Follo el Culo a mi Suegra

heranlu

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Cuando Fabiana la madre de Gala, mi novia desde hacía un par de meses, abrió la puerta de la casa, casi me da un infarto. Una mujer de 36 años, divorciada, un metro setenta de estatura, morocha de ojos verdes infernales, y un cuerpo increíble, senos maravillosos y un culo que era soñado y con una micro bikini... De inmediato la reconocí como la modelo que me había inspirado varias pajas, ahora actriz. Gala nunca me había comentado que “ella” era su madre.

Ahí encontré la razón de la belleza de Gala, aunque no era tan espectacular como la madre.

- Hola soy Sergio.

- Hola Sergio, que gusto recibirte en casa. Gala me comento que vendrías a pasar la tarde. Perdoname que te reciba así, estaba por meterme a la pileta.

- No por favor. Un gusto conocerla.

- Por favor, adelante. Gala, llegó Sergio.

- Hola amor, veo que ya conociste a mi mami.

- Si…

- Sergio, espero que no te moleste que mami se quede con nosotros, iba a salir con una amiga, pero tuvo un problema y no sale.

- No, por favor, como me va a molestar Gala. Te aseguro no. Dije totalmente embelesado por la belleza de esa mujer.

- Vení, en esta habitación te podes cambiar tranquilo. Dijo Gala.

Entre a la habitación e insulte al aire: como íbamos a estar solos con Gala, únicamente había llevado una sunga brasilera… Mi pija de muy buen tamaño, bastante gruesa y se iba a marcar… Me la puse y una remera que no la llegaba a cubrir pero era algo.

Salí de la habitación y Gala me esperaba. Ella era muy sexual, en la intimidad siempre nos tocábamos, incitábamos.

- Mmm, esa sunga te queda… es una tentación al pecado. Dijo, me beso y acaricio mi pija sobre la sunga.

- Gala… esta tu madre y me conoces… me voy a poner la malla. Andá a la pile que esta mami tomando sol.

- Bueno…

Salí de la casa y Fabiana estaba saliendo de la pileta, el agua escurriendo por sus pechos, su piel brillando al sol, era una publicidad real…

- Agarra una reposera Sergio. Por favor, estás en tu casa. Me dijo acercándose y escrutando mi cuerpo con mucho disimulo.

Tome una reposera y me senté, sin quitarme la remera.

- Sergio, sacate la remera, o tienes vergüenza que te vea. Dijo Gala mientras caminaba hacia mí.

- Ya Gala, a mis tiempos. Dije.

- Por mí no te sientas incomodo, dijo Fabiana.

Gala tenía puesta una bikini espectacular, y con su cuerpo…

- Amor, me pones protector en la espalda por favor. Dijo Gala y se acostó boca abajo en una toalla.

- Si…

Ella desprendió la tira de la espalda de la bikini y me tome varios minutos para ponerle protector, la madre me miraba sonriendo.

- Que trabajo minucioso que haces Sergio. Y con esas manos grandes que tenes… sos muy delicado. Dijo Fabiana con picardía.

- No sabes lo que son esas manos mami…

Terminé y ella se sentó, se quitó la parte de arriba de su bikini sin ningún prejuicio que este su madre.

- Yo adelante puedo, pero… si vos queres… estoy dispuesta a dejarte. Dijo mi novia.

- Gala… no estamos solos…

- Aburrido…

La madre le pidió el protector y se empezó a poner en el pecho, Dios, casi no podía sacar los ojos de sus manos y como recorrían sus pechos, su abdomen. Puso una toalla en el césped y se acostó boca abajo.

- Gala, ¿me prestas las manos de Sergio para que me ponga crema?

- Si mami, no hay problemas no soy celosa.

- Sergio… ¿me pasas el protector…?

- Claro.

Me puse de rodillas a su lado, y lentamente empecé a pasarle protector, su piel era de una suavidad tremenda. No pude resistirme y mire en detalle su culo, era increíble. Ella se desprendió la bikini y los costados de sus pechos, quedaron descubiertos.

“Distraídamente” aproveche para rozarlos con mis dedos. Ella, que miraba hacia adelante, puso su cabeza de costado, me miró y sonrió sin decir nada.

- Listo, dije.

- Eh… es mucha molestia si te pido que me pongas en las piernas… Dijo ella.

- No… eh… claro que no.

Me levante para correrme y ella separo totalmente sus piernas, obligándome a ponerme entre ellas para pasarle crema. Una jugada con una malicia increíble. Me apure para hacerlo, sentía que se me estaba parando la pija, teniendo ese culo abierto frente mío, solo cubierto por un hilo dental.

Me recosté en la reposera y me puse la remera sobre mi pija. Madre e hija me miraron y se sonrieron cómplices.

