Instinto Materno

heranlu

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Hace muy poco tiempo que me he iniciado en esto de la escritura y para mi sorpresa algunos de los relatos que he escrito parecen haber causado un cierto impacto, bastantes personas me han escrito y he recibido de todo un poco, los hay que simplemente se dedicaron a insultarme, no obstante mi gran satisfacción fue constatar que la gran mayoría me haya felicitado cordialmente animándome a seguir escribiendo, a estas personas desde aquí les doy mis mas sinceras gracias, también hay muchas personas que a través de mis relatos creen haber interpretado una especie de autobiografía mía, he de desengañarles a todos, todos mis relatos son pura ficción. Lo sorprendente para mí fue recibir una serie de E-MAIL´s donde algunas señoras me relatan su particular historia, algunas de ellas sé que son simplemente pequeños intentos de tomadura de pelo pero... De todas ellas he extraído una que realmente me ha impactado, no sé si es verdad o no, simplemente me he limitado a recogerla y darle forma, los nombres que puedan aparecer son todos ficticios y el lugar donde se desarrollan los hechos también.



Esta historia es la de una madre y su hijo la cual fue relatada por ambos protagonistas según se fueron desarrollando los hechos.

CAPITULO I (ISABEL)



Mi nombre es Isabel, se inicia esta historia cuando acabo de cumplir 28 años, soy enfermera titulada en el Hospital de La Coruña, físicamente no soy nada especial pero tampoco estoy nada mal, soy morena, tengo ojos azules, mi estatura es de 1,72m. y mis medidas rondan los 98 - 67 - 105 puede resultar un poco exagerado pero mi estatura disimula muy bien mi culito y caderas prominentes, mis tetas dicen que están perfectas, estoy casada, mi marido es médico especialista en enfermedades Cardiovasculares trabajando en el mismo hospital, ambos tenemos un niño de 10 añitos, se llama Javier (Javi para mí)

En la familia todo marchaba estupendamente bien a pesar de que no nos veíamos mucho desgraciadamente debido a nuestros trabajos a turnos y las guardias de mi marido (Para mí demasiado frecuentes) Vivimos en una urbanización en las afueras de la ciudad disfrutando de todas las comodidades.

