La Nena de la Familia -001-

heranlu

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Siempre me sentí la nena especial de la familia. Vivía con mis papas y con mis tres hermanos, somos dos mujeres Vanessa de 22 alta, rubia de unos ojos color marrón y cuerpo de infarto y dos hombres Mario de 26, la verdad es que a el le toco ser el mas chaparrito de todos pero no por eso menos guapo tiene las mismas características físicas que Vanessa menos lo alto obviamente; y José de 27 muy guapo y también rubio, el sobrepasa a todos los de la casa en su altura y bueno, todos mis hermanos son mayores que yo.

Y yo soy Ana, tengo 19 años soy rubia, alta como del tamaño de Mario, 6 centímetros mas que el y de ojos azules como mi abuela. Más o menos entré, hace un año a la universidad; Estoy preparándome para ser una contadora. La verdad es que es algo que siempre he querido hacer, mi padre lo es al igual que mi madre. Mis hermanos tomaron destinos diferentes al mío, Mario es doctor, José abogado y Vanessa esta estudiando el ultimo año de Veterinaria. Mis papas desde siempre nos inculcaron la autonomía, el buen trabajo, los buenos estudios y el amor a la profesión. Desde que tengo memoria siempre fueron muy abiertos y amorosos con nosotros. Dentro de nuestra casa, amábamos a Dios, pero casi nunca íbamos a la iglesia ni éramos fanáticos ni de santos ni de nada. Había libre albedrío, cierta vez, Vanessa se proclamo de otra religión, al final no supe si era católica, cristiana o váyase a saber que; de todas maneras por la misma educación que nos inculcaron, no se pudo hacer o pertenecer a la religión que profesaba (termino dándole flojera).

La relación que tengo con todos los integrantes de la familia es muy buena, por ser la mas pequeña siempre fui la más consentida de todos. Todos me celaban y me cuidaban mucho, siempre ame esta protección, puede que algunas personas no les guste la sobre protección, pero a mi me encantaba, me hacían sentir querida, única e importante en sus vidas.

Vivimos en las afueras de la ciudad en un pueblo pequeño, demasiado hermoso. A decir verdad bastante pequeño, corría con una avenida o carretera federal, más o menos de 20 minutos de recorrido antes de pasar al pueblo siguiente. Lo que hace maravilloso a este pueblo es que en si, estaba dentro de las calles. La avenida que es la única calle que conecta a todos los pueblos a la ciudad de un lado y un país del otro; solo tiene algunos locales de comida, gasolineras, negocios de cafeterías y estéticas. No pareciese que realmente fuera un pueblo "mágico". Pero una vez cruzando la 3 calle a la derecha, hay un camino de pedrería, totalmente de picada, bajando; y empinado si tenias que regresar. Parecía que todo estaba construido en una montaña, todas las callecitas eran antiguas y lo que predominaba eran puentecitos de comida típica y deliciosa. Las enormes iglesias del estilo gótico, barroco y neoclásico predominaban en el pueblo. La mayoría de los edificios eran más o menos del mismo estilo. El país, en cierta "etapa de la historia" sufrió un gran ataque por parte del gobierno hacia la religión, por lo que muchas iglesias fueron dañadas. En este pueblo se restauraron los edificios más importantes, entre ellos todas las iglesias, una catedral, el palacio nacional y una universidad que ahora se usaba como museo. Pero no así, las viviendas. Esas se volvieron a construir pero ya al estilo contemporáneo. Ciertamente todavía algunas eran de adobe, mármol y piedra. Pero el material que predomina son las tejas y el tabique.

Nosotros vivimos en una de las casonas más grandes del pueblo. El abuelo, se la regalo a mi mamá cuando se caso con mi padre, al parecer se la había comprado por una gran suma de dinero al dueño anterior.

La casa es muy grande de tres pisos; en el primer piso al entrar esta la cocina junto con la estancia del ante comedor, al fondo hay un cuarto para el servicio y a su lado las maquinas de lavado-secado, un patio trasero enorme con una fuente de mármol al centro y al fondo una mesa para jardín... A mi mamá le encanta este espacio, ya que ahí siembra sus rosales y una que otra hierba para la cocina. Pasando esta, esta la estancia comedor principal y sala de invitados. Esta estancia es de mis preferidas ya que los ventanales más grandes estaban justamente ubicados ahí. A veces me sentaba en la sala cuando no había nadie, a leer, a estudiar y a hablar con mis amigas. Desde aquí se conectaba un ventanal deslizable hacia el patio trasero. Después esta el bar a la izquierda, o "el salón de la peda" como me gustaba llamarlo este era el espacio favorito de mis hermanos y mis padres. Muchas de las reuniones de la casa se llevaron y se llevan acabo ahí y algunas en el patio trasero.

