Historia de mi caliente mujer sevillana 3

heranlu

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Como ya dije, yo siempre he sido lo que llaman un “cornudo consentido” , os conté que mi mujer llegó virgen al matrimonio, muy a pesar mío, aunque virgen para ella significara solamente no terminar la faena, si se la metían con cuidado no follaba, si le metían solo la punta no follaba, es decir, follar era que se corrieran dentro de ella, yo lo mas que pude conseguir es meterle la punta del pene en muy contadas ocasiones, aunque creo que otros se la metieron algo mas… ya se sabe soy muy decente con mi novio, aunque sea una putilla con los demás, esa era su mentalidad de joven y con total tozudez la mantuvo hasta la boda, repito, yo siempre he mantenido mis dudas sobre su virginidad ya que fue tocada, sobada y pajeada por diversos hombres en su tierna juventud y como ocurre en estos casos, no quería follar conmigo aunque con otros…
Después de la sesión de cama de la primera vez, era para ver a su sobrino perseguirla, con un disimulo increíble, para mirar y mirar mientras se le ponía tiesa y se tenía que entrar en el cuarto de baño para salir a los diez minutos mas tranquilo.
Yo le dije que si no le daba pena como estaba, que debía darle otra “lección”, a lo que se negó, yo insistía y ella negaba hasta que, como último recurso, me propuso una alternativa que a mí me gustó mucho, un día nos meteríamos los tres en la habitación pequeña con el sofá y los dos sillones y nos haría un strep tease, pero que no tendría que acostarse con su sobrino, yo le dije que si con una condición, si la cosa se desmadraba se acostaría ese mismo día, ella dijo que como eso no iba a pasar de acuerdo y quedamos para tres domingos después para prepararlo todo, elegimos la ropa, buscamos una música adecuada, y fuimos afinando los detalles y mientras le pedí que provocara a su sobrino con mas roces, enseñando mas y todo lo que a ella se le ocurriera y se le ocurrió.
Un domingo cuando estábamos en casa de mi suegra llevo la conversación hacía la fuerza de los hombres y las mujeres y retó a su sobrino a que ella lo podía coger sobre sus espaldas durante 10 segundos y el no podría tenerla a ella en brazos durante 3 minutos en una postura de frente abrazada a él sosteniéndola por el culo y con sus piernas rodeando la cintura de él, nos fuimos a otra habitación los tres solos y comenzó él subiéndose a las espaldas de ella, para lo cual se puso detrás le pasó los brazos por los hombros y se agarro a sus pechos primero disimuladamente y después con todo descaro, se subió y cayeron sobre el sofá riendo y sin que él le soltara los pechos, a continuación se prepararon para el ejercicio de él, ella se agarró de su cuello y él le pasó las manos por debajo del culo, yo con la disculpa de que no se le arrugara la falda se la levante de forma que él la cogía directamente por el culo, ella no usaba bragas, inmediatamente la aupó , ella abrió las piernas y lo rodeó por la cintura, sus labios vaginales quedaron totalmente abiertos y su clítoris accesible, sus caras quedaron frente a frente, nariz con nariz y casi boca con boca, mientras él con los dedos le masajeaba el culo e incluso con un dedo le acariciaba la vulva y la clítoris, mientras yo medía el tiempo y veía como se le iba poniendo a él, que empujaba para arriba clavándole su polla en el coño, ella se iba poniendo más caliente y empezó a juguetear con las narices y roces de las bocas hasta un apasionado beso que le dio a ella mientras ella suspiraba y gemía con los ojos cerrados, fueron más de cinco minutos y cuando terminaron él tenía una enorme mancha de liquido seminal y de liquido vaginal en el pantalón.
