LA PERVERSIDAD DE PILI II
Pili se despertó tarde, la curiosidad la hizo mirar al chalet del vecino, observo que no había actividad y se dirigió a la cocina, se preparó una buena taza de café y salió al balcón a fumarse un cigarro, otra vez su mirada se posó en casa del vecino, no pudo evitar pensar en lo acontecido la noche anterior y en excitarse al recordarlo.
Se preparo la comida y se estiro en el sofá, aquella tarde sería solo relax y Netflix, empezó a ver una serie, el sonido riiing de la puerta de entrada le sobresalto, abrió la puerta y vio a Mabel, se quedo sorprendida y sonrojada.
- Me invitas a un café - dijo Mabel entrando en el chalet.
Pili se aparto y la dejo pasar, Mabel y Pili iban vestidas casi iguales, unas chanclas, una camiseta y un pantalón de deporte, al pasar delante de ella Pili noto que Mabel era un poco más alta que ella y aún sin maquillarse, era una mujer muy atractiva, se dirigieron a la cocina, una vez allí Pili preparo café en silencio.
- ¿No ésta tu hijo? - pregunto Mabel
-¡No estoy sola! - murmullo Pili - Se ha ido a pasar el fin de semana con su padre.
- ¿Estas nerviosa? - le dijo Mabel al notar a Pili inquieta.
- Me acabo de divorciar - contestó Pili alterada - tengo un hijo y lo de ayer me pillo un poco fuera de lugar… ¡Yo no soy así!
Pili le acerco la taza de café y Mabel le quito un cigarro y lo encendió desafiante, sabía que ella siempre salía a fumar fuera.
- ¿Y cómo eres? - le pregunto Mabel poniéndose delante de ella.
- Lo de ayer fue ilusorio, tan solo era una mujer que quería divertirse - susurró Pili - el divorcio me lo ha hecho pasar muy mal.
- ¿Y te divertiste? - le susurró Mabel con doble sentido.
Pili no quiso contestarle y se quedo en silencio, las manos de Mabel le acariciaban la cintura y Pili empezó a suspirar alterada.
- ¿Dime… te divertiste? - le volvió a preguntar Mabel
- ¡Si ¡ - contestó Pili excitada.
Mabel la agarro por la cintura y se abalanzo sobre Pili y la empezó a besar en el cuello y en los labios, Pili la intentó apartar con las manos.
- ¡No me gustan las mujeres! - grito Pili alterada.
- ¡No me importa! - le susurró Mabel que siguió acariciándola - ¡Me gusta tu cuerpo!
- ¡Déjame! - susurró Pili.
- ¡Me encanta que te pongas rebelde! - le murmuro Mabel mientras su mano se coló por debajo de la camiseta y le acaricio la espalda y luego los pechos.
- ¡Te lo suplico! - rogó Pili - ¡No sigas!
Mabel le subió la camiseta y sus manos empezaron a magrearle las tetas, Pili consentía en silencio las caricias, sus pezones se erguían y se ponían durísimos, una potente excitación le recorrió su cuerpo y no pudo reprimir emitir unos gemidos placenteros. Mabel era toda una experta y sabía que Pili ya era una presa fácil, su lengua le lamía los pezones y luego buscaba la boca de Pili, que aceptaba y se fundían en un morreo.
- ¡Mi hijo no puede enterarse de esto! - susurraba Pili entregada.
- ¡Estamos solas! - le murmullo Mabel - Nadie va a ver lo putita que te voy a poner.
- ¡Me he quedado tan sola después del divorcio! - se disculpaba Pili.
La lengua de Mabel le lamía los pezones que cada vez estaban más duros y lo alternaba frotándole suavemente con los dedos, luego los pellizcaba y para rematarlo los mordía y hacía como si los estirara lo que provocaba un placer desmedido en Pili que gemía descontroladamente.
- ¿Dónde ésta tu habitación? - le susurro Mabel - ¡Quiero comerte el chochito de divorciada que tienes!
- ¿Qué me vas a hacer? - pregunto excitada Pili.
- ¡Quiero follarte Pili! - le respondió tajantemente Mabel
Pili la cogió de la mano y la llevo a su habitación, se estiro en la cama, se quito las chanclas y el pantaloncito y se quedo desnuda con las piernas cerradas.
Mabel le abrió las piernas y se puso el pie de Pili en la boca y empezó a besarlo y luego chupárselo, le pasaba la lengua por la planta y luego se metía el dedo gordo dentro de la boca y lo chupaba y lo succionaba, Pili la miraba morbosamente mientras aumentaba su excitación, nadie le había chupado los pies y estaba descubriendo como la ponía cachonda al máximo.
