Verán primero que nada la tentación estuvo presente desde una tarde que pasamos muy unidos viendo películas, pues el contacto con ella y la atmósfera del momento hizo que mi cerebro comenzara a notar e imaginar cosas, sentía su calor corporal muy cerca, así como su suavidad y cariño maternal, pues siempre fuimos muy unidos y en el mundo sólo existimos ella y yo.
La situación comenzó a darme vueltas por la cabeza cada vez que la veía me imaginaba su cuerpo desnudo, su trasero inclinándose ante mí, su boca y mi boca uniéndose, la sensación de sus tetas en mis manos, la situación me empezaba a calentar pero al final no pasó nada ese día, pero algo sí cambió, pues a partir de ahí comencé a notar más sus movimientos, sus muestras de afecto y su cuerpo, sobre todo esto último pues de una noche para otra el instinto despertó en mí y aquella ya no era mi madre, por lo menos no a mis ojos, era una mujer con la que había vivido toda mi vida y que amaba por sobre todas las cosas y que pronto sería mía.
Mi ansia y deseo pudieron más que mi cordura y lo agradezco, pues hice todo lo posible para que notara mi interés hacia ella, tomaba mis precauciones, pero no demasiadas, a fin de cuentas, no quería que malinterpretar mis señales, si es cierto que ambos éramos muy cariñosos, los besos y abrazos eran normales, pero lo que hacía rozaba el pudor.
Lo primero que hice fue hurgar en el cajón de su ropa interior, tomaba un par de pantys y las desordenaba un poco, además de que mis manos casi actuaban solas, pues en los abrazos se iban más abajo de lo normal, en las tardes de descanso caían entre su escote, y mi boca también hacía de las suyas pues iba un poco más allá de la comisura de los labios, y bueno mi pene era otra cosa, pues indiscriminadamente tenía erecciones en su presencia, no tan evidentes, pero si se notaba un buen bulto, sobre todo cuando llegaba por atrás y me pegaba hacia ella con el pretexto de darle un abrazo.
Curiosamente mis señales no eran rechazadas, ni entre risas me decía que parara, por lo que entendí que estaban siendo recibidas, así que fui un paso más allá y comencé a comportarme más descaradamente, a veces paseaba en casa con los boxers más abajo de lo normal y con una erección ahora más evidente, entraba a su cuarto mientras se cambiaba, hacía comentarios sobre su cuerpo, "ese vestido resalta bien tu trasero", "esa blusa tiene demasiado escote", "me gusta cuando usas esos shorts, tus piernas resaltan", "oye ya no te pones esas pantys rosas, te quedaban muy lindas".
Al ser sincero obtenía respuestas sensatas y esas pláticas con el tiempo se volvieron cotidianas, el pudor se volvió casi inexistente, pues ella también ponía de su parte al entrar al baño mientras me bañaba con cualquier pretexto, también me hacía comentarios sobre mi ropa "esos pantalones están muy apretados, ¿Seguro que no te lastiman?" "Oye esos shorts están muy cortos", "Quítate la playera jajaja hace mucho calor". Al parecer ella también me estaba dando indirectas así que quise cruzar la barrera, ya no aguantaba más y si esperaba a lo mejor me arrepentía.
Un día como cualquier otro me decidí a actuar, el plan era contundente y directo, llegó la noche, terminamos de cenar y platicar sobre nuestro día, ambos subimos y ella se metió al baño, fui a su cuarto abrí la cama me desnudé completo y me cubrí con la ligera sábana, pues está dejaba ver qué una erección se estaba formando, fui paciente, y noté que mi mamá se tardaba más de lo normal, me empecé a impacientar, y casi desisto de lo que estaba haciendo, y casi bajando de su cama pude oír la puerta del baño abriéndose, el corazón me latía con fuerza podía sentir la sangre recorriendo mi cuerpo, mis manos se enfriaron ya no tardaba en llegar hasta la habitación, entró, llevaba una pijama de dos piezas bastante suave y calentita, como si nada, apagó la luz, fue hasta mí y me dio un beso en la frente después se dirigió al otro lado de la cama y se acostó
-Veo que quieres dormir esta noche aquí, no lo hacías desde hace años.
-Mamá, es que yo…
-Lo sé hijo…
-¿Desde cuándo?
-Lo primero que noté fue mi ropa interior desordenada, y después te pusiste muuuy cariñoso conmigo jaja
-Lo sabías desde el principio ¿Por qué no me dijiste nada?
-Ah el amor madre e hijo no conoce barreras, no quería incomodarte, parecía que estabas dispuesto a todo y me dio ternura ver a mi hijo hacer de todo para que su mamá lo notara.
-¿Entonces, vas a dejar que lo siga haciendo?
-Bueno, en realidad hoy en la cena te vi muy nervioso, sabía que ibas a intentar algo hoy y quería ver qué era antes de ponerle fin.
-Entiendo, creo que tienes razón, perdón mamá.
-No tienes porque pedirme perdón, no hiciste nada malo, además creo que me gustó ese coqueteo diario me hacía sentir feliz, quería saber con qué más me sorprenderías y para no desilusionarte te seguí un poco el juego.
-No tenías porqué hacerlo, hubiera entendido que estaba mal.
-Ay hijo, no es que este mal, pero debes de entender que soy tu mamá y te pasaré algunas cosas porque siempre nos hemos tenido el uno al otro así que es normal que terminara pasando esto, de alguna u otra forma creo que toda mamá sabe que algún día puede llegar a estar en esta situación.
-¿En serio?
-Sí, es más normal de lo que crees
-No tenía idea, entonces creo que debo irme.
-No tienes porque, te digo que ya hace tiempo que no pasamos una noche juntos y si te soy sincera, me gustaría que no dejaras de hacer todo lo que has estado haciendo.
-¿De verdad puedo seguir tocándote y mirándote?
-Sí, mira por ejemplo ahorita, ¿Te gusta mi pijama? Ven siente
-Sí, me gusta es muy suave y calientita
-Mira adentro, hijo mira mi sostén, me aprieta un poco ¿debería de quitarlo?
-Creo que sí mamá, estarás más cómoda.
-¿Me ayudas?
Mi mamá se sentó y me dio la espalda, levantó su blusa, y le desabroché el sostén, este cayó y pasó por sus brazos, se dio la vuelta y me dejó verla, sus senos eran preciosos, blancos, con unos pezones rosados y grandes.
-Ahora que lo pienso, no debí ponerme está pijama, es muy calurosa y estamos en verano, ayúdame con los pantalones
Se quitó de encima las sábanas y bajó los pantalones los tenía a media pierna cuando los tomé y se los quité los puse a un lado.
-Ahora sí vamos a dormir, mi amor, mira tú ya estabas fresco, ambos estamos casi desnudos y compartiremos la cama y no pasa nada ves como no tenías nada de qué disculparte.
En ese momento se tapó con las sábanas y se giró, dándome la espalda, yo me quedé de frente, pasaron unos minutos hasta que oí.
-Hijo, pensé que ibas a abrazarme, ¿no quieres hacerlo?
-Sí mamá perdón.
-Ven abraza a mamá como lo hiciste estos días.
Me di la vuelta y me acerqué a ella, pasé mis brazos por su cintura, mi cabeza estaba a unos centímetros de su pelo y por fin me topé con sus piernas y sus nalgas.
-Eso es amor, me encantan tus abrazos, pero pégate más a mí
Le hice caso pegué más mi cadera a su trasero, quería guardar un poco de distancia pues mi pene ya estaba con una gran erección, pero noté algo, hace rato había visto que usaba un cachetero y ahora sentía un trozo de tela por sus rodillas, acerqué más mi pene y sentí como sus nalgas se iban separando dejando entrar a mi pene, en ese momento entendí todo.
-Mamá, te amo
-Yo también te amo cariño
Mientras me decía eso me acomodé para penetrarla, seguía mi camino y tan solo guíe mi pene hasta sus labios, seguí mi camino y la humedad de la zona me calentaba cada vez más, lo estaba haciendo, estaba dentro de mi mamá, de la mujer que me dio la vida, ahora estábamos en la misma cama y la estaba haciendo mía, o más bien nos estábamos entregando el uno al otro, mi movimiento dentro de ella, el calor de su interior, la suavidad de su trasero y piernas, el olor a su perfume, su cabello su cuello, su espalda, la excitación del momento fue demasiada, no pude aguantar más que un par de segundos, no quería arruinar el momento por lo que no paré de moverme, ella me dijo que me pasaría algunas cosas, así que como su hijo me arriesgué, y después de un par de contracciones eyacule dentro de su útero, todo lo que había pasado para llegar hasta ahí estaba ahora dentro de mi mamá, mientras terminaba la sostuve muy fuerte contra mí, mientras besaba su cuello.
-Sí mi niño, hmmm está bien, no te preocupes, lo hiciste bien, lo disfruté mucho, ven, vamos a dormir, mañana será otro día.
