La Iniciación Sexual de un Hijo por su Madre – Capítulos 001 al 004

heranlu

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La Iniciación Sexual de un Hijo por su Madre – Capítulo 001



Cuando la duda o incertidumbre sobre lo “correcto” de nuestros actos y creencias nos embarga, buscamos siempre el conocer experiencias de otras personas que hayan pasado por situaciones parecidas, para identificarnos con ellos y sentir el apoyo indirecto de los demás y obtener el relajamiento de nuestra angustia. Esto es muy de humanos, pero no debería de suceder así.

He buscado en este portal, el conocer las historias de incesto que en ella se relatan, para conocer en que otras circunstancias se puede llegar a él de una manera Humana, sentimental y amorosa.

He leído muchos relatos fantasiosos, en donde solo el instinto desbocado es el principal protagonista, pero en otros pocos, he encontrado la ternura y el amor de una relación incestuosa, libre de coerciones, chantajes, o de la brutalidad del más fuerte.

Ello me ha animado a contar mi historia, porque sé que existen otras Mujeres como yo, que han pasado por lo mismo y que tiene su conciencia intranquila, para ellas, y sólo para ellas que comprenden y sienten el fuerte Amor de Madre que nos arrastra a sacrificar todo por nuestros hijos, relataré mi historia:



La Moral es la que dicta el comportamiento individual y de las masas, dentro de la concepción de las ideas, tradiciones y experiencias personales, calificando así, lo bueno y malo de una idea o acto determinado. Por ello la “Moral” no ha sido la misma a en las diferentes civilizaciones a través de la historia y ni aún ahora en las diversas culturas de nuestro planeta. Lo que antes se veía bueno, ahora es malo o viceversa, por ello el concepto de “correcto” e “incorrecto” ó de “bueno o malo” es relativo.

Cuando el ser Humano desarrolla una acción X, se tuvo que generar de una motivación, esto es: una necesidad, de ella, a un razonamiento, y de él, a la acción propiamente dicha. Por ello lo que se califica de “malo“, no tiene que ser intrínsicamente perverso, o de “bueno” intrínsicamente benévolo.

Es necesario hacer esta reflexión, para que el lector comprenda el contexto de mi historia.

Soy una ama de casa como cualquier otra, con angustias sobre el futuro de nuestros hijos y sobre la agresión que el medio ejerce constantemente sobre ellos; Drogas, alcohol, libertinaje, destrucción de paradigmas y tradiciones, etc. Por ello el supervisar constantemente lo que hacen, o en donde se encuentran, o con quien conviven, es la pauta de todos los días.

Tengo 36 años, soy viuda desde hace4, vivo con mi hermana y su familia, mi cuñado y mi hermana, ha sido nuestro apoyo desde que murió mi marido y nos han albergado en su casa como miembros de su propia familia no por que tuviéramos necesidades económicas, sino por el amor que nos tienen.

Cuando Murió mi esposo tenía 2 hijos: René de 14 y Alma de 12, ahora tengo también a Silvia de 2.

Yo tuve una nula educación sexual, mis padres tradicionales en todos los sentidos y más en cuanto a la educación, nunca me informaron sobre los deberes sexuales del matrimonio. Por ello tuve una información incompleta y distorsionada que adquirí por parte de mis compañeras de escuela.

Mi hermana fue la que casó primero con un Hombre informado y liberal, y yo con un tradicional como mis padres. La sexualidad para mí era más una tortura que un placer mientras vivió mi esposo, en cambio la de mi hermana era libre sin prejuicios o tabúes y la disfrutaba al máximo.

La depresión por la que pasaba, me tenía en muy mal estado, nada me gustaba o motivaba, hasta que mi hermana me empezó a hablarme del sexo de una manera maravillosa y poco a poco empezó a interesarme en él. Empecé tímidamente a hacerlo con compañeros ocasionales, pero donde realmente lo descubrí fue cuando ella me invitó a compartir su cama con mi cuñado. A partir de ese momento el sexo se fue apoderando de mi hasta liberarme completamente de mis prejuicios o tabúes que encadenaban mi cuerpo y mente. Teníamos sexo todos los días de una manera intensa y excitante, en donde el hacerlo en lugares y formas diferentes, era cosa de todos los días, e incluso cristalizábamos fantasías de lo más variadas y locas.

Mi Familia se integró completamente a la de mi Hermana, al grado que mis hijos llamaban hermanos, a los 3 hijos de mi hermana. Nosotras éramos: “Mamí” (mi Hermana) y “Má” (yo), y así de esa manera no se confundían al llamarnos pero en la práctica no funciona tan bien.

Pasó el tiempo y llegué a convertirme en una “fanática del sexo”, lo hacía casi exclusivamente con mi cuñado y mi hermana, así que sin darnos cuenta fundimos nuestras dos familias en una sola donde mi cuñado tenía dos esposas y 5 hijos. Vivimos en armonía y con la felicidad que tiene cualquier familia unida y respetuosa, claro, de una manera discreta aunque no siempre a salvo de comentarios o chismes por parte de los demás, pero en resumidas cuentas; una familia feliz.

Bajo este contexto, nació mi hija Silvia, hija lógicamente de mi cuñado, que en todo momento respondió como padre amoroso y responsable. Claro que tuve que decir que la paternidad correspondía a otro, sobre todo entre los amigos y familiares que no vieron con buenos ojos este nacimiento fuera de toda norma “Moral”. Si hubieran sabido la verdad: ya estarían bajo tierra.

Por mi aprendizaje avanzado de la sexualidad, me volví sensual en todos aspectos, disfrutaba de mi cuerpo así como de los olores, sabores, colores, y texturas, como nunca antes lo había hecho, por ello me volví desinhibida en múltiples aspectos, desde decir lo que pienso sin tapujos, hasta el desnudarme frente a mis “nuevos” hijos sin ningún tipo de recato o pena. Eso me ayudó a volverme segura de mi misma tanto en lo mental como en lo físico, a tal grado que provocó una revolución en mi concepto de ver el mundo, que ahora se presentaba, pleno, hermoso, y lleno de delicias como nunca antes lo había percibido.

Mis hijos ya estaban acostumbrados a verme desnuda desde pequeños, me bañaba con ellos y les inculqué el respeto y amor por sus cuerpos, así como admirar su belleza, por ello no fue sorpresa el que me vieran salir de la ducha o el cambiarme frente a ellos despreocupadamente, más bien la sorpresa fue para mí cuando descubrí a René espiándome cuando me duchaba o cuando me vestía.

Una Madre no ve el cambio se da en sus hijos ante sus ojos, por precisamente el verlos todos los días, pero llega un momento que determinada actitud, gesto, postura, o incluso comentario, hace que desaparezca la banda de nuestros ojos para ver a nuestros hijos trasformados en Hombres o Mujeres. Eso precisamente me pasó al descubrirlo espiando por la puerta entreabierta del baño mientras salía de la ducha, obviamente mi corazón comenzó a palpitar rápidamente ante la supresa mientras pensaba en qué actitud tomaría ante ello, pero opte por aparentar no darle demasiada importancia. Pero al día siguiente lo volví a ver tras la puerta espiándome, así que cuando él salio de casa para ir a entrenar Fut bol en la escuela, me metí en su habitación y comencé a revisarla a conciencia. Intuía que si mi cuerpo ya le atraía, se encontraba en pleno despertar sexual y por ende, habría objetos o rastros de su incipiente actividad sexual.

Después de hurgar unos momentos entre su guardarropa, di con lo que buscaba: Un par de revistas de desnudos, en donde se veía explícitamente las más variadas posturas sexuales y en donde sexys chicas eran poseídas por musculosos y varoniles Hombres. Eso confirmaba mis sospechas.

Seguí revisando su habitación y descubrí en la ropa sucia, una de sus truzas con claros signos de esperma, sentí su clorado aroma, y con la punta de la lengua constaté su delicado sabor y cremosa consistencia, ya que aún se encontraba algo fresca. Sabía de que se debía a una noche de “sueños húmedos” que había tenido y por la mañana confundido por el hecho, se deshizo de ellas.

Ahora ante la evidencia irrefutable, mi corazón dio un vuelco de alegría y de tristeza a la vez, porque sabía que mi hijo dejaba de ser niño para transformarse en hombre y que poco a poco lo perdería irremediablemente.

Al pasar los días, empecé a descubrir con sorpresa, escondidos entre su ropa deportiva; bragas de mi hermana y mías, así como sostenes, los cuales dejé en ese mismo lugar. Por esos días me enteré que amigos de él, habían tenido un accidente automovilístico al regresar a casa después de beber varias copas de licor y más de uno intoxicado por drogas.

Realmente el impacto que causo eso en nosotras fue mayúsculo y se acrecentó aún más cuado supimos por René, que ellos volvían de un burdel de las orillas del Ciudad.

--¿Se metieron con chicas de ese burdel? --pregunté

--Sí. --contestó

--¿Y tú has ido a ese lugar?

Yo siempre he mantenido una buena comunicación con mis hijos, aún en temas complicados y espinosos, así que por ello pregunté directamente.

--Mmm... Sí -contestó lentamente

--¿Y te has metido con ellas? -- pregunté un tanto exaltada

--No Má.. No lo he hecho.

Le creía, pero me aterrorizó el solo imaginar que se metió a esos sórdidos lugares en donde va toda clase de mal vivientes y malhechores, el instinto de una Madre salio a relucir y a mi cuerpo lo embargó un escalofrío. Sabía que se encontraba a un paso de tener su primera relación sexual, así que había llegado el momento de actuar.

Mi hijo René siempre ha sido el más apegado a mí, desde que nació, ha existido una comunicación intensa y fluida que nos mantiene unidos en todas circunstancias. Siempre que me notaba decaída o triste; se acurrucaba en mi regazo y me llenaba de besos, por eso no es de extrañar que sea con él con quien más me identifico. Cuando murió su padre, se unió tanto a mí, que me sentía reconfortada y protegida por él en todo momento.

Recuerdo que cuando me casé a los 18 años, aún no había terminado mis estudios de Administración, y a los tres meses estaba embarazada. Prácticamente me acompaño durante el último año de carrera; cuando estuvo en mi vientre y cuando lo llevaba conmigo a presentar exámenes en su cunita portátil.

Esa noche, la angustia me mataba, suponía que a esas alturas ya se masturbaba pero quería estar segura de que lo hacía. Sabía que había llegado el momento de hablar de sexualidad a fondo con él, aunque para este momento ya sabría mucho de ello.

Mi cuñado me había propuesto en varias ocasiones que ya era tiempo de que él y René se sentaran a hablar sobre el tema, pero yo desestimaba su oferta por sentirlo aún un niño, además la forma de pensar de mi cuñado sobre el sexo, no concordaba en todo con la mía, ya que era muy abierto para algunos aspectos y en otros completamente cerrado y testarudo, por ello prefería afrontarlo yo sola.

Una Noche me planté frente a la puerta de la habitación de mi hijo y apoyé mi oreja, intentando escuchar algún sonido que lo delatara, pero no escuchaba nada. Estaba a punto de retirarme convencida que imaginaba situaciones, cuando escuche el sonido de la revista al hojearla y el gemir de René, en ese momento estuve segura de que lo hacía y pensativa regrese a mi habitación. Toda la noche estuve pensando en cual sería mi paso a seguir; por un lado el despertar de su sexualidad lo ponía a merced de innumerables peligros, como las enfermedades venéreas, asistir a lugares de ambientes peligrosos, como ya lo había comprobado o a la simple desinformación sobre el SIDA y los embarazos no planeados. Por otra parte, sabía que por no haberla tenido; la importancia de una buena información sexual, era muy necesaria, la cual redundaría en una vida plena, sin temores o tabúes.

Una mala información o una experiencia negativa; lo encadenarían a recuerdos o miedos crónicos que lo llevarían a traumas o peligros mayores. Por ello tenía que ser cauta y dejarme llevar por mi amor y por mi inteligencia, para enseñarle de la mejor manera posible.

Un pensamiento comenzó a rondar mi cerebro y no me dejaba descansar, Era sobre lo que había leído en el libro: Estudio Hate sobre la sexualidad Femenina que se basaba en varias encuestas que habían realizado entre mujeres de diferentes edades y posiciones socioeconómicas, en donde las cuestionaban sobre la sexualidad en general, y en uno de sus capítulos coincidían en la importancia de educar a los hijos en el sexo, pero con una educación segura libre de prejuicios o tabúes que deformaran su ávida mente y que la mejor manera de conseguir eso era, el enseñarles de una manera directa y personal.

Tras analizarlo concienzudamente, estaba completamente de acuerdo con esa opinión y Pensaba:… Si lo más preciado que tenemos en nuestro hogar son nuestros hijos, a los cuales les otorgamos todos los cuidados y esmeros de que somos capaces, para que se desarrollen como seres completos y sepan afrontar la vida con las mejores herramientas que puedan disponer; si les transmitimos lo mejor que sabemos de nuestras experiencias para que no tropiecen con las mismas dificultades por las cuales nosotros atravesamos; si tratamos de formarles un futuro de protecciones y cuidados, ¿Por qué los dejamos a la deriva, solo con un bagaje limitado en cuestiones sexuales?¿Porqué no enseñamos con el mismo esmero y dedicación sobre el sexo, que como el enseñarlos a comer, a estudiar o a guiar una bicicleta?


Si sabemos que las primeras experiencias sexuales son trascendentales para la formación del individuo sexual, ¿Porqué no hacemos que sean la mejores y las más sólidas, basadas en el amor incondicional hacia la pareja y la compenetración de sus espíritus?¿Porque no fomentar nosotros los padres la unión de nuestros cuerpos con los de ellos, transmitiendo el culmen del amor y la experiencia?


Todo esto me confundía, pero debía tomar la mejor decisión de que fuera capaz por su bien y el de su futura pareja. Un último pensamiento invadió mi mente


¿Quién mejor que yo para transmitirle de una manera amorosa y comprensiva, el cómo amar a una mujer en la cama? ¿Quién le guiaría mejor que yo, paso a paso a disfrutar y hacer disfrutar a su pareja hasta los confines del placer?
¡Nadie, solo yo!.


Al llegar la mañana ya había tomado una decisión.

Debo admitir que la idea de hacer el amor con mi hijo ya había rondado mi mente durante muchos años, una prueba clara de ello fue la relación con Luis: un chico al cual seduje sin proponérmelo, y el cual me brindó su amor primero y su primera experiencia sexual, yo lo hice quizá no tanto por él, sino buscando el gran parecido que tenía con René, que aún era un niño. Ó quizá la idea la haya traído inconscientemente desde antes que naciera René, en un clásico complejo de Electra y que se fue afianzando en mí a través de mi descubrimiento del sexo libre y voluptuoso, no lo sé, pero mi deseo fue acrecentándose en lo profundo de mi corazón hasta que su curiosidad y mi fantasía se juntaron.

Sabía que lo que intentaba hacer se llamaba incesto y que ésta práctica, está catalogada como uno de los tabúes sexuales de la ”Moral” moderna, pero en la época antigua no era así, es más, se fomentaba entre los miembros de la realeza para evitar que su sangre divina se mezclara con la de los demás mortales, me refiero a los faraones de Egipto, o entre los Efesios, y Mesopotámicos por citar algunos de los muchos pueblos que la practicaban, amén de objetivos más prosaicos como: herencias, o prejuicios raciales, etc.

La idea moderna de la aberración del incesto se basa, en que los productos de esas uniones por lo general nacían deformes por errores genéticos o con una propensión a las enfermedades, pero en la actualidad se ha descubierto a la luz de los nuevos avances científicos, que no es así. En un articulo de la revista journal of Genetic Counseling, se habla de un estudio donde se ha seguido cuidadosamente las comunidades endogámicas que existen y no se ha encontrado ningún factor fuera de los normales que pudieran insinuar que se tiene mayor riesgo con estas practicas, de una generación a otra, por otra parte si la práctica se prolonga indefinidamente, los genes recesivos que se pueden heredar, sí pueden causar problemas a largo plazo. La misma revista dice que la practica del incesto es mucho más común de lo que se cree en diversas comunidades del mundo. Y sorprendentemente se ha descubierto que es recomendable incluso, el practicarlo para el fortalecimiento genético de rasgos beneficiosos heredables. Esta información sería de mucha ayuda si mi intención fuera el procrear con mi hijo, objetivo a todas luces fuera de lugar.

La base de estos descalificativos a la endogamia o incesto, se relacionan directamente con la degradación genética, que sabemos no existe sino a través de múltiples generaciones y la unión de padres e hijos coercitivas o con violencia y violación, que en este caso, sí es altamente condenable y aberrante.

Por otra parte existen personas que dicen que cuando se practica el incesto, en donde existe mutuo acuerdo, y se hace con respeto y entregándose amorosamente, definitivamente no puede ser malo, aún más, creo que debería ser practica común entre padres e hijos para el armonioso desarrollo y la comunicación plena entre el hombre y la mujer.

Esperaba que se diera la oportunidad para echar a andar mis planes, y esa se dio dos días después.

Intencionalmente deje la puerta del baño entreabierta en mi habitación, sabía que Rene llegaba del instituto a esas horas así que le sería fácil el darse cuenta que me encontraba duchando. Efectivamente, 10 minutos después lo vi reflejado en el espejo lateral del lavabo que quedaba frente a mí. Me veía embelesado y sin pestañar, yo intentaba parecer lo más natural posible, pero en cada movimiento intentaba dejar ver lo más de mi anatomía para que me conociera bien. A mis 35 Años mi cuerpo se mantenía firme y hermoso, mi dedicación hacia el deporte y a la buena alimentación que practicaba y que había acrecentado a la muerte de mi esposo; habían dado sus frutos, así que podía asegurar sin falsa modestia, que lo que René estaba viendo en esos momentos, no tenía nada que pedirle a las chicas de las revistas que tenía en su armario.

Cerré la llave de la regadera y salí de la ducha, mi cuerpo mojado emanaba vapor que se mezclaba con el aire en pequeñas espirales, sabia que se debía al agua caliente pero muy dentro de mí también sabía que eso se debía a mi excitación creciente. Veía a Rene que, con solo un ojo, devoraba mi cuerpo que lo recorría de arriba a bajo con placer, mientras yo pasaba la toalla por aquellos lugares que sabía que más llamaban su atención.

Me disponía a abrir la puerta rápidamente y así, desnuda, pasar a la habitación y sorprender a René en su fisgoneada, cuando escucho la voz de mi hija Alma que le reclama airadamente:

--¿Que haces ahí René? ¿ No sabes que Mamá se está bañando?.

--He.. Sí.. es que… yo solo quería preguntarle... --balbuceó

No quise que el conflicto entre ellos subiera de tono y echara a perder la iniciativa de Rene para seguirme fisgoneando, así que me envolví rápidamente en la toalla y salí de ahí.

Encontré a Rene de espaldas a la puerta intentando explicarle a Alma el por que se encontraba ahí y al salir me dirigí a ellos con naturalidad:

--¿Hola chicos, como les fue en la escuela hoy?

Los dos contestaron al mismo tiempo que les había ido bien en la escuela, y sin dejar que Alma tomara la palabra, le pregunte a René:

--¿Te trajo la Mamá de Ramiro, o te viniste en el autobús?

--He… me vine con la Mamá de Ramiro. --contestó René

--Ha, ¿No te dijo nada de la reunión del Martes? – le pregunté de nuevo sabiendo que no había tal reunión.

--He, no, no me dijo nada.

--Alma, amor, pásame por favor la crema que se encuentra en tu baño, la de la etiqueta de flores ¿Sí?

--Sí Mamá.- dijo obedientemente.

Le pedí que fuera por ella para evitar seguir conversando y así diluir la situación, de igual forma le pedí a René que bajara a la cocina y que revisara el guiso que mantenía en el horno para la comida, de esa manera daba por zanjada la incipiente e incomoda discusión entre los dos.

La oportunidad para iniciar mis planes de educación, había fracasado por razones externas, pero la siguiente vez tendría más cuidado.

Definitivamente el primer paso para poder actuar, debería de ser de él, yo “reaccionaría a su curiosidad” y no la motivaría de una manera clara, esa era mi convicción, así que espere para que se diera el momento.