Todo se derrumbó el día que el supervisor de planta entró de improviso en el despacho de mi marido y sorprendió a este con su ayudante sentada sobre su mesa y él con los pantalones en los tobillos incrustado entre las piernas de la chica, el escándalo que se armó fue mayúsculo, esto nos llevó directamente al divorcio, resultó que desde mi embarazo de Javi mi marido se lió con su ayudante, desde esa han mantenido una relación bastante formal, lo curioso era que aparentemente él estaba perdidamente enamorado de mí. Ellos se desplazaron a Madrid y desde luego el que fue mi marido nunca mas se volvió a acordar de mí y de su propio hijo. En principio sufrí una depresión espantosa que estuvo a punto de abocarme al suicidio, hasta que reaccioné al darme cuenta de que mi hijito era el que realmente estaba sufriendo las consecuencias de la separación de sus padres. Vendí el chalet en el cual vivíamos puesto que su mantenimiento para mi sola era excesivo y me compré un coqueto pisito en el centro de la ciudad, a pesar de que tenía pretendientes por todos lados desde la separación nunca mas quise saber de ningún hombre, es mas, mis necesidades sexológicas parecieron atrofiarse, por mi cabeza en ningún momento pasaba una posible relación sexual, no sentía en absoluto esa necesidad, cuando vivía con mi marido cualquier cosilla por trivial que fuese como tuviese la más mínima relación con sexo mi vagina comenzaba a mojar mis braguitas, se puede decir que era una mujer sexualmente muy activa, pero como digo, desde la separación mi vagina pareció secarse y no he vuelto a sentir la sensación de humedad en ella. Me volqué absolutamente sobre mi hijo y por todos los medios procuré criarle y educarle no precisamente como una madre sino como la mejor de sus amigas, no sé él porque ni desde cuando él dejó de llamarme MAMÁ y simplemente me llamaba por mi nombre (Isabel en su boca me sonaba a gloria) Curiosamente y al mismo tiempo yo dejé de utilizar la palabra HIJO, nuestra relación era de una unidad absoluta aunque al mismo tiempo de lo mas natural a excepción de algunos pequeños detalles. Javi era tremendamente cariñoso e introvertido, tenía un montón de amiguitos y amiguitas con los cuales jugaba y asistía a sus fiestas pero según fue creciendo se unía mas a mí, notaba que siempre estaba pendiente de mis actos, si por cualquier circunstancia me retrasaba en llegar a casa inmediatamente se interesaba por el motivo incluso le notaba como si se pusiera celoso aunque como estaba seguro de que no salía con nadie y que al mismo tiempo yo no tenía interés por ningún hombre inmediatamente se disculpaba y me llenaba de besos y carantoñas, a pesar de que seguía manteniendo amigos y mas de una amiga su amistad era mas bien ligera, prácticamente no salía con ninguno y realmente disfrutaba saliendo conmigo, le encantaba ir conmigo a la playa al cine de compras etc. Esto comenzó a ocurrir a partir de haber cumplido Javi los diecisiete años, su único deseo era ir a todas partes conmigo, a mí realmente me hacía sentir la más feliz de las mortales (Mis amigas decían que más que un hijo tenía a un verdadero novio) Javi seguía creciendo y estudiando, nuestra unión cada vez era mas estrecha dentro siempre de la más estricta normalidad, yo le quería con locura pero pensando siempre como madre por mi cabeza en ningún momento llegó a pasar otra cosa, no obstante desde que Javi cumplió los 17 años yo le notaba cosas raras que atribuía a esa complicada edad, él aprovechaba todas las ocasiones para tocarme, besarme etc. Yo lo tomaba como la cosa más natural del mundo, pero en una ocasión limpiando su habitación por casualidad en su armario descubrí una especie de doble fondo y en él entre otras cosas me encontré un conjuntito de braga y sujetador muy provocativo que me había comprado mi ex marido el cual jamás me puse y ni me acordaba de él, quedé sorprendidísima máxime que la braga tenía signos evidentes de manchas de semen, me quedé pensativa y empecé a comprender ciertas cosas "Javi estaba enamorado de su madre y la deseaba" Yo estaba terriblemente confundida, no sabía que hacer ni que pensar, me senté a reflexionar y al final la decisión que tomé fue simplemente la de observarle y haber que pasaba, al mismo tiempo me di cuenta que un cambio se había producido repentinamente en mí, me di cuenta, mejor dicho noté que mi vagina estaba mojada, el hecho de imaginar a mi hijo pajeándose a cuenta mía me había excitado, me sentí terriblemente avergonzada y traté por todos los medios de alejar esos pensamientos de mí.

Javi terminó COU y la selectividad con unas notas inmejorables, para celebrarlo le invité a cenar en un buen restaurante, los dos estábamos radiantes de felicidad.

A estas alturas creo que debo describir a mi hijo, es realmente guapo, mide 1,82m. es fuerte y muy moreno, ojazos azules al igual que su padre y yo, con casi 18 años realmente aparenta 25 sobretodo debido a su cerrada barba, seriedad y aplomo, por mi parte debo decir que el paso del tiempo en lugar de perjudicarme pareció favorecerme, con 35 años cumplidos realmente aparento 10 años menos.

Nos preparamos para dirigirnos al restaurante, era pleno verano y hacía bastante calor por lo cual yo me enfundé en un ligerísimo vestido de noche que resaltaba toda mi anatomía de una forma formidable, lo había comprado el día anterior así como un conjuntito de braga y sujetador realmente provocativo pero... me pregunté ¿A quien quieres provocar? Mi cabeza se negó a darme una respuesta lógica, salí de mi habitación, Javi me estaba esperando y cuando me vio se quedó pasmado, yo coquetamente me di una vuelta a su alrededor.

¡Y bien! ¿Qué te parece? ¿Estoy guapa?

¡Isabel, estas guapísima! ¡Eres la mujer más bella del universo!

Me cogió de la cintura y me elevó como una pluma sobre él girando al mismo tiempo sobre sí mismo. Nunca lo había hecho pero como la cosa más natural del mundo me dio un ligero beso sobre los labios, yo en principio me quedé un poco sorprendida pero enseguida dejé de darle importancia, es mas me gustó, lo que sí noté fue que para depositarme en el suelo rozó mi cuerpo sobre el suyo bastante mas de lo normal mas... Tampoco le di mayor importancia ¿Me había gustado? ¿Me estaba gustando? Mi vagina volvía a estar mojada, volvía a estar excitada, comencé a sentir una especie de hormigueo por todo el cuerpo que me gustaba pero al mismo tiempo me hacía sentir inquieta, preferí olvidarlo.

Nos dirigimos al restaurante donde cenamos maravillosamente, al finalizar la cena...

