Jugodevida
Veterano
HALLOWEEN ¡A DENTELLADAS!
La noche estaba oscura, a lo lejos se veía resplandor de rayos que iluminaban el oscuro cielo, se había iniciado una tormenta, en breve tiempo llegaría la lluvia hacer presencia en el poblado, Paula estaba sobrecogida, se tapaba hasta la cabeza con la ropa de la cama, las tormentas le aterraban, de momento en un silencio de los truenos un largo aullido estremeció su alma, ¡Aaaaaauuuuuuu! Dios, que es eso, la chica no había oído nunca nada tan aterrador, sonaba como si estuviera al otro lado de la ventana, tanto era su miedo que balbuceo unas palabras entre dientes.
--Ahi alguien detrás de la ventana?
Una voz varonil, sin resultar nada tenebrosa le hablo.
--Abre la puerta, no quiero romperla, ya que te entraría frío, tan solo quiero refugiarme de la tormenta.
--Peeeroo, quien eres?
--Soy el hombre lobo de Allariz, acabo de tener una transformación en bestia, ya he vuelto de nuevo a humano, abre, debo curarme unas heridas.
Paula se destapó de las mantas se puso en pie y fue hasta la puerta con poca confianza, con la puerta entreabierta miro hacia la oscura calle, viendo a un apuesto joven con ropas rasgadas, pero con buen aspecto de cara, por lo que le abrió la puerta.
--Gracias, no quiero asustarse, descansaré y me iré.
Ya dentro de la casa, Paula se calmó, le ofreció algo de beber, le curo unas heridas, le ayudo a quitarse la maltrecha ropa, cuando vio que un gran bulto le cruzaba la entrepierna, el cuerpo era de hombre, pero su rabo era de perro, en la metamorfosis algo no cambio por completo. A Paula se le fue todo su miedo, ya que se le humedeció su sexo, el hombre se quedó desnudo ofreciendo un arma que entre la daga y las bolas le llegaba hasta la rodilla.
--Y esto, ¿no es humano, que te paso.?
--Es una larga historia, estuve con una loba que tenía un gran poder, me pretendía, pero me negué a darle mi amor, por lo que me echo está maldición, no podría tener sexo con ninguna humana, ya que mi miembro es exagerado, tan solo con el himen de una mujer virgen podra liberarme de ella, volviendo a ser de humano.
A Paula le dio un escalofrío, ella lo era, nunca tuvo relaciones sexuales, podría liberarlo, llevó su mano hasta ese vástago, lo atrapó entre sus dedos, lo movió en sentido penetrante poniéndolo duro en un instante, el joven sintió un gran placer, Paula lo notó.
--Quieres que probemos a ver si a mí me cabe, soy virgen, nada me entró por ahí, excepto el tampón.
--Si tú te ofreces, por mi parte no me voy a negar,
ya que eres una chica agradable y muy hermosa.
Paula se quitó el pantalón del pijama, comenzó a desabotonar la parte de arriba, sus manos temblaban, el chico le ayudo a sacar los cuatro botones que unían ambas partes, al abrir la prenda dejo libres unos sinuosos pechos, tan firmes y perfectos que su vástago se puso tieso, la forma era lo de menos, a Paula la cautivaba lo gorda y larga.
Tan solo se quedo en bragas, pero en estas aparecía una mancha de los jugos que supuraban de su vulva.
--Prefiero apagar la luz, si no te importa, ya que no tengo experiencia de esto y me sentiré incómoda.
--Vale, por mí no hay problema, mi interés no es por placer, me importa más deshacer este hechizo.
Por lo que la habitación quedo a oscuras, tan solo de vez en cuando se iluminaba por el resplandor de un rayo lejano. Paula se libero de su prenda y se acostó en la cama, el chico al lado de ella, se pusieron de cuchara, ella se dobló por su cintura, el se acoplo a ella, primero le tocó sus pechos, a la vez le besaba el cuello, trataba de excitarla, para que así se mojará bien mojada, Paula se estremecía, sus glándulas hacían jugos por un tubo, sentía como le mojaban sus muslos, a la vez que el falo del chico se colaba entre ellos, cedió la presión de sus piernas, para que ese gran rabo se metiera, hasta que paso a la parte delantera, lo tenía atravesando sus gruesos muslos, ya soñaba con tenerlo dentro de sus entrañas.
Con las puntas de sus dedos lo encaro en su jugoso agujero, sintió como lo perforaba, rompía su himen, sintió un dolor agudo, pero el placer que sentía lo dejo nulo en un momento, estaba pendiente de cuánto le cabía dentro de ese portento de perro, el chico lo hacía lento para evitar sufrimiento, observaba a Paula por si se quejaba, poco a poco cogió confianza, pegando fuerte las embestidas, al rato de meter y sacar el chico se para, Paula estaba en otra galaxia, con su mano libre tocaba el botón que la transportaba, sintió una fuerte convulsión, al rato otra, tenía un orgasmo tras otro, esto sin apenas moverse, así hasta una docena, una hora había pasado y el chico no se corría, Paula quiso moverse pero no podía, estaba anclada a esa polla, le había crecido una bola dentro de su entorno, que había fusionado su cuerpo con el del lobo, notaba como le llenaba de esperma su cueva, era un goteo constante.
Sentía como mordía su cuello, casi en el notaba dolor, de no ser por la mezcla que le daba el placer que sentía por su entrepierna hubiera gritado.
La tormenta cada vez estaba más cerca, la habitación se iluminaba con la luz de los rayos, los truenos la estaba volviendo al consciente, le había sacado de la magia del placer de hace unos momentos, un largo rayo iluminó la estancia, Paula pudo mirar el espejo de su coqueta, viendo que lo que mordía su cuello no era el chico que la inicio, que su cabeza era de lobo, que le tenía clavados sus colmillos en sus excitadas carnes, quiso separarse, pero la tenía bien cogida, la bola de su vulva aún estaba hinchada, con todo su miembro dentro, sintió ganas de llorar, el lobo dejo de morderla, susurrandole a su oído.
--No te conté todo, esto debería de pasar, de no ser así no se hubiera roto el hechizo, solo convirtiendo a una virgen en lobo podía recuperar la totalidad de humano, ahora tú serás como yo, mujer loba, pero no te preocupes, me has ganado para el resto de nuestras vidas, siempre estaremos juntos, con todas las consecuencias, es parte de nuestra historia.
Jugodevida
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