la primera

adrianaaaaa

Virgen
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No decÃ*a nada, me cogió de las manos, me levantó del sillón, yo no sabÃ*a de qué iba eso, de nuevo estaba atrapada por su sutilidad, no sabÃ*a si me iba a echar de su casa, si me iba a abrazar, no tenÃ*a ni idea, era tan misteriosa…
Me guió hasta su habitación, seguÃ*a sin hablar, yo estaba inquietándome, estaba muy nerviosa, alo mejor no le habÃ*a sentado mal y me iba a matar, mi cabeza estaba pensando en los casos extremos.
Me dejó allÃ* parada, quieta, inmóvil, se alejó para cerrar la puerta, se acercaba a mi, la habitación estaba oscura, solo se veÃ*a un poco de luz a través de las ventanas, el olor de su habitación era tan fresco.
A cada paso que daba mi piernas flaqueaban más, llegó a estar justamente a pocos segundos de distancia hacia mÃ*, aunque temÃ*a se me hacÃ*an eternos, ella con su mano soltó su pelo largo, liso, dándome una perfecta imagen de ella.
Acto seguido soltó el mÃ*o, me acercó a ella tomándome de la nuca con una mano, con la otra acercaba el resto de mi cuerpo de la cintura, yo era un muñeco en sus suaves manos.
ParecÃ*a que no se iba a atrever a besarme, lo estaba deseando pero era la primera vez que estaba asÃ* con una chica, lo que me asustaba mucho, querÃ*a escapar de su poder, pero sus manos me ataban, querÃ*a besarle pero la distancia y la timidez me lo impedÃ*a.
Entonces fue cuando nos juntamos totalmente en un beso perfecto, mágico, jamás habÃ*a sentido otro igual que ese, unos labios tan suaves, tan sabrosos, me encantaba. Se separó de mÃ* y me miró:
espero que sientas lo mismo que anoche, llevo un tiempo queriendo tenerte aquÃ*, sin importar nada….- iba a volver a besarme cuando una imagen se vino a mi cabeza.
Espera Sara, por favor, es mi primera vez con una mujer y no se de que va esto…
No tienes que tener vergüenza y yasta, es lo único, asÃ* que no te preocupes…- dijo acariciando mi pelo.
Me tenÃ*a totalmente a sus órdenes, su mirada tan oscura calaba en lo más profundo de mÃ*, prendiendo los deseos que ya tuve en otras ocasiones, me volvió a besar, pero esta vez se lo contesté.
Sus labios cogÃ*an los mÃ*os, mi lengua buscó la suya y la encontró deseando juntarse, era perfecto, me sentÃ*a muy bien, me daba tanto placer besarla… sus manos comenzaban a colarse bajo mi ropa, las mÃ*as aun no sabÃ*an que hacer.
Sara vio que necesitaba un empujón para quitarme la vergüenza con sus manos guió las mÃ*as sobre su piel, estaba tan suave, me gustaba tanto ese tacto que solo necesitó poner mis manos en su piel para que me fuera a viajar por ella, se separó divertida:
vaya, parece que ya se te está quitando el miedo, quiero que disfrutes de esto igual que lo voy a hacer yo, te deseo.- yo me habÃ*a convertido en una adicta a ella.
Esta vez tomé yo la iniciativa, la besé, recorrÃ* su costillar, arrancando suspiros de su garganta, ella se dejaba hacer, sin duda estaba disfrutando lo mismo que yo disfrutaba al recorrerla.
Apartó mis manos, con una me las agarró por detrás de la espalda, ella sonreÃ*a mientras yo estaba muy excitada por lo que estaba viviendo, me dio un suave beso en los labios y comenzó a darme pequeños besos en la mejilla, cada vez descendÃ*an más.
Llegó a mi cuello, donde esos besos producÃ*an en mÃ* una sensación de frÃ*o y placer, pero aumentaban más el calor de mi vagina. Yo jamás habÃ*a sentido tanto placer, tanta delicadeza, su lengua quemaba cada milÃ*metro de mi piel, sus pequeños mordiscos erizaban mi bello.
Soltó mis manos y yo la agarre de la espalda para que no se separara, sus manos de nuevo retomaron la tarea de colarse bajo mi camiseta, yo gemÃ*a, estaba totalmente llena de placer.
Quitó mi camiseta y se arrodilló frente a mi, me sorprendió un poco, pero al instante comenzó a besar mi vientre, subÃ*a por mi pecho al nacimiento de mis senos y yo me deshacÃ*a, bajaba casi hasta el monte de Venus y yo me derretÃ*a.
