Pienso en lo sucedido días atrás, no es remordimiento, es sentirme un poco raro, porque he pasado de un celibato total a despendolarme totalmente. No es que antes hubiera sido un santurrón, que no. Porque tanto mi mujer como yo éramos puro fuego en la cama y donde no era la cama. Los dos habíamos sido muy ardientes y probamos todo lo que se nos ocurría. No había postura sexual que no practicásemos y todo tipo de sexo. En el BDSM por ejemplo habíamos adquirido un arte especial porque a ella le gustaba el sometimiento sexual. Nuestras fantasías eran de todo tipo y estábamos dispuestos a ponerlas en práctica, luego la vida tomó otro camino. Había que seguir el camino por mí y por mi hijo.
Mientras pensaba en todo lo sucedido, Luna estaba cuidando a mi hijo, como era ya verano decidí alquilar una casa con piscina y Luna se vendría a casa con mi hijo, aunque al principio hubo ciertas reticencias, después de follarme a su madre desaparecieron y la dejaron. Luna iba siempre con un micro short, que parecía una segunda piel y dejaba ver parte de los cachetes de su culo, además de marcar raja por todos los lados y la camiseta que llevaba sin sujetador, marcaban sus pequeñas tetas.
Pensar en lo que había sucedido días atrás, ver a Luna de esa manera y el ayuno sexual de más de dos años, hacían que sin poder evitarlo mi polla fuera incontrolable. A pesar de que Luna no medía más de 1,63 unos 25 cm. menos que yo y pesaría 50 kg. Mientras yo estaba por encima de los 75 y por debajo de los 80. Me costaba creer además que aguantara un pollazo mío. Pues contra más lo pensaba más cachondo me ponía. Ese trance de pensamientos perversos e indebidos dejaron de existir cuando suena mi móvil, es mi hermana mayor, es la mayor de los tres, yo soy el pequeño. Tiene nueve años más que yo. —Hermano me he divorciado y me voy a trabajar donde tú vives. Necesito asilo—
Me quedé de piedra, me avisó de que no dijera nada a nadie, que quería contarlo ella. Vivía en el extranjero tanto ella como mi cuñado (Que me caía de PM) eran funcionarios y ella había pedido regresar siendo una de las opciones donde vivía yo. Mi hermana se llama Zoé, mide más de 1,75 se acerca al 1,80, pelo marrón oscuro y melena. Tetas de más de 100, piernas muy bonitas, nada de grasa y buen culo, va a todos los sitios en bicicleta. Siempre la han mirado y admirado mucho, pero a los tíos tanta mujer da miedo. Para mí que tenía el matrimonio ideal y por lo que me acababa de decir habían hecho agua. Llegó al día siguiente y cuando Luna se fue con mi hijo y nos quedamos solos...
• Para no andarnos con rodeos, esto ha sido hace seis meses, legalmente no estamos divorciados, pero ya está todo en trámites. Si no lo he contado antes ha sido porque hasta que no hubiera regresado a España no quería contarlo.
• Una pena porque él me caía muy bien, pero si tú has considerado que es lo mejor para ti, que le den por culo.
• Por eso quería que fueras el primero, porque los papás y nuestro hermano además de echarme la culpa sin saber, me van a decir que soy tonta y bla, bla... ya los conoces.
• Zoé tu a lo tuyo. No tienes porqué dar explicaciones.
• Pero te las voy a dar porque me tengo que desahogar con alguien. Joselu (mi cuñado) siempre ha sido muy celoso y con el tiempo se ha vuelto mucho más, hasta un punto insoportable. Quise que fuéramos a terapia de pareja, porque él solo no iría a un especialista y tratar que le ayudaran, pero como siempre dice que no es celoso... pues no ha habido manera.
• Siempre le he visto muy pendiente de ti, pero claro en el día a día, en la intimidad no es lo mismo. ¿Tan celoso era?
• El problema que es un puto desastre en la cama, cuando “funcionaba” te dejaba a medias y eso le preocupaba, pero no lo suficiente para ponerse en manos de un especialista. Eso le llevaba a pensar que al quedarme insatisfecha iba a buscar algo fuera de casa. Llegaba cinco minutos tarde y era como si fueran horas, interrogatorios y no se creía nada. Le dio por poner porno en la TV, veía a tíos muy dotados y decía que la suya era una birria. Que tampoco era una birria, pero con su cuerpo se veía una miniatura. Pues de nuevo me decía que yo buscaba una como los de la tele. Claro todo esto lo aderezaba con insultos, improperios...
• ¿Tu que le decías?
• Que o se ponía a tratamiento de todo o no estaba dispuesta a continuar en esa situación. Donde llegó todo a un punto de no retorno, fue cuando recordó algo que le conté. Un día en plan confidencias de no nos ocultamos nada, le confesé que una vez tuve un “roce” con una compañera de la universidad y se agarró a eso, para decir que me tiraba todo lo que se movía.
• ¿Así de pronto?
• Era una excusa, porque llevábamos varios meses sin tener sexo y lo hizo para enfadarse y así no tener que intentar hacer nada. Pues pasaron varios meses así y hace ocho meses le dije que se acabó, dos meses que pasamos que si sí, que si no y hace seis meses se terminó todo.
• Vaya tela hermana. Pero al final uno se acostumbra a todo, el cuerpo es muy listo. Mírame a mí, desde antes de fallecer mi mujer no hacíamos nada por su enfermedad y ya han pasado más de dos años. Ni lo he notado.
• Héctor te creo porque me lo dices tú, pero me cuesta, porque yo sí lo echo de menos. Hasta estoy siempre de mala leche.
• Y en estos meses ¿no te has enrollado con alguien?
• Nada de nada, los espanto. No se me arrima ninguno y a uno que se lo dije claramente puso cara de pánico. Me voy a tener que bajar alguna aplicación de esas que hay, pero me dan miedo.