En el segundo piso se encuentran las habitaciones, las de mis hermanos y las de mis papas. No voy a describirlas porque la verdad es que no les presto mucha atención. Y en el tercer piso, esta mi habitación y la de los invitados a lado. Mi habitación es realmente enorme, mi cama tamaño Queen, a lado un mueble para mis libros, de frente un escritorio grande con mi Mac y otras chucherías de papelería. Y de lado izquierdo esta mi closet, que mas bien eran cajones grandes para guardar mi ropa y zapatos. El cuarto de baño tiene una primera estancia de lavabo con una enorme barra con cajones para colocar mis artículos de limpieza e higiene personal y a la derecha coloco mi maquillaje, cremas, perfumes. No les daré mas detalles solo que era espléndido.

Si piensan que este detalle es demasiado, pues lo cierto es que si, pero para todo hay una explicación. Verán desde los quince años, le supliqué, le lloré, le imploré a papá que ya no quería compartir habitación con mi hermana, ya que ella se aprovechaba de eso en muchas ocasiones y la verdad ya estaba harta. Me utilizaba para hacerme lavar su ropa, recoger la basura, limpiar el cuarto y no me quería compartir su ropa. Mi papá al principio no quería, decía que estaba muy chica y que seguro me daría miedo, pero pasado un año y después de molestar mucho. Cedió, y yo misma escogí la renovación de ese cuarto.

Cuando mis hermanos lo vieron, querían cambiarse conmigo. Obviamente ni de chiste los deje, el único que me replico mas tiempo fue Mario. Mario me quiere muchísimo y yo a el, de eso no había duda. Pero desde siempre existió una ligera rivalidad entre nosotros, o quizás era otra cosa, pero no sabía que. Siempre que podía se metía conmigo, durante toda su carrera me buscaba a veces para ser muy cariñoso y darme besitos y abrazarme, pero a veces se enojaba por cualquier cosa y generalmente se topaba conmigo.

Recuerdo que una vez hace poco más de un mes, llego todo estresado de su trabajo y ligeramente alcoholizado, se cargaba un humor de perros. Nos topamos en las escaleras, yo iba bajando de mi cuarto y necesitaba pedirle algo a Vanessa.

-Muévete, fea- me dijo empujándome fuertemente. Yo por supuesto que no me deje y le regrese el empujón.

-Yo no tengo la culpa que te vaya de la mierda en tu trabajo, así que deja de estar chingando y lárgate a llorar a tu cuarto- le dije muy enojada.

El se lanzo contra mi, me puso contra la pared de espaldas y me apretaba las muñecas por delante subiéndolas y apretándome. Por un momento sentí todo su cuerpo muy pegado al mío y sentí una ligera erección de su miembro en mi culo.

-¡Quítate estupido!, suéltame pendejo, me estas lastimando la cara y las manos-trataba de separarme de su cuerpo, pero lo único que hacia era restregarme mas y mas hacia su miembro. El cual dicho sea de paso, poco a poco empecé a sentir más duro y grande. De momento me entro una sensación extraña y me quede un rato inmóvil. “La sensación de su miembro en mis nalgas”, eso era lo único que pasaba por mi mente, me dejaba acariciar pero al mismo tiempo me resistía algo dentro de mi me decía que no estaba bien, pero por otro lado jamás había sentido lo que era placer, mi sexo empezaba a palpitar ligeramente.

-¿Que?, Patroncita o debería de decir cabroncita. Verdad que a nadie le gusta que lo manden. ¿Te gusta que te agarre así, que te tenga contra la pared y sin obedecerte? Yo no soy tu esclavo.- me empujo otra ves, pero ahora liberándome de la pared. Yo me regrese y le di una fuerte cachetada. El estaba completamente rojo y tenía cara de impresión, yo tenía mis ojos llenos de lágrimas, jamás nos habíamos agredido antes. Pero el definitivamente se había pasado conmigo.

-Discúlpame peque, no se que me paso, tuve un pésimo día y un accidente con un paciente. Yo no quise hacerte daño. Se acerco a mí abrazándome y dándome besos en la cara. Al momento de abrazarme sentí otra vez su erección pero ahora en mis muslos.

