La decisión de pilar [Parte 1]

kamuix99

Pajillero
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Habían sido muchas tragedias juntas. La muerte de mi esposa, mi despido del trabajo, los gastos extraordinarios. Habíamos llegado a ese momento angustioso cuando los recursos económicos han desaparecido. Y sé venia una situación más dramática.

Vivía con mi hija Pilar una etapa muy critica, ella me colaboraba dedicándose a sus estudios en forma ejemplar y con sus 12 años recién cumplidos trataba de no provocarme disgustos que aumentaran mi permanente tensión.

Esa tarde Pilar llego temprano del colegio y mientras tomábamos una taza de te acompañado de unos panes ( no teníamos ni siquiera para comprar algo que acompañara ese pan duro), comentamos nuestra realidad próxima: Papa, no te amargues- vino a abrazarme con ternura- Ya vendrán dias mejores, debemos tener confianza que todo se va a arreglar.

Mi hija tenia una gran madurez para sus pocos años. Su pequeño porte, su delgado cuerpo, su piel morena, le otorgaban un aspecto indefenso que no demostraba la enorme entereza que poseía.

El problema se complica hija- suspire- Después de todo lo que hemos pasado, esta noche viene don Manuel, el hombre que tiene hipotecada esta casa. Es mucho dinero, no creo que nos espere mas con los pagos. Me temo que deberemos mudarnos y dejar esta casita que tanto nos costo tener. En verdad mi hija poco entendía de números y deudas. Pero quería que supiera la verdad. No deseaba ocultarle la realidad por difícil que esta fuera.

Papa, voy a bañarme y vengo a acompañarte- Me dijo con voz muy suave, me beso en la frente y se alejo en una actitud ausente y triste. La sentí cuando entro al baño y oí correr la regadera y a mi hija lanzar agudos gritos al colocarse bajo el agua fría ( ya no teníamos combustible para agua caliente), al rato la escuche salir y vino corriendo a mi lado envuelta en una larga toalla roja.

Papa ¡ ¡ ¡ Tengo frío ¡ ¡ ¡- Su pequeño cuerpo temblaba y me preocupo que pudiera producirle un enfriamiento.

Comencé a restregar su cuerpo sobre la toalla proporcionándole con el roce algo de calor y ayudándola a terminar de secarse. Fui a su dormitorio y regrese con su vestuario. Ella en silencio comenzó a vestirse. Yo había visto muchas veces a Pilar desnuda así que no me llamo la atención. La mire con atención para ver si había bajado de peso. Su cuerpo elástico, delgado y sinuoso se estiraba al colocarse la ropa interior.
Que linda estas hija- murmure- veo como has crecido, estas convertida en una mujercita hermosa- Le dije con cariño abrazándola y besándola en la mejilla. Ella sonrío.

Papa, sabes que ya tengo pelitos. - murmuro mientras ajustaba su pequeño calzón blanco. Bueno, eso es normal hija, ya pronto vendrá tu primera menstruación. -Observaba a mi hija con orgullo y ternura. Termino de vestirse y fue por sus cuadernos para comenzar sus deberes escolares. Esa tarde transcurrió normal. Pilar en sus tareas, yo haciendo cosas de la casa. Pero eso no me quitaba de la mente los compromisos delicados que venían.

Don Manuel Lopez era un antiguo conocido, recurrí a el por un préstamo hace tres años hipotecando la casa para cubrir los gastos médicos de mi esposa. Su ayuda fue inestimable en esa oportunidad. Era un hombre enérgico de contextura gruesa, de elevada estatura y con una actitud de poderoso que lo hacia ver agresivo, aunque en verdad conmigo había sido siempre considerado y amable.

Llego a casa a las ocho en punto. Nos sentamos a conversar y lamente no poderle ofrecer nada de beber. Juan- me dijo- si me permites puedo traer algo para que nos sirvamos mientras conversamos- Asentí un poco sorprendido. El salió a su vehiculo y volvió con una botella de whisky y tres gaseosas. Prepare los tragos y llame a Pilar.
Don Manuel se puso de pie para saludarla, la abrazo y dio un beso en la mejilla.
Vi que su abrazo se prolongaba quizás un poco mas de lo necesario, pero no le di importancia. Serví a mi hija un vaso de gaseosa y ella se retiro lanzándome una mirada preocupada.

