Juan y su Madre Adela

heranlu

Veterano
Registrado
Ago 31, 2007
Mensajes
6,034
Likes Recibidos
2,435
Puntos
113
 
 
 
Mi nombre es Juan, y pertenezco a una familia acomodada de una pequeña provincia española. Soy el menor de 3 hermanos y actualmente el único que reside con mis padres. Por ser el menor siempre fui un poco mimado, sobre todo por mi madre, mas que por mi padre, medico de profesión.

La historia en cuestión se centra en mis relaciones con mi madre Adela, una hembra de bandera de 1,65 cm de altura y 70 kilos de peso, morena , de 45 años y con unas tetas impresionantes, algo puritana y recatada., pero que no puede evitar mostrar sus encantos.

Por aquella época mis hormonas estaban revolucionadas, me la cascaba mas que un mono y en cuanto veía una mujer me la imaginaba desnuda. Fue casi inevitable que me fijara en la jamona de mi madre y que comenzara a espiarla , pero sin ningún resultado.

Una noche escuche una conversación entre mis padres:

-Juan el niño me tiene preocupada, esta raro, como ido. Se pasa la vida encerrado en su cuarto habla poco y he notado que come poco. Tiene mala cara y muchas ojeras, ¿ no deberias hacerle una analitica ?.

- Al niño no le pasa nada, dijo mi padre . Lo que le pasa es que a estas edades, estará todo el día “dándole a la zambomba”. En cuanto eche un par de polvos con una tía se le pasa. Es ley de vida

- Pero que bruto eres, dijo mi madre.

Eso me dio una idea, si preocupaba más a mi madre, a lo mejor conseguía algo, así que empecé a comer menos delante de ella, pero a escondidas me ponía morado. La verdad es que tenia razón mi padre, me la cascaba muy a menudo, pero eso me daba hambre. Tenia que ser cuidadoso

Empecé a no desayunar, saltarme las comidas, comer poco.....

Mi madre protestaba mucho, ¿ pero que te pasa ?. Tienes que comer más... Vas a caer enfermo ......

Un día, después de salir del instituto y de comerme 2 hamburguesas con una coca cola, llegue a casa. Mi madre como siempre tenia la comida preparada. Ese día estábamos los dos solos en casa. La miré de reojo. Estaba preciosa, como siempre.

-Juanito, venga a comer, dijo mi madre

-No tengo hambre le dije y me fui a mi habitación

Me estaba cambiando , cuando se abrió de golpe la puerta de mi cuarto, mi madre me pillo en calzoncillos y dijo muy enfadada: Esto no puede seguir así, ¿Pero que es lo que te pasa ? ¿ Que problema tienes ? Puedes confiar en mamá...........

-Mira mama, dije titubeando, todos mis amigos tienen novia y yo no

-Bueno hijo, ya la tendrás

-Si, ya la tendré , ya la tendré.... Menuda solución

-Además..........

-Además ¿qué ? dijo mi madre....

-Pues que además me duele mucho aquí, le dije señalándome el paquete

-Pues tendremos que ir al medico, me contesto. Se lo diremos a tu padre.

-No le dije, me da mucha vergüenza

-Bueno pues a ver, enséñamelo, dijo poco convencida

-Yo no lo dude, me baje el calzoncillo y mi pene salto como un resorte, me excitaba sobremanera que mi madre me viera la polla.

- Hijo, pero como estas, dijo asombrada al ver la tremenda erección que tenia........ Tu..., tu.... tu te masturbas ?, dijo con cierto pudor.

-Si, lo intento, pero no se si lo hago bien, ¿me podrías ayudar mamá? No me podia creer lo que acababa de decirle

Se hizo un silencio interminable en la habitación, mi madre tenia la mirada perdida y de vez en cuando miraba mi pene tieso como un palo

-Ya me las apaño yo, la dije subiéndome el calzón

-No , anda ven.... dijo sentándose en la cama, pero de esto ni una palabra a nadie ¿Ehhh ?

-Si mamá lo que tu digas, dije acercándome a ella , poniendo mi falo a escasos centímetros de su preciosa cara.

-Donde te duele a ver, dijo palpandole los cojones. Mira lo primero que tienes que hacer es bajar el prepucio, me dijo posando su mano en mi ariete. Y luego con cuidado tienes que acariciarte así, de arriba abajo, de arriba abajo, de arriba abajo..............

Alucínate, mi madre me estaba haciendo un pajote. Mi pene crecía y crecía. Y el glande empezaba a coger un color rojo amoratado.

