La Esposa de un Amigo 1

heroher

Virgen
Registrado
Jul 31, 2012
Mensajes
238
Likes Recibidos
50
Puntos
0
Eran apenas las seis de la tarde y el Niga y yo íbamos ya bien tomados y poniendo rock del bueno en el equipo de sonido. El George conducía y trataba de mantenerse sobrio, pero igual no dejaba de joder y de gritarle improperios a las nenas que deambulaban por las calles.
Nos dirigíamos a la casa del Charlie a tomar birras y jugar dominó. Los tres íbamos medio cachondos ya que habíamos estado buceando y flirteando con las vendedoras de la licorería, unas catiras de calendario que para que les cuento, como Pamela Anderson en sus buenos tiempos.
Llegamos al edificio y el Charlie nos estaba esperando en la planta, bastante tomado y con un trago de casi whisky en la mano. Descargamos las cajas de cerveza y subimos los trece pisos por las escaleras, el fuckin ascensor estaba dañado. Cuando al fin llegamos al apartamento estábamos mamados y entramos tomando birras para refrescarnos.
Había burda de calor en el apartaco, y se puso más caliente cuando a la sala entró Kika, la esposa del Charlie, una morenaza que siempre había deseado pero qué coño, es la esposa de un amigo. Supongo que por el calor estaba vestida (o medio vestida) con una ramerita blanca que le dejaba el ombligo afuera y presionaba sus hermosos senos, y un short de jeans desteñidos, bastante cortos que dejaban a luz sus contorneadas piernotas. Estaba descalza y con un moño que le recogía el cabello. Saludos y abrazos de rigor.
Nos instalamos en la sala a jugar dominó y a esperar el juego de los Yankees que darían en la tele. Mientras continuábamos con la tomadera de curda indiscriminada Kika entraba regularmente a la sala a llevarnos tequeños y comidilla de picar. Tanto el Niga, el George y yo no perdíamos ocasión de echarle el ojo, pero solo eso porque coño, es la esposa de un amigo.
Llegada la hora del juego de los Yankees anunciaron por la tele que estaba suspendido momentaneamente por lluvia. Todos mentamos la madre. Ya estábamos bastante alcoholizados para seguir con la partida de dominó, así que el Charlie comenzó a hacer zapping por los canales de su tv por cable, hasta que llegó a un canal porno. Ahí lo dejó entre risas y pitas de los presentes.
Kika entró a la sala con una bandeja y miró aquello. Se sonrojó un poco pero lo tomó a chiste y volvió a la cocina. Dicha cocina tenía acceso directo a la sala, y yo si notaba que la Kika mientras cocinaba y se tomaba una birra no dejaba de ver las escenas sexuales que se daban en la tele.
En la película que estaban dando una catirota se tiraba como a cinco tipos en una orgía de campeonato mundial. Nosotros seguíamos con la jodedera, pero era evidente que entre el exceso de alcohol, los cigarros y ese sexo audiovisual todos estábamos ya bastante cachondos. En ese momento entra Kika a la sala con una nueva bandeja llena de frituras.
- ay chicos, estoy agotada, ya no cocino más - dijo mientras se sentaba en el mueble individual de la izquierda donde estaba Charlie. Niga y yo estábamos en el mueble central para tres personas, y el George casi que acostado en un tercer mueble.
- tranquila - dije - ya nos has consentido bastante.
- Si quieres cambiamos de canal - dijo el George.
- No cambien nada - dijo el Charlie evidentemente borracho - estamos jodiendo con esa película.
Nadie dijo nada. Continuamos tomando y jodiendo, pero ya no igual, porque estaba ahí Kika y coño, es la esposa de un amigo.
A la catira de la película se la tenían penetrada por todos lados y la escena era bien caliente y salvaje. Obviamente el Charlie también estaba cachondo y le daba besos a su mujer en el cuello y le acariciaba las piernas. En un momento incluso le acaricio la entrepierna y le tocó la concha por sobre el pantaloncito de jeans. Kika apartó sus piernas del alcance de su marido un poco apenada. Me miró y yo aparté la mirada, como si no hubiese visto.