Comencé a explicar mi situación a Don Manuel. Sin dinero, sin trabajo, con gastos, Imposible pagarle. Sabia que la hipoteca ya estaba vencida y apelaba a nuestra confianza y largo conocimiento para que considerara no ejecutar la venta de la casa ya que no tendríamos donde vivir con mi hija. Una petición, un lamento, algo terrible.

El me observaba con esa mirada dominante y autoritaria. Don Manuel debía andar en los 55 años.

Mira Juan- Su tono era como un discurso, fuerte, categórico, implacable. Los negocios no funcionaban de esa forma. La hipoteca la tiene el Banco. - El Fin de mes era el plazo fatal. Conclusión: no había caso. Perdería la casa. No era su culpa. Me pidió que lo entendiera, etc.

Juan, quiero contarte algo- adopto esa actitud propia de quien recuerda- hace muchos años tuve un caso parecido al tuyo, una persona me debía dinero y no tenia como pagarme, al final llegamos a un acuerdo muy provechoso para ambos. Y como fue eso Don Manuel ¿ - Pregunte con interés. -Bueno Juan, como tu sabes yo soy viudo desde hace mucho tiempo y bueno. tu entiendes . las necesidades de un hombre solo. - Me miro para ver si entendía. Seguro que entendía, Don Manuel no tenia sexo frecuentemente.

Si, lo entiendo- dije concentrado.

Bueno, este amigo fue lo suficientemente generoso para compartir su esposa conmigo. Fue una experiencia muy agradable que tuvimos y al final la deuda quedo saldada gracias a la extraordinaria dedicación de esa mujer cariñosa y comprensiva.

-Levantó los ojos como añorando esos recuerdos cálidos.
-Don Manuel... tuvo sexo con la mujer de ese señor y todo quedo saldado?- Pregunte incrédulo.
Así es Juan, yo sé reconocer el esfuerzo y el sacrificio de quienes quieren mejorar su situación- Expreso como si estuviera hablando solamente de cifras.
-La verdad Don Miguel no censuro a ese señor, yo si estuviera en una situación similar buscaría una solución de alguna forma.
- murmure incrédulo.

Pero Juan. tú estas en la misma situación, no tienes nada, no tienes dinero y estas con esta deuda enorme- Me dijo mirándome a los ojos.
-¡ Pero no tengo esposa Don Manuel ¡- dije sonriendo.
Pero tienes una hija encantadora.
- Dijo Don Manuel mirándome con franqueza y decisión.

Me costo asimilar lo expresado. Me estaba pidiendo mi hija para tener sexo a cambio de la deuda. Quede perplejo. Por otra parte no podía ponerme insolente con él , con eso solo aumentaría mis problemas.

Casi como sonámbulo exprese: A usted...le gusta mi hija Pilar ¿- Sabia que mi mirada tenia una mezcla de temor , de inquietud, de abatimiento profundo.
¡Pero si es preciosa ¡- su voz recupera el tono fuerte y autoritario- Si yo pudiera estar con ella, digamos, unas dos veces , tu deuda quedaría olvidada.

¡ Pero Don Manuel, como se atreve a pedirme eso ¡- Sé que lo dije sin convicción, con temor, no quería alejarlo, tenia mucho miedo del futuro, en verdad era un cobarde.
- Mira Juan – su tono era conciliador- Yo jamas le haría daño a tu hija, solo quiero acariciarla, algunos besitos.

tu me entiendes, antojos de viejo que me dan. ahora si ella me permite algo mas le estaría profundamente agradecido y quedaríamos con la deuda absolutamente saldada, no se hablaría mas de este asunto.

-Don Manuel, - mi voz era un susurro- estoy abrumado, no sé que decirle, tendría que pensarlo.
- Buscaba desesperadamente una respuesta adecuada y me refugie en el tiempo para reflexionar sobre todo lo que sucedía.
- Hagamos una cosa- Don Manuel se puso de pie- preguntémosle a Pilar, ella tiene que participar de esta conversación, después de todo esto se refiere a ella.
Por favor Juan, llámala.
-Pilar, ven por favor – mi voz sonó sorda y llena de temores.

Pilar entro en la sala y nos miro con sus enormes ojos oscuros, sorprendida de ser requerida en una charla de negocios. Se acerco a mi lado y espero. Don Manuel la observaba arrobado, recorriendo su cuerpo con la mirada en un éxtasis de deseo.
Fue él quien tomo la iniciativa.