Se levantó y me empujó a la cama, me tiró en ella literalmente, ella se colocó sobre mi vagina, sentada abierta de piernas, dejándome contemplar de nuevo su belleza, entonces se quitó la camiseta, yo no me creÃ*a que por fin estuviera viendo esa imagen.
Se agachó sobre mi, se apoyaba en sus manos que hacÃ*an de jaula a cada lado de mis hombros y nos besamos, yo me agarré a su trasero, lo que le encantó, metÃ* mis manos bajo sus pantaloncitos, lo masajeaba.
Se colocó de manera que una de sus piernas quedara entre las mÃ*as, produciendo un roce mutuo que me encantaba, la presión que ejercÃ*an esos movimientos, su boca de nuevo en mi cuello, sus manos en mi costillar, acariciando mi vientre, levantándome, acercándome a ella, tirando de mi cintura, el calor de su cuerpo, todo me tenÃ*a en tal situación que estaba apunto de correrme.
Era maravilloso, sentÃ*a tanto placer que los suspiros se hacÃ*an gemidos, echaba la cabeza hacia atrás porque no podÃ*a contener tanto placer, mi espalda se arqueaba ofreciéndole mi cuerpo a esa diosa.
En ese momento aprovechó para quitarme el sujetador, sus ojos brillaban en la oscuridad ambiental, su sonrisa me indicó lo mucho que iba a disfrutar de mÃ*, me besó con ternura, aun tenÃ*a miedo de que me echara para atrás, pero eso era imposible.
Bajó a mis pechos y comenzó a comérselos, dejando el roce, llenado mi cuerpo de otro placer distinto, su boca cogÃ*a mis pezones y los sorbÃ*a, lamÃ*a la aureola de estos y yo estaba totalmente rendida, los mordÃ*a como gominolas.
Cuando daba a uno su tratamiento se iba al otro, mi respiración se agitaba aun más, el pulso estaba muy acelerado, su mano se coló bajo mi pantalón y bajo mis braguitas, subió a besarme, mientras se colocaba otra vez en esa postura masajeando mi clÃ*toris.
Se apoyaba en la mano que le quedaba libre, estaba casi corriéndome, comenzó el movimiento de nuevo, pero ahora me daba más placer aun, su pulgar presionaba mi clÃ*toris y tres de sus dedos me penetraban, mientras el meñique se escurrÃ*a entre las nalgas de mi trasero.
Era tanto placer que no me pude contener y me corrÃ*, mi cuerpo estaba totalmente tensión, mi vagina se contraÃ*a a un ritmo frenético, mi pulso se aceleraba tanto que creÃ* que me iba a dar un infarto, estaba expulsando todo el placer de golpe y era una sensación increÃ*ble, alcancé el clÃ*max entre gemidos, estando debajo de ella.
Me dio unos minutos de descanso en los que estuvo besando y acariciando todo mi cuerpo, cuando me vio más relajada me quitó los pantalones y las braguitas, y comencé a excitarme de nuevo.
Me besó mientras sus manos se metÃ*an debajo de mi, agarrando mi culo, apretándolo, de repente me volvÃ* a sentir caliente, del mismo modo que antes:
ese era el principio, te voy a enseñar otra parte, quiero que hoy sea un dÃ*a especial para ambas.- dijo dándome pequeños besitos que bajaban de mi frente, por mi nariz y hasta mi boca ansiosa de volver a recibirla.
Ya lo es, es maravilloso que esté aquÃ* contigo.- la verdad es que sentÃ*a algo en mi interior que no habÃ*a sentido con nadie, me sentÃ*a tan bien y a gusto con ella… quizá eso fuera el amor.
Bajo besando suavemente mi cuerpo, besó mi monte de Venus y con cuidado separó mis piernas, y se acercó tanto a mi vagina que el aire de sus pulmones me llenaba de placer.
Pero fue entonces cuando se fue a la parte interna de mis muslos devorándola, sus mordiscos, sus lamidas me estaban llevando al punto de retorcerme, era increÃ*ble lo fácilmente que esa mujer me ponÃ*a al borde del orgasmo.
Poco a poco se iba acercando al punto en el que deseaba sentirla, mis pulmones se volvÃ*an a acelerar haciendo que suspirara, cuanto más se acercaba más despacio iba, haciendo que cada beso me llenara más que el anterior.
