Con Fer nos conocemos desde que hicimos la primaria juntos. Luego seguimos en la secundaria. Nos fuimos haciendo año tras año más amigos. Era extraño en un principio, ya que él era varón y nos gustaba estar juntos y hacer trabajos de la escuela. Nunca, pero nunca, me hizo ninguna propuesta, nada, ni un beso robado, un apretón de más. Siempre me trato como una amiga, casi una hermana.
La mamá de Fer era simpática, cuando sonreía se le formaban unos hoyuelos en su rostro rosado que era para comérsela. Siempre me gustó. Pero no fue hasta más de grande casi terminando la secundaria cuando la vi en todo su esplendor como una mujer apetecible y que me calentaba.
Más de una noche me encontré tocando mi rajita mojada pensando en Lore. Sufriendo de calores insoportables por la calentura que empezó a despertarme aquella mujer madura y rubia, de pelo corto tipo melena. Unas tetas normales o que se adivinaban así a través de las blusas que usaba y las largas polleras que solo mostraban unos tobillos delicados y fuertes.
Algún verano la vi en maya enteriza y su cola era perfecta para mí. Una delicia. Me calentaba tanto que casi no podía hablarle cuando estaba cerca de ella. Me ruborizaba, el aire de lujuria que emanaba de ella, tal vez inocentemente, me hacía ver como una niña estúpida y me faltaba valor para encararla y decirle al menos que me excitaba el solo verla venir y verla ir.
Así paso el tiempo y me fui controlando, un poco porque crecía también y la niña se iba convirtiendo en mujer. Terminamos las clases y Fer tenía planeado desde hacía mucho tiempo viajar por el mundo. Se iba por tres meses, tal vez más.
__¡En serio Lu…¿Por qué no te vienes conmigo?__ me preguntó una vez más aquella tarde mi amigo
__¡Fer sabes que no puedo dejar a mi padre, está grande, tal vez mas adelante!¡Igual tu sabes que viajar y viajar no es lo mío!
__¡Lo sé amiga, está todo bien!__ me acarició los cabellos largos casi hasta la cintura. Caminamos juntos unas cuadras, y de pronto Fer volvió a hablar
__¡Tengo que pedirte algo!
__¡Lo que quieras Fer!__ dije sin imaginar el pedido
__¡Mira, este tiempo en que me voy a ausentar mi madre se quedará muy sola, no digo que te vayas a vivir con ella, tú tienes tu vida, solo que de vez en cuando puedas te des una vuelta, no sé si podrás!__ su carita de cordero degollado, como si me estuviese pidiendo que fuera a trabajar a una mina de carbón, me hizo mucha gracia. Mi corazón dio un salto de alegría y en mi rostro de debe haber dibujado una cara de satisfacción y casi tuve un orgasmo allí mismo.
__¡Por supuesto cuenta conmigo, yo me hare cargo de Lore!¡Le seré útil en lo que ella me solicite!
__¡Eres una amiga de fierro!!__ dijo Fer dándome otro abrazo apretado.
Pasaron los días y Fer se marchó al fin. Estaba a total disposición de Lore. Empecé por pasar un día a la semana, generalmente los miércoles, porque si. La acompañaba a hacer las compras. Hablando de cualquier cosa, íbamos caminando cruzando una plaza muy linda que había cerca de la casa de Lore.
De vez en cuando ella me tomaba del brazo, como si fuera una madre. Hablamos de todo. De modas, de chusmerío de actores y actrices, de política, si también de política, porque no. De juegos, de hombres, y de sexo, por supuesto.
Yo le preguntaba mucho sobre sus relaciones sin hacer foco en cosas muy directas y noté de entrada que no era chapada a la antigua, eso me dio esperanzas.
Al pasar un par de semanas, empecé a ir dos veces por semana. Nos metíamos en la pileta siempre impoluta al extremo y allí podía regodearme con su trasero que iba y venía delante de mí y tal vez yo le mostraba más de la cuenta.