La abracé desde atrás, pasé mis manos por sus senos, le di un beso en la espalda y nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente me desperté, la vi a mi lado, levanté un poco las sábanas, ahí estaba su trasero desnudo, grande y hermoso se veía algo húmedo alrededor de la unión de sus nalgas, su cachetero estaba más allá de sus pies, había pasado, no era un sueño, lo habíamos hecho
Estuve esperando ver su reacción al despertar, no sabía qué hacer, intenté menearme un poco para ver si comenzaba a menearse ella también, pero no sucedía nada, también pensé en tomar acción y despertarla con unos cuándo besos y toqueteo de su culo, pero era muy arriesgado pues ya me había dejado claro que me permitiría un par de cosas pero no sabía cuál era el límite, tal vez esa había sido mi única oportunidad, trate de dormir otra vez para tranquilizarme y esperar a que ella despertara y tomara acción. Casi pasó una hora cuando noté movimiento, y esto me decepcionó un poco pues sentí como se levantaba, después oí pasos, se abrió la puerta y caminó por el pasillo, ninguna palabra, a lo mejor no quería despertarme, después de unos segundos escuché como la regadera se abría, se está bañando, ¿Debería ir con ella? Me decidí pues ya habíamos pasado lo más difícil y estaba preparado para recibir cualquier respuesta, así como estaba me levanté y fui hasta el baño.
-Buenos días mamá, ¿Se puede? -Dije desde la entrada del baño.
-Buenos días hijo, espera tu turno ya casi salgo.
-Claro espero.
Lo sabía, esa fue la única vez que me dejaría hacerlo, pero me había dicho que le gustaban mis coqueteos así que no perdí el tiempo y fui directo a su cajón de ropa interior, lo abrí tome una tanga azul que tenía me senté sobre su cama y comencé a masturbarme con ella, pues con los recuerdos de la noche anterior y la vista de su cuerpo en la ducha, mi verga respondió de inmediato, quería que me viera por lo que iba lento en mis movimientos y tan solo tenía que esperar a que saliera, cuando terminó, fue directo al cuarto me vio sonrió y se comenzó a vestir.
-Ya te puedes bañar hijo, está bien que es sábado pero una ducha no te caería mal
-Sí tienes razón ma, ahorita me apuro
Por más que intentaba ser evidente al parecer ya no tendría más oportunidades, así que me fui al baño después me vestí, el olor a comida me quito los pensamientos de la cabeza, así que entré a la cocina, el desayuno ya estaba servido y nos pusimos a comer
-¿Qué vas a hacer hoy mamá?
-Hmmm pensaba en arreglar un poco la casa y después salir a comer, ¿Y tú?
-Hoy es mi día de descanso, pensaba en ayudarte
-Ay que lindo mi hijo, te acepto la ayuda, muchas gracias.
-Es lo menos que puedo hacer por tí después de dejarme hacer…
-Ni lo menciones, te dije que me lo pasé bien
-¿En serio? ¿Entonces?
-No amor, sólo quise hacerlo para que se te quitara la idea
-Pero…
-No nada de peros
-Solo me quedé con más ganas, es como tener una fruta jugosa y no poder comerla.
-Ay que cosas dices jaja, sabía que había ese riesgo, pero mira si de verdad lo necesitas, puedes traer a alguna amiguita aquí el día que quieras.
-Pero es que yo no quiero amiguitas
-Ay amor, es lo mejor, mira, yo, ya no estoy para eso y tú apenas vas iniciando, es normal que solo pienses en lo de ayer pero tienes que intentar nuevas cosas.
-Lo sé pero es más que una fantasía, cuando lo hicimos ayer, fue algo especial, y además fue muy rápido.
-Creo que tienes razón en eso, pero de todas formas no podemos seguir haciéndolo, somos madre e hijo.
-Mamá es que no entiendes mira… yo…
-Te diré que vamos a hacer, puedes "aliviar" tus ganas las veces que quieras y dónde quieras pero lo tienes que hacer tú, puedes usar mi ropa interior, puedes pedirme que me desnude, puedes hacerlo junto a mí sin importar dónde esté, claro mientras no sea en un lugar público ni esté alguien de visita.
-¿Puedo terminar dónde yo quiera?
-Siempre y cuando tú limpies después, ¿Entendido?
-Esta bien mamá, ¿A partir de cuándo?
-Cuando quieras
No perdí tiempo pues la tarea de hace un rato no había terminado, y con las palabras de mi mamá mi verga comenzó a crecer, así que aún sentados en la mesa, saqué mi verga y me comencé a masturbar frenéticamente, la piel bajaba y subía, la cabeza estaba roja por la presión, sentí que explotaría por lo que me acerqué a ella, hizo un gesto donde cerraba los ojos y se intentaba apartar un poco pero yo no estaba apuntando a su hermosa cara, descargué en un lugar más especial, de un momento a otro su taza de café ahora tenía una nata blanca encima, cuando abrió los ojos pues nada pasaba empezó a buscar la escena del crimen hasta que levantó su taza y la acercó para observar mejor.
-Oye, eso es hacer trampa, además sabes que no me gusta el café con leche, hay hijo, pero bueno, una trata de ser comprensiva si eso quieres está bien
Había poco menos de media taza de café y ya estaba algo fría, por lo que mi mamá revolvió un poco, la puso en sus labios y comenzó a sorber, luego la empinó más y con dos o tres tragos dejó la taza vacía.
Me miró con cara acusativa pero después de un rato me estaba sonriendo, con esa mamá un hijo haría cualquier tarea de casa por lo que toda la mañana nos la pasamos muy ocupados, de vez en cuando aprovechaba que se agachaba para recoger algo y le daba una nalgada o un pellizco, ella reaccionaba con un salto y se reía, terminamos antes de lo previsto por lo que teníamos tiempo para decidir que íbamos a comer, por lo que nos sentamos cada uno en un sillón y comenzamos a alegar, después de unos momentos ya habíamos pedido la comida y ahora solo teníamos que esperar, y qué mejor manera que aprovechar ese momento para ver el espectacular cuerpo de mi mamá.
-Mamá, otra vez tengo ganas
-¿Tienes ganas? Pero si estuvimos toda la mañana haciendo tareas
-Lo sé pero es que la edad
-Claro, claro no te preocupes dime ¿Que quieres que haga?, O vas a ir por una de mis tangas
-En realidad quisiera verte un poco
-Sí amor está bien, ¿Que te muestro?
-Toda mamá, quiero verte toda
-Está bien hijo, pero si llega el repartidor tu abres eh
-Sí mami no te preocupes
Así como estaba sentada se quitó la blusa sin mangas que tenía, su brassier era blanco muy discreto, también lo desabrochó y sus senos saltaron a mi vista.
-¿Así hijo?
-Sí mami tan solo muéstrame tus tetas
-No les digas así, que me siento vulgar
-¿Cómo les digo mami?
-Pechos o senos cómo gustes
-Esta bien, muéstrame tus senos mami
Pero este solo era un pretexto pues lo que yo quería era acercarme a ella entonces cuando se levantó para quitarse los shorts aproveché para ir con ella, la abracé desde detrás sintiendo su culo empinado, sus carnes presionaban mi verga, no me la podía coger pero esto era mucho más morboso pues podía aprovecha todo el cuerpo de mi mami cuando yo quisiera, le ayudé a bajar sus pantalones, entonces esas nalgas salieron a mi vista, y mejor aún llevaba la tanga azul con la que me había masturbado en la mañana.
-Mamá, ¿Qué haces con eso?
-Ay hijo pues ya la habías sacado ni modo de no usarla, pero no la quites que así como eres de tramposo aprovechas y me la metes.
-Ay mami pero es que quiero sentir tu trasero
-Si pero no me quites mi tanga
-Bueno tengo una idea, ven acá
La llevé al sillón y me senté primero, ella se sentó en la orilla de modo que mi verga quedaba justamente en medio de esos cachetes, pasé mis manos por sus tetas y comencé a sobar
-Mamá me encantan tus tetas
-¿Otra vez?
-Perdón pero es que con la calentura se me salen las palabras, perdón mami, hmm tus senos son tan perfectos, suaves y con los pezones bien paraditos, además se sienten tan bien hmm
-Ay hijo, ahhh hmm, besame el cuello por favor, me estás calentando mucho
-Sí, lo que mami ordene
Besé su cuello por un tiempo mientras seguía tocando sus pechos, pasaba mi mano por sus pezones y los estiraba un poco pues cada vez que hacía esto gemía, mientras movía mi verga entre esos cachetes calientes, la sensación era maravillosa y ahora sí me iba a correr bien pues era casi como si me la estuviera cogiendo así que aceleré el ritmo y bajé una de mis manos buscando sus piernas, pero en cuanto llegue a su tanga ell cerro las piernas dándome una indirecta, así que tampoco podía hundir mis dedos, no importa, la mano libre buscó su cadera y la hice que se pegará más contra mí, giré su cabeza y besé a mi madre, un beso largo, con lengua, sentía su aliento y su respiración y eso fue suficiente para hacerme acabar, la pegué más a mi cuerpo y después de unos espasmos mi semen comenzó a brotar, salían grandes chorros que se iban directamente a la espalda de mi mamá y luego se escurrían hasta llegar a sus cachetes, la tanga se mojaba a su paso y quedamos tendidos en el sillón, yo aún seguía abrazándola y besándola, pero ese momento no podía ser eterno, tenía que limpiar a mi mami pues le había hecho una promesa, así que ambos nos separamos, fui al baño por una toalla llegué, le quité la tanga pues escurría semen, comencé a limpiar las nalgas de mami y aproveché que su tanga ya no la iba a usar para limpiar mi pene que aún escurría unas gotas de leche.
