Fiestas salvajes con mi madre

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Virgen
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Ene 2, 2009
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Mi nombre es NURI y tengo 20 años. Hacia como mas de 4 semanas que estábamos con mi madre ,organizando una fiesta para elevar la moral a una amiga que se divorciaba , con el que vivía, de hacía más de 15 años. Con la llegada de los acontecimientos, Los respectivos trabajos, la separación temporaria y los preparativos habituales, ese periodo.
Nnuestra actividad en esos días era bastante intensa, sumado a las consabidas despedida. La última semana, fue terrible, todos preparativos previos, la fiesta. Llego la noche de la despedida, me vestí con una remera y jeans, previendo lo que las amigas de mama podrían llegar a prepararme , era com su mascota, la mas joven. La reunión comenzaba en un restaurante de BARCELONA. La mesa reservada, estaba en un lugar apartado del local del resto del salón, para permitir divertirnos con una mayor libertad. A la llegada de todas las amigas y mi madre, comenzó la cena. Como generalmente ocurre en estos casos, bebimos un poco más de la cuenta, aumentando nuestra alegría. Con la finalización de los postres, llegaron los obsequios de mis amigas, que hasta el momento todo se desarrollaba con demasiada corrección.
Al abrir el ultimo regalo, quede sorprendida, se trataba de una súper mini falda negra, con una blusa roja., las mire a todas con sorpresa. Ni bien la tuve en mis manos, me obligaron a ponerme esas prendas. Me negué en un principio, pero fue imposible resistirme, así que accedí.
Me llevaron al baño, para que me cambiase de prendas. Me quite lo puesto quedando, en sostén y tanga. Me exigieron, que me quitarse el sostén, y colocarme, una tanguita, que se trataba de un hilo de algodón. Miré a las chicas, sorprendida, que no cesaban de incitarme a que me lo ponga. Me negué, a lo que su reacción fue:
O lo haces tú, o lo hacemos nosotras – contestaron a coro
Como supuse que lo harían, les respondí:
"Está bien, pero lo haré en el excusado"
Entré, cerrando la puerta (debo aclarar que soy un poco escrupulosa en ese aspecto), me saque mi ropa interior, y las tire por arriba de la puerta, como habían dicho. Sin otra alternativa, me coloque la tanguita, que inmediatamente ese cordón se me empezó a perder entre mis cavidades, quedando muy poco a la vista. Aflorando mis labios vaginales. Termine de colocarla blusa, que con lo escotado que era, mis tetas que son como dos pomelos, trataban de escapar en el momento menos pensado, agregando a esto la minifalda que dejaba ver el final de mis cachetes traseros. Al verme fueron risas y cargadas, no muy divertidas para mí.
El broche final, fueron unas botas de cuero negro, que pasaban mis rodillas. Acto seguido pintaron mi rostro, con un rojo intenso en mis labios y un violeta en mis parpados. Al verme en un espejo mi aspecto se asemejaba a una prostituta. Mi ropa desapareció, y así como estaba propusieron ir comedor con el stripper, la despedida de casada de una de nuestras amigas de mi madre todas treinta añeras o curentonas..JULI, la tercera que se divorciaba de un total de seis, con mi amigas SILVIA y CAROLINA la mas reciente y tambien nos acompañaba mi madre ROSA. Mi madre era una típica ama de casa, al menos hasta ese dia. Se sentía cada vez mas atrapada en su rutina, su vida se había tornado aburrida. Y que decir de su matrimonio y su vida sexual. Se conservaba muy bien a cuarenta años, y cada tanto recibía las miradas y cumplidos masculinos en la calle. Mama necesitaba algo nuevo, que la estremezca y la haga sentir viva. Desde aquel día todo cambio..Me llamo mucho la atención que mama saliese esa noche, y como estaba vestida. Estaba bastante arreglada. Llevaba un vestido gris plata de tirantes con escote en pico el cual dejaba toda la espalda desnuda hasta encima de sus nalgas. El vestido le llegaba a menos de medio muslo y mostraba parte de las piernas y la otra parte se encontraba cubierta por unas botas negras de caña de alto tacón que le llegaban hasta las rodillas muy corto ,que mostraba su lado mas sensual. Resaltaba su linda figura, sus bellas piernas y su mejor atributo, que era su culo. El cual pude apreciar cuando se fue. Era toda una milf, todos pareciamos una golfas y rameras ,todas con faldas y tangas y muy escotadas , lo mas puta posibles.