Debo decir que entramos en confianza rápidamente. Tal vez por todo lo que sucedió después. Ella también soñaba conmigo, quería tener un encuentro de sexo. Al menos estaba siempre presente eso en mi imaginación y muchas veces iba al baño y me masturbaba de forma furiosa.
Allí ella repartía crema por mi cuerpo, deteniéndose en cada rincón y sobando en demasía mis redondos y perfectos glúteos. Ella tenía un poco de recelo porque por supuesto su cola, que a mí me volvía loca, tenía las imperfecciones propias de la edad pero que más de uno se hubiese acabado con solo verla así en maya enteriza.
__¡Todos los días traes trajes de baños nuevos!
__¿Sí?
__¡Uno más bonito que otro…tienes un presupuesto ahí!
__¡ Gracias…si quieres podemos estar desnudas, total quien nos va a ver!__ ella se rió a carcajadas pensando lógicamente que le hacía una broma, yo tiraba estocadas para ver si podía montar de una buena vez a esa yegua que me volvía loca y me tenía cada día más caliente.
Llegó la semana en que pasaba todos los días. Almorzábamos, estábamos en la pileta, íbamos de compras. Charlábamos tiradas largamente día tras día, nuestra confianza iba creciendo más y más. Había roces de brazos, de dedos, de manos, sutiles y sin querer. O que parecían ser descuidados. Yo perdía baba y creo que cada vez era más notable.
__¿Y tu Genoveva tienes un novio?__ preguntó ella como al pasar y mis cachetes se ruborizaron de inmediato. Suspiré. Entonces ella no daba por hecho de que me gustaban las mujeres.
__¡No Lore nada!
__¿Nada, nada?
__¡Nada!
__¡No quiero incomodarte, solo era para saber si no dejabas a alguien al costado por venir a hacerme compañía!
__¡Está bien Lore!
__¿O acaso crees que no sé que Fer te dijo algo?¡Soy mujer y soy madre!__ dijo y se río estruendosamente.
Aquella tarde me marche porque quedamos en cenar. Era la primera vez que íbamos a cenar. Siempre los encuentros habían sido de día. Estaba emocionada, no voy a mentir. Me hice todas las expectativas posibles.
Me duche, durante largo tiempo. Mi madre me llamó la atención porque había gente en la casa que debía usar el baño.
Me perfume de arriba abajo, obviamente mis genitales brillaban y olían increíblemente limpios. Me maquillé para la guerra, pero sin exagerar. Digamos que le tiraba señales inequívocas de que quería acostarme con ella.
Mi vestido corto y liviano traslucía mi diminuta tanga metida en la raja por delante y en mi culito por detrás. Estaba tan alzada que puse en mi conchita y mi culito un gel que había comprado hacía muy poquito con sabor chocolate, para una ocasión como esta.
Salí a la hora indicada, diciendo en casa que no sabía si volvía a dormir, porque quizá quedaba en casa de Lore. Mi madre asintió conforme y tranquila.
Llegué a la casa de Lore toque y esperé. Atendió ella. Despampanante. Creo que al verme abrió tanto la boca que se le vio la campanilla.
__¡Entra ya preciosa, estas divina, Guauuu!!!__ estaba con un vestido del infarto y su rostro lucía maquillado, espectacular, sus labios rojos. Una copa de vino ya en la mano.
__¡Tú no te quedas atrás…eres una mujer hermosa, me gu…!!!__ me corté en seco, ella se dio cuenta y sonrió. Se encamino al comedor donde la mesa estaba realmente prolija y muy linda.
__¡Siéntate preciosa!__ mientras decía así me hizo el gesto de salud levantando la copa de vino blanco. Lo tomo y sirvió un poco para mí y me lo alcanzó, rozamos nuestros largos dedos y me estremecí. Creo que manaba todos los olores de una hembra en celo, era incontrolable para mí.
Hablamos poco, eran miradas casi salvajes. Comimos muy liviano, mucho vino. La música sonaba lejana y dulce. Tan dulce como esos labios.