-Mami, eres maravillosa, te amo
-Yo también te amo hijo, aunque seamos madre e hijo debo admitir que todo esto me está gustando
-¿Si mami? ¿Lo hago bien?
-Sí amor, lo haces con mucha pasión
Nos volvimos a besar profundamente y esto sólo se cortó pues el timbre sonó, la comida había llegado, le pedí a mi mamá que se quedara así desnuda, y ella me complació, y se recostó en el sillón con las piernas una encima de otra, yo me vestí y fui por la comida, ambos comimos esa tarde viendo una película, ese día no pasó nada más pues no quería abusar de la paciencia de mi mamá además si le había gustado todavía tenía la oportunidad de convencerla y ganarmela por lo que decidí ir con cuidado, eso no significa que no aprovechara cualquier oportunidad para descargar mi semen, eso sí no podía dormir con ella así que las noches quedaron descartadas, pero no importa pues en cuanto amanecía iba a ver cómo salía de bañarse y se vestía, ese era mi espectáculo favorito, pues siempre tomaba una de sus tangas y me la pasaba por la verga un rato, y esa misma era la que se ponía ese día, salía así a la calle, iba con una tanga que hasta hace poco había estado en el pene de su hijo.
Como dije los días pasaron y ya casi era una rutina el descargar en ella cada vez que quisiera, la tomaba por atrás cada vez que lavaba los trastes, a veces tan solo me masturbaba mientras veíamos la tele y cuando menos lo esperaba le caía mi semen espeso y caliente en su cara, a veces lo recogía con la lengua, otras me pedía que la limpiara, la rutina no hizo menos morbosa nuestra situación pues me permitía experimentar con cada situación que se presentará, como abrir la puerta del baño y tan solo contemplarla en ese momento íntimo mientras se formaba una erección, o pedirle que me viera tomar una ducha tan solo se paraba en el marco de la puerta mientras me bañaba y masturbaba, ya casi no andábamos con ropa en la casa, tan solo unas batas ligeras, o alguna prenda interior, ella empezó a comprar vestidos y faldas pues facilitaban el mostrarme su culo, esto lo agradecí mucho pues aprovechaba para levantar un poco y ver debajo, a veces le tomaba fotos, otras tan sólo metía mi cabeza adentro, su olor era increíble, como sea ella también disfrutaba pues comenzó a pedirme que eyaculara en su café por las mañanas, sabía que le había gustado la primera vez que lo hice, también ella me provocaba a veces, mostrándome su culo o dejando escapar una teta de vez en cuando, sabía que era cuestión de tiempo, la confianza entre nosotros aumentaba y todo se decidiría el día de las madres pues ya no quedaba mucho para esa fecha.
Estábamos a un par de días para que fuera día de las madres, nuestra rutina continuaba más morbosa que nunca y en una tarde dejé escapar la idea sobre lo que haríamos para festejar pues siempre lo pasábamos los dos solos, como no queriendo la cosa mi mamá evadió el tema diciendo que "lo de siempre está bien" era básicamente ir de compras y luego a comer pero le insistí en que sería mejor pasar el día en la casa y que tendría un regalo para ella, seguía sin terminar de creer pues apenas pude me acerqué a ella y comencé a sobar sus tetas, como de costumbre me dejó y estuvimos así un buen rato hasta que tuve que sacar mi pene y masturbarme con una mano y con la otra seguía tocándola, terminé en mi mano y un poco cayó sobre su blusa, como cumplía mi promesa se la quite y la puse a lavar, esto no me disgustó pues en lugar de ir por otra blusa se quedó así sin nada.
Así en unos días ya tenía planeada mi sorpresa así que la puse en práctica en cuanto amaneció, le llevé el desayuno a la cama y yo solo traía puesto mi bóxer, le puse la bandeja y comenzó a comer con una gran sonrisa, yo me quedé de pie junto a la cama a lo que ella me habló:
-¿No vas a desayunar?, Ven acuéstate y comamos
-No mami estoy esperando tu orden
-¿Orden? ¿De qué hablas?
-Sí, por hoy voy a hacer todo lo que me digas y al final del día te daré tu regalo
-Ahhh así que es eso, pues te ordenó que vengas a desayunar
-Esta bien, pero antes de que me acueste ¿no vas a querer el ingrediente secreto de tu café?
-Oh, yo pensé que ya se lo habías puesto
-No, pensé que querías agregarlo tú
-Pues ahora que lo mencionas me gustaría mucho
Así que se acercó con una risa de complicidad pues ya sabía por dónde iban los tiros y creo que desde ese momento ya me la había ganado pero no quise apurar las cosas. Recorrió la cama a gatas, y llegó hasta mí, yo me acerque más y vio mi evidente erección dentro de mis boxers
-Hmmm veo que tengo que sacarlo también jaja está bien porque ha de estar muy apretado ahí.
Bajó mi bóxer y mi pene apareció frente a ella lo tomo con su mano y comenzó a masturbarme, no duré mucho pues desde que estaba preparando el desayuno ya me había comenzado a masturbar, pues no quería que su café se enfriará, al fin después de unos movimientos suaves pero rápidos con su mano logró sacar la leche con la que le encantaba acompañar el café, ella puso su taza y yo tan solo dí unos espasmos y comencé a eyacular, se formó una pequeña capa que se fue disolviendo y al fin se lo tomó.
-Ahhh este si es un buen café, gracias hijo ahora a desayunar.
Pusimos la tele y comenzamos a desayunar, después bajé los trastes e hice un poco de tareas domésticas mientras mi mami descansaba en su cuarto. De vez en cuando pasaba y entraba le daba un beso y este era correspondido, no un beso de lujuria sino de amor maternal, después de un largo día le pedí a mi mamá que se diera un baño y se arreglará pues había preparado una cena especial, aunque esté no era el regalo en realidad, ambos no sentamos a la mesa y fuimos cenando mientras conversábamos sobre la escuela y el trabajo al fin terminamos y mi mamá decidió que era hora de ir a dormir, pero le dije que todavía faltaba mi regalo, y como era una sorpresa le pedí que esperara abajo, entonces subí rápido y comencé a preparar todo, saqué mi regalo era una botella de vino especial, su favorito que hacía mucho tiempo que no tomaba pues le recordaba a papá, pero decidí que está era la ocasión perfecta para brindar un poco, pero ahí no acababa el regalo sino que adorne rápidamente la habitación con pétalos de rosa, también saqué una caja de chocolates, pues estos también le gustaban y me cambié a una bata sin nada abajo, y el toque final, había comprado unas luces ambientales para poner el cuerpo de color rojo suave.
-¡Mamá ya puedes subir!
-¡Voy!
Oí sus pasos y mi corazón comenzó a latir muy fuerte, tenía todo listo y por lo que había pasado en la mañana sabía que la noche que nos esperaba iba a ser mágica, al fin abrió la puerta y se sonrojó de inmediato.
-¡Ay hijo!, ¿Qué es todo esto?
-¿No te gusta mami?
-No es eso, es que esto parece más un 14 de febrero jaja, creo que te dejaste llevar un poco
-No lo suficiente para ti
-Awww que lindo
-Todo para ti mami, y ven acércate ábrelo
-Hmmm veamos… Que será…. Hmmm chocolates, mis favoritos, gracias.
-Ah pero no es todo
-Entonces… A ver… ¡Ah! ¡Pero hijo!, ¿Es este?
-Sí mamita
-Pero es muy caro amor… Y ya sabes…
-No importa mami, ya sé que es difícil para ti, pero por eso lo traje, quiero que sepas lo comprometido que estoy en esto
-Hijo… Lo que pasó esa noche y sabes eso… No quiero que pase más pensé que ya había quedado claro.
-Lo sé pero quise intentarlo, quería que no quedará en mí la decisión y por eso traje el vino, y aunque no pase nada quiero que brindemos.
-Hmmm está bien, es mi vino favorito y tiene años que no lo tomo ya sabes porque, pero supongo que te mereces el esfuerzo por conseguirlo y…
-No digas nada mami, lo sé.
Abrió el vino y lo sirvió en dos copas que ya estaban preparadas, ambos dimos unos sorbos y mi mamá apenas si aguantaba las lágrimas, por lo que dejé la copa a un lado y me acerqué a abrazarla, ella también dejó la copa y me abrazó muy fuerte, sentí como sus lágrimas bajaban por mi cuello y al fin se soltó de mí.