Durante los siguientes tres días intenté repetir mi plan de que me espira mientras me duchaba, lo hice hasta tres veces al día cuando sabía que se encontraba en casa, pero fue inútil. Seguí intentándolo hasta que el Sábado por la tarde, después de que regrese del club donde estuve jugando tenis toda la mañana, esperé para ducharme en casa, buscando otra oportunidad. Las cosas se dieron solas, ya que los chicos habían salido con Norma a la matinée del cine y no regresarían hasta por la tarde y mi cuñado se había ido con unos amigos a ver el partido de Fut Bol en un bar cercano y los bebés se encontraban en su cuna cuidados por la niñera, así que las condiciones eran las ideales, todo dependía ahora de René.( Llevaba ya 11 meses de haber dado a Luz a Silvia y mi Hermana a Diego, en un embarazo simultaneo de las dos.)

Me metí a la ducha con serias dudas de que apareciera, ya que había salido con sus amigos a jugar el partido de fut bol de la semana en su escuela, y por lo regular no aparecía hasta por la tarde, así que me dedique a ducharme tranquilamente. Cuando estaba a punto de cerrar la llave, descubrí que la puerta estaba abierta y que Rene me observaba, así que mi corazón se acelero de súbito y puse en practica el plan que había quedado trunco hace unos días.

Salí despacio y exagerando mis movimientos voluptuosamente; comencé a secar mi cuerpo con una toalla grande. Con el rabillo del ojo veía constantemente en dirección a la puerta para saber si aún se encontraba ahí y haciendo un movimiento rápido como si buscara mi bata para salir del baño pero cambiado la trayectoria de mis movimientos en el ultimo momento; abrí la puerta sorprendiéndolo. Rene se quedo paralizado por la súbita acción, yo por supuesto que fingí cara de sorpresa, pero no hice ningún movimiento para tapar mi desnudez, que lucía en todo sus esplendor ante él.

--Hola, René, ¿Qué sucede? –pregunté despreocupadamente secándome la cara con la toalla..

Rene me miraba a la cara temiendo que sus ojos lo delataran al admirar mi cuerpo.

--Naa..da, solo quería sab.. er si... te encontrabas en casa. –dijo tartamudeando

Yo me dirigí a la puerta de mi habitación que estaba abierta y la cerré con llave despreocupadamente, para evitar interrupciones embarazosas. Después me senté sobre la cama y comencé a secar mis pies detenidamente. Él permanecía en la misma posición siguiendo con interés todos mis movimientos.

--Dime, ¿cómo te fue en el partido?

--Hee, bien, ganamos, --dijo ya con más confianza.

--¡Haa, que bien!, me alegro por ustedes se lo merecían. –dije levantándome de la cama y poniéndome frente a él y con despreocupación exagerada le pregunté:

--Siento que uno de mis pechos está más caído que el otro, ¿Dime; Notas algo?

Le hice la pregunta para acercarme a él y concentrarlo en mi cuerpo.

--Hee, pues, no… no creo… se ven al mismo nivel.

Levante mis brazos para que subieran también mis senos y ponerlos más en relieve y fingí que los observaba con atención a través del reflejo del espejo, después de unos momentos, baje mis brazos y di un paso al frente, quedando a unos centímetros de él. René había crecido mucho en el último año, su complexión se volvió fibrosa y atlética por el mucho deporte que practica, su musculatura contorneaba su cuerpo alto y duro, aún no superaba los 1.75 Metros que yo mido, pero estaba ya muy cerca.

Comencé a tocarme los pechos con curiosidad médica, y como un simple comentario le dije:

--Me alegra saber que aún están en su sitio, a pesar que están llenos de leche para tus hermanos. – dije moviéndolos de un lado hacia el otro despreocupadamente.

Veía a René que su cara se había tornado roja por la vergüenza ó ¿quizá excitación? Y que los miraba fijamente.

--¡Quién lo dijera¡, --dije alegre-- son los mismos pechos donde tú te alimentaste hace 16 Años, y siguen ahí produciendo leche, ¿Recuerdas su sabor? –pregunte fingiendo inocencia.

Él movió la cabeza de una lado hacia el otro, contestando así a mi pregunta, así que yo lo tome de la nuca y levantando mi pecho izquierdo con la palma de mi mano, lo acerque a mi pezón. Él inclinó su cabeza y abrió su boca recibiéndolo delicadamente y despacio comenzó a succionar. Al acercar nuestros cuerpos percibí que su pene erecto presionaba en mis muslos --- ¡ Está excitado! – me dije con emoción y uní completamente mi cuerpo al de él cerrando mis ojos. Despacio subí su mano Izquierda y con ella rodeé mi seno, que despacio comenzó a acariciar. Rememoré cuando él era un Bebe y mamaba como ahora: despacio, tímidamente, con su calor envolviendo mi seno, los recuerdos de aquellos tiempos y la felicidad que sentía, hicieron que mis ojos se nublaran por la nostalgia.

René notó mis suspiros y mi llanto callado y asustado pregunto:

--¿Te he hecho daño, Madre? Perdóname, yo no...

--No, René, al contrario; me has llenado de felicidad al recordar cuando eras un bebé y mamabas como ahora y lo feliz que era en ese tiempo al lado de tu Padre, pero no hagas caso de mis lagrimas, yo... ¡hoooo...! –exclame fingiendo sorpresa cuando sentí su pene rozar de nuevo mis muslos, y con un ligero movimiento hacia atrás me separe de él, que de nuevo se sobresalto quedándose inmóvil y confuso, así que aprovechando su desconcierto dije:

--Creo que te has excitado, sentí tu pene en mis muslos –dije aparentando tranquilidad.

Él enrojeció aún más y trato de ocultar su erección con sus manos, yo enternecida me acerque a él y lo abrace fuertemente besándolo en su mejilla, y le dije al oído.

--Me he dado cuenta que has crecido mucho en estos últimos meses, y que en tu cuerpo se desarrollan cambios importantes que te desconciertan, cambios para los cuales no estabas preparado, y que ahora te avergüenzan, como tus erecciones; el vello en tu cuerpo ó tus sueños húmedos, pero todo eso es normal, es la transición de niño a adulto que elabora la Naturaleza en cada ser de la tierra, por eso no debes de avergonzarte de tenerlos, por el contrario debes enorgullecerte de que te estas transformando en un hombre, con todas sus cualidades y responsabilidades. Yo te ayudare a afrontar tu transformación con alegría, con ánimo de descubrir cada día, la ley renovadora de vida que te ofrece la Naturaleza, observando las maravillas que obran en tu cuerpo y descubriendo sus placeres. Seré tu guía y consejera, ¡claro!, si tu lo quieres. --dije haciendo una pausa y después continué:

--Sé que ésta responsabilidad le compete más a un Padre que a una Madre, pero la vida lo ha querido así, y si tu lo aceptas, te prometo hacerlo lo mejor que pueda, siempre lo haré con Amor y dedicación, buscando tu felicidad futura. Espero que comprendas y me perdones si fallase en esto o aquello, pero lo importante es que siempre tengas en mente que lo hago con todo mi corazón y amándote siempre. Pero si tu decides, que mejor que te enseñe tu tío David, por ser hombre y que había mejor entendimiento entre ustedes, yo me retiraría y ...

--No, no –interrumpió René – Quiero que seas tú, Ma, por favor --suplicó

Lo estreche fuertemente contra mí pecho, y lo guié hasta la cama, me tendí sobre ella y le pedí que se recostara junto a mí. Cuando estuvo a mi lado, puse sus manos en mis pechos, y atraje su boca hacia mi pezón erecto. René comenzó a succionar con fuerza, al sentir como manaba cada vez más la leche en su boca, mientras con su otra mano amasaba mi pecho explorándolo concienzudamente. Mientras lo hacía, yo acariciaba su cabeza con dulzura, disfrutando de la deliciosa sensación de sus labios en mis pechos, después, cuando sentí que ya casi los había vaciado de su albo contenido, me separe de él y lo hice recostar sobre su espalda y le dije:

--Sé que te masturbas, es algo natural en los chicos que están descubriendo su cuerpo y las nuevas sensaciones que les ofrece, pero no es bueno hacerlo tan seguido, es exigirle demasiado al cuerpo ya que es una pérdida de energía que debidamente canalizada, de una forma natural; te daría más placer, pero lo realmente peligroso, es que te acostumbres a hacerlo y que encuentres más placer en esa practica que en hacerlo con una Mujer.

Lo mire con ternura y acaricie su cara con mis manos, y tomando aire y proseguí:

--Quiero que conozcas bien tu cuerpo y el de la mujer, para que descubras paso a paso la maravilla del sexo seguro y sin prejuicios o tabúes. Que te sumerjas en las aguas del placer, sabiendo canalizarlas con medida y razón, sin ofender a nadie y sin ofenderte a ti mismo, por ello necesito que me prometas que seguirás mis consejos al pie de la letra y que serás discreto con lo que te diré y enseñare. ¿De acuerdo?.

--Sí, de acuerdo Mamá.

Le acaricie de nuevo su cara y le bese tiernamente en la mejilla, desabotoné la camisa y su cinturón bajando hasta las rodillas sus pantalones. De igual manera baje sus trusas y deje al descubierto un hermoso pene blanco y bien proporcionado que como estatua épica, se mantenía erecto con toda su fuerza y deseo, estaba debidamente circuncidado ya que mi Marido era un convencido de las bondades higiénicas de esa práctica. Su Glande rojo y carnoso, despuntaba como un delicado pero firme hongo, su pene aún no alcanzaba todo su desarrollo, era aún esbelto pero prometía que sería magnifico, eso me emocionó ya que él tendría un magnifico pene para brindar placer.

Lo tome con mis manos y comencé a acariciarlo despacio, mientras le decía:

--Es necesario que conozcas perfectamente tu pene y sus funciones: El pene toma sus dimensiones cuando estas excitado, porque se llena de sangre, ya que en su interior existe un tejido esponjoso que retiene la sangre y obliga al pene en su totalidad, a aumentar de tamaño y a obtener su dureza. La parte delantera se llama Glande o cabeza y es la parte más sensitiva del pene, su forma es redondeada y semiesférica para poder penetrar sin hacer daño a tu pareja abriendo los labios de su vulva con delicadeza, así como el deslizarse sin problema. En su parte exterior existe un pliego de piel que se llama Frenillo, es altamente sensitivo y causa un gran placer al frotarlo. En su parte central se encuentra un pequeño orificio que se llama Meato y es por donde sale tu orina, se encuentra conectado a la vejiga y a tus testículos los cuales están en el interior de una bolsa de piel que se llama Escroto.

Los tome con delicadeza envolviéndolos con mi otra mano, y continué:

– En su interior se encuentra produciéndose constantemente los espermatozoides, que como sabes, son los portadores de material genético que dará forma a una nueva vida junto con los del óvulo femenino.

Seguía acariciando su pene, moviendo su piel hacia arriba y hacia abajo para buscar excitarle más y continuar con mis explicaciones didácticas. Sentía como poco a poco su pene aumentaba la presión, presagiando una eyaculación inminente, así que me di prisa.

---Si pones atención, descubrirás que por tu meato ha salido una pequeña gota transparente, ¿ La ves?.

--Sí.

--Bien, esta compuesta de químicos desinfectantes y lubricantes, que bajarán la acidez de los restos de orina que queden en el conducto destruyendo las bacterias, propiciando así, una fecundación libre de gérmenes y ácidos que podrían destruir los espermatozoides.

Tomé la pequeña gota con mis dedos y los separe despacio dejando un puente viscoso entre los dos dedos.

--Como ves, es ligeramente espeso y su sabor es salado. – y diciendo esto limpio mis dedos en mi lengua.

René hace un gesto de desagrado cuando lo hice, pero no dijo nada yo continúo con mis movimientos, sintiendo como la tensión aumenta en su pene y sin decir palabra meto su Glande en mi boca y lo acaricio con mi lengua delicadamente.

De súbito mis recuerdos me llevaron cuando René contaba con escasos 18 meses y lo bañaba por la noches. Cuando me ponía a secarlo sobre la cama, me impresionaba que tuviera siempre una erección, era maravilloso ver a ese minúsculo pene bien formado y erecto ante mis ojos que me hacía fantasear, que lo tenía entre mis labios y lo besaba delicadamente. Una noche no pude soportar más mi excitación y comencé a besarlo con efusión. Lo succionaba y acariciaba con mí lengua por varios minutos, hasta que no pocas veces soltaba un potente chorro de orina en mi boca que me atragantaba y me hacía reír con ganas.

Regreso rápidamente a la realidad, cuando escucho que gime y ve con ojos desorbitados como introduzco la totalidad de su pene en mi boca hasta tocar la parte posterior de mi garganta, siento los vellos de su pubis cosquillear mi nariz y percibo el incipiente y picante olor del sudor que brota de entre sus piernas, eso me gusta y provoca que de mi vagina, comiencen a gotear mis jugos deslizándose por mis muslos. Apreso firmemente su pene con mis labios metiéndolo y sacándolo con rapidez de mi boca, repito la operación varias veces, aumentando el ritmo hasta que de improviso un potente chorro de esperma golpea mi garganta, saco rápidamente el pene de mi boca recibiendo un chorro más de esperma en mi cara, y pongo mi mano como un cuenco junto a su Glande recibiendo el abundante esperma que al tenerlo ya lleno, se derrama por entre mis dedos. De nuevo introduzco su pene en mi boca recibiendo más esperma que por años se ha ido formando, para en este caso: deleite mío, hasta que lo vacío completamente. La fuerza de la presión con que lo impulsa, es increíble, como solo un cuerpo joven y sano lo puede hacer. Trago con placer su tibio y cremoso semen, que me llena de emoción al pensar que soy la primera en recibir su deliciosa simiente. Escucho un ligero llanto que sale de la garganta de René al descargar en mi, su incipiente esperma, gime de placer y eso me excita terriblemente, lleno de besos su brillante pene y sus testículos, que se han comprimido por el esfuerzo. De mi mano, escurre esperma que baja por mi antebrazo en varios finos hilillos.

Cuando siento que su éxtasis a pasado, le digo despacio y quedamente:

---Esta esperma que salido de ti, es el elemento más precioso sobre la tierra, ya que fecunda y hace brotar la vida. Es la sustancia más limpia y prístina que existe, y la amo desmesuradamente. – y diciendo esto la bebo despacio, con mi lengua limpio los restos que quedan en mi mano como una gata y exclamo:

--¡Es deliciosa y me vuelve loca!.

--¿Que sabor tiene? –preguntó, absorto en lo que hago

--Uno muy sutil, que es difícil de definir, su olor es como si tuviera algo de cloro en su composición, y su consistencia es cremosa y ligeramente picante, ¡Me fascina!

--¿ Y... no te hace daño al tragarlo?

--Por supuesto que no, esta compuesto casi en su totalidad de proteína, se podría decir que es un “alimento” altamente energético.

René sonríe y me abraza, yo me acurruco entre sus brazos mientras me acaricia tiernamente, y me dice:

---Gracias Mamá, ¡eres increíble!.

Yo le sonrío y le lleno de besos y confirmo que no me he equivocado en lo que he hecho.

---Será mejor que te vayas a dar una ducha. –le digo sin dejar de ser Madre ni por un minuto.

--Sí claro, ahora mismo. –dice alegre, saliendo rápidamente de la habitación.

Durante todo el día pensé en lo que había sucedido entre nosotros, y en el cómo se había desarrollado, mis temores se habían disipado al ver su cooperación plena, el solo recordarlo me excita de nuevo y pienso en cual será mi siguiente paso.

René cambio desde ese día, se volvió más cálido, cariñoso y me encantaba su sonrisa cómplice, que me regalaba a cada momento, como diciendo: ” tu y yo tenemos un secreto increíble y delicioso, y es solo nuestro”


Mientras preparaba mi siguiente paso, el cual pensaba hacerlo en unos dos o tres días más, René me sorprendió al día siguiente por la noche, cuando ya todos dormían. Entro a mi habitación, yo me encontraba semidormida, cuando percibí que mi cama se movía y que alguien se metía entre mis sábanas. Inmediatamente sentí al calor de un cuerpo que me abrazaba. Los chicos seguido se acostaban conmigo, ya sea por que alguna pesadilla los asustara, por el fragor de alguna tormenta, o simplemente por que querían estar conmigo. La puerta de mi habitación siempre permanecía sin llave para quien quisiera entrar, pero ahora las cosas tendrían que cambiar.

Sentí su aliento cálido bañar mi rostro y con una voz suave y queda, Rene dijo:

---¿Estas despierta Má?

---Sí, ¿Qué pasa ?

--Nada, simplemente vengo a decirte que quiero masturbarme.

¡Vaya!, olvidaba que el impulso juvenil al sexo es incontenible y no tiene descanso en esta etapa de su desarrollo, así que girando mi cuerpo le pregunté:

--¿Quieres que te dé otra clase?

--¡Sí, por favor Má.! –suplicó

--Bien, cierra la puerta con llave.

René salta de la cama y aseguró la puerta y de nuevo se metió entre las sabanas.

Lo abrace cálidamente, mientras le besaba el cuello con delicadeza, él se dejaba hacer todo lo que yo quisiera como un confiado corderito. Lo despoje de sus trusas y le di la espalda para que me quitara mi pijama, tardó un poco mientras luchaba con los botones así que le ayude. Me recosté nuevamente en la cama y levante mis piernas para que él bajara mis bragas sin problema, despacio las iba resbalando de mis caderas hacia mis muslos hasta que salieron libremente y acariciándolas y poniéndolas frente a su nariz, aspiro su olor e inmediatamente con un gesto presuroso, las arrojo hacia un rincón.

La luz que envolvía a la habitación era muy sutil, no me ayudaría en lo que quería hacer, así que encendí una de las lámparas de noche que se encuentran en mi buró, llenado la habitación de una cálida luz.

Arrojé las sabanas a un lado y deje al descubierto mi cuerpo inmóvil.

---Ahora quiero que observes bien mi cuerpo, y te detengas en cada lugar que consideres interesante y me hagas preguntas sobre ello ¿de acuerdo? –dije quedamente

Él asintió y empezando por mis pies recorrió mi cuerpo centímetro a centímetro. Pasaba su tibia mano por mi vientre recorriendo mis pechos con delicadeza, para de nuevo bajar hacia mi vulva y detenerse ahí. Abrí mis piernas y lo deje que observara por unos momentos, después dije quedamente:

--Te enseñare como es mi vulva y de que elementos está compuesta

Pasando mis dedos por entre los labios, separé más mis piernas y continué:

--En primer lugar, como puedes observar, está envuelta en una concha de carne que la protege del rigor exterior --dije didácticamente

Como siempre la mantenía rasurada, fue fácil que identificara sus componentes. Me incliné hacia ella separando paso a paso sus labios coincidiendo mis acciones con lo que decía.

-- Como ves, existen unos labios exteriores que la protegen y otros interiores que cubren el meato que es éste, --dije poniendo la punta de mi dedo sobre él-- Es el canal por donde desagua mi Vejiga, y aquí esta... la entrada de mi vagina. Cuando se es virgen, la entrada se encuentra semiocluida por un tejido membranoso y delicado que tiene un pequeño orificio que se llama Himen. Cuando se tiene sexo por primera vez, esa membrana se rompe por la presión de pene al entrar, ocasionando un pequeño sangrado, es algo doloroso, pero no más que una molestia.

Cuando los labios mayores se encuentran con sus bordes hacia adentro de la vulva, es signo de que no se ha tenido un parto vaginal y cuando los bordes se dirigen hacia afuera es que ya se ha dado a luz. ¿Cómo están los míos?.

--Mmmm hacia fuera --dijo mirándolos atentamente

--Ya lo creo, con dos partos vaginales que he tenido se han vuelto muy notorios. --dije burlonamente

--Ahora: ¿Ves como escurre un liquido blanquecino sobre la parte inferior de la vulva?

--Sí.

Me sentía muy excitada por tenerlo ahí y el ver como me miraba.

