Guadalupe, diversión en el baño.

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Feb 5, 2025
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Guadalupe estaba disfrutando de un baño relajante después de un largo día cuidando de su hija de 2 años, Rogy. No esperaba la sorpresa que estaba a punto de recibir.

De repente, la puerta del baño se abrió y entraron dos de los empleados de su esposo, Rogelio. Eran hombres fuertes y atractivos que habían trabajado para la empresa Mojol de bienes raíces por algún tiempo.

"¿Qué están haciendo aquí?" preguntó Guadalupe sorprendida, cubriéndose rápidamente con una toalla.

Los hombres se acercaron a ella con smiles traviesas en sus caras. "Nos dijeron que vinieramos aquí", dijo el primero, su voz baja y seductora.

"¿Quién te dijo eso?" preguntó Guadalupe, sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.

"Tu esposo, Rogelio", respondió el segundo hombre. "Nos dijo que nos aseguráramos de que te sintieras bien atendida hoy".

Guadalupe estaba sorprendida, pero no pudo evitar sentir una oleada de excitación al escuchar las palabras del empleado. Rogelio siempre había sido un poco travieso, pero nunca había hecho algo así antes. Los hombres se acercaron más, rodeándola.

"¿Estás seguro de que fue Rogelio quien dijo eso?" preguntó Guadalupe, su voz temblando ligeramente.

Los hombres asintieron con la cabeza. "Sí, nos dio instrucciones claras", dijo el primero, extendiendo la mano para tocar suavemente el hombro de Guadalupe.

Ella se estremeció ante el contacto, pero no se apartó. "Entonces supongo que debería hacer lo que mi esposo quiere", dijo con una sonrisa traviesa.

Los hombres sonrieron ampliamente, claramente excitados por la situación. "Buena elección", dijo el segundo hombre, dejando caer su mano sobre el trasero de Guadalupe.

Ella jadeó ante la sensación, pero no protestó.

El primer hombre comenzó a besar suavemente el cuello de Guadalupe, mientras el segundo deslizaba su mano por debajo de su toalla para apretar su trasero. Ella gimió suavemente, cerrando los ojos y dejando que las sensaciones la consumieran.

Los hombres trabajaron juntos para quitarle la toalla, exponiendo su cuerpo desnudo. El primer hombre se inclinó para tomar un pezón en su boca, chupando y mordisqueando suavemente, mientras el segundo hombre deslizaba un dedo entre sus piernas, acariciando su clítoris hinchado.

Guadalupe se recostó contra la pared del baño, perdida en el placer. Los hombres continuaron acariciándola y excitándola, hasta que finalmente no pudo más. "Fóllame", suplicó sin aliento. "Los dos, fóllenme ahora".

Los hombres no necesitaron que se lo pidieran dos veces.

El primero de los hombres se arrodilló detrás de Guadalupe, agarrando sus caderas con fuerza. Sin previo aviso, hundió su verga dura en su culo virgen, haciéndola gritar de sorpresa y placer. Mientras tanto, el segundo hombre se colocó frente a ella, empujando su verga en su coño empapado.

Guadalupe se sentía llena como nunca antes, con una verga en cada agujero. Los hombres comenzaron a moverse al unísono, follándola con fuerza y rapidez. Ella gritaba y gemía, sus gritos de placer resonando en el baño.

Los hombres la follaban sin piedad, sus cuerpos chocando contra el suyo mientras la tomaban por detrás y por adelante. Guadalupe sentía que su mente se nublaba de placer, sus piernas temblando con cada embestida.

Los hombres continuaron follándola por varios minutos, sus cuerpos empapados de sudor. Guadalupe apenas podía soportar la intensidad de las sensaciones, pero no quería que se detuvieran. Quería sentir a esos hombres dentro de ella para siempre.

Finalmente, con un gemido final, los dos hombres se corrieron dentro de ella, llenándola con su semen caliente. Guadalupe también alcanzó su propio clímax, gritando de placer mientras su cuerpo temblaba con la fuerza de su orgasmo.

Después, los tres quedaron tendidos en el piso del baño, tratando de recuperar el aliento. Guadalupe sentía el semen de los hombres goteando de su culo y su coño, pero no le importaba. Solo podía pensar en lo bien que se había sentido ser follada de esa manera.

justo en ese momento, la puerta del baño se abrió de repente. Rogelio entró con su hija de 2 años, Rogy, en brazos. La pequeña miraba curiosa a su alrededor.

Rogelio se quedó paralizado al ver la escena que se desarrollaba ante él. Su esposa, Guadalupe, desnuda y chorreando semen de sus agujeros recién follados. Los dos hombres, apenas vestidos, estaban terminando de abotonarse los pantalones. Por un momento, nadie se movió ni dijo nada.

Entonces, la ira se apoderó de Rogelio. "¿Qué demonios está pasando aquí?" gritó, su voz resonando en el baño. Rogy comenzó a llorar, sobresaltada por el arrebato de su padre.

Los hombres se empezaron a vestir rápidamente, mientras Guadalupe se ponía de pie y acercándose a Rogelio le dice, "pero por qué estás molesto mi amor, tu los mandaste para complacerme", a lo que Rogelio responde primero con una expresión de confusión, "¿a complacerte?, lo que hice fue despedirlos de la empresa, por abusivos".
 
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