- Sos tremenda mami… Dijo Gala.

- Tranquila… Dijo Fabiana guiñándole un ojo.

- Con vos, imposible que me quede tranquila.

- ¿Cuántos años tenes Sergio? Me pregunto la madre.

- 28 años.

- Mmm, estas en el punto justo, ocho mayor que Gala, ocho menor que yo…

- Ah… me voy a dar un baño. Dije y me fui corriendo a tirarme a la pileta. Mi pija estaba dura totalmente. Dos tremendas mujeres, y la madre, provocando.

Cuando “me calme” volví a la reposera. Las dos no volvieron a “molestar” con el tema, y cerca de las dos de la tarde, la madre se fue a hacer unas hamburguesas.

- Te calentaste mal… Me dijo Gala ni bien quedamos solos.

- Gala…

- Mmm… me encanta lo caliente que sos.

Y se puso de rodillas junto a mí, libero mi pija y me la empezó a chupar con todo.

- Gala, tu madre…

- Que me envidie… Dijo y siguió chupándomela.

Era una hija de puta, me chupaba y me miraba caliente. Bajo una mano y se masturbaba mientras me chupaba. Yo estaba para explotar.

- ¿Te cogerías a mi vieja? Me pregunto masturbándose sin dejar de masturbarme.

- ¿Queé?

- Dale, confesa… puedo prolongar esta tortura por horas, confiesa villano. Dijo mirándome a los ojos y sonriendo.

- Hija de puta…

- Y no sabes cuan puta… Confesa.

- Sí, me la cogería.

Gala se puso loca, me volvió a chupar con todo y vi como se metía tres dedos para sacarse la calentura. Me hizo acabar en su boca, tragándose todo mi semen, sin dejar nada. Ella tuvo un orgasmo y tapo el grito de placer chupando mi pija.

- Sos una desgraciada. Dije.

Ella sonrió y se fue a meter a la pileta. Salió y era ver una copia de la madre. La misma sensualidad. Se secó, fuimos a la cocina y nos sentamos a comer. Las dos se miraban cómplices.

- Este villano confeso que te cogería… Dijo Gala y abrí los ojos a más no poder.

- También, lo estabas torturando. Creo que hubiese confesado haber matado a Hitler. Dijo Fabiana.

- De vos no tengo ninguna duda. Dijo Gala.

- Puede ser… pero sabes que me gustan los juegos fuertes, jugar duro, y no creo que a Sergio le gusten, lo veo muy tierno, muy dulce. Dijo Fabiana para mi asombro.

- Te podes llevar una sorpresa, los mansos pueden ser los peores si se los acorrala. Dijo Gala.

- Mmm. Puede ser.

- Perdón… ¿Están hablando de mí? Dije tratando de sacarlas de tema.

- ¿Te gusta jugar duro Sergio? Me preguntó Fabiana.

- Puede ser… dije. No iba a ser tan boludo de decir que no.

La madre miro a la hija mordiéndose los labios.

- Sergio, estaba podrida de escuchar a mi madre gozar con sus juguetes, y hace poco no me banque más y fui a su habitación, fue dos días después de la primera vez que cogimos en tu departamento. Yo estaba muy caliente, y las dos nos pajeamos con todo, yo, pensando en vos, ella no tengo idea.

- Ah bueno… ¿Entre Uds.?

- No… cada una por su lado… y te aseguro que es una yegua masturbándose.

- Me estoy poniendo incomodo… Dije.

- ¿Incomodo o caliente? Dijo Gala.

- Basta por favor.

- Si Gala está de acuerdo, ¿Jugarías duro conmigo? ¿Te bancarías estar con una mujer que juega con los hombres?

- Jugar… Sí, claro que jugaría. Dije pensando que Gala no iba a querer, y hasta se podría enojar conmigo.

- ¿Gala? Pregunto la madre.

- Con una condición, quiero ver. Quiero conocer tus juegos.

- Hija de puta. Dije.

- Vos lo dijiste. Dijo Gala.

- ¿Vamos? Dijo Fabiana.

- Vamos. Dije.

Los tres fuimos a su habitación, la cama era de hierro, con un tul que caía desde el techo y cubría los lados. El espaldar todos hierros verticales.

Ni bien entramos, Gala me saco la sunga y se puso a chuparme la pija, mientras la madre se sacaba la bikini. En segundos mi pija estaba totalmente dura.

- Es mio. Dijo Fabiana y me hizo acostar.

Perdí de vista a Gala y la madre me empezó a besar el pecho y masturbarme suavemente. Tomo mis manos y me esposó al espaldar, yo la deje a hacer. No dejo de besar mi pecho y de chuparme las tetillas, yo estaba muy caliente y gemía.