---Bien, es lubricante vaginal que sirve para hacer más fácil la penetración. Cuando una chica se encuentra lo suficientemente excitada y lista para la penetración desde un punto de vista físico, segrega gran cantidad de sus jugos. No debes de...

---¿Entonces, tú lo estas ya? –interrumpió con un dejo de malicia en su voz.

Sin inmutarme aparentemente, pero sintiendo como mi corazón palpitaba fuertemente retumbando en mi cerebro le contesté:

---Sí, estoy preparada, pero ahora déjame continuar. –dije seriamente

Él asintió y yo proseguí:

---No debes de intentar una penetración cuando no exista este liquido, o cuando sea muy escaso, ya que podrás lastimar a tu pareja y lastimarte tú también. Existen algunas chicas que no pueden producir suficiente, por eso usan un lubricante especial a base de agua para substituirlo. Nunca uses un lubricante que no sea especial para el sexo, ya que las vaselinas o lubricantes para Bebé, pueden ocasionar alergias severas ¿Quedó claro?

---Sí, muy claro.

--Bien, en la parte superior de la vulva, justo donde se unen los labios exteriores con los interiores, se encuentra oculto bajo ellos el órgano sexual exterior más sensible que tiene la mujer, llamado: Clítoris. Cuando es estimulado correctamente, acelera la excitación de la mujer, al punto de obtener un orgasmo. La calidad del mismo depende de la excitación, la manipulación del clítoris y de la capacidad de concentración de la mujer.

René pasa su mano por mis pechos y exclama asombrado:

--¡ Tienes tu vientre y tus pechos de color rojo!

--Si, es normal, es una señal óptica sexual que te dice que tu pareja se encuentra Mmmm.... muy excitada --dije tragando saliva con dificultad y continué-- Se llama “rubor sexual”, si eres observador te habrás dado cuenta que los labios de mi vulva han aumentado de tamaño y su color se ha vuelto más vivo. En mi nariz, las ventanas están más dilatadas; Mis pezones han aumentado de tamaño y la aureola del mismo también; y mis senos -- los tomo con mis manos y los levanto-- también lo han hecho, son un 20 por ciento más grandes ¿lo notas?

Le pregunto al mismo tiempo que tomo sus manos y las llevo hasta mis senos, sosteniéndolas ahí y continuo:

--Mi vagina ha aumentado de tamaño, en unos 10 cm. aproximadamente, y se está lubricando copiosamente, ¿Lo puedes percibir?

Pregunto pícaramente mientras le tomo dos de sus dedos y los introduzco en mi vagina lentamente

--Sí, ..La siento húmeda y caliente.

--Al llegar el orgasmo, mi vagina, en su entrada, se hinchará y mis músculos se contraerán rápidamente, mientras mi cuerpo se volverá rígido y sudoroso.

Se lo digo dulcemente y comienzo a menear mis nalgas para que sienta más mi vagina caliente.

-- Mi vulva aumenta de tamaño hasta unas tres veces su tamaño normal y sus labios crecen y se vuelve de un rojo brillante, todo esto por que se congestionan de sangre, es el sistema nervioso que responde al estimulo sexual, que tú me estas dando

La mirada de René es intensa, veo en sus ojos la excitación extrema mientras su piel se torna roja.

---¿Cómo manipulo el clítoris para dar más placer?

---Cuando existe una penetración de frente o cuando ella se monta sobre ti, la mujer pude controlar el grado de fricción del pene contra el clítoris y así obtener el placer adecuado para obtener un orgasmo. Lamentablemente en otras posiciones sexuales no es posible, o es más difícil, por ello, algunas mujeres tienen preferencias muy marcadas en cuanto a posiciones sexuales se refiere

--¿Y las tuyas cuales son? --preguntó

---Eso será tema de otra sesión, por ahora nos concentraremos en el cuerpo de la mujer: --dije tajante-- Cuando sea inminente un encuentro sexual, debes de tener en cuenta que la excitación de ambos no es la misma, el hombre adquiere un grado de excitación mucho más rápido que la mujer, aunque algunas mujeres son tan rápidas o aún más que los hombres. Por ello debes de ser paciente para que obtengan los dos, el grado de excitación que se requiere para una penetración.

---¿Cómo obtengo ese grado de excitación en ella?.

---Lo principal que deseamos las mujeres cuando iniciamos un encuentro sexual, no es tanto la penetración, sino el contacto físico con la persona que amamos, es mucho más importante la compenetración de nuestros espíritus, que el del cuerpo. Deseamos sentirnos, protegidas; mimadas; queridas; deseadas, y por supuesto muy, ¡pero muy amadas!, Claro que sentimos deseo, pero necesitamos más el sentirnos amadas. Por ello debes demostrar cuanto amas a tu pareja antes de intentar una penetración, y en algunas ocasiones no es adecuado que la haya, simplemente manteniéndose unidos transmitiéndose su amor, llegaran a alturas insospechadas.

Dije mirándole fijamente a sus ojos traviesos que no dejaban de barrer mi cuerpo.

--Es muy importante que busques primero la satisfacción de tu pareja antes que la tuya, así al quedar ella satisfecha, será materia dúctil para adaptarse plenamente a tus deseos. Por otro lado las mujeres tardamos más en obtener un orgasmo que los hombres y lo peor que puedes hacer, es el tener el tuyo y dejar a tu pareja sin obtener el suyo, eso derivara en una frustración y por ende en una degradación de la relación muy grave.

Callé dejando esa ultima reflexión en su mente antes de ponerlo a prueba.

--Ahora quiero que con tu dedo índice, sigas explorando mi vulva delicadamente.

René comenzó a abrir más mis labios con temor, su mano temblaba, pero lo hacia despacio, delicadamente. Abría cada pliegue de piel y tocaba mi clítoris con torpeza. Cundo sentí que su dedo estaba bañado por mis jugos le dije:

--Ahora quiero que pruebes mis jugos, mete el dedo en tu boca y dime a qué sabe.

René dudó unos segundos, pero inmediatamente ahuyentó su temor y metió el dedo en su boca con decisión. Después de chuparlo un momento dijo:

---No percibo su sabor, quizás solo un poco salado, y como si tuviera algo de aceite.

--Sí, tiene aceites lubricantes como te lo explique hace unos momentos. No debes de dudar cuando estés con tu pareja, de entregarte completamente a ella, eso significa el probar todos sus jugos y todas las partes de su cuerpo, claro, si a ella le agrada, pero por lo general nos agrada muchísimo. La entrega es total, porque así lo exige el amor, sin reticencias ni dudas.¿Quedó claro?

--Muy claro. –dijo seriamente.

--Bien, ahora quiero que con tu lengua explores mi vulva, acariciando mi clítoris despacio.

Pensé que dudaría de nuevo, pero en un acto decidido y sin titubeos, hundió su cara entre mis piernas y comenzó a lamer mi vulva como si de una paleta de dulce se tratara. Sus lamidas largas y profundas me excitaban cada vez más. Con mis dedos descubría mi clítoris para que lo lamiera con suavidad, cosa que hizo inmediatamente. Lo tomaba con sus labios pellizcándolo y lo cubría con saliva de su lengua caliente y ágil, poco a poco sus movimientos se volvieron certeros y aumentaban mi excitación, comencé a mover mis caderas con cadencia buscando darme más placer. De mi garganta salina ligeros gemidos que se fueron transformando en grandes jadeos, que trataba de amortiguar para que no salieran de la habitación y delatara lo que ahí sucedía.

En un momento sentí, como del fondo de mis entrañas surgía el orgasmo, paralizando mis piernas y poniendo rígido mi vientre, el clítoris me hormigueaba y la explosión de placer llego abotagando mis sentidos.

--Haaaa... sí... haaa hhaaagggg .hhaaaaaiiii.. –gemía incontrolablemente mientras el orgasmo estallaba en mi cabeza, pero no duró mucho porque René asustado me preguntaba insistentemente: ¿Si me sentía bien? ¿Que era lo que me sucedía? ó ¿Por qué lloraba?, Caí en la cuenta de que nunca había presenciado un orgasmo femenino y que eran mis gemidos de placer lo que le tenía asustado, así que tomándolo por su cara con mis dos manos le dije:

--¡Ha, mi amor, me has hecho llegar al paraíso del placer, he obtenido un orgasmo maravilloso, me has hecho muy feliz!.

Su cara angustiada, se transformo en una de alivio y felicidad y lo estreche fuertemente entre mis brazos besando su cara desenfrenadamente. No caí en la cuenta que se encontraba sobre mí y que yo tenía las piernas abiertas, comencé a sentir su pene en mi vulva y me dio un repentino temor. Así que me gire despacio hasta quedar yo sobre él y bajando despacio por su vientre tomé su pene con mis labios y lo comencé a besar lujuriosamente. Unos segundos más tarde mi boca quedo llena de su esperma tibio y cremoso, esta vez lo tragaba con desesperación buscando extraer hasta la ultima gota de su deliciosa leche.

Cuando dejo de contraerse su pene, con mi mano derecha subí la piel que envolvía su entumecido pene extrayendo una gota grande y aperlada de esperma que recogí con mis labios y unte con un dedo sobre toda su superficie. Mis labios brillaban intensamente por el esperma untado y reptando sobre su cuerpo uní mis labios con los de él dándole su primer beso de amor. Nuestras lenguas jugaron a perseguirse por todos los rincones de nuestras bocas; encontrándose, saboreándose, uniéndose locamente. Mi corazón inflamado de amor se desbordaba en caricias y besos que recorrían su cuerpo en un frenesí de pasión imparable, hasta encontrar el sosiego de nuevo en sus labios abiertos que me invitaban a devorarlo.

Después de varios minutos, ¿Ó serían horas? Nuestros cuerpos cansados sucumbieron ante Morfeo, que nos cerro los párpados sin darnos cuenta y nos hundió en un profundo sueño, hasta que el cantar de un clarín me despertó al clarear el alba. No recordaba donde estaba, ni que había hecho, pero tras unos segundos de reflexión, sentí el abrazo de René y el corazón me dio un vuelco, lo desperté a besos y cuando él abrió los ojos le dije:

--Hola corazón, ¿Cómo amaneció mi dulce aprendiz?

Él sonrió y no dijo nada y tras besarlo de nuevo en los labios, dije:

---Amanece, es mejor que regreses a tu habitación para evitar sospechas.

De entre las sabanas, sale René desnudo, ¡Con una hermosa erección que me asombra!

Delicadamente lo atraigo hacia mí e inclinándome, beso su Glande con un beso sonoro y le digo:

--Hasta luego hermoso amiguito

René sonríe y tomándome por los hombros me besa en la boca con pasión, yo recibo su ardiente lengua que recorre la mía, pero haciendo acopio de fuerza, lo separo de mí.

--¡Vete ya! – digo con urgencia.

Y él desparece tras la puerta.

Cuando bajo a la cocina después de una ducha revitalizarte, para preparar el desayuno, para mi sorpresa, encuentro a René preparando unos deliciosos hot cakes. Ciertamente su actitud me extraño, ya que no se ha caracterizado por ser muy colaborador con la familia, pero sabía a qué se debía el cambio y me sentía feliz. Todo el día dio muestras de su cambio de actitud; me acompaño a las compras en el autoservicio, me ayudo con la ropa de sus hermanos, lavó los platos después de comer, y cuando salí a llevar a las niñas a su clase de Ingles, me llamó dos veces por el teléfono móvil para saber como me encontraba. Me sentía como presidenta de una gran corporación donde todo giraba en torno a mí.

Por la tarde en la oficina, recibí dos llamadas de él.

--¿Ma? –preguntó René.

--¿Si, amor?

--Te quiero mucho.

---Yo también hijo, y no sabes cuanto. –dije llena de dicha.​
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heranlu

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La Iniciación Sexual de un Hijo por su Madre – Capítulo 002


Después de nuestro primer encuentro, René se había vuelto más amoroso no solo conmigo, sino con sus hermanos y primos, y con Norma y David. Los problemas de adolescente que comenzaban a aflorar en él, habían cesado casi por completo. Me parecía increíble que hubiera un cambio tan radical en su comportamiento.

Cuando regresé a casa, lo encontré estudiando en su escritorio, sabía que los Martes por la noche se juntaban sus amigos en casa de Beto y que René nunca faltaba, por eso me extraño verlo en casa.

--¿Qué haces aquí? –pregunte extrañada

--Estudiando Ma.

--Si, ya lo veo, pero ¿hoy Martes?

--Preferí quedarme en casa para acabar este trabajo. –fue su respuesta.

Me di por enterada, y me fui con los niños. Mientras descansaba en mi sillón preferido extrayéndome la leche para mi Bebé del día de mañana, la deliciosa sensación de succión de la bomba de vacío, me recordó la noche pasada. Mientras sentía como mi pulso se aceleraba y relamiéndome los labios, pasaron varios minutos hasta que un zumbido de la bomba me avisó que estaba lleno el recipiente. Me desconecté y me fui a la cocina a poner en el refrigerador la leche recién ordeñada. Cené con los chicos leche y pan con mermelada, después cuando los lleve a acostar, Norma se acerca y me dice discretamente:

--Te esperamos.

Era la invitación para una deliciosa noche de sexo de los tres, pero sabía que René iría esa noche de nuevo a mi habitación, así que sin pensarlo dos veces le dije:

--No, no creo poder, me siento muy cansada y quiero recuperar el sueño de la desvelada del domingo.

Norma soltó una risita y dijo:

--Si, estuvo fenomenal, no te preocupes, te disculparé con David.(Mi Cuñado)

--Gracias. – dije, y le bese despidiéndome.

Me duché de nuevo y me puse mi Babí doll que hace mucho no usaba, no sé por qué lo hice, quizá porque me traía muchos recuerdos con mi esposo, ó porque salió en ese momento del cajón del clóset, no lo sé, pero siempre había sido uno de mis favoritos. Es un camisón de tela transparente, volado en su parte inferior con ribetes de piel de conejo azul, sus bragas y el sostén son del mismo color y por supuesto transparentes. Me miraba al espejo y me veía bonita, quizá hasta sexy. Me nació de pronto el pintarme las uñas de los pies, y de las manos, lo cual hice con calma y precisión, perfumé mi cuerpo con la fragancia de Lilas que me enloquece y cepille mi pelo durante varios minutos.

Me sentía emocionada, ó ¿tal vez impaciente?,¿ilusionada? ó ¿llena de felicidad?, no lo sabía con claridad, sentía una mezcla de sentimientos que amalgamados; hacían que mi vientre hormigueara todo el tiempo y que la felicidad llenara cada rincón de mi cuerpo.

Me puse frente al espejo y mire mi cuerpo, “... no esta nada mal pera una Mujer de 35 años, más bien diría que es el cuerpo de una chica de 28...” exageré en mi auto halago, pero lo que veía me gustaba. Giré varias veces sobre mi eje, mirando mi vientre plano, mis piernas y nalgas firmes que sobresalían entre las pequeñísimas bragas

Me tendí satisfecha sobre la cama y cerré los ojos y sin darme cuenta, y aún con la excitación que me embargaba ¡me quedé dormida!.

Unos pequeños golpes en la puerta y la sensación de un cuerpo que frente a mí me observaba, me despertaron. René me contemplaba boquiabierto, me acariciaba con sus ojos al recorrer mi cuerpo lentamente, desde mis pies hasta mi cabeza y de nuevo bajar por mis pechos. Le sonreí al reconocerlo y él lentamente se arrodilló ante mí y comenzó a besar mis pies. Ahora yo era la estupefacta, su actitud erótica y seductora era de cuento, no sabía como podía habérsele ocurrido el hacerlo conmigo, pero para ser franca me agradaba tremendamente.

Besaba dedo por dedo y subía por mi empeine hasta llegar a mi rodilla y de nuevo regresaba para cambiar de pie. Yo lo disfrutaba intensamente, hasta sentí que gemía de placer en algún momento.

Cuando dejo de hacerlo salí de mi trance y visiblemente complacida exclamé:

--¡Qué maravilloso estuvo esto! ¿Dónde lo aprendiste?

René muy orondo y feliz dijo:

--Lo leí en el libro de Casanova.

--Hoo, ya veo, un libro interesante, ¿Y que más aprendiste de él?

---Mmm... varias cosas más que te iré enseñando, ¿O no crees que yo pueda enseñarte algo?

--¡Claro que sí!, Siempre se aprende en esta vida de todo y de todos, hasta una pequeña e insignificante hormiga nos enseña maravillas, ¿por qué tú no, si eres un muchacho inteligente y sensitivo? –dije sinceramente.

Estire mis brazos hacia él, que pronto se acurruco en mi pecho.

--¿Que me enseñaras ahora? –dijo tímidamente

--Me gustó mucho tu iniciativa, quiero que me hagas gemir de placer, con tus caricias. --dije emocionada .

René no espero más y despacio comenzó a desvestirme, cada pedazo de piel que descubría, lo llenaba de besos reverentes y atrevidos, en una confrontación de caricias que me hacían estremecer. Poco a poco quedaba como llegué al mundo; desnuda ante René que no cesaba de besar hasta el más recóndito pedazo de piel de mi cuerpo. Sentía que flotaba entre nubes de sensaciones que arrobaban mi espíritu. Sentía como mi vulva era besada, una y mil veces por labios tibios y decididos a proporcionarme el mayor placer, cosa que hacían a la perfección.

Abrí mis piernas completamente, exponiendo mi vulva limpia y sin bello, el cual no permitía que creciera por mis afeites seguidos. La lengua de René hurgaba entre sus labios abriendo cavidades y llenándolas de su aliento tibio y juvenil. Besaba mi clítoris con dedicación haciendo que creciera henchido de sangre y vibrara al ritmo de mi corazón. Me incorpore despacio haciendo girar su cuerpo y poniendo el mío sobre el de él en la posición del 69, donde su pene se hundía en mi boca, mientras que su lengua lamía mi vulva con deseo. Me sentía arrobada y transportada al paraíso, sus caricias y su lengua tibia arrancaban gemidos de mi garganta reseca por mis jadeos desenfrenados. De repente Mi útero comienza a contraerse al alcanzarlo la ola del placer que el orgasmo a provocado en todo mi cuerpo.

--Haaiii... sí... sí... más... más... dame por favor... ---exclamaba sin control al sentirlo explotar en mi cerebro. René acrecentaba sus movimientos mientras yo gemía intentando acallar mi voz con su pene. Sentí como rodamos hacia un lado sobre la cama mientras él cambiaba de posición besando mi boca con pasión.

Yo recibí sus labios ardientes con un frenesí que no conocía, sentía mi cuerpo invadido por otro ser que controlaba mis movimientos y que me inundaba de placer. Mientras me fundía en un beso delirante, abrí mis piernas y sentí como se acomodaba entre ellas, su pene abotagado y caliente golpeaba levemente mi vulva chorreante y dilatada. Metí mi mano entre nuestros cuerpos y tome su pene guiándolo hacia mi vagina. Al entrar despacio su Glande, moví fuertemente mi cadera introduciendo su pene completamente en mí, de un solo movimiento. Sentí su cuerpo estremece al percibir el calor del mío y tomándolo de sus nalgas lo presione fuertemente contra mi cuerpo, yo tenía levantada mi pierna izquierda para facilitar su penetración, mientras él inconscientemente impedía que la bajara ya que tenía sus brazo bajo ella.

En ese instante, como si de dos almas unidas en un solo cuerpo se tratase, explotamos al unísono obteniendo nuestros orgasmos que nos volvieron locos de lujuria y placer. Sentía como mi útero se contraía y mi cerviz recibía los torrentes de esperma que llenaron mi vagina completamente. Mi cuerpo temblaba y rodee con mis piernas, su cuerpo trémulo que se convulsionaba de placer, mientras mi mente se nublaba y todo desaparecía a mí alrededor, solo existíamos él y yo.

Sabía que eyacularía inmediatamente al penetrarme, su deseo era intenso y no lo podía contener, así que busque el llegar al mío antes de que me penetrara, para alcanzar al unísono el orgasmo.