y se fue.Hicimos pues lo típico, , stripers, alguna perdida de papeles, después copitas .Pero no era una invitada mas, Juli esperaba a alguien. Era su sorpresa. Al rato entro un hombre alto y bastante fornido. Vestido de policía. Las mujeres se volvieron locas con el. Que bailaba al ritmo de la música mientras se sacaba la camisa. Las invitadas recorrían el cuerpo del stripper con sus manos, el se saco el pantalón, quedando en ropa interior. El corazón de mama latía a mil al verlo, el tipo estaba bailando con una amiga de Juli, tenia un bulto bastante grande. Esta la manoseaba sobre el boxer, loca de deseo. Entre 2 le bajaron el boxer, dejando su enorme miembro al aire. Todas enloquecieron sorprendidas por el tamaño, esperando poder gozar con el. Una amiga de Juli le agarro la polla aun flácida y se la metió en la boca, mientras las demás alentaban a su amiga. El stripper siguió su baile y se dirigió a Juli, esta lo masturbo un poco y luego mamo su verga totalmente desinhibida. Mi madre se sentía muy incomoda pero al mismo tiempo excitada.
El tipo llego hasta mama y esta lo rechazo, el agarro una toalla y la puse alrededor de mama para que no la vean, ella alentada por las mujeres y quizás por efecto del alcohol tomo la verga con su mano y lo empezó a pajear. Estuvo un rato masturbando aquella polla, nunca había visto una de ese tamaño. Juli acerco la cabeza de mama hacia la polla y mientas le acariciaba el cabello mama se metía en la boca aquella polla. Mama no creía lo que estaba haciendo, se la estaba chupando a aquel hombre cuando jamas había hecho sexo oral en su vida. La lujuria se había apoderado de ella que seguía tragando ese pedazo de carne. El stripper dejo caer la toalla y todas pudieron ver como mama se la chupaba.
- vamos mamita, chupasela! se puso nata montada en su polla -Tragatela hasta el fondo! decían las chicas entre otras cosas.
Mama siguió chupando con fuerza, acelerando el ritmo. El stripper realmente disfrutaba la mamada que le hacia la tímida madre de familia. Empezó a jadear de placer y sabiendo que estaba por acabar continuo con las demás mujeres. Mama se limpio la boca y observaba a las demás. Después de un rato el stripper no pudo aguantar mas y acabo. Repartió su semen para todos lados, mientras las invitadas enloquecían. También salpico un poco a mama.Yo, mientras tanto, besaba con pasión al guapo muchacho de color al cual me entregaba entre sus brazos al tiempo que Ronald apretaba su dura verga contra mis nalgas. Me agaché ante ellos chupando sus respectivas pollas cubiertas por los tangas que portaban. Agarré ambos tangas y los bajé de golpe haciendo aparecer dos morcillas fenomenales ante las que me quedé con la boca abierta y los ojos fuera de sus órbitas. Ambos miembros eran de dimensiones extraordinarias. El de Ronald alcanzaría los veinte centímetros y tenía un gran grosor. El del policía me aterrorizó solo de verlo. Jamás había tenido en mis manos algo semejante. Era una estaca de unos veinticinco centímetros la cual imaginé que me destrozaría cuando me traspasase. Me lancé a por ellas succionándolas alternativamente aunque mi boca no daba abasto con ambas pollas. Aun así finalmente conseguí tragarme por completo el nabo de aquel negrazo llegando a tocar la garganta con la punta de su glande. Aun no me explico cómo conseguí hacerlo. Lamí aquella rica banana a lo largo de ella notando las venas llenas de sangre que bombeaba desde su cerebro.