A partir de ese día Román la perseguía por todo el piso para proponerle retos que supusieran roces, se ponía detrás y hacía como si se fuera a subir a su espalda y con esa excusa se agarraba de sus tetas y le desabrochaba la camisa y le metía la mano por dentro, ella le decía “No seas pesado que ahora no puedo” y se quedaba quieta mientras él le cogía las tetas a su gusto y cuando se hartaba del sobeo la dejaba en paz y se iba al cuarto de baño, por supuesto intentaba meterle la mano por debajo de la falda pero ella solo dejaba que le acariciara los muslos y el vientre sin llegar a su monte de Venus. También intentaba llevársela al cuarto de baño para que ella lo pajeara y él la sobara entera, la primera vez que lo intentó ella no era consciente de lo que él quería y se dejo llevar hasta el cuarto de baño pensando que quería que lo ayudara a algo no sexual, cuando él cerró la puerta y se bajó los pantalones y le puso la polla en la mano ella de momento se quedó sorprendida, no sé si agradablemente o no, lo que él interpretó como aceptación y comenzó a desabrocharle la camisa y le desabrochó la falda que cayó al suelo mientras ella luchaba entre el deseo y su negación momentánea y mientras él se aprovechaba y le metía mano en su coñito acariciándole sus labios vaginales primero y tocándole la clítoris lo que hizo que ella comenzara a gemir y a abandonarse lo que él aprovechó para quitarle la camisa dejándola totalmente desnuda con la polla en la mano y recibiendo caricias en el clítoris, todo le iba saliendo bien hasta que intentó meterle la polla, follarla, pero antes de poder seguir ella, con un esfuerzo supremo, reaccionó y se separó, se subió la falda y se abrochó la camisa mientras él se pajeaba mirándola e intentando tocarle lo que podía. No pudo ser aunque él siguió intentándolo.
Y llegó el domingo del espectáculo, se arreglo, depiló, perfumó y maquilló como si fuera de fiesta. Se puso, una falda corta que dejaba ver la blonda de las medias negras que llevaba, una braguita pequeña, pequeñísima, además una camisa de botones semitransparente sin sujetador con sus puntiagudos pezones transparentándose, unos zapatos de tacones altos, estaba guapísima, nerviosa y excitada. Llegamos a casa de mi suegra, Román al que yo había pedido que se lavara y arreglara porque habría una sorpresa agradable, ya estaba allí con cara de ansiedad y nerviosismo, mi suegra miró a mi mujer y le preguntó “¿Cómo te has vestido así? Ella dijo “¿Así como?” a lo que mi suegra contestó “Tan …elegante pero, no tienes frio?…” ella le contestó que “un poco pero que merece la pena mirando la cara de los hombres, mira la cara de estos dos…”, estuvimos un rato sin hacer nada, haciendo tiempo, yo le metí la mano entre las piernas y estaba totalmente mojada, a la media hora le dijimos a mi suegra que nos íbamos a encerrar en la salita del sofá y los sillones durante un buen rato porque teníamos que hacer algo muy importante los tres, mi mujer, su sobrino y yo y que no nos molestaran bajo ningún concepto.
Entramos en la habitación y mi mujer puso las normas de funcionamiento
No se puede tocar a menos que ella diera permiso
Teníamos que obedecer en lo que ella nos pidiera.
Ella podía tocar, mirar, sobar y chupar lo que quisiera.
Lo primero que nos pidió es que los dos nos sentáramos en los brazos de un sillón de forma que la distancia entre nosotros no superaba los 70 cms., se dio la vuelta, puso la música se puso frente a nosotros nos guiñó un ojo y comenzó a bailar muy lentamente al tiempo que se iba desabrochando los botones de la camisa uno a uno, sin prisa durante varios minutos vimos, entrevimos, sus tetillas hasta que se quitó la camisa quedándose desnuda de cintura para arriba y comenzó a pasarnos sus pequeñas y preciosas tetas a pocos cms. de nuestras bocas mientras que seguía danzando muy lentamente , de pronto en un solo gesto se quito la falda quedándose con el mini tanga, las medias y los tacones mientras la música y su baile se iba acelerando y se acariciaba su rajita y sus pechos y comenzaba a suspirar y jadear rozando con sus pezones nuestras bocas mientras decía “quietos cabrones que no se toca, ni se chupa hasta que yo lo diga…” y se iba agitando cada vez mas y se refregaba el tanga por su rajita mojándolo con su liquido vaginal y se quita el tanga y nos lo pasa por la nariz y nos dice “estos son mis jugos, chupadlos porque es lo único que vais a conseguir de mi, so maricones…”.