-Ya sé que esto es difícil para los dos, y quiero dejar todo atrás, hijo, enserio, ¿Te quedarías a mi lado para siempre?
-Cuando estaba pensando en tu regalo, se me vino está idea para demostrarte lo comprometido que estaba con nuestra relación desde el principio y no había mejor manera de decírtelo que con una copa de ese vino.
Ambos cerramos los ojos y nos acercamos el uno al otro, hasta que el calor de nuestros cuerpos nos indicó que era hora de buscar nuestras bocas, y estás se unieron en un beso, y después nuestras lenguas se buscaron, bailaban en el medio, saboreamos el vino, y permanecimos unidos por unos segundos.
-Hijo te amo
-Mamá te amo
-Por favor quédate conmigo
-Lo haré
Ella sola se recostó, el vestido que llevaba no era ni corto ni largo, pero en ese momento solo importaba una cosa, ella me pasó las manos por debajo de la bata, la retiró y está cayó en la cama, me acerque a ella pues quería que me besara, posó sus labios sobre mi cuello, y con timidez lo besó, y con esa misma timidez dirigió sus manos hacia mi espalda, y hacía que me acercara todavía más a ella, yo tan solo estaba esperando su siguiente movimiento pues no quería apresurar las cosas.
-Quitame… el vestido.
Me susurró
Se dio la vuelta y así recostada comencé a bajar su cierre, poco a poco iba viendo su brassier, negro y liso, y poco tiempo después pude ver su tanga a juego, la levanté un poco para que quitará el vestido de la cama y así atrás de mi mamá le quité también el brassier aunque no me lo hubiera pedido.
-Lo siento mamá
-No importa se que el ansia puede ganar a veces, así que también baja mi tanga, pero espera, quiero verte cuando lo hagas, acuéstame, por favor.
Así lo hice y pude ver su pecho desnudo, que me llamaba con toda intención de besarlo y morderlo, pero me contuve pues ya me había dado una orden. Subió un poco sus piernas y tomé la fina tela que cubría su intimidad, la deslice con cuidado, la tomé entre mis manos, no pude evitar olerla,
-Hmmm mamá.
-Vamos hijo, hazlo
Abrió sus piernas lentamente y se me ofrecía como una amante, a la vez que era mi mamá, posó su mano en mi mejilla
-Está bien hijo, quiero sentirte en mí.
Me acomodé entre sus piernas, esas que me vieron nacer, y que en este momento me sentirían pero con el paso del tiempo las cosas cambian, con la punta de mi pene toqué un poco, su humedad resbaló un poco, me dejé caer lentamente, hasta encontrar sus pechos, y una vez los tenía entre mis labios me dispuse a entrar, su calor me recibió, su interior me acarició en un lento pero amoroso abrazo, y un pequeño gemido salió desde su boca
-Ah
No dije nada, pues estaba muy concentrado, sentía como mi pene se perdía en ella, hasta que mi pelvis chocó y supe que eso era todo, así que comencé un movimiento lento, de atrás hacia adelante.
-Ah hmm así hijo así… Sigue por favor… No pares hijo hmmm… Ahhh sí, más más más más.
Yo hacía lo que ella mandaba aumentaba el ritmo, conseguía que se mojar y me empapar, abajo de ella se formaba una gran mancha en la sábana pues era fruto de nuestra pasión y ritmo de amor, pues no había nada más en el mundo que quisiera más que estar con mi mamá, con la mujer que más quería y que me había dado la vida, y ahora ella se retorcía de placer, hacía temblar sus piernas con mi pene y ella me hacía sentir un cosquilleo en la espalda, pues poco a poco se acercaba el momento de terminar aquel primer asalto, que no sería el último de la noche por supuesto, cuando estuve a punto de hacerlo ella lo anticipó, pues me enredó entre sus piernas.
-Hijo no tengas miedo, lo quiero dentro de mí, es en lo único que pienso ahora, quiero sentir como me inundas.
Esas fueron palabras para mis oídos pues después de unos movimientos más frenéticos comencé a estallar dentro de ella, sentía como su interior se llenaba y las contracciones me intentaban sacar hasta la última gota de semen, cuando todo terminó me quedé recostado sobre mi mamá, ambos nos miramos con deseo y complicidad pues sabíamos que en poco tiempo estaríamos disfrutando, así nos perdimos en un beso profundo, mientras sincronizamos nuestra respiración, y aunque mi erección se perdía poco a poco, comenzaba a moverme lentamente, frotando mi pelvis contra la suya, así me tomó entre brazos y me susurró al oído.
-Mi amor, me vuelves loca, estoy a punto de tener un orgasmo… Mi amor… ah ahh ahhh si, hijo… Ay mi… amor… ahhhh
Ese grito de placer era la emoción que necesitaba pues mi pene se puso duro de nuevo, ni siquiera lo saqué de su cuevita, pues estaba tan caliente que hubiera sido un desperdicio desaprovechar su cobijo, pero ahora estaba fijando mi nuevo objetivo, así que se lo pregunté.
-Mami, ¿Quieres que lo haga?
-¿El qué, mi amor?
-Ya sabes.
Dije mientras con mi mano intentaba buscar su ano, separaba lentamente sus nalgas y hurgaba en ellas.
-Ay amor, eres muy atrevido
-Solo si tú quieres.
-Nunca lo he hecho por ahí
-Entonces en otra ocasión
-No, espera nunca dije que no lo quisiera tan solo quería que supieras eso, ¿No te gusta la idea de desvirgar mi culito?
-Más que nada en el mundo mami
-Esta bien, amor por favor, quiero disfrutarlo, hazlo suave ¿Si?
-Claro mami, nunca te lastimaria
-¿Cómo me pongo? Tu dime
-Hmmm ven a la orilla de la cama
-Esta bien
Así me levanté y ella fue hasta la orilla de la cama.
-Ponte en 4, y luego baja la cabeza
-Ah ya entendí quieres que quede mi culito libre
-Sí
-Esta bien.
En ese momento se puso en cuclillas y elevó sus caderas.
-¿Me debería separar las nalgas, hijo?
-Sí mami, hazlo pero espera que ahorita vengo
-Ok amor
Este era un escenario que había contemplado, así que fui a mi cuarto y saqué una pequeña botella de color rosa, era lubricante anal, puse un poco en mis dedos.
-Ahora si mami, déjame verte el trasero
Mi mami separó sus cachetes y no perdí el tiempo pues coloque mis manos en ese culito tan hermoso, y poco a poco fui metiendo los dedos.
-Dime si te duele mami.
-No amor, lo estoy disfrutando.
Pasé un momento jugando con su colita, calentandola, y haciendo que se mojara, ni siquiera había metido mi pene y su segundo orgasmo llegó.
-Ay ay hijo… Ah… Ah, otra vez… Ay sí, sí sí que rico, ah hmmm ahhh
Esa fue la señal que estaba esperando, pues cambié de mis dedos a mi pene.
-Ahhh sí mami que rica es tu colita hmmm
-Con… cuidado… hijo… ah hmmm
-Sí mamita, ¿Te gusta que tu hijo te esté estrenando?
-Sí mi colita es tuya amor sólo tuya, ahhh hmm, métela… más ahhh ahh
-Sí mami como órdenes
A petición suya procedí a penetrarla por completo, dio un grito de dolor pero a la par era morboso y lleno de placer, no aguantó y con sus manos se tapó la boca, yo no quería perder la vista así que procedí a separar sus nalgas con mis manos. Sus piernas temblaban, y de repente comenzó a masturbarse, lo que provocó que cediera y se fuera de lado, yo la seguí aún penetrándola, ella alzó su pierna me puso el pie en la cara y sin más lo bese y lamí, esto fue el detonante para su tercer orgasmo que estuvo acompañado de una gran cantidad de jugos, yo ya no podía más, por lo que hice otra pregunta
-Mami, ¿Te lleno la colita de semen?
-Sí hijo… hazlo por favor, vacía tu semen en mi colita, quiero que quede llena y salga de mí
Así con toda mi fuerza embesti a mi mami sus nalgas rebotaban al igual que sus tetas y con mi último movimiento descargue mi semen dentro de su cola, al sacar mi verga está estaba llena de leche y jugo, chorreaba una gran cantidad de líquido, mi mami que ya no podía más tan sólo abrió la boca.
-Ponla aquí me dijo
Obedecí y sentí su lengua pasar por mi glande, succionaba cualquier rastro de fluido, y luego por el tronco.
-Ahhh que delicia amor, jaja que rico sabe mi cola
-Ahhh ay mami ya no puedo más
-Yo tampoco hijo, pero no importa ahorita descansamos y mañana tenemos todo el día para hacer cochinadas jaja
-Sí mamita quiero hacer cochinadas contigo
-Esta bien entonces ven vamos a dormir hijo
-Mamá, ¿Hacemos cucharita?
