Historia de Amor y Deseo entre Madre e Hijo

heranlu

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Me llamo Josefa y tengo 53 años, me animé a contar mi experiencia con mi hijo, porque sé que en esta pagina hay mujeres que están en mi misma situación y me van a saber entender. Me case a los 35 años y enseguida quede embarazada y así nació mi hijo Juan que actualmente tiene 17 años y es mi único hijo y el gran motor de mis deseos sexuales

Cuando Juan tenia 10 años su padre me abandono por una mujer mucho más joven y con las carnes más firmes, situación conocida para muchas mujeres, pero ese no es el tema, desde ese momento mi vida se limitó a criar a mi hijo.

Físicamente, no soy una mujer muy bonita, pero he aprendido a disfrutar de mi cuerpo y hasta creo que soy algo sensual para algunos hombres, soy algo rellenita de tetas grandes y caderas amplias, desde hace algunos años, desde que navego en Internet, me he vuelto una mujer muy, pero muy caliente

Navegando por Internet, descubrí paginas de contenido pornográfico, que me hacían hervir la sangre y terminaba masturbándome, mi hijo también es de navegar mucho en Internet y aunque sospechaba que por su edad visitaba paginas pornográficas, decidí ver cuales eran, un día mientras él estaba navegando, le pedí que me dejara usar la computadora, pues tenia que mandar unos mails urgentes, de muy mala gana me dejo la computadora y se fue a ver un partido de fútbol en la televisión, me apresuré a apretar el botón de historial y copie las direcciones apresuradamente.

El día en que mi hijo no estaba en casa, me limité a navegar por esas paginas y casi todas eran paginas relacionadas con el incesto, con muchas fotos y algunos relatos, que lejos de causarme rechazo, me provocaron los orgasmos más intensos, cuando mi mano se ocupó de mi vagina y la imaginación me trajo la imagen del semen de mi hijo chorreando por la comisura de mis labios.

Toda la noche di vueltas en mi solitaria cama, pensando en porque la idea del incesto rondaba por la cabeza de mi hijo, saber si él tenia una fantasía conmigo era fundamental y comencé a prestar más atención a sus caricias y a sus miradas y tal fue mi sorpresa al encontrar en su cuarto, escondida una foto mía en traje de baño, con manchas de semen, que mi corazón dio un salto de felicidad, ambos nos deseábamos y me propuse hacer esos deseos realidad.

Me compré un traje de baño diminuto y medias de red y polleras cortas, que dejaban poco a la imaginación

Una tarde estrene mi traje de baño tipo cola less que dejaba al descubierto mis macizas nalgas, me recosté boca abajo y los ojos de mi hijo se clavaron en mis nalgas, mientras que un gran bulto amenazaba con romper su traje de baño, con mi voz más sensual, le dije

....Juancito, le pondrías un poco de bronceador a tu mami, que tiene la piel muy delicada, como la de una bebita

...Si mami respondió con voz entrecortada

Y sus manos se posaron en mi espalda y la masajearon detenidamente hasta llegar al nacimiento de mi cola

Se sorprendió cuando le pedí que me pusiera crema en mi colita, le dije

...Pásame bronceador también en la cola, que la colita de mami esta muy blanquita hijito

...Si mami respondió

Y me pasaba crema con una mano mientras que con la otra se tocaba el miembro que había sacado por el costado del short, creyendo que yo no lo estaba viendo, haciendo que me desperezaba mis manos rozaron su miembro desnudo y sin poder aguantarse un fuerte chorro de semen salió disparado en dirección a mis nalgas, su rostro enrojeció de golpe y salí corriendo en dirección a su cuarto, luego de decir casi llorando:

...Perdón, perdón, mamá

Me dirigí a su cuarto y lo encontré llorando, le dije que lo que había pasado era normal y que no me había molestado, es mas me sentía halagada de que un jovencito se excitara conmigo, Juan dijo .