-Tranquilo, yo …yooo……también me sobresalte. Es culpa de ambos, tenemos que prometer no pelear mas, ¿de acuerdo?-

-Si, peque. Discúlpame, no volverá a pasar. Me iré a descansar. Te quiero mucho.- Preferí mejor, regresarme a mi cuarto. La situación que acababa de suceder me sobrepasaba, jamás había peleado con Mario de esa manera. Y sentir como restregaba su cuerpo contra el mío, no me hizo sentir desagradable, todo lo contrario. Fui a mi baño, quería hacer pipi. Pero lo que vi en mi tanga me sorprendió muchísimo. Estaba completamente mojada, me había excitado con el restregón que me dio Mario.

-No, No,.. Esto no esta bien... Ya no pienses en eso...Ana... No paso nada... Cosas de la naturaleza...-pensaba en voz alta, sacudiendo mi cabeza. Como si de esa manera, podría sacar de mi mente a Mario.

Como siempre fui la consentida, al ser la mas pequeña siempre se hacia las cosas como yo las quería, tenia decisión en todo hasta en que lugares a donde íbamos a desayunar, comer y cenar todos. La diversión por supuesto también estaba al mando de "la patroncita" como Mario solía llamarme a veces. Ninguno de mis hermanos se oponían a lo que decía, una que otra vez Mario se ponía medio enojon, pero después de nuestro pacto o encontronazo “faje” de las escaleras, solo medio alzaba la voz y quería replicarme. Aunque también los demás me apoyaban, así que no era un gran obstáculo. Pero de unos meses a la fecha, las cosas empezaron a cambiar en mi casa, en mis sentimientos y en mi vida.

Todo empezó un lunes con mis padres, ellos fueron contratados por una gran e importante firma en un estado vecino de mi país. Por lo que al principio empezaron a viajar mucho, ya no podíamos tener una comida o cena juntos. Después empezaron a ausentarse por algunos días y luego una que otra semana. Al principio no lo sentía, pues por la presión de la escuela, las innumerables tareas, ya salía algo tarde de la universidad o a veces por exámenes estudiaba mucho. Las veces que si estaba en casa, también estaban ellos. No note el cambio radical que empezaba a hacerse en la casa.

Cierto semana, un poco antes de terminar el semestre escolar, llegaron mis padres de un viaje y aprovecharon que todos estábamos en el patio trasero desayunando. Mis hermanos ya estaban en periodo vacacional y solo alguno trabajaba entre semana.

-Hijos, queremos hablar con ustedes- decía mi madre mirándonos y teniendo a mi padre a lado.

Ninguno de nosotros dijo nada, solo asentimos con la cabeza esperando pacientemente lo que nos quisieran decir.

-Como ya saben, su padre y yo nos unimos para trabajar en la Compañía XXX estamos en un proyecto muy importante, este proyecto esta estimado a durar un par de años. Nuestros jefes nos piden viajar mucho para cerrar unos tratos y creemos que serán un par de meses, por lo que pensamos que era mejor hablarlo bien con ustedes-

-Así que nos van a abandonar, para esto nos han hablado para despedirse- decía yo, con algunas lagrimitas a punto de salir. No me había dado cuenta, de como todo empezaba a cambiar en casa «mis papas ya no iban a vivir con nosotros». Lo se, lo se. Era algo extremista mi tontera. Pero yo era la nena de papá y la nena de mamá. Siempre fui muy pegada a ellos y ahora que empezaban las vacaciones se irían. No, definitivamente no era mi plan vacacional estar sola sin mis papis. Lo peor es que seguramente no me invitarían a unirme a ellos. Todavía me faltaban unos días de escuela, por lo que solo me quede callada.

-No, no mi amor. Ustedes ya son todos mayores de edad, ya se pueden cuidar solos. Jajaja, se que los hemos sobreprotegido y quizás mimado mucho, a ti mas mi pequeña Ana, pero creo que ustedes pueden llevar la casa, mientras nosotros estemos trabajando. Algunas veces nos ausentaremos más tiempo que otras. Pero confiamos plenamente en ustedes, en que tus hermanos van a cuidar bien de ti y entre ellos mismos.