- ¡Me gusta cómo te huelen los pies! - le admitió Mabel - ¡Me encanta que seas un poco marrana!
Mabel se sentó encima del estomago de Pili y se besaron entrelazando sus lenguas morbosamente.
- ¿Tú marido te comía el chochito? - le pregunto Mabel
- ¡No siempre lo hacía!
- ¡Todas las divorciadas se vuelven locas cuando les como el chocho por primera vez! - le anunció Mabel - ¡Pero a ti te lo voy a comer cómo a una puta!
Mabel se puso la pierna de Pili encima de su hombro y empezó a besarla por la pierna y bajando hacía su sexo.
- ¡Enséñame el chochito! - le pidió Mabel al tiempo que le apartaba la mano, Pili se lo tapaba avergonzada.
Mabel le abrió los labios vaginales con los dedos y le dio dos lametones, lo que provocaron que Pili se estremeciera y soltase unos gritos de sorpresa, Mabel empezó a lamerle el coño suave y lentamente, Pili arqueaba la espalda y se llevaba las manos a la cara mientras gemía placenteramente, la lengua de Mabel le estaba provocando un placer nunca antes experimentado.
- ¡ Pili tienes un chochito muy sabroso! - le murmullo Mabel - ¡me encanta comértelo!
- ¡Por dios! - suspiraba Pili - ¡Que me éstas haciendo!
Pili se retorcía placenteramente, el sexo lésbico la estaba llevando a las alturas del éxtasis, sus manos masajeaban la cabeza de Mabel.
- ¡No pares de comerme el coño! - sollozaba Pili deslenguada - ¡Me vas a volver loca!
- ¿Quieres correrte guarra?
- ¡Haz que me corra!... dame con tu lengua así y me corro rápido.
Mabel le abrió el coño y empezó a lamer y morder el clítoris de Pili que empezó a chillar y a estremecerse, Mabel sabía controlar los tiempos y donde dar y en qué momento y le mordió el clítoris y hizo como si quisiera estirarlo y eso provoco el primer orgasmo a Pili que se agito y enrosco sus piernas en el cuello de Mabel y se quedo un rato temblando mientras sus coño soltaba fluidos que empapaban la boca y la barbilla de Mabel.
Pili miro como la cara de Mabel estaba empapada de sus fluidos y apartó la mirada avergonzada por haberse corrido así.
- ¡Me encanta como te corres guarra! - le susurró Mabel que se dio cuenta del sentimiento de vergüenza que sentía Pili en aquel momento - ¿Te ha gustado?.
- ¡No sé que me ha pasado! - se disculpo Pili - me he vuelto loca.
Mabel le volvió a abrir las piernas y le metió un dedo en el coño y empezó a explorarlo, Pili se abrió de piernas al ver las intenciones y se acomodo en la cama.
- Pili tienes el chochito muy cerrado - le susurraba Mabel - ¡Estas muy mal follada!
Mabel le metió dos dedos en el coño y empezó a meterlos y sacarlos con suavidad y profundizando en el coño de Pili, poco a poco aumentaba la velocidad y Pili empezó a agitarse y arquear la espalda y gemir profundamente.
- ¡Te voy a follar bien follada!
Los dedos entraban y salían de sus coño y al sacarlos los abría y los giraba, los gritos de Pili le hacían saber cómo le gustaba y el placer que sentía.
- ¿Te gusta que te folle así Pili?
- ¡Nunca me han follado así! - sollozaba con la voz entrecortada.
- ¡Pídeme que te siga follando!
- ¡fóllame …. No pares de follarme!
Mabel aumento los movimientos y Pili gritaba placenteramente, Mabel le saco los dedos y empezó a frotar las yemas con el clítoris de Pili, al tiempo le metió un dedo en culo y lo penetro con fuerza.
- ¡Por ahí no! - chillo Pili con fuerza.
Mabel era una experta en llevar a cualquier hombre o mujer a límites extremos y siguió penetrándola y frotándole los dedos y enseguida le llegó el orgasmo a Pili que se quedo temblando en la cama, Mabel salió un momento mientras Pili se quedo acurrucada en la cama y unas lagrimas le asomaban por las mejillas y no pudo identificar si era un sentimiento negativo o placentero.
Mabel volvió a entrar en la habitación acompañada de Omar que estaba desnudando, Pili se tapo con las sabanas sonrojada, Mabel le estiro de las sabanas y le abrió las piernas.
- ¡Mira que chochito tiene la guarra! - le dijo Mabel a Omar - ¿Quieres follártela?
Omar se quedo mirando fijamente a Pili mientras se descapullaba su enorme falo amenazante.