...Ya se pero soy tu hijo

...Pero se que me deseas, vi las paginas que visitas y encontré mi foto con rastros de semen y a mi me pasa lo mismo, yo también te deseo hijo, dije yo

Nos abrazamos y sentí su miembro endurecerse nuevamente, me beso torpemente y su lengua y la mía se fundieron en un beso, sus dedos se introdujeron en mi dilatada y húmeda vagina

Me arrodillé y le baje el short, tome su miembro en mi boca y lo puse bien duro, quería el miembro de mi hijo en mi interior, que su semen se perdiera en mis entrañas y su calor, me consumiera en un largo orgasmo

Cuando su incestuoso pene se introdujo en mi vagina, sentí su fuego abrazador, cada bombeo me redimía de tantos años de abstinencia, mis piernas se aferraban a su espalda con gran fuerza, como queriendo que mi hijo volviera a entrar por donde hace 17 años, saliera a alegrarme la vida, y cuando eyaculo en mi interior y sus ojos llenos de placer y lujuria se clavaron en los míos, lloré de alegría, lo había hecho hombre, mi hombre yo se que algunas de las lectoras de esta pagina saben de que hablo, había nacido un amor puro y completo, me sentía la hembra más sensual, me vestiría sexi para el, le dejaría sacarme fotos y seria capaz de entregarle todo, inclusive mi ano aun virgen

El resto de la semana fue excitante, pasé de ser una mujer aburrida, que no tenia sexo, a una hembra caliente , que tenia sexo a diario y en horarios variados, como vivimos solos, eso no es ningún inconveniente.

E incluso conteste una cantidad enorme de mails, que me felicitaban por el relato

Creo que a mi hijo le pasó lo mismo, pues cambió, sus frecuentes y escondidas masturbaciones, por la boca y la vagina de su mama, que recibía con agrado todo su semen, como si fuera el regalo de los dioses.

Es impresionante la vitalidad de mi hijo, que calculo será la misma que la de todos los adolescentes de 17 años, ya no me besa en la mejilla, cada beso es una larga exploración de su lengua en mi boca, que termina con nuestras ropas en el piso y su semen en mi interior, y su imaginación y ratones, son de los más variados y calientes, y yo no hago otra cosa que complacerlo, he hecho el papel de mucama, que seduce al hijo del patrón, de monja que vende su alma al diablo, que toma la forma de un joven para copular con ella y llevarla a la perdición, y lo mas curioso es que me excita todo ese juego y me hace acabar como loca cuando me dice con su voz entrecortada

... Sos la más puta de todas, cogete a tu hijo, si, si, si, haz acabar a tu hijo, pecadora y acaba con golpes secos y su leche se derrama por toda mi vagina y ese olor a sexo en toda la habitación, me enloquece.

Y ardo cuando le digo :

...Me cogeras. Me penetraras como te plazca, perforaras mi cuerpo con tu pene enorme, sentirás la calentura de mi sangre, penetrarás lo más profundo de mi alma... , tu sangre y la mía bullirán juntas, la misma sangre, sangre de madre e hijo

Tanto me enloquece que le entregué mi ano virgen, como ofrenda de amor, esa mañana estabamos viendo una película pornográfica que alquiló, con toda la intención de que una vez excitada le entregara el ano, que le había negado anteriormente, con el pretexto de que tenia miedo de que me doliera, pero en realidad me apasionaba la idea de entregarcelo, en la película, creo que se llamaba Backdoors 2, nombre muy sugerente en la pantalla, una rubia chupaba el pene gigantesco de un hombre negro, mientras otro hombre negro le lamía el ano y le colocaba un poco de crema, la vista de esos poderosos penes, me hizo acariciar mi vagina,, debo reconocer que los hombres negros me ponen muy caliente aunque nunca estuve con uno, mi hijo tomo un pote de crema y unto su dedo mayor, deposito su dedo en la entrada de mi ano y lo fue introduciendo lentamente, sentí como se iba estirando mi esfínter anal cuando introdujo su segundo dedo, en la pantalla la rubia se sentó mirando hacia delante, sobre el poderoso miembro del negro que la penetro analmente, pense que se venia una doble penetración común, pero el negro enfilo su miembro en el ano de la rubia, que ya se hallaba ocupado por el pene del otro hombre y doblemente penetrada por el ano empezó a revolverse como un pez en el anzuelo y sus gritos incentivaban a los dos hermosos ejemplares de hombres

Mis encantos hasta ahora ocultos para mi, inflamaron el pene de mi hijo, todo ello despertó en mí un fuerte deseo; ese machito, mi hijo, carne de mi carne, avivaba en mi cuerpo sensaciones que hasta entonces yo desconocía.