-Mario y José, ustedes deben de ver por sus hermanas. Independientemente de que ustedes ya trabajen tienen que tener en la cabeza que su hermanita no trabaja y ella todavía necesita que la acerquen los últimos días a la universidad, antes de que empiecen las vacaciones y que le ayuden con algunas tareas. Confiamos plenamente en que se cuidaran siempre. Estaremos en contacto y les hablaremos cuando vengamos a la ciudad.-

-Tranquila mamá, todo estará bien. Yo cuido a la "patroncita", Jajaja es que se esta chiqueando nuevamente con ustedes y ahora que tiene la universidad se le perdió el tiempo. Pero tranquilos estaremos bien.- bueno, siempre y cuando no nos abandonen completamente-.

Entre risas y abrazos terminamos de hablar y nos fuimos a comer. A decir verdad todos estábamos un poco conmocionados, no queríamos separarnos, pero bueno también ya se veía venir. ¡Todos ya grandes y con responsabilidades! El fin de semana, llevamos en la camioneta de Mario a mis papas al aeropuerto para despedirlos. Yo por supuesto era la más triste, pero con los besitos y abracitos de mis hermanos la pena se me quito un rato y después de una larga despedida volvimos a la casa. Comimos y cenamos, cada quien fue a su habitación a realizar sus cosas y yo a la mía a terminar de estudiar.

Pasada una semana decidí salir con Berta, mi amiga de la infancia. Al contrario de mi, Berta era más bien un poco gordita o "gordibuena", morena, guapa y más o menos de mi estatura. Por las tardes salíamos a comer helado o ver pelis en su casa. Esa vez, fuimos a su casa a tomar unos refrescos y a ver una película. Estábamos en su cuarto en la alfombra egipcia que montaba cuando iba a su casa.

-Te noto triste amiga, ¿Estas bien?- decía Berta mirándome con sus grandiosos ojos. Me quede viéndola un momento, no sabia si era porque mis papas se habían ido y me sentía algo melancólica, hacia cosas que antes, no se me pasaban por la cabeza.

Berta traía una blusa de tirantes delgaditos en corte V, mostraba sus impresionantes pechos. Siempre me gusto la forma en que a algunas mujeres se les juntaban, como si fuesen uno solo y sobresalía la mama ligeramente asomando el rosadito del pezón. Sus piernas largas y bien rellenitas, no por eso sin forma. La verdad es que solo estaba pasada de peso ligeramente pero las partes donde más se le notaban eran en sus pechos, nalgas y piernas. Mire su rostro, sus labios prominentes y su dulce mirada azulada, me tenían en un estado pacifico y por un momento desee esos labios.

Afortunadamente Berta me sacudió ya que me hablaba y yo no respondía nada.

-Ana, ¡cabron!, ¿estas bien? Weyy te estoy hablando, y tú nada que me prestas atención.-

-Si, si, pensaba tonterías, vamos a ver la peli mejor. Ya sabes, extraño a mis papis- le dije con una vocecita chillona de bebe. Definitivamente o era la edad o eran las hormonas. Si estas me empezaban a subir a la cabeza, la falta de cariño de mis papis, ufff no, ¡todo se me estaba complicando y me ponía caliente!

-Pues, como que ya estas grande para tener mamitis y papitis. Tu lo que deberías hacer es conseguirte un novio. Mmm..... espera... ¿Que paso con Guillermo el de 3º semestre?-.

-Mmm.... pues no mucho. No congeniamos muy bien- le decía volteando los ojos. Desde la última vez me quede malita-

-Ey!!! Cuéntame!! ¿Que paso entre ustedes??!!!! No me digas!! ¿¿Ya no eres virgen??, ¿¿¿Como es su verga???, cuéntame todo-.

-Ah, pinche Berta, como te pones de fina. Cuando hablamos de sexo...-le dije algo humorística al ver la cara de vicio de mi amiga y su forma tan "refinada" de decir pene.

-Mira, tengo que confesarte algo primero. No se si es la edad o que... Pero ya hace un poco mas de unos meses me siento rara o diferente no se... Siento que... Digo me siento húmeda... Yo... Creo...q.- me interrumpió

-No mames, que estas caliente todo el día- decía Berta con sus ojos como platos.

-Berta, cabron!, si pero... Ay yo buscando la palabra correcta o mas recatada para no sonar tan sexual y tu...mmm..... Pues si es cierto... Lo iba a decir diferente pero que es lo mismo...- seguía igual, pero de repente puso cara entre interrogante y picara.