Pili se despertó tarde, la curiosidad la hizo mirar al chalet del vecino, observo que no había actividad y se dirigió a la cocina, se preparó una buena taza de café y salió al balcón a fumarse un cigarro, otra vez su mirada se posó en casa del vecino, no pudo evitar pensar en lo acontecido la noche anterior y en excitarse al recordarlo.
Se preparo la comida y se estiro en el sofá, aquella tarde sería solo relax y Netflix, empezó a ver una serie, el sonido riiing de la puerta de entrada le sobresalto, abrió la puerta y vio a Mabel, se quedo sorprendida y sonrojada.
- Me invitas a un café - dijo Mabel entrando en el chalet.
Pili se aparto y la dejo pasar, Mabel y Pili iban vestidas casi iguales, unas chanclas, una camiseta y un pantalón de deporte, al pasar delante de ella Pili noto que Mabel era un poco más alta que ella y aún sin maquillarse, era una mujer muy atractiva, se dirigieron a la cocina, una vez allí Pili preparo café en silencio.
- ¿No ésta tu hijo? - pregunto Mabel
-¡No estoy sola! - murmullo Pili - Se ha ido a pasar el fin de semana con su padre.
- ¿Estas nerviosa? - le dijo Mabel al notar a Pili inquieta.
- Me acabo de divorciar - contestó Pili alterada - tengo un hijo y lo de ayer me pillo un poco fuera de lugar… ¡Yo no soy así!
Pili le acerco la taza de café y Mabel le quito un cigarro y lo encendió desafiante, sabía que ella siempre salía a fumar fuera.
- ¿Y cómo eres? - le pregunto Mabel poniéndose delante de ella.
- Lo de ayer fue ilusorio, tan solo era una mujer que quería divertirse - susurró Pili - el divorcio me lo ha hecho pasar muy mal.
- ¿Y te divertiste? - le susurró Mabel con doble sentido.
Pili no quiso contestarle y se quedo en silencio, las manos de Mabel le acariciaban la cintura y Pili empezó a suspirar alterada.
- ¿Dime… te divertiste? - le volvió a preguntar Mabel
- ¡Si ¡ - contestó Pili excitada.
Mabel la agarro por la cintura y se abalanzo sobre Pili y la empezó a besar en el cuello y en los labios, Pili la intentó apartar con las manos.
- ¡No me gustan las mujeres! - grito Pili alterada.
- ¡No me importa! - le susurró Mabel que siguió acariciándola - ¡Me gusta tu cuerpo!
- ¡Déjame! - susurró Pili.
- ¡Me encanta que te pongas rebelde! - le murmuro Mabel mientras su mano se coló por debajo de la camiseta y le acaricio la espalda y luego los pechos.
- ¡Te lo suplico! - rogó Pili - ¡No sigas!
Mabel le subió la camiseta y sus manos empezaron a magrearle las tetas, Pili consentía en silencio las caricias, sus pezones se erguían y se ponían durísimos, una potente excitación le recorrió su cuerpo y no pudo reprimir emitir unos gemidos placenteros. Mabel era toda una experta y sabía que Pili ya era una presa fácil, su lengua le lamía los pezones y luego buscaba la boca de Pili, que aceptaba y se fundían en un morreo.
- ¡Mi hijo no puede enterarse de esto! - susurraba Pili entregada.
- ¡Estamos solas! - le murmullo Mabel - Nadie va a ver lo putita que te voy a poner.
- ¡Me he quedado tan sola después del divorcio! - se disculpaba Pili.
La lengua de Mabel le lamía los pezones que cada vez estaban más duros y lo alternaba frotándole suavemente con los dedos, luego los pellizcaba y para rematarlo los mordía y hacía como si los estirara lo que provocaba un placer desmedido en Pili que gemía descontroladamente.
- ¿Dónde ésta tu habitación? - le susurro Mabel - ¡Quiero comerte el chochito de divorciada que tienes!
- ¿Qué me vas a hacer? - pregunto excitada Pili.
- ¡Quiero follarte Pili! - le respondió tajantemente Mabel
Pili la cogió de la mano y la llevo a su habitación, se estiro en la cama, se quito las chanclas y el pantaloncito y se quedo desnuda con las piernas cerradas.
Mabel le abrió las piernas y se puso el pie de Pili en la boca y empezó a besarlo y luego chupárselo, le pasaba la lengua por la planta y luego se metía el dedo gordo dentro de la boca y lo chupaba y lo succionaba, Pili la miraba morbosamente mientras aumentaba su excitación, nadie le había chupado los pies y estaba descubriendo como la ponía cachonda al máximo.