La visión y el contacto de sus partes me embriagaron. Había descubierto algo para satisfacer, al menos de momento, mis fantasías más desbordadas, tan feliz y delirante me hacían el pene de mi hijo, que mi vagina hervía

El me acarició con sus manos, e introdujo un tercer dedo en mi ano, ser víctima de su vulgar lujuria, era puro placer para mí, pero todavía no lo dejaría salirse con la suya

Sus partes tocaban las mías; la punta de su pene, que destilaba gotas impacientes, presionaba mi esfínter anal buscando una entrada, para su endurecido pene, le dije:

...Ya penetra a tu madre, rómpele el culo, si ahora, si ya, ya ah

Sus primeros intentos fueron muy torpes me hizo daño, se lo dije, la cabeza de su miembro quería abrirse paso a través de mi orificio anal, pero encontraba resistencia

-¡Ahora entra! ¡Por fin, Santo Cielo! í Qué placer! - gritó, mi hijo, dando empellones contra mis nalgas poco a poco su miembro se deslizó en mi interior; sentí el empalamiento con hambriento deleite y luego, bajando su cintura, me penetró, hasta la mitad con su miembro viril. Luego empujó en mi interior el resto de su pene, así, completa la penetración, comenzó su movimiento de vaivén

Las estocadas eran deliciosas y, pese a su tamaño y su vigor, empecé a secundarlo. Los empellones iban acompañados de gritos de lujuria. Me aferré a la almohada, sus huevos golpeteaban contra mis nalgas, Experimenté tan deliciosas sensaciones que lo ayudé en todo lo que pude, su pene se contorsionaba de placer, sin parar, y poco después descargó su esperma a borbotones

Entonces me tocó a mí revolcarme gozosa y recibí hasta la última gota emitiendo grititos de éxtasis. Mi cuerpo y las sábanas quedaron cubiertas con la evidencia de la virilidad de mi hijo ¡Me daba igual! Yo sólo quería gozar; cambiar las sábanas sucias no era problema , mi dilatado ano chorreaba esperma, mezclado con restos de sangre, ahí supe que mi hijo seria mi dueño, mi macho, que cumpliría todos sus locos deseos, porque me había convertido en una puta insaciable, su puta, seguimos viendo la película y cuando su miembro obtuvo una nueva erección lo chupe, hasta que la ultima gota de su semen se perdió en mi garganta

Comimos tranquilamente y comentamos la película, me pregunto, si tanto me gustaban los negros y le confesé que si, vaya confesión de una madre a su hijo, me comento que en una pagina de contactos, se ofrecen parejas y hombres solos y que le gustaría verme coger con dos negros y sacarme fotos, le dije que no, pues ¿ para que arriegarnos a que nos descubran nuestras amistades, Montevideo es chico y no hay necesidad de correr riegos

A los dos días me dijo que había puesto un anuncio en una pagina de contactos de Argentina, así rezaba el anuncio: Joven y madura buscan dos jóvenes de raza negra y muy bien dotado (excluyente), que tengan lugar de encuentro en Capital Federal, para satisfacer a la dama entre los tres, respondieron dos amigos brasileros que viven en Argentina y la primera semana de marzo viajamos ahí por el fin de semana, calculo que nos ira bien pues prometieron miembros de 22 y 23 cm y muy gruesos

Llegamos a la Capital Federal, Argentina, país vecino al nuestro y nos alojamos en un hotel céntrico, en una habitación con dos camas, privilegio, de ser en verdad madre e hijo, era la mañana del sábado 5 de marzo y llamamos por teléfono a nuestra futura cita, nos atendieron amablemente en una mezcla de castellano con portugués, lo que le dio un toque de color a la conversación, e hicimos cita para las dos de la tarde, seguidamente, me dispuse a elegir la ropa que vestiría, con la ayuda de mi hijo por supuesto, elegimos unas medias negras que acompañaría con corpiño y bombachita cola less, también negras

Lo lamentaría por las medias, que quedaría tan desgarrada como mi ano, un vestidito entero, bien ajustado algo de maquillaje y unas botitas al tono, Nos recostamos desnudos en una de las camas conversando de cómo seria el encuentro, nos acariciamos y nos besamos y su miembro se endureció de nuevo, pero yo queria recervarlo para el futuro encuentro.