-Claro amor, ven y abrázame
Esa noche dormimos como nunca, no importaba que las sábanas estuvieran mojadas y tuvieran un olor fuerte, a fin de cuentas era producto de nuestro amor y pasión y la mañana empezó mejor.
La situación comenzó a darme vueltas por la cabeza cada vez que la veía me imaginaba su cuerpo desnudo, su trasero inclinándose ante mí, su boca y mi boca uniéndose, la sensación de sus tetas en mis manos, la situación me empezaba a calentar pero al final no pasó nada ese día, pero algo sí cambió, pues a partir de ahí comencé a notar más sus movimientos, sus muestras de afecto y su cuerpo, sobre todo esto último pues de una noche para otra el instinto despertó en mí y aquella ya no era mi madre, por lo menos no a mis ojos, era una mujer con la que había vivido toda mi vida y que amaba por sobre todas las cosas y que pronto sería mía.
Mi ansia y deseo pudieron más que mi cordura y lo agradezco, pues hice todo lo posible para que notara mi interés hacia ella, tomaba mis precauciones, pero no demasiadas, a fin de cuentas, no quería que malinterpretar mis señales, si es cierto que ambos éramos muy cariñosos, los besos y abrazos eran normales, pero lo que hacía rozaba el pudor.
Lo primero que hice fue hurgar en el cajón de su ropa interior, tomaba un par de pantys y las desordenaba un poco, además de que mis manos casi actuaban solas, pues en los abrazos se iban más abajo de lo normal, en las tardes de descanso caían entre su escote, y mi boca también hacía de las suyas pues iba un poco más allá de la comisura de los labios, y bueno mi pene era otra cosa, pues indiscriminadamente tenía erecciones en su presencia, no tan evidentes, pero si se notaba un buen bulto, sobre todo cuando llegaba por atrás y me pegaba hacia ella con el pretexto de darle un abrazo.
Curiosamente mis señales no eran rechazadas, ni entre risas me decía que parara, por lo que entendí que estaban siendo recibidas, así que fui un paso más allá y comencé a comportarme más descaradamente, a veces paseaba en casa con los boxers más abajo de lo normal y con una erección ahora más evidente, entraba a su cuarto mientras se cambiaba, hacía comentarios sobre su cuerpo, "ese vestido resalta bien tu trasero", "esa blusa tiene demasiado escote", "me gusta cuando usas esos shorts, tus piernas resaltan", "oye ya no te pones esas pantys rosas, te quedaban muy lindas".
Al ser sincero obtenía respuestas sensatas y esas pláticas con el tiempo se volvieron cotidianas, el pudor se volvió casi inexistente, pues ella también ponía de su parte al entrar al baño mientras me bañaba con cualquier pretexto, también me hacía comentarios sobre mi ropa "esos pantalones están muy apretados, ¿Seguro que no te lastiman?" "Oye esos shorts están muy cortos", "Quítate la playera jajaja hace mucho calor". Al parecer ella también me estaba dando indirectas así que quise cruzar la barrera, ya no aguantaba más y si esperaba a lo mejor me arrepentía.
Un día como cualquier otro me decidí a actuar, el plan era contundente y directo, llegó la noche, terminamos de cenar y platicar sobre nuestro día, ambos subimos y ella se metió al baño, fui a su cuarto abrí la cama me desnudé completo y me cubrí con la ligera sábana, pues está dejaba ver qué una erección se estaba formando, fui paciente, y noté que mi mamá se tardaba más de lo normal, me empecé a impacientar, y casi desisto de lo que estaba haciendo, y casi bajando de su cama pude oír la puerta del baño abriéndose, el corazón me latía con fuerza podía sentir la sangre recorriendo mi cuerpo, mis manos se enfriaron ya no tardaba en llegar hasta la habitación, entró, llevaba una pijama de dos piezas bastante suave y calentita, como si nada, apagó la luz, fue hasta mí y me dio un beso en la frente después se dirigió al otro lado de la cama y se acostó
-Veo que quieres dormir esta noche aquí, no lo hacías desde hace años.
-Mamá, es que yo…
-Lo sé hijo…
-¿Desde cuándo?
-Lo primero que noté fue mi ropa interior desordenada, y después te pusiste muuuy cariñoso conmigo jaja
-Lo sabías desde el principio ¿Por qué no me dijiste nada?
-Ah el amor madre e hijo no conoce barreras, no quería incomodarte, parecía que estabas dispuesto a todo y me dio ternura ver a mi hijo hacer de todo para que su mamá lo notara.
-¿Entonces, vas a dejar que lo siga haciendo?
-Bueno, en realidad hoy en la cena te vi muy nervioso, sabía que ibas a intentar algo hoy y quería ver qué era antes de ponerle fin.
-Entiendo, creo que tienes razón, perdón mamá.
-No tienes porque pedirme perdón, no hiciste nada malo, además creo que me gustó ese coqueteo diario me hacía sentir feliz, quería saber con qué más me sorprenderías y para no desilusionarte te seguí un poco el juego.
-No tenías porqué hacerlo, hubiera entendido que estaba mal.
-Ay hijo, no es que este mal, pero debes de entender que soy tu mamá y te pasaré algunas cosas porque siempre nos hemos tenido el uno al otro así que es normal que terminara pasando esto, de alguna u otra forma creo que toda mamá sabe que algún día puede llegar a estar en esta situación.
-¿En serio?
-Sí, es más normal de lo que crees
-No tenía idea, entonces creo que debo irme.
-No tienes porque, te digo que ya hace tiempo que no pasamos una noche juntos y si te soy sincera, me gustaría que no dejaras de hacer todo lo que has estado haciendo.
-¿De verdad puedo seguir tocándote y mirándote?
-Sí, mira por ejemplo ahorita, ¿Te gusta mi pijama? Ven siente
-Sí, me gusta es muy suave y calientita
-Mira adentro, hijo mira mi sostén, me aprieta un poco ¿debería de quitarlo?
-Creo que sí mamá, estarás más cómoda.
-¿Me ayudas?
Mi mamá se sentó y me dio la espalda, levantó su blusa, y le desabroché el sostén, este cayó y pasó por sus brazos, se dio la vuelta y me dejó verla, sus senos eran preciosos, blancos, con unos pezones rosados y grandes.
-Ahora que lo pienso, no debí ponerme está pijama, es muy calurosa y estamos en verano, ayúdame con los pantalones
Se quitó de encima las sábanas y bajó los pantalones los tenía a media pierna cuando los tomé y se los quité los puse a un lado.
-Ahora sí vamos a dormir, mi amor, mira tú ya estabas fresco, ambos estamos casi desnudos y compartiremos la cama y no pasa nada ves como no tenías nada de qué disculparte.
En ese momento se tapó con las sábanas y se giró, dándome la espalda, yo me quedé de frente, pasaron unos minutos hasta que oí.
-Hijo, pensé que ibas a abrazarme, ¿no quieres hacerlo?
-Sí mamá perdón.
-Ven abraza a mamá como lo hiciste estos días.
Me di la vuelta y me acerqué a ella, pasé mis brazos por su cintura, mi cabeza estaba a unos centímetros de su pelo y por fin me topé con sus piernas y sus nalgas.
-Eso es amor, me encantan tus abrazos, pero pégate más a mí
Le hice caso pegué más mi cadera a su trasero, quería guardar un poco de distancia pues mi pene ya estaba con una gran erección, pero noté algo, hace rato había visto que usaba un cachetero y ahora sentía un trozo de tela por sus rodillas, acerqué más mi pene y sentí como sus nalgas se iban separando dejando entrar a mi pene, en ese momento entendí todo.
-Mamá, te amo
-Yo también te amo cariño
Mientras me decía eso me acomodé para penetrarla, seguía mi camino y tan solo guíe mi pene hasta sus labios, seguí mi camino y la humedad de la zona me calentaba cada vez más, lo estaba haciendo, estaba dentro de mi mamá, de la mujer que me dio la vida, ahora estábamos en la misma cama y la estaba haciendo mía, o más bien nos estábamos entregando el uno al otro, mi movimiento dentro de ella, el calor de su interior, la suavidad de su trasero y piernas, el olor a su perfume, su cabello su cuello, su espalda, la excitación del momento fue demasiada, no pude aguantar más que un par de segundos, no quería arruinar el momento por lo que no paré de moverme, ella me dijo que me pasaría algunas cosas, así que como su hijo me arriesgué, y después de un par de contracciones eyacule dentro de su útero, todo lo que había pasado para llegar hasta ahí estaba ahora dentro de mi mamá, mientras terminaba la sostuve muy fuerte contra mí, mientras besaba su cuello.
-Sí mi niño, hmmm está bien, no te preocupes, lo hiciste bien, lo disfruté mucho, ven, vamos a dormir, mañana será otro día.