Ronald se colocó entre mis nalgas y empezó a chuparme el ojete consiguiendo sacarme un gemido de placer. Humedeció mi entrada posterior y después su lengua se hizo más ambiciosa penetrando en el interior de mi ano. Me estaba volviendo loca de placer. Estaba segura que aquellos cabrones deseaban sodomizarme. Jamás lo había probado con Enrique pero en aquellos momentos sabía que no sería capaz de negarme a pasar aquella dura prueba. Lo que aun no sabía es quien de ellos sería el afortunado. Gracias al estado de enajenación en que me hallaba debido a las caricias anales que soportaba, mi mano y mi boca alcanzaron una velocidad de vértigo y de repente mi amante de color me apartó de él y descargó toda su leche esparciéndola en toda mi cara y llegando algunos goterones hasta el cabello.
Giré la vista al escuchar los gritos que lanzaba Silvia. La escena que presencié casi me hace correr. El tercer chico tenía apoyada a Silvia de espaldas a él con las manos sujetas al respaldo del sofá mientras mi amiga tenía ante su boca el coño ofrecido de mi hermana a la cual le estaba comiendo toda la fruta de la pasión. No imaginaba que a mi hermana le gustasen las mujeres. El muchacho follaba con fuerza a Silvia clavándole todo su pene hasta el fondo. La tenía bien abierta de piernas y la sujetaba de las caderas traspasándola con gran virulencia. Silvia introdujo uno de sus dedos en el ano de mi hermana la cual se quejó fuertemente ante dicha acometida.
Peter me separó de Ronald llevándome con él. Estaba entregada a aquel hombre de ébano el cual me atemorizaba con su mirada. En aquel momento era mi dueño. Me cogió de las piernas y me giró por completo colocándome boca abajo situando mi cara ante su poderoso músculo sexual. El cabrón ya se había recuperado pese a haberse corrido hacia poco tiempo. Aquella noche estaba aprendiendo muchas cosas que seguramente nunca hubiese vivido con Enrique. Hacer un 69 de pie me dio un vértigo y un morbo fenomenal. Me agarré a la broca de aquel tío y comencé a comérmela sin parar. Peter dirigió su lengua hacia mi clítoris chupándolo sin descanso. A los dos minutos me había corrido entre sus labios ofreciéndole todos mis jugos. El orgasmo que me sacó fue increíble.
Tras ese orgasmo me relajé cruzando mis piernas tras su cabeza. Peter no mostraba síntomas de cansancio teniéndome sujeta entre sus brazos lo cual estaba dispuesta a aprovecharlo. Me sentía cómoda en aquella posición comiéndome aquel sabroso plátano de chocolate que me hipnotizaba. Me quedé adorando aquel glande amoratado que me encantaba. Volví a chupar su polla con ansia intentando conseguir hacerle correr de nuevo. Deseaba sacarle toda su leche y esta vez no pensaba dejar que se me escapase. Me iba a tragar toda su espesa vitalidad. Me afané en masturbarle chupándole la verga y meneándosela sin parar. Al tiempo bajaba de vez en cuando hacia sus testículos y se los lamía para proporcionarle mayor placer. Me introdujo dos dedos en mi ano mientras seguía comiéndome el clítoris haciéndolo crecer sin remisión. De pronto aquel fuerte policía empezó a temblar y se quedó parado de golpe corriéndose sin parar. Me atraganté ante aquella catarata que invadía mi boca. Aquel negro expulsó semen en mi boca durante treinta largos segundos. Creí que no iba a acabar nunca. Sin embargo logré tragar todo aquel manantial sin desperdiciar ni una sola gota. No aguanté más y me corrí entre sus labios llenándole la boca con mis jugos. Ambos quedamos completamente saciados.
El espectáculo que ofrecíamos al resto de invitados a la fiesta era impresionante. Dos de las chicas se unieron entre ellas iniciando una relación lésbica que hizo que nos hallásemos nuevamente preparados para el último asalto. No me olvido del trío que mantenían Silvia y mi madre con el otro stripper y os diré que el chico acabó explotando en la vagina de mi amiga llenándola con su lefa. Mi hermana acabó chillando entre los labios de con las caricias que esta le prodigaba.
