La Nena de la Familia -002-

heranlu

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LA NENA DE LA FAMILIA PARTE 2

Cayendo en la tentación.


-José, maldito José. No te puedo sacar de mi mente- pensaba mientras salía de casa. De repente «los recuerdos», aquellos recuerdos de hace unos meses vinieron y me golpearon la cara....

No era la primera vez que veía a José, en esta situación. Ya me había pasado antes, ya lo había cachado a el y a mi hermana en sus asuntos. Pero con mi tía, eso si era demasiado.

De un día a otro cambiaba la percepción de las personas que me rodeaban. Mi hermano, «vaya sabía que era un cabrón» una que otra vez lo vi sobandole el culo a una de sus "amiguitas" de las que solía traer a casa. Hace un poco mas de medio año, llevo a casa a una japonesa.

Cuando nos la presento todos quedamos impresionados, era una mujer alta, quizas algunos centímetros mas bajita que el, pero casi nada, «seguro es modelo en su país», pensé. Su cuerpo tenía curvas pero eran muy sutiles y femeninas; lo que mas llamaba la atención de sus características físicas, eran sus hermosos ojos grandes, asiáticos y de color gris; su esbelto pero muy bien proporcionado cuerpo, adornado por un par de senos enormes, me quito la respiración unos segundos. Jamas había visto a una japonesa tan hermosa, se me hacía parecida a una modelo llamada Fan Bing Bing, alguna vez la vi en una revista de Vogue. Me recordaba ligeramente a una caricatura japonesa, de esas tipo manga bien proporcionada, hermosa y con un toque angelical y humorístico.

-Hola, mucho gusto soy Matsumi- dijo la japonesa dandonos a todos la manos, pero empezó conmigo el saludo. Yo la besé en la mejilla, como se acostumbra en México y la abrace. Nosotros somos una familia muy cariñosa y acogemos a la personas que nos rodean siempre que sean amigos de la familia y nuevos conocidos agradables.

-Bienvenida a la familia, yo soy Ana, eres muy guapa, tu español es muy bueno-

-Mucho gusto, si gracias. Estudie hace mas de 7 años en mi país el idioma, y me vine de intercambio por un par de meses en la universidad de la ciudad, la que queda a unos 20 minutos de este bellísimo lugar-

-¿Enserio?, ¿es la Autonoma?. Yo acabo de entrar a esa universidad.- le comente algo emocionada. -Si, la verdad es que este es un pueblo mágico, te recomiendo que visites la catedral y el kiosco-.

-¡Si, es esa!. Pero yo voy por las tardes. Empecé hace unas semanas, de hecho en la clase que tomo por la tarde, conocí a tu hermano. Nos hicimos muy amigos, el es muy caballeroso y muy guapo- se sonrojo un poco y le regaló una mirada dulce a José.

-Mmmmm....yo soy Mario, bueno y que haces en las mañanas Matsumi ¿que estudias? Aparte de las clases de idiomas por la tarde- entro mi hermano por la puerta de la cocina, venia hacia la sala con una botella de agua en sus manos.

-Mucho gusto Mario, mira estudio medicina en mi país. Vengo a realizar una investigación para mi tesis.- Matsumi, sonrió adorablemente, denotando una hilera de unos dientes blancos. No eran perfectos, de hecho tenía un diente fuera de linea, pero justamente eso le resaltaba mas belleza a su cara.

-Yo soy doctor, con mucho gusto te ayudo y te llevo a la clínica donde trabajo- para mi gusto, el lo dijo como muy emocionado y algo sonriente. El apretón de manos a mi parecer duro mucho, yo si era un poco celosa. Nunca fui del tipo hermana celosa de sus hermanos, por una parte lo era, pero de la única persona que realmente sentí esos celos en esos momentos fueron de Mario, nadie mas que el. Me dío una sensación de mareo proveniente de mi estomago, al ver la forma en la que el la saludo. Sabía que eran celos, pero no lo aceptaba.

-¿Encerio?, te lo agradecería mucho.....-decía Matsumi, dando saltitos y cerrando sus ojos expresivamente mientras abría la boca y denotaba la sonrisa. De repente, mamá nos grito a todos para que fueramos a comer.