Pasamos al sofá que había en un ****** muy pequeño. Seguíamos bebiendo, en un momento nos levantamos las dos a la vez para buscar no se qué cosas. Y ella tomando la iniciativa rodeo con sus brazos mi cintura y riendo nerviosamente empezamos a girar al compás de la música.
Naturalmente acerqué mis labios a los suyos. Pase la lengua para probar tiernamente, ella no se retiro, era como que estaba esperando aquella reacción. Mis manos alcanzaron de forma veloz su cola turgente. La apreté en la misma maniobra en que abría mi boca e hice que tragara literalmente mi lengua babosa y recontra ardiente. Hundí mis dedos en las nalgas preciosas y que me tenían loca.
__¡Me vas a hacer acabar ahora cariño!__ dijo excitada y al borde del desmayo
__¡Quiero cogerte ya mismo!¡Me volves loca, estoy muy caliente!
__¡Ohh bebe, y yo, o no te dabas cuenta!!__ volvimos a besarnos de forma feroz. Ella también tomo mi duro culito y lo masajeo e hinco sus uñas, Levanto mi vestido y hurgo urgente mi raja y mi anillito que estaban humectados y calientes. Gemíamos de forma vaporosa. Despedíamos vapor. Aquella calentura era salvaje.
__¡Vamos a mi cama cariño!__ invito Lore y me tomo de la mano. Yo sabía dónde iba. La música fue quedando cada vez más lejos. Antes de entrar la apoye contra la pared y levantando su vestido metí mis dedos en su raja húmeda y chorreante. Mordí su cuello y sus labios nuevamente. Creo que tuvo un orgasmo corto pero intenso.
Entramos y nos revolcamos en la cama. Suspiros, jadeos, gruñidos. Mordidas en los cuellos. Nos fuimos sacando las ropas. Hasta quedar completamente desnudas y chorreando jugos por todas partes.
Me prendí a sus tetas y una por una las chupé hasta enrojecer esos pezones alargados y duritos como yo tenía los míos, casi les saqué sangre. Los mordí y lamí, los chupé con tanto ardor que ella en un momento me hizo parar porque no aguantaba tantas descargas eléctricas que sentía recorrer en su voluptuoso cuerpo desnudo.
Automáticamente la di vuelta y quedé con su culo hermoso en la cara. Lo bese, en realidad bese las nalgas, un rato suave un rato fuerte, mordiendo apenas para poner la piel roja. Ella jadeaba como perra caliente.
Le pasaba la lengua por las montañas aún firmes y duras. Las chupaba y besaba alternativamente, mientras atrapaba las tetas con mis manos, apretujando y friccionando sus pezones. Cuando metí mi lengua en la zanja pego un grito desgarrador de placer, se retorció y levantó su cola para que penetrar su ojete con mi lengua a fondo. Entró velozmente a unos dos o tres centímetros y ahora supe si que tuvo un orgasmo de gloria.
Temblaba como una primeriza, como si ese orgasmo hubiese sido el primero. Bese su agujero y ella seguía moviéndose y chocando mi lengua con su cola. Pellizcaba las tetas y se revolvía más.
__¡Ohhh siii, sigue perrita, que puta eres amor, me vuelvo loca!!!
__¡Tú me tienes loca, no sabes lo que deseaba hacerte esto en tu culo!!!__ metí dos dedos de una y empecé a moverlos ahora con una mano, mis dedos en realidad acariciaron el botoncito erecto, lo pellizqué, ella gritó y aúllo mientras tenía otro violento orgasmo y sus jugos chorreaban entre sus piernas, la gire y con mi lengua ataqué la vulva abierta y sedienta de besos y lengua.
Ella fue atrapando mis caderas y entendí, llevando mi conchita a su boca. La comió glotona, muy puta, muy sacada. Me hizo acabar de forma grandiosa. Lentamente nos fuimos calmando un poco.
Nos besamos otra vez las bocas, buscando aire, frenamos el ímpetu de nuestros cuerpos.