¿Adónde quieres ir? ¿Qué quieres que hagamos?

Isabel, no sé como pedírtelo, a mí me gustaría...

Hoy puedes pedirme lo que quieras, lo tienes concedido de antemano.

Me gustaría ir a bailar contigo.

Pero... Javi eso no es muy normal hay muchísima gente que nos conoce y...

Javi bajó la cabeza y muy serio hizo un gesto afirmativo...

Si no quieres no vamos.

Mi cabeza empezó a pensar a todo vapor, me dolía no poder darle esa satisfacción ¿O es que yo lo deseaba tanto como él? Me acordé de una sala de fiestas muy retirada y muy discreta a donde solíamos acudir mi ex y yo cuando nos apetecía darnos un buen revolcón.

De acuerdo Javi, vamos a un lugar que yo conocí hace algunos años, es bastante discreto y si todavía sigue abierto... bueno, pues pasaremos el rato ¿Te parece?

La alegría de Javi fue tremenda, sus ojos brillaban como ascuas, tuve que calmarle pues casi sale corriendo. Media hora mas tarde llegamos al lugar (Estaba situado a unos cuantos kilómetros de la ciudad) Por suerte todavía seguía funcionando, entramos y a nadie le llamó la atención (Éramos una pareja mas que iba a divertirse) El camarero nos situó en una mesa que resultó ser de lo más discreta, estaba situada en un rincón y al lado de una columna al mismo tiempo el local estaba bastante oscuro, en principio no le di mayor importancia, nos sentamos y pedí una botella de Cava (Era la fiesta de Javi) ?? Salimos a la pista de baile, la música era muy movida, ya casi no me acordaba de cómo había que mover las piernas, al final conseguimos acompasamos pero me canse enseguida y le pedí volver a la mesa, al regreso él me tomó de la cintura pegándome mucho a su cuerpo, note que estaba excitado pero no quise pensar en ello, me negaba a reconocer que yo también lo estaba, en cuanto nos sentamos Javi no soltó su brazo de mi cintura, seguía manteniéndome firme contra él y realmente a mi me gustaba, charlábamos animadamente de todo, el cava estaba influyendo bastante en ello, de pronto Javi volvió a besarme en la boca pero esta vez mas insistentemente, sus labios ardían e involuntariamente? No lo sé, yo entreabrí ligeramente los míos, fue algo mas que un beso fraternal. Comenzaron a poner música lenta y muy romántica, Javi firme pero al mismo tiempo muy amablemente me tomó de la mano y casi me arrastró a la pista, comenzamos a bailar en principio normalmente pero paulatinamente Javi fue pegando mi cuerpo al suyo y empezamos a bailar muy pegados, a través de la fina tela de mi vestido noté la formidable erección de mi hijo y para mi sorpresa me sentí terriblemente excitada, mis braguitas comenzaban a mojarse y en mi vagina sentía un terrible hormigueo la calentura que estaba sintiendo era fenomenal, él me acariciaba suavemente la espalda y su boca estaba pegada a mi cuello, sus dientes a veces daban pequeños mordisquitos al lóbulo de mí oreja lo cual hacía que se me erizase la piel de mi espalda, no sé si consciente o inconscientemente coloqué mi cuerpo de modo que el pene de Javi quedó situado justo entre mis muslos, él entonces bajó su mano derecha y colocándola sobre mi culo comenzó a moverse como si me estuviese haciendo el amor, yo le correspondía, de pronto mi cabeza reaccionó como si me diese un latigazo, le separe de mí repentinamente, él se quedó clavado mirándome sorprendido y asustado, me desprendí de él y me dirigí a la mesa totalmente avergonzada y hecha un mar de confusiones.
odo cambió una noche muy calurosa poco después de cumplir los 17 años, no podía dormir y me levanté con intención de refrescarme un poco, al pasar por delante de la habitación de Isabel se me ocurrió mirar hacia adentro y la vi a ella plácidamente dormida sin nada encima excepto un ligerísimo camisón que tenía casi totalmente subido, sin pensar en consecuencias sigilosamente me acerqué a su cama y me la quedé contemplando totalmente embobado, era la primera vez en mi vida que veía a una mujer casi totalmente desnuda, el camisón de lo subido que lo tenía dejaba ver totalmente su vagina con un monte de Venus perfectamente depilado por los lados y parte superior (Me imagino que sería para que no se le salieran los pelitos por arriba y por los lados del bikini) alargué mi mano y muy tímidamente la pasé sobre ellos, eran tremendamente suaves al tacto, en ese momento ella se giró en la cama poniéndose de lado, el asa del camisón se le deslizó dejando uno de sus pechos totalmente descubierto, era maravilloso, grande, se le veía duro y con un pezón rosadito, precioso, me entraron unas ganas tremendas de acariciárselo y chupárselo pero tuve miedo a que se despertara y me pillara, sigilosamente tal cual entré, salí de su habitación, en el cuarto de baño me encontré sus braguitas, las cogí y olí profundamente haciéndome al mismo tiempo una paja monumental, fue la primera vez que me hice una paja pensando en ella.