-Chicos, ya esta la carne asada, José, Matsumi, Vane, Mario y mi princesita! Vengan a comer.- entre risas, nos dirigimos al jardín y tomamos nuestra tarde de carne asada y cervezas.

Mientras transcurría la carne asada en el jardin, notaba como José le lanzaba miradas algo especiales a Matsumi, la verdad es que no sabía interpretarlas. Además ella era o muy discreta o muy linda e inocente como yo. No lo sabía, pero lo cierto es que cuando se daba la vuelta José no dejaba de mirarle el culo.

No es que fuese nada del otro mundo mas bien era el encanto del mundo.

Pero ciertamente como la describí, era muy femenina, sus curvas estaban perfectamente pronunciadas, las nalgas las notaba ligeramente abultadas, con esa forma de pera que hace que una mujer se vea tremendamente deseable pero sin grasa en absoluto, solo lo necesario para verse como una mujer sensual.

Llevaba un vestido blanco suelto del tipo veraniego hasta medio muslo, la altura de Matsumi lo hacía parecer un minivestido, tenía un cinturon de color negro que apretaba el vestido a su cuerpo marcando su anatomía.

No soy lesbiana, pero como una mujer "equitativa y buena observadora" Matsumi estaba perfecta. Usualmente a las japonesas se les ve muy delgadas y delicadas, pero esta, ¡esta! parecía una diosa griega-asiática «¡lo se!, esta cabrón».

Cuando terminamos de comer, todos nos separamos, algunos salieron de casa como Mario al hospital y mis papas a su respectivo despacho. Otros se fueron a su cuarto como Vanessa, "alegando que tenía que estudiar muchísimo" no la vi muy convencida. Parecía nerviosa, durante toda la comida, la note distraída como pensativa. No le di mucha importancia la verdad, estuve mirando todo el tiempo a Matsumi que ciertamente no le puse especial atención a Vane.

Ya había pasado algunas veces, tomaba como cambios de actitud, pero bueno finalmente, mujeres, y a veces definitivamente no estábamos de humor, a veces nos daba ganas de cariñitos o solo no deseabamos que nadie se nos acercara. Por eso lo deje pasar, sería algo tonto el asunto, quien sabe. Así que ella se retiro a su habitación y nos indico,mas bien anunció, que "porfavor no le tocaramos la puerta". Yo salí también, no le dije a nadie a que hora regresaba o que iba a hacer, solo informe que iría a la casa de Berta.

Me dirigí a su casa caminando, no estaba nada lejos. Tenia que regresarle unas libretas que me había prestado. Estuvimos platicando un rato en su cuarto y después decidí regresarme a casa. Del kiosco justo enfrente de la casa de Berta me hacía 5 minutos a la mía. Así que realmente estuve fuera una media hora.

Cuando llegue, no vi el automovil de mis padres ni el de Mario solo estaban en casa Vanessa y José. Entré por la puerta de la cocina, cogí una manzana del frutero y me dirigía hacía mi habitación. Justo antes de subir las escaleras, pasando silenciosamente por la sala de estar, me pare un poco ya que escuché un ruido, provenía del barecito. Me quedé muy quieta para tratar de identificar el "ruido". Primero eran murmullos, después gemiditos, sigilosamente me acerqué al costado de un mueble, en un punto donde podía ver del otro lado del barecito. Matsumi, estaba con las piernas bien abiertas y tenía encima suyo a José el cual se movía frenéticamente encima de ella, mientras chupaba,mordía y succionaba los rosados pezones a la chica. Ella trataba de callarse, apretaba los delgados labios parecía que hacía un gran esfuerzo. Los sonidos eran como chillidos y decía palabras en japones que no entendía.

Ambos tenían la "ropa puesta" pero se restregaban como imanes. Matsumi ya se mordía los labios, podía ver como sus dientes mordían el labio inferior hasta sangrar ligeramente. José, se despojo de su playera quedando su viril torso y espalda al descubierto.

Los musculos se le marcaban cada vez que embestía a Matsumi contra el piso. El la despojó de su ropa, empezando por abajo, subiendo totalmente el vestido y dejando a Matsumi en un conjunto de bra y tanga de color negro, bastante sencillo sin decoraciones o encaje. Tenía sus mejillas sonrojadas al igual que sus delgados labios. José se entretuvo chupando su delicada cintura, y comiendose su ombligo.

