Fotógrafo morboso

roman74

Pajillero
Registrado
Ene 9, 2008
Mensajes
2,925
Likes Recibidos
60
Puntos
48
 
No es que yo sea un enfermo sexual, lo que sucede es que a mÃ* me gustan me encantan las mujeres, en casi todas sus formas, colores y tamaños. Además tengo como pasatiempo el ser fotógrafo y por ende me encanta el fotografiar a las mujeres, aunque eso en nada tiene que ver con mi negocio de construcción.
Mi pasatiempo lo inicie desde muy joven, armado con una vieja cámara 110, y ahÃ* se me presentó mi primer problema después de que a duras penas pude fotografiar, a una prima mÃ*a mayor que yo, en su cuarto cambiándose de ropa en principio, sin que ella se diera cuenta. Mi prima lo primero que hizo fue desnudarse parcialmente, y comenzó a medirse por sobre su cuerpo algunas prendas de vestir de ella y otras de su hermana mayor, finalmente se decidió por una mini falda extremadamente corta, y una blusa negra semi transparente, a la cual no le combinaba para nada el sostén de color blanco que ella usaba en esos momentos, finalmente viéndose en el espejo decidió quitarse el sostén, sus senos eran algo pequeños todavÃ*a pero por eso no dejaban ser hermosos, coronados por dos bellos pezones algo más oscuros que su blanca piel.
Nuevamente modeló usando únicamente la blusa que en principio se habÃ*a medido, sus senos apenas y se movÃ*an y apuntaban todo el tiempo para el frente. Mientras modelaba caminaba de un lado al otro de su habitación mientras que yo permanecÃ*a oculto en la parte superior del armario, donde guardaban la ropa ella y su hermana, al parecer algo no le estaba agradando de lo que estaba viendo en el espejo, ya que caminaba y se jalaba ligeramente la jalda hacÃ*a abajo, tras observarla con detenimiento me di cuenta que esas pantaletas de algodón blanco eran el problema, sin más se las bajó frente al espejo y caminó nuevamente de lado a lado, cuando sonó el teléfono que estaba en su habitación, por lo que pude escucharle era su novio quien la llamaba, y de inmediato mi prima comenzó a decirle lo que esta haciendo, me supongo que su novio al otro lado de la lÃ*nea, debió haberle dicho algo ya que ella se sentó en su cama y frente al espejo y metiendo una de sus manos por debajo de la falda en principio comenzó acariciarse su coño, algo más debió decirle su novio, que ella se levantó y se despojó de toda su ropa, que dando toda desnuda para luego acortarse en su cama viéndose en el espejo de pared que tenÃ*a a un lado de su cama.
Al parecer a medida que su novio le decÃ*a algo mi prima lo hacÃ*a frente al espejo, para luego ella ir le contando lo que estaba haciendo con lujo de detalles, lentamente sus manos se comenzaron acariciar los pezones de sus bien paradas tetas, luego como jugando sus dedos fueron bajando, pasaron por su juvenil y bien formado vientre, para luego a medida que abrÃ*a sus piernas comenzaba a introducir sus dedos dentro de su vulva, en principió se debÃ*a estar acariciando su clÃ*toris, pero finalmente se introdujo casi por completo su mano dentro de su coño, la habitación se inundó de un particular olor a mujer, mientras que yo sumamente excitado dividÃ*a mi tiempo entre masturbarme y tirarle una que otra foto. Finalmente mi prima entre sabrosos gemido se vino y yo en mi escondite acabé entre mis dedos.
Cuando llevé las fotos a revelar, todas salieron muy oscuras y movidas, por lo que no se podÃ*a apreciar realmente de que se trataban las fotos, la mujer que atendÃ*a el negocio de foto revelados comenzó a explicarme el por qué mis fotos no habÃ*an salido, entendÃ* que debÃ*a aprender a tomar fotos y lo más importante a revelarlas yo mismo, ya que de seguro la persona que me las desarrollase si se daba cuenta de que se trataba de una muchacha desnuda, dudo que me las entregasen luego.