Pili- su voz era acariciadora- Ven aca – mi niña se acerco a el .

Don Manuel la abrazo por la cintura, el permanecía sentado en el sofá amplio del estar, por lo que en esa posición los rostros de la niña y el suyo quedaban a la misma altura.
Pilar.

- continuo, ahora acercando su rostro a la niña- Tu estarías dispuesta a ayudar a tu papa con sus problemas de dinero, no es así ? Por supuesto- contesto Pilar mirándome extrañada- El problema es que no se como, yo no tengo dinero, si tuviera se lo daría a mi papa para que no tenga tanta angustia.

¡ Que hermoso ¡- el abrazo de Don Manuel a Pilar se hizo más intenso- ¿ Ves Juan que tu hija es la salvación para ti ¿- Yo miraba la conversación abatido y al mismo tiempo con una curiosa sensación de una expectativa morbosa, sabia que mi hija no corría peligro, que yo estaba presente y seguiría ahí, pero todo lo que sucedía me aturdía en una bruma confusa y me impedía pensar, al mismo tiempo raras sensaciones se apoderaban de mí animo.
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Pilar- le dije con voz muy baja- A Don Manuel le gustas mucho hija.

Se me quedo mirando asombrada, asimilando lo que le decía, al mismo tiempo las manos de Don Manuel no estaban quietas, su abrazo era ya mas intimo y recorría la espalda de mi hija con su mano , pero cuidaba de no producir un quiebre en la situación apurando los acontecimientos.

Papa podemos hablar?- mi hija se desprendió del abrazo del hombre y me tomo la mano invitándome hacia el dormitorio.

Me puse de pie acompañándola y dirigí una mirada asustada a Don Miguel, quien me hizo un gesto de complicidad , apoyándome anímicamente.

Papa ¿ qué sucede?- ya en la pieza hablábamos en susurros.
Hija, perdóname, soy muy cobarde – murmure avergonzado-a ese hombre le gustas mucho y me ha pedido estar contigo, hacerte caricias y todo eso, prometiéndome que si eres amable con el la deuda de la casa puede quedar pagada.
¿ Tu quieres que yo lo haga ¿- me pregunto mirándome a la cara. Sus ojos profundos, su cuerpo de niña, se movía inquieta, seguramente por los nervios que provocaba una situación tan imprevista.
Hija, no se que decirte... si tu quieres.
- mis argumentos se desvanecían en el absurdo.

Me quedo mirando, quizás asimilando todo lo que ocurría y vi en sus ojos la decisión, una categórica determinación que la transformaba de una niña inocente en una mujercita resuelta a colaborar con algo que , sabíamos, era brutal e injusto. Vamos , pero no me dejes sola ¡ - me tomo la mano y me llevo prácticamente tirándome hacia la sala de estar. Don Manuel nos recibió son una mirada sorprendida y atenta, consultándome con sus ojos la determinación tomada. No dije nada, no insinúe nada, me mantuve inmutable y me senté en uno de los sillones individuales ocultando la mirada.

Bueno, ya están de vuelta .
- que se decidió ¿- pregunto con su voz alterada por la excitación.
Quiero ayudar a mi papa- la voz de Pilar fue un susurro, pero demostraba su decisión- Esa es una niña que vale oro ¡¡ ¡- Don Miguel sonrío relajándose y la abrazo nuevamente, esta vez sus manos fueron mas audaces y su beso en la mejilla se deslizo hacia la boca de mi niña.

Pilar se mantuvo de pie al lado del hombre. Me lanzaba miradas avergonzadas, yo evitaba mirarla con la vista baja, pero no perdía detalle de lo que sucedía. Las manos de Don Miguel habían recorrido toda la espalda de Pilar deteniéndose en su redondo trasero el que acariciaba sobre la ropa deportiva que llevaba. La atrajo mas hacia el y vi su mano deslizarse bajo el pantalón deportivo entrando en contacto con la piel de mi hija, quien se mantuvo quieta aunque su cuerpo se curvo en un movimiento muy especial.
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Pilar se volvió de cara al hombre, quedando de espaldas a mi, la mano de Don Manuel recorría su encantador culito deslizándose por su línea interior. Todo transcurría en silencio. Las manos del hombre deslizaron el pantalón de Pilar hacia el suelo arrastrando sus pequeños calzones, dejándola desnuda de su parte inferior.

