La Novia de mi Hijo

heranlu

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Mi nombre es Carlos y a mis 56 años, mi vida estaba realizada, tenía una familia hermosa compuesta por mi esposa Sofía y dos hijos, Roberto de 24 años y Cristian de 18 años. Era dueño de una empresa y tenía un gran pasar económico. No piensen que hoy no tengo esas cosas, pero la historia que les contaré pasó hace ya cuatro años.
En realidad, si perdí algo de lo que tenía, ese año mi esposa murió de cáncer y es el comienzo de esta historia. Tras la muerte de Sofía, entré en una gran depresión, no quería ir a trabajar, me quedaba todo el día en la cama y ni siquiera me aseaba. Mis hijos estaban muy preocupados por mí y nunca me dejaban solo en la casa. Roberto se hizo cargo de la empresa, era muy hábil con los negocios y estudiaba administración empresarial. Cristian, había terminado la secundaria y por la situación familiar no quiso ir a la facultad ese año, por lo que estaba mucho en casa haciéndome compañía. También estaba Virginia, la novia de Roberto, era una chica sumamente agradable y muy flaquita, pero atractiva, con sus 22 años tenía una personalidad muy madura para su edad y desde la muerte de mi esposa, ella se había encargado de la administración de la casa.
Con 56 años mi panza ya era prominente, mido 1,85m, desde joven que soy pelado, siempre usé bigotes y soy muy velludo, canoso, en todo el cuerpo. Nunca me consideré apuesto o galán, ni siquiera cuando era joven, pero siempre fui muy seguro cuando encaraba a las mujeres y muy pocas veces me rechazaron. Mi secreto es que tengo algo muy tentador para ellas, la naturaleza me dotó con un enorme miembro sexual y era casi imposible ocultarlo debajo del pantalón. Desde que era adolescente saqué provecho de mi dotación, no hacía nada para ocultarlo, por lo que siempre era un centro de atracción, los varones me envidiaban y las mujeres se mojaban, así que siempre había ojos posados en él. Cuando, terminados mis estudios tuve que conseguir trabajo, también me fue muy útil, a las entrevistas iba de traje y usaba bóxers de tela, que son más holgados. Mi pene, flácido, se deslizaba a la derecha sobrepasando el bóxer haciendo un enorme paquete en forma de tubo sobre mi muslo. El efecto era hipnótico y siempre obtenía resultados.
Cuando conocí a Sofía, nos enamoramos de inmediato, ella tenía 24 años y era muy atractiva, algo rellenita, pero con curvas perfectas, unos grandes senos y un trasero perfecto. Fue la mujer que más tiempo tarde para hacerle en amor, pero la esperé porque realmente me gustaba. A pesar de haber tenido varias experiencias sexuales con otros hombres, tenía pavor a que la penetre con mi miembro. No era para menos, a mis 26 años mi pene estaba en todo su esplendor, con 26cm de largo y una circunferencia de 24cm en erección realmente metía miedo, sin contar que se me ponía duro como un roble. Sin embargo, a pesar de no tener penetración, me la chupaba, me hacía la paja turca con pene entre sus tetas y se tragaba mi esperma cuando acababa. Un día se animó y me dejó penetrarla, sin llegar a introducir la mitad de mi verga en su vagina y sin casi movimiento alguno, Sofía experimentaba un orgasmo. El fluido vaginal empapaba mi pene y me hacía calentar más todavía, mis movimientos se aceleraron y le provocaron otro orgasmo, después otro más, seguido de otro. Sus gemidos no paraban, gritaba como fuera de sí y me pedía más. Y yo le di más, la puse boca abajo y le penetré el ano, solo que en el culo llegué hasta el fondo. Ella siguió teniendo orgasmos, uno tras otro hasta que le descargué toda mi leche en el recto. Estuvimos un rato en esa posición, hasta que el tamaño de mi pene disminuyó y lo saqué. El ano estaba desgarrado y sangraba mucho, por lo que tuvimos que ir al hospital. Ella me dijo que nunca había sentido dolor alguno, solo había sido placer y nunca dejamos de tener sexo anal.
Pero con 56 años, lo antes era roble, paso a ser madera balsa. Ya no podía lograr una erección completa sin ayuda, en los momentos de excitación, mi miembro aumentaba su tamaño como siempre lo hizo, pero el problema estaba en que no lograba endurecerse por completo. Pero cuando tomaba una pastillita de viagra, todo se solucionaba y se me endurecía como cuando era joven.