Entonces llegó y con pasó un dedo suavemente de arriba abajo, esto me transportó a otra dimensión, pero cuando sentÃ* su lengua rozar de abajo a arriba me estremecÃ* de tal manera que todo mi interior volvÃ*a a estar rebosando placer.
Una vez me tuvo donde querÃ*a comenzó a lamer cada zona, cada rincón de mi vagina haciendo que gimiera, que me retorciera, chupó mi clÃ*toris y jugó con el, bajó de nuevo y me penetraba con su lengua, llegaba al punto g con ella y lo estimulaba con maestrÃ*a, yo estaba casi corriéndome de nuevo.
Metió de nuevo sus dedos, empezando con un ritmo muy acelerado, mientras lamÃ*a y sorbÃ*a mi clÃ*toris, yo comencé a correrme de nuevo, sentÃ*a tanto placer que cogÃ* su cabeza para que no me dejara sin terminar, no querÃ*a que esa sensación se acabara nunca.
La convulsiones volvieron a ser brutales, mis gemidos se oirÃ*an hasta en mi casa seguro pero Sara no me dejaba tregua. Cuando terminé de correrme subió me besó muy tiernamente.
Se tumbó sobre mÃ*, acariciando mi cuerpo, tranquilizando la tormenta que habÃ*a desatado, cuando me dijo:
¿qué tal?
Me siento mejor que nunca, es el mejor sexo que jamás he tenido, de verdad Sara.
Me encanta que haya sido conmigo, hablando en serio, llevaba mucho tiempo esperando esto, me encantas.
Entonces me di cuenta de que ella aun tenÃ*a puestos sus pantalones, me puse sobre ella y comencé a besarla, ya no tenÃ*a miedo ni vergüenza, solo querÃ*a que supiera lo que me habÃ*a hecho sentir.
Ella recorrÃ*a mi espalda con sus manos, mientras yo comenzaba con el roce que me habÃ*a enseñado, mordiendo el lóbulo de su oreja, lamiéndolo, bajando a su cuello, con este disfrute especialmente.
Me encantaba el olor de esa mujer, ese aroma tan dulce… me enloquecÃ*a, me dejé llevar por la intensidad de sus suspiros que se convirtieron en gemidos, notaba como cada vez que me acercaba más a sus pechos se aumentaba su respiración, mis manos bajaban por su barriga que me indicaba donde querÃ*a que llegara con ellas.
Quité su sujetador para admirar esos senos en los que tanto habÃ*a pensado, sus pezones estaban totalmente erectos, comencé a morderlos con delicadeza, a masajear el que no podÃ*a disfrutar todavÃ*a.
Los lamÃ*a, los mordÃ*a, me encantaban, sus uñas se clavaban en mi, su voz decÃ*a entre gemido y gemido que no parase, que lo estaba haciendo muy bien, y asÃ* lo hice. Bajé por su vientre pero dejé mis manos masajeando esas delicias, me encantaba sentir como se retorcÃ*a su cuerpo bajo el mÃ*o.
Quité sus pantalones y sus braguitas, pero yo al contrario que ella no pude esperar, notaba que su excitación era tan grande que si la dejaba escapar serÃ*a una lástima, aun asÃ* no fui muy brusca.
Su olor era muy intenso, me gustaba tanto que serÃ*a otro motivo por el que me estaba haciendo adicta a ella. Di una tÃ*mida lamida y sentÃ* como se estremecÃ*a soltando un leve gemido al igual que yo antes.
Admiraba aquello tan hermoso, aun a oscuras se notaba perfectamente depilado asÃ* que comencé a pasar mi lengua, la metÃ* en su interior donde el sabor era más intenso, la penetraba como si fuera un pene.
Ella estaba muy acelerada, saqué mi lengua de dentro para lamer su clÃ*toris, ella gemÃ*a cada vez más fuerte, sus caderas se movÃ*an solas, entonces creÃ* que era el momento oportuno para meter mis dedos.
Al igual que ella le metÃ* tres, para hacerlo más intenso se los metÃ* a la misma vez, sentÃ*a como sus paredes vaginales se tensaban, su cuerpo estaba totalmente tenso y sus gemidos eran tan provocadores que me volvÃ*an a encender.
Aceleré el ritmo de mis dedos, querÃ*a que tuviera el orgasmo más intenso que le hubieran dado, no me daba miedo hacerle daño, era una velocidad vertiginosa, y comenzaron unas contracciones en las paredes, dejé los dedos dentro para sentirlas, ella retorcÃ*a su espalda gimiendo, lamÃ* los lÃ*quidos que salieron.