La visión de Isabel desnuda en su cama se me quedó grabada a fuego en la cabeza y a partir de ahí para mi solo ella existía, no había en el mundo otra mujer más bella y apetecible e irremediablemente me enamoré perdidamente de ella pero... ¿Cómo le podía demostrar a ella ese amor? ¿Cómo podía hacer yo para que ella mirase en mi a un hombre y no a su hijo? Tendría que ser día a día, año tras año demostrándole todo mi cariño pero como hombre y esperando la ocasión adecuada, eliminé de mi vocabulario la palabra MAMA y poco después noté con tremenda satisfacción que ella paulatinamente fue dejando la palabra HIJO para dirigiese a mí por mi nombre, casi diariamente hacía incursiones en su dormitorio buscando su ropa intima para pajearme y en una de estas entre unas cajas me encontré una cajita que debía hacer mucho tiempo que allí estaba, la abrí y era nada menos que un conjuntito tremendamente provocativo de braguita y sujetador, sin pensarlo dos veces me lo llevé a mi habitación, en mi armario hacía mucho tiempo que había preparado un doble fondo para guardar mis cosas intimas y allí me lo guarde, mi mayor satisfacción era tumbarme en la cama con una fotografía de ella en una mano y pajearme al mismo tiempo con sus braguitas envueltas en mi polla.

Según pasaba el tiempo día a día Isabel se ponía más guapa y yo crecía de una forma desmesurada, con diecisiete años ya medía 1,76, según pasaba el tiempo ella me demostraba mas cariño todavía, sus caricias y demostraciones eran mas... Intuía que ya no era el cariño de una madre ¿Se estaría ella enamorando de mí? ¡Dios lo quisiera! Sería él más feliz de los mortales yo no perdía ocasión de mimarla y acariciarla mas o menos disimuladamente y ella lo consentía todo.

Con casi 18 años terminé COU y aprobé la Selectividad con unas notas formidables, la alegría de Isabel fue tremenda y para celebrarlo mi invitó a cenar en un restaurante de lujo. A las 19 horas yo ya la estaba esperado para salir, ella se había encerrado en su habitación para vestirse, cuando salió me quedé impactado ¡Estaba bellísima! Aquello no era una mujer era una Diosa, no pude contenerme y cogiéndola por la cintura la elevé sobre mí, al bajarla la besé ligeramente en la boca cosa que jamás había hecho (Nuestros besos siempre fueron en las mejillas, ojos, frente etc.) Al mismo tiempo quise sentir su cuerpo sobre el mío y la rocé todo lo que pude y la prudencia permitía, tracé al mismo tiempo mi plan ¡Tenía que llevarla a bailar o mejor dicho que ella me llevara a mí! Salimos y después de cenar por fin conseguí que me llevase a bailar, me encantó el sitio, era justo lo que necesitaba y estaba dispuesto a todo yo todavía era virgen pero estaba dispuesto a que ese día Isabel tomase mi virginidad, las cosas marchaban bien, ella se dejaba acariciar y volví a besarla, ella entreabrió ligeramente su boca ¡La cosa marcha, me dije! Comenzó la música lenta, tomándola firmemente de la mano la conduje hasta la pista, la abracé y comenzamos a bailar, el roce de su cuerpo sobre el mío me excitó dé tal manera que mi polla se puso como un bate de béisbol, para mi sorpresa ella abrió ligeramente sus muslos y la alojó entre ellos, tan excitado estaba que colocando una de mis manos sobre su culo comencé a realizar movimientos como si estuviésemos haciendo el amor y para mi mayor sorpresa ella me correspondía, Isabel de improviso me rechazó casi violentamente yo me quedé de piedra (No me esperaba esa reacción repentina) Ella se alejó rápidamente hacia la mesa que estábamos ocupando sentándose muy seria y avergonzada, me senté a su lado e inicié otra táctica, pasé uno de mis brazos tiernamente sobre sus hombros y la atraje hacia mí (Si no me rechazaba es que la cosa marchaba bien) Ella cerró los ojos y recostó su cabeza sobre mi hombro, con la otra mano comencé a acariciar delicadamente su pelo y cara sin pronunciar palabra, después de un buen rato acariciándola ella giró la cabeza y con los ojos cerrados me ofreció su boca, sus labios estaban húmedos y entreabiertos, acerqué mi boca a la suya y comenzamos a besarnos con una pasión inusitada, ya sin poder contenerme bajé mi mano y acaricié sus pechos suavemente sobre el vestido ¡Dios! ¡No me rechazó! Al contrario, ella comenzó a acariciar mi polla sobre el pantalón, los dos estábamos desquiciados, de pronto ella reaccionó, retiró su mano pero no bruscamente, se me quedó mirando...