La piel de Matsumi se adivinaba suave y tersa, el color me pareció único, era como la leche quizás una tonalidad un poco mas obscura pero ligeramente. José, bajo sus manos hasta las caderas de Matsumi y le bajo la tanga. El se hinco y metió su cabeza en las piernas de Matsumi. Se fue directo a succionar y supongo a acariciar la vagina de Matsumi, ahora si ya no se aguantaba. Finalmente no resistió y empezo a chillar, el nivel era muy agudo y fuerte al mismo tiempo. Hasta cierto punto empezaron a aturdirme sus chillidos, no sabía exactamente que le hacía José con la boca, pero seguramente sería bien rico ya que Matsumi gemía como loca. José al parecer, no se aguantó las ganas; Se levanto del cuerpo de Matsumi y se quedó hincado dejando toda su virilidad en la mejor posición.

Ciertamente era una impresión verlo así, nunca había visto a mi hermano desnudo. Esa fue la primera vez que sucedió. No le puse mucha atención como cuando lo vi con mi tía pero aun así, no sentí asco. La imagen quedo grabada en m cabeza. No pensaba, solo guardaba las imagenes y cada vez me sentía mas excitada.

Matsumi también estaba sumergida en sus pensamientos, se tocaba los senos apretando sus pezones y lazando gemidos, como si los hiciera para el. El se sobo un rato el miembro en la misma posición y agarro a Matsumi de las caderas jalandola violentamente hacía el, se agacho rapidamente y la penetró. El solo hecho de ver y escuchar la forma en la que José penetró a Matsumi, me produjo inconscientemente que pusiera mis manos abiertas en mi vagina. El gemido que lanzo Matsumi fue mas como un grito, aullido, fue algo muy sonoro, para mi que lo escucharon todos los vecinos.

José comenzó a penetrarla fuertemente, Matsumi gemía como loca, en alguna ocasión, me asustaron sus chillidos y sus palabras en japones, su cara se había tornado totalmente roja, sus senos se movían de arriba hacia abajo rapidamente al compas de las embestidas que le daba José.

-ah,...ahh...ahhhh -

-ahhhh...mmmmm.. O shi.. Shi..- los sonidos eran confusos.

-mashhh mashhh.., tokero... Sjood.... Kjiolm ...mmmm-

-mmmmm.. Ahhhhh.. Ñaaaaa.....-

Trataba de mover mis pies, para irme de ahí, pero no me podía mover, me decía mentalmente que me fuera que no tenía que ver eso,que ya había sido suficiente pero no podía. Mis pies parecían plantados. Cuando creí que iba a morir de curiosidad, excitación y ganas.

Mis ojos se abrieron como platos, no podía creer lo que estaba viendo, Vanessa venía completamente desnuda bajando de las escaleras dirigiendose a ellos. Nadie se percato de su presencia, solo yo, que estaba muy cerca de las escaleras pero escondida detras del mueble.

Llego a la espalda de José y empezó a besarle el cuello, el pareció sobresaltarse pero no mucho, mas como si estuviera conciente de que era Vanessa la que lo besaba. Ella se movió rápidamente y empezo a acariciar a Matsumi, al parecer a la japonesa no le gusto mucho porque hizo una extraña mueca pero José la hacía ceder con las embestidas rápidas que le daba, al final Vanessa terminó comiendole la boca. No aguante más y me retiré lo mas silenciosamente que pude.

Volvían los colores a mi cara y todos los recuerdos se juntaron en mi mente la viva imagen del perfecto culo de José moviendose freneticamente sobre el cuerpo de mi tía. La redondez y firmeza que se le veía con las gotitas de sudor; no eran unas nalgas chiquitas, mas bien mi hermano tenia las nalgas fuertes, se veían duras, bonitas y redondas, ligeramente grandes. A eso hay que sumarle la presión que ejercía sobre el desnudo cuerpo de mi tía. Recordarlo me hacía sentir un estremecimiento en mi vagina, el sonido del chapoteo de los sexos y el choque de las caderas se hacía presente en mis oídos. Así como con la japonesa, era un sonido preciso, fuerte y se adivinaba muy húmedo.