Tres o cuatro meses después de la muerte de Sofía, mi ánimo fue mejorando, comencé a hacer trabajos del hogar, arreglar el jardín y también iba al supermercado por mercadería. Mis hijos se fueron despreocupando de a poco y fueron retomando sus vidas, aunque me vigilaban de cerca. Mientras estaba en mi casa, mi atuendo era muy de entre casa, lo que más usaba eran los yoguins, shorts o solo calzones. Esa ropa hacía resaltar mi enorme miembro, lo que llamó la atención de Virginia, cada vez que conversábamos su mirada se desviaba hacia mi bulto. Era evidente que el tamaño de mi pene la sorprendía. Pero se ella estaba sorprendida por mi dotación, eso quería decir que mi hijo Roberto no estaba muy bien dotado. Entonces me surgió una pregunta. Habrán heredado el don que yo tengo mis hijos? Indiscretamente, les observé la entrepierna a mis hijos, la verdad mucho no me daba cuenta, ellos usan jean todo el tiempo y esa tela ajusta más. Decidí hacerme el boludo, para sorprenderlos cuando estuvieran desnudos. Una noche Cristian se fue a duchar, así que me quedé esperando fuera del baño, cuando escuché que cerró el grifo y abría la cortina, entre de golpe. Mi hijo menor definitivamente tenía el don, su miembro tenía un gran tamaño, casi como el mío. A Roberto lo sorprendí mientras se ponía en short de baño, antes de ir a la pileta, se estaba cambiando con la puerta abierta y permaneció desnudo un largo tiempo. Estuve observándolo muy detalladamente e incluso lo pude ver en erección, pero no tenía el don. No es que estaba mal, pero era un tamaño estándar o sea la mitad que la mía. Y claro, esa era la razón por la cual Victoria me miraba tanto la entrepierna.
Una tarde yo me encontraba solo en mi casa y solo tenía puesto un bóxer de los sueltos, era algo que hacía cuando estaba solo. Me puse a ver tele en el sillón del ****** y me quedé dormido. Para mi sorpresa, cuando desperté estaba Victoria parada delante de mí observándome.
- Hola Viky, como estas? Parece que me quedé dormido.- le dije.
Ella no reaccionó, tenía una cara como de asombro. Fue en ese momento que me acordé que estaba casi desnudo. Pero no solo eso, mi verga estaba casi totalmente crecida y la mitad estaba por afuera del bóxer. Tomé un almohadón y me tapé.
- Perdón Victoria, no pensaba que viniera alguien a esta hora.
- No se preocupe Carlos, la entrometida soy yo, debí avisarle antes de venir.
- Pero de ninguna manera, vos podes venir cuando quieras, perteneces a la familia.- le dije.
- Esta bien.- dijo agachando la cabeza con vergüenza.
- Bueno Viky, no te pongas mal que no es para tanto.
- Es que estoy muy sorprendida, yo nunca había visto una tan grande.- me dice.
- Si, la verdad es que es muy grande.- agregué.
- Me voy, a la noche vuelvo a cenar.- dijo mientras salía a toda velocidad.
Saco el almohadón y mi verga estaba en su tamaño máximo. Un color extraño en el glande me llamó la atención, le pasé el dedo y salió, casi estaba seguro que era maquillaje. De seguro, Victoria había chupado mi pija mientras estaba dormido. Si llegó a arriesgarse tanto, era porque estaba obsesionada con mi verga y se me estaba entregando en bandeja. Esa noche cenamos en casa, mis hijos, Victoria y yo. Note que ella estaba más desinhibida con migo, me hacia chites y me ponía caras. Se la notaba contenta y algo me decía que yo tenía que ver con esa repentina alegría. Cuando se estaban marchando, Victoria me da un abrazo de despedida y me susurra al oído.
- Mañana vengo en el horario de la siesta.
Yo me quedé duro, no pude decir ni una palabra, la novia de mi hijo me estaba tirando un lance y yo estaba dispuesto a agarrar viaje.
Por la mañana me levanté y lo primero que hice fue ir a la farmacia a comprar viagra. A las 11 de la mañana me tomé una pastilla. Parecía que el tiempo pasaba más lento, llegaron las 13 hs, pero Victoria no había llegado aún. Comencé a pensar que no me iba a hacer efecto la pastilla por lo que me tomé otra. Unos minutos después llega Victoria, estaba más sensual que normalmente. Al verla, sin decir ni una palabra, tuve una erección instantánea, como cuando era joven. Ella se abalanzó a mi verga, me bajó los pantalones y comenzó a chuparla. Yo estaba tan excitado que le agarré la cabeza, mientras tenía mi verga en su boca y le descargué un gran chorro de esperma espeso en su garganta, el cual se tragó. Mi pija seguía durísima, era otra vez de roble y Viky no paró en ningún momento de chuparla.
