LA DIVORCIADA EMBAUCADA

tantomorbo

Virgen
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LA DIVORCIADA EMBAUCADA

Beatriz es una mujer apenas divorciada hace tres meses, las causas de su divorcio han sido muy variadas, se caso muy enamorada y convencida y después de unos años y sin tener hijos y con 34 años afronta una nueva vida.

Se traslado de vivir de la sierra de Madrid a habitar un chalet familiar en Coslada y cerca de su trabajo en una cadena de distribución informática cerca del aeropuerto. Bea es el diminutivo y como la llamaban sus amistades pasaba la mayor parte del día fuera de casa, el aumento de la delincuencia y la ocupación la preocupaba en exceso y por consejo de gente de la zona, se planteó compartir su chalet con alguien.

En un tablón de anuncios vio una chica que se ofrecía a hacer trabajos, Bea llamo y concertó un entrevista con ella en una cafetería. La chica era de una apariencia muy agradable, se llamaba Gala, provenía de América de sur un poco más alta que Bea, era muy delgada y más joven de unos 28 años, por lo visto cuidaba de varios ancianos por la zona y Bea quedo complacida con su forma de ser y una agitación recorrió incomprensiblemente su cuerpo, le expuso sus inquietudes y enseguida se pusieron de acuerdo, Gala la ayudaría con la limpieza y las tareas y Bea le daba habitación.

Gala se traslado a vivir en el chalet y la convivencia era muy tranquila, por lo general Bea se iba a trabajar de día y después de su trabajo acudía al gimnasio y Gala se iba por la tarde y apenas coincidían poco rato por la noche, en alguna ocasión cenaron juntas y veían alguna serie de Netflix, Bea seguía sintiendo una extraña excitación y empezó a masturbarse por las noches.

Bea no es una mujer muy agraciada mide 1.60, pesa unos 70kg y es muy propensa a engordar, tiene un buen culo y unas buenas tetas, se mantiene muy en forma en el gimnasio.

Una noche tempestuosa Gala no tenía que salir y cenaron juntas, se bebieron una botella de vino y aquello las puso muy contentas y más abiertas que de costumbre, Bea fue a buscar su portátil y se sentó en la cocina mientras se fumaba un cigarro y revisaba su facebook entró en la cuenta de su ex marido y vio que se juntaba con una amiga suya, soltó un taco, lo que atrajo la atención de Gala.

- ¿Quién es este? - preguntó Gala acercándose a Bea.

- Este es mi ex marido - contestó Bea con voz entrecortada y llorosa - y ella era una amiga mía.

Gala se puso detrás y sus cuerpos se tocaron, Bea volvió a sentir como su cuerpo se inquietaba, hasta a aquel momento no sabía a que atribuir aquella sensación y se dio cuenta que era la presencia de Gala lo que le provocaba una señal de emoción, intentó apartarse de ella, pero Gala se echo hacia adelante y sus tetas restregaron su espalda y noto como sus pezones apretaban su camiseta.

Unas lagrímas aparecieron en el rostro de Bea, Gala enseguida la acaricio la cara y la consoló tiernamente.

- Esto ya ésta por hoy - le susurro Gala mientras sus manos cerraban el portátil - ¡Hazle tú lo mismo!

- ¿Qué hago? - le pregunto Bea ingenuamente.

- Haz lo mismo que él - respondió Gala acercándose otra vez y refregando sus tetas - eres una mujer y tienes un cuerpazo.

Bea enterró su cabeza en sus brazos y Gala se pegó más a ella abrazándola por la cintura, Bea sentía impotencia y rabia, ya no quería a su marido, pero ver aquellas imágenes la sumieron en una profunda amargura.

- Tienes que olvidar a tú marido y empezar una nueva vida - le susurro Gala al oído - conocer otra gente y follar.

- Follar sí que me vendría bien - contestó Bea con una sonrisa. - pero soy muy tímida.

- Estas muy tensa - le susurró Gala mientras le acariciaba el cuello.

Las manos de Gala acariciando su cuello y tocando su piel le produjeron una extraña sensación, Gala amplio sus caricias a sus hombros por debajo de la camiseta y Bea empezó a sentirse relajada.

- Si esto te relaja - le dijo Gala al notar su distensión - imagínate que te follen.

- Ahora mismo no quiero nada con ningún hombre - contestó Bea.

- No te he dicho que sea con un hombre - le murmullo al oído sensualmente Gala - las mujeres somos las que mejor conocemos a otra mujer.