Peter llamó a Ronald para que volviese a juntarse a nosotros. Me acerqué a Ronald y le agarré la dura verga que tenía e inicié unos lentos movimientos sobre ella masturbándole con dulzura. Nos dimos un beso apasionado y al separarnos le dije al oído que se tumbase sobre al alfombra del salón que deseaba montarme sobre él. El chico sonrió y accedió a mis ruegos tumbándose boca arriba apuntando hacia arriba con su enhiesto mástil. Me encantaba la manguera que poseía aquel guapo bombero. Le agarré de la polla y me coloqué a horcajadas sobre él apoyando el coño sobre su poderosa cabeza y me acabé sentando de golpe sobre Ronald. Lancé un prolongado suspiro al notar como iba entrando centímetro a centímetro en mi interior. Tras permanecer unos breves segundos sintiéndome taladrada por aquel chico apoyé mis manos sobre su pecho y empecé a cabalgar sobre mi potente macho como una yegua enloquecida al tiempo que Ronald me golpeaba las nalgas con las palmas de sus manos haciéndome gritar. A lo lejos oía como Luisa se encontraba siendo follada por su acompañante el cual la tenía cogida en brazos apoyada en la pared y la sentaba sobre su verga haciéndola exhalar auténticos alaridos de júbilo. Mi madre cruzaba sus manos tras el cuello de su amante sin dejarlo escapar y cruzaba las piernas tras las nalgas del muchacho atrayéndolo hacia ella. ROSA mi madre le gritaba de forma sofocada diciéndole:
- Fóllame el culo cabrón. Me encanta como me lo haces. Es lo mejor que he sentido en toda mi vida. No te detengas ni un solo segundo, por favor. Dios, es demasiado bueno para dejar que se acabe.
Ronald me ayudó a caer sobre su pecho con lo cual mostraba mis nalgas en todo su esplendor. Peter se arrodilló tras de mí y chupó mi ano dándome un beso negro de fábula. Sabía lo que aquello significaba y aunque sentía un pavor sin límites ante lo que se avecinaba, al mismo tiempo deseaba ser ensartada por aquellos dos machos al mismo tiempo. Tras dejarme el ano bien lubricado gracias a su saliva, Peter se aproximó a mi oreja y me susurró que me relajase que todo iría bien. Que ellos se encargarían de que disfrutase. Ronald se quedó parado y Peter acercó la punta de su lanza a mi esfínter apoyando aquella cabezota en la entrada. Aquellos dos cabrones me iban a destrozar por dentro pero estaba dispuesta a pasar aquella dura prueba. El chico negro empezó a introducir con suavidad el glande y me agarró con las manos de las caderas.
-NURI - bonita, ahora voy a penetrar tu estrecho agujerito hasta que desees que no acabe nunca. Será la mejor experiencia de tu vida. Es el punto culminante a esta bonita fiesta que te han preparado tus amigas.
Tras aquellas palabras, Peter apretó fuertemente mis nalgas hacia él clavándome su enorme ariete en el culo. Chillé sin poder controlarme. El dolor era insoportable. Aquello era excesivamente grande y fuerte para que mi pobre culito lo cobijase. Me estaba quemando por dentro. Lloraba sin poder aguantar el embate de aquel negro fabuloso. Peter golpeaba sus testículos contra mis nalgas. Por fin había logrado alojar toda aquella tranca en mi dolorido esfínter. El chico se quedó quieto unos segundos para dejarme asimilar aquel torpedo que me había traspasado. Entonces Ronald empezó a rotar su pelvis follándome en el momento en que su amigo inició un metesaca enloquecedor. Sentía en mi interior como ambas barras se unían entre sí. Yo me acoplé al movimiento de mis dos amantes rotando mi pelvis sobre las de ellas. El dolor dio paso a un placer indescriptible. Ahora sí que me encontraba en la gloria siendo follada por ellos. Los gemidos dieron paso a unos aullidos enloquecedores por mi parte. Notaba como la carne de aquel negro llenaba mis intestinos sin remedio.
- Cabrones me matáis pero me hacéis enloquecer. Me muero de gusto con vosotros. Folláis de maravilla. No deseo que esto acabe nunca. Seguid así y no paréis.