Era una putada lo que le sucedía, tampoco me extrañaba, porque mi hermana del 0 al 10 le daba una puntuación de 15. Se quedó más relajada después de desahogarse y dije de darnos un baño. Me meto en la piscina y lo hago con mi hijo, Luna se va a cambiar y viene con un bikini muy bonito. Alucino con el abdomen tan trabajado que tiene. Está fuertísima. Zoé trae un pareo que lo lleva sujeto a la altura del pecho. Cuando se lo quitó mi polla saltó como un resorte. Menos mal que estaba en el agua. Traía un mini bikini y me decía a mí mismo, cómo no iba a asustar. Le digo que se la ve físicamente muy potente, su respuesta lo dice todo —no hay nada que calme más los “demonios” que el chocolate o el ejercicio. Como chocolate no se puede, pues cuatro horas de GYM diarios—
Hasta que no regresáramos a mi casa no se apuntaría a mi gym y mientras nos adaptaríamos al gym de la casa alquilada y la piscina. Por eso elegí esa casa. Al día siguiente me di cuenta de mi error, porque mi hermana había juntado los días de traslado más las vacaciones y poco tenía que hacer. Hasta se ofreció a cuidar ella a su sobrino y se lo agradecí, pero no podía hacerle la faena a Luna que ya contaba con esos ingresos de cuidadora. A pesar de la diferencia de edad Zoé y Luna se hicieron muy amigas y andaban a todas horas con secretos, más las risas que se echaban.
Mi horario diario era el siguiente, me levantaba temprano, desayunaba y mientras lo hacía abría mi portátil para ver lo que tenía pendiente. En ese momento tomaba las primeras decisiones, dejaba el ordenador. Me ponía ropa de deporte y sin hacer ruido iba a la habitación de mi hijo. Una vez lo había visto me llevaba la cam que monitoriza su habitación y me ponía a hacer mis ejercicios diarios. Una vez que acababa me duchaba y ya me ponía a trabajar, en cuanto mi hijo se despertaba, le preparaba su desayuno y después de desayunar le aseaba y le vestía. Luego era todo de Luna. Sobre la una dejaba de trabajar y ya solo atendía algo si me llamaban.
Estando mi hermana todo cambió. Porque esa primera mañana con ella me “regañó” por no haberla despertado para hacer sus ejercicios conmigo. Se fueron a cambiar las dos y me quede jugando con mi hijo. Tengo una llamada y a ponerme delante del portátil otra vez. Aparecen las dos con sus respectivos conjuntos para hacer deporte. Cada una en su estilo eran espectaculares. Las tenía delante de mí y Zoé le explicaba a Luna los ejercicios que tenía que hacer para endurecer el culo. Luna le pregunto si seguro se endurecería y mi hermana se dio tres azotes fuertes en el culo diciéndole que mirara lo duro que estaba.
Mi polla se volvió loca y se me puso más dura que nunca. Me aterraba pensar que mi hermana me hubiera causado esa reacción así que me autoengañe y lo achaque a que era Luna, que también era para flagelarme. Una vez que termino, les digo que estén pendientes del niño y me voy a poner el bañador. Parece que ya me he relajado y me voy a dar un baño sin mirarlas. Hago un par de largos, me apoyo en el borde de la piscina porque me están preguntando algo. Es cuando veo que mi hermana se ha quitado la camiseta y se ha quedado solo con un top deportivo. Que marcan a la perfección sus tetones, que no me acordaba que fueran tan grandes. De nuevo mi polla me traiciona. Pero es que Luna no se queda atrás, porque también se le nota todo. Luego se meten conmigo en el agua. Mi hermana con otro modelo de mini bikini y Luna con un bañador que resalta todo su cuerpo.
Salgo para vestirme e ir a recoger la comida que tengo encargada. A mi regreso salgo a avisarlas de que está la comida y están las dos haciendo toples. Nunca había visto las tetas de mi hermana. Son magníficas, lo dicho más grandes de lo que me imaginaba, a pesar de su gran tamaño se le mantenían bien erguidas o eso me aprecia y coronadas por dos pezones puntiagudos marrones. Luna al contrario mostraba dos tetas pequeñas, como dos melocotones con unos pezones de color rosado que marcaban como una segunda protuberancia, que los hacían muy llamativos. Me limité a decirles que estaba la comida. Nadie sabe el mal rato que pase comiendo con ellas. Mi hermana recibe una llamada mientras está en la cocina y pone el altavoz. Es una amiga suya que viene de viaje unos días y quedan para salir el sábado noche. El resto de la semana fue un calvario para mí y para mi polla, que me la tuvieron en pie de guerra a todas horas.
Me pase todo el sábado jugando con mi hijo, no se le acababan las pilas y un buen rato de esos juegos participó Luna. Mi hermana llevaba ya unos días sermoneándome de que tenía que salir más de casa, mi hermano le había contado las veces que hizo de celestino y muy seria me pregunto... ”¿Es que no vas a rehacer nunca más tu vida?” siendo mi respuesta clara, contundente y sincera... “No estoy cerrado a nada, lo único que soy muy consciente de que es difícil que una mujer quiera tener nada serio conmigo teniendo un niño y lógicamente no voy a dejar a un lado a mi hijo”, esto se lo decía porque no es que hubiera tratado de tener nada serio con ninguna mujer, lo único que cuando comentaba lo de que tenía un hijo, cronometraba el cambio en la persona y lo que tardaban en hacerme un “Houdini”, diciéndome mi hermana que ya lo hablaremos con más detenimiento.