-¿Te pones caliente cuando vienes a verme a mi también?- me puse rojísima, ella al parecer se dio cuenta del detalle y soltó una carcajada.

-¿Sabes que?, lo mejor será que me vaya. Estoy muy estresada-. Me levante de los múltiples cojines donde estábamos acostadas y ya cuando intentaba abrir la puerta. Berta me tomo del hombro y me hizo voltearme, me estampo un beso, al principio no lo correspondí pero poco a poco empecé a abrir mi boca. Ella se aferro fuertemente a mi cintura y yo coloque mis brazos alrededor de su cuello. Me metía la lengua hasta el fondo y acariciaba mis encías y succionaba mi labio inferior. Yo empecé a bajar mis manos a sus nalgas y la apretaba más contra mí, fuertemente. La fricción que ejercía era impresionante, mi vagina palpitaba y estaba completamente empapada.

Berta, se separo repentinamente de mí. Mirándome fijamente a los ojos; sus mejillas estaban sonrojadas y sus labios hinchados.

-¿Me perdonas?- me dio un piquito en la boca y me sonreía enormemente.

-Esta bien, te perdono- le devolví el piquito y nos separamos.

Terminamos de ver la película y comimos golosinas. Antes de irme, no sabía como despedirme de Berta, solo la mire y me acerque poco a poco para darle el beso en la mejilla. Pero ella ladeo su cabeza y me dio un beso apasionado de lengua profunda de despedida. Solo nos reímos y así me retire a la casa.

Así paso mi semana, algo melancólica pero medianamente bien con sus altos y sus bajos. En la escuela estaba en finales, así que solo me dedicaba a estudiar mucho y tratar de pasar el tiempo más rápido. En la semana recibí una llamada de papá, saludándome y contándome como les había ido al llegar al otro estado. Que a mamá le había pegado una pequeña infección en la panza por comer mariscos en mal estado y una que otra anécdota que me causo gracia. Antes de despedirse y como no queriendo la cosa me aviso que mi tío Jean Charles venía con su esposa la tía Macarena, que no sabía bien la fecha pero que seguramente ellos me hablarían a mi celular.

Desde la ultima vez de su boda, no los había visto por aquí, papá y el habían tenido una discusión muy fuerte y hasta donde todos supimos se fueron nuevamente a vivir a España.

El tío Jean es un hombre muy atractivo, se parece mucho a mi papá. Mi abuelo era de origen francés, al llegar a este país, se enamoro de la belleza de las tierras, de la calidez de las personas y de una hermosa mexicana, como lo era mi abuela. Por lo que proveniente de la familia de mi papá su hermano y papá son rubios.

Mi tío es 10 años menor que papá, rondaba quizás por sus 35 más o menos. Siempre lo vi como un príncipe, en mis primeras fantasías, el fue el primer hombre que me hizo mujer en sueños. Mide alrededor de 188, de cuerpo atlético y con un rostro extremadamente varonil. Pero lo cierto es que eso no era lo que mas me llamaba la atención. Cuando el hablaba, se me ponían los pelos chinos, o pelitos de la piel en punta, su voz es tan varonil y tan fuerte que me derretía, sentía que me iba abrir de piernas nada mas para el. El era el único hombre con el que tenía esa clase de pensamientos, su voz era impresionante además siempre lo vi como ideal. Pero bueno, después de que se caso. Hace 4 años, deje de fantasear con el, me parecía precaminoso que yo lo pensara de esa forma.

El se fue a vivir a España desde los 18 años, se gano una beca y termino allá su carrera de Ingeniero Mecánico, le gusto mucho el país y se quedo a vivir allá. De vez en cuando visitaba a sus padres pero al final de su carrera se independizo, empezó a trabajar y a ganar su dinero. Abrió una compañía junto con otros de sus amigos, en Sevilla. No sabia precisamente de que era o como operaba pero le iba estupendamente. Un día conoció a mi tía Macarena y se enamoraron.

Por la noche, cuando todos ya estábamos en la casa, aproveche que bajaron a cenar a la cocina y les conté de la llamada de papa y de la pronta visita de mis tíos. Mario como un pequeño gruñón me dijo:

-¿Que?, yo no tengo tiempo para atenderlos, no voy a poder estar aquí y lo mejor será que se vayan a un hotel...-

-Oye, no seas grosero- le dije yo

-Por mi no hay problema, de todas maneras estaré muy ocupado toda la semana- decía José, sin darle la menor importancia.