__¡Eres una fiera pequeña!
__¡Y tú no te quedas atrás, te imaginaba caliente, pero no así!
__¡Soy re puta en la cama amorcito, no sabes cuánto te deseaba!__ hundió su lengua en mi boca presta. Me recorrió, la recorrí, mordimos las lenguas y los labios.
__¡Ve aquel cajón y trae unos juguetitos que tengo!__ fui adonde decía y encontré unas bolas chinas de tamaño pequeño, y un arnés con un pijón negro grueso y largo.
__¡No te privas de nada Lore, sí que tienes una puta escondida en tu interior!¡Me gusta que la saques con otra tan puta como tú!!__ otra vez nos besamos.
Con la pasión a flor de pie, hizo que de rodillas acercara mi ojete casi perfecto a su cara, me chupo el culo de una forma que nunca antes nadie lo había hecho. Casi con adoración. Luego me fue metiendo las bolitas chinas, eran como diez o doce, no las conté muy bien, luego a cada tirón vibraba y tenía orgasmos cortos y pequeños. Disfrutaba cada caricia.
Me colocó el arnés y mirándome con un brillo especial en su mirada de leona.
__¡Mételo en mi culo nenita!!__ lo escupió y lo masajeé a aquel objeto enorme, pero mis sentidos y los de ella estaban demonizados, descontrolados.
Me posicione en la entrada y empuje, ella gimió y sacó la cola hacia arriba. Entré, la poseí con salvajismo, ella gritaba de lujuria, era una perra con toda las letras. La encule y la bombeé de mil formas. Estuve con el dildo entrando y saliendo unos veinticinco minutos, hasta que caí rendida, llena de líquidos y fluidos de ambas mezclados, agotadas de orgasmos interminables y gemidos de mujeres satisfechas y plenas.
No s besamos de forma interminable, chorreando las bocas de salivas espesa. Estábamos agotadas para este primer round.
__¡Te quedas a pasar la noche conmigo!__ dijo ella y yo sonreí
__¡Claro mi mamita puta, te voy a coger hasta morir!__ nos enroscamos un rato y creo que nos quedamos dormidas hasta volver a despertar en medio de la noche y fui yo quien fui sodomizada por aquel gran pene, hasta que volvimos a dormir y volvimos a despertar, por muchas noches más.-
La mamá de Fer era simpática, cuando sonreía se le formaban unos hoyuelos en su rostro rosado que era para comérsela. Siempre me gustó. Pero no fue hasta más de grande casi terminando la secundaria cuando la vi en todo su esplendor como una mujer apetecible y que me calentaba.
Más de una noche me encontré tocando mi rajita mojada pensando en Lore. Sufriendo de calores insoportables por la calentura que empezó a despertarme aquella mujer madura y rubia, de pelo corto tipo melena. Unas tetas normales o que se adivinaban así a través de las blusas que usaba y las largas polleras que solo mostraban unos tobillos delicados y fuertes.
Algún verano la vi en maya enteriza y su cola era perfecta para mí. Una delicia. Me calentaba tanto que casi no podía hablarle cuando estaba cerca de ella. Me ruborizaba, el aire de lujuria que emanaba de ella, tal vez inocentemente, me hacía ver como una niña estúpida y me faltaba valor para encararla y decirle al menos que me excitaba el solo verla venir y verla ir.
Así paso el tiempo y me fui controlando, un poco porque crecía también y la niña se iba convirtiendo en mujer. Terminamos las clases y Fer tenía planeado desde hacía mucho tiempo viajar por el mundo. Se iba por tres meses, tal vez más.
__¡En serio Lu…¿Por qué no te vienes conmigo?__ me preguntó una vez más aquella tarde mi amigo
__¡Fer sabes que no puedo dejar a mi padre, está grande, tal vez mas adelante!¡Igual tu sabes que viajar y viajar no es lo mío!