Se sentó en una de mis piernas y me empezó a masturbar mientras se frotaba contra mi pierna. La hija de puta se estaba masturbando con todo. Tuvo un orgasmo y se puso a lamer y chupar mi pija. La hija era una locura haciéndolo pero ella, ella era de otro planeta. Se tomaba su tiempo, disfrutaba.

De pronto empecé a escuchar gemidos de Gala, no sabía de donde venía. Fabiana también la escuchaba y busco un consolador en su mesa de luz, y mientras me seguía chupando se empezó a masturbar con el consolador.

- Sos una hija de puta. Dijo Gala.

- Hija, con esta pija, soy la reina de las putas. Dijo y siguió con lo suyo.

Yo estaba por explotar, y hacía fuerza para no acabar. La desgraciada se levantó, y separando sus piernas se puso sobre mi cara, y me mostraba como se masturbaba y apretaba sus tetas.

- Quiero chuparte. Dije.

- Cerdo… sos mi juguete, vas a hacer lo que yo quiera, no lo que vos quieras. Dijo Fabiana.

- Maldita puta.

- Muy puta con el macho que me merezca. ¿Queres chupar? Chupa.

Y puso su orto sobre mi boca, sin sacar el consolador de su concha. Me puse a chupar ese orto como loco, escuchaba como gemía sin parar Gala, los gritos de placer de Fabiana y más caliente chupaba. Con mi lengua fui entrando en su orto, y ella, se movía como cabalgado mi lengua. Tuvo un orgasmo de esa forma y se volvió a levantar.

Me montó y se sacó el consolador. Con su mano guio mi pija a su concha y fue bajando lentamente.

- Esto va a ser duro, muy duro. Es muy gruesa…

Entre quejidos de dolor y placer fue bajando. Gala, por como gemía, estaba a punto de tener un orgasmo, y yo sin poder verla. Fabiana se metió totalmente mi pija en su concha y se fue moviendo lentamente.

- Desgraciada, la pija que te comes… te envidio. Dijo Fabiana.

- Guacha, es mi pija, solo te la presto.

De a poco Fabiana transformo una subida y bajada lenta y cuidada en una locura de cogida infernal, moviéndose con todo y golpeando mi pelvis con su pelvis, gritando de placer. Escuche gritar a Gala y supe que había tenido un orgasmo. Eso calentó más a Fabiana que se apretaba las tetas y metió en consolador en el culo.

- Que tremenda puta que te estas cogiendo Sergio. Dijo Gala.

- Aprende hija, aprende a gozar a un hombre. Dijo Fabiana.

No tardó mucho en gritar como loca y tener un orgasmo, que arrastró al mío y le llene la concha de leche. Ella se detuvo unos segundos y me miro a los ojos. Yo estaba recaliente, no podía hacer nada y eso me volvía loco.

- Sos un hijo de puta, un desgraciado hijo de puta. Dijo Fabiana sin quitarme la mirada de los ojos.

Se puso de rodillas a mi lado y me empezó a chupar con todas sus ganas, no había sacado el consolador de su culo y me mostraba como se lo metía. Yo de mi calentura, no perdía la erección ni la potencia. Ese culo lo deseaba con todas mis fuerzas, y más por ser el de la madre de mi novia, que no me entregaba el suyo. Otra vez escuchaba los gemidos de Gala, gemidos y quejidos. Fabiana no paro de chuparme, lamerme la pija y las bolas hasta que no tuvo otro orgasmo.

Me monto nuevamente y otra vez se la metió en su concha. Y fue donde no me contuve y le dije.

- Esto no es jugar duro, sos muy suavecita, ni te animas a acercarla a tu culo, puta no, putita apenas le dije.

- Hijo de puta… Dijo Fabiana

Saco mi pija de su concha y empapada como estaba, la acerco a su orto, apenas hacía entrar un par de centímetros y se quejaba pero enseguida se mordía los labios y gemía.

- No te animas… ni te animas a soltarme… una putita… Deja, entiendo…

- Maldito… Dijo y me quito las esposas.

Ni bien me las quitó, y con ella todavía sobre mí, le di un sopapo en la cara, no fuerte, pero la sorprendió.

- ¿En serio queres jugar duro? No te vas a poder arrepentir después…

- Si… Dijo Fabiana.

Se corrió y vi como Gala, en una silla a los pies de la cama se masturbaba la concha con un consolador y el culo con un dedo. Tome a Fabiana del cuello y la mire a los ojos. No me sostuvo la mirada y se mordía los labios. Mire en su mesa de luz y vi un látigo de cuero, lo tome y ella respiro profundo. La hice poner boca abajo, espose sus manos al espaldar y puse dos almohadas bajo su pubis.

- Vení. Le dije a Gala y se puso de rodillas junto a mí.

- Chupa, aprendiz de putita. Dije y nuevamente tome el látigo.

