justo después le metí la lengua a la boca a la bebé.

-Hijita es por tu bien.

Escuchaba a Claudia tranquilizar a la bebé que comenzaba a hacer pequeño ruidos de llanto la muy puta mal agradecida, y la alcé sobre mi boca para comerle la vagina y dejarla húmeda, y fue todo, era increíble la diferencia de tamaño entre nuestro cuerpos, aún así la bajé, apunté mi verga del porte de todo su abdomen a su vulvita y comencé a enterrarle mi verga sin importar el dolor.

La muy puta gritó como una bebé inútil, y empuje de nuevo hasta desgarrar, la bebé se desmayó por un instante, y Claudia como pudo comenzó a ponerle la teta en la boca por si volvía a gritar para que los vecinos no escucharan.

La comencé a follar como quise, se sentía tan bien follar una bebé, su cuerpo entero apretaba mi verga, y era una muñequita inútil como funda para mí pene.

La folle mientras intentaba meterle dedos en el culo pero parecía imposible lo que me puso de mal humor y terminé por golpear a Claudia mientras tenía a su hija sobre mí verga.

-haz que mañana pueda meterle el dedo en el culo, para eso está.

Grité y justo me corrí dentro de la bebé, la saqué como pude de mi polla y dejé a la pequeña niña desmayada en el sofá, la vagina la tenía completamente abierta, roja, con algo de sangre pero lo normal, el semen le escurría por sus piernas gorditas de putita.

Era increíble, esa niña había nacido para ser mi vertedero de semen.

Claudia se incorporó y limpio a la niña, le pegó unas palmaditas en la cara para que reaccionara y empezó a llorar, así que le metió teta de nuevo, me fui a la cama y Claudia me siguió, ya sabía cuál era la rutina de noche.

Me acosté en la cama a descansar y ella se metió dejando a la bebé a mi lado, y bajó entre mis piernas comiéndome la polla y chupando mis huevos. Así me gustaba dormir, con la boca de la jovencita claudita en mi intimidad. Como una perrita necesitada de la leche de su dueño.

Mañana por la mañana era fin de semana, así que seguramente entrenaria mejor a Emily.
 
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