Mis jadeos se volvieron menos intensos, mientras el pináculo del placer desaparecía lentamente dejando resabios de su grandeza al rededor. Me sentía enormemente feliz, dichosa; completa; saciada; amada; protegida, la intensidad de mis sentimientos no eran comparables con nada que haya vivido; era algo nuevo, diferente, maravilloso.

Rene sollozaba quedamente en mi pecho mientras su pene aún erecto temblaba dentro de mí. Yo lo estreche fuertemente entre mis brazos y le musite a su oído:

---Te amo, René, te amo con toda mi alma, tú y tus hermanos son el bien más preciado en mi vida.

Él beso mis pechos delicadamente en respuesta a mis palabras, mientras lo hacía, yo continué:

--Hoy has sentido por primera vez, el cuerpo de una mujer; su dulzura; su pasión, su fuerza, su deseo, no olvides su calor y la dicha que te da el ser que te ama, y cuando tu Ames, hazlo con intensidad, con delicadeza, con respeto y sobre todo con todo tu corazón.

Termine mis palabras en un sollozo de felicidad y dicha, mientras estrechaba contra mi cuerpo el suyo, aún trémulo por el esfuerzo

Seguíamos unidos por su pene firme y palpitante que se rehusaba a salir de mí y yo a dejarlo salir. Comencé a mover mis caderas con un ritmo lento y le dije quedamente:

---Mueve tu cadera hacia delante y atrás, mételo y sácalo despacio al principio y aumenta el ritmo.

René aprendió rápidamente y unos segundos después sentía como un ariete abría mis carnes con fuerza arrancándome más gemidos de placer.

--Sí, muy bien.. sí.. así.. Así amor.. Sí... dame más ...más..lléname de ti. – musitaba

Mi cuerpo aún adormilado por el placer adquirido volvió a tomar fuerza para que de nuevo brotara un segundo orgasmo que me volvió loca. A tal grado me enloqueció que tuve que ponerme una mano en mi boca para evitar gritar fuertemente al sentir como se estrellaba en mi cuerpo rompiéndome en pedazos. René metió sus manos debajo de mis caderas levantándome y clavando su delicioso pene hasta impactar sus testículos en mi vulva, su fuerza al impactarme hacia que mi cuerpo se cimbrara haciendo saltar mis pechos con fuerza. Yo sudaba copiosamente mientras mi corazón amenazaba con salirse por mi boca, mientras que todo el aire disponible en la habitación me parecía poco para poder respirar. Sentía que por mis nalgas escurrían ríos de esperma que salían cada vez que su pene retrocedía para tomar carrera e introducirse de nuevo con fuerza. Mi cabeza me daba vueltas mientras sentía como subía de nuevo el orgasmo pasando desde mi vulva, por mi útero, vientre, y por mi pecho hasta impactarse con mi cabeza.

--Haaaa... si..... así...... amorrrrrr...métemelo todo hasta el fondo... no dejes nada... lo quiero todo... todo.... para mí...haaagggg.

Exclamé enloquecida de placer, mientras la funda de una almohada ahogaba mis palabras. Mi cuerpo rígido se mantuvo inerte mientras el orgasmo invadía cada centímetro de mi cuerpo haciéndolo temblar. Me derrumbé exhausta, sudando copiosamente mientras René bombeaba litros de esperma que inundaban mi cuerpo.

Permanecimos jadeantes durante varios minutos, nuestros cuerpos sudorosos mezclaban sus jugos en una sinfonía de placer. Nuestras bocas de nuevo se unieron para transmitir el amor que nos profesábamos, con la unión de nuestras lenguas que sin palabras expresaban torrentes de frases de amor. Nuestros corazones comenzaron a normalizar sus latidos, y nuestras mentes a retomar el control de nuestros cuerpos. René salió de mí con su pene flácido, mientras yo incorporándome lo tome con mis labios limpiándolo de los jugos del amor, lógicamente a esa edad, en unos segundos volvió a tomar tono y su Glande color bermellón apuntaba directo a mi cara. Yo lo limpie con mi lengua concienzudamente, con amor, hasta dejarlo limpio de cualquier rastro de pasión. René de nuevo volvió a colorear su piel de un Rosado intenso, Noté de nuevo su excitación y el deseo arder en sus ojos, así que esta ves, me puse a cuatro manos y le dije quedamente:

--Móntame.

Él tardó unos segundos en comprender, pero cuando estuvo seguro de mis palabras se puso detrás de mí y hundió su pene entre mis nalgas hasta que sentí los finos vellos de sus testículos. Mi vulva derramaba pródigamente la mezcla del amor, mis muslos y nalgas brillantes por ella, inundaban con su aroma la habitación, excitando más nuestros sentidos

--Sí.. así.. Es delicioso.. Lléname de amor, métela hasta el fondo de mi cuerpo Bebé, dale a Mamí lo que pide ¿sí?, haaa.. Así... amorcito . –decía enloquecida por el placer, René abría mis nalgas y a cada arremetida impactaba su cuerpo con fuerza mientras yo golpeaba contra la cabecera de la cama. La humedad de mis nalgas humedecía también su vientre y el impacto de nuestros cuerpos producía un sonido peculiar.

--Dale más a Má.... toda... toda... así... –decía fuera de mí al sentir el placer que llenaba mi cuerpo. En un momento el placer que sentía no podía ser más, sabía que mi cuerpo no podría soportar más placer y que aloquecería para siempre, pero no podía hacer nada. La ola arrasó con mis fuerzas y voluntad y me arrastro envolviéndome en torbellinos de placer increíble. Un nuevo orgasmo casi me deja sin sentido mientras mi cuerpo se convulsionaba.

--¿Así Má? ¿Así? –preguntaba René mientras hundía su pene en mis entrañas, hasta que un sollozo acompañado por el vibrar de su pene en mi vagina, me hizo comprender que me estaba llenado de esperma nuevamente. Yo cerré mis esfínteres con fuerza, abrazando su pene con mis músculos vaginales, arrancándole más estremecimientos de placer, hasta que agotado, se derrumba sobre mí y los dos caemos de bruces sobre la cama jadeantes y sudorosos, pero ahítos de placer.

El día nos sorprendió en esa posición, cuando escuche unos pequeños golpes en la puerta y una voz que decía:

--Mami ¿Estas despierta?

!Mi corazón casi se detiene de terror!, rápidamente salto de la cama y despierto a René que aún semidormido se levanta y se oculta en el armario, mientras yo envolviéndome en la sabana abro la puerta. Reconociendo a Alma en el rellano.

--¿Sí, qué pasa Corazón?

--Buenos días Mami, no encuentro a René quedo de llevarnos al club temprano a nuestras clases de natación y no está. ¿Que haremos? –dijo visiblemente consternada

Me disponía a contestar cuando siento que de mi vulva sale una buena cantidad de esperma que comienza a bajar rápidamente por mis muslos.

--Ha.. De ... fue a la farmacia, anoche le pedí que fuera temprano antes de que se marcharan, no tardará, espérenlo en la cocina ¿De acuerdo? –dije confundida.

--Sí Mami. –contestó obediente

Alma se encamino a la habitación de Angélica, y cerré la puerta. Abrí la del armario y dije:

--Sal de ahí René, Alma té esta buscando, vete a tu habitación y vístete, baja por la escalera de atrás y recoge a tus hermanas y llévalas al club. Aquí te espero.

Dije besándolo en la boca, Rene me sonríe, saliendo rápidamente de la habitación, yo me dejo caer en la cama soltando un suspiro de alivio mientras mi corazón desbocado amenazaba con salirse de mi pecho.



Por la tarde no Salí de casa, mi cuñado saldría de viaje a los estados Unidos y no regresaría hasta dentro de tres días, y Norma tenía una reunión con sus amigas, así que yo me quede ayudando a los niños a terminar sus tareas y a cuidar a los bebés.

La casa era un centro bullicioso de actividades diferentes, ya que el tener en casa a 7 hijos implicaba que mínimo el mismo número de amigos deambularan por ella, así que en casa por lo regular siempre había amigos de Esteban, de David, Alma, Angélica y René, solo faltaban los dos más pequeños pero pronto también ellos los traerían, así que la intimidad era algo desconocido en casa, de ahí lo problemático de encontrar unos momentos para mí o para nuestros encuentros.

Esa tarde la aproveché para poner varias cargas de ropa en la lavadora, porque aunque parezca increíble se acumulaba la ropa sucia como si tuviéramos un equipo de Fut Bol, ya que 7 niños más tres adultos acumulaban una buena cantidad de ropa sucia a la semana. Me encontraba llenando la lavadora cuando siento unos brazos firmes que rodean mi cintura y un beso cálido en mi cuello.

--¿Te puedo ayudar en algo Mamí? –dijo René cariñoso.

--Mmmm… --exclamé pensativa y tras un momento le dije:

- - Sí, me puedes ayudar arreglando tu cuarto, y también limpiando la cochera de la grasa de tu motocicleta, y lavando tu uniforme, y limpiar tu…

No dejo que terminara de hablar cuando girándome rápidamente me beso tiernamente en la boca. Tras recibir su amoroso beso, lo separe de mí despacio y le dije:

--Debes tener cuidado cuando quieras besarme de esa manera René, no me gustaría que nos vieran tus hermanos o tus Tíos.

--Descuida Má, me fije bien que nadie estuviera cerca. –dijo con una sonrisa cautivadora

--¿Que me enseñaras hoy? --preguntó ansioso

--Mmmm… te enseñaré como cuidarte de las infecciones venéreas.

--¿Y qué más?

--¿Qué más?, Pues ---fingí pensarlo un momento y le sugerí -- ¿Por qué no me enseñas más de tu libro, o quizá de alguna revista?, no sé…

Él aún no sospechaba que había descubierto por accidente en su habitación sus revistas, así que con esta sugerencia, le daba una buena oportunidad de que las sacara y así demostrarme que las poseía en un acto de honestidad hacia mí.

--Bien, te daré una sorpresa. –dijo entusiasmado.

Me beso de nuevo y regresó a su habitación. Yo volví a mis ocupaciones, y ya por la noche después de darme una ducha, me metí desnuda entre las sabanas y esperé.

Media hora más tarde, cuando todos se encontraban ya dormidos, René entró sigiloso y tras cerrar la puerta se metió a la cama y me beso la espalda. Acariciaba mi cuerpo con delicadeza, mientras su lengua me recorría desde mi cuello hasta mis nalgas dejando un rastro de fría humedad. Bajó hasta mis tobillos para de nuevo subir con igual ahínco, me sentía cómoda, muy cómoda, segura y por supuesto amada. De repente, con un movimiento rápido, separo las sábanas con un fuerte estirón y quede desnuda sobre la cama. Despacio me giró y abrió mis piernas completamente y despacio hundió su cara entre ellas, besó mi clítoris delicadamente y con su lengua recorrió toda mi vulva varias veces, que de inmediato respondió a sus caricias, produciendo abundantes jugos.

Sorpresivamente y con sonoros besos, comenzó a recorrerla frenéticamente por todas direcciones, su acción me sorprendió pero después me causó hilaridad su ocurrencia y riendo le pregunté:

--¿Qué haces?

--¿Qué más?, Pues ---fingí pensarlo un momento y le sugerí -- ¿Por qué no me enseñas más de tu libro, o quizá de alguna revista?, no sé…

Él aún no sospechaba que había descubierto por accidente en su habitación sus revistas, así que con esta sugerencia, le daba una buena oportunidad de que las sacara y así demostrarme que las poseía en un acto de honestidad hacia mí.

--Bien, te daré una sorpresa. –dijo entusiasmado.

Me beso de nuevo y regresó a su habitación. Yo volví a mis ocupaciones, y ya por la noche después de darme una ducha, me metí desnuda entre las sabanas y esperé.

Media hora más tarde, cuando todos se encontraban ya dormidos, René entró sigiloso y tras cerrar la puerta se metió a la cama y me beso la espalda. Acariciaba mi cuerpo con delicadeza, mientras su lengua me recorría desde mi cuello hasta mis nalgas dejando un rastro de fría humedad. Bajó hasta mis tobillos para de nuevo subir con igual ahínco, me sentía cómoda, muy cómoda, segura y por supuesto amada. De repente, con un movimiento rápido, separo las sábanas con un fuerte estirón y quede desnuda sobre la cama. Despacio me giró y abrió mis piernas completamente y despacio hundió su cara entre ellas, besó mi clítoris delicadamente y con su lengua recorrió toda mi vulva varias veces, que de inmediato respondió a sus caricias, produciendo abundantes jugos.

Sorpresivamente y con sonoros besos, comenzó a recorrerla frenéticamente por todas direcciones, su acción me sorprendió pero después me causó hilaridad su ocurrencia y riendo le pregunté:

--¿Qué haces?

René dejó un momento de besarla y dijo con visible alegría y con gran elocuencia:

--Beso, el hermoso lugar en donde estuve nueve meses gestándome, antes de salir por entre estos deliciosos y hermosos labios. Hoy se cumplen 17 años de ese espectacular suceso, hace 17 años salí de ahí, y hoy, vuelvo a entrar.

Y diciendo esto se incorpora y se abalanza sobre mí, metiendo poderosamente su pene, desapareciendo en mi interior completamente. Su última frase, me excitó tremendamente y abriendo mis brazos lo recibí a besos. Diestramente bombeaba entre mis piernas, sacando casi completamente su caliente pene para hundirlo después con fuerza hasta que sus testículos se impactaban en mis nalgas y en lo profundo de mí, se detenía y hacia que su pene vibrara al ritmo que él le impusiera, mientras su pelvis presionaba fuertemente la mía.

Yo con los ojos cerrados, disfrutaba de sus caricias y su ritmo acelerado, mientras moviendo mis caderas buscaba sentirlo más dentro de mí. Rene levantó mis piernas poniéndolas al frente y después se puso en cuclillas sobre la cama sin sacar su pene de mí y en esa posición me penetró más profundamente mientras sentía los golpes poderosos de su pelvis sobre la mía. La cama se movía rítmicamente a cada embestida que me daba, en una danza continua y frenética. De la nariz de Rene comenzó a gotear sudor que caía sobre mi rostro y se confundía con el mío, mientras buscaba acelerar mis movimientos, sentí como su pene vibraba con fuerza incontenible, vaciando en mi interior su torrente de prístina leche que inundó mis entrañas. Él se detuvo mientras su cara congestionada, se llenaba de expresiones de placer. Eso cortó mi ritmo y deje de moverme también, me sentía frustrada, el incipiente orgasmo que subía por mi vientre, desapareció completamente sin dejar rastro. René gemía despacio mientras su pene aún se movía, y tras unos segundos se desplomó sobre mí. Yo le abrace con ternura y le bese toda su cara mientras me decía:

--… Te amo, te amo… incansablemente.

Después se giró y se derrumbó junto a mí, le veía su pene rojo y brillante aún con restos de esperma, palpitar al ritmo de su corazón agitado. Me acerque a su oído y le dije:

--Eso, mi Hombre, no se hace, recuerda que primero tienes que satisfacer a tu pareja antes que a ti mismo.

--Sí… perdóname Má… pero no pude controlarlo. –dijo aún visiblemente agitado

Me incorporé y poniendo una toallita sobre mi vulva, me senté con las piernas cruzadas sobre la cama ,y le dije:

--Tienes que saber como controlar tu eyaculación, para que puedas disfrutar de más tiempo de placer – dije mirando su pene erecto y brillante

---Ahora porque eres joven, tu pene sigue erecto y puedes disfrutar de varios coitos en una noche, pero conforme crezcas y pase el tiempo tu capacidad sexual disminuirá y tu erección desaparecerá después de cada coito, por ello debes controlarte. Una forma de hacerlo es el pensar en cualquier cosa menos en lo que haces, cuando sientas que tu orgasmo llegará en cualquier momento; piensa en tus exámenes por ejemplo, ó en el entrenamiento del Sábado. Sé que parece insensible o fuera de lugar, pero funciona. Otra forma es, no concentrarte demasiado en tus sensaciones, y una tercera es tomar firmemente tu pene y evitar que eyacules, impidiendo que la esperma salga, después con tu otra mano harás movimientos hacia atrás, regresando el esperma a la base del pene. Eso funcionará una vez, pero es algo molesto.

René me miraba con atención mientras yo hacía los movimientos sobre su pene, enseñándole como. Después tome un condón y lo saque de su envoltura y le dije:

--Tómalo, siente su textura, esta lubricado con aceites a base de agua, para resbalar perfectamente.

Rene lo tomó y lo observaba atentamente, y tras sentirlo en sus dedos varias veces, lo deposito en mi mano.

--Ahora te enseñaré como, ponértelo.

Lo puse sobre su Glande y lo desenrollé despacio hasta dejarlo en la base de sus testículos, después me gire y poniéndome en el Borde de la cama a cuatro manos le dije;

--Ahora, penétrame despacio y siénteme.

Rene me tomó por las caderas y me penetro despacio, hundía y sacaba su pene con lentitud, como valorando cada sensación, cada movimiento. Después de unos segundos, me separé y sentándome en la cama frente a él, le pregunté:

--¿Y bien, Qué sentiste?

---Mmm… no me gustó. –dijo secamente

--¿Por qué?

--Por que no se siente igual que sin él, las sensaciones son menos fuertes, Mmmm... el calor no es el mismo, no, no me gusta. –dijo moviendo la cabeza de un lado a otro.

--Sí, lo sé, tampoco para mí es tan agradable como sin él, pero es un método eficaz, para prevenir infecciones venéreas, incluso el SIDA, y claro como anticonceptivo. Siempre es importante que tengas uno a mano, en tu cartera, por si… lo necesitaras. –dije un poco turbada ya que no me hacía a la idea que anduviera por ahí haciendo el amor.

Rene asintió comprendiendo, mi explicación.

Yo le bese delicadamente en su mejilla y me recosté de nuevo en la cama. René retomando su vitalidad, se dirige a una silla junto a la entrada y toma una revista que me enseña diciendo:

--Aquí hay varias cosas interesantes que quisiera hacer. –dijo bajando los ojos.

Yo tome la revista y comencé a hojearla, una sucesión de las más variadas posiciones sexuales llenaba sus páginas, alguna decididamente alocadas ó fantasiosas, así que divertida exclamé:

--¿Donde conseguiste esto?. –dije simulando asombro.

--Me las presta “El Gordo”. –dijo refiriéndose a un compañero de la preparatoria.

--¿Y él de donde las compra?. –volví a insistir—.

--No sé, creo que son de su hermano mayor.

--¿Y te ha prestado muchas?.

--No, es la primera, ¡pero está padrisima! ¿Verdad?

Yo francamente había visto algunas que Norma tenía, pero no con tanta abundancia de imágenes como ésta.

--¿Quieres que las practiquemos? –le pregunté

--Sí.

--¿Todas?

Asintió lentamente sin separarme su sensual mirada.

--Está bien, intentémoslas. –dije no tan convencida de poder hacer todo ese manual circense, pero eso sí: muy dispuesta.

Rene se recostó sobre la cama y yo me monté en él, su pene erecto y muy caliente se introdujo sin dificultad ya que su misma esperma ayudaba a mi lubricación. Yo movía mis caderas a un ritmo lento, buscando frotar mi clítoris en su pubis, mientras René muy concentrado en la revista parecía que seguía los pasos al pie de la letra. Tan concentrado lo veía, que esperaba que en cualquier momento empezara a decir “:… paso A, paso B, paso C.”.

Después de unos segundos, dejó a revista a un lado y se aferró a mis caderas, yo seguía concentrada en mis movimientos, cuando me dice quedamente:

--Ahora de igual manera, pero al revés. –dijo haciendo giros con la mano.

Tardé un poco en comprender lo que me quería decir, pero cuando lo hice, me separe de él y girándome, me senté de nuevo, pero ahora teniendo sus pies frente a mí. Me pido que me recostara hacia delante mientras abría mis nalgas con sus manos y veía con emoción como su pene desaparecía en mi vagina para tras unos segundos, salir brillante, impregnado de mis jugos. Hice esos movimientos varias veces, así la penetración la sentía más profunda al sentarme literalmente en él y sentir sus testículos unidos a mi vulva, como si fueran parte de ella.