Inmediatamente nos ordenó que nos desnudáramos y nos volviéramos a sentar en los brazos del sillón ya que quería seguir jugando, que eso solo era el comienzo.
Cuando nos desnudamos y nos sentamos en el mismo sitio observé que Román la tenia tiesa como un palo y que su tamaño era enorme de largo y de grueso, mi mujer que estaba bailando de espalda a nosotros moviendo su precioso y prieto culo cuando se volvió y nos miró nuestras pollas, le salió un grito al ver la de su sobrino y dijo “¡Que cosa más bonita!” y se fue hacía él y comenzó a pasar sus manos a medio cm de su polla y sus huevos, se volvió y acercándose de espalda, abriéndose de piernas, se la refregó por todo el coño sin usar las manos y luego hizo algo que siempre le ha gustado a rabiar, meterse solo la punta de la polla y sacarla y meterla despacito, muy despacio hasta que una de las veces se la metió hasta el fondo, gimiendo y diciendo obscenidades tales como “maricones, es que no os gustan las mujeres, tengo que ser yo la que os folle, y tu cabrón, refiriéndose a mí, aprende a tener una polla en condiciones, que es una joya, que yo me voy a comer ahora mismo”, se la sacó, se volvió y se la metió en la boca, chupándola y mamándola hasta que él no pudo aguantar más y se corrió en su boca, sus pechos, su cara. Cuando él se corrió ella se retiró rechupeteandose y en el paroxismo de excitación salió al pasillo sin tener en cuenta a su madre ni a nadie que pudiera haber en la casa, para limpiarse un poco mientras nos decía que no nos moviéramos, que ahora venía. Mi suegra se asomó a la puerta y al vernos desnudos a los dos no daba crédito a sus ojos, vio llegar a su hija limpia y desnuda, le pregunto
“¿Qué estáis haciendo?”
Mi mujer le dijo “le estoy enseñando educación sexual a Román”.
Cuando entró limpia se encontró que yo había preparado, con los cojines del sofá y los sillones, una cama en el suelo, se quedó mirando y dijo “eso será si yo quiero”, a lo que yo le respondí que le íbamos a comer todo lo comible y le íbamos a meter todo lo metible, que tenia mas boquetes además de la boca y que siguiera bailando y divirtiéndonos, que hasta ahora había actuado como una puta barata y que si eso era todo lo que sabía hacer y que estábamos muy aburridos. Se encorajinó y se puso a refregarse por nosotros diciendo cual era el primero que se la quería meter, yo le contesté que primero había que hacer otras cosas, que se tumbara en los cojines que se abriera de piernas que se lo íbamos a comer, que después nos la iba a chupar, que luego la íbamos a ensartar por detrás y por delante al mismo tiempo y que después se quedaría con Román para que él le hiciera lo que quisiera.
Se acostó muy sumisa, me agaché y comencé a comerle el coño, bebiéndome los jugos, saboreando su aterciopelado coño, con las piernas con medias negras de blonda, hay que ver lo excitante que es una mujer desnuda, tendida, piernas abiertas, con sus medias negras y cuerpo y ojos de deseo esperando que le hagas lo que quieras…
Mientras Román se tumbó a su lado y comenzó a comerle la boca mientras le acariciaba los pechos, la besaba y besaba hasta la asfixia mientras jadeaba, gemía y gritaba y se retorcía gritando y pidiendo más, yo con la lengua le llegaba hasta la vagina y de allí chupetones y mordisquitos en el clítoris, hasta que con espasmos se corrió y tuvo un orgasmo sublime.