Estaba muy confundida, muchas cosas pasaban por mi cabeza, mi cuerpo, «mmm» por ahí si sabía por donde iba la cosa, pues había humedecido toda mi tanga y tenía un ligero ardor-picazón en la puntita de mis pezones. Deseaba poner mis manos sobre ellos y apretarlos ligeramente. Quité esa idea de mi mente y decidí mejor alejarme de la casa.

Berta fue mi primera opción, pero la verdad es que también me pasaba algo con ella, no se jamás la había besado antes. Comenzó esta racha extraña de mi cuerpo y siento deseos de tener su cuerpo «bueno, el cuerpo de todos los integrantes de mi familia» encima del mío frontandose.

Estaba analizando esto, me quedé un rato parada al lado de la puerta del copiloto de mi coche. Justo estaba por subirme, cuando escuche la voz de mi tío a mi espalda.

-Hola Ana, ¿vienes o te vas?- «su voz mas que exitarme como usualmente lo hace, me puso los pelitos de la piel en punta».

-Hola tio, ¿como…es…. esta?. ¡Que raro usted por aca!, ¿ya visito a todos sus compañeros del pueblo?, se ha divertido mucho?-

-Jajaja!! Si la verdad es que me he lo he pasado geniá: Incluso me he emozionao al ver a mis antiguos colegas. Pero he dejado tirá a Macarena. Espero que no se me cabree.- «si, "no sabe que sola" ha estado cogiendo».

-Si, sisii…. ella de hecho no esta en casa, decidió salir a dar una vuelta al pueblo- lo dije tratando de sonar lo mas convincente posible.

-Puez ha hesho mu bien. Así ella conoce esta tierra. Bueno, iré a cambiarme de ropa, que estoy to sudao.

-!No¡, no, espere tío. Para que quiere cambiarse si usted esta muy guapo así- «porfavor, que no suba»...

-¿Tu crees.?, pero huelo a humanidad, como decimos en España. Tengo algo a sudor e igual te mareo con el oló.

-No, claro que no huele. No pasa nada yo también me vine de la universidad para aca. Mejor vamos al kiosco del pueblo a comer un helado.-

«Necesitaba algo frío y dulce para quitarme esta sensación de excitacion, sudoración excesiva, hasta me temblaban las manos» Deje a un lado mi otra calentura, mi tío, a el no lo había detallado, pero justamente hoy «o quizas sería mi imaginación» por los acontecimientos recientes. Se veía mas varonil, lo atractivo pues siempre, pero traía un short de tenis de color negro muy pegado dejando ver unas fuertes piernas ligeramente velludas, marcandosele los musculos de las piernas. Antes ya me habia tocado ver hombres con muslos gordos y pantorrillas como pajillas o popotes o viceversa. Pero mi tío, uff tenía una proporción adecuada, casi perfecta «perfecta, eso si no fuera mi tío». Su polo blanca ajustada ligeramente a su torso sus brazos fuertes y sus manos grandes y gruesas me estaban poniendo con pensamientos muy obsenos.

-Ana, ana, ¿donde andas?- me zarandeo mi tio de forma algo brusca-

-Ehh, eh si perdona estaba pensando en algo- me aturdió la forma en que me saco de mis pensamientos, pero ciertamente lo agradecía, porque me estaba poniendo como idiota-

-Ah pues cuentamé, killa. ¿En que pensabas chica guapa? - me decia haciendome una sonrisa de lado.

-Si, si... es que.., es que estoy preocupada por un resultado final de la universidad, afortunadamente ya salí y no tengo que volver, pero si tengo que aprobar- baje un poco la cabeza.

- Bah, despreocupate. Se vé que eres mu inteligente y seguro que aprobarás toas las asignaturas- me dijo levantando mi rostro haciendo que lo mirara. Después me apreto ligeramente las mejillas y acercandose a besarme una de ellas. «definitivamente, estos hombres de la familia me van a volver loca».