Era de esas noches que mi hijo estaba tan cansado que dormiría sin que un terremoto le despertara. Una vez que le dormí me fui a cambiar para estar más cómodo, algo que hago todas las noches. Me lleve conmigo la cam para ver a mi hijo y el portátil para revisar trabajos pendientes. Luna no estaba, solo la TV encendida con un programa de esos llamados “rosa”. Estaba distraído con mis cosas, cuando Luna me trajo unas hierbas que suelo tomar por la noche. Ella se ha cambiado también y se ha puesto un pijama corto de verano. Todos los días el pijama que se ponía, no es que fuera escandaloso, pero si “llamativo”, que lo mismo eran mis ojos y mi larga abstinencia lo que me hacía verlo así, aunque hubiera tenido sexo dos veces.
Me es necesario describir el pijama que llevaba, porque se salía de todos los que se había puesto. Top corto sin mangas, dejando parte de la tripa al aire y pantalón corto. Todo de color rojo oscuro. El top como tirantes tenía dos cordones y escote en forma de uve. No llevaba sujetador y como era de seda o imitación a seda, los peones se lo marcaban descaradamente. Los pantalones cortos eran de cintura alta, pero la tela que tenía de más por arriba le faltaba por abajo, que, a pesar de llevar una decoración de encaje, dejaban sus nalgas mucho más a la vista que los shorts que usaba durante todo el día. Tal como se sentó de lado, podía ver una nalga casi al completo y mi corazón empezaba a bombear sangre a más velocidad.
Una llamada en mi móvil me hace salir del trance. Número desconocido y es mi hermana, para decirme que mire si está su móvil por casa, porque si no se lo han robado o se lo ha olvidado. Luna me ayuda y encuentro su móvil. Me dice que si necesito algo que le llame al número desde el que me llama y no hablamos más. En ese mismo momento los que salen en la TV hablan en plan de cachondeo de si es importante el tamaño de los penes. Un debate estúpido, pero a la vez resultaba gracioso por los disparates y las tonterías que decían. Luna inicia una conversación sobre el sexo, pero lo hace de una manera muy reposada. Hasta que se anima y hago un pequeño resumen:
• Héctor ¿te puedo hacer una pregunta? Pero solo si me contestas la verdad.
• Venga, pregunta.
• ¿Cuándo perdiste y de qué manera la virginidad?
• Pues vaya pregunta, te has quedado a gusto. Te la contestaré sin dar muchos detalles, porque te he dicho que te la contestaría.
• Muy jovencito, muy jovencito y con una mujer mayor que yo y no digo nada más.
• Bueno por lo menos si me podrías decir cómo te resultó.
• Pues muy bien. Si lo que quieres saber que recuerdo tengo, es muy bueno.
• Pues yo la perdí hace menos de un año y mi recuerdo es malísimo.
• Pues olvídalo pronto y ya verás como con el tiempo encuentras a alguien que te lo hace olvidar.
• Es muy difícil, me refiero al encontrar a alguien, soy bajita, tengo poco pecho, un trasero muy pequeñito y a los hombres os gustan con mas donde agarrarse.
• Eso son tonterías, estás muy bien.
• En parte puede ser que sí, porque donde he tenido más éxito son con las personas de mí mismo sexo. Porque, aunque algunas se creen que no me he dado cuenta, muchas mujeres me han tratado de... lo que pasa que me hago la tonta.
• ¿Estas segura? Que algunas veces nos podemos equivocar.
• Segura, segura y te sorprenderías de alguna.
• Mejor no te pregunto, que no quiero saberlo. Ya sabrás tú lo que debes de hacer o no debes de hacer.
• Algo de curiosidad si tengo, pero no la suficiente. Ahora de lo que sí tengo curiosidad es de lo que decían estos de la TV, de qué forma es el tuyo y si está en la media.
Me pareció que la conversación empezaba a adquirir tono que no era prudente y para no darle un corte excesivo le dije —Lo importante y ya lo descubrirás que el físico importa menos de lo que parece y tu solo te tienes que hacer una pregunta y es ¿por qué las fragancias de lujo vienen en frascos pequeños? Y no lo digo por decir—, Luna me preguntó si yo la encontraba físicamente bien y mi respuesta fue afirmativa. Se queda pensativa y me dice —vale te creo, pero no me has contestado a como es tu... ya sabes— y como le digo que no le voy a contestar a eso, me dice tocándome mi polla por encima de mi pantalón, que lo iba a tener que descubrir ella.
Intente apartarla sin ser brusco y mucho menos violento. Su diminuta mano se agarró con fuerza a mi polla y empezó a tocarme con muchas ganas. Mi cabeza decía una cosa y la cabeza de abajo otra, gana la de abajo que hizo que mi polla creciera al máximo. Luna decía según crecía —MADRE MÍA, MADRE MÍA, como crece esto, alucino es el doble de la de mi exnovio— al rato decía —¡WOW! Y SIGUE CRECIENDO— no le costó mucho verla, porque la polla salía por arriba del pantalón corto que llevaba puesto. La liberó y la agarró con sus dos manos, era muy cachondo ver su cara y como subía y bajaba sus manos. Se pone encima de mis piernas, ahora agarra mejor mi polla y deja salir un poco de saliva dejándola caer en el capullo, con lo que ahora maneja mejor sus manos.
