La conocÃ* en el colectivo

roman74

Pajillero
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LA CONOC� EN EL COLECTIVO (Inspirado en Piru)
Este es otro humilde aporte inspirado en la hermosa figura de Piru, la mujer de mis sueños.
"Era un dÃ*a más como todos los dÃ*as. Me levanté a las 7.30, desayuné y me dirigÃ* a la parada del colectivo.
AhÃ* la encontré. Es una mujer muy pero muy linda, ya no es tan joven pero sigue siendo muy atractiva. Se viste muy bien... supongo que trabaja en el centro de la ciudad porque todos los dÃ*as toma el colectivo que va para ese lugar. Toma el vehÃ*culo diferencial, que sale más caro que el otro porque la gente va sentada y tiene aire acondicionado.
Yo siempre tomo el común y dejo pasar varios mientras ella espera el diferencial, asÃ* la puedo contemplar a gusto.
Como ese dÃ*a me habÃ*a quedado dormido y salÃ* apurado de casa también me tomé el mismo colectivo que ella, para no llegar tarde a mi trabajo y de paso viajar juntos, porque esa mujer tan linda no la puedo sacar de mis sueños y huelo su perfume y me la imagino recién bañadita y me pongo a mil.
Me senté a su lado. Se puso a leer un diario y aproveché y le comenté algo sobre una noticia que habÃ*a salido en primera plana y... comenzó el diálogo. Luego me bajé y listo, seguÃ* soñando con ella.
Al dÃ*a siguiente, obviamente, tomé el mismo colectivo que ella. Ya en confianza hablamos de mil cosas, me preguntó si tenÃ*a novia y le dije que convivÃ*a con ella desde hacÃ*a 4 años. Ella me dijo que era casada, lo cual me excitó aún más.
Me excitaba lo prohibido, solo pensar lo que podÃ*a enseñarme!!!
Fue asÃ*, que ese dÃ*a, entre palabras que iban y venÃ*an le toqué accidentalmente una pierna por encima de su pollera. Me miró, me sonrió y me dio un beso, un muy húmedo beso. Tampoco podÃ*amos matarnos dado que los que viajaban en el colectivo eran los mismos de todos los dÃ*as. Fue una transa muy linda. Le di mi teléfono y le dije que me llamara, porque yo siempre bajaba antes que ella.
Me llamó a la tarde y arreglamos un dÃ*a y nos encontramos. A mi me comÃ*an los nervios. A pesar de mis 28 años nunca habÃ*a sido infiel y no tuve tantas mujeres en mi vida, digamos que mi experiencia era solo con una mujer.
Cuando nos encontramos nos besamos en la mejilla, tomamos un café y nos fuimos derecho a un hotel dado que no dábamos más de la calentura.
Apenas entramos en la habitación nos tiramos en la cama como dos quinceañeros y desesperados nos mordimos los labios.
Comencé a meter mano y noté que la tenÃ*a toda peluda... como a mi me gusta. ¡Qué lindo!
No tardé en hundir dos de mis dedos en su húmedo tesoro... mis dedos blancos de su flujo. Saqué mis dedos, me los chupé y se puso loca.
Me sacó mis jeans bruscamente y me succionó el pene terriblemente arrancando mi primera acabada en su dulce boca.
Le querÃ*a devolver el favor asÃ* que la tiré en la cama, me hundÃ* en sus piernas y lamÃ* su clÃ*toris como nunca antes lo habÃ*a hecho a mujer alguna.
Ella se retorcÃ*a y tocaba sus pechos. No tardó en correrse, asÃ* que ahora estábamos a mano.
SubÃ* y besando sus duros pezones, se la introduje. SentÃ*a sus húmedas paredes.
Ella se movÃ*a con mucho placer mientras yo la bombeaba. Aquella madurita era mÃ*a, toda mÃ*a.
Entrelazó mi cintura con sus piernas como un monito... entraba y salÃ*a una y otra vez. Le saqué las piernas de mi cintura y las coloqué en mis hombros para que entrara mi verga aún más adentro.
Qué placer! La maté! Entraba y salÃ*a a una velocidad que nunca me imaginé que pudiera lograr.
Nuestros cuerpos estaban entrelazados. Me cabalgó mientras yo bombeaba de abajo.
Gritamos juntos.... ahhhhhh.... siiiiiiiiii... llegamos juntitos, inmersos en la humedad de nuestros jugos.
Me dispuse a romperle la colita, ya que mi novia no me dejaba hacerlo se lo hice a mi compañera de viaje, esa fabulosa mujer.
Estábamos empapados y por eso no fue necesario lubricarla. Apunté la puntita de mi pija, que no es grande (17 x 5) pero que a todas les agrada y les da un poquito de cosa tenerla en la colita.
MetÃ* la cabecita, un poquito más y después todaaaaaa. Ahhhhhhh... qué lindo se siente todo apretadito. Me movÃ* suavemente primero para después bombear como loco y llenarle de una vez por todas su culito de leche. Ufffff qué manera de acabar!!! La lechita chorreaba de la colita hacia la conchita. Me agaché y lamÃ* mi semen y comencé nuevamente a chuparle toda su conchita y le arranqué otro orgasmo.
Luego nos dormimos abrazados.
Fue mi primera infidelidad y jamás pensé que lo prohibido tuviera tan lindo gusto.
Fue excelente y desde ese dÃ*a nuestros viajes son más placenteros.
Seguimos teniendo relaciones y pronto se la contaré.
Todo se lo debo a Piru, la musa inspiradora de mis gratos sueños.
 
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