¿Te hago daño cariño?, dijo. ¿Te duele?, volvio a decir con poca voz........ no me miraba, miraba al otro extremo de la habitación, sabia que aquello no estaba bien, pero el color rosado de sus mejillas la traicionaban. Yo por mi parte la veía sentada en la cama, y también veía como sus pechos se bamboleaba al compás de la paja.

- Mamá, mamá, mamiiiiiii, dije yo, con un grito ahogado apoyandome sobre sus hombros

No pude aguantar mucho, tampoco la pude avisar, el grifo de abrió, podria haber llenado un vaso del blaquecino liquido, y varios chorros potentes de lefa aterrizaron en la carita de mamá, en su pelo, en su nariz, en sus tetas, un lefazo incluso se estampo en su boca

-Joder Juanito como me has puesto.... Venga a comer, y salió de mi habitación como si nada, meneando ese culazo que tenia

Caí en la cama rendido, recreándome en cada segundo de lo que acababa de ocurrir.
Salí de mi habitación y comí con mi madre, que no dijo ni una palabra de lo que había sucedido. Parecía no darle importancia, pero yo sí que se la daba, mi madre me había hecho la mejor paja de mi vida, y me gustaría repetirlo o incluso ir a más.

Mi mente calenturienta, no dejaba de pensar en lo sucedido, ¿le habrá gustado?, Nada me confirmaba que podría tener alguna esperanza en repetir lo sucedido, pero seguí adelante con mi comportamiento, comía poco delante de ella y me hacia el distraído, pero pasaban los días y mi madre parecía que no volvería a caer en la trampa.

Un día que estábamos solos, al salir del baño y llevando solamente una toalla como abrigo le dije:

-Mamá tenemos que hablar

-Que quieres, Juanito

-Sigo teniendo el mismo problema, ¿podríamos repetir lo de la otra tarde?

-Ni hablar, contesto. Eso no volverá a repetirse. Si se entera tu padre nos mata.

-Pero, no tiene por que enterarse. Mira ya no puedo más, y voy a hacer una locura. Mis amigos hablan de sus experiencias con sus novias, y yo no sé ni que decir. Ni siquiera he visto una mujer desnuda al natural en mi vida

-Pero Juanito, contesto ella. Ya tendrás tiempo…..

-Si, y mientras tanto soy el hazmerreir de todos. Me da miedo irme de putas y coger una enfermedad, le dije marchándome llorando a mi habitación.

Mi madre permaneció callada, pero al rato sonó la puerta de mi cuarto: puedo pasar. Si conteste. Se había cambiado, llevaba una bata azul de estar por casa que rara vez se la ponía pues decia que le estaba muy ceñida.

Se quedo un rato pensativa a unos metros de mi y diciendo: anda…….., mira……… (con cierta resignación), dejo caer la bata al suelo. Llevaba puesto un sujetador color carne y unas bragas a juego.

Joder, que buena estaba mi madre. Uffffff. Mi pene reacciono dejando una tienda de campaña bajo la toalla que lo cubría

Pero, mama, así no se ve nada…… la dije con voz mimosa.

Dejo pasar unos segundos y dejo caer el sujetador al suelo, mostrando sus tremendas ubres, algo caídas pero firmes y gordas con unos tremendos pezones más oscurecidos.

Contento, me dijo acercándose a mí.

Mamá nunca había visto algo tan bonito en mi vida, la dije acariciando uno de los pechos, que no me cabía en la mano. La toalla que me cubría cayó al suelo y mi pene apareció victorioso, a la altura de sus bragas.

Ayúdame, la volví a decir.

Su mirada me quemaba, me dio cierto reparo y me senté en la cama. Ella se sentó a mi lado.

Hijo esto no puede ser. Encontraras a una mujer y serás feliz con ella……..

Ayudame, repetí, dejándome caer sobre la cama y haciendo que mi pene tomara todo su esplendor. La puse la mano en su espalda bajando suavemente hacia su culo. Ella tomo mi polla con la mano, un escalofrió recorrió mi columna vertebral, y se tumbo a mi lado, iniciando un nuevo pajote. Pero esta vez quería ir a más, y mientras me masturbaba, le sobe las tetas, jugando con sus pezones, hasta que mi madre empezó a jadear. Entonces me metí un pezón en mi boca y lo succione y mordí. Los suspiros se hacían más fuertes.

No sé como paso, pero me vi encima de ella. Nuestras bocas se fundieron en un apasionado beso y le quite como pude sus bragas color carne, empapadas por sus fluidos.Pude contemplar su oscuro bosque del placer , muy negro y poblado.