Se quita el top y quedan sus tetas liberadas, son realmente pequeñas, pero con unos pezones de buen tamaño o que eran llamativos al ser las tetas tan pequeñas. Nos besamos y mis manazas agarran con facilidad su culo, sus nalgas caben en mis manos, duras y suaves. Se mueve de tal manera que no tardó nada en ver el pantalón fuera y tiene el coño muy peludo me extraña que no esté depilada. Ella misma se coloca el capullo en su raja, exactamente dónde está su clítoris y se roza con él. Tomó las riendas, la tumbó sobre el sillón, me desnudo y lo que hago es comerme ese dulce coñito. Luna empieza a gritar desesperada y le digo que sea más silenciosa, trata de hacerlo, le cuesta contenerse y cuando se corre flexiona su cuerpo en varias direcciones. Al acabar me mira me dice si con la cabeza, apretando sus labios y resopla. Se incorpora, se abraza a mi cuello —te aseguro que nadie me ha hecho nada parecido, ha sido... WAW—
Cuando me lo estaba diciendo se estaba poniendo de nuevo sobre mis piernas y ahora se colocaba mi polla. La agarra y se la coloca en la entrada de su coño, la suelta una vez que ya está bien colocada, se agarra a mi cuello diciendo —no se si me entrara toda porque la de mi ex solo media 13 centímetros, una mierda al lado de esta— y en ese mismo momento veo algo que se mueve en la entrada de la casa, junto al pasillo y es mi hermana la veo claramente. No sé el tiempo que lleva husmeando, pero ahora está viendo como Luna se folla ella misma con mi polla. Luna va diciendo lo bien que la va notando, lo que le produce y lo perra que era metiéndose esa polla hasta dentro. Una vez que la tuvo dentro se movía con oscilaciones, tenía un movimiento de culo y de cadera insuperable. Mi hermana se movió un poco y nuestras miradas se cruzaron, no podíamos decir que no nos habíamos visto, se quieto rápidamente, pero no tardó en regresar.
Ahora veía como tenía una mano metida por dentro de su pantalón y era evidente lo que hacía. Mi cabeza era un batiburrillo, caliente, remordimientos, pena, alegría... todo tipo de sentimientos y sensaciones, pero no lo paraba. Luna se vuelve a correr de la misma forma que la anterior, se contorsiona, se aprieta contra mí como si quisiera meterse más adentro mi polla. Es cuando por fin me da algo de lucidez y me doy cuenta de que no me he puesto un condón, por eso me salgo y Luna se pone de rodillas apoyada en el respaldo del sillón y meneando su culo me dice —hay una perrita que necesita de nuevo que se la metan— y no voy por un condón, porque se me ha ocurrido una idea mejor, pero para hacer lo que quiero, que es ver como mi hermana no se pierde como le doy por culo a Luna, intento colocarla de lado, pero no hay manera.
Cuando Luna se da cuenta de mis intenciones se rebota, dice que no, pero al estar tan cachonda no me cuesta convencerla y al final lo único que me dice es que, si dice que pare, tengo que parar. Me recuerda a mi mujer en su primera vez y luego lo viciosa que se volvió con el sexo anal. Me costó meter el capullo y nada más hacerlo me decía que la sacara. No le hice caso, pero no avanzo más. La oigo algo lastimera, ya no dice nada, por lo que avanzo un poco más, se pone más nerviosa, se agarra con fuerza al sillón y duda en decirme que siga o que me salga, se lo noto. Parece frágil, delicada y me entran dudas, que se me quitan cuando noto el movimiento de sus caderas y que me dice —PERO DESPACIO, CON SUAVIDAD— y continúo con el placer de follarme un pequeño y tierno culo por primera vez. Al notar Luna el contacto de nuestros dos cuerpos es cuando se da cuenta de que tiene toda mi polla dentro y exclama —PERO QUÉ PUTA QUE SOY— y no tarda mucho en mover su culo y bambolear sus caderas. Cuando me corro dentro de su culo grita corriéndose ella también y gritando de felicidad —LO NOTO, LO NOTO... QUE GUSTAZO—
Me quedo apoyado en su pequeño cuerpo, sudando y respirando fuerte, estaba todo en silencio y le escucho decirme —no sabes la cantidad de dedos que me he hecho pensando en que me era tuya— reaccionó rápido porque no quiero que se encoñe conmigo y se da cuenta, se ríe diciéndome —tranqui, no te rayes... que solo buscaba alguien que fuera un hombre de verdad y me follara en condiciones, no un “criajo” como mi ex— eso me tranquilizo un poco y se fue desnuda para su habitación. No me enteré de que mi hermana se había ido, porque al pasar por su habitación la puerta estaba abierta y no había nadie. Poco tiempo después se escuchó como entraba como si acabara de llegar. Por la mañana me levanté y ni desayuné en casa, lo hice fuera, mi cabeza volvía a ser un batiburrillo. Estuve varios días llegando tarde a casa con la excusa del trabajo. El cuarto día al llegar no escucho a nadie, la luz del salón está encendida. Pero como hacía esos días, entraba sin hacer ruido, me iba a mi habitación y hasta el día siguiente.
Al pasar por la habitación de mi hermana me quedo sin respiración. Luna y Zoé están desnudas, el cuerpazo de mi hermana me impresiona. En ese instante mi hermana está azotando el culo de Luna, el culo está de rojo intenso, algo que me gustaría habérselo hecho yo, pero al ser la primera vez me contuve. después de una paliza tremenda, le hace darse la vuelta y entonces mi hermana queda de cara a la puerta, se pone encima de Luna y le coloca su coño completamente depilado en su boca. Mira hacia la puerta y se me queda mirando, mordiéndose el labio inferior, no me corto, saco mi polla y empiezo a tocármela, mi hermana deja de morderse los labios abre su boca y se pasa varias veces la lengua por sus labios. A continuación, se agacha y queda en la posición del 69 con Luna, no me imaginaba a mi hermana con otra mujer.
Cuando escuché como se corrían las dos, me marché a mi habitación y me terminé de hacer la paja. Al levantarme me encuentro primero a Luna que me pregunta que cuando llegue, que no escuchó abrirse la puerta. Estaba claro que ella no se enteró. Luego se levanta mi hermana y en su saludo hay una pequeña diferencia. Ella cuando me ve y pasa junto a mí me da una palmada en el culo, pero desde siempre, nada extraño ni hay que pensar en cosas raras. Por lo menos hasta ese día que pasa junto a mí, me da la palmada, pero agarrándome el culo y diciéndome —¿lo pasaste bien anoche? ¿has dormido bien?—. Luna le pregunta a mi hermana sí se enteró de cuando llegue yo y ella le contesta —ni enterarme, que he dormido como una niña chica, el ejercicio antes de irme a dormir me sentó muy bien— y con cierta picaresca Luna le responde —pues dicen que antes de irse a dormir no hay que comer mucho y no hacer ejercicio— mi hermana mirándome —pues anoche me empache de comer, aunque no me quedé harta y tú comiste más que yo— Luna se reía y le daba la razón.