La abracé desde atrás, pasé mis manos por sus senos, le di un beso en la espalda y nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente me desperté, la vi a mi lado, levanté un poco las sábanas, ahí estaba su trasero desnudo, grande y hermoso se veía algo húmedo alrededor de la unión de sus nalgas, su cachetero estaba más allá de sus pies, había pasado, no era un sueño, lo habíamos hecho
Estuve esperando ver su reacción al despertar, no sabía qué hacer, intenté menearme un poco para ver si comenzaba a menearse ella también, pero no sucedía nada, también pensé en tomar acción y despertarla con unos cuándo besos y toqueteo de su culo, pero era muy arriesgado pues ya me había dejado claro que me permitiría un par de cosas pero no sabía cuál era el límite, tal vez esa había sido mi única oportunidad, trate de dormir otra vez para tranquilizarme y esperar a que ella despertara y tomara acción. Casi pasó una hora cuando noté movimiento, y esto me decepcionó un poco pues sentí como se levantaba, después oí pasos, se abrió la puerta y caminó por el pasillo, ninguna palabra, a lo mejor no quería despertarme, después de unos segundos escuché como la regadera se abría, se está bañando, ¿Debería ir con ella? Me decidí pues ya habíamos pasado lo más difícil y estaba preparado para recibir cualquier respuesta, así como estaba me levanté y fui hasta el baño.
-Buenos días mamá, ¿Se puede? -Dije desde la entrada del baño.
-Buenos días hijo, espera tu turno ya casi salgo.
-Claro espero.
Lo sabía, esa fue la única vez que me dejaría hacerlo, pero me había dicho que le gustaban mis coqueteos así que no perdí el tiempo y fui directo a su cajón de ropa interior, lo abrí tome una tanga azul que tenía me senté sobre su cama y comencé a masturbarme con ella, pues con los recuerdos de la noche anterior y la vista de su cuerpo en la ducha, mi verga respondió de inmediato, quería que me viera por lo que iba lento en mis movimientos y tan solo tenía que esperar a que saliera, cuando terminó, fue directo al cuarto me vio sonrió y se comenzó a vestir.
-Ya te puedes bañar hijo, está bien que es sábado pero una ducha no te caería mal
-Sí tienes razón ma, ahorita me apuro
Por más que intentaba ser evidente al parecer ya no tendría más oportunidades, así que me fui al baño después me vestí, el olor a comida me quito los pensamientos de la cabeza, así que entré a la cocina, el desayuno ya estaba servido y nos pusimos a comer
-¿Qué vas a hacer hoy mamá?
-Hmmm pensaba en arreglar un poco la casa y después salir a comer, ¿Y tú?
-Hoy es mi día de descanso, pensaba en ayudarte
-Ay que lindo mi hijo, te acepto la ayuda, muchas gracias.
-Es lo menos que puedo hacer por tí después de dejarme hacer…
-Ni lo menciones, te dije que me lo pasé bien
-¿En serio? ¿Entonces?
-No amor, sólo quise hacerlo para que se te quitara la idea
-Pero…
-No nada de peros
-Solo me quedé con más ganas, es como tener una fruta jugosa y no poder comerla.
-Ay que cosas dices jaja, sabía que había ese riesgo, pero mira si de verdad lo necesitas, puedes traer a alguna amiguita aquí el día que quieras.
-Pero es que yo no quiero amiguitas
-Ay amor, es lo mejor, mira, yo, ya no estoy para eso y tú apenas vas iniciando, es normal que solo pienses en lo de ayer pero tienes que intentar nuevas cosas.
-Lo sé pero es más que una fantasía, cuando lo hicimos ayer, fue algo especial, y además fue muy rápido.
-Creo que tienes razón en eso, pero de todas formas no podemos seguir haciéndolo, somos madre e hijo.
-Mamá es que no entiendes mira… yo…
-Te diré que vamos a hacer, puedes "aliviar" tus ganas las veces que quieras y dónde quieras pero lo tienes que hacer tú, puedes usar mi ropa interior, puedes pedirme que me desnude, puedes hacerlo junto a mí sin importar dónde esté, claro mientras no sea en un lugar público ni esté alguien de visita.
-¿Puedo terminar dónde yo quiera?
-Siempre y cuando tú limpies después, ¿Entendido?
-Esta bien mamá, ¿A partir de cuándo?
-Cuando quieras
No perdí tiempo pues la tarea de hace un rato no había terminado, y con las palabras de mi mamá mi verga comenzó a crecer, así que aún sentados en la mesa, saqué mi verga y me comencé a masturbar frenéticamente, la piel bajaba y subía, la cabeza estaba roja por la presión, sentí que explotaría por lo que me acerqué a ella, hizo un gesto donde cerraba los ojos y se intentaba apartar un poco pero yo no estaba apuntando a su hermosa cara, descargué en un lugar más especial, de un momento a otro su taza de café ahora tenía una nata blanca encima, cuando abrió los ojos pues nada pasaba empezó a buscar la escena del crimen hasta que levantó su taza y la acercó para observar mejor.
-Oye, eso es hacer trampa, además sabes que no me gusta el café con leche, hay hijo, pero bueno, una trata de ser comprensiva si eso quieres está bien
Había poco menos de media taza de café y ya estaba algo fría, por lo que mi mamá revolvió un poco, la puso en sus labios y comenzó a sorber, luego la empinó más y con dos o tres tragos dejó la taza vacía.
Me miró con cara acusativa pero después de un rato me estaba sonriendo, con esa mamá un hijo haría cualquier tarea de casa por lo que toda la mañana nos la pasamos muy ocupados, de vez en cuando aprovechaba que se agachaba para recoger algo y le daba una nalgada o un pellizco, ella reaccionaba con un salto y se reía, terminamos antes de lo previsto por lo que teníamos tiempo para decidir que íbamos a comer, por lo que nos sentamos cada uno en un sillón y comenzamos a alegar, después de unos momentos ya habíamos pedido la comida y ahora solo teníamos que esperar, y qué mejor manera que aprovechar ese momento para ver el espectacular cuerpo de mi mamá.
-Mamá, otra vez tengo ganas
-¿Tienes ganas? Pero si estuvimos toda la mañana haciendo tareas
-Lo sé pero es que la edad
-Claro, claro no te preocupes dime ¿Que quieres que haga?, O vas a ir por una de mis tangas
-En realidad quisiera verte un poco
-Sí amor está bien, ¿Que te muestro?
-Toda mamá, quiero verte toda
-Está bien hijo, pero si llega el repartidor tu abres eh
-Sí mami no te preocupes
Así como estaba sentada se quitó la blusa sin mangas que tenía, su brassier era blanco muy discreto, también lo desabrochó y sus senos saltaron a mi vista.
-¿Así hijo?
-Sí mami tan solo muéstrame tus tetas
-No les digas así, que me siento vulgar
-¿Cómo les digo mami?
-Pechos o senos cómo gustes
-Esta bien, muéstrame tus senos mami
Pero este solo era un pretexto pues lo que yo quería era acercarme a ella entonces cuando se levantó para quitarse los shorts aproveché para ir con ella, la abracé desde detrás sintiendo su culo empinado, sus carnes presionaban mi verga, no me la podía coger pero esto era mucho más morboso pues podía aprovecha todo el cuerpo de mi mami cuando yo quisiera, le ayudé a bajar sus pantalones, entonces esas nalgas salieron a mi vista, y mejor aún llevaba la tanga azul con la que me había masturbado en la mañana.
-Mamá, ¿Qué haces con eso?
-Ay hijo pues ya la habías sacado ni modo de no usarla, pero no la quites que así como eres de tramposo aprovechas y me la metes.
-Ay mami pero es que quiero sentir tu trasero
-Si pero no me quites mi tanga
-Bueno tengo una idea, ven acá
La llevé al sillón y me senté primero, ella se sentó en la orilla de modo que mi verga quedaba justamente en medio de esos cachetes, pasé mis manos por sus tetas y comencé a sobar
-Mamá me encantan tus tetas
-¿Otra vez?
-Perdón pero es que con la calentura se me salen las palabras, perdón mami, hmm tus senos son tan perfectos, suaves y con los pezones bien paraditos, además se sienten tan bien hmm
-Ay hijo, ahhh hmm, besame el cuello por favor, me estás calentando mucho
-Sí, lo que mami ordene
Besé su cuello por un tiempo mientras seguía tocando sus pechos, pasaba mi mano por sus pezones y los estiraba un poco pues cada vez que hacía esto gemía, mientras movía mi verga entre esos cachetes calientes, la sensación era maravillosa y ahora sí me iba a correr bien pues era casi como si me la estuviera cogiendo así que aceleré el ritmo y bajé una de mis manos buscando sus piernas, pero en cuanto llegue a su tanga ell cerro las piernas dándome una indirecta, así que tampoco podía hundir mis dedos, no importa, la mano libre buscó su cadera y la hice que se pegará más contra mí, giré su cabeza y besé a mi madre, un beso largo, con lengua, sentía su aliento y su respiración y eso fue suficiente para hacerme acabar, la pegué más a mi cuerpo y después de unos espasmos mi semen comenzó a brotar, salían grandes chorros que se iban directamente a la espalda de mi mamá y luego se escurrían hasta llegar a sus cachetes, la tanga se mojaba a su paso y quedamos tendidos en el sillón, yo aún seguía abrazándola y besándola, pero ese momento no podía ser eterno, tenía que limpiar a mi mami pues le había hecho una promesa, así que ambos nos separamos, fui al baño por una toalla llegué, le quité la tanga pues escurría semen, comencé a limpiar las nalgas de mami y aproveché que su tanga ya no la iba a usar para limpiar mi pene que aún escurría unas gotas de leche.
