La empleada alcohólica

roman74

Pajillero
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Tiempo atrás, mis padres tomaron de empleada a la Sra. Carmen, una vieja chica que de atractiva no tenÃ*a nada , por lo que no me llamó la atención para nada.


Sin embargo, el destino quiso que mi punto de vista cambiara, una noche en que me encontraba en mi cuarto y me levanté a abrir la ventana.


Ya habÃ*a apagado la luz y me disponÃ*a a abrir la ventana de mi habitación, para sortear el calor de la noche, cuando veo que en la casa de alojados, donde dormÃ*a la empleada, la luz estaba encendida y aun con las cortinas gruesas abiertas, solo los visillos estaban cerrados.


Al estar encendida la luz de la habitación, y oscuro afuera, me permitÃ*a ver claramente hacia adentro, mientras ella no podÃ*a mirar hacia fuera.


Por supuesto me di cuenta que ella no lo sabÃ*a y me quedé mirando como ella se paseaba de un lado a otro. A esa edad , mirar a una mujer cambiarse ropa, por muy fea que ella fuese era el cielo, a si que le monté guardia hasta que mis esfuerzos dieron frutos.


No fue un gran espectáculo ni nada parecido, solo segundos donde ella se desprende de su sostenes y se coloca la camisa de dormir, para luego apagar la luz y acostarse, sin embargo eso fue motivo suficiente para correrme una buena paja en su nombre.


Desde esa noche y por casi un mes , continué montando guardia noche tras noches, a veces sin suerte y masturbándome imaginándola desnuda.


Un dÃ*a en que ella no estaba, mi madre le comentó a mi padre que no estaba muy contenta con la sra. Carmen y estaba pensando en despedirla.


Los argumentos que ella tenÃ*a, era que estaba sospechando que la señora tenÃ*a problemas con el alcohol, ya que muchas veces le habÃ*a sentido un olor a alcohol y se habÃ*a fijado que las botellas de nuestro bar estaban bajando misteriosamente. Mi padre la defendió ya que cocinaba exquisito y argumentó que eso era un problema menor, y que preferÃ*a mil veces a que la Sra. Carmen se tomara un trago a que robara como las empleadas anteriores.

La conversación quedó hasta ahÃ* y no se toco mas el tema. A los pocos dÃ*as, mi padre tenÃ*a que hacer un viaje de negocios e invitó a mi madre y a mi que lo acompañáramos. Mi madre estaba encantada con la idea, pero yo la rechace. PreferÃ*a mil veces estar en casa solo una semana, que ir a un hotel en compañÃ*a de mis padres.


A si llegó el dÃ*a en que mis padre se marcharon, dejándome solo con la Sra. Carmen una semana.


Esa misma tarde, me encontraba en mi habitación cuando me doy cuenta que la Sra. Carmen , se encontraba en su pieza, tomando una cerveza al lado de la ventana, mirándome.


Me asomé a la ventana y le pregunté por unos CD que habÃ*a dejado en el ******. Me dijo donde los habÃ*a puesto. Haciéndome el simpático, le pregunté que por que no me convidaba un vaso de cerveza y me dijo que si querÃ*a , podÃ*a ir a tomarme uno.




Le dije que si irÃ*a , pero antes de subir, pase por el bar y tome una botella de cinzano ( la que habÃ*a dicho mi madre ) que estaba cerrada y me fui con ella al cuarto de la Sra. Carmen.


Al verme entrar con la botella en la mano, me preguntó que por que la traÃ*a. Le dije que tenÃ*a ganas de tomarme un trago un poco mas fuerte que la cerveza, pero que me daba lata tomármelo solo. Me preguntó de donde lo habÃ*a sacado y le dije que del bar, pero que tenÃ*a dinero para reponerlo antes que llagaran mis padres a si que no se preocupara.