Fuimos a una heladería del pueblo, bastante chiquita, solo lo justo para aguas de sabor y helados artesanales. Platicamos cosas vanales, a decir verdad mi tío era el que llevaba la conversación. Me hablaba de su trabajo, de algunas plantas que habían puesto en Valladolid y de como la empresa iba viento en popa. No le puse mucha atención, la platica iba del trabajo y de repente se torno hacía mi. Mi tío primero empezo por las preguntas sencillas.

-Bueno zobrina, cuentame cosas tuyas, que no se nada sobre ti. ¿Que estudias?. ¿Y que tal andas de novios?. Una chavala tan guapa como tu se los tendrá que apartar como los moscones.

- No hay mucho que contar tío, apenas he salido de vacaciones. Empece la escuela estudiando contabilidad y salgo de vez en cuando con mis amigos. Pero la persona con la que mas salgo es con Berta, mi mejor amiga. Ella me cae muy bien, nos conocemos desde pequeñas. Referente a lo demas, nunca he tenido novio. He salido con alguno que otro chico y no me ha gustado la relación. Quizás me he topado con niños mimados e inmaduros.

- Ya verá que cuando menos te lo esperes, estás enrollá con un chico. Eres una chica guapísima y si yo tuviera 10 años menos y por supuesto no fuera tu viejo tío, haria de tó para llevarte por ahí. Y sería muy difcil porque se ve que eres una mujer con mushoo caracter.

-Tío, si no eres ningun viejo. Todo lo contrario,eres un hombre muy atractivo. Si algún día encuentro un hombre como tu de guapo, exitoso y muy maduro hago lo que el quiera. Sería su mujer sin pensarlo si quiera- esto se lo dije viendolo directamente a los ojos.

-Calla, que me pongo coloraooo!!!. De veras crees que soy to ezo cas disho?. Vaya, con mi sobrina, que quiere ligá conmigo jajaja ..- mi tío empezaba a tener esa sonrisa nerviosa y se ponía muy atractivo, rojo, de estar coqueteando conmigo paso a sentirse cohibido. Yo si que estaba excitada, esa actitud me gusto mucho.

Seguimos platicando un rato más. Entre comentarios picantes y alagadores. No paso a preguntarme nada sexual, solo eran ligeras aseveraciones picantes, pero sin rayar en lo vulgar.

En la noche cuando llegamos, mis padres nos dieron la sorpresa de que habían llegado. Yo felizmente, salte sobre ellos y los abraze y bese mucho. Estaba completamente feliz, después de toda la actividad,recuerdos y sucesos entre mi tía y José. Decidí olvidarlo por un momento, me sentía algo celosa, de ver a mi tía Macarena muy acaramelada de José «la muy zorra no se llenaba» y olvidándose casi completamente de mi tío .

De repente los tres se salieron a tomar aire al jardín, y se perdieron en un rincón oscuro. Se fueron a “platicar”, Vanessa no se en que plan iba. Sabía ahora que a ella también le iba lo de meterse con la familia. No sabía hasta que punto, la última vez que la vi desnuda fue con Matsumi y José, pero no era de mi dominio saber si ella se metía también con mi tía y José.

Mi hermana era una belleza andando, podía tener a los hombres o mujeres no lo se, que ella quisiera porque hacerlo en la casa con la familia… ,no, yo quería pensar que todo estaba revuelto y que quizás la mente me jugo una mala pasada. Después de ese día, todo estuvo extraño al igual que las cosas recientes en casa. A Matsumi, ya no la volví a ver, solo ese día de la carne asada. A Vane, la veía distanciada en sus estudios y en fiestas con sus amigos. Siempre llegaba bien tarde o con algún amiguito cuando no estaban mis papas. Me sorprendía que estuviera hoy, justamente en casa.

Notaba otra tensión en el ambiente. Aun no sabía porque mi papá estaba algo alejado de mi tío. Le hablaba y de repente contaban anécdotas. No se, algo muy raro, era cuando mi tío se acercaba a mamá a comentarle algo, mi papá siempre estaba detrás de ella, como si la vigilase. Mmm definitivamente, antes no me había dado cuenta de tantos detalles que estaban en mi casa.

Parecía una espia, me tocaba ver todo tipo de situaciones entre la gente que habitaba este hogar. Al parecer no todos eran tan santos como parecían. El único que a mi parecer seguía siendo el mismo era Mario, desde la ultima vez de nuestro encuentro, lo había visto algo cansado, retraído y fuera de familia.