-No puede ser, no puede ser Juanito, repetía sofocada. Mientras yo conducía con mano la polla hasta su cueva. Mamá arqueo las piernas y la perforé sin ninguna dificultad. Empecé un intenso mete saca, ella empezó a bufar, y sus tetas se balanceaban de un lado a otros.

-Me corro, me corro. Pero que guarra soy, y con mi propio hijo AHHHHHHHHHHHHHHHH

Y nos fundimos en un intenso orgasmo.

Permanecimos unos minutos en la cama. Luego se oyó la cerradura de la puerta. Mi madre se levanto corriendo de la cama cogiendo se ropa interior y la toalla del suelo. Un hilillo de semen le caía por los muslos

-Adela, Adela……… Era mi padre, que llega a casa.
Hola Juan cariño, que pronto has llegado hoy, dijo mi madre, me voy a dar una ducha antes de comer. Esto lo escuche detrás de la puerta de mi habitación. Me vestí, reflexione unos segundos sobre lo ocurrido y salí de la habitación.

En el pasillo me encontré con mi madre que me hizo un gesto de negación con la cabeza. “No puede ser” dijo en voz baja mientras se encerraba en su cuarto. Estaba preciosa con el pelo mojado envuelta en un toallón. Me entraron ganas de volvérmela a follar

-Hola papá

-Hola hijo, ¿Qué tal todo? No sabía que estabas en casa.

-Estaba recogiendo mi habitación.

-Bueno y con las chicas, ¿qué tal? Sales con alguna.

-Así, así. Me gusta una, pero no me hace mucho caso. Tal vez porque es algo mayor que yo.

- Nada, tu “atácala” dijo muy machito sin saber que me refería a su mujer. Ten en cuenta que cuando una mujer dice “no”, es que quiere decir “si”. Te lo digo yo por experiencia. Se me vino a la mente a mi madre entrando en su habitación diciendo “No puede ser”.

Durante semanas mi madre no me hacia el menor caso, me ignoraba totalmente, y procuraba evitarme siempre que podía. Cuando estábamos todos, parecía normal, pero cuando estábamos a solas era muy fría y distante conmigo.

Había intentado algunos acercamientos, algún roce inesperado, pero siempre me ponía mala cara. También intenté hablar con ella, pero nada. No me dejaba argumentar nada. “Ni hablar más del tema “ me solía decir. Creo que sabía que podía volver a caer en la trampa y también sabía que lo que había hecho no estaba bien.

Un día me encontré con mis padres en el portal, venían de hacer unas gestiones. Mi madre estaba preciosa con un vestido negro que marcaba sus curvas, sobre todo ese culazo que tiene. Subimos juntos en el ascensor, con otro vecino. Yo me puse detrás de mi madre. Mi padre pulso el 5, que es piso donde vivimos, y al arrancar el ascensor posé mi mano en su culazo apretándole bien una nalga. Mi madre dio un respingo diciendo Uhy… ¿Qué te pasa?, dijo mi padre. Nada, contesto ella. Me ha entrado como un escalofrío. Continuamos hasta el 5 piso con mi mano en su culo y ella sin protestar.

No hablamos del tema. Me seguía ignorando y empezaba a perder mis esperanzas de volvérmela a follar.

-Hoy tengo guardia en el Hospital, dijo un sábado mi padre mientras cenábamos.

-Os voy a dejar solitos toda la noche. Portaros bien. Prosiguió inocentemente

Mi madre y yo cruzamos nuestras miradas y se puso colorada. ¿Seria una señal?

En cuanto salió mi padre por la puerta, Adela me dijo: me voy a bañar y a acostarme que me duele la cabeza. Pero mamá…. Hasta mañana, dijo sin dejarme terminar la frase.

Pasaron las horas, me quede viendo la televisión ensimismado con mis pensamientos, recordando mis experiencias con mi madre, y poniéndome cada vez más cachondo.

Me fui a mi cuarto y me desnude, pero cuando me iba a acostar, preso de un ataque de locura Salí de mi habitación en pelotas y llame en la puerta de su cuarto : mamá, mamá …. ¿estas despierta?. Pero no contesto.

Entre en su habitación muy despacio, sin hacer ruido. Poco a poco y a través de la penumbra mis ojos se fueron acostumbrando hasta ver a madre que dormía plácidamente. Me acerque a ella muy despacio, y sin hacer ruido fui retirando lentamente la sabana que la cubría. Llevaba puesto un camisón claro, no distinguí bien el color, pero lo que si distinguía eran sus pezones queriendo salir de su abrigo, y sus blancos muslos.