- Te quiero coger - le susurró Charlie a Kika en el oído, pero estaba tan borrado que no lo dijo tan bajito y creo que todos los de la sala lo escuchamos, aunque nos hicimos los desentendidos.
- Estas borracho Charlie - dijo Kika un poco molesta mientras se levantaba y regresaba a la cocina. Aunque cuando se levantó trastabillo un poco, y por su caminar me di cuenta que también estaba un poco mareada por el alcohol.
Charlie también se levantó con dificultad y se fue tras ella.
A los dos minutos salí de la sala con la excusa de ir al baño, después de mear me acerqué con sigilo a la cocina y pude ver a Kika sentada de piernas abierta sobre un mesón pequeño, con la ramera subida hasta al cuello, el Charlie que estaba sin pantalones le chupaba las tetas y le metía mano dentro del pantaloncillo de jeans. Kika dejaba escapar unos gemidos bajitos y ahogados, y con una de sus manos trataba de excitar el miembro adormecido de su marido, supongo que por lo borracho que estaba no se le paraba.
De pronto Kika subió la mirada y me vio, yo del tiro caminé el trecho cortico entre la cocina y la sala, pero antes de poder sentarme en el mueble escuché un ruido de ollas y platos rotos en la cocina. Los tres corrimos a ver qué había pasado. El Charlie, borracho hasta el cuello, se había caído y tumbado un poco de vainas. Entre los cuatro ayudamos al Charlie a ponerse en pie y como pudimos lo llevamos hasta su habitación. Cuando por fin lo acostamos en la cama el Charlie cayó dormido, la Kika se dio cuenta que aún tenía la ramera subida y las tetas al aire, sin contar que tenía la bragueta del pantaloncillo abierto, mostrando el comienzo de su depilada y húmeda concha.
- Oh cielos - dijo avergonzada y poniéndose de mil colores.
- Tranquila no ha pasado nada - dijo nerviosamente el Niga.
Y por más que nada hubiese pasado, los tres continuábamos allí mirándole las tetas y con las vergas excitadas que se notaban debajo de los pantalones. Ella trataba de excusarse con el cachondeo de su marido, pero tampoco dejaba de mirarnos los bultos cada vez más grandes.
- Ya, ya, tranqui - le dijo el George poniéndose a sus espaldas, la rodeo con sus brazos, y lentamente le tomó la ramera y se la bajó, momento que aprovechó para acariciarle los senos con cierto descaro.
- Haaa - se le escapó un gemidillo que la avergonzó un poco más. Era evidente que el Charlie la había dejado muy excitada.
- Deja que te ayude - dije mientras con mis manos tomaba su bragueta para cerrarla, simulé que estaba un poco atorada y le acaricié la parte superior de la rajita con uno de mis dedos.
- Hoooo - esta vez sí que no se molestó en tratar de ahogar el gemido.
Ante la evidente excitación no le cerré la bragueta y dejé mi dedo colocado allí rozando la rajita. El Niga no sabía qué hacer, solo sudaba y se acariciaba los huevos por sobre el pantalón. El George aún se mantenía sujetando la ramera. Fue entonces cuando la misma Kika le tomó las manos al George y se las colocó en los senos. Este lo tomó como una autorización y se los comenzó a masajear. Kika ahora gemía sin rechistar. Vista la situación delicadamente le bajé los pantalones y las pantaletas al mismo tiempo hasta los tobillos, y sin apuros le coloqué una de mis manos entre las piernas, comenzando con una suave masturbación.
El George ya le había sacado la ramera y le frotaba las tetas mientras le relamía el cuello. Kika se pegaba a su cuerpo frotándole el pene sobre el pantalón con sus desnudas nalgas. Con su mano derecha acompañaba a la masturbación que yo le estaba dando, y con la izquierda... sorpresa! comenzó a pajear el guevo negro y desnudo del Niga, que ya se había sacado los pantalones.