- Bebé, ahora vas a saber qué es ser penetrada por una verga gigante, te voy a agrandar el túnel.- le dije.
Se sacó toda la ropa, le chupe un poquito la raja y se la ensarté en su conchita. Ella gritaba y gemía, experimentaba una mezcla de placer con dolor. Era tremendamente excitante ver a mi enorme pedazo de pija, que estaba como en los mejores tiempos, penetrando un cuerpito tan menudito, parecía que lo partiría en dos. Pronto tuvo su primer orgasmo, gemía como una desquiciada y yo no paraba de darle pija. Ahora estaba por acabar yo y le di con más fuerza hasta que le llené de leche la vaginita, ella experimentó otro orgasmo en ese momento. Le saque mi rabo de la concha y me quedé mirándola.
- Como te dejé la conchita bebé, ahora sí dejaste de ser virgen.- comente.
- Hay! Me la destrozaste! Ahora como voy a hacer con tu hijo?.- decía mientras se miraba.
- Con mi hijo nada, pero yo te voy a seguir dando porque ya estoy al palo otra vez.
La seguí penetrando, una y otra vez, ella tenía un orgasmo tras otro, hasta que dejo de gozar, para transformarse en mi agujero. Por mi parte, acababa y seguía al palo, y con ganas seguir. Luego de dos horas casi, la di vueltas y le penetré el ano. Victoria estaba casi sin fuerzas y casi no emitía sonidos, pero yo estaba hecho una fiera, la segunda pastilla estaba cumpliendo su cometido. La tenía sentada sobre mi pija subiéndola y bajándola como yo quería. Después me puse de pié y la joven quedó empalada sobre mi verga con sus piernas colgando. Así, de pié y sin sostenerla con mis manos, solo sostenida con mi pija clavada en su orto, de espaldas a mí, con sus brazos, piernas y cabeza colgando como peso muerto, yo le seguía dando con muchas ganas. Mientras estaba en esa posición se abre la puerta del ******, era Roberto y quedó petrificado al vernos.
- Papá! Que estas haciendo? Estas violando a Victoria!.- gritó.
- No me está violando, yo se lo pedí.- gritó como puedo la joven.
- Qué? Es verdad? Ella te pidió esto? Pero, por qué?.-pregunto llorisqueando Roberto.
- Porque yo tengo esto para darle.- le contesté a mi hijo mientras levantaba e Victoria con mis manos y dejaba al descubierto mi vergón.
- No lo puedo creer.- dice mi hijo.
- Ahora entendiste porque me pidió que le haga esto? Desde que están de novios, cada vez que me ve, me observa el bulto y peor aún, la muy puta, el otro día me chupo la pija mientras estaba dormido. Estoy seguro que esta puta te aguanto todo este tiempo porque quería cogerse a mi pija.- dije sin parar de bombear.
- Eso es cierto Victoria? Contéstame. –le pregunto Roberto a su novia.
- Si!! Estaba obsesionada, pero ahora…
- Pero no pensaste que era tan grande, ni que podría aguantar tanto. Pero además subestimaste el amor de un padre a su hijo.- le dije a Victoria.
- No puedo creer que fueras capaz de hacerme esto, puta.- agregó Roberto.
- Perdón hijo por preferir este camino, en vez de decirte antes, pero creo que ella se merecía este castigo, le va a costar mucho tener otro orgasmo después de hoy. Pero, además, que esta fue mi mayor motivación, yo necesitaba descargar toda mi rabia acumulada y esta puta era ideal para descargarme.
Saque a la joven de mi pija, dejándola caer en el sillón y abracé a Roberto. Estuvimos un rato abrazados y llorando juntos. Creo que los que los dos llorábamos por Sofía, la extrañábamos mucho.
Ese día di por concluida mi etapa de duelo y al día siguiente volví a trabajar. La familia siguió muy unida como antes, pero Roberto se casó y se fue a vivir a exterior. Cristian nos confesó que era homosexual y hace dos años sale con un joven sensacional, aunque no logra acostumbrarse al aparato de mi hijo, ya que lo escucho gritar casi todas las noches. En cuanto a mí, conocí a una mujer hace dos años, a la cual quiero mucho y luego se mudó con migo. Ella disfruta mucho de mi gran don y yo trato de no lastimarla con él.
No volvimos a saber de Victoria.
 

leon77

Virgen
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Este loco tiene mi don k enrezlidad es un carma a la hora de lis bifes y ni hablar de cuando pido la partectrsera jijiji muy buen relAto
 
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