Me senté a su lado y comencé a subirle el camisón en busca de su tesoro. Entonces despertó:

-¿Qué haces ?. Estás loco……. De eso nada. Esto no pude ser. Entiendes Juanito

Entonces recordé las palabras de mi padre : “Ten en cuenta que cuando una mujer dice “no”, es que quiere decir “si”. Te lo digo yo por experiencia.”

Me abalance sobre ella como un loco, le empecé a besar donde podía, en la cara en los hombros, en sus tetas…. Ella protestaba pero la tenía bien sujeta por las muñecas.

-No, no, me vas a violar empezó a decir entre sollozos

Entonces reaccione:

-Perdona mamá, perdona, te quiero, le dije también entre sollozos apoyando mi cabeza en su vientre. Se hizo un largo silencio, de repente sus manos se posaron en mi pelo jugando con él, y un extraño olor invadía mis fosas nasales, era un olor a hembra, a hembra en celo. Mi miembro empezó a reaccionar.

Estuvimos así unos minutos y poco a poco empecé a darle besitos en su vientre, y también muy lentamente, empecé a descender sin ningún impedimento. Solo pude escuchar :

-Juan, Juanito hijo…….. ¿Que me haces? al llegar a mi objetivo.

Era un coño hermoso, carnoso, con unos labios grades a los que me amorre, los sorbí, los chupe, los mordí, y jugaba con mi lengua con ellos. Era mi primera vez, pero por los bufidos de madre, no lo debía estar haciendo muy mal.

Luego me puse en posición inversa a ella para que también me diera placer. Note su mano en la base de mi pene , otra mano apretando mis pelotas, y un calorcito muy rico en el glande. Mire, y la escena era de los mas sexual, mi madre me hacia un lento pajote con mi polla en su boca. Entonces me centren la faena. Metí mis manos debajo de su culo y separe sus nalgas ofreciendo bien todo su sexo, y su ano. Me lo comí todo.

Entre gemidos nos corrimos como animales, mi cara quedo empapada de sus jugos y mamá se bebió una buena ración de semen, no dejo ni una gota. Me dejo la polla reluciente y limpia

Me incorpore a su lado. No hablamos. Nos recuperamos de la batalla, pero sabia que tenía toda la noche, y una vez cometido el pecado, el que hace un cesto hace cientos.

Mi madre intento decir algo, pero la bese en la boca acallando sus palabras. Baje mi mano por su espalda hasta que llegue a su culo. Me queda algo, la dije. Intento nuevamente hablar pero la volví a besar con pasión. Mis dedos ya jugaban con su prieto ano, y poco a poco fui venciendo su resistencia. Adela estaba desbocada, llena de lujuria

Mi madre alargo el brazo y cogió algo de su mesilla de noche. Era un botecito, luego supe que era vaselina. Se puso un poco en el culo, y sin decir una palabra se sentó a horcajadas sobre mí, cogió mi pene lo puso en la entrada de su estrecho agujerito y se sentó muy despacio sobre el emitiendo pequeños quejidos, mordiéndose un labio y con una cara de puta impresionate. Me iba a joder bien jodido, pensé

Poco a poco empezó a cabalgarme con más fuerza sus tetas empezaron a bailar, yo me aferre a ellas pellizcando sus pezones, entonces empezó a bramar . La muy guarra ahora sí que se estaba follando a su hijo.

Mamá, para, para…. me haces daño.

Se bajo de su montura, entonces la puse a cuatro patas y la metí la polla de un golpe en su ojete, ahora ya estaba bien dilatado, aún así emitió un grito ahogado AHHHHHHHHHHH. , Pero ahora era yo quien tenía el control, la agarre de sus poderosas caderas y la di bien dada por el culo durante un buen rato. Mis pelotas chocaban contra su coño encharcado y mi mástil la destrozo ese culazo que siempre había deseado hasta que me corrí bien adentro.

Cuando se la saque una “O” tremenda se dibujaba en el centro de su culo, y mi semen brotaba a borbotones. Caímos rendidos sin hablarnos.

Rompimos las barreras y desde ese día me la he follado en multitud de ocasiones. Ella protesta, pero sabe que no hay marcha atrás. Lo que más me gusta es darla por el culo y oírla gritar, pero cada vez está menos estrechito. “Te lo he dejado como la boca del metro” le digo algunas veces
 
Arriba Pie