Sentía que el orgasmo se aproximaba a pasos agigantados. Deseaba retrasarlo lo más posible pero no lo logré. Les dije que me corría y que se viniesen conmigo, que me llenasen mis dos agujeros con sus calientes leches. Así pues ambos aceleraron sus acometidas hasta quedarse parados en mi interior exhalando gritos los tres al corrernos como auténticas bestias en celo. Sudábamos como animales y tardamos dos minutos largos en recuperarnos de aquel último encuentro.
- Carolina, ahora ya estas preparada para divorciase con o marido, me dijo Peter tras salirse de mí.
- Tienes razón aunque ahora tengo aun más dudas de que realmente desee casarme, le contesté sonriendo.
Ese seria el fin de una velada inolvidable.
Mi madre volvió a la madrugada, borracha y con olor a semen. Fue a la habitación y se desplomo sobre su cama y a casa al amanecer.
Todas cogimos un gran pedo, yo incluida, pero me toco hacer de chofer, llevaba a la novia de copiloto y a otras dos amigas atrás, las otras dos decidieron tomar un taxi, las dos chicas de atrás viven en un barrio, y nosotras en otro, así que decidí llevarlas primero a ellas, y después volver atrás hacia donde vivimos nosotras, de camino a sus casas no paraban de hablar de lo bueno que estaba el striper y de o que le haría y/o se dejarían hacer, yo las escuchaba y me reía ellas dos siempre ha tenido fama de facilonas, pero yo puedo dar fe de que no es cierto, eso si ese día estaban muy calientesArranque el coche y regrese a casa, serían como las seis de la mañana, acosté a mi madre, que seguía dormida, en un cuarto y yo me fui al baño, me dispuse a lavarme, me desnude y me metí en la ducha, mientras caía el agua sobre mi, fui recordando lo que había hecho, recordé como se la había chupado, como me pellizcaba los pezones, y antes de darme cuenta, me estaba haciendo una paja dirigiendo el chorro de la ducha sobre mi clítoris, a la vez que retorcía mis tetas, luego recordé también lo que me dijo al terminar, me quería follar como me merecía, y me lo imagine follándome de mil maneras y posturas diferentes, y me corrí como no me había corrido nunca.
Cuando me desperté eran ya casi la una de la tarde, pasé un rato aún en la cama tratando de recordar si todo había sido verdad o solo un sueño, oí un ruido, supuse que era mi madre ya despierta, me levanté recogí la ropa del suelo, y vi mi top de tirantes con la mancha de semen en el centro, inconscientemente lleve mi mano hasta mis tetas y las toque, como si aun fuesen a estar manchadas. Entré en la cocina, y allí estaba ella reparando la comida.
La tarde pasó sin más, mi madre se marcho temprano, y yo no conseguía quitarme al negro de la cabeza, no sabía que hacer, bueno, en realidad si, de hecho ya había decidido ir, como al día siguiente era lunes, pero yo no trabajaba, supuse que no habría mucho tráfico. Así que me acosté temprano, y puse el despertador a las cuatro, me dormí pese al miedo, los nervios y las ganas.
Las cuatro ya era la hora,sono el movil, y acepte, no sabia como iban a ir las cosas, así que trate de ponérselo fácil con la ropa, braguitas falda cortita y con bastante vuelo, y blusa sin sujetador. Salí, aún era de noche, y hacía frío, los pezones se marcaban a través de mi camisa, subí al coche y me puse en camino, como estaba cerca no tarde ni cinco minutos en llegar, y ahí estaba el apoyado sobre la parte de atrás de una furgoneta grande, blanca, le hice señas con las luces y pare frente a el, me hizo bajar.
- aquí no nos molestaran - indico señalando la parte trasera del furgón.
- ¿seguro? – le medio protesté.
- seguro, se la he alquilado a un amigo, vamos entra – respondió mientras abría la puerta trasera.