Cuando ya me estaba acostumbrando a ellos, me da nuevas instrucciones:

--Ahora, recuéstate en la cama de lado… por favor.

Obedecí diligentemente y me recosté sobre mi lado derecho, Rene se puso tras de mí y separando mis nalgas hundió su pene entre ellas, su primera estocada me sorprendió: su Glande luchaba por entra en mi ano con desesperación, así que tomándolo con mi mano izquierda lo guié hasta mi vagina, que al sentirla, se hundió inmediatamente en ella. Comenzó a bombear despacio, abriendo insistentemente mis nalgas una y otra vez, intentando penetrarme más profundamente, después, con su mano izquierda, levantó mi pierna izquierda hacia lo alto hundiéndose profundamente en mí. Yo cooperaba con él acariciando con mi mano izquierda, sus testículos que se encontraban húmedos y unidos a mi vulva, y después con mis dedos, hacía pequeños rizos con sus vellos sedosos que brotaban de su pubis, acariciándolos delicadamente e impregnándolos con los jugos que salían de mi vulva en abundancia.

Sus impactos en mis nalgas, hacía que mi cuerpo se moviera al ritmo de ellos y mis pechos brincaran constantemente y se bambolearan de un lado a otro, el movimiento de mis pechos, me excitaba, así que comencé a acariciarlos, estirando levemente mis pezones ya erguidos.

En un momento, Rene se detiene, y como núbil ingeniero que consulta los planos de la construcción, hojea la revista buscando detenidamente la siguiente posición. Yo disfruto del momento y dejo que haga lo que quiera, mientras, con mis dedos froto mi clítoris que se ha dilatado sobresaliendo debajo del pliegue de mis labios vaginales. Rene de nuevo me pide que cambie de posición, y me enseña en la revista la que debo adquirir y lo que él intenta hacer. Me pongo a cuatro manos, como lo veo en la revista, y abro con las manos, mis nalgas lo más que puedo, estirando mi vulva. René se pone ligeramente en cuclillas y me penetra. Siento únicamente su pene que roza mis nalgas, sin sentir sus muslos, ni su vientre, esa sensación me agrada, y meto entre mis piernas mi mano izquierda buscando mi clítoris. De nuevo se dibuja el orgasmo débilmente en mi cuerpo, buscando salir impetuoso; yo le abro todas las salidas para que estalle en un torrente de sensaciones increíbles y deliciosas que me hacen delirar. Rene sigue bombeando mecánicamente, consultando su manual varias veces, yo ya no le veo, cerré mis ojos, y solo me concentro en mis sensaciones. Se detiene intempestivamente y me dice:

--¿Podrás ponerte así? -- poniendo la revista frente a mí, su voz suena más a suplica que a una pregunta. Me concentro en ver lo que me pide y de mi garganta sale una sincera carcajada que desconcierta a Rene.

--Ja, ja, ja, ¿Eso quieres que haga?

Pregunto divertida, al ver a una chica recostada sobre su espalda, prácticamente solo sus hombros tocan el suelo sosteniendo su cuerpo apoyado en un pequeño taburete y con las piernas abiertas con sus manos, deja sus nalgas al aire mientras un fornido hombre de pie, la penetra. La cara de Rene es de suplica, mientras yo lo veo aún divertida, pero me doy cuenta que en realidad lo quiere hacer, y mi vanidad me impide decirle que dudo que pueda ponerme en esa posición, así que soltando el aire de mis pulmones resignada, me recuesto sobre la alfombra. Sorprendentemente no fue tan difícil tomar esa posición, ya que el tiempo que dedico al ejercicio diario, me han dado una flexibilidad que ignoraba y eso me llena de satisfacción. Rene me toma por las nalgas y hunde su pene, pero la posición tanto para él como para mí es incomoda, no sé como la chica de la revista tiene esa sonrisa de placer de lado a lado.

Rene desiste y de nuevo hojea su revista, mientras retomo mi Posición bípeda y me dirijo al baño, y después de vaciar mi vejiga, tomo el Gel lubricante y regreso a la habitación. Rene me recibe radiante y me enseña de nuevo la revista, y veo a la chica ahora en una posición mucho más cómoda que la anterior y con las piernas en los hombros de él, mientras la penetra profundamente. Me recuesto sobre la alfombra, mientras mi hijo se mete entre mis piernas, las pone sobre sus hombros y se inclina sobre mí. Su penetración se ha vuelto difícil, ya que la lubricación de mi vagina ha cesado por las interrupciones y la falta de una excitación constante, por ello me hice del Gel lubricante, previendo esto. Él insiste en penetrarme ocasionándome un ligero dolor al intentarlo.

--!Espera amor, espera!. –le digo mientras busco el Gel que se encuentra junto a mi,

unto su pene perfectamente y hundo uno de mis dedos en mi vagina impregnándola también.

--Ahora sí, le faltaba lubricación -- exclamo aliviada.

René hunde su pene de una sola estocada como un Maestro experto, y como máquina, bombea rítmicamente sobre mí, mis nalgas las mantengo separadas por mis manos, sintiendo como sus testículos se impactan en ellas. Pongo los dedos de mi mano derecha en forma de V alrededor de su pene mientras lo hunde, sintiendo como el lubricante es cada vez menos necesario ya que el natural que produce mi cuerpo ha comenzado a brotar. De nuevo siento como el orgasmo asoma su cabeza e intenta salir, así que muevo rápidamente mi cadera buscando llenarme de más sensaciones deliciosas cada vez que ese pene caliente se hunde en mi cuerpo. Rene intenta detenerse, pero yo ya no estoy dispuesta a dejar escapar el orgasmo de nuevo, y tomándolo por sus nalgas fuertemente lo atraigo hacia mí.

René me mira interrogante, siento su mirada y al abrir mis ojos le digo:

-- Corazón: ya déjame disfrutar del orgasmo –digo suplicante

Su cara se enrojece de vergüenza, y con brío, arremete contra mí con rapidez, sus caderas impactan con violencia las mías, hundiendo cada vez más su delicioso pene y tras unos instantes indescriptibles, siento como brota como ola impetuosa el orgasmo que tanto he buscado, hasta que estalla en mi cabeza haciéndome gemir de placer.

--Haaaa… Ssssssí.. Amorcito.. Asssssí… Dame… Dame…. Lléname de ti… --gimo, ahogando mi voz con mis manos, mientras René bombea dentro de mí inconteniblemente. Mi cuerpo se ha puesto rígido, mientras mi útero y mi vagina palpitan con fuerza al contraerse. Mi clítoris irradia sensibilidad a su alrededor entumeciendo mis piernas, después, la sensación de plenitud inunda mi cuerpo y mente. Me abandono a la paz que siento y cierro mis ojos, Rene me besa delicadamente en mi cuello y lame mis pezones, yo le tomo por el cabello obligándolo suavemente a seguir succionando hasta que siento que la leche comienza a manar abundantemente.

Después de que René sacia su apetito, besa mi oreja izquierda y susurrando me dice:

--¿Mamí?

--Mmmm… -respondo desde el fondo del delicioso lugar del placer en donde me encuentro.

--Por favor, una más ¿Sí?...

Abriendo mis ojos, tomo con mis dos manos su cabeza y nos fundimos en un beso profundo y apasionado que me deja sin aliento, y le respondo:

--Las que tú quieras mi amor –exclamo saciada y agradecida.

René me gira apoyando mi vientre en la cama y mis rodillas sobre el suelo, abre mis nalgas, deposita un beso en mi ano y lo unta con Gel. Comprendo sus intenciones y levantando mis caderas, abro mis nalgas con las dos manos y exclamo:

--¿Lo quieres hacer por ahí?

--Sí, si.

--Con cuidado corazón, hazlo despacio y con mucho, mucho, mucho amor ¿Sí?.

René besa mi espalda mientras presiona su Glande contra mi ano que se abre despacio, dejándolo entrar completamente. Al sentir sus testículos golpear mi vulva, cierro fuertemente mi esfínter y muevo mi cadera con cadencia.

--Haaaa…. Mmmm… --comienza a gemir quedamente

--¿Te gusta? --pregunto satisfecha

--Sí… mucho…muchhho..haaa… está tan estrecho.. haaa.

Sigo moviendo mi cadera en círculos, presionando y soltando mi esfínter intermitentemente.

--Esta caliente… muy caliente… haaa…. – dice mientras continua gimiendo

--¿Sí?, ¿te gusta corazón? –pregunto con placer.

--Sí, sí, sí, mucho --jadeaba

La practica me había hecho disfrutar maravillosamente de la penetración anal, la gozaba tanto como la vaginal, y notaba que a René también le agradaba grandemente, así que busque que lo disfrutáramos al máximo. Movía mi cadera de arriba a bajo y de atrás hacia delante, sujetando firmemente su pene entre mis nalgas que le impedían moverse. En mi recto comenzó un delicioso cosquilleo que invadió mi vientre y me hizo salivar abundantemente. Él mantenía su manos sobre mis nalgas abriéndolas y observando como al salir de mí, dejaba mi ano dilatado y abierto como una pequeña boca, esperando de nuevo su poderosa estaca con urgencia.

Por mi mente comenzaron a cruzar palabras que no imagine decir jamás, pero que ahora quería gritar a los cuatro vientos, y hacían que mi excitación subiera rápidamente:

--¿Te gusta el culo de Mami? --le pregunté melosa

--Sí, Sí…. --respondía agitado

--¿Mucho?

--Mucho..mucho..mucho..

--¿Qué sientes al cogerte a Mamí? -- pregunté muy excitada

--Ha… no sé… es delicioso, es increíble…es…es..maravilloso.

-- Por favor llena a Mami de tu leche, que bien sabes que la vuelve loca, y métele hasta el fondo del culo tu delicioso palo, ¿Sí?. –exclamaba excitada y obscenamente

--Sí..sí……sí… --jadeaba René y como animal salvaje arremetía con fuerza impactando sus testículos en mis nalgas. Con mi mano izquierda frotaba rápidamente mi clítoris buscando un nuevo orgasmo. Mientras René me tomaba por las caderas y bombeaba desenfrenadamente golpeando fuertemente hundiéndose en mis entrañas.

Mi vientre se abultaba a cada arremetida moviéndose hacia afuera para hacer espacio a su caliente ariete que me partía en dos. Después de unos minutos de gran placer, sentí como su pene vibraba expulsando esperma en mis entrañas y sus manos aferraban mis nalgas hundiendo sus uñas en ellas, mientras yo cerraba y abría mi esfínter con fuerza para extraer hasta la última gota de su delicioso licor mientras seguía frotando con efusión mi clítoris, hasta que como ola gigantesca, el orgasmo cayó sobre mí, ahogándome en placer.

--Haaaaagg…… si. amorcito..sí…. así… llena a Mami con tu leche.. sí.. hagggg.

Gemía al sentir su esperma inundándome. René estaba paralizado por el placer mientras asía fuertemente mis caderas.

--Lléname… Lléname… amorcito… lléname el culo... Dale toda tu leche a Mamí.-- decía buscando aire desesperadamente, vuelta loca de placer. René se desplomo sobre mí, jadeando fuertemente, mientras yo seguía apresando su pene entre mis nalgas. Su cuerpo sudoroso y trémulo descansaba sobre el mío, obligándome a que también me dejara caer sobre la cama, exhausta. El palpitar de su pene en mi ano era delicioso, la sensación que experimentaba me hacía tiritar de placer. Poco a poco nuestras respiraciones se fueron normalizando mientras yo aún llena de placer sentía como su corazón se iba normalizando en su desbocada carrera. Una mano peregrina comenzó a recorrer mis costados haciéndome estremecer, mientras sus labios recorrían mi cuello con miles de minúsculos besos, Yo giré mi cabeza y nuestros labios se encontraron en un incómodo beso. Poco a poco me gire para quedar frente a frente y dar rienda suelta a nuestras lenguas que recorrían nuestras bocas sin tregua.

No se a que hora el sueño nos venció pero al amanecer, él seguía entre mis piernas y dulcemente lo desperté a besos mientras le decía:

--Despierta amorcito, feliz cumpleaños.

René abrió los ojos aún adormilado, mientras lo cubría con más besos. Me sentía feliz, enormemente feliz, no sabía porqué exactamente, pero desde que murió mi esposo no me había sentido así, con tanta intensidad, me sentía plena, dichosa, amada.

Rene me abre las piernas con sus manos e intenta penetrarme, yo me dejo llevar por el deseo, pero antes de que penetre en mi, me sobresalto al escuchar el despertador de el cuarto de los niños.

--¡Vete a tu habitación en este momento! ¡Tus hermanos irán a tu habitación en unos minutos más.! –dije presurosa y angustiada.

René sin responder se levantó rápidamente y tras cubrirse con mí bata, salió de la habitación. Diez minutos más tarde, mi hija Alma, Angélica, los chicos y Norma se presentaron en mi habitación para que juntos fuésemos a la habitación de René. Al llegar, él fingía dormir, así que cuando entramos todos en la habitación, nos pusimos alrededor de su cama y al mismo tiempo gritamos: ¡feliz cumpleaños!.

René fingió despertarse sorprendido, y levantándose, abrazó a cada uno de nosotros mientras agradecía la muestra de cariño. Cuando llegó a mí, me dijo quedamente al oído:

--Gracias Má, tu regalo será para mí, el más delicioso del Mundo. --y diciendo esto, me beso en la mejilla.

Más tarde, después de los regalos, bajamos a tomar un exquisito desayuno, preparado especialmente para la ocasión. Una hora más tarde todos tomamos nuestras actividades normales.

Yo fui a la oficina en donde para ese día había citado a varias personas interesadas en propiedades que se encontraban al sur de la ciudad, para hacer un recorrido por ellas.

Después de un día agotador, regresé a casa a media tarde rendida por la excursión, me duché y me dedique a poner a punto la cena de cumpleaños que teníamos preparada.

Rene regresaba de comer con sus amigos, cuando nos cruzamos en el pasillo.

--¡Hola cumpleañero! ¿Cómo se la ha pasado hasta ahora?. –pregunte alegre.

--Bien, Má, bien.

Dijo con una expresión de preocupación en su cara que no pudo ocultarme, y tras pensarlo un momento, quedamente me dijo:

--¿Puedes venir un momento a mí habitación?

--Claro. – dije transmitiéndome su preocupación

Al entrar, cerró la puerta con llave tras de sí, y me dijo:

--Má, me siento mal de mi pene, me duele. –dijo afligido

--Recuéstate en la cama y déjame verlo.

René así lo hizo, sacando un pene rojo y algo inflamado, yo contuve las ganas de reír al ver su pene escoriado por tanta acción.

--Cariño -- le dije: --Esta irritado por tanta acción que tuvo anoche, amorcito no te preocupes, sanará pronto, te traeré un ungüento especial. Espera. -- y saliendo de su habitación, fui al de los bebés.

Cuando regresé, le unté sobre su pene buena cantidad de crema de bebé para las rozaduras y al terminar bese su glande delicadamente. Cuando me incorporé, vi como su pene respondía a mis arrumacos. Rene soltó un sonoro grito de dolor y yo Salí de su habitación, avergonzada, pero divertida.​
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heranlu

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La Iniciación Sexual de un Hijo por su Madre – Capítulo 003

La cena fue muy agradable, René se encontraba a todas luces mejor de su dolencia. Asistieron sus mejores amigos, familiares y amigos nuestros que tras cenar deliciosamente partimos el pastel de rigor en medio de aplausos y abrazos. La fiesta no se prolongó mucho, ya que el día siguiente había que ir a clases y teníamos que acostarnos temprano.

Al terminar la reunión, le pregunté a Rene cómo se sentía

--Bien. Má, me siento mejor, casi ya no me duele, ¿Nos veremos en la noche? –preguntó entusiasmado

--No seas glotón, aún no te encuentras bien, espera un par de días más para que sanes y entonces veremos. --contesté

Una gesto de desilusión fingida apareció en su cara, yo le bese en la mejilla y le di las buenas noches.

Me duche y tras perfumarme como siempre, me dirigí a la habitación de Norma, David había llegado para el cumpleaños de René y venía muy fogoso. Ella me había dicho que me esperaban, así que no podía rehusarme más, ya que podían pensar que tendría una enfermedad de cuidado, y no quería preocuparles.

La noche fue deliciosa como siempre, y regrese a mi habitación cerca de las dos de la mañana y sin encender luces, me recosté en mi cama, cuando repentinamente sentí una mano que me tocaba el hombro, inmediatamente ahogué un grito de espanto cuando escuche a René decirme

--Soy yo Má, no te inquietes. –dijo acariciándome e intentando calmarme

--¿Qué haces aquí?, quedamos que…

---Sí, Má, pero solo quería estar contigo, pero no te encontré --dijo en un tono triste, y tras una pausa continuó.

--Te esperé un rato pero al ver que no venías fui a buscarte y te escuche en la habitación de mi Tía... ¿Lo estabas haciendo con él, verdad?

Preguntó con emoción en sus palabras, sabía que había descubierto mi relación con sus Tíos, no podía negarlo, así que lo afronté: Encendí la luz de la lámpara de noche y le dije:

--Sí, Hijo, lo hice con él, lo vengo haciendo desde hace varios años, él es una persona maravillosa y sabes muy bien cuanto nos quiere.

--¿Él es el padre de mi hermana?

--Sí, lo es.

--¿ Y... lo amas?

--Sí, lo amo, pero no como tu crees, lo amo por ser una persona maravillosa que ha cuidado de nosotros durante estos años; porque ha compartido su casa; su corazón; su trabajo y esfuerzo, porque nos ha dado el cariño y la comprensión que necesitábamos después de que murió tu Padre y por sobre todo; porque ha sido como un Padre amoroso y dedicado con todos ustedes, y sin ninguna obligación de hacerlo, solo por que nos ama y eso habla de una calidad Humana y un corazón enorme, ¿O me equivoco?

--No. –contestó lacónico

--No lo amo, como una mujer que ama a un hombre, sino con un amor mucho más grande, con un amor agradecido, además pertenece a tu tía Norma.

René Asintió, y dijo:

--¿Pero... por qué lo haces con él?

-- Toda mujer tiene necesidades sexuales, y más aún si se encuentra todavía en capacidad de procrear. Me sentía muy sola y triste, caí en una depresión muy fuerte y no sabía como salir de ahí, y fue tu tía Norma la que siempre ha estado al pendiente de mí, como cuando éramos pequeñas, y al ver mi tristeza me lo propuso.

En un principio sentí su propuesta descabellada y fuera de toda proporción, pero conforme fue pasando el tiempo y mis necesidades de cariño y compañía se hacían más grandes, mi forma de pensar cambio y gracias a él y a tu Tía me siento de nuevo joven y con ganas de seguir luchando y disfrutando de la vida.

Yo tuve una educación sexual escasa, por no decir nula, y caí en muchos errores, adquirí miedos sin sentido, pero tu Tío David me enseño que estaba equivocada, y fue retirando todos los miedos que tenía en mí, me hizo descubrir la maravilla que es le sexo con amor, sin tabúes o cadenas que oprimen tu mente y tu corazón, por ello no quise que crecieras con esas cadenas, quiero que conocieras el sexo de una manera clara y sin prejuicios, para que con información y responsabilidad, trasmitas esos conocimientos a tu pareja y vivan plenamente su relación, como la vivo hoy con tus tíos, y no como la viví con tu padre, que también estaba encadenado por los tabúes y la desinformación sobre el sexo que llena el mundo. Cuando de pequeño te enseñan que le sexo es algo sucio, malo, de fuerzas obscuras o infernales; te lo crees, y te encadena por siempre a esa prisión sórdida y obscura de lo prohibido.

Le tomo de sus manos y continúo.

--Por ello, te estoy enseñando todo lo que yo sé, con amor, con responsabilidad, quizá en una forma muy poco convencional para algunos, o inadecuada para otros, pero dentro de mi corazón, sé que es la mejor manera de protegerte de esas cadenas que a tu Padre y a mí nos oprimieron. Yo, gracias a Tus Tíos he salido adelante, y sé que con lo que aprendas, tendrás una vida feliz con tu pareja y serás un hombre pleno, seguro de ti mismo y de lo que quieres en la vida, ¿Sabes por qué?, porque estarás lleno de amor.