__¡Lo sé amiga, está todo bien!__ me acarició los cabellos largos casi hasta la cintura. Caminamos juntos unas cuadras, y de pronto Fer volvió a hablar
__¡Tengo que pedirte algo!
__¡Lo que quieras Fer!__ dije sin imaginar el pedido
__¡Mira, este tiempo en que me voy a ausentar mi madre se quedará muy sola, no digo que te vayas a vivir con ella, tú tienes tu vida, solo que de vez en cuando puedas te des una vuelta, no sé si podrás!__ su carita de cordero degollado, como si me estuviese pidiendo que fuera a trabajar a una mina de carbón, me hizo mucha gracia. Mi corazón dio un salto de alegría y en mi rostro de debe haber dibujado una cara de satisfacción y casi tuve un orgasmo allí mismo.
__¡Por supuesto cuenta conmigo, yo me hare cargo de Lore!¡Le seré útil en lo que ella me solicite!
__¡Eres una amiga de fierro!!__ dijo Fer dándome otro abrazo apretado.
Pasaron los días y Fer se marchó al fin. Estaba a total disposición de Lore. Empecé por pasar un día a la semana, generalmente los miércoles, porque si. La acompañaba a hacer las compras. Hablando de cualquier cosa, íbamos caminando cruzando una plaza muy linda que había cerca de la casa de Lore.
De vez en cuando ella me tomaba del brazo, como si fuera una madre. Hablamos de todo. De modas, de chusmerío de actores y actrices, de política, si también de política, porque no. De juegos, de hombres, y de sexo, por supuesto.
Yo le preguntaba mucho sobre sus relaciones sin hacer foco en cosas muy directas y noté de entrada que no era chapada a la antigua, eso me dio esperanzas.
Al pasar un par de semanas, empecé a ir dos veces por semana. Nos metíamos en la pileta siempre impoluta al extremo y allí podía regodearme con su trasero que iba y venía delante de mí y tal vez yo le mostraba más de la cuenta.
Debo decir que entramos en confianza rápidamente. Tal vez por todo lo que sucedió después. Ella también soñaba conmigo, quería tener un encuentro de sexo. Al menos estaba siempre presente eso en mi imaginación y muchas veces iba al baño y me masturbaba de forma furiosa.
Allí ella repartía crema por mi cuerpo, deteniéndose en cada rincón y sobando en demasía mis redondos y perfectos glúteos. Ella tenía un poco de recelo porque por supuesto su cola, que a mí me volvía loca, tenía las imperfecciones propias de la edad pero que más de uno se hubiese acabado con solo verla así en maya enteriza.
__¡Todos los días traes trajes de baños nuevos!
__¿Sí?
__¡Uno más bonito que otro…tienes un presupuesto ahí!
__¡ Gracias…si quieres podemos estar desnudas, total quien nos va a ver!__ ella se rió a carcajadas pensando lógicamente que le hacía una broma, yo tiraba estocadas para ver si podía montar de una buena vez a esa yegua que me volvía loca y me tenía cada día más caliente.
Llegó la semana en que pasaba todos los días. Almorzábamos, estábamos en la pileta, íbamos de compras. Charlábamos tiradas largamente día tras día, nuestra confianza iba creciendo más y más. Había roces de brazos, de dedos, de manos, sutiles y sin querer. O que parecían ser descuidados. Yo perdía baba y creo que cada vez era más notable.
__¿Y tu Genoveva tienes un novio?__ preguntó ella como al pasar y mis cachetes se ruborizaron de inmediato. Suspiré. Entonces ella no daba por hecho de que me gustaban las mujeres.
__¡No Lore nada!
__¿Nada, nada?
__¡Nada!
__¡No quiero incomodarte, solo era para saber si no dejabas a alguien al costado por venir a hacerme compañía!
__¡Está bien Lore!
__¿O acaso crees que no sé que Fer te dijo algo?¡Soy mujer y soy madre!__ dijo y se río estruendosamente.
Aquella tarde me marche porque quedamos en cenar. Era la primera vez que íbamos a cenar. Siempre los encuentros habían sido de día. Estaba emocionada, no voy a mentir. Me hice todas las expectativas posibles.
Me duche, durante largo tiempo. Mi madre me llamó la atención porque había gente en la casa que debía usar el baño.