Un suelo de madera y varias mantas a modo de acolche, eso era todo el contenido, entramos y cerro, se fue directamente a por mis tetas, mostró su sorpresa y agrado cuando vio que no llevaba sujetador, me abrió la camisa y comenzó a chuparme los pezones, los lamía, me los mordía, mientras yo había alcanzado su polla y la acariciaba al mismo tiempo que le bajaba los pantalones, terminó de quitárselos y se situó detrás de mi, me arrincono contra la pared sin despegase de mi haciéndome sentir el calor y la medida de su rabo contra mi culo, y en agradecimiento yo movía mis caderas como si tratara de atrapársela con ellas, al poco tiempo ya estábamos desnudos los dos, mientras con una mano sobre mi espalda me mantenía pegada cara a la pared, con la otra se sujetaba el rabo y me pasaba el glande entre mis húmedos labios vaginales, y yo trataba de sacar un poco el culo cada vez que lo hacía para que se me metiese algo de su polla en mi coño, aunque lo único que recibía era un fuerte azote en una de mis nalgas; joder como acabaron por gustarme esos azotes, tanto, que desde entonces prácticamente lo “exijo” cada vez que me follan; con todo el jaleo, entre mis pierna corría ya un río de flujos, tan húmedo lo tenía, que cuando me penetró me la entró toda de golpe, me soltó.
- no te muevas – ordenó, – quédate pegada a la pared y ábrete tu misma -
Gire la cabeza, pegué la cara y el pecho contra la pared, saqué un poco el culo y separé mis glúteos con mis manos.
- no me moveré, ¿así me quieres?, follamé como más te guste, o mejor follamé como me merezco -
Al decir esto bajo el ritmo de sus embestidas, pero subió la intensidad, y como la subió, cada vez que me empalaba mi cuerpo entero era enviado contra la pared del vehículo, estaba aprendiendo la diferencia entre hacer el amor y ser follada, y sin duda alguna prefería esto segundo. Al tío le importaba una mierda yo, si me gustaba, si me dolía, si me sentía bien o mal, en lo único que se molesto fue en hacerme sentir como una puta, y lo hizo mucho y con el efecto deseado por él, mientras más puta me hacia sentir más como una puta me comportaba yo.
- Vaya, a la zorra blanquita le gustan las pollas negras ¿verdad?- me decía al oído mientras me taladraba rítmicamente.- ¿Verdad? – insistió al ver que no contestaba tirando me del pelo.
- Verdad – conteste, – me gustan – volví a afirmar al sentir otro tirón de pelo – me gustan las pollas negras – dije esta vez por propia voluntad.
- ¿Quieres más verdad?, puedes tener toda la polla que puedas aguantar, solo pídemelo – la cabeza me daba vueltas, estaba a mil, con un tronco que me tenia abierto el coño a más no poder, pero sorprendentemente quería más.
- Más rabo, si, dame más, todo lo que tengas, rómpeme el coño, ahora no te andes con miramientos, ya soy toda tuya – lo que era capaz de provocar la lujuria. Me tenía totalmente sometida, en ese momento podía hacer conmigo lo que quisiera, y lo hizo.
- De acuerdo, a partir de ahora ya eres mi putita, y haré contigo lo que me de la gana, y de momento es hora de pagar – asentí como pude, dio un par de golpes con la mano abierta contra la pared de metal.
Casi al momento, se abrió la puerta trasera de la furgo, entrando un tipo, regordete pero grande, inmediatamente, di un respingo y trate de cubrirme, pero no pude, estaba desnuda contra la pared con un rabo dentro me seguía sujetando del pelo rubio y su mano volvió a inmovilizarme.
- Tranquila, – trato de calmarme. – tengo que pagarle el alquiler de la furgoneta, y recuerda que eres mía y le voy a pagar con esto.- me paso la mano por todo el coño mientras me sacaba su polla.
La verdad, es que mis protestas no sirvieron de nada, claro que tampoco proteste con muchas ganas, entre tanto el gordo, ya se había desnudado por completo, el otro me empujo, no muy fuerte, la verdad, colaboré y ande hasta él, me miró de arriba abajo, manoseo mis tetas, me hizo girar sobre mi misma y magreo también mi culo, me sentía como ganado, y eso me excitaba. Dijo algo en algún idioma que no entendí, mire al otro, me saco inmediatamente de dudas.