¡Cariño! ¿Nos vamos a casa?
Al decirme eso me dio un ligero beso en los labios y me cogió de la mano levantándonos inmediatamente, durante todo el camino de regreso a duras penas podía contenerme, a la menor ocasión le metía mano por donde fuese, a ella la veía mas rejuvenecida si cabe, disfrutaba como una chiquilla me apartaba las manos y se reía, su risa era cristalina y encantadora, nunca la había escuchado reír de esa forma. Al llegar a casa ya en el ascensor me la quería follar, no podía contenerme.

Espera cariño, es nuestra primera vez hagámoslo bien ¿Quieres?
En cuanto entramos en el piso ella descorchó otra botella de cava, cogió dos copas y nos dirigimos a su habitación, entonces la abracé con enorme cariño y la besé con verdadera pasión, ella correspondió plenamente, comencé a quitarle suavemente el vestido, ante mí quedó Isabel con su preciosa ropa interior de un color azul pálido que por cierto jamás había visto, El sujetador era de media copa de encaje y totalmente transparente, dejaba ver sus hermosos pechos en su espléndida totalidad, la braguita, también de encaje y corte Francés resaltaba maravillosamente bien su precioso culito y monte de Venus, ella estaba ligeramente ruborizada, estaba... ¡¡Preciosa!! Ella reaccionó de súbito, con una ligereza increíble me soltó los botones de la camisa y en un santiamén me quitó el pantalón, ella entonces cogió la dirección de nuestros actos, su mano comenzó a acariciar mi pene muy suavemente...

Relájate cariño y déjame hacer, esto tenemos que disfrutarlo tu y yo plenamente y tenemos todo el tiempo del mundo para ello.

Me sentó en el bordillo de la cama y ella se arrodilló en el piso entre mis piernas, cogió mi pene con las dos manos y su lengua comenzó a dar ligeras pasaditas sobre el prepucio, muy suavemente, yo creía tocar el cielo con las manos, jamás había sentido unas sensaciones semejantes, la apoteosis llegó cuando su boca de terciopelo comenzó a tragarse poco a poco toda mi polla, yo la cogí de la cabeza y mi polla entraba y salía de boca con una suavidad increíble, en menos de dos minutos...

¡Isabel! ¡Isabel! No puedo más ¡Dios mío! Voy a correrme.