Sin golpearla, lo pasaba por la espalda de Fabiana que se retorcía y gemía al sentirlo. Lo mismo hacía por la espalda de Gala que arqueaba su espalda al sentirlo. Un par de minutos después, tome a Gala de sus cabellos y acerque su cabeza al culo de la madre.

- Chupale bien el culo, prepáralo.

- No…. Es mí…

El golpe suave con el látigo en su culo la convenció y se puso a chupar con todo. Lo escupía y chupaba. Fabiana gemía y me insultaba.

- Desgraciado, es mi hija… La puta madre… No pares Gala. Dijo Fabiana.

En vez de parar, Gala le metió dos dedos hasta el fondo y Fabiana dio un grito de placar. Gala, totalmente excitada, me chupaba la pija y sodomizaba a su madre con dos dedos que un rato después, se hicieron tres entrando y saliendo de ese culo hermoso.

La hice correr y acerque mi pija al orto de Fabiana. Ella respiró profundo y Gala le saco los dedos y separo a más no poder los cachetes de la madre. Empuje un poco, entro la cabeza de mi pija en medio de los quejidos de Fabiana, y me deje caer sobre ella. La penetración fue total, y su grito de dolor terrible. No espere a que ella se adapte, lentamente fui bombeando y cuando mi pija salía se veía la sangre que arrastraba. Gala me miro y me besaba un brazo mientras se masturbaba. De a poco los gritos de dolor y los quejidos fueron mutando a gritos y gemidos de placer por parte de Fabiana. Gala miraba, escuchaba y se masturbaba con todo.

Aprovechando que las esposas lo permitían hice girar a Fabiana y quedo boca arriba. Levante sus piernas las puse en mis hombros y nuevamente enterré mi pija hasta el fondo de su culo. Ella solo dio un grito. Y sonrió.

- Gala, mira la cara de puta de tu madre.

- Es una yegua… maldita…

- Ya tendrás lo tuyo. Chupale las tetas.

Y Gala con su culo hacia mí empezó a chuparle las tetas. Fabiana no podía más, pedía que le acabe en el culo. Yo aunque estaba muy caliente, quería disfrutarlas más, quería hacerlas mis putas. Escupí mis dedos y le metí uno en el culo a Gala.

- Nooo…. por favor…. soy virgen…. Dijo

- Hasta hoy mi amor.

- Hijo de puta… no pares… Me dijo ella.

Cogía por el culo a las dos, madre e hija, una con mi pija, la otra con mis dedos, y las dos gemían como locas. Gala no tardó en empezar a moverse para enterrarse los dedos en su culo, estaba super caliente. Cuando ella estaba por acabar los saque… Faltaba algo.

- No podes dejarme así… Me dijo Gala.

- Sentate en la boca de tu madre…

- Sergio…

- Hacelo.

Ella lo hizo y Fabiana sin protestar le empezó a comer la concha con todo, no le importaba que fuera su hija, Gala gritaba de placer y le pedía más. Tome una mano de Gala e hice que le meta dos dedos en la concha a la madre. Yo no paraba de bombear el culo de Fabiana, era una locura, verlas a las dos gozando, gritando de placer.

Acabe con todo, gritando de placer en el culo de Fabiana que tuvo un tremendo orgasmo, lo mismo que Gala. Nos quedamos quietos unos segundos y le di mi pija a Gala para que me la chupe y la limpie. No le importo que tuviera sangre o nada. Me la chupo y limpio a la perfección.

Lo que siguió no lo esperaba. Se levantó y le dio un tremendo beso a la madre, compartiendo todo lo que había limpiado.

Solté a Fabiana y las dos fueron al baño, yo las seguí, necesitaba orinar.

- Un tremendo macho hijo de puta. Dijo Fabiana

- Una tremenda puta sos vos. Dijo Gala.

- ¿Te molestaría que sea su puta, solo para él?

- Podrás se su puta, pero solo cuando estoy yo. No sola, dos putas para mí macho. Dijo Gala sorprendiéndome por completo.

Fabiana fue a la ducha y me miro.

- Si queres que sea tu puta, márcame como tuya, méame.

Y sin pensar, sin mirar a Gala, me pare frente a ella y la orine. Fabiana se esparcía mi orina por en cuerpo y chupaba sus dedos. Gala la miraba sin poder creerlo.

Los tres nos bañamos, y nos pusimos las mallas y fuimos a tomar sol. Gala fue a buscar unas latas de cerveza y las repartió. Fabiana, dolorida del culo se sentó en la reposera. Gala estaba sentada a mi lado.

- Nunca un hombre me cogió como Sergio, y no me avergüenza decir que no fueron pocos. No vayas a ser tan boluda de perderlo Gala.
 
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