Cuando tiene un orgasmo, teniendo en cuenta que es multiorgasmica, se corre y se vuelve a correr con solo por tener una polla dentro, así que le dije a Román que se acostara a un lado y se la metiera que yo se la iba a meter por detrás, nos enchufamos ambos dándole lo mejor que teníamos en ese momento, ella mientras apretaba su vagina exprimiéndole la polla a su sobrino, es increíble el dominio que tiene de su vagina, no es normal, eso solo lo hace aquella con mucha experiencia, ella con un orgasmo continuo, recibió por ambos orificios mucha leche que le rebosaba, durante 10 minutos gozó de al menos tres larguísimos orgasmos, dejándola algo cansada pero muy excitada. Me levanté, me limpié un poco, me vestí dejándolos acostados, besándose y sobándose, ella comenzó a chuparle la polla para enderezársela de nuevo, en menos de un minuto la tenia nuevamente como el palo la bandera y ella lo cabalgó mientras él le sobaba las tetas y se agachaba para que él se las metiera enteras en la boca y se las mordiera, chupara…
Me salí de la habitación dejándolos entusiasmados en lo suyo y al salir me encontré con mi suegra que quería saber más de lo que pasaba allí dentro, con tanto ruido y tanto grito, solo le dije “disfrutando..”, me acerqué a ella y la arrinconé en la pared, la besé en la boca, le subí la falda y le toque los bajos mientras le susurraba “te voy a follar un día de estos…”, me abrí la portañuela le puse el pene en la mano, me lo acaricio suavemente, se puso colorada, suspiró y se fue a la cocina, me fui al salón me senté esperando que salieran cuando terminaran la faena. Tardaron bastante rato.
Por la noche me contó que al final ella le dijo “esto hay que repetirlo.” Él se levantó, vistió y antes de salir de la habitación la miró y dijo “mi puta…te quiero follar todos los días, tengo que hablar con el tío” y salió de la salita hecho un hombre, era una experiencia, muy trabajada, a partir de ese momento se le abrían horizontes magníficos. Habló conmigo para darme las gracias, yo le pregunté cómo se lo había pasado, “nunca me lo he pasado mejor, hace unas cosas…, me gustaría repetir” y yo le contesté que eso se lo tenía que decir a ella…
Esa noche después del nuevo incesto follamos y me dijo una frase: “Te gustan estos los cuernos?” y si que me gustan, durante años me han gustado.
A partir de entonces quedaban todas las semanas en casa de mi suegra cuando sabían que ella no estaba y follaban salvajemente, ella salía de casa con un vestido todo de botones por delante sin nada debajo y él la estaba esperando en casa de su abuela, mi suegra, y entraba en el piso con el vestido ya desabrochado y él, ya desnudo, inmediatamente se lo quitaba y empezaba a comerle los pechos, acariciarle el cuerpo, y besarla, besarla mucho hasta la asfixia y follaban salvajemente sin tener el mas mínimo cuidado de quien pudiera haber en el piso o llegar en cualquier momento, como yo mismo comprobé en una ocasión en que ella decía “méteme el pollon a mi salud a la tuya y a la del cornudo” y él le respondía “Eres la mas puta, toma polla, eres mi puta particular, te quiero follar mas..” No me oyeron, estaban a lo suyo, yo me hice una paja gustosísima y aquella noche me vengué penetrándola por todos sus orificios… No sé cuantas veces folló con su sobrino pero no me importa, bendito sea su coño aunque sea compartido, ya que eso es lo que la convierte en la mejor amante, la más viciosa, la más puta de todos los tiempos. No sé el número de hombres con los que ha tenido relaciones pero sé que han sido bastantes, un día hice una lista con los que yo sé y era bastante larga, aún así sigue teniendo un coño de terciopelo.
 
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