René bajo la mirada y no dijo nada, así que yo continué

--Sabes cómo amo a los niños, quería tener cinco o seis o más niños jugando por la casa, por eso te tuve muy pronto en mi matrimonio, incluso no había acabado mis estudios de contabilidad cuando ya estaba embarazada, y cuando naciste me acompañaste a la escuela durante un año. Recuerdo que permanecías en tu cunita sin hacer ruido durante toda la clase, y eras el bebé de todas mis amigas que te cargaban con cariño, después vino tu hermana, y tenía planes del siguiente bebe cuando sucedió lo de tu padre. Intenté resignarme, a renunciar a mis sueños, pero por el amor que nos brinda tu tío, hizo que renaciera mi ilusión y decidí tener a Silvia.

Rene no decía nada, pero yo sabía por donde iba su pregunta desde un principio pero quería decirle toda la verdad, como siempre me ha gustado.

---Contigo, el hacerlo, es realmente hacer el amor, ya que siento como mi corazón se desborda de alegría y de amor cada vez que entras en mí, me siento una mujer dichosa; Protegida; amada y enamorada. Cuando lo hago con tu Tío, no siento lo mismo, es diferente, con él me siento tranquila; agradecida; segura; integrante de una misma familia, pero nunca será igual hacerlo con él que contigo.

Lo estreche en mis brazos y le bese en su frente. Él se dejó caer en la cama y yo con él, nos besamos por largo rato, después rodeo mi cintura con sus brazos y caímos en un profundo y apacible sueño de amor.



Al día siguiente, me despertó unos pequeños golpecillos en la puerta, y rápidamente estiré el brazo para avisar a René, pero él ya no se encontraba en la cama, sin esperar respuesta la puerta se abrió y vi entrar a René con una charola con mi desayuno, la puso en la mesita de noche y me dijo alegre:

--He traído el desayuno a la mujer que más amo en la vida. – y diciendo esto me besa en la frente y me entrega un vaso con jugo de naranja.

Me incorporo y me siento en la cama, René pone la charola sobre mis piernas y le digo gratamente sorprendida.

--Mmmm, esta delicioso, me siento muy alagada por tus palabras, --dije sincera.

--Es la verdad –dijo levantando los hombros– Haa…–continuó– No te fijes en el pan que esta un poco quemado, y en el jugo que tiene semillas, no tiene importancia. –dijo con en broma, y salió de la habitación.

Durante el día mientras se encontraba en casa, y coincidíamos en algún pasillo, o en la cocina entre una silla y la mesa, me gustaba rozarle “accidentalmente” su pene con mis nalgas, sabía que eso lo excitaba y por supuesto a mí también.

Esa noche se encontraba completamente repuesto de sus males, en mi habitación sobre la cama con su pene sano y erecto apuntando directamente a mi boca, yo inclinada sobre él lo tome con mis labios y lo bese amorosa.

--¿Ya estas bien mi dulce alegría?

Exclamé dirigiéndome a su pene como si tuviera vida propia y llenándolo de besos. Rene sonreía al escuchar mis palabras y movía su pene al mismo tiempo que fingía una voz de niño pequeño.

--¡Claro! Listo para que me sigas enseñando, por que yo soy un pene que quiere hacer bien las cosas.

Yo sonreía divertida mientras me imaginaba a su pene respondiendo de esa manera.

René tomo la revista y la hojeaba rápidamente hasta que se detiene en una de sus páginas y me la enseña, la chica se encontraba subida en la cama pero inclinada con las manos en la alfombra y su pareja detrás de ella abriéndole las nalgas mientras la penetraba, voltee a ver a René y le digo:

--¿Quieres que me ponga así?

--Sí... por favor.

Sin decir palabra tome la posición que me pedía, pero antes, unté un poco de Gel en su pene, después apoye las manos en la alfombra y sentí como abría mis nalgas situando la entrada a mi vagina, pero de súbito bajo de la cama y recostándose en la alfombra junto a mi cara dijo:

---Má, puedo tomar unas fotografías como si fueras la chica de la revista.

La petición me desconcertó, no sabía que contestar, la posición en que me encontraba no me dejaba razonar con soltura y entablar un dialogo, así que le dije que sí y desapareció de mi vista. Unos segundos después la habitación se lleno con la luz del flash de la cámara digital que era operada a distancia, mientras abría mis nalgas y me penetraba. A raíz de esta ”sesión fotográfica”, mi respeto por las chicas que salen en la revistas, se acrecentó.​

Desde ese día la cámara fotográfica fue inseparable en nuestros encuentros diarios, René quería formar su propia revista con nuestros encuentros, y yo ciertamente colaboraba porque me pareció divertido el hacerlo. Motivado, René tomo un curso de fotografía y cada vez sus impresiones se parecían más a la de una verdadera revista, las tomaba en la sala; en el auto; en el Centro comercial; en la escuela; en el juego de fut bol; en fin, en todas partes.

Esa noche, pasamos más de dos horas en diferentes poses y posiciones sin tener realmente un encuentro sexual, esto me defraudo y me canso sobre manera, pero veía como lo disfrutaba René y eso me bastó para proseguir media hora más

--René –dije monótonamente

--¿Sí?

--Estoy cansada.

--Ya terminamos, un segundo más.—dijo con prisa tomando fotografías y adecuando la luz del flash.

--Esta bien –dije sentada sobre él con las piernas abiertas y con su pene en mi vagina, de frente a la cámara. Después de varias tomas le dije seriamente.

--¡Ya dame esa cámara!.

Rene me la entregó sin protestar y la deje sobre la mesa de noche y girándome sobre él, quedamos frente a frente, yo montada como si fuera una hábil amazona, comencé a moverme despacio sintiendo su pene moverse también lentamente. Rene tomo mis pechos con sus manos y suavemente los comenzó a acariciar, mientras yo tomaba su cabeza y atrayéndolo hacia mí, puse sus labios en uno de ellos y le conminé a mamar, él lo hacía con deleite, lo sentía saborear cada trago, mientras yo movía mi cadera con más rapidez. Me gustaba como cambiaba de pecho constantemente mamando de los dos y extrayendo su albo liquido que caía a gotas cuando él se separaba del pezón. El sentir su boca y su pene en mí, acrecentaba mi excitación y mis movimientos pasaron de rítmicos, a frenéticos, frotando mi clítoris contra su pene duro y caliente, mi cuerpo sudaba por cada poro y un calor delicioso lo invadió completamente.

--Haaaa... sí.. haaaaa... mmmm....

Yo gemía quedamente, mientras sentía como el orgasmo subía por mi vientre, cuando las palabras de René me desconcentraron.

--¿Te gusta que te la meta hasta el fondo?. –dijo excitado.

Hasta ese momento la que hablaba con ese lenguaje era yo, y al oírlo sentía que se rompía una barrera natural de respeto entre Madre e hijo, y me sentí algo incomoda, pero en ese instante no éramos Madre e hijo sino amantes que disfrutaban de sus cuerpos con frenesí, por ello deseche esa idea de incomodidad y le dije:

--¡Sí..sí...sí.. me fascina sentir como me coges! –dije excitándome aún más.

--¡Quieres que te la meta más?

--SSSÍSÍ... SÍ... –dije sintiendo como sus palabras aceleraban mi orgasmo.

--Me gusta abrirte las piernas y metértela.—dijo con la cara congestionada por el placer, mientras con sus manos tomaba mis nalgas con fuerza.

No pude contenerme más y solté un grito ahogado cuando el orgasmo hizo temblar todo mi vientre. René me amasaba las nalgas y bombeaba rítmicamente golpeando mi pelvis, cada vez que hundía su pene en mis entrañas con tanta fuerza que hacia que mi cuerpo saltase bruscamente. Yo estaba en trance, hundida en el placer del orgasmo que abotagaba mi cerebro, raptándome del mundo real.

No se cuanto tiempo paso mientras René arremetía con fuerza en mí, pero si me di cuenta cuando dejo de hacerlo, se separo de mí y me tendió boca arriba sobre la cama, mientras ponía sus rodillas a los lados de mi cabeza y acercaba su pene ahíto y rojo a mi boca. Yo la abrí deseosa y lo hundió despacio hasta que sentí sus rizados cabellos de su pubis en mi nariz, para luego sacarlo de nuevo brillante y caliente. Varias veces lo hizo, hasta que sacándolo completamente, lo puso a centímetros de mi boca abierta y descargó su furia en ella llenándola de tibio esperma. Yo recibía los finos pero poderosos chorros de simiente que caían en mi lengua y resbalaban por mi garganta, impregnado mi boca con su sutil sabor, hasta que dejo de manar ese delicioso licor, vaciando su ovoides envases, Rene movía la piel de su pene de adelante hacia atrás, extrayendo hasta la ultima gota, que lentamente deposito en mis labios. Yo cerré mis ojos y saboree extasiada ese esquisto semen que llenaba mi boca, lo esparcía por toda ella con mi lengua, para después con pequeños tragos hacerla desaparecer. Rene se encontraba recostado junto a mí, viendo las expresiones de mi cara al saborear su esperma. Cuando abrí los ojos, dijo emocionado:

--¡Eres increíble Má!! Y por eso te amo más!

Yo uní mis labios a los de él en un beso lleno de vida que unió nuestros cuerpos y espíritus por toda la noche.

Cada nuevo encuentro, me llenaba de emoción, quizá tanto a mí como a él, y su atrevimiento me gustaba, su iniciativa y su lujuria, hacían excitarme y estremecerme como nunca.

Al día siguiente, me arreglé rápidamente porque tenía una cita muy importante en la oficina. Baje a toda prisa y me encontré a Norma preparando el desayuno. Su mirada cómplice y burlona indicaba que algo traía entre manos e inocentemente le pregunté:

--Hola, buenos días,¿Por qué esa mirada?.

--¿Cómo estuvo la fiesta de anoche? –dijo modulando la voz y levantando ambas cejas.

Repentinamente caí en la cuenta que me había descubierto. De la manera más natural posible le dije:

-¿Cuál fiesta?

--Ho, vamos, no creas que me engañas, ¿Lo hiciste con René?

Me sentí completamente desarmada, tome un vaso de jugo y lo apuré, después lentamente baje el vaso vacío y limpiándome los labios con una toallita, le respondí:

--Sí, estuve con él.

Su cara satisfecha por confirmar lo que pensaba, fue evidente.

--Después te contaré todo, tengo prisa. –dije tomando mi bolso y salí rápidamente hacia mi auto.

Durante el tiempo que estuve en la oficina, me olvidé de todo, pero al regresar a casa, pensaba en la manera en cómo le diría a Norma, que me acostaba con mi hijo. Ella ya sabía mi forma de pensar sobre la educación sexual que pretendía enseñar a mis hijos, y de mi fantasía sexual que traía desde joven, e inclusive en una ocasión deje entrever que yo misma podía enseñarles cómo hacerlo. Ella no se escandalizó al escucharme, pero se mantuvo en silencio sin hacer comentario alguno.

Cuando regresé a casa, ésta se encontraba sola, Norma había salido con los niños al centro comercial, pase la tarde revisando mi correspondencia electrónica, y terminado unos documentos de la oficina. Después me fui a mi habitación y encendí la radio a varios volúmenes diferentes y me fui a la habitación de Norma para saber qué tanto se escuchaba. Ciertamente no era mucho, pero lo suficiente para levantar sospechas. Más tarde me di una ducha y me puse a ver televisión mientras extraía leche de mis pechos con la bomba de succión. Una hora después llegó Norma con los niños, y me dedique a perseguirlos por toda la casa para que se bañarán y de igual manera a los bebés, y ya limpios me puse a alimentarlos frente al televisor de mi habitación. Norma llegó más tarde y se sentó junto a mí y dijo:

--¿Y bien?

--Ya llevo varios días haciéndolo de una manera didáctica y todo va muy bien

Dije yendo directamente al grano.

--¿Didáctica? --enfatizó arqueando las cejas

--Sí --conteste

--¿ Y cómo lo ha tomado él?.

--En un principio como es natural, lo desconcertó, pero inmediatamente su deseo fue más fuerte que al algún prejuicio que pudiera tener y lo tomo incluso con entusiasmo, ahora me busca a cualquier hora con el deseo en sus ojos, que al mirarme me hacen vibrar. –dije estremeciéndome.

--¿Lo gozas?

--Sí mucho, no puedo substraerme al placer por el hecho de enseñarle y de ser su Madre, gozo con él y le enseño a sentir que está haciendo gozar a su pareja, es como si volviera a mi juventud y lo hiciera con mi novio, en donde los dos aprendiéramos juntos a descubrir nuestros cuerpos y a encontrar el placer mutuamente –dije emocionada por la comparación-- es como si la vida me diera una nueva oportunidad de descubrir el amor adolescente, el amor juvenil, y que me dejara arrastrar por su energía y pasión descubriendo un cielo de diferente color.

Norma me miraba comprensivamente, ella sabía que nunca tuve oportunidad de aprender sexo con algún chico, hasta que me casé, comprendí lo que era esa palabra, y no fue gratificante. Con el tiempo aprendí más y sobre todo a aceptar lo que no comprendía, y poco a poco extraje algo de placer de todo ello.

--¿Y que piensas hacer?

--Le enseñaré todo lo que sé y más aún, porque me documento en libros y revistas científicas, no quiero que conozca a una chica como la que fui yo: ignorante y cándida en el sexo, y viva mis mismas experiencias a su lado, por ello lo seguiré haciendo convencida de que lo que hago esta bien hecho, por su felicidad y la de nuestra familia.

Dije firmemente convencida de lo que había expresado

Norma me miro con esos intensos ojos azules por un momento y me dijo:

--Te admiro; realmente te admiro, siempre fuiste una chica de ideas firmes, pero obediente y sumisa, sin claudicar en tus ideales y gustos, eso siempre te lo reconocí, desagraciadamente yo no tuve esa fuerza que tienes. --dijo bajando la mirada

--No, esa no, pero tienes otras tan valiosas que..

--Déjame terminar. –me interrumpió levantando una mano en señal de que parara de hablar, callé y ella continuo:

--Me gustaría poder hacer lo que tú has hecho con mis hijos pero no puedo, me falta el valor, siento que si lo hiciera, mis hijos me mirarían como una Madre pecadora y degenerada, porque nunca tuve el valor de que vieran el cuerpo Humano desnudo con naturalidad y admiración, como tu lo hiciste con tus hijos. – dijo bajando la cabeza de nuevo y tras unos momentos de silencio, continuo:

--Tú sabes que la educación de mis hijos en ese sentido ha sido rígida muy diferente a la que tú ahora les inculcas, incluso te bañas desnuda con los niños y le besas su pene a Rodrigo cuando le terminas de bañar como signo de Amor y cariño que le profesas. Yo sé que son mis prejuicios, pero los traigo muy arraigados y sé también que será imposible cambiarlos.

--No lo creo Norma, aún se pude hacer mucho, incluso con Angélica, que ya ha cumplido 18 años. –dije comprensiva

--¿Tu lo crees? –pregunto esperanzada.

--¡Claro! --contesté

--Coincido contigo en todo lo que dices y haces por tus hijos y quisiera hacerlo también por los míos. –dijo Norma esperanzada.

--Por nuestros hijos, lo haremos, te lo prometo. –dije feliz abrazándole fuertemente.

Después de unos momentos en que las lagrimas fueron las protagonistas y en donde demostrábamos nuestro amor filial, le dije:

--Quiero que esta noche estés con nosotros haciendo el amor.

--¿Con René?

--Sí, tienes que dejar aun lado tus prejuicios para poder liberarte de ellos, como yo lo he hecho, y esta es una muy buena oportunidad, ¿De acuerdo?.

--¿Pero.. Qué pensará él de mí...?

--¿Qué puede pensar de su Tía, si ya se cogió a su Madre? --le contesté divertida

Las dos comenzamos a reír por un momento y decidida me contestó:

--Sí, ahí estaré.. –dijo iluminado su cara con una hermosa sonrisa y limpiando sus lagrimas de alegría y emoción. Sabía que todo sería más fácil ese día, ya que David salía en uno de sus continuos viajes de negocios y que estaría de vuelta el día siguiente.

Había encontrado el fundamento de mis fantasías sexuales con mis hijos y el del haber estado con diferentes amantes menores que yo: el poder transmitir una sexualidad libre de prejuicios y tabúes, alegre, y feliz.

Esa noche, Rene se encontraba besándome la nuca con dulzura, me tenía abrazada por la cintura y su lengua recorría mi cuello diestramente, mientras algo de luz entraba por la ventana abierta, el viento hacía que las cortinas se movieran levemente anunciando su entrada, cuando la cama se bamboleó un poco y un segundo después, René se agitaba violentamente asustado diciendo:

--¿Quién es? ¿Quién es? –repitió con sorpresa.

Mi corazón palpitó con fuerza mientras buscaba el apagador de la lámpara para encender la luz, pero no fue necesario que lo hiciera, porque escuche la voz de Norma diciendo:

--Soy yo, Norma, no te asustes René.

--Pe..pe..pe..ro.. yo.. no.. –tartamudeaba sin poder decir una palabra completa.

Me alegró saber que Norma aceptó compartir mi emoción y mi amor por René, así que trate de calmarlo diciéndole:

--Cálmate René, todo está bien, tu tía quiere compartir con nosotros estos momentos de amor, ¿Te parece bien?

--¡He.. Sí.. Sí claro! --dijo vacilante.

Norma se puso tras él apretando su cuerpo desnudo y comenzó a besar su cuello, René ya no lo hacía conmigo, yo imaginaba el desconcierto tan grande que tenía en ese momento al tener a su Madre y a su Tía de amantes en la misma cama.

Poco a poco Rene se fue relajando mientras Norma besaba su espalda con dulzura, así que decidí actuar: me levanté y encendí una pequeña lámpara de mesa que se encontraba en una repisa, que bañaba de una cálida luz la habitación y cerré con llave la puerta. Regresé a la cama y encontré a Norma muy concentrada besando la entrepierna de René, me uní a ella y entre las dos nos disputábamos su caliente pene.

La cara de asombro de René no tenía comparación; parecía que los ojos se le saldrían de sus cuencas al vernos besar su pene con ahínco. Sé que la fantasía sexual más grande de los hombres es verse en una cama con dos mujeres. Existen muchos hombres que nunca logran cumplirla, pero otros empezando su vida sexual ya lo lograron, como René, que es un gran afortunado.