A las dos de la tarde llegamos a el departamento de los dos amigos, nos sirvieron whisky y nos sentamos en los sillones, uno de los negros, muy apuesto por cierto, me beso lentamente, mientras su lengua recorría la mía, sentí que mi vagina se humedecía más y más, la expresión en el rostro de mi hijo y sus manos en su entrepierna me dieron via libre, pues no estaba segura de cual seria el comportamiento de mi hijo, si gozaría, compartiendo a su madre

Me levante del sillón y empece a contonearme al compás de la suave música, los negros y mi hijo comenzaron a desnudarse, mi dios que belleza, esos cuerpos atléticos y negros como la noche relucían y sus miembros, enormes y gruesos, me apuntaban de forma amenazadora, me quité el vestido y uno de los negros entendió muy bien mis objetivos y no necesitó de ninguna inducción

para secundar mis ideas más desenfrenadas. Le hice señas de que se acercara, miré hacia sus partes pudendas y vi cómo su gran pene aumentaba y se erguía gradualmente. Lo mantuve a cierta distancia mientras me quitaba el corpiño y la diminuta bombacha y exhibía mi cuerpo casi desnudo, apenas cubierto por las medias negras, mi regordete cuerpo inflamaba sus deseos tomé su pene con mis manos y lo acaricie lentamente ante la atenta vista de mi hijo y el otro negro, los provocaba y tuve mi recompensa el negro me apretó entre sus fuertes brazos, atrayéndome hacia su robusto

cuerpo, que sujetó desnudo contra el mío; se echó sobre mí, apoyando su vientre

velloso en mi tierna piel sonrosada. Empujó su pene entre mis muslos; la sentí caliente y firme como el acero

... su contacto me electrizó.

-¡Dios mío! –murmuré-. ¡Me matarás!, haslo suavemente, que me haces daño

El negro no prestó la menor atención a mis protestas... que en realidad sólo estaban

destinadas a calentarlo más. Saboreé su salvajismo y la violencia de sus embates, de pronto se detuvo y cabiando de posición, me hizo sentar sobre su miembro, penetrándome analmente, me quede quieta, acostumbrándome al largo y al grosor de su pene, me sentía empalada, un par de movimientos me hicieron relajarme, el otro negro se sitúo frente a mi y me penetro vaginalmente , al tiempo que le decía:

...Me has penetrado hasta el alma, continúa ahora, moviéndote tan deliciosamente, apriétame con el vigor de tu fuerte hombría. ¿No eres feliz ahora poseyéndome? Tu pene me llena de éxtasis, es una barra de hierro, me atraviesa hasta el corazón y así me cabalgaron por largo rato

El negro no respondía con palabras, pero subía y bajaba su pene en el interior de

mi cuerpo de una forma que me hizo temblar, con espasmódica pasión. Su pene

que ya no estaba confinado por falta de humedad, se acomodó en toda su extensión y

las sacudidas se volvieron más cortas y fuertes. Sentí que se endurecía y agrandaba

más aún. El hizo una breve pausa, como si quisiera reunir todas sus energías en un

único esfuerzo, y entonces me entregó aquello por lo que yo estaba ardiendo; me

estrechó el cuerpo contra el suyo y con su enorme y negro pene enterrado hasta el fondo de mi vagina, sentí que me llenaba con torrentes de esperma

Al mismo tiempo el negro que me penetraba analmente descargo toda su savia en mi ano cuando los negros se hubieron retirado de mi interior, mi hijo que no podía dar crédito a semejante cogida, y de verme tan puta y caliente, quiso penetrarme, lo hice recostar y me sitúe sobre él y lo cabalgue ferozmente, los dos negro presentaron sus penes ante mi boca y lo chupe y como, sus espermas se desparramaron por toda mi cara, Yo misma estaba mareada por el feroz deseo de gozar de mi hijo, que incapaz de seguir conteniéndose, cerró los ojos y se abandonó en una copiosa lechada que

recibí con mucho placer,

-¡ Me has inundado con tu leche, estoy llena a rebosar de ti -exclamé al encontrarme liberada de la potente verga sobre la que se había sentado.

Nos despedimos muy amablemente de los dos negros, prometiendo volver, y nos fuimos al hotel a descansar, testigo de dicha experiencia quedaron mis medias negras desgarradas, como mi ano​
 
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