Mi hija dio unos tiritones mezcla del frío reinante y de los nervios que la embargaban.
Ahora las manos del hombre se deslizaban acariciando la parte delantera, inspeccionaba su vagina pequeña, movía los dedos con mucha delicadeza y en un momento, ya con unos minutos de caricias, oí que Pilar dejaba escapar un largo suspiro. El hombre era consciente que yo los observaba, la dio vueltas hacia mí, vi el rostro de Pili rojo de vergüenza y de excitación, el trabajo que él ejecutaba estaba resultando en que mi hija se excitaba como una mujer.

Vi sus manos acariciar todos los rincones de la niña, deslizarse por su trasero redondo, ingresar a la zona pubica, abrir los labios de su pequeña vagina , deslizando uno de sus dedos largos en esa preciosa intimidad. Sabia que no debía exitarme con lo que veía, pero fue inútil, sentí mi verga dura, mis manos transpiradas, mi respiración muy corta , jadeante. Pilar se mantenía con los ojos cerrados dejando que esas manos grandes se deslizaran por su cuerpo, aceptando las caricias, realizando pequeños movimientos de su pelvis, respondiendo de manera natural al estimulo que recibía.

Las manos de Don Manuel levantaron la gruesa chomba de la niña arrastrando la camiseta que estaba debajo de ella, dejándola completamente desnuda. Sus labios se apoderaron de los pequeños senos que apuntaban desafiantes. Me pareció que los senos de Pilar habían crecido en esos momentos.

El hombre chupaba un senito y pasaba al otro succionando. Oía el sonido de la succión.
En un momento Pilar me miro a los ojos y me envío una dulce sonrisa tranquilizadora.
Mi hija estaba disfrutando las caricias. Don Manuel levanto en vilo a Pilar, su pequeño cuerpo fue depositado en el largo y cómodo sofá. Le abrio las piernas con sus manos y acerco su rostro a su pequeña rajita comenzando a lamer esos tiernos labios vaginales.
Pilar no pudo mantenerse al margen de esa estimulación, su cuerpo comenzó a responder moviendose al ritmo de las caricias. El hombre en un momento me miro y me hizo un gesto sonriendo. Me comunicaba su complacencia y su agrado ante tan sorprendente respuesta de la niña. El cuadro era sobrecogedor.

Mi niña desnuda recibía la boca de ese hombre abriendo sus piernas al máximo, jadeaba, murmuraba, exclamaba pequeños quejidos. Don Manuel no daba tregua, uno de sus largos dedos se deslizo hacia el trasero y si bien no pude ver por la posición que me encontraba, la respuesta de Pilar levantando su cuerpo me indico que ese dedo había penetrado en su interior abriendo su delicioso culito.

Era muy difícil para mí mantenerme impasible y en silencio, sin embargo sabia que todo lo que sucedía dependía de mi actitud, cualquier movimiento brusco o cambio de posicion rompería ese acto, que, hasta el momento, lo encontraba delicado , dentro de lo violento de su origen.

Pilar comenzó a exclamar quejidos mas prolongados.
La lengua de Don Manuel ataco con mas intensidad.
Mi hija se revolcaba en el sofá con los ojos cerrados.
Un largo quejido acompañado de un grito prolongado nos indico que estaba recibiendo su primer orgasmo.
Quedo como desvanecida , mientras Don Manuel se retiraba observando su encantadora desnudez.

Juan. - la voz de Don Manuel era un jadeo profundo- Tu hija es encantadora.
, ya viste como ha gozado, me gusto mucho.

Pilar se había recuperado y me miraba avergonzada, sin saber que venia ahora .
Don Manuel por lo visto solo estaba empezando.
Bien Pilarcita- le dijo a la niña.
Has disfrutado de tu primer orgasmo, me alegro mucho, ahora tu debes hacerme lo mismo a mi. – Diciendo esto bajo sus pantalones hasta la rodilla dejando ver su pene que se presentaba durisimo por la excitación.

Pilar miro esa verga con ojos de curiosa sorpresa. Dirigió s u mirada hacia mi y yo le devolví una sonrisa tranquilizadora. Mira Pili- Don Manuel blandía en la mano su verga delgada, me llamo la atención su extremada delgadez, era como una vela de un grosor reducido.Era un pene delgado y pequeño. Sentí mi verga pujando dentro de mi pantalón, sabia que en tamaño lo superaba unas tres veces, mi pico era grueso y media unos 18 centímetros. Curiosamente el comprobar esa diferencia me tranquilizo, ese pene no podía hacer mucho daño.