SubÃ* a ver su cara, estaba totalmente agotada, entre sudor y una respiración muy agitada pero era preciosa, cogió mi cara y me besó de manera apasionada, me tumbé a su lado y ahora era yo quien la acariciaba:
dime la verdad ¿es tu primera vez?
Si, ¿te he hecho daño?, lo siento…
Que va, que me has dado el orgasmo más intenso y mejor que nadie me ha dado, me cuesta creer que sea tu primera vez.
Pues lo es, y ahora se que he buscado todo este tiempo lo que no querÃ*a, me encantas Sara, me fascinas.
Si quieres podrÃ*amos mantener algo…
No se, sabes que no serÃ*a bueno que se enterara mi madre, tu eres su amiga.
No tiene por qué enterarse, puede ser algo tuyo y mÃ*o por ahora, si vemos que va bien pues ya veremos, pero aunque sea ten algo conmigo, aunque sea un tiempo solo, sabes que me gusta hablar contigo, estar a tu lado… te quiero Inés me gusta todo en ti.
Hay algo más, ¿qué pasa con JoaquÃ*n?
Bueno, vuelve el martes, además debo contarte algo…
¿el qué?
Es algo que solo tu madre sabe, lo nuestro es un matrimonio de conveniencia, yo digo a los demás que el va a ver a su tÃ*o, pero no, el va a ver a su amante, tanto el como yo somos homosexuales…- la abracé.
¿entonces por qué os casasteis?
Porque sus padres no asumen que sea gay, asÃ* que nos hacemos ese favor, vivimos juntos pero no hay nada más que una simple amistad, el tiene su pareja, y yo estoy sola, y quizá esté encontrando a la mÃ*a…
En ese momento entendÃ* por qué mi madre me dijo que tuviera cuidado, porque ella sabÃ*a que Sara era les, pero lo que mi madre no se imaginó que desde ese dÃ*a yo también descubrÃ* que lo soy.
La relación duro dos años, al final lo dejamos, las cosas cambiaron bastante, ni ella ni yo tuvimos la culpa, mi madre se enteró al año, solo lo sabÃ*amos JoaquÃ*n, mi madre y nosotras.
No sabemos como pero entre sus amigas se descubrió algo, y ella no querÃ*a que me avergonzase de estar con una mujer que tenÃ*a 13 años más que yo, nunca lo hice, siempre estuve orgullosa de lo que tenÃ*amos.
Yo la amaba con locura, pero esa diferencia de edad le provocaba celos de todas las chicas con las que hablaba, una noche estuvimos hablando tranquilamente y me lo reconoció:
Inés tienes razón, esto no puede seguir asÃ*, tu eres joven, y aunque se que me quieres no puedo dejar de pensar en que desperdicias tu tiempo conmigo…- dijo llorando.
Sara, si lo sabes no te comportes asÃ*, no quiero que esto se termine, te quiero tanto que soy capaz de todo por mantener esto.- dije abrazándola.
Lo siento, quizá yo deba estar con alguien más mayor y tu con alguien más de tu edad, por favor no me lo pongas más difÃ*cil…- se derrumbó sobre mi hombro.
No quiero dejarte, no quiero que salgas de mi vida, por favor no me hagas esto.
Sabes que es lo mejor, que tu debes disfrutar, por favor, piensa en que cuando tengas 30 años estarás con una abuela de 42.
Joder que no, que no quiero ni más jóvenes, ni más mayores, que solo te quiero a ti, yo no te voy a dejar, lo hemos hablado mil veces y te he dejado claro que la edad es lo de menos y lo sabes…
Pues lo siento, sabes que me tengo que arrancar el corazón pero esto tiene que acabar, no quiero despertar y ver tu juventud gastándose con una persona mayor, me sentiré mejor si haces tu vida sin mÃ*…- solamente dijo eso, se fue, llorando y me dejó destrozada.
Me morÃ*a cada mañana que despertaba sin ella, cada dÃ*a que pasaba sin verla, no me llamaba, estaba apunto de morirme pero sentÃ*a que ella estaba en el mismo estado que yo, habÃ*an sido dos años y nos iba costar superarlo.
Con el paso del tiempo me acostumbré a la soledad, pero tardé mucho en volver a tener una relación, y las que tuve fueron de una noche, no me sentÃ*a preparada para estar con alguien que no fuera ella, sentÃ*a que le era infiel.