Ella entonces aceleró sus movimientos, mi polla se deslizaba por su boca a una velocidad inusitada y... la explosión llegó como un huracán, comencé a correrme a borbotones, daba la sensación de que no terminaría nunca de salir leche, cuando me fijé en ella mi leche la había bañado toda su cara y pelo pero su expresión era de máxima felicidad, se levantó rápidamente y se metió en el baño, yo la seguí y mientras ella se lavaba cuidadosamente yo la acariciaba dulcemente, era para mi una sensación maravillosa acariciar aquel precioso cuerpo desnudo que tanto había ansiado desde mis 17 años. Cuando terminó de lavarse la cogí en mis brazos como si fuese una pluma, ella me rodeó el cuello con los suyos y me ofreció mimosa sus tentadores labios, la besé apasionadamente, besé su nariz, sus ojos, besé con avidez toda su cara, nos dirigimos nuevamente a la cama, la deposité suavemente sobre ella, yo no había estado nunca con una mujer no obstante y por instinto sabía perfectamente lo que tenía que hacer, me acosté a su lado y mis manos acariciaron dulcemente sur hermosos pechos sobre el sujetador, ella misma en un movimiento rápido se lo quitó y entonces cogí y acaricié sus preciosas tetas, su tacto era sublime, su piel era de terciopelo, grandes, llenas y duras, los pezones los tenía totalmente erectos, eran como dedales, con mi boca y alternativamente chupaba del derecho y luego del izquierdo, ella gemía suavemente, colocó sus manos sobre mi cabeza y comenzó a guiar mis movimientos, suavemente me fue empujando hacia abajo, donde le interesaba frenaba el empuje y movía mi cabeza, derecha, centro, izquierda otra vez el centro y sigue hacia abajo, llegamos a sus braguitas, con manos y boca me dedique durante un buen rato a acariciar su monte de Venus entonces introduje mis dedos por los laterales de la prenda y suavemente se la fui bajando quedando su hermoso coño totalmente expuesto ante mis ojos ¡Qué maravilla! Mis dedos se enzarzaron entre sus pelitos, ella no dejó que me parara, me siguió empujando hacia abajo, entendí lo que quería, mis manos y boca comenzaron a acariciar y besar sus muslos, ella abrió sus piernas todo lo que pudo para facilitar mi labor, mis manos y boca siguieron acariciando sus muslos y piernas hasta los pies los cuales bese con verdadera devoción y de nuevo comencé el camino de retorno (Ella se contorsionaba como una malabarista, el placer que estaba sintiendo era sublime) Manos, lengua y boca acariciaban alternativamente piernas y muslos hasta que alcancé por fin la fruta madura que era su ardiente vagina, por fin la meta de mis sueños, nunca había tocado ninguna pero mi instinto me dictaba lo que tenía que hacer, boca y lengua ya estaban depositadas sobre aquella hermosísima grieta, el perfume que emanaba era sublime, ella volvió a colocar sus manos sobre mi cabeza y comenzó a dirigirla, cuando mi lengua detectó algo duro y saliente ella me cogió de los pelos, me frenó la cabeza sobre ese grano y elevó al mismo tiempo sus caderas, comencé entonces a chupar y lamer aquel granito, ella comenzó a emitir grititos y suspiros de pronto y violentamente comenzó a dar sacudidas y gritos, quise levantar mi cabeza para ver que le pasaba pero con sus manos me la incrustó violentamente sobre su vagina mientras seguía gritando de puro placer, el orgasmo que tubo fue monumental, en unos segundos había recuperado unos cuantos años de sequía. Cuando se relajó me soltó y muy a tiempo creía que me ahogaría de seguir un par de segundos mas, ella entonces me atrajo hacia arriba, mi pene estaba al rojo vivo, según me iba deslizando sobre su cuerpo en un momento dado la cabeza de mi pene quedó encajada en la entrada de aquella maravillosa gruta, ella entonces elevó sus caderas y me susurró al oído...

Empuja suavemente cariño, no te precipites o me harás daño, hazlo suavemente.

Como si fuese un verdadero experto comencé a dar pequeños empujoncitos entrando y saliendo al mismo tiempo muy suavemente (Por el tiempo de no usarlo ella tenia el conducto vaginal muy estrecho) Ella movía acompasadamente sus caderas lo cual facilitaba la penetración, después de unos segundos aquello era la gloria, todo el conducto vaginal estaba perfectamente lubricado y se había adaptado a mi pene al igual que un guante, mi pene se deslizaba como un pistón en el interior de su cilindro, yo me moría de gusto y ella no disfrutaba menos, nuestros movimientos eran dulces y acompasados, pasados unos minutos ella cruzó sus piernas sobre mis caderas y al unísono comenzamos a acelerar las acometidas, ella ondulaba y empujaba fuertemente sus caderas hacia mí y yo comencé a dar fuertes acometidas sobre ella, comenzaron a darme fuertes espasmos, al unísono los dos comenzamos a aullar como verdaderos animales, mi semen comenzó a salir a chorro inundando el fondo de su útero mezclándose con su torrente de flujos, nuestra corrida fue monumental y maravillosa. Nos quedamos abrazados besándonos suavemente como dos felices enamorados.

Isabel, te quiero con locura, quiero que desde hoy seas mi mujer, estoy locamente enamorado de ti desde los 17 años, nunca he tenido ni tendré jamás otra mujer que no seas tu.

Si cariñito mío, sin saberlo concretamente yo también estaba enamorada de ti pero... cielito mío, sabes que esto es irracional, la gente esto nunca lo comprenderá ¿Eres consciente de que tenemos que ser extremadamente prudentes?


FINAL​
 
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