La hermana testiga

Donan

Virgen
Registrado
Jul 25, 2017
Mensajes
19
Likes Recibidos
15
Puntos
0
Tocaron a mi puerta los famosos y amables
testigos de Jesús. Casi estaba por marcharme.

-Me permite un momentito joven.

Eran dos personas: una señora de unos
treinta años y una chamaca.

-Yo me llamo Chelsea. Vengo de otro país.
Estoy de misión.

-Hermana Chelsea, últimamente me he
sentido muy mal. ¿Podría ayudarme?

-Claro joven. Vendré a leerle la palabra
de Dios.

De no ser porque Chelsea estaba extrema-
damente buena, jamás me hubiera
permitido perder el tiempo de
aquella forma.

-Chelsea, me siento muy solo. Necesito
amor. Necesito a alguien.

-¿Pero yo que puedo hacer?. dijo ella.

-Chelsea podrías ayudarme. Soy un
alma en pena. Déjame besarte por favor.

Los labios de Chelsea eran muy agradables,
su color rosado, además muy suavecitos.

Chelsea venía cada semana a lee la
palabra.

-Chelsea, me he sentido muy triste. Tus
besos me reconfortan. Nos hundimos en
una serie de besos apasionados. Yo bajé
mi mano lentamente hasta llegar en
medio de Chelsea.

-¿Qué haces?- preguntó ella.

Yo no dije palabra alguna, solo seguí
jugando con mi mano.

-¡No!, espera- dijo ella agitada.

Yo continué, ya ciego por la pasión.

-¡Noo!- gritaba Chelsea.

Inmediatamente desabroché su falda
larga y la blusa que llevaba puesta.
Un hermoso cuerpo iba quedando al
desnudo lentamente. Me apresuré
a desvestirme. Chelsea se agitaba y
forcejeaba.

Yo penetré con fuerza. Los hermosos
ojos verdes de Chelsea derramaban
lagrimas.

-¡Yaa!- su boca emitía sonidos de piedad.

Mis deseos y mi miembro se regocijaban
adentro de ella.

<Hermosa palomita blanca nos mandó
nuestro Señor>
 
Última edición:
Arriba Pie