- Verga, estas aguevoneado no? - dijo el George con sarcasmo y entre risas.
De pronto el cuerpo sin ropa de Kika se vio cubierto de bocas y labios que la atacaban por todos lados. Kika se dejaba hacer pero no permanecía inactiva, respondía con besos y lenguazos a cualquiera de las bocas que se le acercaban, y sus manos atenazaban y masturbaban las vergas que se le iban turnando.
El George se le colocó en frente y con la brusquedad que lo caracteriza la tomó por los hombros y la empujo abajo, obligándola a arrodillarse, Kika atrapó la cabeza del pene con sus labios y comenzó la chupar ruidosamente, mientras con sus manos nos masturbaba a Niga y a mí, uno a cada lado.
- Esto es lo que se llama "Mamar en Cruz" - dijo el George soltando una carcajada.
Los tres nos fuimos turnando para que ninguno quedara sin recibir su mamada. De pronto el Niga, alto y negro como era, cargó sin problemas a Kika y la depositó en la cama al lado de su marido que continuaba dormido ajeno a todo lo que pasaba.
- Aquí no, que... que... está Charlie - Dijo Kika mostrando un poquito de cordura, aunque su cuerpo realmente lo que estaba pidiendo era polla.
El George se acostó en la cama entre Kika y Charlie, la tomó por la cintura y la puso de lado de frente a él, y le puso la verga entre las piernas, se movía hacia atrás y hacia adelante, rozándole la raja con la cabeza del guevo pero sin llegar a penetrarla. Yo estaba de rodillas a sus pies meneándome la polla esperando mi momento.
De pronto Charlie hizo un movimiento como que se despertaba y se cayó de la cama. El George se paró de la cama para ver como estaba, pero el Charlie seguía durmiendo como un bebé. Kika ni se enteró y quedó en medio de la cama boca arriba y con las piernas y el sexo abiertos. No perdí oportunidad y me acosté sobre ella, poniendo mi pene en la entrada del chocho húmedo.

- Estas segura de que quieres esto? - le pregunté.
- Si quiero - dijo aún tímidamente.
- segura?.
- que siiii - dijo casi rogando que se la metiera.
- quieres que te meta el guevo Kika? - le pregunté mientras le hundía un poquito la cabeza del pene.
- siii por favor - suplicó.
- no te escuchamos Kika - le dije - dinos que es lo que quieres.
- QUIERO GUEVO! QUIERO GUEVO! QUIERO QUE ME COJAN AQUÍ MISMO! NECESITO SENTIRME PENETRADA!!!! - gritó desesperada.
Satisfecho de hacerla sufrir un poco, la sujeté por las caderas, ella me rodeo la cintura con sus piernas, y entonces me hinqué a fondo y le ensarté mi pedazo de carne hasta el fondo. Gritó tan fuerte que pensamos que Charlie podía despertar, pero fue un susto momentáneo. Con cada nuevo embate que le daba, Kika soltaba grito tras grito, gritos que fueron enmudecidos cuando el Niga la tomó por la cabeza y le enterró la morcilla entre los labios. El Niga la tomaba con fuerza y literalmente le estaba cogiendo la boca.
El George se acostó a nuestro lado donde antes estaba Charlie, le chupaba las tetas a Kika mientras se meneaba el miembro con fuerza. El guevo negro de Niga entraba y salía de la boca una y otra vez, no le daba respiro a la pobre caraja y ni por error le soltaba la cabeza. Yo por mi parte seguía taladrando ese coño que se sentía caliente. La esposa de nuestro amigo estaba tan húmeda que podía escuchar como chapoteaba mi pene dentro de sus labios cada vez que se lo hundía.
- Apúrate coño! yo también quiero meterlo! - dijo George ya desesperado.
De pronto el Niga le sacó el guevo de la boca, para evitar correrse, resoplaba como una bestia aguantando la eyaculación. Kika aprovecho el momento para acomodarse, rodeo mi nuca con sus manos y subió un poco más las caderas, facilitando la penetración, la cabeza la tiró hacia atrás y pudo gemir a gusto.