Gala le acaricio la cintura y una mano se coló por debajo de la camiseta entre tanto la otra mano le acariciaba la cara, Bea se mostró inquieta y no paraba de moverse sus manos intentaron parar las manos de Gala.

- Suéltame - pidió Bea - esto no ésta bien.

Gala era una experta en la materia y no iba a dejar escapar a su presa y sabía muy bien cómo actuar y excitar a Bea, su mano alcanzó las tetas de Bea y le pellizco los pezones, Bea soltó un gemido.

- ¿Te gusta que te haga esto? - susurró Gala que ya besaba el cuello de Bea que giraba la cabeza para evitarlo.

Gala le giro la cara y le puso un dedo en los labios y profanó su boca con el dedo y luego le metió otro dedo, le subió la camiseta y le paso los dedos húmedos por los pezones, Bea soltó unos gemidos y su cuerpo se estremecía, Gala seguía acariciando sus pezones y sus tetas mientras le daba besos y mordiscos en el cuello.

- ¡Para! - vocifero Bea mientras se levanto de la silla y intentó salir de la cocina - ¿Quién te crees que soy?

Gala la giro y la arrincono contra la pared, le paso su rodilla por en medio de las piernas y sus manos le volvieron a levantar la camiseta y le agarraron una teta, le lamio el pezón y lo alternaba dándole unos mordiscos que arrancaban jadeos placenteros de Bea, estaba excitada nunca había estado con una mujer, era junto al sexo anal sus fantasías sexuales.

- Déjame - le rogaba Bea cada vez con menos convencimiento - ¡te éstas aprovechando de mi!

- ¿Tú marido te ponía tan duros los pezones? - le susurraba Gala lamiéndole los erguidos pezones y mirándola morbosamente.

Bea cerraba los ojos y se dejaba llevar, pero tuvo un gesto de pundonor y apartó a Gala propinándole un empujón con fuerza, por un momento se quedaron mirando fijamente y desafiantes, Bea se abrió paso empujando a Gala hacía un lado, fue a buscar un cigarro, abrió la puerta y se lo fumo pensativa y nerviosa, estaba enfurecida pero a la vez muy excitada, las caricias de Gala le habían provocado una calentura nunca antes experimentada y no podía disimularlo, apago el cigarro y entró en el chalet y se dirigió a la cocina.

- ¡Mañana coges tus cosas y te vas! - le vociferó - No quiero volver a verte.

Gala lejos de amilanarse le dedico una sonrisa burlona y le hizo u gesto con la cabeza.

Bea se giro y se dirigió a su habitación, estaba muy nerviosa y su cuerpo se sentía agitado, se fue al lavabo y se sentó en la taza a mear, se dio cuenta que su coño estaba húmedo y caliente, se paso los dedos por la raja y sintió unas ganas enormes de masturbarse, se quito las bragas y la camiseta y se metió en la cama y apago la luz, se movió por la cama girándose inquieta, sintió cómo se abría la puerta y unos pies descalzos iban hacía la cama, encendió la luz y vio como Gala se metía en la cama desnuda levantando las sabanas, se acerco a Bea y la sujeto por la barbilla.

Gala la beso en los labios, Bea hizo un gesto y giro la cara, pero por primera vez la mano de Gala la sujeto con fuerza y la volvió a besar, mientras sintió como la mano de ella le recorría su cuerpo y le abrió las piernas y paso sus dedos por su raja.

- ¿A tú marido lo esperabas en la cama con el chochito tan mojado? - le susurraba mientras la besaba en los labios y le mordía la barbilla.

- ¡Te lo suplico! - le rogó con voz ronca Bea - déjame.

La beso en el cuello y le dio la lengua, Bea no se dejaba, pero empezó a flojear y sus manos rodearon el cuello de Gala y entrelazo su lengua con la de ella y empezaron a darse un lento y sensual morreo.

- ¿Cuánto hace que no entra nada en tu chochito? - le preguntó Gala

Bea le hizo un gesto de negación con la cabeza y Gala apartó las sabanas y le abrió las piernas y el dedo penetró el coño de Bea que lanzo un grito de sorpresa.

- ¡Que chochito más apretado que tienes! - le susurró Gala - es un chochito de mal follada.

Gala le metía el dedo y cada vez más profundamente, le metió otro dedo y los volvió a meter y sacar, cada vez se deslizaban más fluidamente y los gemidos de Bea eran cada vez más fuertes.