Norma lo besaba con lujuria, lo veía en su cara, el Glande desaparecía en su boca, para reaparecer unos segundos después brillante y rojo, después como buena hermana, lo tomaba de su base y me lo ponía en mis labios, yo lo besaba y con mi lengua lo recorría rápidamente para después hundirlo profundamente en mi garganta. Yo lo chupaba con deleite, con la punta de mi lengua abría el pequeño orificio, intentando hurgar en su interior y de nuevo succionaba con fuerza rodeando su glande con mis labios. Lo pasábamos de una boca a otra como si de un delicioso cono de nieve se tratara hasta sentir como la tensión subía en él. Las dos diestras en el arte del amor, dejamos de lamerlo y pasamos a su vientre lamiéndolo con efusión, subíamos hasta sus pezones y al mismo tiempo succionábamos ocasionando que se retorciera de placer. Recorrimos sus brazos y piernas con nuestras lenguas, arrancándole estremecimientos y haciendo que su piel fresca y suave se erizara con miles de minúsculas montañas. Sus ojos recorrían nuestros cuerpos con insistencia, en espacial el de Norma ya que le era desconocido, sus grandes senos se movían cadenciosamente invitando a René a acariciarlos y succionarlos con deleite. Sus testículos eran besados constantemente por ella, ya que siempre han sido la fascinación de Norma en todos sus amantes. René la miraba absorto viendo como con sus labios los tomaba delicadamente y los introducía en su boca, jugando con ellos con su lengua. Mientras tanto yo tenía firmemente apresado con mis labios su Glande, mientras lo mordisqueaba delicadamente. Mis manos recorrían su cuerpo como mariposas posándose aquí y allá en su firme y aterciopelada piel. Me excitaba el acariciar su vientre y sentir sus núbiles y sedosos bellos que brotaba aún temerosos. Norma me mira mientras tiene dentro de su boca los dos ovoides recipientes de esperma de René y con sus ojos me dice que quiere montarse en él. Yo dejo de besar su pene y me separo de él, Norma se incorpora y se monta sobre René y con mis manos tomo firmemente su pene y comienzo a pasarlo por los labios húmedos y dilatados de su vulva, Norma mueve su cadera excitada mientras besa apasionadamente a René en la boca. Veo salir los abundantes jugos de la vulva de Norma, que en finos hilillos caen sobre los testículos tensos y contraídos por la excitación, inmediatamente introduzco el Glande en su vagina viendo con placer como desaparecía en ella, Norma se encontraba recostada sobre el pecho de René pero al sentir que la penetraba se incorpora sentándose firmemente en su cadera, haciendo desaparecer por completo el abotagado pene. Los testículos se unieron a su vulva tan estrechamente que parecían que formaban parte de ella. Norma pasando una de sus manos hacia atrás los acariciaba delicadamente, mientras René gemía quedo. Norma comenzó a mover su cadera en pequeños círculos, acrecentando las sensaciones de René que la asió fuertemente por sus carnosas nalgas. Norma acariciaba sus pechos mientras mantenía sus ojos cerrados concentrándose en el placer, de imprevisto comienza a acelerar el ritmo y a gemir fuertemente mientras se le dibujaba la inconfundible expresión del placer supremo en su cara. René sorprendido, permanece inmóvil mientras Norma se toma sus pezones con la punta de los dedos y los hala fuertemente. Yo veo excitada esa conjunción de cuerpos y de sensaciones que buscan frenéticamente el dar y recibir placer. Cuando mi excitación es grande, mis sentidos se agudizan y los sabores y olores de los cuerpos me vuelven loca, así que decido no permanecer más como espectadora y me posiciono entre las nalgas de Norma teniendo frente a mí el pene de René que sale y entra de la vagina de Norma bañando en sus jugos. Hundo mi cara entre ellas recogiéndolos con mi lengua, tocando los labios distendidos de su vulva y el glande carnoso, que en cada movimiento de salida, extrae los deliciosos jugos de Norma. Mi lengua recorre lujuriosa los testículos bañados de deliciosos jugos, subiendo por su pene hasta los carnosos labios de la vulva, el preriné y el ano de Norma, para de nuevo bajar hacia los bañados testículos. De mi vulva salen mis jugos escurriendo por mis muslos, ahogándose entre las sábanas, mis dedos frotan frenéticamente mi clítoris buscando el orgasmo que se anuncia inminente, mientras mi cara se encuentra entre las nalgas de Norma lamiendo con lujuria. De repente Norma se detiene y comprime su nalgas aprisionando mi cara cuando el orgasmo se posiciona de ella incontenible, siento como su vagina se contrae rítmicamente y mientras que su cuerpo rígido se convulsiona. René acelera sus movimientos y segundos después expulsa su prístino néctar impactando el cerviz de Norma. Los dos cuerpos se detienen rígidos y agitados, mientras sus jugos se mezclan en el culmén del placer. Yo limpio a lengüetazos el producto de sus orgasmos, como perrita sumisa provocando con ello que el mío me atrape como bestia salvaje, arrebatándome de este mundo para llevarme al paraíso.

llevarme al paraíso.

René al darse cuenta de que estoy obteniendo el mío, extiende su mano derecha y atrapa uno de mis pechos y tomado el pezón lo hala delicadamente haciéndome gemir de placer. Mientras experimento mi orgasmo las manos de Norma y René acarician mi cuerpo dulcemente, acrecentando mi placer. Mientras mi corazón desbocado recupera su ritmo, Norma se encuentra recostada sobre el pecho de René que respira con dificultad por el esfuerzo realizado, los tres no giramos jadeantes y nos abrazamos fundiéndonos en un solo cuerpo con tres cabezas y un solo placer.

Sin darnos cuenta caímos en un sueño delicioso y reparador mientras las horas pasan rápidamente.

Cerca del alba, me despierta el pene de René abriéndose paso por entre mis nalgas insistentemente, me encuentro sobre mi costado izquierdo y le respondo levantando mi cadera y abriendo una de mis nalgas para que entre en mí sin problemas, mi vulva aún se encuentra bañada por mis jugos, así que la penetración se da fácilmente. René comienza a bombear rápidamente metiendo su duro pene profundamente en mí, yo me inclino hacia delante facilitando el ángulo de penetración mientras mantengo abiertas mis nalgas con mi mano, sintiendo como sus frescos testículos se introducen entre ellas. Sus manos se apoyan en mis hombros atrayéndome hacia él, para apalancarse con su cadera hundiéndose más profundamente. Comienzo a respirar un poco más agitadamente, cuando siento como su pene se agita rítmicamente descargando su esperma en mi vagina sedienta de ella. René agitado y gimiendo quedamente comienza a besar mi cuello y a acariciar mis pechos mientras sigue metiendo y sacando su pene cada vez más lentamente hasta que se detiene. Hasta ese momento Norma había permanecido ajena al placer, pero deshaciéndose de las sábanas que nos cubrían, se pone frente a mí y levantando mi pierna derecha sobre la de René deja al descubierto mi vulva llena de la carne trémula y dura de René, y tomado su pene, lo saca de mi vagina e inclinadose, lo devora. Aún logra extraer gotas grandes y cremosas de esperma del tungente pene las cuales saborea con evidente placer. Juntos, los tres vemos salir los primeros rayos del sol que entran sin nuestro permiso por la ventana, anunciando el fin de nuestra primera noche de placer, en un deliciosos ménaje de tois.


A esa primera noche donde los tres nos unimos, le siguieron otras más, lo hacíamos con cuidado, tratando de hacer el menos ruido posible, pero no era fácil ya que la pasión y el placer, hacían que nos olvidáramos de eso y de muchas cosas más. Sabíamos que tendríamos que cambiar la hora de nuestros encuentros, en especial cuando mi Cuñado estuviera en casa y cuando lloviera.

¿Por qué cuando lloviera? se preguntarán con extrañeza, bien les diré porque: Una noche en que caía una torrencial tormenta, nos encontrábamos los tres haciendo el amor deliciosamente, mientras escuchábamos caer las gotas sobre nuestras cabezas y los subsecuentes pequeños arroyos, que se unían a potros más grandes hasta que caían por los bajantes del techo. Inesperadamente la tormenta se aderezó con decenas de rayos que caían haciendo retumbar las puertas y los ventanales con fuerza. Pero nosotros no le dábamos importancia, quizá en mi caso ni los escuchaba, me mantenía tan dentro de mi placer que el mundo exterior, fuera de esa habitación, no existía en ese momento.

Me encontraba besando a Daniel en la boca y acariciando su pecho, mientras él tenía a Norma montada sobre su pene cabalgando rítmicamente. Nuestros cuerpos desnudos se unían trasmitiendo nuestro calor y deseo a trabes de la piel sudorosa, mientras gemíamos de placer

La habitación se encontraba en la oscuridad y solo cuando la luz azulosa e intensa de un rayo que caía, la iluminaba a través de las cortinas, cuando siento en mi espalda una ligera presión, al principio no le doy importancia pero segundos después es más intensa hasta que desconcertada me giro y veo la cara de Silvia aterrorizada por los estruendos de los rayos al caer. Mi sorpresa fue mayúscula, el verla ahí parada llorosa junto a la cama me heló el corazón.

Decenas de preguntas giraron por mi cabeza en un instante: ¿cómo entro? ¿Cuánto tiempo lleva ahí? ¿Ha visto a Norma y a René? ¿Se ha dado cuenta de lo que hacemos? Etc.

Inmediatamente la tome entre mis brazos y la subí a la cama arropándola, mirando hacia el lado opuesto de donde se encontraba René y Norma, ellos aún no la habían visto y seguían con su movimientos y gemidos que aumentaban de intensidad. Quise avisarle a Norma pero no me escuchaba y rene se encontraba muy cerca ya de su orgasmo, así que con mi cuerpo cubrí a Silvia tratando de taparle las orejas y que no escuchara los gemidos de Norma.

--Más.. Más... Corazón, dame más... --gritaba Norma quedamente

Silvia parecía muy ajena a lo que sucedía en la cama, a sus tres años, el temor a los rayos era grande y en ese momento solo quería que la abrazara. La cama se movía en todas direcciones y los gemidos de René al obtener su orgasmo me hicieron temer que asustarían también a Silvia, pero ella se encontraba con sus ojos cerrados y respirando pausadamente. Cuando todo terminó, la habitación quedo en silencio, solo perturbado por la lluvia que decrecía en intensidad, Silvia dormía y yo caía también en un sueño tibio y reparador cuando siento a Rene que se acurrucaba a mi espalda intentando meter su pene entre mis nalgas. Yo me sobresalto e intento decirle que se detenga y explicarle lo que sucede cuando escucho a Silvia que dice:

--¿Má.. Má?¿Qué pasa...?

--Nada mi amor, nada duérmete ya.. --digo alarmada y frustrada por no poder decirle lo que pasaba a René, que había ya dado con la entrada de mi vagina y estaba penetrando en ese momento.

No me quedaba otra que dejarle que continuara, mientras abrazaba fuertemente a Silvia que dormía de nuevo entre mis brazos. René abría mis nalgas constantemente con fuerza tratando de meter más profundamente su pene, ese movimiento me empujaba hacia delante ocasionado que Silvia y yo nos moviéramos en un continuo vaivén por las arremetidas de René, y tuve que contrarrestar ese movimiento poniéndome rígida y soportando sus arremetidas hasta que minutos después comienza a gemir sobre mi oreja derecha quedamente, anunciándome su orgasmo. De nuevo la cama se detiene y el silencio inunda la habitación, pero ahora la lluvia a cesado y solo nuestras respiraciones hienden el silencio de la noche. Cuando amanecía desperté a René y le dije a señas que se retirara a su habitación, él desconcertado iba a pronunciar palabra cuando pongo uno de mis dedos sobre mi boca pidiéndole que callara, en ese momento vio a Silvia y su expresión cambio, se puso libido y poniéndose su bata salió apresuradamente de la habitación. Dos horas después me levanté para llevar a los chicos a la escuela pero antes me duché dejando a Silvia y a Norma dormidas. Estaba por terminar cuando entra Norma al baño y asustada me dice:

--¿Por qué está ahí Silvia? ¿A que hora llegó?

--No se enteró de nada, cálmate, --dije tranquilizándola-- se asustó con los rayos de la tormenta y de seguro la puerta se encontraba sin pasador y entró, cuando me di cuenta estaba llorando junto a mí, así que la abrace y la acosté conmigo.

--¿Pero porqué no me dijiste que se encontraba ahí? --preguntó desconcertada

--Lo intenté, pero estaban muy concentrados y no me escucharon además Silvia se despertó cuando los llamaba, así que desistí --dije levantando los hombros.

--¿Tú crees que se dio cuenta de...?

--No lo creo, estaba aterrorizada, solo quería estar conmigo.

Más tarde Silvia se levantó como si nada hubiera sucedido y bajo a desayunar.​


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heranlu

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La Iniciación Sexual de un Hijo por su Madre – Capítulo 004


El día siguiente nos encontrábamos Rene y yo recuperándonos de nuestro primer encuentro sexual del día acostados en la cama, era de día aún, los chicos habían salido con Norma que se “sacrifico” para que nosotros pudiéramos contar con algunas horas de dicha. Rene jugueteaba con mis pezones que se erectaban cada vez que los acariciaba con sus finos dedos, lo veía tan tranquilo, tan seguro de lo que hacía y sobre todo tan feliz, que la curiosidad afloró en mí y le pregunté:

--Ahora, que ya sabes lo que es el sexo, que has sentido los cuerpos de dos Mujeres, ¿Qué sientes el que una de ellas sea tu Madre?

La pregunta ya se la había formulado antes, pero la sentí en aquel momento muy apresurada, por ello, ahora que ya había probado las mieles de dos cuerpos de Mujer, quise volverla a hacer.

René guardó silencio unos segundos y contestó.

--Es... Es algo increíble, me siento tan, completo, tan lleno de ti, de tu aroma, de tu calor, que quisiera estar en ti mientras pasan las horas o los días, y ser como tu eterno protector... No sé... Es la gloria.

--¿Se lo dices a una Mujer o a tu Madre?

Rene me toma de las manos y clavándome su mirada dulce, limpia y brillante, exclama:

--A la Mujer que es mi Madre. --y deposita un beso tierno en mis labios y continuó diciendo:

-Me siento feliz que hayas sido tú quien me enseñara, siento como si fuera aquella vez que me enseñaste a bañarme contigo, ó cuando me enseñaste el como estudiar y hacer mis tareas, siempre con una gran disposición, con paciencia y con firmeza. –dijo con una sonrisa espontánea.

--¿Y cuando estas.... cogiéndome, como te gusta más? . —pregunté pícaramente viendo su reacción a mis palabras

--¿Por detrás? --aventuré

--Sí, así, me encanta, que hagas todo lo que te pido, cuando te mueves y tomo tus nalgas, siento que me desmayo de placer, y la forma en que mueves tu vagina apretando mi verg… mi pene, como si lo hicieras con los labios de tu boca, me vuelve loco.

Me gustaba que saliera a relucir el René que no conocía: el natural, el espontáneo, tal cual se demostraba a sus amigos, y el lenguaje que usaba con ellos.

--¿Tú verg...? --repetí fingiendo ignorancia.

--Bueno… así le llaman mis amigos al pene: Verga –dijo tímidamente.

-- Hoo, no lo sabía --mentí -- ¿Y dime; qué más te gusta?

--Cuando me la chupas, Uffff, siento la gloria. –dijo fingiendo que moría de placer – y cuando la meto en tu culo caliente y tu lo estrechas, haces que me venga inmediatamente, ¡eres única Mamá!


Vaya --pensé-- no te conocía ese lenguaje callejero, pero ¿Sabes qué?, me gusta...


--Ya lo creo, corazón –dije besándolo en los labios

--Pero ¿Sabes una cosa que descubrí Ma? —dijo con un tono de preocupación en su voz

---Me he dado cuenta, que a mis amigos no les han enseñado sobre el sexo nadie de su familia como tú lo haces, ¿Por qué?

Le miré directamente a los ojos y le dije:

--Las leyes de la moral en la sociedad son muy rígidas, y no permiten estos encuentros entre padres e hijos, lo consideran, Mmm....Digamos; impropio, pero tampoco existe algo propio y documentado que ella practique rígidamente desde el comienzo de los tiempos. Se ha regido por la forma de pensar de las diferentes épocas, pueblos y lugares, según sus necesidades, costumbres o búsquedas del ideal humano.

En estos tiempos, las instituciones del Estado, o de las asociaciones religiosas son las que marcan la pauta del “ideal moral Humano” . La búsqueda de una Moral, o de leyes del comportamiento social, es muy antigua, se ha buscado por miles de años en diferentes sociedades. La Moral va cambiando según los tiempos y las diferentes sociedades, así que algo que en el pasado se consideraba malo, ahora en bueno y viceversa, así que no podemos hablar a ciencia cierta de una moral universal e inamovible.

Estoy Segura que muchas Madres a través de la historia lo han hecho y que otras también lo hubieran hecho, si no es por el prejuicio y el miedo a infligir esas leyes y recibir el castigo de la sociedad. Se de algunas otras que lo han hecho y su vida en familia se ha vuelto más plena y feliz, se mantienen más unidos y la concepción que tiene sobre el sexo es natural y abierta, fuera de conceptos caducos u opresivos. Por ello no dejes que te influya lo que opinen los demás, ni lo que hayan o no hayan hecho tus amigos, sé capaz de discernir y obtener lo substancial y lo provechoso de las experiencias que obtengas. –dije cariñosamente y continué.

--Así que siéntete afortunado de las experiencias que estas viviendo, y ponlas en practica con honestidad y sinceridad en tu vida y ante los demás en su momento, pero en estos momentos, hazlas muy tuyas, que solo tú y nosotras sepamos de ello, nadie más, porque a fin de cuentas somos nosotras a quien nos interesa tu felicidad. –dije besándolo en la mejilla, él me devolvió el beso y preguntó:

--¿Oye Má, las chicas son siempre como tú?

--¿De abiertas y dispuestas te refieres?

--Sí.

--Por lo general no, yo soy así porque he tenido varias experiencias que han modificado mi conducta huraña y tímida con respecto al sexo, y me he dado cuenta de cuantas ideas erróneas y falsos conceptos tenía en mi cabeza que me impedían disfrutar del sexo plenamente, claro, todo ello sin ofender ni hacer daño a nadie. Pero las chicas obviamente, solo tiene el modelo a seguir de sus Madres y si ellas están atadas como lo estuve yo, se repetirá la historia con ellas, en el mejor de los casos, pero en el peor se lanzarán al sexo sin conocimientos ni cuidados y eso es muy grave.

Te encontrarás con chicas neófitas en la sexualidad, y es ahí donde tú demostraras todo lo que has aprendido conmigo, pero no me refiero a posiciones sexuales, ni como obtener más placer, sino a instruirles en la responsabilidad y peligros que conlleva una relación prematura como: enfermedades, embarazo, angustia, sentimientos de culpabilidad, depresión etc.

Debes de demostrarles tu respeto por el cuerpo femenino; tu admiración por la maravilla del Don de la vida que se desarrolla en sus cuerpos; su delicadeza y fragilidad y sobre todo el respeto pleno a su voluntad: nunca debes obligar a tu pareja a hacer algo en el plano sexual, en lo que no esté de acuerdo, ya que no sería sano para los dos y conllevaría a situaciones más peligrosas. Cuando uno de los dos se niega a algo, o sufre a consecuencia de las acciones de su pareja, la relación va por mal camino y el sexo nunca será libre y pleno entre los dos.

Tomo con fuerza sus manos mientras le digo:

--Yo he accedido a tu curiosidad, a todo lo que quieras aprender, a todo lo que quieras hacer conmigo: porque te amo, el amor no pone obstáculos a nada, si amas profundamente a tu pareja, y ella a ti, se sentirán libres y seguros ante el mundo cambiante y no harán caso a sus prejuicios.

Rene me miro profundamente con sus ojos claros y soltando mis manos me abrazó fuertemente y permanecimos así durante varios minutos sin decirnos nada, solo sentíamos el calor de nuestros corazones.

De súbito se separa de mí y pregunta:

--¿Oye, a todas la mujeres les gusta chupar el pene?

Su pregunta me hace sonreír y le contesto sinceramente

--Mmmm... No, por lo regular pasa lo mismo que con la penetración anal; no le encuentran el gusto, ya que lo sienten como si chuparan un dedo, no le encuentran el placer al principio, pero cuando saben que para el hombre es un cúmulo de sensaciones placenteras, que los vuelven locos como tú dices, nosotras, lo hacemos para darles placer y gozamos al verlos gozar. Ya cuando lo practicas constantemente, puedes tener un orgasmo con solo chuparlo, todo depende del órgano sexual más importante del cuerpo: El Cerebro.

--Sabes lo que no nos gusta a nosotras la mujeres del coito? --pregunté a mi vez:

--¿No?

--El que el Hombre solo busque su satisfacción y al obtenerla: se de la media vuelta y se ponga a dormir. Nos gusta que nos besen: miles de besos por todo el cuerpo; Que nos abracen y acaricien: miles de caricias; Que nos mimen y que nos digan palabras de amor; Que nos hagan sentir deseadas, necesitadas por ustedes, ¡Eso es lo más importante!. --dije emocionada

--¿Entonces la penetración no es tan importante? –preguntó confundido

--¡Claro que la penetración es muy importante! Pero es parte del acto sexual, no el acto en sí, sino una parte de él. Veras, te lo explicare parte por parte: El acto sexual comienza cuando el deseo es patente en las dos personas, cuando por medio de señales consientes e inconcientes se comunica a la pareja o a la posible pareja, tu deseo de unir sus cuerpos, después se confirman esos deseos de una forma verbal y luego de manera táctil, o sea con caricias, en esta etapa pueden pasar decenas de minutos, según tu “urgencia sexual” hasta conseguir un estado de excitación comparable entre los dos.