Por un momento mis dos amigos quedaron solo como espectadores, viendo como le daba por el coño a aquel hembrón. Estaba disfrutando de ese chocho riquísimo, pero las miradas de mis amigos y sus pingas erectas me decían que querían su parte del pastel.
- Coño si! ya voy a terminar nojoda! - dije un poco molesto, aunque realmente me estaba cagando de la risa con la situación.
Me apoyé con firmeza sobre mis manos y pies y comencé a taladrarla con fuerza. Duro y rápido. A 200 penetraciones por minuto. Kika movía la cabeza para los lados enloquecida.
- Mierda! me voy! - grité.
Kika apretó mi cuerpo con sus piernas, obligándome a mantenerme hincado a fondo mientras me vaciaba. Juntos nos abandonamos a un profundo orgasmo. Podía sentir como los espasmos de su chocho me recorrían el pene. Que rico.
Apenas me salí hubo un breve forcejeo entre George y Niga para ver quien seguía. Aunque los dos son más o menos del mismo peso, Niga ganó a base de habilidad. Se arrodilló rápidamente en la cama, se echó las piernas de Kika sobre los hombros y la tomó por las caderas, sin esfuerzo alguno le metió media pinga en el coño. Kika apretó los dientes para no gritar. El Niga se inclinó más sobre ella, aplastándola toda con su cuerpo y dejándola patas arriba, indefensa. En esta posición dio un movimiento de retroceso y luego con fuerza se la metió toda. Ahora si Kika pegó un grito.
El cuerpo amarrado de Kika se perdía bajo la gran humanidad de Niga, que más que humano parecía un animal en celo, un gorila para ser más específicos, jiji. El Niga la penetraba violentamente y la ahogaba con sus brazos y cuerpo al tiempo que le pasaba la lengua por todo el rostro. Kika casi no podía respirar.
- Coño pana la vas a matar! déjala respirar! - Le dijo George a Niga al percatarse de la situación.
Niga rezongó algo molesto, pero no se salió del cuerpo de Kika. Mi oscuro amigo abrazó con fuerza a la hembra y rodó hasta quedar boca arriba, dejando a la esposa de nuestro amigo Charli arriba de él, sentadita y penetrada. Kika pudo al fin respirar un poco mientras se levantaba un poco apoyando sus manos en el pecho de Niga, este sin dejar de meter y sacar su morcilla aprovechó el momento y le estrujaba las tetas.
Kika estaba tan excitada y mareada que no se dio cuenta que el George se había colocado de cuclillas detrás de ella y le escupía el culo. Sonreí torvamente al descubrir las perversas intenciones de mi amigo. Jiji.
Con su mano derecha empujó a Kika por la espalda, haciendo que se recostara más sobre Niga y que alzara un poco las nalgas, con la otra mano se sujeto bien la base del pene y lo dirigió al apetecible culito de Kika. Con un poco esfuerzo la cabeza del miembro traspaso el límite y se alojo dentro del cuerpo femenino. Mientras el pene negro de Niga continuaba el mete y saca en la vagina. Solo cuando George empujó lentamente fue que Kika se dio cuenta de que había sido penetrada por el ano.
- Nooo! por el culo nooo! - grito Kika... algo tarde.
En otro breve arrebato de cordura, Kika intentó zafarse de la pornográfica situación en que se hallaba. Niga se dio cuenta y la atrapo con fuerza por las caderas y metiéndole la morcilla a fondo. George tampoco estaba dispuesto a perder su posición, así que la sujeto fuerte por los hombros y le hundió con violencia todo su mástil entre las nalgas. El grito fue aterrador y excitante.
Kika estaba atrapada en un delicioso y doloroso sándwich. Mis amigos le daban y le daban sin detenerse. Kika dejó de luchar por escapar y se abandonó al placer que le estaban propinando esas dos vergas. A mi esa visual ya me tenía excitado otra vez, por lo que me integré a la orgía. Me coloqué casi en la cabecera de la cama, con mis rodillas cerca de las orejas del Niga. El George adivinó mis intenciones y para ayudarme, se alzó un poco, y sin dejar de darle por el culo a nuestra amiga, la agarró por el cabello y la jaló con violencia. Kika abrió la boca para dar otro grito, momento que aproveché para meterle mi verga erecta hasta la garganta.