A medida que fui creciendo fui aprendiendo algo del arte de la fotografÃ*a, primero aprendÃ* a tomar fotos, el uso de los lentes, la importancia de la luz y de la pelÃ*cula que se usa, en fin todos esos detalles que de una forma u otra ayudan a uno. Luego ya algo más tarde aprendÃ* a revelar, primero en blanco y negro, y cuando tuve el dinero suficiente me introduje en el mundo del color, pero creo, modestia aparte, que mis mejores fotos las he logrado en el glorioso blanco y negro.
Bueno como le
s he dicho el tomar fotos es mi pasatiempo, lo que llaman los Americanos un "Hobby", que en definitiva si tuviera que vivir de eso, de seguro me buscarÃ*a otra forma de ganarme la vida. Gracias a mi pasatiempo, y a mi gusto por las mujeres me he dedicado a fotografiarlas, cada vez que puedo. En realidad tengo no una, sino unas cuantas colecciones diferentes, dos de mis colecciones se las enseño a cualquiera, pero mis otras dos colecciones son estrictamente privadas, o sea de mi único y exclusivo uso o disfrute, y la razón de ello es que en ciertos momentos las he compartido con otras personas, y la mayorÃ*a de ellas me han criticado y hasta insinuado que debo ver a un psiquiatra, o a un sacerdote por lo menos. Por lo cual tan sólo se las muestro a muy pocas personas y luego de que estoy plenamente seguro de que realmente van a saber apreciar el arte.
La menos numerosa de esas dos colecciones tiene como tema principal, las mujeres que han sido mis esposas o compañeras por un tiempo razonable, no es que si la tÃ*a se ha acostado conmigo par de veces voy a poner sus fotos en mi colección, no. Para incluirla ha debido vivir conmigo, pasar buenos y malos momentos, y tenerme la confianza suficiente para que yo le tome cuanta foto a mi se me antoje, en las poses y momentos menos esperados. Esta colección la inicié con la que fue mi primera esposa, ella es una profesional de la salud, y mantenÃ*a sus oficinas dentro de un gran edificio comercial, por lo que para mÃ* no era raro el ver que una gran cantidad de hombres más jóvenes que nosotros fueran sus clientes o pacientes. Como dicen, el marido siempre es el último en enterarse, y mi caso no fue la excepción.
Cierto dÃ*a llegó temprano a buscarla para ir a ver una nueva casa que pensamos comprar en cierto momento, cuando en la cafeterÃ*a del edificio escucho por accidente una conversación entre un par de jóvenes, en el que uno le decÃ*a a otro lo bien que lo habÃ*a pasado con la doctora, yo en principio pensé que se referÃ*a a el proceso terapéutico, pero de momento comenzó a contar como ella se lo habÃ*a mamado y luego como sobre el mismo escritorio de ella, él se la habÃ*a clavado. Poco me faltó en esos momentos para saltarle encima al jovenzuelo, y hacer que se tragase sus palabras a golpes. Pero pensé que podÃ*a tratarse de estos tipos que nunca llegan a nada y se lo imaginan todo, y antes de meter las patas decidÃ* controlarme, esa tarde al subir a la oficina de mi mujer la encontré saliendo del baño, la observé algo nerviosa, despeinada y al verme me di cuenta de que no me esperaba, y para completar su escritorio se encontraba completamente desordenado, era como si todos lo papeles los hubieran echo a un lado para poder acostarse sobre la parte limpia.
Eso hizo que mis sospechas fueran creciendo, para colmo esa noche al igual que hacÃ*a unos cuantos meses ha ella le estaban dando unos fuertes dolores de cabeza, al momentos en que yo me le acercaba con la intención de mantener una relación sexual. Como les dije todo eso me hizo desde luego entrar en sospecha, y lo primero que hice fue ponerle un detective privado, el cual me trajo una larga lista sospechosos, con los cuales ella podÃ*a estar manteniendo relaciones sexuales indistintamente durante la semana, pero como no habÃ*a elementos de juicio justo, realmente me pareció una exageración lo que el detective me planteó, ya que como él mismo admitió no habÃ*a manera en que él pudiera corroborar sus sospechas.