- ¿Te gusta que te folle con mis dedos? - le dijo Gala

Bea le hizo un gesto afirmativo con la cabeza mientras se abría las piernas y sus manos se acariciaban los brazos de Gala, sus gemidos eran cada vez más placenteros.

-¡Así guarra! - le vociferaba Gala - ábrete bien y dame tu chochito para que te lo folle bien profundo.

- ¡Vas a hacer que me corra! - le anunció Bea - cómo me estas poniendo.

- La primera vez que te vi en la cafetería, supe que eras una guarra - le confesó Gala - ¡aquel día ya me dieron ganas de follarte!

- ¡Me voy a volver loca! - confeso Bea - tengo el coño muy mojado.

- Mírame a la cara mientras te follo - le aulló Gala - quiero que veas como mis dedos se meten en tu chochito.

Bea miro fijamente como Gala intensificaba los movimientos y sus dedos entraban y salían de su coño provocándole un gran placer, se mordía los labios y echaba la cabeza hacia atrás hasta que su cuerpo sucumbió al orgasmo, sus piernas temblaron, su cuerpo se sacudía con fuerza.

Bea se estremeció encima de la cama bajo la atenta mirada de Gala, cuando se irguió busco la boca de Gala y se fundieron en un morreo y estuvieron un buen rato dándose la lengua.

Gala puso sus piernas entre las de Bea y sus coños quedaron alineados y Gala se echo hacía adelante sus conejos friccionaron uno contra el otro, Gala se movía expertamente a Bea le costó coger el ritmo, pero enseguida se movieron sincronizadamente, sus coños friccionaron encharcándose, Gala le cogió por el cuello y se miraron fijamente mientras gemían fuertemente.

Gala se corrió primero y estiro a Bea y le abrió las piernas y sus dedos le estimularon el clítoris con fuerza y Bea se volvió a correr intensamente y se quedo agazapada temblando, Gala le hizo unas caricias en las nalgas.

- ¡Putita! - le dijo Gala a modo de despedida, salió de la cama y salió de la habitación cerrando la luz.

Bea se quedo dormida en pocos minutos, su cuerpo estaba relajado y su coño satisfecho.
 

Jugodevida

Estrella Porno
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LA DIVORCIADA EMBAUCADA

Beatriz es una mujer apenas divorciada hace tres meses, las causas de su divorcio han sido muy variadas, se caso muy enamorada y convencida y después de unos años y sin tener hijos y con 34 años afronta una nueva vida.

Se traslado de vivir de la sierra de Madrid a habitar un chalet familiar en Coslada y cerca de su trabajo en una cadena de distribución informática cerca del aeropuerto. Bea es el diminutivo y como la llamaban sus amistades pasaba la mayor parte del día fuera de casa, el aumento de la delincuencia y la ocupación la preocupaba en exceso y por consejo de gente de la zona, se planteó compartir su chalet con alguien.

En un tablón de anuncios vio una chica que se ofrecía a hacer trabajos, Bea llamo y concertó un entrevista con ella en una cafetería. La chica era de una apariencia muy agradable, se llamaba Gala, provenía de América de sur un poco más alta que Bea, era muy delgada y más joven de unos 28 años, por lo visto cuidaba de varios ancianos por la zona y Bea quedo complacida con su forma de ser y una agitación recorrió incomprensiblemente su cuerpo, le expuso sus inquietudes y enseguida se pusieron de acuerdo, Gala la ayudaría con la limpieza y las tareas y Bea le daba habitación.

Gala se traslado a vivir en el chalet y la convivencia era muy tranquila, por lo general Bea se iba a trabajar de día y después de su trabajo acudía al gimnasio y Gala se iba por la tarde y apenas coincidían poco rato por la noche, en alguna ocasión cenaron juntas y veían alguna serie de Netflix, Bea seguía sintiendo una extraña excitación y empezó a masturbarse por las noches.

Bea no es una mujer muy agraciada mide 1.60, pesa unos 70kg y es muy propensa a engordar, tiene un buen culo y unas buenas tetas, se mantiene muy en forma en el gimnasio.

Una noche tempestuosa Gala no tenía que salir y cenaron juntas, se bebieron una botella de vino y aquello las puso muy contentas y más abiertas que de costumbre, Bea fue a buscar su portátil y se sentó en la cocina mientras se fumaba un cigarro y revisaba su facebook entró en la cuenta de su ex marido y vio que se juntaba con una amiga suya, soltó un taco, lo que atrajo la atención de Gala.