- ¡Me gusta cómo te huelen los pies! - le admitió Mabel - ¡Me encanta que seas un poco marrana!
Mabel se sentó encima del estomago de Pili y se besaron entrelazando sus lenguas morbosamente.
- ¿Tú marido te comía el chochito? - le pregunto Mabel
- ¡No siempre lo hacía!
- ¡Todas las divorciadas se vuelven locas cuando les como el chocho por primera vez! - le anunció Mabel - ¡Pero a ti te lo voy a comer cómo a una puta!
Mabel se puso la pierna de Pili encima de su hombro y empezó a besarla por la pierna y bajando hacía su sexo.
- ¡Enséñame el chochito! - le pidió Mabel al tiempo que le apartaba la mano, Pili se lo tapaba avergonzada.
Mabel le abrió los labios vaginales con los dedos y le dio dos lametones, lo que provocaron que Pili se estremeciera y soltase unos gritos de sorpresa, Mabel empezó a lamerle el coño suave y lentamente, Pili arqueaba la espalda y se llevaba las manos a la cara mientras gemía placenteramente, la lengua de Mabel le estaba provocando un placer nunca antes experimentado.
- ¡ Pili tienes un chochito muy sabroso! - le murmullo Mabel - ¡me encanta comértelo!
- ¡Por dios! - suspiraba Pili - ¡Que me éstas haciendo!
Pili se retorcía placenteramente, el sexo lésbico la estaba llevando a las alturas del éxtasis, sus manos masajeaban la cabeza de Mabel.
- ¡No pares de comerme el coño! - sollozaba Pili deslenguada - ¡Me vas a volver loca!
- ¿Quieres correrte guarra?
- ¡Haz que me corra!... dame con tu lengua así y me corro rápido.
Mabel le abrió el coño y empezó a lamer y morder el clítoris de Pili que empezó a chillar y a estremecerse, Mabel sabía controlar los tiempos y donde dar y en qué momento y le mordió el clítoris y hizo como si quisiera estirarlo y eso provoco el primer orgasmo a Pili que se agito y enrosco sus piernas en el cuello de Mabel y se quedo un rato temblando mientras sus coño soltaba fluidos que empapaban la boca y la barbilla de Mabel.
Pili miro como la cara de Mabel estaba empapada de sus fluidos y apartó la mirada avergonzada por haberse corrido así.
- ¡Me encanta como te corres guarra! - le susurró Mabel que se dio cuenta del sentimiento de vergüenza que sentía Pili en aquel momento - ¿Te ha gustado?.
- ¡No sé que me ha pasado! - se disculpo Pili - me he vuelto loca.
Mabel le volvió a abrir las piernas y le metió un dedo en el coño y empezó a explorarlo, Pili se abrió de piernas al ver las intenciones y se acomodo en la cama.
- Pili tienes el chochito muy cerrado - le susurraba Mabel - ¡Estas muy mal follada!
Mabel le metió dos dedos en el coño y empezó a meterlos y sacarlos con suavidad y profundizando en el coño de Pili, poco a poco aumentaba la velocidad y Pili empezó a agitarse y arquear la espalda y gemir profundamente.
- ¡Te voy a follar bien follada!
Los dedos entraban y salían de sus coño y al sacarlos los abría y los giraba, los gritos de Pili le hacían saber cómo le gustaba y el placer que sentía.
- ¿Te gusta que te folle así Pili?
- ¡Nunca me han follado así! - sollozaba con la voz entrecortada.
- ¡Pídeme que te siga follando!
- ¡fóllame …. No pares de follarme!
Mabel aumento los movimientos y Pili gritaba placenteramente, Mabel le saco los dedos y empezó a frotar las yemas con el clítoris de Pili, al tiempo le metió un dedo en culo y lo penetro con fuerza.
- ¡Por ahí no! - chillo Pili con fuerza.
Mabel era una experta en llevar a cualquier hombre o mujer a límites extremos y siguió penetrándola y frotándole los dedos y enseguida le llegó el orgasmo a Pili que se quedo temblando en la cama, Mabel salió un momento mientras Pili se quedo acurrucada en la cama y unas lagrimas le asomaban por las mejillas y no pudo identificar si era un sentimiento negativo o placentero.
Mabel volvió a entrar en la habitación acompañada de Omar que estaba desnudando, Pili se tapo con las sabanas sonrojada, Mabel le estiro de las sabanas y le abrió las piernas.
- ¡Mira que chochito tiene la guarra! - le dijo Mabel a Omar - ¿Quieres follártela?
Omar se quedo mirando fijamente a Pili mientras se descapullaba su enorme falo amenazante.