Lo vi en la fuente del jardín, hablaba por teléfono con una chica. Salí y lo vi fumando un cigarrillo, todavía tenía su uniforme de medico. El típico pantalón pegado a su cuerpo y una camisa del mismo color adornado con unos mokasines.

-Si, porque no nos vemos alrato?. Te espero donde siempre- le decía Mario

-………-

-Esta bien, si no quieres. No te voy a rogar, ya me canse de eso, ya me canse de ti.

-……….-

-Adios, tu sabes lo que haces-

-………..-

-Tengo suficientes problemas como para tener también reclamos- y corto abruptamente.

Lo admire por la puerta, a pesar de ser el gruñonsito de la familia. Me parecía un hombre muy guapo, su hermoso pelo y sus ojos, algo tan característico de mi madre. Lo noté bastante triste, no capté muy bien lo que habló con la chica esa. Solo llegué y lo abracé, me ponía celosa cada vez que hablaba con una de esas zorras oportunistas con las que ahora estaban “acostumbrados mis hermanos a convivir”. Así estuvimos mucho tiempo, yo sintiendo el calor de sus brazos alrededor mío, apoyando mi cabeza en su hombro. Decidimos entrar en la casa y estar con los demas.

Antes de entrar, el me tomó de la mano e hizo que me diera la vuelta para mirarme a los ojos y me dijo:

-Tu siempre serás mi peque consentida, no habrá mujer mas importante que tu para mi-

-Y yo te adoro- me acerque para abrazarlo y besarlo, pero cuando le quise dar el beso en la mejilla se lo di en la boca. Ambos nos pusimos rojos y empezamos a reirnos, me tomó de la mano y entramos a la fiesta del barecito.

Pasaron las horas y todos estabamos muy alegres, cantábamos y sobretodo tomabamos. Decidí olvidar el detalle de mi tía, Vane y José, ya no me importaba me la pasaba muy bien.

De alguna manera llegué a mi habitación, no supe que había pasado, lo último que recuerdo es que todos nos quedamos completamente borrachos. Mi tío me ayudo a subir al cuarto y fue lo último que recuerdo. Me desperté como a las 4 de la mañana, todavía estaba muy oscuro mi cuarto. Abrí ligeramente mis ojos para observar el reloj que tenía en el buró. Sentí unas manos masculinas a tocar mi cuerpo. Generalmente siempre duermo con mi pijama de ositos y una playera holgada sin sostén. Pero en ese momento solo tenía la playera sin sostén y mis calzoncitos.

Sentir sus manos, me dío un poco de miedo y no me moví para nada. Prefería hacerle pensar al extraño que mientras me tocaba seguía inconciente.

Comenzó siendo muy delicado, pasaba sus manos por mis senos, apretando los pezones ligeramente, recorría con sus fuertes manos mi abdomen y me picaba con la punta de sus dedos el inicio de mi vulva. Quizás si hubiera ido directamente a ella sin el previo de las caricias, me hubiera "despertado" asustada. Pero lo cierto, es que me gustaba mucho la sensación, se sentía muy rico, la parte que mas me gustaba que me tocara eran los pezones, sentía una fuerte electricidad por todo mi cuerpo y una sensación deliciosamente placentera.

Deseaba con todas mis ganas que me volteara para que se metíera mis ya hinchados pechos a la boca y los succionara. Recorde cuando José se lo había hecho a Matsumi; de solo pensarlo me moje aun más. Note como una de sus manos tocaba mi clitoris ligeramente. No pude evitarlo, gemí. Obviamente el se dio cuenta de que ya no estaba dormida. Pero siguió con las caricias, empezó a besarme el cuello, los hombros y las orejas.

El no decía nada, la verdad es que dejo de importarme quien era. No sabía cual de los hombres de la casa me estaba manoseando podría ser Mario, José o mi tío. Fantaseaba enormente con que fuera mi tío, la platica que tuvimos y la vestimenta que llevaba por la tarde me calentó mas los pensamientos.