- dice, que tu no aguantaras, y quiere que si no le satisfaces follarte otro día más. Voy a aceptar, así que mas te vale complacerle.-
El gordo tenia un pollon de record, media como treinta centímetros, y mi mano cerrada a su alrededor no lo cerraba, uff, que caliente estaba, se la agarré, me puse en cuclillas, y ni siquiera pude mamarsela, me tuve que conformar con saborearla a lametones. En vista de que con mi boca poco podía hacer, opte por darme la vuelta y ponerme a cuatro patas.
- vamos, aquí tienes tu yegua, a que esperas para montarla.- no se si entendió lo que dije, pero la postura si.
Se situó detrás, poco a poco y gracias al trabajo que me habían hecho antes, pudo endosármela entera, un vez dentro coloco sus manos n mi cintura y comenzó a taladrarme, fue aumentando el ritmo hasta hacerlo salvaje, soltó las manos, con una me sujeto del pelo, y con la otra me azotaba el culo.
- ¿así te gusta que te monte? Perra. – preguntaba mientras me embestía con furia y me azotaba el culo.
Intentaron hacerme pasar un infierno y lo que consiguieron fue llevarme a la gloria, la follada tan dura a la que estaba siendo sometida, junto con los azotes, me hacían daño, pero solo era físico, en cambio el efecto psicológico de esos mismos actos me proporcionaban un placer inimaginable.
Yo ya ni hablaba, solo gemía o jadeaba, como pude me aferré al rabo del otro, este si me cabía en la boca, así que lo engullí con fruición, el poco a poco se fue sentando en el suelo, y con eso conserve la postura de perra que tanto placer me proporcionaba. Cada arremetida de la polla del gordo me lanzaba hacía delante haciéndome tragar la otra, y a mi cabeza rebotar contra el vientre volviendo a desplazar mi cuerpo en sentido contrario volviendo a clavarme ese enorme trozo de carne que me tenia el coño completamente abierto.
- ¡!Ahh¡¡ sigue así cabrón, dame más polla, que buen rabo tienes hijopu… – no pude terminar la frase por que el otro me volvió a llenar la boca con su tranca.
Estaba agotada y dolorida, pero también encantada y satisfecha, perdí hasta la cuenta de los orgasmos que había tenido. Terminé siendo como una muñeca en sus manos, se cambiaron de postura, comenzó a follarme el otro, mientras el gordo trataba de metermela en la boca, cosa que no pudo lograr, como solo me metió el glande aprovecho para correrse dentro de ella. El más delgado me la sacó, se puso delante mía y como yo estaba de rodillas, descargo toda su leche en mis tetas, bueno en ellas, en el vientre, la cara, por que no vea lo que soltaron.
Me quede sentada totalmente cubierta de semen desde la cara a las rodillas,estaba tan mojada de leche de estos dos chicos que podía sentir como el liquido chorreaba de mi coño por mis piernas.Se
trataba de recuperarme para vestirme e irme, pero en cuanto ellos terminaron de arreglarse, el gordo cogió mis ropas, y el otro me levanto, me echaron de la furgoneta, tiraron mi ropa contra el capó de mi coche, se me acerco uno, y me dijo que volviese al día siguiente, que tendría más pollas y más pasta para mi, diciendo esto me puso un billete de cien euros sobre una teta quedando este pegado a ella por efecto del corrido de los negros, se montaron en su vehículo y se fueron.
Y allí estaba yo, en medio de la calle desnuda cubierta del semen de los dos desconocidos y totalmente agotada, como empezaba a clarear, me subí al coche, y me puse solo la camisa, me marche a casa, me di un baño de campeonato y me relaje contemplando mi bien ganado billete, tenia que descansar para volver al día siguiente.
El polvo fue un éxito de placer y lujuria, con mi corta edad y amplia experiencia en hombres estos dos chicos me habían sabido follar como auténticos machos sementales, que a la postre sería eso lo que ocurriría, machos sementales, pues de aquella experiencia salí preñada hasta "las trancas"
Me dió igual, ya tenía estrategias para engatusar a un futuro marido y culpar a el de mi embarazo, total era la oportunidad de no dejar escapar a mi semental negro. Con la noticia de mi embarazo la boda se produjo antes de lo esperado, y jamás volví a saber de esos "dos padres".
 
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