-A ver, a ver. Mi tío Jean es el hermano de papá y tenemos que darle y hacerlos sentir cómodos en casa. ¿Que tal si un día queremos visitar España?, seguramente mi tío nos recibiría con mucho gusto-. Intervino Vanessa.

-Luego, luego. La interesada- decía Mario.

-A ver, cabron. No seas grosero es el único hermano de mi papá y pese a todo nuestro pariente. Si no te gusta, trata de estar lo más lejos posible de casa y todo arreglado. Le dijo pero ya ligeramente enojada por la actitud tan pesada de Mario.

-Mmm.... Ok esta bien, ay les dejas la comida-.dijo Mario retirándose a su cuarto.

-Cada día, esta más insoportable. Que se case- le decía yo a mis hermanos.

-Necesita cogerse a una mujercita, a ver si con eso, libera toda esa energía negativa que se esta guardando el duendecito- dijo José estallando en una carcajada.

Por su puesto que no nos hizo gracia la forma en que lo dijo. Pero ahí termino nuestra "reunión". Y cada quien se fue a su cuarto a descansar.

La semana paso rápido, a la otra semana me llamo mi tío.

- ¡Anita! Chica guapa ¿Que tal estas?- ufff, nada mas de escuchar su voz y con ese ligero tono español de Andalucía, me puso la piel de gallina.

- ¡Killa!, ¿me oyes?, ¿estas ahí?, ¿donde andan tus hermanos?

-Ehhh si, perdón tío. Estaba un poco distraída. ! Pero todos bien tío!, papá me hablo en la semana, me dijo que vendrían... Pero no me dijo cuando.-

-Pues para eso te llamo. Tu tía Macarena y yo cogemos esta noche un avión para México. Hemos hecho una reserva en un hotel de vuestro pueblo, el Pueblito Lindo. Y también te llamo para quedar un día con vosotros y haceros una visita en vuestra casa.

-Tío, ¿como cree?, no se quedaran ahí. No por favor, nosotros los vamos a ir a recoger al aeropuerto y nos venimos a la casa. Y saben que tenemos habitación extra y que esta es su casa también. Por favor tío-

-No Anita. No vamos a ir a vuestra casa. Seríamos un estorbo y os daríamos mucho trabajo. Tus hermanos y tú ya tenéis vuestra vida y estaréis muy ocupados. Así que tu tía y yo estaremos muy bien en ese hotel.

-No como cree, vamos mañana por ustedes. Solo dígame a que hora sale el vuelo.- terminamos la conversación con los datos completos de la aerolínea en la que venían y los horarios de salida y llegada, que generalmente eran casi exactos. Pero por si las dudas estaríamos pendientes.

Hable nuevamente con mis hermanos, para ver quien iría a recoger a mis tíos conmigo al aeropuerto. Al final José tendría el día libre. Nos apuramos en el carro y fuimos al aeropuerto a esperarlos, salimos con una media hora de anticipación por cualquier cosa. Ya no se sabe con el tráfico. Pero llegamos bien, nos estacionamos y buscamos la puerta de llegadas internacionales. Para nuestra sorpresa su vuelo llego una hora antes de lo estimado. Nos dimos cuenta porque al llegar a la sala de espera, vi a mi tío saludarnos con una mano.

Estaba más guapo de lo que lo había visto la última vez. Se notaba que seguía haciendo mucho ejercicio, sus contadas canas le daban un aire intelectual y muy varonil. Tenía una que otra arruguita pero seguía siendo muy sexy inclusive más. Definitivamente mi tío estaba guapísimo, creo que yo estaba babeando, observaba a mi tío acercarse a mí, como en cámara lenta. Y me abrazo fuertemente estrujándome contra su cuerpo levantándome ligeramente del suelo. Como si fuera una pluma, ahí si que reaccione y le devolví el abrazo, por un momento sentí que mis pezones se ponían duros de tanta fricción y calor de su cuerpo.

Al separarnos, me gire para saludar a mi tía Macarena. La verdad es que ella también estaba preciosa, blanca de piel, pelo negro liso y largo, con unos ojos negros y un precioso rostro, nariz mediana y boca con labios carnosos marcaban su perfil andaluz. Su cuerpo ni que se diga, no era flaca o delgada más bien esbelto con un precioso culo, cintura estrechita y sus pechos eran redondos y esbeltos. De altura algunos centímetros más baja que yo. Vestía una típica falda del sur de España, que marcaba sus curvas. Y una camisa que mostraba un poco de sus senos. Llevaba unos pendientes muy grandes, que luego me dijo que en Sevilla, los llevan muchas mujeres.