Me perfume de arriba abajo, obviamente mis genitales brillaban y olían increíblemente limpios. Me maquillé para la guerra, pero sin exagerar. Digamos que le tiraba señales inequívocas de que quería acostarme con ella.
Mi vestido corto y liviano traslucía mi diminuta tanga metida en la raja por delante y en mi culito por detrás. Estaba tan alzada que puse en mi conchita y mi culito un gel que había comprado hacía muy poquito con sabor chocolate, para una ocasión como esta.
Salí a la hora indicada, diciendo en casa que no sabía si volvía a dormir, porque quizá quedaba en casa de Lore. Mi madre asintió conforme y tranquila.
Llegué a la casa de Lore toque y esperé. Atendió ella. Despampanante. Creo que al verme abrió tanto la boca que se le vio la campanilla.
__¡Entra ya preciosa, estas divina, Guauuu!!!__ estaba con un vestido del infarto y su rostro lucía maquillado, espectacular, sus labios rojos. Una copa de vino ya en la mano.
__¡Tú no te quedas atrás…eres una mujer hermosa, me gu…!!!__ me corté en seco, ella se dio cuenta y sonrió. Se encamino al comedor donde la mesa estaba realmente prolija y muy linda.
__¡Siéntate preciosa!__ mientras decía así me hizo el gesto de salud levantando la copa de vino blanco. Lo tomo y sirvió un poco para mí y me lo alcanzó, rozamos nuestros largos dedos y me estremecí. Creo que manaba todos los olores de una hembra en celo, era incontrolable para mí.
Hablamos poco, eran miradas casi salvajes. Comimos muy liviano, mucho vino. La música sonaba lejana y dulce. Tan dulce como esos labios.
Pasamos al sofá que había en un ****** muy pequeño. Seguíamos bebiendo, en un momento nos levantamos las dos a la vez para buscar no se qué cosas. Y ella tomando la iniciativa rodeo con sus brazos mi cintura y riendo nerviosamente empezamos a girar al compás de la música.
Naturalmente acerqué mis labios a los suyos. Pase la lengua para probar tiernamente, ella no se retiro, era como que estaba esperando aquella reacción. Mis manos alcanzaron de forma veloz su cola turgente. La apreté en la misma maniobra en que abría mi boca e hice que tragara literalmente mi lengua babosa y recontra ardiente. Hundí mis dedos en las nalgas preciosas y que me tenían loca.
__¡Me vas a hacer acabar ahora cariño!__ dijo excitada y al borde del desmayo
__¡Quiero cogerte ya mismo!¡Me volves loca, estoy muy caliente!
__¡Ohh bebe, y yo, o no te dabas cuenta!!__ volvimos a besarnos de forma feroz. Ella también tomo mi duro culito y lo masajeo e hinco sus uñas, Levanto mi vestido y hurgo urgente mi raja y mi anillito que estaban humectados y calientes. Gemíamos de forma vaporosa. Despedíamos vapor. Aquella calentura era salvaje.
__¡Vamos a mi cama cariño!__ invito Lore y me tomo de la mano. Yo sabía dónde iba. La música fue quedando cada vez más lejos. Antes de entrar la apoye contra la pared y levantando su vestido metí mis dedos en su raja húmeda y chorreante. Mordí su cuello y sus labios nuevamente. Creo que tuvo un orgasmo corto pero intenso.
Entramos y nos revolcamos en la cama. Suspiros, jadeos, gruñidos. Mordidas en los cuellos. Nos fuimos sacando las ropas. Hasta quedar completamente desnudas y chorreando jugos por todas partes.
Me prendí a sus tetas y una por una las chupé hasta enrojecer esos pezones alargados y duritos como yo tenía los míos, casi les saqué sangre. Los mordí y lamí, los chupé con tanto ardor que ella en un momento me hizo parar porque no aguantaba tantas descargas eléctricas que sentía recorrer en su voluptuoso cuerpo desnudo.