Kika se sorprendió y se sintió ahogada nuevamente. Nuevamente intentó escapar, pero todos la sujetamos firme. El Niga no le soltaba las caderas con sus garras, George casi acostado sobre su espalda la abrazaba y le res trujaba los senos, yo la tenía atrapada por la nuca y orejas para evitar que dejara de chuparme. Comenzamos entre todos a movernos y a disfrutar de la esposa de Charli. Ella, vencida, se dejaba ya penetrar por todos lados y a disfrutar de la orgía.
- Te quiero cogerrrr - dijo Charli de pie, al lado de la cama.
Todos nos quedamos paralizados al ser descubiertos por nuestro amigo. Sin embargo el susto pasó al darnos cuenta de la súper borrachera de Charli. Estaba tambaleándose allí de pie, pero realmente su mente estaba en otro lado. Balbuceo un par de palabras incoherentes y volvió a caer dormido en el piso. Todos nos miramos y... qué coño! continuamos la rumba!
Las vergas entraban y salían insistentemente. La concha mojadísima de Kika resbalaba rápidamente por la morcilla empalmada de Niga, mientras sus nalgotas y culo aceptaban ya sin problema el pene erecto de George, quien sudaba y resoplaba sobre su espalda. Al tanto chupaba con fuerza todo mi miembro, sus labios subían y bajaban, desde la base de mi guevo hasta la cabeza. La excitación, la velocidad de los movimientos, la sudoración de los cuerpos, los gemidos y gritos, todo llegó al clímax. Los tres penes desahogaron sus ganas y jugos dentro del cuerpo de Kika al tiempo que su orgasmo electrificaba toda la habitación. Bárbaro!!!
8:22 am del día siguiente.
Charli salió de la habitación con una gran resaca.
- Mierrrda! en qué momento me quedé dormido? -
- Te venció el sueño y el alcohol y sin decir palabra te fuiste a dormir - mintió George.
- Y Kika? - preguntó Charli.
En ese instante entra Kika con unas bandejas, estábamos todos desayunando en el comedor de lo más normal.
- Tranqui pana, Kika se portó como la mejor de las anfitrionas y nos atendió muy bien - dije, esta vez sin mentir, jiji.
Terminamos el desayuno y nos despedimos de la pareja. Bajamos hasta la planta baja del edificio y abordamos el auto del George. Pactamos no comentar lo ocurrido a los demás panas porque.. Coño, es la mujer de un amigo.

Día sábado en la mañana. Habían transcurrido dos semanas desde la orgía que nos montamos entre el Niga, George y yo con Kika la esposa de Charli. Aunque pactamos no comentárselo a ninguna persona, aquella orgía (relato: “Orgía con la esposa de un amigo”) era nuestro íntimo tema de conversación casi a diario. Yo por mi parte imaginaba cualquier alocado motivo que sirviese de excusa para contactarla sin levantar sospechas, pero eran sólo eso, ideas, imaginaciones.
Sin embargo, el reencuentro se originó solito, sin forzarlo, e irónicamente, orquestado por nuestro querido amigo Charli. Resulta que la feliz pareja había comprado a crédito un mueble sofá-cama, y recién concluían de pagar el último giro, ya solo restaba ir a buscarlo a la tienda.
Charli nos pidió que le ayudásemos no sólo a transportar el mueble de la tienda a su edificio, también a subirlo hasta su apartamento en el piso trece, y por las escaleras ya que el ascensor está dañado. Casi que nuestro amigo nos suplica de rodillas, hasta nos prometió compensarnos con una caja de cerveza.