Ahora mantengo una relación, han pasado 8 años y es una relación estable, me consta que ella también tiene una, pero aun asÃ* seguimos en contacto, ella me ayuda, yo la ayudo, y la mayorÃ*a de recuerdos que guardo de ella son buenos, sin duda era una mujer impresionante y lo sigue siendo.
 

cyrus666

Pajillero
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la primra vz s maraviyoso pro si s con 1 mujr d tu familia es mas caliente :thumbsup:
 

beamorx

Virgen
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boof que buen relato... me recuerda a mi primera vez con una mujer, tb mayor que yo... me pusiste a 100
gracias
 

richardabell

Virgen
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No dec�*a nada, me cogió de las manos, me levantó del sillón, yo no sab�*a de qué iba eso, de nuevo estaba atrapada por su sutilidad, no sab�*a si me iba a echar de su casa, si me iba a abrazar, no ten�*a ni idea, era tan misteriosa…
Me guió hasta su habitación, segu�*a sin hablar, yo estaba inquietándome, estaba muy nerviosa, alo mejor no le hab�*a sentado mal y me iba a matar, mi cabeza estaba pensando en los casos extremos.
Me dejó all�* parada, quieta, inmóvil, se alejó para cerrar la puerta, se acercaba a mi, la habitación estaba oscura, solo se ve�*a un poco de luz a través de las ventanas, el olor de su habitación era tan fresco.
A cada paso que daba mi piernas flaqueaban más, llegó a estar justamente a pocos segundos de distancia hacia m�*, aunque tem�*a se me hac�*an eternos, ella con su mano soltó su pelo largo, liso, dándome una perfecta imagen de ella.
Acto seguido soltó el m�*o, me acercó a ella tomándome de la nuca con una mano, con la otra acercaba el resto de mi cuerpo de la cintura, yo era un muñeco en sus suaves manos.
Parec�*a que no se iba a atrever a besarme, lo estaba deseando pero era la primera vez que estaba as�* con una chica, lo que me asustaba mucho, quer�*a escapar de su poder, pero sus manos me ataban, quer�*a besarle pero la distancia y la timidez me lo imped�*a.
Entonces fue cuando nos juntamos totalmente en un beso perfecto, mágico, jamás hab�*a sentido otro igual que ese, unos labios tan suaves, tan sabrosos, me encantaba. Se separó de m�* y me miró:
espero que sientas lo mismo que anoche, llevo un tiempo queriendo tenerte aqu�*, sin importar nada….- iba a volver a besarme cuando una imagen se vino a mi cabeza.
Espera Sara, por favor, es mi primera vez con una mujer y no se de que va esto…
No tienes que tener vergüenza y yasta, es lo único, as�* que no te preocupes…- dijo acariciando mi pelo.
Me ten�*a totalmente a sus órdenes, su mirada tan oscura calaba en lo más profundo de m�*, prendiendo los deseos que ya tuve en otras ocasiones, me volvió a besar, pero esta vez se lo contesté.
Sus labios cog�*an los m�*os, mi lengua buscó la suya y la encontró deseando juntarse, era perfecto, me sent�*a muy bien, me daba tanto placer besarla… sus manos comenzaban a colarse bajo mi ropa, las m�*as aun no sab�*an que hacer.
Sara vio que necesitaba un empujón para quitarme la vergüenza con sus manos guió las m�*as sobre su piel, estaba tan suave, me gustaba tanto ese tacto que solo necesitó poner mis manos en su piel para que me fuera a viajar por ella, se separó divertida:
vaya, parece que ya se te está quitando el miedo, quiero que disfrutes de esto igual que lo voy a hacer yo, te deseo.- yo me hab�*a convertido en una adicta a ella.
Esta vez tomé yo la iniciativa, la besé, recorr�* su costillar, arrancando suspiros de su garganta, ella se dejaba hacer, sin duda estaba disfrutando lo mismo que yo disfrutaba al recorrerla.
Apartó mis manos, con una me las agarró por detrás de la espalda, ella sonre�*a mientras yo estaba muy excitada por lo que estaba viviendo, me dio un suave beso en los labios y comenzó a darme pequeños besos en la mejilla, cada vez descend�*an más.
Llegó a mi cuello, donde esos besos produc�*an en m�* una sensación de fr�*o y placer, pero aumentaban más el calor de mi vagina. Yo jamás hab�*a sentido tanto placer, tanta delicadeza, su lengua quemaba cada mil�*metro de mi piel, sus pequeños mordiscos erizaban mi bello.
Soltó mis manos y yo la agarre de la espalda para que no se separara, sus manos de nuevo retomaron la tarea de colarse bajo mi camiseta, yo gem�*a, estaba totalmente llena de placer.