Mientras pensaba en todo lo sucedido, Luna estaba cuidando a mi hijo, como era ya verano decidí alquilar una casa con piscina y Luna se vendría a casa con mi hijo, aunque al principio hubo ciertas reticencias, después de follarme a su madre desaparecieron y la dejaron. Luna iba siempre con un micro short, que parecía una segunda piel y dejaba ver parte de los cachetes de su culo, además de marcar raja por todos los lados y la camiseta que llevaba sin sujetador, marcaban sus pequeñas tetas.
Pensar en lo que había sucedido días atrás, ver a Luna de esa manera y el ayuno sexual de más de dos años, hacían que sin poder evitarlo mi polla fuera incontrolable. A pesar de que Luna no medía más de 1,63 unos 25 cm. menos que yo y pesaría 50 kg. Mientras yo estaba por encima de los 75 y por debajo de los 80. Me costaba creer además que aguantara un pollazo mío. Pues contra más lo pensaba más cachondo me ponía. Ese trance de pensamientos perversos e indebidos dejaron de existir cuando suena mi móvil, es mi hermana mayor, es la mayor de los tres, yo soy el pequeño. Tiene nueve años más que yo. —Hermano me he divorciado y me voy a trabajar donde tú vives. Necesito asilo—
Me quedé de piedra, me avisó de que no dijera nada a nadie, que quería contarlo ella. Vivía en el extranjero tanto ella como mi cuñado (Que me caía de PM) eran funcionarios y ella había pedido regresar siendo una de las opciones donde vivía yo. Mi hermana se llama Zoé, mide más de 1,75 se acerca al 1,80, pelo marrón oscuro y melena. Tetas de más de 100, piernas muy bonitas, nada de grasa y buen culo, va a todos los sitios en bicicleta. Siempre la han mirado y admirado mucho, pero a los tíos tanta mujer da miedo. Para mí que tenía el matrimonio ideal y por lo que me acababa de decir habían hecho agua. Llegó al día siguiente y cuando Luna se fue con mi hijo y nos quedamos solos...
• Para no andarnos con rodeos, esto ha sido hace seis meses, legalmente no estamos divorciados, pero ya está todo en trámites. Si no lo he contado antes ha sido porque hasta que no hubiera regresado a España no quería contarlo.
• Una pena porque él me caía muy bien, pero si tú has considerado que es lo mejor para ti, que le den por culo.
• Por eso quería que fueras el primero, porque los papás y nuestro hermano además de echarme la culpa sin saber, me van a decir que soy tonta y bla, bla... ya los conoces.
• Zoé tu a lo tuyo. No tienes porqué dar explicaciones.
• Pero te las voy a dar porque me tengo que desahogar con alguien. Joselu (mi cuñado) siempre ha sido muy celoso y con el tiempo se ha vuelto mucho más, hasta un punto insoportable. Quise que fuéramos a terapia de pareja, porque él solo no iría a un especialista y tratar que le ayudaran, pero como siempre dice que no es celoso... pues no ha habido manera.
• Siempre le he visto muy pendiente de ti, pero claro en el día a día, en la intimidad no es lo mismo. ¿Tan celoso era?
• El problema que es un puto desastre en la cama, cuando “funcionaba” te dejaba a medias y eso le preocupaba, pero no lo suficiente para ponerse en manos de un especialista. Eso le llevaba a pensar que al quedarme insatisfecha iba a buscar algo fuera de casa. Llegaba cinco minutos tarde y era como si fueran horas, interrogatorios y no se creía nada. Le dio por poner porno en la TV, veía a tíos muy dotados y decía que la suya era una birria. Que tampoco era una birria, pero con su cuerpo se veía una miniatura. Pues de nuevo me decía que yo buscaba una como los de la tele. Claro todo esto lo aderezaba con insultos, improperios...
• ¿Tu que le decías?
• Que o se ponía a tratamiento de todo o no estaba dispuesta a continuar en esa situación. Donde llegó todo a un punto de no retorno, fue cuando recordó algo que le conté. Un día en plan confidencias de no nos ocultamos nada, le confesé que una vez tuve un “roce” con una compañera de la universidad y se agarró a eso, para decir que me tiraba todo lo que se movía.
• ¿Así de pronto?
• Era una excusa, porque llevábamos varios meses sin tener sexo y lo hizo para enfadarse y así no tener que intentar hacer nada. Pues pasaron varios meses así y hace ocho meses le dije que se acabó, dos meses que pasamos que si sí, que si no y hace seis meses se terminó todo.
• Vaya tela hermana. Pero al final uno se acostumbra a todo, el cuerpo es muy listo. Mírame a mí, desde antes de fallecer mi mujer no hacíamos nada por su enfermedad y ya han pasado más de dos años. Ni lo he notado.
• Héctor te creo porque me lo dices tú, pero me cuesta, porque yo sí lo echo de menos. Hasta estoy siempre de mala leche.
• Y en estos meses ¿no te has enrollado con alguien?
• Nada de nada, los espanto. No se me arrima ninguno y a uno que se lo dije claramente puso cara de pánico. Me voy a tener que bajar alguna aplicación de esas que hay, pero me dan miedo.