Varias cosas nos motivaron al George y a mí. Por un lado tomarnos unas birras sin ningún costo económico. Segundo el cargo de conciencia que teníamos de habernos raspado a su mujer.. Sentíamos que le debíamos algo. Y tercero… la oportunidad de vernos nuevamente con Kika y quién sabe…
Casi es mediodía y vamos en el auto cargando con el sofá-cama. George va adelante conduciendo con Charli de copiloto, yo sentado en el puesto de atrás me encargaba de sacar unas cuantas cervezas de la cava que siempre llevamos de reserva. Por el retrovisor podía notar los ojos diabólicos del George, con su mirada me indicaba que le diera bastante cerveza a Charli, quizás se ponía borracho como la última vez, jiji.
Llegamos al edificio y, lamentablemente para nosotros, Charli se notaba bastante sobrio, ni siquiera estaba tomado, rayos. Comenzamos entonces a subir el mueble piso por piso. Charli por su pequeña estatura cargaba la primera parte y George y yo desde atrás empujando hacia arriba.
Piso cuatro, y ya estábamos sudando bello. Al llegar al quinto piso nos detuvimos un momento a descansar, y entonces, apareció Kika. La siempre amable esposa de Charli bajó desde el piso trece para darnos unas cervezas. Apenas estaba vestida con una camiseta ajustada blanca (pude notar que no llevaba sujetador), unos pantaloncillos cortos (muy cortos) de color rojo y unos zapatos converse de corte bajo. El cabello largo separado en dos colas que le daban un aire colegial. Nada más de verla tuve una erección.
- Hola chicos! ¿Cómo están? - dijo Kika mientras nos pasaba las cervezas y daba un beso a su esposo - gracias de verdad por este favor.
- Tranquila Kika, no es ningún problema - dije mirando disimuladamente como se le dibujaban los pezones bajo la camiseta.
- Sabes que siempre estamos a la orden - Recalcó George mientras se empinaba la cerveza.
- Y el Niga no está con Uds.? - Preguntó Kika. Al parecer le gustó tener la morcilla de nuestro negro amigo Niga enterrada en su chocho.
- No pudo venir, tenía asuntos pendientes - respondió George. Los asuntos pendientes de Niga eran dormir hasta mediodía.
- Y tu como estás papi? - le preguntó Kika a su esposo.
- Bien mi amor. Aunque preocupado, sabes que dejé trabajo pendiente - respondió Charli, soltando la indirecta.
George y yo nos miramos y ambos pensamos lo mismo. Charli tenía la fama de ser muy flojo y siempre evadir el esfuerzo físico, obviamente aquello de subir un mueble trece pisos no era de su agrado, y seguramente se estaba inventando aquello de trabajo para zafarse y dejarnos a George y a mí como dos idiotas cargándole el sofá.
- Papi pero no pretenderás que George y Sati carguen solos con el mueble - dijo Kika.
- Pana, si es muy urgente ve a tu trabajo que el Sati y yo lo terminamos de subir - dijo George, obviamente pensando en meter la verga otra vez en aquel hermoso culo.
- Si Charli, dale - asentí yo sin dejar de mirar las entrepiernas de Kika.
- No amigos, tranquilos, vamos a continuar subiendo el mueble - dijo Charli frustrándonos el plan.
Incluso Kika mostró cierto grado de desconcierto, pienso que en el fondo ella también estaba deseando quedarse a solas con nosotros dos. Lo cierto es que la esposa de nuestro amigo subió hasta su apartamento y nosotros continuamos la faena, bastante decepcionados.
Sin embargo, no habíamos subido dos pisos más cuando Charli leyó (o simuló leer) un mensaje de texto en su móvil.
- Muchachos, estoy apenado, pero debo irme, me llaman urgente de la oficina - dijo Charli tratando de poner expresión de pena, aunque se le veía demasiado falsa.
- Tranquilo pana, dale - dijo George aguantando la risa.
Charli bajó y nos dio un abrazo.
- Gracias amigos - dijo.
- Ok dale - dije yo.
Ya casi corriendo escaleras abajo el muy desgraciado se despidió.
- Gracias mis panas, trataré de resolver la situación rápido y regresaré con otra cajita de cervezas para compensarlos - gritó mientras desaparecía.