Pero a mi se me ocurrió aprovechando que me encontraba remodelando su oficina, el montar unas cuantas cámaras de video dentro de las oficinas de mi mujer. Como yo mismo se la habÃ*a decorado y montado me la conocÃ*a por completo y me fue fácil el instalarlas. Para hacerles el cuento largo corto, les diré que recogÃ* material suficiente como para hacer un largo metraje de unas cuatro horas. La primera vez que vi el video me sentÃ* traicionado por mi mujer, y de haberla tenido ante mi en esos momentos de seguro y la hubiera matado a golpes. Pero al revisar el video de manera consecutiva una y otra vez, los sentimientos me fueron cambiando, no es que me agradase el verla manteniendo sexo con cuanto tipo entraba a sus oficinas, es que de un odio total, comencé en cierta manera a ver lo hermoso de los cuadros que tenÃ*a ante mis ojos, yo se que no suena normal, pero es asÃ*.
Me puse a pensar como quedarÃ*an una fotos de tales momentos, y sin más me di a la tarea de hacer los preparativos necesarios para lograr mi cometido. Quiero que este claro, q
ue desde ese dÃ*a era yo quien ya no tenÃ*a el menor interés en mantener sexo con ella, sólo de pensar que otra verga ocupase el lugar que mis labios mi lengua y mi propia verga antes habÃ*an ocupado un sin numero de veces me desalentó del todo.
Yo habÃ*a decidido divorciarnos, ya que luego de pensarlo detenidamente no valÃ*a la pena ir preso por una cualquiera como ella, pero me querÃ*a dar el gusto de tener verdaderas fotos de ella manteniendo sexo con sus distintos amantes, y nuevamente me aproveche de estar remodelando su oficina y me las ingenié para colocar unos paneles de espejos de visión unidireccional como parte de la decoración, cosa que a ella le encantó, me supongo que pensarÃ*a que tenÃ*a la oportunidad de verse mientras se la clavaban sus diferentes amantes, tras los paneles en un muy corto espacio me encontraba yo armado con dos cámara Canon EOS cargadas con pelÃ*cula de ASA 800 muy sensible, en una de las cámaras tenÃ*a pelÃ*cula blanco y negro, y en la otra a color, creo que durante esa semana llegué a tirar unos cuarenta rollos de pelÃ*cula de treinta y seis exposiciones cada uno, asÃ* que imagÃ*nense cuantas fotos le tomé y en qué manera, y todas ellas sin que se dieran cuenta de mi presencia en ningún momento.
Durante las primera fotos me sentÃ*a extraño, cómo era posible que yo disfrutase de ver cómo a mi mujer otro se la estuviera gozando, el primer tipo que llegó ese lunes a su oficina era un joven de unos veinte años, sin más se comenzaron a besar como unos desesperados, y yo comencé a tomar fotos con calma, en cierto momento Margarita mi ex mujer, comenzó a tomar la iniciativa y sin más se desprendió de toda su ropa, al parecer ya ella sabÃ*a lo que le esperaba ya que bajo su traje o cargaba más nada puesto, luego se dirigió a la puerta moviendo cadenciosamente sus caderas, y tras poner el seguro se lanzó nuevamente sobre el joven, por un largo rato ambos se continuaron besando como dos animales en celo, las finas manos de ella abrieron la cremallera del pantalón del chico, y tras introducir sus dedos logró finalmente sacar la verga del joven, sin mucho miramiento se la introdujo a la boca en un abrir y cerrar de ojos, y tras estar chupando como una demente al tiempo que le jalaba los testÃ*culos a su amante, se detuvo tras lo cual le debió haber dicho o comentado algo, lo cual no pude escuchar ya que aislé por completo mi escondite a fin de que no me delatase el ruido de las cámaras, ella continuó con el mismo procedimiento de chuparle y lamerle la verga a su amante al tiempo que de vez en cuando le daba un jalón a los testÃ*culos de él.