- ¿Quién es este? - preguntó Gala acercándose a Bea.

- Este es mi ex marido - contestó Bea con voz entrecortada y llorosa - y ella era una amiga mía.

Gala se puso detrás y sus cuerpos se tocaron, Bea volvió a sentir como su cuerpo se inquietaba, hasta a aquel momento no sabía a que atribuir aquella sensación y se dio cuenta que era la presencia de Gala lo que le provocaba una señal de emoción, intentó apartarse de ella, pero Gala se echo hacia adelante y sus tetas restregaron su espalda y noto como sus pezones apretaban su camiseta.

Unas lagrímas aparecieron en el rostro de Bea, Gala enseguida la acaricio la cara y la consoló tiernamente.

- Esto ya ésta por hoy - le susurro Gala mientras sus manos cerraban el portátil - ¡Hazle tú lo mismo!

- ¿Qué hago? - le pregunto Bea ingenuamente.

- Haz lo mismo que él - respondió Gala acercándose otra vez y refregando sus tetas - eres una mujer y tienes un cuerpazo.

Bea enterró su cabeza en sus brazos y Gala se pegó más a ella abrazándola por la cintura, Bea sentía impotencia y rabia, ya no quería a su marido, pero ver aquellas imágenes la sumieron en una profunda amargura.

- Tienes que olvidar a tú marido y empezar una nueva vida - le susurro Gala al oído - conocer otra gente y follar.

- Follar sí que me vendría bien - contestó Bea con una sonrisa. - pero soy muy tímida.

- Estas muy tensa - le susurró Gala mientras le acariciaba el cuello.

Las manos de Gala acariciando su cuello y tocando su piel le produjeron una extraña sensación, Gala amplio sus caricias a sus hombros por debajo de la camiseta y Bea empezó a sentirse relajada.

- Si esto te relaja - le dijo Gala al notar su distensión - imagínate que te follen.

- Ahora mismo no quiero nada con ningún hombre - contestó Bea.

- No te he dicho que sea con un hombre - le murmullo al oído sensualmente Gala - las mujeres somos las que mejor conocemos a otra mujer.

Gala le acaricio la cintura y una mano se coló por debajo de la camiseta entre tanto la otra mano le acariciaba la cara, Bea se mostró inquieta y no paraba de moverse sus manos intentaron parar las manos de Gala.

- Suéltame - pidió Bea - esto no ésta bien.

Gala era una experta en la materia y no iba a dejar escapar a su presa y sabía muy bien cómo actuar y excitar a Bea, su mano alcanzó las tetas de Bea y le pellizco los pezones, Bea soltó un gemido.

- ¿Te gusta que te haga esto? - susurró Gala que ya besaba el cuello de Bea que giraba la cabeza para evitarlo.

Gala le giro la cara y le puso un dedo en los labios y profanó su boca con el dedo y luego le metió otro dedo, le subió la camiseta y le paso los dedos húmedos por los pezones, Bea soltó unos gemidos y su cuerpo se estremecía, Gala seguía acariciando sus pezones y sus tetas mientras le daba besos y mordiscos en el cuello.

- ¡Para! - vocifero Bea mientras se levanto de la silla y intentó salir de la cocina - ¿Quién te crees que soy?

Gala la giro y la arrincono contra la pared, le paso su rodilla por en medio de las piernas y sus manos le volvieron a levantar la camiseta y le agarraron una teta, le lamio el pezón y lo alternaba dándole unos mordiscos que arrancaban jadeos placenteros de Bea, estaba excitada nunca había estado con una mujer, era junto al sexo anal sus fantasías sexuales.

- Déjame - le rogaba Bea cada vez con menos convencimiento - ¡te éstas aprovechando de mi!

- ¿Tú marido te ponía tan duros los pezones? - le susurraba Gala lamiéndole los erguidos pezones y mirándola morbosamente.

Bea cerraba los ojos y se dejaba llevar, pero tuvo un gesto de pundonor y apartó a Gala propinándole un empujón con fuerza, por un momento se quedaron mirando fijamente y desafiantes, Bea se abrió paso empujando a Gala hacía un lado, fue a buscar un cigarro, abrió la puerta y se lo fumo pensativa y nerviosa, estaba enfurecida pero a la vez muy excitada, las caricias de Gala le habían provocado una calentura nunca antes experimentada y no podía disimularlo, apago el cigarro y entró en el chalet y se dirigió a la cocina.

- ¡Mañana coges tus cosas y te vas! - le vociferó - No quiero volver a verte.