Era una putada lo que le sucedía, tampoco me extrañaba, porque mi hermana del 0 al 10 le daba una puntuación de 15. Se quedó más relajada después de desahogarse y dije de darnos un baño. Me meto en la piscina y lo hago con mi hijo, Luna se va a cambiar y viene con un bikini muy bonito. Alucino con el abdomen tan trabajado que tiene. Está fuertísima. Zoé trae un pareo que lo lleva sujeto a la altura del pecho. Cuando se lo quitó mi polla saltó como un resorte. Menos mal que estaba en el agua. Traía un mini bikini y me decía a mí mismo, cómo no iba a asustar. Le digo que se la ve físicamente muy potente, su respuesta lo dice todo —no hay nada que calme más los “demonios” que el chocolate o el ejercicio. Como chocolate no se puede, pues cuatro horas de GYM diarios—
Hasta que no regresáramos a mi casa no se apuntaría a mi gym y mientras nos adaptaríamos al gym de la casa alquilada y la piscina. Por eso elegí esa casa. Al día siguiente me di cuenta de mi error, porque mi hermana había juntado los días de traslado más las vacaciones y poco tenía que hacer. Hasta se ofreció a cuidar ella a su sobrino y se lo agradecí, pero no podía hacerle la faena a Luna que ya contaba con esos ingresos de cuidadora. A pesar de la diferencia de edad Zoé y Luna se hicieron muy amigas y andaban a todas horas con secretos, más las risas que se echaban.
Mi horario diario era el siguiente, me levantaba temprano, desayunaba y mientras lo hacía abría mi portátil para ver lo que tenía pendiente. En ese momento tomaba las primeras decisiones, dejaba el ordenador. Me ponía ropa de deporte y sin hacer ruido iba a la habitación de mi hijo. Una vez lo había visto me llevaba la cam que monitoriza su habitación y me ponía a hacer mis ejercicios diarios. Una vez que acababa me duchaba y ya me ponía a trabajar, en cuanto mi hijo se despertaba, le preparaba su desayuno y después de desayunar le aseaba y le vestía. Luego era todo de Luna. Sobre la una dejaba de trabajar y ya solo atendía algo si me llamaban.
Estando mi hermana todo cambió. Porque esa primera mañana con ella me “regañó” por no haberla despertado para hacer sus ejercicios conmigo. Se fueron a cambiar las dos y me quede jugando con mi hijo. Tengo una llamada y a ponerme delante del portátil otra vez. Aparecen las dos con sus respectivos conjuntos para hacer deporte. Cada una en su estilo eran espectaculares. Las tenía delante de mí y Zoé le explicaba a Luna los ejercicios que tenía que hacer para endurecer el culo. Luna le pregunto si seguro se endurecería y mi hermana se dio tres azotes fuertes en el culo diciéndole que mirara lo duro que estaba.
Mi polla se volvió loca y se me puso más dura que nunca. Me aterraba pensar que mi hermana me hubiera causado esa reacción así que me autoengañe y lo achaque a que era Luna, que también era para flagelarme. Una vez que termino, les digo que estén pendientes del niño y me voy a poner el bañador. Parece que ya me he relajado y me voy a dar un baño sin mirarlas. Hago un par de largos, me apoyo en el borde de la piscina porque me están preguntando algo. Es cuando veo que mi hermana se ha quitado la camiseta y se ha quedado solo con un top deportivo. Que marcan a la perfección sus tetones, que no me acordaba que fueran tan grandes. De nuevo mi polla me traiciona. Pero es que Luna no se queda atrás, porque también se le nota todo. Luego se meten conmigo en el agua. Mi hermana con otro modelo de mini bikini y Luna con un bañador que resalta todo su cuerpo.
Salgo para vestirme e ir a recoger la comida que tengo encargada. A mi regreso salgo a avisarlas de que está la comida y están las dos haciendo toples. Nunca había visto las tetas de mi hermana. Son magníficas, lo dicho más grandes de lo que me imaginaba, a pesar de su gran tamaño se le mantenían bien erguidas o eso me aprecia y coronadas por dos pezones puntiagudos marrones. Luna al contrario mostraba dos tetas pequeñas, como dos melocotones con unos pezones de color rosado que marcaban como una segunda protuberancia, que los hacían muy llamativos. Me limité a decirles que estaba la comida. Nadie sabe el mal rato que pase comiendo con ellas. Mi hermana recibe una llamada mientras está en la cocina y pone el altavoz. Es una amiga suya que viene de viaje unos días y quedan para salir el sábado noche. El resto de la semana fue un calvario para mí y para mi polla, que me la tuvieron en pie de guerra a todas horas.
Me pase todo el sábado jugando con mi hijo, no se le acababan las pilas y un buen rato de esos juegos participó Luna. Mi hermana llevaba ya unos días sermoneándome de que tenía que salir más de casa, mi hermano le había contado las veces que hizo de celestino y muy seria me pregunto... ”¿Es que no vas a rehacer nunca más tu vida?” siendo mi respuesta clara, contundente y sincera... “No estoy cerrado a nada, lo único que soy muy consciente de que es difícil que una mujer quiera tener nada serio conmigo teniendo un niño y lógicamente no voy a dejar a un lado a mi hijo”, esto se lo decía porque no es que hubiera tratado de tener nada serio con ninguna mujer, lo único que cuando comentaba lo de que tenía un hijo, cronometraba el cambio en la persona y lo que tardaban en hacerme un “Houdini”, diciéndome mi hermana que ya lo hablaremos con más detenimiento.
Era de esas noches que mi hijo estaba tan cansado que dormiría sin que un terremoto le despertara. Una vez que le dormí me fui a cambiar para estar más cómodo, algo que hago todas las noches. Me lleve conmigo la cam para ver a mi hijo y el portátil para revisar trabajos pendientes. Luna no estaba, solo la TV encendida con un programa de esos llamados “rosa”. Estaba distraído con mis cosas, cuando Luna me trajo unas hierbas que suelo tomar por la noche. Ella se ha cambiado también y se ha puesto un pijama corto de verano. Todos los días el pijama que se ponía, no es que fuera escandaloso, pero si “llamativo”, que lo mismo eran mis ojos y mi larga abstinencia lo que me hacía verlo así, aunque hubiera tenido sexo dos veces.
