Se organizó una fiesta con mis compañeros del
salón, la iguana pondría su casa ya que sus
papás habían salido de viaje.
Cuándo comenzó la fiesta, todos estábamos medio
apagados, pero después del alcohol, la música y la
mariguana, todos nos pusimos en ambiente.
Bailamos, cantamos, se hacían bromas, al final todos
quedamos muy borrachos. Yo ya tenía rato echándole
miradas a Gabrielita, se veía muy buena ese día.
La verdad me la quería coger, pero no encontraba el
momento.
Todos nos íbamos a quedar en la casa de la iguana,
así que la fiesta se prolongó hasta mas no poder.
Unos fueron cayendo dormidos y otros estaban
vomitando. Al final yo me quedé solo con Gabrielita,
yo ya estaba bien pedo y ella también.
Entre platica y platica Gabrielita se quedó dormida.
Así acostadita podía verle las piernotas gracias
al vestidito que llevaba puesto. Le quité sus zapatos
para que pudiera descansar mejor, pero al hacerlo
sus pies desnudos me excitaron tanto que no tuve
mas remedio que chuparlos. Dedo por dedo.
Gabrielita estaba profundamente dormida, le acariciaba
las piernas y se me empezó a parar la verga. Me bajé
un poco el pantalón y los calzones, mi verga estaba
que reventaba. Le hice para un ladito el calzón a
Gabrielita, le medí bien el agujerito para atinarle.
Y así, despacito le empecé a meter la verga, como
note que ni se movía, aceleré más mis penetraciones.
Con más fuerza se la metía a Gabrielita, ella bien
borracha no sabía ni que onda, solo dejaba escapar
unos gemiditos que me excitaron al tope. Después
de unas metidas, sentí que me venía, en cuanto
alcancé a sacársela para tirarlos al suelo.
salón, la iguana pondría su casa ya que sus
papás habían salido de viaje.
Cuándo comenzó la fiesta, todos estábamos medio
apagados, pero después del alcohol, la música y la
mariguana, todos nos pusimos en ambiente.
Bailamos, cantamos, se hacían bromas, al final todos
quedamos muy borrachos. Yo ya tenía rato echándole
miradas a Gabrielita, se veía muy buena ese día.
La verdad me la quería coger, pero no encontraba el
momento.
Todos nos íbamos a quedar en la casa de la iguana,
así que la fiesta se prolongó hasta mas no poder.
Unos fueron cayendo dormidos y otros estaban
vomitando. Al final yo me quedé solo con Gabrielita,
yo ya estaba bien pedo y ella también.
Entre platica y platica Gabrielita se quedó dormida.
Así acostadita podía verle las piernotas gracias
al vestidito que llevaba puesto. Le quité sus zapatos
para que pudiera descansar mejor, pero al hacerlo
sus pies desnudos me excitaron tanto que no tuve
mas remedio que chuparlos. Dedo por dedo.
Gabrielita estaba profundamente dormida, le acariciaba
las piernas y se me empezó a parar la verga. Me bajé
un poco el pantalón y los calzones, mi verga estaba
que reventaba. Le hice para un ladito el calzón a
Gabrielita, le medí bien el agujerito para atinarle.
Y así, despacito le empecé a meter la verga, como
note que ni se movía, aceleré más mis penetraciones.
Con más fuerza se la metía a Gabrielita, ella bien
borracha no sabía ni que onda, solo dejaba escapar
unos gemiditos que me excitaron al tope. Después
de unas metidas, sentí que me venía, en cuanto
alcancé a sacársela para tirarlos al suelo.