Gala lejos de amilanarse le dedico una sonrisa burlona y le hizo u gesto con la cabeza.

Bea se giro y se dirigió a su habitación, estaba muy nerviosa y su cuerpo se sentía agitado, se fue al lavabo y se sentó en la taza a mear, se dio cuenta que su coño estaba húmedo y caliente, se paso los dedos por la raja y sintió unas ganas enormes de masturbarse, se quito las bragas y la camiseta y se metió en la cama y apago la luz, se movió por la cama girándose inquieta, sintió cómo se abría la puerta y unos pies descalzos iban hacía la cama, encendió la luz y vio como Gala se metía en la cama desnuda levantando las sabanas, se acerco a Bea y la sujeto por la barbilla.

Gala la beso en los labios, Bea hizo un gesto y giro la cara, pero por primera vez la mano de Gala la sujeto con fuerza y la volvió a besar, mientras sintió como la mano de ella le recorría su cuerpo y le abrió las piernas y paso sus dedos por su raja.

- ¿A tú marido lo esperabas en la cama con el chochito tan mojado? - le susurraba mientras la besaba en los labios y le mordía la barbilla.

- ¡Te lo suplico! - le rogó con voz ronca Bea - déjame.

La beso en el cuello y le dio la lengua, Bea no se dejaba, pero empezó a flojear y sus manos rodearon el cuello de Gala y entrelazo su lengua con la de ella y empezaron a darse un lento y sensual morreo.

- ¿Cuánto hace que no entra nada en tu chochito? - le preguntó Gala

Bea le hizo un gesto de negación con la cabeza y Gala apartó las sabanas y le abrió las piernas y el dedo penetró el coño de Bea que lanzo un grito de sorpresa.

- ¡Que chochito más apretado que tienes! - le susurró Gala - es un chochito de mal follada.

Gala le metía el dedo y cada vez más profundamente, le metió otro dedo y los volvió a meter y sacar, cada vez se deslizaban más fluidamente y los gemidos de Bea eran cada vez más fuertes.

- ¿Te gusta que te folle con mis dedos? - le dijo Gala

Bea le hizo un gesto afirmativo con la cabeza mientras se abría las piernas y sus manos se acariciaban los brazos de Gala, sus gemidos eran cada vez más placenteros.

-¡Así guarra! - le vociferaba Gala - ábrete bien y dame tu chochito para que te lo folle bien profundo.

- ¡Vas a hacer que me corra! - le anunció Bea - cómo me estas poniendo.

- La primera vez que te vi en la cafetería, supe que eras una guarra - le confesó Gala - ¡aquel día ya me dieron ganas de follarte!

- ¡Me voy a volver loca! - confeso Bea - tengo el coño muy mojado.

- Mírame a la cara mientras te follo - le aulló Gala - quiero que veas como mis dedos se meten en tu chochito.

Bea miro fijamente como Gala intensificaba los movimientos y sus dedos entraban y salían de su coño provocándole un gran placer, se mordía los labios y echaba la cabeza hacia atrás hasta que su cuerpo sucumbió al orgasmo, sus piernas temblaron, su cuerpo se sacudía con fuerza.

Bea se estremeció encima de la cama bajo la atenta mirada de Gala, cuando se irguió busco la boca de Gala y se fundieron en un morreo y estuvieron un buen rato dándose la lengua.

Gala puso sus piernas entre las de Bea y sus coños quedaron alineados y Gala se echo hacía adelante sus conejos friccionaron uno contra el otro, Gala se movía expertamente a Bea le costó coger el ritmo, pero enseguida se movieron sincronizadamente, sus coños friccionaron encharcándose, Gala le cogió por el cuello y se miraron fijamente mientras gemían fuertemente.

Gala se corrió primero y estiro a Bea y le abrió las piernas y sus dedos le estimularon el clítoris con fuerza y Bea se volvió a correr intensamente y se quedo agazapada temblando, Gala le hizo unas caricias en las nalgas.

- ¡Putita! - le dijo Gala a modo de despedida, salió de la cama y salió de la habitación cerrando la luz.

Bea se quedo dormida en pocos minutos, su cuerpo estaba relajado y su coño satisfecho.
Nada mejor para conciliar el sueño que dos corridas seguidas, no hay somnífero más relajante que dos dedos dentro de un coño húmedo, mal para Gala que después tendría que hacerse ella sola una paja, a esta Bea no hay quien la entienda. 😍
 
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