-¡Ozú Ana! Menuo cambiaso desde la última vez. Eres toa una muje. Y mu pero que mu guapa- me dijo mi tía Macarena, mirándome y echándome los brazos al cuello.

Su acento sevillano me hizo mucha gracia.

-Gracias, tía. Pero la hermosa eres tu, estas guapísima.-

Por detrás venia José, el saludo a mi tía después de mi. Ella se le quedo viendo con un cierto brillo llamativo y ella lo estrujo entre sus brazos. La escena se veía no como un sobrino y una tía. Si no como una pareja. Lo cual en un principio me dio curiosidad y me pareció raro, pero lo deseche rápidamente, «vaya esta tontería de mis hormonas me hacen ver cosas donde no las hay».

-¡Tía, estas hermosa! ! Cada vez que te veo estas mas preciosa!- le dijo José, separándose un poco de ella.

-No que va! Ustedes son los guapos!- dijo ahora ya bastante sonrojada.

Después de seguir saludándonos y decirnos como habíamos cambiado, nos fuimos al carro con las maletas y partimos de la ciudad hasta la casa. Durante el trayecto José iba hablando con mi tío. Yo por mi parte me ponía al tanto de la vida con mi tía, en estos años.

Al llegar instale a mis tíos en el tercer piso, a lado de mi cuarto. Les mostré donde podían dejar las maletas y en fin les dije que se pusieran cómodos. Mas tarde llegaron los demás y cenamos unas tortillas de huevo que hizo la tía Macarena. Se saludaron respectivamente Mario y Vanessa con ambos.

Les comente a mis tíos que nosotros durante la semana tendríamos actividades, ya faltaba poco para que terminara el semestre pero aun así tendría que ausentarme por las mañanas. Les mostré la casa y les dejamos las llaves de un coche para que partieran a la ciudad cuando quisiesen.

El lunes y el martes paso sin novedad, mi tío quería ir a visitar en las tardes a unos viejos amigos de la infancia me parece que durante 3 días se puso al tanto con ellos, por lo que tía Macarena se quedaba sola. El lunes yo le hice compañía, la lleve a conocer el pueblito. Salimos caminando de la casa y nos fuimos a comer a los puestesitos y a dar una vuelta en el kiosco. Después vimos una tienda de trajes típicos y ella quiso probarse algunos. Yo la espere afuera, estaba ensimismada en mis pensamientos cuando me hablo.

-Ana, ven hija, necesito ayuda con estos enganches. Al parecer se me enganchan por detrás, Anda!, échame una mano-.

«!Se quito el brasier! » podía ver su hermosa espalda desnuda, por un momento me quede viéndola y pasándole la palma de mi mano por su espalda. Jugaba con los listones y me pareció que la piel era extremadamente suave.

-Hija, ¿Ya esta?-me saco mi tía de mis pensamientos.

«Que vergüenza, la estuve manoseando»

-Ehh si tía, es que estoy viendo como ajustar esto a su cintura-.

Entonces ya me puse a amarrarle los listones. La blusa amarilla con shakiras le quedaba muy bonita, por delante se le salían los hermosos pechos, tenia una bonito lunar oscuro en su pecho izquierdo que definitivamente estaba levantando mucho mis miradas. No se si ella se dio cuenta o quizás no. Pero mi mirada en algún momento fue muy insistente. Terminamos comprando un par de blusas, después nos fuimos a casa.

Al llegar yo me dirigí a mi habitación a estudiar un poco y ella se quedo en la sala viendo tele Y quizás una copa de vino del bar. No se si ya habían llegado mis hermanos o no. Al otro día, en el desayuno, le avise a mi tía que no sabría a que hora llegaría que lo mas seguro que en la tarde, después de mi examen.

-Tía, llegare quizás hasta las 6, si todo va bien. Mis hermanos no se bien.-

-Tranquila guapetona. Tú estudia y no te preocupes de otra cosa. Cuando llegues, saldremos a dar un paseo. Cuídate mucho y nos vemos cuando vuelvas.