Quitó mi camiseta y se arrodilló frente a mi, me sorprendió un poco, pero al instante comenzó a besar mi vientre, sub�*a por mi pecho al nacimiento de mis senos y yo me deshac�*a, bajaba casi hasta el monte de Venus y yo me derret�*a.
Se levantó y me empujó a la cama, me tiró en ella literalmente, ella se colocó sobre mi vagina, sentada abierta de piernas, dejándome contemplar de nuevo su belleza, entonces se quitó la camiseta, yo no me cre�*a que por fin estuviera viendo esa imagen.
Se agachó sobre mi, se apoyaba en sus manos que hac�*an de jaula a cada lado de mis hombros y nos besamos, yo me agarré a su trasero, lo que le encantó, met�* mis manos bajo sus pantaloncitos, lo masajeaba.
Se colocó de manera que una de sus piernas quedara entre las m�*as, produciendo un roce mutuo que me encantaba, la presión que ejerc�*an esos movimientos, su boca de nuevo en mi cuello, sus manos en mi costillar, acariciando mi vientre, levantándome, acercándome a ella, tirando de mi cintura, el calor de su cuerpo, todo me ten�*a en tal situación que estaba apunto de correrme.
Era maravilloso, sent�*a tanto placer que los suspiros se hac�*an gemidos, echaba la cabeza hacia atrás porque no pod�*a contener tanto placer, mi espalda se arqueaba ofreciéndole mi cuerpo a esa diosa.
En ese momento aprovechó para quitarme el sujetador, sus ojos brillaban en la oscuridad ambiental, su sonrisa me indicó lo mucho que iba a disfrutar de m�*, me besó con ternura, aun ten�*a miedo de que me echara para atrás, pero eso era imposible.
Bajó a mis pechos y comenzó a comérselos, dejando el roce, llenado mi cuerpo de otro placer distinto, su boca cog�*a mis pezones y los sorb�*a, lam�*a la aureola de estos y yo estaba totalmente rendida, los mord�*a como gominolas.
Cuando daba a uno su tratamiento se iba al otro, mi respiración se agitaba aun más, el pulso estaba muy acelerado, su mano se coló bajo mi pantalón y bajo mis braguitas, subió a besarme, mientras se colocaba otra vez en esa postura masajeando mi cl�*toris.
Se apoyaba en la mano que le quedaba libre, estaba casi corriéndome, comenzó el movimiento de nuevo, pero ahora me daba más placer aun, su pulgar presionaba mi cl�*toris y tres de sus dedos me penetraban, mientras el meñique se escurr�*a entre las nalgas de mi trasero.
Era tanto placer que no me pude contener y me corr�*, mi cuerpo estaba totalmente tensión, mi vagina se contra�*a a un ritmo frenético, mi pulso se aceleraba tanto que cre�* que me iba a dar un infarto, estaba expulsando todo el placer de golpe y era una sensación incre�*ble, alcancé el cl�*max entre gemidos, estando debajo de ella.
Me dio unos minutos de descanso en los que estuvo besando y acariciando todo mi cuerpo, cuando me vio más relajada me quitó los pantalones y las braguitas, y comencé a excitarme de nuevo.
Me besó mientras sus manos se met�*an debajo de mi, agarrando mi culo, apretándolo, de repente me volv�* a sentir caliente, del mismo modo que antes:
ese era el principio, te voy a enseñar otra parte, quiero que hoy sea un d�*a especial para ambas.- dijo dándome pequeños besitos que bajaban de mi frente, por mi nariz y hasta mi boca ansiosa de volver a recibirla.
Ya lo es, es maravilloso que esté aqu�* contigo.- la verdad es que sent�*a algo en mi interior que no hab�*a sentido con nadie, me sent�*a tan bien y a gusto con ella… quizá eso fuera el amor.
Bajo besando suavemente mi cuerpo, besó mi monte de Venus y con cuidado separó mis piernas, y se acercó tanto a mi vagina que el aire de sus pulmones me llenaba de placer.
Pero fue entonces cuando se fue a la parte interna de mis muslos devorándola, sus mordiscos, sus lamidas me estaban llevando al punto de retorcerme, era incre�*ble lo fácilmente que esa mujer me pon�*a al borde del orgasmo.
Poco a poco se iba acercando al punto en el que deseaba sentirla, mis pulmones se volv�*an a acelerar haciendo que suspirara, cuanto más se acercaba más despacio iba, haciendo que cada beso me llenara más que el anterior.