-Mami, eres maravillosa, te amo
-Yo también te amo hijo, aunque seamos madre e hijo debo admitir que todo esto me está gustando
-¿Si mami? ¿Lo hago bien?
-Sí amor, lo haces con mucha pasión
Nos volvimos a besar profundamente y esto sólo se cortó pues el timbre sonó, la comida había llegado, le pedí a mi mamá que se quedara así desnuda, y ella me complació, y se recostó en el sillón con las piernas una encima de otra, yo me vestí y fui por la comida, ambos comimos esa tarde viendo una película, ese día no pasó nada más pues no quería abusar de la paciencia de mi mamá además si le había gustado todavía tenía la oportunidad de convencerla y ganarmela por lo que decidí ir con cuidado, eso no significa que no aprovechara cualquier oportunidad para descargar mi semen, eso sí no podía dormir con ella así que las noches quedaron descartadas, pero no importa pues en cuanto amanecía iba a ver cómo salía de bañarse y se vestía, ese era mi espectáculo favorito, pues siempre tomaba una de sus tangas y me la pasaba por la verga un rato, y esa misma era la que se ponía ese día, salía así a la calle, iba con una tanga que hasta hace poco había estado en el pene de su hijo.
Como dije los días pasaron y ya casi era una rutina el descargar en ella cada vez que quisiera, la tomaba por atrás cada vez que lavaba los trastes, a veces tan solo me masturbaba mientras veíamos la tele y cuando menos lo esperaba le caía mi semen espeso y caliente en su cara, a veces lo recogía con la lengua, otras me pedía que la limpiara, la rutina no hizo menos morbosa nuestra situación pues me permitía experimentar con cada situación que se presentará, como abrir la puerta del baño y tan solo contemplarla en ese momento íntimo mientras se formaba una erección, o pedirle que me viera tomar una ducha tan solo se paraba en el marco de la puerta mientras me bañaba y masturbaba, ya casi no andábamos con ropa en la casa, tan solo unas batas ligeras, o alguna prenda interior, ella empezó a comprar vestidos y faldas pues facilitaban el mostrarme su culo, esto lo agradecí mucho pues aprovechaba para levantar un poco y ver debajo, a veces le tomaba fotos, otras tan sólo metía mi cabeza adentro, su olor era increíble, como sea ella también disfrutaba pues comenzó a pedirme que eyaculara en su café por las mañanas, sabía que le había gustado la primera vez que lo hice, también ella me provocaba a veces, mostrándome su culo o dejando escapar una teta de vez en cuando, sabía que era cuestión de tiempo, la confianza entre nosotros aumentaba y todo se decidiría el día de las madres pues ya no quedaba mucho para esa fecha.
Estábamos a un par de días para que fuera día de las madres, nuestra rutina continuaba más morbosa que nunca y en una tarde dejé escapar la idea sobre lo que haríamos para festejar pues siempre lo pasábamos los dos solos, como no queriendo la cosa mi mamá evadió el tema diciendo que "lo de siempre está bien" era básicamente ir de compras y luego a comer pero le insistí en que sería mejor pasar el día en la casa y que tendría un regalo para ella, seguía sin terminar de creer pues apenas pude me acerqué a ella y comencé a sobar sus tetas, como de costumbre me dejó y estuvimos así un buen rato hasta que tuve que sacar mi pene y masturbarme con una mano y con la otra seguía tocándola, terminé en mi mano y un poco cayó sobre su blusa, como cumplía mi promesa se la quite y la puse a lavar, esto no me disgustó pues en lugar de ir por otra blusa se quedó así sin nada.
Así en unos días ya tenía planeada mi sorpresa así que la puse en práctica en cuanto amaneció, le llevé el desayuno a la cama y yo solo traía puesto mi bóxer, le puse la bandeja y comenzó a comer con una gran sonrisa, yo me quedé de pie junto a la cama a lo que ella me habló:
-¿No vas a desayunar?, Ven acuéstate y comamos
-No mami estoy esperando tu orden
-¿Orden? ¿De qué hablas?
-Sí, por hoy voy a hacer todo lo que me digas y al final del día te daré tu regalo
-Ahhh así que es eso, pues te ordenó que vengas a desayunar
-Esta bien, pero antes de que me acueste ¿no vas a querer el ingrediente secreto de tu café?
-Oh, yo pensé que ya se lo habías puesto
-No, pensé que querías agregarlo tú
-Pues ahora que lo mencionas me gustaría mucho
Así que se acercó con una risa de complicidad pues ya sabía por dónde iban los tiros y creo que desde ese momento ya me la había ganado pero no quise apurar las cosas. Recorrió la cama a gatas, y llegó hasta mí, yo me acerque más y vio mi evidente erección dentro de mis boxers
-Hmmm veo que tengo que sacarlo también jaja está bien porque ha de estar muy apretado ahí.
Bajó mi bóxer y mi pene apareció frente a ella lo tomo con su mano y comenzó a masturbarme, no duré mucho pues desde que estaba preparando el desayuno ya me había comenzado a masturbar, pues no quería que su café se enfriará, al fin después de unos movimientos suaves pero rápidos con su mano logró sacar la leche con la que le encantaba acompañar el café, ella puso su taza y yo tan solo dí unos espasmos y comencé a eyacular, se formó una pequeña capa que se fue disolviendo y al fin se lo tomó.
-Ahhh este si es un buen café, gracias hijo ahora a desayunar.
Pusimos la tele y comenzamos a desayunar, después bajé los trastes e hice un poco de tareas domésticas mientras mi mami descansaba en su cuarto. De vez en cuando pasaba y entraba le daba un beso y este era correspondido, no un beso de lujuria sino de amor maternal, después de un largo día le pedí a mi mamá que se diera un baño y se arreglará pues había preparado una cena especial, aunque esté no era el regalo en realidad, ambos no sentamos a la mesa y fuimos cenando mientras conversábamos sobre la escuela y el trabajo al fin terminamos y mi mamá decidió que era hora de ir a dormir, pero le dije que todavía faltaba mi regalo, y como era una sorpresa le pedí que esperara abajo, entonces subí rápido y comencé a preparar todo, saqué mi regalo era una botella de vino especial, su favorito que hacía mucho tiempo que no tomaba pues le recordaba a papá, pero decidí que está era la ocasión perfecta para brindar un poco, pero ahí no acababa el regalo sino que adorne rápidamente la habitación con pétalos de rosa, también saqué una caja de chocolates, pues estos también le gustaban y me cambié a una bata sin nada abajo, y el toque final, había comprado unas luces ambientales para poner el cuerpo de color rojo suave.
-¡Mamá ya puedes subir!
-¡Voy!
Oí sus pasos y mi corazón comenzó a latir muy fuerte, tenía todo listo y por lo que había pasado en la mañana sabía que la noche que nos esperaba iba a ser mágica, al fin abrió la puerta y se sonrojó de inmediato.
-¡Ay hijo!, ¿Qué es todo esto?
-¿No te gusta mami?
-No es eso, es que esto parece más un 14 de febrero jaja, creo que te dejaste llevar un poco
-No lo suficiente para ti
-Awww que lindo
-Todo para ti mami, y ven acércate ábrelo
-Hmmm veamos… Que será…. Hmmm chocolates, mis favoritos, gracias.
-Ah pero no es todo
-Entonces… A ver… ¡Ah! ¡Pero hijo!, ¿Es este?
-Sí mamita
-Pero es muy caro amor… Y ya sabes…
-No importa mami, ya sé que es difícil para ti, pero por eso lo traje, quiero que sepas lo comprometido que estoy en esto
-Hijo… Lo que pasó esa noche y sabes eso… No quiero que pase más pensé que ya había quedado claro.
-Lo sé pero quise intentarlo, quería que no quedará en mí la decisión y por eso traje el vino, y aunque no pase nada quiero que brindemos.
-Hmmm está bien, es mi vino favorito y tiene años que no lo tomo ya sabes porque, pero supongo que te mereces el esfuerzo por conseguirlo y…
-No digas nada mami, lo sé.
Abrió el vino y lo sirvió en dos copas que ya estaban preparadas, ambos dimos unos sorbos y mi mamá apenas si aguantaba las lágrimas, por lo que dejé la copa a un lado y me acerqué a abrazarla, ella también dejó la copa y me abrazó muy fuerte, sentí como sus lágrimas bajaban por mi cuello y al fin se soltó de mí.
-Ya sé que esto es difícil para los dos, y quiero dejar todo atrás, hijo, enserio, ¿Te quedarías a mi lado para siempre?