A mÃ* hacÃ*a tiempo que no me daba una mamada como esa, a lo mucho me lo chupaba hasta que yo a las primeras de cambio me venÃ*a, con decirles que contado por el reloj Margarita estuvo chupandole la vera a ese tipo por lo menos unos quince minutos ya que no lo dejaba venirse, yo podÃ*a observar extasiado, cómo a lo largo de esos quince minutos, su rostro se acercaba y alejaba del cuerpo del chico en repetidas ocasiones, cómo su cabello color castaño claro se movÃ*a al vaivén de su cuerpo, la mayor parte del tiempo ella mantenÃ*a sus ojos cerrados, mientras que el joven, tendido en el sofá con las piernas abiertas y con los pantalones hasta un poco más abajo de sus caderas le acariciaba a ella la cabellera.
Tras esa larga sesión mamadora, Margarita dejó de acariciarle y jalonearle los testÃ*culos, lo que trajo en consecuencia que finalmente él derramase todo su semen dentro de la boca de ella, yo esperaba en cualquier momento ver cómo él se lo sacaba de la boca a ella y finalmente se venÃ*a, pero no fue asÃ*. Mientras que en una de mis cámaras estaba usando un lente zoom de 35 a 75 en la otra usaba uno de 35 sencillo, el primero me permitió unos acercamientos brutales de sus labios y de la verga entrando o saliendo de su boca. Margarita se fue chupando hasta la última gota de la leche del joven tras lo cual se levantó del piso y como si nada hubiera pasado se colocó su vestido nuevamente, no sin antes que él le diera un buen agarrón por el coño a lo que ella respondió con un beso al cachete del joven. Tras lo cual los dos se debieron despedir y mientras ella se sentaba en su escritorio nuevamente el se retiraba como si nada hubiera pasado.
Sesiones como esta, se fueron repitiendo varias veces durante la semana pero con distintos tipos de hombres, gordos, delgados, altos, baj
os, pero todos tenÃ*an en común en que eran mucho más jóvenes que nosotros. Durante el siguiente dÃ*a me hice unos pequeños arreglos a mi guarida, a fin de poder escuchar lo que se decÃ*an, realmente fue sencillo coloqué un sistema de micrófono inalámbrico, y sintonice la frecuencia en un radio FM común y corriente, claro que a bajo volumen no fuera a delatar mi presencia.
En cierta ocasión Margarita estaba atendiendo a una pareja y por la manera en que ella dispuso las sillas, pude observar, parte del proceso que ella usaba para seducir a sus amantes. La esposa se encontraba muy cercana a ella al lado derecho de su escritorio, mientras que el joven marido se encontraba frente por frente a ella, y lo suficientemente retirado como para que alcanzase a ver completamente las piernas de mi mujer, durante el proceso ella le preguntaba una y otra vez un montón de tonterÃ*as a los dos, pero al mismo tiempo mientras que Margarita con una mano tomaba notas, con la otra se acariciaba despreocupadamente su coño por sobre las pequeñas pantaletas que usaba.
Como era de esperar el joven ante ese espectáculo se encontraba bastante nervioso. Llego un momento durante el proceso que le indicó a la mujer que se retirase, lo cual la joven esposa hizo de inmediato sin cuestionar dicha solicitud, una vez que ella se retiró Margarita actuó de manera mucho más descarada, sentándose en el sofá que dispone dentro de su oficina, y pidiendo al joven marido que se sentase a su lado.
Las preguntas tontas continuaron, pero poco a poco las fue cambiando por preguntas de Ã*ndole muy Ã*ntima y personal, y totalmente centradas en lo que se referÃ*a a su desempeño sexual asÃ* como si realmente estaba satisfecho de las relaciones que mantenÃ*a con su joven mujer, a lo que el joven fue contestado casi todas la preguntas, al mi mujer preguntarle si habÃ*a algo en torno al sexo en que su mujer no lo complaciera, el joven no perdió tiempo en decirle que desde que se encontraban casados, su mujer nunca se habÃ*a dejado dar por el culo, y eso era algo que a él lo obsesionaba de tal manera que hasta perdÃ*a el sueño, y ella siempre se habÃ*a negado.