Entonces llegó y con pasó un dedo suavemente de arriba abajo, esto me transportó a otra dimensión, pero cuando sent�* su lengua rozar de abajo a arriba me estremec�* de tal manera que todo mi interior volv�*a a estar rebosando placer.
Una vez me tuvo donde quer�*a comenzó a lamer cada zona, cada rincón de mi vagina haciendo que gimiera, que me retorciera, chupó mi cl�*toris y jugó con el, bajó de nuevo y me penetraba con su lengua, llegaba al punto g con ella y lo estimulaba con maestr�*a, yo estaba casi corriéndome de nuevo.
Metió de nuevo sus dedos, empezando con un ritmo muy acelerado, mientras lam�*a y sorb�*a mi cl�*toris, yo comencé a correrme de nuevo, sent�*a tanto placer que cog�* su cabeza para que no me dejara sin terminar, no quer�*a que esa sensación se acabara nunca.
La convulsiones volvieron a ser brutales, mis gemidos se oir�*an hasta en mi casa seguro pero Sara no me dejaba tregua. Cuando terminé de correrme subió me besó muy tiernamente.
Se tumbó sobre m�*, acariciando mi cuerpo, tranquilizando la tormenta que hab�*a desatado, cuando me dijo:
¿qué tal?
Me siento mejor que nunca, es el mejor sexo que jamás he tenido, de verdad Sara.
Me encanta que haya sido conmigo, hablando en serio, llevaba mucho tiempo esperando esto, me encantas.
Entonces me di cuenta de que ella aun ten�*a puestos sus pantalones, me puse sobre ella y comencé a besarla, ya no ten�*a miedo ni vergüenza, solo quer�*a que supiera lo que me hab�*a hecho sentir.
Ella recorr�*a mi espalda con sus manos, mientras yo comenzaba con el roce que me hab�*a enseñado, mordiendo el lóbulo de su oreja, lamiéndolo, bajando a su cuello, con este disfrute especialmente.
Me encantaba el olor de esa mujer, ese aroma tan dulce… me enloquec�*a, me dejé llevar por la intensidad de sus suspiros que se convirtieron en gemidos, notaba como cada vez que me acercaba más a sus pechos se aumentaba su respiración, mis manos bajaban por su barriga que me indicaba donde quer�*a que llegara con ellas.
Quité su sujetador para admirar esos senos en los que tanto hab�*a pensado, sus pezones estaban totalmente erectos, comencé a morderlos con delicadeza, a masajear el que no pod�*a disfrutar todav�*a.
Los lam�*a, los mord�*a, me encantaban, sus uñas se clavaban en mi, su voz dec�*a entre gemido y gemido que no parase, que lo estaba haciendo muy bien, y as�* lo hice. Bajé por su vientre pero dejé mis manos masajeando esas delicias, me encantaba sentir como se retorc�*a su cuerpo bajo el m�*o.
Quité sus pantalones y sus braguitas, pero yo al contrario que ella no pude esperar, notaba que su excitación era tan grande que si la dejaba escapar ser�*a una lástima, aun as�* no fui muy brusca.
Su olor era muy intenso, me gustaba tanto que ser�*a otro motivo por el que me estaba haciendo adicta a ella. Di una t�*mida lamida y sent�* como se estremec�*a soltando un leve gemido al igual que yo antes.
Admiraba aquello tan hermoso, aun a oscuras se notaba perfectamente depilado as�* que comencé a pasar mi lengua, la met�* en su interior donde el sabor era más intenso, la penetraba como si fuera un pene.
Ella estaba muy acelerada, saqué mi lengua de dentro para lamer su cl�*toris, ella gem�*a cada vez más fuerte, sus caderas se mov�*an solas, entonces cre�* que era el momento oportuno para meter mis dedos.
Al igual que ella le met�* tres, para hacerlo más intenso se los met�* a la misma vez, sent�*a como sus paredes vaginales se tensaban, su cuerpo estaba totalmente tenso y sus gemidos eran tan provocadores que me volv�*an a encender.
Aceleré el ritmo de mis dedos, quer�*a que tuviera el orgasmo más intenso que le hubieran dado, no me daba miedo hacerle daño, era una velocidad vertiginosa, y comenzaron unas contracciones en las paredes, dejé los dedos dentro para sentirlas, ella retorc�*a su espalda gimiendo, lam�* los l�*quidos que salieron.