Tome mis llaves y me subí a mi coche. Maneje hasta la ciudad y llegue a la Universidad. Me dirigí a la pizarra de calificaciones y exámenes, para mi sorpresa salí exentada en los últimos tres exámenes. Por fin vacaciones ya no tendría que estudiar nada. Me dirigí nuevamente a mi coche, estaba planeando un día con mi tía al zoológico. Cuando llegara a casa, le diría que nos fuéramos.

Al llegar, me percate que estaba el coche de José, pero al contrario de "siempre", dejo su carro estacionado en mi lugar.

Deje mis útiles en la mesa de la cocina, sin hacer tanto ruido subí al segundo piso a ver si estaba José en su cuarto, quizás se había traído a una "mujercita". Busque en su habitación y no lo encontré, empecé a escuchar ruidos. Me quede un momento quieta, tenia que escuchar bien para saber de donde provenían los ruidos. Escuchaba la voz de mi hermano, pero no entendía bien que era lo que estaba diciendo.

Salí del cuarto, camine muy despacio y empecé a seguir los ruidos, que por cierto venían del cuarto de invitados donde estaban mis tíos quedándose a dormir. «Que asco, de hombre. Mira que traerse a la niña y montárselo en el cuarto de mis tíos».

Pase por mi habitación y poco a poco fui acercándome al cuarto. Los sonidos cada vez eran más fuertes, escuchaba suspiros y jadeos y la voz de mi hermano. La cual era fuerte y otras veces más débil.

La puerta estaba entreabierta, los ruidos eran ya jadeos muy fuertes y ahora si escuchaba la voz de mi hermano sonoramente.

-Te gusta puta- le decía mi hermano.

-Sii....si.....-decía un ligero gemido bastante bajo casi imperceptible.

Me asome un poco mas y pude ver a mi hermano cabalgando fuertemente a una mujer con un cuerpo precioso acostada boca a bajo, su cabeza estaba apoyada del lado de la ventana no del de la puerta. No podía distinguir bien de quien se trataba. Hasta que escuche su voz, me quede de piedra.

-Si, siii Vamos José. Venga Joder!. Dame polla. Métemela hasta el fondo- era lo voz de mi tía.

-¿Quieres mas puta?, tienes que rogármelo- entonces mi hermano se la saco de jalon. Y pude observar un enorme miembro, estaba muy brillante, estaba totalmente manchado de líquido. El grosor y la medida de su miembro me pareció descomunal. Jamás en mi corta vida, había visto algo tan grande. La verdad es que no tenia mucha experiencia viendo penes.

Alguna vez, tuve una experiencia sexual con un compañero de la escuela. Pero lo más lejos que hicimos fue masturbarnos. Por supuesto no era nada comparable, su miembro que media quizás un poco más que la palma de mi mano al largo y grueso miembro de José. Me tome unos segundos para detallarlo, el que recuerdo haberle tocado a mi compi, no lo pude ver por la oscuridad del lugar. Pero este no se cuanto mediría, obviamente mas, sus venas verdes se remarcaban mucho, el miembro estaba completamente erecto como si fuera una estaca y para adornarlo lo cubría un sombrerito de color rosado, a mi parecer se veía muy hinchado y el miembro muy grueso.

Mi tía Macarena se agacho ante José y empezó a chupárselo, al principio empezó a introducirse ligeramente el sombrerito, pero después fue succionando el miembro hasta un poco menos de la mitad. Su boca se veía tremendamente abultada y tenía dificultades para respirar. Poco a poco fue mejorando su respiración y empezó a tragárselo todo.

Yo miraba con una gran cara de asombro. Ella parecía disfrutarlo enormemente, no sabia que clase de placer estaba recibiendo pero se veía que lo disfrutaba mucho. Yo me sentía rara, mojada y mis pezones me dolían sentía una fuerte presión con mi brasier baje mi mirada, una de mis manos estaba metida dentro de mis pantalones y me sobaba la vagina por encima del calzón de gatitos que me puse en la mañana. Mi otra mano, estaba muy cerca de mi redondo pecho, esta imagen me asusto mucho, tanto que retrocedí y di un ligero tropezón. Me golpe con la pared ligeramente, eso me saco de mis pensamientos y saque mi mano. Baje sigilosamente las escaleras y lo mejor que se me ocurrió fue ir a la casa de Berta.

Me retire de la casa algo desconcertada y ciertamente muy excitada. No se que me estaba pasando, primero Mario, Mi tío-tía y ahora ¿José?, ya solo me faltaba ver en tanga , o mejor desnuda a Vanessa… Dios, que cosas digo…….no no… no



a.
 
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