Al Margarita preguntarle el motivo o causa que le provocase como vulgarmente se dice, comerle el culo a su mujer. El joven sólo atinó a dar como mejor explicación, que lo habÃ*a visto en un video porno y que desde entonces siempre ha tratado de que su mujer le diera el culo pero infructuosamente, ya que ella siempre se habÃ*a negado.
A medida que charlaban Margarita se fue comportando más y más seductora. Al punto que él joven sin perder tiempo la tomó en sus brazos y comenzó a grajearla, tras lo cual ella se colocó de espaldas a él y sin más levantando la falda de su vestido y echando a un lado las pequeñas pantaletas que momentos antes acariciaba profusamente , le ofreció su culo al joven. Cosa que a mÃ* siempre me habÃ*a negado, el ver y fotografiar cómo la verga de ese joven la penetraba sin más ni más por su hermoso y bien formado culo casi me hace estallar de celos, pero me contuve concentrándome más en las fotos que estaba tomando.
Vi y fotografié milÃ*metro a milÃ*metro cómo esa verga se enterraba entre sus nalgas, la escuchaba cómo gemÃ*a de dolor y placer mientras que era enculada salvajemente por el joven, luego me quedé contemplando cómo los dos cuerpos se movÃ*an cómo vibraban sus carnes, cómo el sudor le corrÃ*a a ella por la frente mientras disfrutaba de ese salvaje juego.
Finalmente el joven se vino dentro del culo de Margarita, por un rato los dos permanecieron en silencio, él entró al baño y luego salió arreglándose los pantalones, mientras que mi mujer esperaba se detuvo frente al espejo arreglándose el cabello y finalmente retocándose el maquillaje. Antes de que él abandonase la oficina ella le dio un vistazo, le borró una marca de lápiz labial que le habÃ*a dejado cercana a la boca de él, le sirvió una copa de agua y mandó a pasar a la esposa para entrevistarla mientras él esperaba a fuera. Tras entrevistar a la joven esposa, Margarita se dirigió al baño y procedió a expulsar lo depositado por ese último amante de ella ese dÃ*a.
Antes de continuar les diré que me divorcié de ella me bastó con mostrarle los parte de los primeros videos a su abogado, en particular uno donde él salÃ*a mama
ndole el coño a ella. Bueno no les voy a seguir contado sobre Margarita, pero sÃ* sobre mi afición a fotografiar mujeres, a mis otras tres esposas o compañeras con las cuales he vivido buenos y malos momentos, las fotos que llegué a tomar a la segunda y tercera son del tipo casero, digo ellas sin ropa haciendo alguna necesidad, o desnudas en la cama o en la ducha.
Pero a mi cuarta y actual compañera le tomé ese mismo tipo de fotos pero además la he sorprendido metiendo mano con su mejor amiga, sÃ* me salió lesbiana o fem como asÃ* se identifican ellas dos, ya que además de acostarse conmigo lo hace con su mejor amiga sin que por ello yo me sienta mal. Resulta que ellas se encontraban pasando un fin de semana juntas en mi casa de la playa, y como en principio yo no iba ha poder acompañarlas por estar supervisando una de mis construcciones, no contaron con que yo me fuese a presentar a media tarde, y al hacerlo las encontré besándose desnudas en el balcón de la casa que tiene vista al mar, estaban tan concentradas acariciándose y besándose la una a la otra que no se dieron cuenta de mi presencia en ningún momento.
Para cuando yo llegué, las dos ya se encontraban completamente desnudas, acostadas en un mueble de piscina que tenemos en el balcón de la casa para tomar el sol sin ser interrumpidos por gente curiosa que no tiene oficio. Sus respectivos bikinis estaban a un lado del mueble, mientras que ellas cariñosamente se acariciaban y besaban sus desnudos cuerpos, al ver semejante espectáculo salÃ* corriendo en busca de una de mis cámaras fotográficas. Como hombre precavido vale por dos, yo siempre tengo pelÃ*cula suficiente para cualquier eventualidad, por lo general uso ASA 400, pero para esas fotos a pleno sol tomé varios rollos de ASA 100 y sin que ellas pudieran darse cuenta de mi presencia me dediqué a fotografiarlas tal como se encontraban.
