[FONT=Arial, Helvetica, sans-serif]Follando a mi hermana mientras duerme[/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Relato enviado por Edelmiro [/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Mi hermana me pilló en plena corrida, entró en el cuarto de baño justo en el momento que brotaba el semen de mi pene y se desparramaba en el inodoro, donde me habÃ*a situado para hacerme una paja de lo excitado que estaba. Se quedó mirando mi gesto medio de placer y dolor, cómo me extremecÃ*a por la descarga con mi verga erecta al máximo en el momento del climax, y observando como mi leche salpicaba en la taza.
"¿Qué haces?", me preguntó.
Le dirigÃ* una mirada como intentando explicar lo que era obvio y pidiendo comprensión, y ella salió del baño. Me quedó un mal sabor de boca, también es casualidad pensé, pero, qué cojones, mejor hubiera sido que la paja me la hubiera hecho ella.
"Perdóname, no sabÃ*a que estabas en el baño, siento haberte molestado", me dijo.
"No te preocupes, no pasa nada, unicamente que ando estos dÃ*as bastante excitado y necesitaba desahogarme", contesté. Estaba ya hasta los cojones de nuestra situación, resulta que vivo con una mujer hermosa, mi hermana, que me excita y me pone como un ciervo cada vez que la miro, y me tengo que matar a pajas para apagar mi calentura, "ésto se ha terminado", pensé.
Comimos casi en silencio, con cierta tirantez a causa de lo ocurrido. Lavamos la vajilla y tomamos café que hice yo, y luego, como hacemos siempre, me dijo que se iba a la siesta.
Esperé un poco y luego fuÃ* a su habitación, ¿qué ocurre?, me dijo, me senté a su lado en la cama y se lo dije directamente: "MarÃ*a Luisa, te he puesto tres pÃ*ldoras en el café que has tomado para que te duermas y en cuanto lo hagas, te voy a desnudar y voy a follar contigo".
"¿Pero qué dices, te has vuelto loco, soy tu hermana?", respondió.
"Mira, vivimos juntos, ya no somos unos niños, tú tienes 56 años y yo 54,los dos tenemos necesidades sexuales y no podemos estar todo el dÃ*a masturbándonos a solas, podemos hacer el amor y disfrutar juntos y nadie se va a enterar", le insistÃ*.
"Yo no puedo hacer éso, lo siento pero no puedo", se negó, mientras bostezaba por las pastillas que empezaban a hacerle efecto y me decÃ*a: "¡Por Dios, por Dios, no lo hagas!".
Se quedó dormida, tenÃ*a por lo menos hasta el dÃ*a siguiente. Me desnudé y empecé a quitarle el camisón y las bragas, no llevaba sujetador y me quedé parado admirando la hermosura de sus tetas.
La besé en la boca, no era un beso nada apasionado, pero el calor de su cuerpo me excitó. Le separé los muslos y me volqué sobre su vagina, metÃ* mi lengua y chupé, lamÃ* y relamÃ* su clÃ*toris, y me dispuse a follarla, insultándola como si pudiera oirme: "¡So puta, marrana, te voy a follar todo lo que quiera!".
La puse boca abajo, doble una almohada bajo su viente para elevar su culo, separé sus piernas e introduje mi verga que estaba erecta y dura dura poco a poco en su vagina, que habÃ*a ensalivado a tope, enseguida sentÃ* el calor de su interior y comencé a bombear adelante y atrás, hasta sentir que me corrÃ*a, que mi semen iba a brotar. Saqué mi pene y me corri en la raja de su culo, una chorrotada húmeda y caliente que me llenó de placer.
La volvÃ* a acostar, yo lo hice junto a ella y me dormÃ*. Me desperté y admiré su cuerpo de diosa, tenÃ*a unas tetas espléndidas, unas caderas formidables y un culo redondo y hermoso, me masturbé y me corrÃ* en su cara y en sus tetas.
A lo largo de la noche, me la follé otras dos veces y me corrÃ* en su culo y en sus tetas, y dormÃ* junto a ella. A la mañana, ella seguÃ*a dormida y decidÃ* follármela otra vez, la disfruté y me levanté, me pegué una ducha y me fuÃ* a preparar el desayuno.