-Pilar.
colócalo en tu boquita- Don Manuel acompaño sus palabras atrayendo a la niña , acercándola a su pene.
Así ,mi amor.
- Le tomo su mano pequeña y la coloco sobre su miembro indicándole como moverla para estimularlo.

Pilar comenzó a mover esa verga mirándola con detenimiento. Era la primera vez que veía un miembro masculino y su sorpresa estaba superada por la curiosidad. Fue ella la que tomo la iniciativa, en un momento detuvo el movimiento de su mano y acerco su boca dándole un tímido beso a la cabeza roja del pene del hombre. Algo se movió en mi interior, era una imagen demasiado excitante.

Don Manuel la guío con frases suaves y tiernas, casi en un susurro, indicándole como chupar la verga, en unos minutos vi entrar en la boca de mi hija ese miembro y ella mover su cabeza adoptando un ritmo de succión . Don Miguel se estiro en el sofá y Pilar continuo chupando, solo se escuchaban los sonidos de sus labios y los quejidos que el hombre emitía.

Por mi ubicación veía el cuerpo desnudo de mi niña que se movía, mas allá de la boca que chupaba se movía entero, en un ritmo ondulante, nuevamente estaba excitada.
Don Manuel sintió venir su eyaculación y presiono la cabeza de Pilar para que su miembro entrara mas profundamente. Lo vi contorcionarse y gritar en el orgasmo.
Pilar no se retiro, continuo chupando como una experta. No veía, pero sabia que los chorros de semen estaban invadiendo la boca de mi hija, me causaba sorpresa que ella no se retirara. Se mantuvo chupando hasta que la verga delgada del hombre quedo muy limpia y se encogió a su diminuta dimensión normal.

Don Manuel beso a Pilar en la boca con pasión y cariño. Ella levanto su rostro devolviendo el beso de manera ingenua.

Juan- su voz ya no era agresiva, prepotente- Ha sido una experiencia inolvidable.
Entenderás que por mi edad después de esto no puedo continuar, así que debo marcharme, que te parece si mañana terminamos con nuestro acuerdo ¿ Todo depende de Pilar- le conteste, mirando a mi hija que se mantenía expectante a nuestra charla.
Pili.

¿ Mañana lo hacemos de nuevo?- la pregunta de Don Manuel a Pilar era tramposa, sabia que al día siguiente las cosas se retomarían desde donde quedaron hoy. Sin embargo ya estabamos en esto, retroceder era perder lo ya realizado, no quedaba mas que seguir adelante.

Bueno.
mañana- dijo Pilar.

Se puso de pie y paso ante nosotros desnuda llevando sus ropas en la mano en dirección a su pieza. La vimos salir moviendo su hermoso cuerpo pequeño hasta que ingreso en el dormitorio. Don Manuel me palmeo el hombro y se despidió con una sonrisa .

-Mañana vengo Juan, a la misma hora, traeré los papeles de la hipoteca para que te los guardes de recuerdo- se despidió afectuosamente, dejándome en un mar de sensaciones encontradas, contradicciones morales, estímulos sexuales .
una selva de sentimientos cruzados. Volví al dormitorio.

Pilar aun estaba desnuda y traía una vasija con agua para lavarse. Le di un beso en la cabeza y la abrace. La tibieza de su cuerpo, las imágenes que recién había presenciado volvieron con toda su carga estimulante.

Hija.
gracias- volví a besarla.

Ella devolvió mis caricias apretando su cuerpo contra el mío. Mi verga había despertado nuevamente y pugnaba por salir. Preferí alejarme, fui a calentar agua para que se lavara con mas comodidad. Termino su aseo y se acostó. Prepare café y la acompañe a su pieza para tomar la bebida caliente. Conversamos sobre lo sucedido. Aprovechamos de aclarar muchas dudas sobre sexualidad que ella tenia. Hablamos de todos los temas.

Estabamos en eso cuando ella me dijo: Papa yo nunca había visto un pene, es extraño.
Por que extraño, mi amor? -No sé pense que eran más grandes.
Bueno Pili.
hay de muchos tamaños.
Es que yo no conozco de eso papa.
por que no me muestras el tuyo?...

Continuara...

 
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