El ver a través del visor de mi cámara, cómo los labios de mi mujer rozaban la piel de su mejor amiga, me pareció sumamente artÃ*stico. Ver cómo con gran delicadeza su amiga la acariciaba, era algo que definitivamente debÃ*a plasmarlo en una foto, asÃ* como todos y cada uno de los diferentes toques que la una le prodigaba a la otra. Las dos estaban sumamente concentradas en ellas como para darse cuenta de mi presencia, lentamente mi mujer se fue moviendo besando todo el cuerpo de su amiga hasta que su boca quedó sobre la depilada vagina de la otra, y sin mas se dedicó a mamarsela con gran complacencia de su amiga, la cual gemÃ*a de placer una y otra vez, la lengua y labios de mi mujer se hundÃ*an una y otra vez en la vulva de su amiga, la que tÃ*midamente habÃ*a comenzado a seguir el ejemplo que mi mujer le daba, comenzando a pasar su lengua por sobre el clÃ*toris de mi esposa.
Los dedos de ellas no se quedaron tranquilos, con mucha calma se hurgaban mutuamente, produciendo un placer adicional al experimentado hasta esos momentos. Mientras que yo prácticamente estaba a su lado tomando las fotos de tan hermosos momentos, sin que ellas me prestasen la menor atención, lo cual me excitó más aún, pero me contuve las ganas de tirármeles encima y hasta de masturbarme, por que entendÃ* desde mi parecer que les hubiera roto lo bello de esos momentos que atrevidamente fotografiaba sin su consentimiento.
Posteriormente le mostré las fotos a mi mujer, y ella se sorprendió mucho al verlas, no por el haberlas tomado, sino por lo cerca que llegué a estar de ellas dos y que ningunas de las dos se habÃ*an dado cuenta. Con el tiempo mi esposa me pidió que le hiciera unas copias para regalárselas a su amiga, la que al igual que mi mujer se sorprendió al verlas, pero a diferencia de mi esposa no quiere que su esposo se enteré, por lo que mi esposa me ha regresado las fotos de ellas dos.
Bueno esa es parte de mi colección, otra parte es algo diferente, ya que se trata de fotos de mujeres de la calle, en ellas tengo fotos de prostitutas, rameras, callejeras, ficheras, caminadoras, en fin de putas de todo tipo y de distintos lugares del mundo tales como de Ciudad de Méjico, de San Diego California, de New York , asÃ* como de Caracas, Bogotá, Buenos Aires, Santiago de Chile, asÃ* como de las Jineteras de la Habana Cuba. De Europa tengo algunas de Madrid, otras de Amsterdam, de Estocolmo, asÃ* como de Londres y de Paris desde luego. Las más remotas que tengo son las de Nueva Delhi, las de Singapur y hasta de Hong Kong y Taipei. Esta colección realmente no es nada del otro mundo, salvo una que otr
a en que alguna de las putas las he fotografiado mostrándole sus encantos directamente a sus posibles clientes con el fin de poderlos convencer.
Pero tengo otra colección que es la que mis allegados han calificado de sumamente morbosa y sucia. Sencillamente se trata de fotos de mujeres desde luego, pero que su vida se ha perdido en el alcohol o la droga, las tengo de todos tipos y de otros tantos paÃ*ses. Por ejemplo de San Juan de Puerto Rico tengo una serie de fotos de una chica que comenzó a usar marihuana a los 15 años, a los 16 entró a consumir coca y luego para mantener su vicio de heroÃ*na se dedicó a la prostitución como a los 19 años, que fue cuando le tomé sus primeras fotos, trabajaba en un local que llamaban el Blak Angus pero debido a su fuerte adicción a la aguja se tuvo que ir a trabajar a la calle en un sector que llaman la quince. Bien, Mari por llamarla de alguna manera, se iba a la cama con cualquiera que le pagase unos cuantos dólares, en principio pero luego dejo de frecuentar los hoteles ya que ese dinero preferÃ*a gastarlo en su adicción por lo que cualquier lugar era adecuado ya fuera para que le dieran por el culo o mamarle la verga a cualquier borracho que le diese algo de dinero para ello. Cuando volvÃ* a ver a Mari le tome varias fotos en las que ella se encontraba totalmente drogada, tirada a la entrada de un edificio toda sucia y con gran parte de su ropa rota, sin contar con las marcas producto de su adicción.