Sus dedos entraban deslizandose por la humedad de mi vagina. El movimiento era muy suave, de arriba hacía abajo, yo ya no lo soportaba gemía dulcemente como una gatita. El empezó a restregar suavemente su miembro a mi colita. Sentía la dureza, el calor, el gran tamaño y me excitaba mucho. Necesitaba que me lo hiciera más rápido.

Deseaba que me penetrara, pero al mismo tiempo deseaba que se fuera. Los miedos me invadieron nuevamente la cabeza, sabía que no estaba bien dejarme manosear por alguno de mis hermanos o por mi tío, los prejuicios y el que dirían mis padres si supieran esto de su nena.

Yo seguía siendo virgén y de cierta manera quería que me trataran con cariño y que mi primera vez, fuera especial. Pero a pesar de todo, el placer me cegó, le ganó a mis miedos y a mis prejuicios, me deje ir.

El hombre que me estaba dando tanto placer tenía conocimiento de que yo era la nena chiquita, la nena consentida y necesitaba un trato sumamente cariñoso. Me demostró a través de sus caricias que no me haría daño y que me amaba.

Mientras me seguía masturbando con una mano y con la otra me acariciaba intensamente los pechos, yo me balanceaba de atras hacía adelante, quería sentir mas presión de sus dedos y el parecía volverme loca con ese delicado ritmo. Sentí como una de sus manos la que me magreba los pechos la retiró y la dirigió hacía su miembro, sentí como se sacaba el pene y me baja el calzoncito, introdujo su pene por mi culo, sin penetrarme. Sentía rozar la gran cabeza de su miembro en la entrada de mi vagina, pero aun así no me penetró solo me acariciaba el culo con su miembro. Podía sentir la dureza de su miembro y su gran tamaño. Inclusive no cabía dentro de calzoncito, sentía que la cabeza entraba dentro de mi vagina y hasta cierto punto lo deseaba pero también sentí un ligero dolor al percibir mi entrada un poco más abierta.

El seguía haciendolo delicadamente, a pesar de que me brindaba mucho placer, nunca intentó hacerlo de manera brusca o de forma agresiva y posesiva. Todos sus moviemientos hacía mi cuerpo eran con mucho cariño, como si me amara mucho, en ese momento no supe de cual de los hombres de mi casa era.

Por momentos deseaba que me penetrara de una vez. Pero recordaba el ligero dolor que me ocasionó con la cabeza de su hinchado pene. Mi pequeña vagina lo sentía muy grueso y definitivamente me asustaba un poco más. Todas las sensaciones en mi cuerpo me envolvían.

Relaciones prohibidas: incesto, una voz dentro de mi decía que parase, la borrachera sumada a mi poco conciencia me hacían una muñeca en sus manos.

El delicioso vaivén de sus caderas me estaba matando de placer, empece a gemir mas fuerte. El me tapó la boca, colocó un poco más horizontal su miembro y empezó a metermelo. Ahí si que abrí los ojos, el dolor que empece a sentir, me hizo ponerme como una estaca y solo me entró su cabeza y un poquito mas. No alcanzo a romper mi himen, pero se quedo quitó, yo me seguía moviendo, pero el me tenía bien sujeta de las caderas. Permanecimos inmóviles un rato. Hasta que empezó a meter y a sacar el miembro. El ardor de mi vagina fue disminuyendo considerablemente y paso a ponerse viscosa, se escuchaba el chapoteo de su cabeza y la boquita de me vagina.

-Mmmmm...-

-Ahhhhh……….ahhhh-

-Mmmm...ahhhhh….-

-Quién .....mmmm ahhhh er......-

-Mmm,m,. Ahhh - el se acercó más a mi cuerpo, me tomó con sus dos brazos por mis pechos, estrujandolos. Mi vagina empezó a hacer contracciones más rápidas. Sentía una oleada de placer mucho más intensa que la primera y sentía como apretaba la cabeza del pene, el cual se agrando dentro de mi. Me corrí intensamente, el hombre me había regalado... mi primer orgasmo... Me abrazó y me besó en la cabeza amorosamente, mientras su miembro me inundaba de un líquido caliente. Las contracciones seguían en mi vagina pero iban disminuyendo considerablemente. Y así me quede dormida.
 
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