George y yo nos miramos, sonreímos, y con nuevas y renovadas fuerzas alzamos el mueble y lo subimos de un solo tirón hasta el piso trece. Sin exagerar creo que tardamos menos de minuto y medio por piso. Un nuevo record, jiji. Al llegar al apartamento de Charli, la puerta estaba abierta, Kika se disponía a bajar una nueva ronda de cervezas cuando George y yo entramos como una tromba con el mueble, casi tirándolo en medio de la sala.
- Oh chicos! wow! que velocidad! - dijo sorprendida - y Charli? - preguntó.
- Tu esposo tuvo que irse al trabajo - dijo George mientras se secaba el sudor de la frente.
- Oh! que contrariedad - dijo Kika sin poder ocultar la sonrisa. A la muy puta le brillaron los ojos.
Yo estaba sudando demasiado. Con descaro me quité la camisa y me acerqué a Kika.
- Vamos a dejarnos de rodeos y pendejadas - dije mientras la sujetaba por las caderas y la pegaba a mi cuerpo - tú sabes que te queremos revolcar otra vez.
Kika no pudo emitir palabra alguna, mi lengua ya había invadido su boca y mis manos activas le apretaban las nalgas. George rápidamente cerró la puerta del apartamento y comenzó a desnudarse. Kika con sus manos intentaba separarse de mí, pero su lengua juguetona no daba indicios de querer separarse de la mía, por el contrario, pedía más y más.
George, ya completamente desnudo, se colocó detrás de esposa de nuestro amigo y de un solo tirón le bajó los pantaloncillos rojos, dejando a la vista una pantaletita de hilo blanco que se perdía entre sus nalgas preciosas.
Que vaina más rica!! - gritó George mientras la sujetaba por las caderas y restregaba su miembro erecto contra las nalgotas.
Kika giró un poco la cabeza, dejando mi boca y buscando la de George, mi amigo no despreció aquello y comenzó a darse banquete con aquella lengua hambrienta. Yo aproveché y la subí la camiseta blanca, dejando al descubierto aquel par de tetas divinas, sin perder un segundo comencé a masajearlas y chuparlas con fuerza. Los gemidos comenzaron a escucharse en la habitación.
Me separé unos segundos para terminar de quitarme la ropa. George separó las piernas de Kika, con su mano en la espalda de la hembra la hizo inclinarse hacia adelante logrando que alzara el pompis, él se agachó y con una mano le apartó el hilo de la pantaleta, comenzó a chuparle la concha ruidosamente.
Yo, ahora sin ropa que me incomodara, me coloqué frente a ella, la ayudé a quitarse la camiseta, y sin preguntarle nada le puse la verga entre los labios. Ella no se inmutó y enseguida lo engulló. Primero lo ensalivaba lentamente, rodeando el glande con la lengua, después con más fuerza recorría todo el mástil de arriba abajo. Yo controlaba sus movimientos agarrándola por las dos colas del cabello. Por momentos intentaba zafarse para respirar mejor, pero yo la obligaba tirando con fuerza de su cabello hacia mí. Comencé a darle cada vez más duro, cogiéndola bien sabrosa por la boca.
Estaba tan concentrado en la mamada que apenas noté que el George se había incorporado y, de pie detrás de Kika, se escupía el miembro, preparándolo para la penetración. La esposa de Charli se tensó cuando sintió el guevo de George entrar en su vagina. Esta vez la deje respirar un poco.
- Hay coño! que rico!! - dijo excitada.
George se sujetó a las caderas y dio un nuevo empujón, enterrándole toda la verga hasta las pelotas.
- HAAAAA!!! - Gritó esta vez - Dame duro papi, dame duroooo!!!
George obedeció el pedido y comenzó a darle un mete-saca brutal. Sin parar ni un instante la verga entraba y salía con mucha fuerza, con tanta que por momentos Kika quedaba en el aire totalmente despegada del piso. Los Plas! Plas! del cuerpo de George rebotando contra aquellas nalgotas se confundían con sus alaridos.