A la semana la volvÃ* a ver en cierto estado de sobriedad, es decir no se habÃ*a podido meter nada en sus venas y ya estaba pidiendo dinero por las esquinas, fue cuando la invité a que me sirviera de modelo, al principio pareció no entender, pero cuando le dije que bien podÃ*a darle unos veinte dólares sin pensarlo mucho se fue caminando a la dirección que le habÃ*a dado, un local comercial que estaba cerrado hacÃ*a unos cuantos años en el Viejo San Juan. Al llegar me la encontré en la puerta, dormitando. Al entrar sin decir nada se comenzó a quitar la ropa y a preguntarme qué era lo que yo deseaba que ella me hiciera, cuando le expliqué que tan sólo deseaba tomarle unas fotos se asustó un poco pero cuando vio los billetes de a cinco y de a uno dejó de molestar y sin más se puso a posar desnuda, le tomé como unas cuarenta fotos y al finalizar le hice entrega de su dinero. Cuando ya estaba por marcharse me preguntó cuánto le pagarÃ*a si dejaba que le tomase fotos a ella y a una amiga. La propuesta me interesó y le dije otra cantidad de dinero, al dÃ*a siguiente pensando que ella ni se acordarÃ*a de lo hablado, me sorprendió al verla acompañada de otra tipa con fachas similares a las de ella, La Jeny que era como se referÃ*a a su acompañante tenÃ*a largas cicatrices por todos sus brazos propias de las personas que al igual que Mari se inyectan heroÃ*na, y que en Puerto Rico llaman alacranes.
Las dos mujeres se comenzaron a desvestir con rapidez, pero a pedido mÃ*o lo comenzaron hacer con más calma y desde esos momentos comencé a tomarles fotos a ellas, al principio se encontraban algo rÃ*gidas pero de momento Mari sacó una pequeña botella de ron, y tras darse un largo trago se la pasó a su compañera que siguió su ejemplo. A los pocos momentos dejaron todos sus complejos, y ellas se comportaban como un par de colegialas que están descubriendo los placeres de tocarse mutuamente, aunque sucias como se encontraban, parecÃ*a que eso a ellas dos no les importaba en lo más mÃ*nimo, sus avances iban avanzando siendo cada vez más atrevidas la una con la otra, se besaban ardientemente y se introducÃ*an sus dedos entré las piernas y como un par de locas continuaban amarrándose y manoseando sus cuerpo hasta que Mari alcanzó un fuerte orgasmo, que luego fue seguido por el de Jeny pero con mayor intensidad.
Al terminar les ofrecÃ* que si deseaban darse una ducha podÃ*an pasar a los baños, pero groseramente rechazaron mi oferta sólo les interesaba que les pagase para adquirir su droga en la calle. Pero antes de marcharse Mari nuevamente se me acercó y preguntó si estaba interesado en que ella tuviera relaciones con un animal, al principio no lo acepté pero luego le dije que lo pensarÃ*a. Al dÃ*a siguiente en una de las noticias de un periódico amarillista salió la foto de Mari según el pie de foto fue encontrada muerta de una sobre dosis de heroÃ*na, con la inyectadora aun clavada en una de las venas de su brazo derecho. Fotos como es
as de mujeres manteniendo sexo con animales, además tengo fotos bastante raras de un sin fin de mujeres haciendo cosas que ustedes jamás llegarÃ*an a pensar, pero esas son sólo mÃ*as y con nadie las comparto jamás.
 
Arriba Pie