Sub�* a ver su cara, estaba totalmente agotada, entre sudor y una respiración muy agitada pero era preciosa, cogió mi cara y me besó de manera apasionada, me tumbé a su lado y ahora era yo quien la acariciaba:
dime la verdad ¿es tu primera vez?
Si, ¿te he hecho daño?, lo siento…
Que va, que me has dado el orgasmo más intenso y mejor que nadie me ha dado, me cuesta creer que sea tu primera vez.
Pues lo es, y ahora se que he buscado todo este tiempo lo que no quer�*a, me encantas Sara, me fascinas.
Si quieres podr�*amos mantener algo…
No se, sabes que no ser�*a bueno que se enterara mi madre, tu eres su amiga.
No tiene por qué enterarse, puede ser algo tuyo y m�*o por ahora, si vemos que va bien pues ya veremos, pero aunque sea ten algo conmigo, aunque sea un tiempo solo, sabes que me gusta hablar contigo, estar a tu lado… te quiero Inés me gusta todo en ti.
Hay algo más, ¿qué pasa con Joaqu�*n?
Bueno, vuelve el martes, además debo contarte algo…
¿el qué?
Es algo que solo tu madre sabe, lo nuestro es un matrimonio de conveniencia, yo digo a los demás que el va a ver a su t�*o, pero no, el va a ver a su amante, tanto el como yo somos homosexuales…- la abracé.
¿entonces por qué os casasteis?
Porque sus padres no asumen que sea gay, as�* que nos hacemos ese favor, vivimos juntos pero no hay nada más que una simple amistad, el tiene su pareja, y yo estoy sola, y quizá esté encontrando a la m�*a…
En ese momento entend�* por qué mi madre me dijo que tuviera cuidado, porque ella sab�*a que Sara era les, pero lo que mi madre no se imaginó que desde ese d�*a yo también descubr�* que lo soy.
La relación duro dos años, al final lo dejamos, las cosas cambiaron bastante, ni ella ni yo tuvimos la culpa, mi madre se enteró al año, solo lo sab�*amos Joaqu�*n, mi madre y nosotras.
No sabemos como pero entre sus amigas se descubrió algo, y ella no quer�*a que me avergonzase de estar con una mujer que ten�*a 13 años más que yo, nunca lo hice, siempre estuve orgullosa de lo que ten�*amos.
Yo la amaba con locura, pero esa diferencia de edad le provocaba celos de todas las chicas con las que hablaba, una noche estuvimos hablando tranquilamente y me lo reconoció:
Inés tienes razón, esto no puede seguir as�*, tu eres joven, y aunque se que me quieres no puedo dejar de pensar en que desperdicias tu tiempo conmigo…- dijo llorando.
Sara, si lo sabes no te comportes as�*, no quiero que esto se termine, te quiero tanto que soy capaz de todo por mantener esto.- dije abrazándola.
Lo siento, quizá yo deba estar con alguien más mayor y tu con alguien más de tu edad, por favor no me lo pongas más dif�*cil…- se derrumbó sobre mi hombro.
No quiero dejarte, no quiero que salgas de mi vida, por favor no me hagas esto.
Sabes que es lo mejor, que tu debes disfrutar, por favor, piensa en que cuando tengas 30 años estarás con una abuela de 42.
Joder que no, que no quiero ni más jóvenes, ni más mayores, que solo te quiero a ti, yo no te voy a dejar, lo hemos hablado mil veces y te he dejado claro que la edad es lo de menos y lo sabes…
Pues lo siento, sabes que me tengo que arrancar el corazón pero esto tiene que acabar, no quiero despertar y ver tu juventud gastándose con una persona mayor, me sentiré mejor si haces tu vida sin m�*…- solamente dijo eso, se fue, llorando y me dejó destrozada.
Me mor�*a cada mañana que despertaba sin ella, cada d�*a que pasaba sin verla, no me llamaba, estaba apunto de morirme pero sent�*a que ella estaba en el mismo estado que yo, hab�*an sido dos años y nos iba costar superarlo.
Con el paso del tiempo me acostumbré a la soledad, pero tardé mucho en volver a tener una relación, y las que tuve fueron de una noche, no me sent�*a preparada para estar con alguien que no fuera ella, sent�*a que le era infiel.
Ahora mantengo una relación, han pasado 8 años y es una relación estable, me consta que ella también tiene una, pero aun as�* seguimos en contacto, ella me ayuda, yo la ayudo, y la mayor�*a de recuerdos que guardo de ella son buenos, sin duda era una mujer impresionante y lo sigue siendo.


super hot ese relato......
 
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