-Cuando estaba pensando en tu regalo, se me vino está idea para demostrarte lo comprometido que estaba con nuestra relación desde el principio y no había mejor manera de decírtelo que con una copa de ese vino.
Ambos cerramos los ojos y nos acercamos el uno al otro, hasta que el calor de nuestros cuerpos nos indicó que era hora de buscar nuestras bocas, y estás se unieron en un beso, y después nuestras lenguas se buscaron, bailaban en el medio, saboreamos el vino, y permanecimos unidos por unos segundos.
-Hijo te amo
-Mamá te amo
-Por favor quédate conmigo
-Lo haré
Ella sola se recostó, el vestido que llevaba no era ni corto ni largo, pero en ese momento solo importaba una cosa, ella me pasó las manos por debajo de la bata, la retiró y está cayó en la cama, me acerque a ella pues quería que me besara, posó sus labios sobre mi cuello, y con timidez lo besó, y con esa misma timidez dirigió sus manos hacia mi espalda, y hacía que me acercara todavía más a ella, yo tan solo estaba esperando su siguiente movimiento pues no quería apresurar las cosas.
-Quitame… el vestido.
Me susurró
Se dio la vuelta y así recostada comencé a bajar su cierre, poco a poco iba viendo su brassier, negro y liso, y poco tiempo después pude ver su tanga a juego, la levanté un poco para que quitará el vestido de la cama y así atrás de mi mamá le quité también el brassier aunque no me lo hubiera pedido.
-Lo siento mamá
-No importa se que el ansia puede ganar a veces, así que también baja mi tanga, pero espera, quiero verte cuando lo hagas, acuéstame, por favor.
Así lo hice y pude ver su pecho desnudo, que me llamaba con toda intención de besarlo y morderlo, pero me contuve pues ya me había dado una orden. Subió un poco sus piernas y tomé la fina tela que cubría su intimidad, la deslice con cuidado, la tomé entre mis manos, no pude evitar olerla,
-Hmmm mamá.
-Vamos hijo, hazlo
Abrió sus piernas lentamente y se me ofrecía como una amante, a la vez que era mi mamá, posó su mano en mi mejilla
-Está bien hijo, quiero sentirte en mí.
Me acomodé entre sus piernas, esas que me vieron nacer, y que en este momento me sentirían pero con el paso del tiempo las cosas cambian, con la punta de mi pene toqué un poco, su humedad resbaló un poco, me dejé caer lentamente, hasta encontrar sus pechos, y una vez los tenía entre mis labios me dispuse a entrar, su calor me recibió, su interior me acarició en un lento pero amoroso abrazo, y un pequeño gemido salió desde su boca
-Ah
No dije nada, pues estaba muy concentrado, sentía como mi pene se perdía en ella, hasta que mi pelvis chocó y supe que eso era todo, así que comencé un movimiento lento, de atrás hacia adelante.
-Ah hmm así hijo así… Sigue por favor… No pares hijo hmmm… Ahhh sí, más más más más.
Yo hacía lo que ella mandaba aumentaba el ritmo, conseguía que se mojar y me empapar, abajo de ella se formaba una gran mancha en la sábana pues era fruto de nuestra pasión y ritmo de amor, pues no había nada más en el mundo que quisiera más que estar con mi mamá, con la mujer que más quería y que me había dado la vida, y ahora ella se retorcía de placer, hacía temblar sus piernas con mi pene y ella me hacía sentir un cosquilleo en la espalda, pues poco a poco se acercaba el momento de terminar aquel primer asalto, que no sería el último de la noche por supuesto, cuando estuve a punto de hacerlo ella lo anticipó, pues me enredó entre sus piernas.
-Hijo no tengas miedo, lo quiero dentro de mí, es en lo único que pienso ahora, quiero sentir como me inundas.
Esas fueron palabras para mis oídos pues después de unos movimientos más frenéticos comencé a estallar dentro de ella, sentía como su interior se llenaba y las contracciones me intentaban sacar hasta la última gota de semen, cuando todo terminó me quedé recostado sobre mi mamá, ambos nos miramos con deseo y complicidad pues sabíamos que en poco tiempo estaríamos disfrutando, así nos perdimos en un beso profundo, mientras sincronizamos nuestra respiración, y aunque mi erección se perdía poco a poco, comenzaba a moverme lentamente, frotando mi pelvis contra la suya, así me tomó entre brazos y me susurró al oído.
-Mi amor, me vuelves loca, estoy a punto de tener un orgasmo… Mi amor… ah ahh ahhh si, hijo… Ay mi… amor… ahhhh
Ese grito de placer era la emoción que necesitaba pues mi pene se puso duro de nuevo, ni siquiera lo saqué de su cuevita, pues estaba tan caliente que hubiera sido un desperdicio desaprovechar su cobijo, pero ahora estaba fijando mi nuevo objetivo, así que se lo pregunté.
-Mami, ¿Quieres que lo haga?
-¿El qué, mi amor?
-Ya sabes.
Dije mientras con mi mano intentaba buscar su ano, separaba lentamente sus nalgas y hurgaba en ellas.
-Ay amor, eres muy atrevido
-Solo si tú quieres.
-Nunca lo he hecho por ahí
-Entonces en otra ocasión
-No, espera nunca dije que no lo quisiera tan solo quería que supieras eso, ¿No te gusta la idea de desvirgar mi culito?
-Más que nada en el mundo mami
-Esta bien, amor por favor, quiero disfrutarlo, hazlo suave ¿Si?
-Claro mami, nunca te lastimaria
-¿Cómo me pongo? Tu dime
-Hmmm ven a la orilla de la cama
-Esta bien
Así me levanté y ella fue hasta la orilla de la cama.
-Ponte en 4, y luego baja la cabeza
-Ah ya entendí quieres que quede mi culito libre
-Sí
-Esta bien.
En ese momento se puso en cuclillas y elevó sus caderas.
-¿Me debería separar las nalgas, hijo?
-Sí mami, hazlo pero espera que ahorita vengo
-Ok amor
Este era un escenario que había contemplado, así que fui a mi cuarto y saqué una pequeña botella de color rosa, era lubricante anal, puse un poco en mis dedos.
-Ahora si mami, déjame verte el trasero
Mi mami separó sus cachetes y no perdí el tiempo pues coloque mis manos en ese culito tan hermoso, y poco a poco fui metiendo los dedos.
-Dime si te duele mami.
-No amor, lo estoy disfrutando.
Pasé un momento jugando con su colita, calentandola, y haciendo que se mojara, ni siquiera había metido mi pene y su segundo orgasmo llegó.
-Ay ay hijo… Ah… Ah, otra vez… Ay sí, sí sí que rico, ah hmmm ahhh
Esa fue la señal que estaba esperando, pues cambié de mis dedos a mi pene.
-Ahhh sí mami que rica es tu colita hmmm
-Con… cuidado… hijo… ah hmmm
-Sí mamita, ¿Te gusta que tu hijo te esté estrenando?
-Sí mi colita es tuya amor sólo tuya, ahhh hmm, métela… más ahhh ahh
-Sí mami como órdenes
A petición suya procedí a penetrarla por completo, dio un grito de dolor pero a la par era morboso y lleno de placer, no aguantó y con sus manos se tapó la boca, yo no quería perder la vista así que procedí a separar sus nalgas con mis manos. Sus piernas temblaban, y de repente comenzó a masturbarse, lo que provocó que cediera y se fuera de lado, yo la seguí aún penetrándola, ella alzó su pierna me puso el pie en la cara y sin más lo bese y lamí, esto fue el detonante para su tercer orgasmo que estuvo acompañado de una gran cantidad de jugos, yo ya no podía más, por lo que hice otra pregunta
-Mami, ¿Te lleno la colita de semen?
-Sí hijo… hazlo por favor, vacía tu semen en mi colita, quiero que quede llena y salga de mí
Así con toda mi fuerza embesti a mi mami sus nalgas rebotaban al igual que sus tetas y con mi último movimiento descargue mi semen dentro de su cola, al sacar mi verga está estaba llena de leche y jugo, chorreaba una gran cantidad de líquido, mi mami que ya no podía más tan sólo abrió la boca.
-Ponla aquí me dijo
Obedecí y sentí su lengua pasar por mi glande, succionaba cualquier rastro de fluido, y luego por el tronco.
-Ahhh que delicia amor, jaja que rico sabe mi cola
-Ahhh ay mami ya no puedo más
-Yo tampoco hijo, pero no importa ahorita descansamos y mañana tenemos todo el día para hacer cochinadas jaja
-Sí mamita quiero hacer cochinadas contigo
-Esta bien entonces ven vamos a dormir hijo
-Mamá, ¿Hacemos cucharita?
-Claro amor, ven y abrázame
Esa noche dormimos como nunca, no importaba que las sábanas estuvieran mojadas y tuvieran un olor fuerte, a fin de cuentas era producto de nuestro amor y pasión y la mañana empezó mejor.