Después, del mutuo acuerdo, se pasa a la etapa“activa” que es propiamente la penetración, que tiene que desembocar en el orgasmo de los dos, no necesariamente al mismo tiempo, que por otra parte sería lo ideal, sino que cada uno logre el suyo según su grado de excitación y ritmo, pero eso sí, que quede muy claro para ti: que el orgasmo sea experimentado por los dos, preferentemente la Mujer primero, para lograr llegar a un éxtasis pleno y prolongado en donde las caricias y besos abunden por parte de las dos partes. Después en la siguiente etapa que es propiamente de recuperación, en donde los cuerpos permanecen abrazados y prodigándose caricias, hasta reactivar de nuevo el deseo sexual y entrar en una nueva etapa “activa” y así repetir el ciclo indefinidamente según las capacidades de cada quien.

René me miraba absorto, imaginado cada etapa, y demostrándome lo que pensaba con su pene erecto y rojo que él se acariciaba cada momento.

--¿Porqué dicen que el olor de la vagina, es como el del pescado? --preguntó

-- ¿La mía huele así? -- le interpelé a la vez como respuesta

--No

--Entonces no toda huelen así, veras; La vagina es un lugar oscuro, cálido y húmedo, el sitio ideal para que las bacterias de todo tipo se reproduzcan sin dificultad, pero a pesar de que su grado de acidez es alto, para destruirlas, ellas han logrado adaptarse perfectamente a ese lugar. Por ello nosotras las Mujeres, luchamos constantemente para mantener nuestra vagina lo más limpia y saludable posible, ya que el tener una flora bacteriana grande y variada podría desencadenarnos melanomas, o infecciones muy severas. Te pudo asegurar que según el grado de olor que despida una vagina es la cantidad de bacterias que contiene, entre más desagradable o de olor a “pescado” más bacterias peligrosas contiene.

--¿Y como la limpian?

--Existen varias formas, desde lavados vaginales, hasta soluciones antisépticas en diferentes presentaciones.

René mantenía mucha atención a lo que le decía y por momentos parecía que meditaba, para de nuevo recibir un nuevo asalto de curiosidad y hacer la siguiente pregunta.

--¿Y las “malas palabras” que decimos... está bien que las digamos?

--No existen las malas palabras, lo que ofende es la intención con que se dicen, si dices “Manzana” con ira se oírla como una maldición, pero si la dices con ternura, pareciera una palabra de amor, así que el decirlas mientras hacemos el amor, solo acrecienta nuestro deseo y nos excita más, mucho más, me encanta decirte que ”cojas a Mami por el culo” por ejemplo, siento un gran placer al decírtelo, me excita y ayuda a acelerar mi orgasmo.

--A mi también me gusta que me las digas --dijo con la cara roja, y de nuevo preguntó:

--¿Sí hacemos mucho el amor puedes quedar embarazada?,

--Con los métodos de hoy, es muy difícil que suceda algo así, ya que son muy efectivos todos ellos, como: las píldoras anticonceptivas; el condón; la espuma espermaticída; los dispositivos intrauterinos, etc. Sin embargo puede pasar, pero despreocúpate no pasará. –dije besándolo en la frente tiernamente.

--¿Y tú qué usas?

--Yo uso el anticonceptivo oral, es una píldora diaria como esta. –dije mostrándole una de ellas.

--¿El Tío David es mejor que yo en la cama?

Su pregunta me sorprendió, porque se apartaba del tema que teníamos, pero supe a donde quería llegar, así que le contesté con franqueza

--Es diferente. Su amor es maduro, sin tanta pasión o urgencia, mas erótico, romántico y sensual, el tuyo en cambio es ¡fuego!, ¡pasión!,!lujuria! es más activo; urgente; tierno; amoroso. Me identifico con los dos, pero prefiero el tuyo porque existe mucho amor.

--¿Qué pasa cuando hay una penetración anal?

--Se dilata el ano, dejando pasar a el Glande lubricado sin problema, pero cuando intenta entrar al recto que es un músculo cilíndrico compacto, es donde empiezan los problemas ya que está hecho para dejar salir, no entrar, así que tu pareja debe de estar relajada y cooperar al no intentar cerrar su recto, cuando el pene ha entrado; la sensación es muy extraña y dolorosa, sientes entumido el vientre y a los pocos minutos toda el área del ano y recto la sientes caliente y picante.

--¿Qué pasa con mi pene al contacto con las bacterias de tu recto?

--Nada, mientras no exista una lesión en tu pene por donde puedan entrar al torrente sanguíneo, las bacterias permanecerán sobre tu piel unos momentos y después morirán, pero no esta demás protegerte con un condón.

--¿Y por parte de ella...?

--Cuando de antemano se sabe que se tendrá un coito anal, tu pareja dejara de comer una tarde, y evacuara antes del mismo, así no se tendrán “accidentes embarazos”, pero si el hacerlo es espontáneo, después de la copula, lavarás tu pene con agua y jabón, y !listo para la siguiente copula! – exclamé pícaramente y apunté:

--Haa, otra cosa, cuando hayas tenido una penetración anal y luego inmediatamente después desees hacer una vaginal, no lo hagas, ya que las bacterias que existen en el ano pasarían a la vagina y ahí se reproducirían rápidamente, ocasionando una infección importante en tu pareja.

Le vi en la cara que aún persistían varias dudas así que abundé:

--Cuando intentes hacer con tu pareja una penetración anal, no la fuerces s porque lo único que conseguirás es lastimarla y que no quiera hacerlo nunca más. Para lograr una penetración anal, se necesita tiempo y dedicación de ambas partes, primero, tienes que preguntarle, qué es lo que piensa sobre la penetración anal, y si es receptiva, ya tienes camino andado, pero si no lo es, tienen que platicar mucho del tema para que lleguen a un acuerdo y así ella cambie su manera de pensar e intente hacerla alguna vez.

Después, viene el ensayo, esto es; que tienes que introducir en su ano, objetos delgados como un consolador pequeño y de diámetro reducido, para que ella se acostumbre a sentir un cuerpo extraño en su recto, lo harás como juego sexual por pequeños intervalos, mientras hacen el amor, e irán aumentado la frecuencia y el diámetro del objeto conforme se vaya habituando a él. Deben de usar solamente juguetes sexuales, no objetos comunes como un pequeño tubo, ó algún envase, ya que se pueden perder dentro de ella y sería un problema grave, los que venden en las tiendas sexuales tiene un amplia base que impide que penetre completamente y esos son los más adecuados. Recuerda que el recto está diseñado para dejar salir, no para dejar entrar, entonces las sensaciones que sentirá tu pareja al principio le serán desagradables, pero conforme se vaya habituando, encontrara gran placer en ello, eso te lo aseguro --dije coquetamente.

René ponía mucha atención a cada palabra que salía de mi boca, así que decidí abundar más

--El ano tiene muchas terminaciones nerviosas, al igual que el periné; que es la parte que se encuentra entre el ano y la vulva, los cuales, si son estimulados, intervienen en el orgasmo y si las unes a las vaginales, tu pareja descubrirá unas sensaciones increíbles que acrecentarán su placer.

--¿Tú como lo descubriste? --preguntó con la cara roja de excitación

--Tú tía Norma me enseñó, así como te lo he explicado, lo hizo conmigo, y ahora disfruto tanto del sexo anal como si fuera vaginal y si combinas………

Callé ante lo que iba a decir, ya que recordaba en ese momento cuando Miguel y Luis me poseyeron al mismo tiempo y el placer tan maravilloso que recibí, pero no podía decírselo...aún.

--..Si lo combinas –dije retomando la oración-- con una penetración vaginal y una anal, con algún juguete sexual por ejemplo, a ella la llevarás a las nubes. –dije ya excitada por solo imaginarlo.

--¿Tú lo gozas mucho Má?

--¡Claro!, es una delicia para mí cada vez que lo hago, y si es contigo ¡Es lo máximo!. ---dije acariciando su pene erecto y palpitante, ya listo para nuestro siguiente encuentro.



La permanencia en casa se hizo más divertida y excitante, tanto René, como para nosotras, tratábamos de permanecer más tiempo en casa para propiciar las oportunidades de tener un encuentro excitante con René claro, sin desatender nuestras responsabilidades de amas de casa y Madres.

Mientras tanto, René iba muy bien en sus estudios, estaba por terminar la preparatoria y quería estudiar la carrera de Ingeniería Civil. Por sus meritos en el estudio y en el deporte, la Universidad del Norte se había fijando en él y le había ofrecido una beca, pero antes tenía que terminar con buenas calificaciones lo que le restaba del año. René estaba muy entusiasmado, y por supuesto que yo y toda la familia también, pero la idea de tenerlo lejos de mi lado no llegaba a agradarme del todo.

René comenzó a tener una vida sexual demasiado activa diría yo, pero mientras fuera con nosotras que le amábamos, no tenía objeciones. Sabía que ya andaba saliendo con chicas de su edad e incluso pretendía a más de dos, por ello le dije que si por alguna razón tenía relaciones sexuales con alguna chica, por favor me avisara antes de tenerlas con nosotras. Le recordé lo que le había enseñado sobre las enfermedades veneras y su transmisión, no quería amanecer un día con alguna enfermedad que él nos contagiara. Él entendió nuestra preocupación y estuvo de acuerdo, pero nos pidió que no nos preocupáramos, ya que ninguna chica le atraía sexualmente y “menos teniendo en casa a las más hermosas” dijo pícaramente. No me dejé impresionar por sus palabras y le miré fijamente retomando la platica, René me miro seriamente y dijo:

--Te prometo que si llegase a suceder, te lo diré.

Esa semana René me dio una gran satisfacción cuando se presentó muy contento con los resultados de sus exámenes escolares, que como siempre fueron magníficos, así como varios reconocimientos a su dedicación y aprovechamiento, pero lo que más nos alegró en casa fue el otorgamiento de la beca oficial por parte de la universidad del Norte, que a la postre haría que se fuera a estudiar a esa Ciudad.



El descubrimiento del sexo, traía a René de cabeza, quería hacerlo a toda hora y en cualquier lugar, a Norma y a mí no nos desagradaba, muy por el contrario, nos complacía enormemente siempre y cuando no fuera en situaciones comprometidas ó cuando estuviéramos ocupadas, pero en la realidad siempre accedíamos a sus ruegos amatorios.

Un día que estaba estudiando porque tenía examen de Matemáticas, salió de su habitación 5 veces, en todo el día y solo para penetrarme 3 veces a mí y dos a Norma, según él para bajar su grado de estrés y relajarse. Le dije en tono de broma, que pasara la voz entre sus compañeros para que contrataran nuestro servicio “antiestrés” por una módica suma. A René no le cayó bien nuestra broma, así que ya no volvimos a tocar el tema, pero en realidad no nos importaba la excusa que diera en el momento, ya que siempre gozábamos grandemente con nuestros encuentros.

. Yo siempre he sido muy afectuosa con todos a los que amo, me gusta abrazar, acariciar y besar sin limites a toda mi familia, quizá me hayan dicho alguna vez que soy muy melosa con todos, pero me gusta mi forma de ser y sé que el contacto con otro ser humano desde la infancia, forma seres seguros de si mismos y amorosos con los demás. Norma y David Padre, no son así, quizá la diferencia más grande entre sus hijos y mis hijos, sea el poder demostrar lo que sentimos sin prejuicios o miedos, demostrando nuestros sentimientos y afectos de una manera total. Quizá eso me haya orillado a hacer todo lo que he hecho en mi vida sexual, pero no me he arrepentido en lo absoluto por lo que he hecho, muy por el contrario me siento plena y dichosa por todo lo recibido.

Me encantaba la fogosidad de René que no respetaba lugar ni circunstancia, incluso cuando lo llevábamos a la escuela Norma o yo, antes de bajarse del auto en el estacionamiento, nos pedía que le mamáramos el pene hasta que inundaba nuestras bocas con su esperma. Realmente nos acostumbramos a tener un “desayuno de alta proteína” todos los días, aunque en pocas ocasiones cuando comenzaba a bajar la cremallera de sus pantalones, me detenía y me decía que se sentía muy cansado ó que no se sentía excitado.

Mientras alguna de nosotras se encontraba con Rene, la otra estaba ingiriendo otro desayuno de “alta proteína” con el señor de la casa.

. Increíblemente, descubrí que por esta práctica, sabía qué era lo que ingerían fuera de lo normal en su alimentación. Cuando saboreaba la esperma de Samuel, al final me dejaba un sabor amargo en mi lengua, después supe que era por las drogas que consumía, tanto cocaína como marihuana, así que a René, le hacía el “ antidoping” todo los días, en especial cuando salía con sus amigos a una fiesta. Al día siguiente antes que se levantara me metía en la cama junto a él y le acariciaba todo su cuerpo hasta que se excitaba ( En realidad pocas veces tuve que hacerlo, porque todas las mañanas despertaba con una erección magnifica) después tomaba su pene y comenzaba a besarlo hasta que llenaba mi boca con su deliciosa esperma, pero si él decidía mejor penetrarme, dejaba que lo hiciera hasta que notaba que se encontraba a punto de eyacular entonces rápidamente, me separaba de él, tomaba su pene brillante por mis jugos y lo metía en mi boca recibiendo su preciosa simiente. En fin, una madre tiene que estar al pendiente de la buena alimentación y de los pasos de sus hijos.

En varias ocasiones, me tomaba por sorpresa en la cocina y tras quitarme las bragas, me sentaba sobre la mesa y habiéndome las piernas, se hundía en mi. Por supuesto que siempre estaba al pendiente de lo que sucedía a mi alrededor, si se encontraban los niños en casa o no, ó si David mi Cuñado, estaba por llegar. Si tenía la menor duda de que pudieran descubrirnos le pedía a René que esperara un mejor momento.

Cuando nuestros encuentros eran apurados ó con cierto grado de peligro, por lo regular no llegaba al orgasmo, solo René desahogaba su urgencia y yo tenía que esperar hasta la noche, para que en un nuevo encuentro, obtener mi satisfacción, y con Norma sucedía lo mismo.

Nos gustaba la insolencia que mostraba en cada situación, por supuesto que a nosotras nos encantaba el ser penetradas en diferentes momentos o situaciones. Él agregó una nueva aventura a nuestras vidas, esa aventura que ya la teníamos muy empolvada.

El continuo viajar de mi Cuñado al extranjero, abría los espacios para que René los llenara con su fogosidad, pasábamos noches enteras en donde el orgasmo era el rey y nosotros sus más fieles súbditos. Su juventud y vigor nos inyectaba ánimos y nos dejaba la ilusión de ser igual de jóvenes que él por un momento, aunque ¡claro!, al día siguiente regresábamos a la amarga realidad.

La etapa de “instrucción” de René duró unas pocas semanas, pero lo más difícil para mí era dejar de hacerlo, algo dentro de mí se resistía a dar por terminada nuestras relaciones, ya que siempre inventaba nuevos miedos para decirme a mi misma:... “no aún no es tiempo”, ¿Y si cae en manos de prostitutas que lo lastimen? Ó ¿Y si embaraza a alguna chica por descuido o inexperiencia?, ¿Y si contrae alguna infección? Y al final, claro, me decía que aún no estaba listo, pero muy dentro de mí sabía que tenía que terminar con esto antes de que él se acostumbrara tanto a nosotras que no intentara hacer una relación con otras chicas y nos hiciera daño a todos.

Pero eso parecía estar aún muy lejos, ya que convivía con muchos amigos y amigas en la escuela, siempre inventaba situaciones diferentes que hacía divertido excitante el copular con él. Conforme pasaba el tiempo, cada vez David me sorprendía más, es curioso pero aún viviendo en la misma casa y por muchos años, no se llega a conocer perfectamente a los miembros de la familia y menos aún a nosotros mismos,!Quien dijera que aquella ama de casa sumisa y recatada que yo era hacia unos años, se trasformaría en la Mujer ardiente, lujuriosa, desinhibida y altamente sexual en la cual me he convertido!

Paso así más de año y medio en donde nuestros cuerpos nunca se cansaron de acariciarse y besarse con admiración y amor. Nos sucedieron en ese lapso infinidad de situaciones divertidas y excitantes, otras embarazosas, y algunas, pocas muy comprometidas, pero el balance siempre fue delicioso.

No podía mantener por más tiempo mi indefinición de terminar con nuestra relación sexual, así que aprovechando la beca de la Universidad decidí hacerlo. La noche antes de su partida hicimos el Amor de una manera intensa y especial, mis sentimientos afloraban en mi piel como si cada poro fuera una minúscula boca que gritara mi tristeza porque ya nunca más sentiría su piel, ni sus besos lujuriosos, ni sus manos firmes en mis caderas, ni sus labios en mis pezones, ni su aliento entrecortado en mi cuello.. ya nunca más. El cansancio llegó y el sueño cerró nuestros ojos, sumiéndonos en el mundo donde todo es posible.

El alba hirió mis ojos cerrados, haciéndome despertar, sintiendo a mi lado el cuerpo caliente de René que dormía placidamente. Me giré despacio y comencé a besar sus pecho dulcemente. Tardó algunos minutos en despertar, y cuando abrió sus ojos me miro con esa mirada dulce que solo él tiene y tomado mis manos las beso tiernamente. Yo le cubrí el rostro de besos y le dije:

--René, he vivido contigo unos de los momentos más hermosos de mi vida, desde que te esperaba en mi vientre, pasando por tu nacimiento y primeros pasos en esta tierra, hasta las alegrías que nos dabas con risas y tu paso por la escuela, y ahora con el calor de tu cuerpo satisfaciendo de placer el mío, y llenándose de tu preciosa semiente, pero todo tiene un fin. –dije grave, mirándole a los ojos fijamente--.

--Te aseguro que eres ya todo un hombre, que sabe satisfacer a la mujer más exigente en la cama, ahora debes aprender a satisfacerla material y espiritualmente, por ello debes labrarte un futuro con responsabilidad, con ambición y con Amor.

Pasando mi lengua por mis labios secos por la emoción y la tristeza continué:

--Tú y yo, no volveremos a hacer el amor nunca más, ni tampoco lo harás con Norma, debes de ser conciente de que lo que te enseñamos y dimos fue algo grande y precioso que solo a muy pocos se les da, y lo hicimos con gran amor de nuestra parte. Grábate en la mente que lo que te hemos enseñado sobre le amor, fue para que seas hombre gentil; caballeroso: sensitivo; prudente, magnánimo, para que sepas recibir y dar placer y seas muy, muy amoroso con la que escojas por esposa. En ninguna forma, lo verás como un cúmulo de experiencias para hacer el amor con diferentes chicas mancillando su honor y su espíritu. Te hemos dado mucho, mucho más que la mayoría de las Madres dan a sus hijos adorados. Por ello, valora en tu corazón lo que has recibido de nosotras y transfórmalo en amor hacia los demás.

Callé, porque en mi garganta se había formado un nudo que ya no me permitía hablar, mientras hacia ya varios segundos que había dejarlo de verlo, por mis ojos anegados de lágrimas.

René tomó de nuevo mis manos y las beso tiernamente mientras decía:

--Sí, Má, así lo haré, ---dijo abrazándome fuertemente y agregó:

--Te amo Madre, te amo mucho, mucho. –su voz se quebró y calló

Pasamos varios minutos fundidos en un abrazo en el que solo nuestros corazones se comunicaban.

Después le pedí que regresara a su habitación y yo hundí mi cara entre las almohadas soltando todo mi llanto.



La experiencia que tuve con mi hijo fue única; diferente; intensa; deliciosa, los sentimientos que nacieron en mí durante esos meses, no se han vuelto a repetir en nadie más.

No escribí esta historia como catarais o intentando justificar mis actos, porque el admitir que así lo hice, sería admitir que cargo con algún sentimiento de culpa, nada más alejado que eso, simplemente tenía que decirlo porque ya no cabía en mi pecho la felicidad tan grande que fue tenerlo entre mis brazos y amarlo intensamente.​
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