Cuando se despertara, ya hablarÃ*amos. [/FONT]
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Mi hermana me pilló en plena corrida, entró en el cuarto de baño justo en el momento que brotaba el semen de mi pene y se desparramaba en el inodoro, donde me habÃ*a situado para hacerme una paja de lo excitado que estaba. Se quedó mirando mi gesto medio de placer y dolor, cómo me extremecÃ*a por la descarga con mi verga erecta al máximo en el momento del climax, y observando como mi leche salpicaba en la taza.
"¿Qué haces?", me preguntó.
Le dirigÃ* una mirada como intentando explicar lo que era obvio y pidiendo comprensión, y ella salió del baño. Me quedó un mal sabor de boca, también es casualidad pensé, pero, qué cojones, mejor hubiera sido que la paja me la hubiera hecho ella.
"Perdóname, no sabÃ*a que estabas en el baño, siento haberte molestado", me dijo.
"No te preocupes, no pasa nada, unicamente que ando estos dÃ*as bastante excitado y necesitaba desahogarme", contesté. Estaba ya hasta los cojones de nuestra situación, resulta que vivo con una mujer hermosa, mi hermana, que me excita y me pone como un ciervo cada vez que la miro, y me tengo que matar a pajas para apagar mi calentura, "ésto se ha terminado", pensé.
Comimos casi en silencio, con cierta tirantez a causa de lo ocurrido. Lavamos la vajilla y tomamos café que hice yo, y luego, como hacemos siempre, me dijo que se iba a la siesta.
Esperé un poco y luego fuÃ* a su habitación, ¿qué ocurre?, me dijo, me senté a su lado en la cama y se lo dije directamente: "MarÃ*a Luisa, te he puesto tres pÃ*ldoras en el café que has tomado para que te duermas y en cuanto lo hagas, te voy a desnudar y voy a follar contigo".
"¿Pero qué dices, te has vuelto loco, soy tu hermana?", respondió.
"Mira, vivimos juntos, ya no somos unos niños, tú tienes 56 años y yo 54,los dos tenemos necesidades sexuales y no podemos estar todo el dÃ*a masturbándonos a solas, podemos hacer el amor y disfrutar juntos y nadie se va a enterar", le insistÃ*.
"Yo no puedo hacer éso, lo siento pero no puedo", se negó, mientras bostezaba por las pastillas que empezaban a hacerle efecto y me decÃ*a: "¡Por Dios, por Dios, no lo hagas!".
Se quedó dormida, tenÃ*a por lo menos hasta el dÃ*a siguiente. Me desnudé y empecé a quitarle el camisón y las bragas, no llevaba sujetador y me quedé parado admirando la hermosura de sus tetas.
La besé en la boca, no era un beso nada apasionado, pero el calor de su cuerpo me excitó. Le separé los muslos y me volqué sobre su vagina, metÃ* mi lengua y chupé, lamÃ* y relamÃ* su clÃ*toris, y me dispuse a follarla, insultándola como si pudiera oirme: "¡So puta, marrana, te voy a follar todo lo que quiera!".
La puse boca abajo, doble una almohada bajo su viente para elevar su culo, separé sus piernas e introduje mi verga que estaba erecta y dura dura poco a poco en su vagina, que habÃ*a ensalivado a tope, enseguida sentÃ* el calor de su interior y comencé a bombear adelante y atrás, hasta sentir que me corrÃ*a, que mi semen iba a brotar. Saqué mi pene y me corri en la raja de su culo, una chorrotada húmeda y caliente que me llenó de placer.
La volvÃ* a acostar, yo lo hice junto a ella y me dormÃ*. Me desperté y admiré su cuerpo de diosa, tenÃ*a unas tetas espléndidas, unas caderas formidables y un culo redondo y hermoso, me masturbé y me corrÃ* en su cara y en sus tetas.
A lo largo de la noche, me la follé otras dos veces y me corrÃ* en su culo y en sus tetas, y dormÃ* junto a ella. A la mañana, ella seguÃ*a dormida y decidÃ* follármela otra vez, la disfruté y me levanté, me pegué una ducha y me fuÃ* a preparar el desayuno.
Cuando se despertara, ya hablarÃ*amos. [/FONT]