Automáticamente la di vuelta y quedé con su culo hermoso en la cara. Lo bese, en realidad bese las nalgas, un rato suave un rato fuerte, mordiendo apenas para poner la piel roja. Ella jadeaba como perra caliente.
Le pasaba la lengua por las montañas aún firmes y duras. Las chupaba y besaba alternativamente, mientras atrapaba las tetas con mis manos, apretujando y friccionando sus pezones. Cuando metí mi lengua en la zanja pego un grito desgarrador de placer, se retorció y levantó su cola para que penetrar su ojete con mi lengua a fondo. Entró velozmente a unos dos o tres centímetros y ahora supe si que tuvo un orgasmo de gloria.
Temblaba como una primeriza, como si ese orgasmo hubiese sido el primero. Bese su agujero y ella seguía moviéndose y chocando mi lengua con su cola. Pellizcaba las tetas y se revolvía más.
__¡Ohhh siii, sigue perrita, que puta eres amor, me vuelvo loca!!!
__¡Tú me tienes loca, no sabes lo que deseaba hacerte esto en tu culo!!!__ metí dos dedos de una y empecé a moverlos ahora con una mano, mis dedos en realidad acariciaron el botoncito erecto, lo pellizqué, ella gritó y aúllo mientras tenía otro violento orgasmo y sus jugos chorreaban entre sus piernas, la gire y con mi lengua ataqué la vulva abierta y sedienta de besos y lengua.
Ella fue atrapando mis caderas y entendí, llevando mi conchita a su boca. La comió glotona, muy puta, muy sacada. Me hizo acabar de forma grandiosa. Lentamente nos fuimos calmando un poco.
Nos besamos otra vez las bocas, buscando aire, frenamos el ímpetu de nuestros cuerpos.
__¡Eres una fiera pequeña!
__¡Y tú no te quedas atrás, te imaginaba caliente, pero no así!
__¡Soy re puta en la cama amorcito, no sabes cuánto te deseaba!__ hundió su lengua en mi boca presta. Me recorrió, la recorrí, mordimos las lenguas y los labios.
__¡Ve aquel cajón y trae unos juguetitos que tengo!__ fui adonde decía y encontré unas bolas chinas de tamaño pequeño, y un arnés con un pijón negro grueso y largo.
__¡No te privas de nada Lore, sí que tienes una puta escondida en tu interior!¡Me gusta que la saques con otra tan puta como tú!!__ otra vez nos besamos.
Con la pasión a flor de pie, hizo que de rodillas acercara mi ojete casi perfecto a su cara, me chupo el culo de una forma que nunca antes nadie lo había hecho. Casi con adoración. Luego me fue metiendo las bolitas chinas, eran como diez o doce, no las conté muy bien, luego a cada tirón vibraba y tenía orgasmos cortos y pequeños. Disfrutaba cada caricia.
Me colocó el arnés y mirándome con un brillo especial en su mirada de leona.
__¡Mételo en mi culo nenita!!__ lo escupió y lo masajeé a aquel objeto enorme, pero mis sentidos y los de ella estaban demonizados, descontrolados.
Me posicione en la entrada y empuje, ella gimió y sacó la cola hacia arriba. Entré, la poseí con salvajismo, ella gritaba de lujuria, era una perra con toda las letras. La encule y la bombeé de mil formas. Estuve con el dildo entrando y saliendo unos veinticinco minutos, hasta que caí rendida, llena de líquidos y fluidos de ambas mezclados, agotadas de orgasmos interminables y gemidos de mujeres satisfechas y plenas.
No s besamos de forma interminable, chorreando las bocas de salivas espesa. Estábamos agotadas para este primer round.
__¡Te quedas a pasar la noche conmigo!__ dijo ella y yo sonreí
__¡Claro mi mamita puta, te voy a coger hasta morir!__ nos enroscamos un rato y creo que nos quedamos dormidas hasta volver a despertar en medio de la noche y fui yo quien fui sodomizada por aquel gran pene, hasta que volvimos a dormir y volvimos a despertar, por muchas noches más.-