Me es necesario describir el pijama que llevaba, porque se salía de todos los que se había puesto. Top corto sin mangas, dejando parte de la tripa al aire y pantalón corto. Todo de color rojo oscuro. El top como tirantes tenía dos cordones y escote en forma de uve. No llevaba sujetador y como era de seda o imitación a seda, los peones se lo marcaban descaradamente. Los pantalones cortos eran de cintura alta, pero la tela que tenía de más por arriba le faltaba por abajo, que, a pesar de llevar una decoración de encaje, dejaban sus nalgas mucho más a la vista que los shorts que usaba durante todo el día. Tal como se sentó de lado, podía ver una nalga casi al completo y mi corazón empezaba a bombear sangre a más velocidad.
Una llamada en mi móvil me hace salir del trance. Número desconocido y es mi hermana, para decirme que mire si está su móvil por casa, porque si no se lo han robado o se lo ha olvidado. Luna me ayuda y encuentro su móvil. Me dice que si necesito algo que le llame al número desde el que me llama y no hablamos más. En ese mismo momento los que salen en la TV hablan en plan de cachondeo de si es importante el tamaño de los penes. Un debate estúpido, pero a la vez resultaba gracioso por los disparates y las tonterías que decían. Luna inicia una conversación sobre el sexo, pero lo hace de una manera muy reposada. Hasta que se anima y hago un pequeño resumen:
• Héctor ¿te puedo hacer una pregunta? Pero solo si me contestas la verdad.
• Venga, pregunta.
• ¿Cuándo perdiste y de qué manera la virginidad?
• Pues vaya pregunta, te has quedado a gusto. Te la contestaré sin dar muchos detalles, porque te he dicho que te la contestaría.
• Muy jovencito, muy jovencito y con una mujer mayor que yo y no digo nada más.
• Bueno por lo menos si me podrías decir cómo te resultó.
• Pues muy bien. Si lo que quieres saber que recuerdo tengo, es muy bueno.
• Pues yo la perdí hace menos de un año y mi recuerdo es malísimo.
• Pues olvídalo pronto y ya verás como con el tiempo encuentras a alguien que te lo hace olvidar.
• Es muy difícil, me refiero al encontrar a alguien, soy bajita, tengo poco pecho, un trasero muy pequeñito y a los hombres os gustan con mas donde agarrarse.
• Eso son tonterías, estás muy bien.
• En parte puede ser que sí, porque donde he tenido más éxito son con las personas de mí mismo sexo. Porque, aunque algunas se creen que no me he dado cuenta, muchas mujeres me han tratado de... lo que pasa que me hago la tonta.
• ¿Estas segura? Que algunas veces nos podemos equivocar.
• Segura, segura y te sorprenderías de alguna.
• Mejor no te pregunto, que no quiero saberlo. Ya sabrás tú lo que debes de hacer o no debes de hacer.
• Algo de curiosidad si tengo, pero no la suficiente. Ahora de lo que sí tengo curiosidad es de lo que decían estos de la TV, de qué forma es el tuyo y si está en la media.
Me pareció que la conversación empezaba a adquirir tono que no era prudente y para no darle un corte excesivo le dije —Lo importante y ya lo descubrirás que el físico importa menos de lo que parece y tu solo te tienes que hacer una pregunta y es ¿por qué las fragancias de lujo vienen en frascos pequeños? Y no lo digo por decir—, Luna me preguntó si yo la encontraba físicamente bien y mi respuesta fue afirmativa. Se queda pensativa y me dice —vale te creo, pero no me has contestado a como es tu... ya sabes— y como le digo que no le voy a contestar a eso, me dice tocándome mi polla por encima de mi pantalón, que lo iba a tener que descubrir ella.
Intente apartarla sin ser brusco y mucho menos violento. Su diminuta mano se agarró con fuerza a mi polla y empezó a tocarme con muchas ganas. Mi cabeza decía una cosa y la cabeza de abajo otra, gana la de abajo que hizo que mi polla creciera al máximo. Luna decía según crecía —MADRE MÍA, MADRE MÍA, como crece esto, alucino es el doble de la de mi exnovio— al rato decía —¡WOW! Y SIGUE CRECIENDO— no le costó mucho verla, porque la polla salía por arriba del pantalón corto que llevaba puesto. La liberó y la agarró con sus dos manos, era muy cachondo ver su cara y como subía y bajaba sus manos. Se pone encima de mis piernas, ahora agarra mejor mi polla y deja salir un poco de saliva dejándola caer en el capullo, con lo que ahora maneja mejor sus manos.
Se quita el top y quedan sus tetas liberadas, son realmente pequeñas, pero con unos pezones de buen tamaño o que eran llamativos al ser las tetas tan pequeñas. Nos besamos y mis manazas agarran con facilidad su culo, sus nalgas caben en mis manos, duras y suaves. Se mueve de tal manera que no tardó nada en ver el pantalón fuera y tiene el coño muy peludo me extraña que no esté depilada. Ella misma se coloca el capullo en su raja, exactamente dónde está su clítoris y se roza con él. Tomó las riendas, la tumbó sobre el sillón, me desnudo y lo que hago es comerme ese dulce coñito. Luna empieza a gritar desesperada y le digo que sea más silenciosa, trata de hacerlo, le cuesta contenerse y cuando se corre flexiona su cuerpo en varias direcciones. Al acabar me mira me dice si con la cabeza, apretando sus labios y resopla. Se incorpora, se abraza a mi cuello —te aseguro que nadie me ha hecho nada parecido, ha sido... WAW—
Cuando me lo estaba diciendo se estaba poniendo de nuevo sobre mis piernas y ahora se colocaba mi polla. La agarra y se la coloca en la entrada de su coño, la suelta una vez que ya está bien colocada, se agarra a mi cuello diciendo —no se si me entrara toda porque la de mi ex solo media 13 centímetros, una mierda al lado de esta— y en ese mismo momento veo algo que se mueve en la entrada de la casa, junto al pasillo y es mi hermana la veo claramente. No sé el tiempo que lleva husmeando, pero ahora está viendo como Luna se folla ella misma con mi polla. Luna va diciendo lo bien que la va notando, lo que le produce y lo perra que era metiéndose esa polla hasta dentro. Una vez que la tuvo dentro se movía con oscilaciones, tenía un movimiento de culo y de cadera insuperable. Mi hermana se movió un poco y nuestras miradas se cruzaron, no podíamos decir que no nos habíamos visto, se quieto rápidamente, pero no tardó en regresar.