Comenzamos a beber y me dÃ* cuneta que ella ya se habÃ*a bebido mas de la mitad de la cerveza y ahora continuaba con el cinzano. Sus palabras se le enredaban y daba claras muestras de estar un poco ebria. Era mi oportunidad.








Poco a poco me fui haciéndome el simpático, haciendo algunas bromas , hasta que disimuladamente le puse una mano sobre su pierna. No sabÃ*a si ella no se habÃ*a percatado o simplemente se hacia la lesa, pero el caso es que mi mano una y otra vez se posó en su pierna, tratando de que cada vez fuera mas arriba.


Oye… me estas tomando de la pierna

Si … te molesta

No seas sinverguenza!

¿Por que? … ¿ te molesta?

No … pero no creo que debas hacerlo

¿ Por que?

Por que si sigues asi … yo no respondo de mi






¿Y cual es el problema entonces?

¿ que es lo que quieres?

Creo que lo mismo que tu

Yo soy mayor … te puedes llevar una sorpresa

Eso quiero … que me sorprendas

Eres solo un niño …. Pero si sigues a si …

¿Qué?

Me vas a terminar por excitar

Yo ya lo estoy … y quiero hacerte … esto.


Le levante la blusa, y le comencé a chupar las tetas. Ella echo la cabeza para atrás y me dejo hacer lo que yo quiesiera. Sin pensarlo le termine de sacar la blusa y su sostén , dejándome el camino abierto hacia sus tetas.




Sin embargo no me detuve ahÃ* y continué sacándole la ropa hasta dejarla completamente desnuda.


Ella mientras lo hacÃ*a continuaba bebiendo y dejando que este joven continuara explorando su viejo cuerpo, que para el serÃ*a un manjar …


No encuentro justo que tu me tengas en pelota y yo solo te he visto sin camisa …..

¿no?

No… me parece que tu también tendrÃ*as que sacarte algo de ropa

Bueno … como quieras ……


Comencé a bailar y desnudarme delante de esa vieja mujer , que me miraba detenidamente mi cuerpo, mordiéndose los labios, pensando en lo que se vendrÃ*a….





Ella abre sus piernas y comienza a masturbarse. Veo como su mano abre su concha y se tocaba suavemente mirando mi cuerpo desnudo. Le dije que se levantara y que se apoyara en la mesa. Ella apoya sus manos sobre la mesa, la reclino hacia delante y la penetro.


Ella comienza a gemir como una perra en celo. Su mojada y abierta era embestida por mi una y otra vez. Estaba caliente y con ella desquitarÃ*a toda mi calentura. Le daba duro, una y otra vez, haciendo que mis bolas chocaran contra su culo … luego la di vuelta, le levante sus cortas piernas y sin compasión se la metÃ* nuevamente fallándola con todas mis fuerzas…


Ella gemÃ*a de placer y me decÃ*a entre quejidos lo mucho que le gustaba.





Me recosté en la cama y le pedÃ* que se me montara encima. Desesperada se me montó encima y se enterró sobre mi verga. Me restregaba las tetas sobre la cara y yo las chupaba una y otra vez, mordiendo sus duros pezones.




Por sus gemidos me di cuenta que estaba apunto de acabar , pero yo aun querÃ*a darle mas y mas a si que le hice darse vuelta y sentarse sobre mi verga pero mirando hacia mis piernas. Al parecer esto la calentó mas aun y dando grandes gritos y gemidos comenzó a acabar, botando por su concha una cantidad de jugos increÃ*bles, dejándome todo mojado igual que la cama.


Su mal estado fÃ*sico la dejo rendida, exhausta y me dijo que se bajarÃ*a ya que no aguantaba mas.


Yo le dije que aun no acababa y que querÃ*a acabar dentro de ella. Se recostó a mi lado y subió una pierna por sobre de mi. Yo quedando detrás de ella, la penetré una y otra vez, mirando su viejo culo hasta que ya no aguanté más y termine descargando toda mi leche en el interior de esa vieja concha.
Tiempo
 
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