- Haa... que... que divi... no - apenas podía hablar Kika - me.. me... partes en dos cabronnnn!!!
- Ya estás hablando demasiado - dije yo con burlonamente, al tiempo que le metía nuevamente la pinga entre los labios.
Vista la violencia de la cogida que le estaba dando mi amigo a Kika, a mi no me quedó más remedio que unirme a la intensidad, y agarrándola por las colas del cabello, comencé a cogerle la boca con toda la fuerza que podía. Kika gemía y se retorcía de placer, mientras las lágrimas inundaban sus mejillas. Así estuvimos un buen rato dándole durísimo hasta que el George aceleró más el ritmo.
- Mierdaaa! voy acabar puta!! - gritó George mientras le daba más rápido y le azotaba las nalgas con sonoros manotazos.
Mi amigo se atenazó como un animal a las caderas de Kika y se descargó en su interior. los ríos de semen se escurrían entre los temblorosos labios vaginales. Kika a su vez tuvo un eletrificante orgasmo, el cual disfrutó aún con mi verga casi en su garganta.
Yo sentía ya las pelotas hinchadas y que estaba por acabar también, pero no quería hacerlo sin metérselo en el culo, así que intenté separarme, sin embargo, la muy puta no me lo permitió. George no había terminado de disfrutar su orgasmo, cuando Kika violentamente se separó de su miembro y se colocó de rodillas frente a mí, y con mucha violencia, comenzó a darme la gran mamada.
Con una mano me atenazaba por la nalga derecha, y con la otra me apretaba durísimo el miembro y subía y bajaba, dándome un pajazo de campeonato. Mientras me masturbaba violentamente Kika mantenía la cabeza de mi miembro atrapada entre sus labios, y todo eso mientras me miraba lujuriosamente.
- Pu... puta!! vas hacer qu... que... me venga - apenas podía hablar.
- Quiero tu leche en mi lengua papi - dijo mientras hacía una pausa para mordisquearme el guevo como si fuera una mazorca.
No pasaron sino unos segundos y ya me estaba chupando con fuerza otra vez. Esta vez se sujeto con ambas manos a mis caderas y con su boca y lengua a darme el más rudo de los placeres. Sus labios rozándome incansablemente, su lengua azotando implacable mis venas, la velocidad de su cabeza adelante y atrás y su mirada diabólica pegada a la mía fueron demasiado... Me aferré a sus hombros y dejé salir los largos chorros de esperma. Kika los recibió dentro de su boca dejando escapar algunos hilillos por los bordes, luego tomó el miembro por la base y se pasó el pene por la cara, dándole lamidas y embarrándose todo el rostro de esperma que aún brotaba de mi pene.
Después de aquello, los tres quedamos tumbados en el piso recostados del nuevo sofá- cama. El móvil de Kika comenzó a timbrar. Ella se levantó y se fue a contestar la llamada a la cocina.
- Verga, esta caraja es calentísima - comentó George.
- Tremenda diabla tiene Charli por esposa - dije yo aún con la mamada en la mente - que putaaaa!!.
Kika regresó de la cocina con tres cervezas. Nos dio una a cada una y la otra se la empinó rapidísimo y se tomó casi que la mitad de un solo golpe.
- Papis les tengo noticias - dijo Kika.
- Que será? - pregunté yo mientras me pasaba la botella por la frente.
- Charli acaba de llamar - dijo ella. - Me pidió que lo disculpara con Uds. tiene trabajo y regresará como a las seis de la tarde. Que si lo desean lo esperen aquí, que él va a comprar otra caja de cerveza.
- Eso quiere decir queeee... - dijo George mientras sonreía. Ya le adivinaba los pensamientos.
- Eso quiere decir que... - lo interrumpió Kika - que tengo toda la tarde para seguir dándome gusto con sus penes.
Dicho aquello, George y yo nos pusimos en pie, dispuestos a estrenar el recién comprado sofá-cama con el cuerpo de Kika.
 
Arriba Pie