Ahora veía como tenía una mano metida por dentro de su pantalón y era evidente lo que hacía. Mi cabeza era un batiburrillo, caliente, remordimientos, pena, alegría... todo tipo de sentimientos y sensaciones, pero no lo paraba. Luna se vuelve a correr de la misma forma que la anterior, se contorsiona, se aprieta contra mí como si quisiera meterse más adentro mi polla. Es cuando por fin me da algo de lucidez y me doy cuenta de que no me he puesto un condón, por eso me salgo y Luna se pone de rodillas apoyada en el respaldo del sillón y meneando su culo me dice —hay una perrita que necesita de nuevo que se la metan— y no voy por un condón, porque se me ha ocurrido una idea mejor, pero para hacer lo que quiero, que es ver como mi hermana no se pierde como le doy por culo a Luna, intento colocarla de lado, pero no hay manera.
Cuando Luna se da cuenta de mis intenciones se rebota, dice que no, pero al estar tan cachonda no me cuesta convencerla y al final lo único que me dice es que, si dice que pare, tengo que parar. Me recuerda a mi mujer en su primera vez y luego lo viciosa que se volvió con el sexo anal. Me costó meter el capullo y nada más hacerlo me decía que la sacara. No le hice caso, pero no avanzo más. La oigo algo lastimera, ya no dice nada, por lo que avanzo un poco más, se pone más nerviosa, se agarra con fuerza al sillón y duda en decirme que siga o que me salga, se lo noto. Parece frágil, delicada y me entran dudas, que se me quitan cuando noto el movimiento de sus caderas y que me dice —PERO DESPACIO, CON SUAVIDAD— y continúo con el placer de follarme un pequeño y tierno culo por primera vez. Al notar Luna el contacto de nuestros dos cuerpos es cuando se da cuenta de que tiene toda mi polla dentro y exclama —PERO QUÉ PUTA QUE SOY— y no tarda mucho en mover su culo y bambolear sus caderas. Cuando me corro dentro de su culo grita corriéndose ella también y gritando de felicidad —LO NOTO, LO NOTO... QUE GUSTAZO—
Me quedo apoyado en su pequeño cuerpo, sudando y respirando fuerte, estaba todo en silencio y le escucho decirme —no sabes la cantidad de dedos que me he hecho pensando en que me era tuya— reaccionó rápido porque no quiero que se encoñe conmigo y se da cuenta, se ríe diciéndome —tranqui, no te rayes... que solo buscaba alguien que fuera un hombre de verdad y me follara en condiciones, no un “criajo” como mi ex— eso me tranquilizo un poco y se fue desnuda para su habitación. No me enteré de que mi hermana se había ido, porque al pasar por su habitación la puerta estaba abierta y no había nadie. Poco tiempo después se escuchó como entraba como si acabara de llegar. Por la mañana me levanté y ni desayuné en casa, lo hice fuera, mi cabeza volvía a ser un batiburrillo. Estuve varios días llegando tarde a casa con la excusa del trabajo. El cuarto día al llegar no escucho a nadie, la luz del salón está encendida. Pero como hacía esos días, entraba sin hacer ruido, me iba a mi habitación y hasta el día siguiente.
Al pasar por la habitación de mi hermana me quedo sin respiración. Luna y Zoé están desnudas, el cuerpazo de mi hermana me impresiona. En ese instante mi hermana está azotando el culo de Luna, el culo está de rojo intenso, algo que me gustaría habérselo hecho yo, pero al ser la primera vez me contuve. después de una paliza tremenda, le hace darse la vuelta y entonces mi hermana queda de cara a la puerta, se pone encima de Luna y le coloca su coño completamente depilado en su boca. Mira hacia la puerta y se me queda mirando, mordiéndose el labio inferior, no me corto, saco mi polla y empiezo a tocármela, mi hermana deja de morderse los labios abre su boca y se pasa varias veces la lengua por sus labios. A continuación, se agacha y queda en la posición del 69 con Luna, no me imaginaba a mi hermana con otra mujer.
Cuando escuché como se corrían las dos, me marché a mi habitación y me terminé de hacer la paja. Al levantarme me encuentro primero a Luna que me pregunta que cuando llegue, que no escuchó abrirse la puerta. Estaba claro que ella no se enteró. Luego se levanta mi hermana y en su saludo hay una pequeña diferencia. Ella cuando me ve y pasa junto a mí me da una palmada en el culo, pero desde siempre, nada extraño ni hay que pensar en cosas raras. Por lo menos hasta ese día que pasa junto a mí, me da la palmada, pero agarrándome el culo y diciéndome —¿lo pasaste bien anoche? ¿has dormido bien?—. Luna le pregunta a mi hermana sí se enteró de cuando llegue yo y ella le contesta —ni enterarme, que he dormido como una niña chica, el ejercicio antes de irme a dormir me sentó muy bien— y con cierta picaresca Luna le responde —pues dicen que antes de irse a dormir no hay que comer mucho y no hacer ejercicio— mi hermana mirándome —pues anoche me empache de comer, aunque no me quedé harta y tú comiste más que yo— Luna se reía y le daba la razón.